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Gabriela Montserrat Jiménez Espinoza

Mirreynato

Los mirreyes, la nueva versión de las micenas del renacimiento o de los


señores feudales, compararía yo. Los mirreyes son los hijos de los trabajadores –o
no tan trabajadores- hombres de negocios con mucho dinero en las élites de
México. Estos jóvenes creados de la mala educción familiar donde la importancia
de todo se encuentra en el dinero y en los lujos y la social donde se enfrentan a
batallas por saber quién malgasta mejor el dinero de sus padres son la perdición
del país hoy en día.

Puede ser que no sean el gobierno que sabemos que nos quiere explotar y
sacar el dinero pero si lo serán en un cercanísimo futuro. Yo creo que el mayor
peligro de los mirreyes es que la mayoría son gente sin sentido común, sin
empatía, sin inteligencia y sin ganas de trabajar y salir adelante (fuera de
conseguir más dinero) y son los que, por su posición económica y social,
próximamente se encargaran de gran parte del funcionamiento de México. Uno de
ellos podría ser nuestro presidente, otros los secretarios generales de muchas
secretarias, etcétera.

Los Juniors también van guiados únicamente por la sociedad al hacer cualquier
cosa, la diferencia es que estos le tenían miedo a la sociedad. Es por eso que el
junior es más introvertido y recatado que el mirrey, no se encarga de presumir y
ostentar sus pertenencias porque sabe que no es lo correcto y que el resto de la
gente puede reaccionar mal. Por lo que los mirreyes son la versión
contemporánea y extrovertida de los Juniors, hijos de papi.

El papel de la mujer en este rango de la sociedad, como el libro lo plantea, se


me hace una de las cosas más denigrantes del mundo. Muchas mujeres, a lo largo
de los años, han luchado por los derechos que se les arrebataban a la fuerza. Las
mujeres vivían o viven bajo el control completo de los hombres pero, porque no se
sienten capaces de hacer algo, no porque les guste y estén de acuerdo.
Gabriela Montserrat Jiménez Espinoza

Las lobukis están completamente de acuerdo en ser objeto de manipulación,


como si fueran un reloj o una mascota nueva. Y ¿por qué? Va más allá de la pura
necesidad de vestirse mejor y tener nuevas joyas. Unas a otras lo fomentan.
Como una mujer que vive rodeada de una sociedad alta puedo ver como entre
nosotras hablamos de los novios, los agarres, los enamorados, como si cuando te
hicieran caso fuera porque vales la pena y cuando no porque no. Nosotras solitas
nos ponemos ese pensamiento, buscamos agradarles como creyendo que es lo
que necesitamos para estar mejor.

En una obra de Jane Austen muy acertadamente dice que a las mujeres les
gusta tener amores porque les da de que hablar. Eso es lo que pasa por la mente
de las lobukis, pero de manera más extrema. Pueden pensar en trabajar o estudiar
pero así como ellos solo quieren más fama y prestigio ellas también. Pero no se
dan su lugar y buscan su propia fama y su propio prestigio sino que como entre
todas ya saben que este se busca con los hombres, lo siguen haciendo.

Pienso que todos en esta vida necesitamos tener algo que nos llene, que nos
apasione, que siempre queramos tener más, hacer más, buscar más, etcétera. En
mi caso lo pienso del conocimiento y del arte, siempre quiero conocer más y hacer
más arte. En el caso de los mirreyes pienso que nada en esta vida los apasiona en
realidad, pero siguen teniendo esta necesidad de encontrar por que buscar más y
más. Es por eso su ostentación, al no encontrar algo que realmente valga la pena
deciden irse por lo que por el paso de los años ha evolucionado, este hecho de las
redes sociales, los mensajes cortos y las imágenes que circulan por la red, ahí
quieren más, más seguidores, mas liques, mas envidias. Para la gente egoísta, las
envidias alimentan el ego.

A veces pienso un poco en que las conductas de las Lobukis se encuentran en


la sociedad en la que vivo. Esa como necesidad de tener un novio o algo así para
tener como que presumir. También muchas veces encuentro que es normal de
todas las personas que conozco el presumir lo que tienen, me incluyo. Muchas
veces es por la propia felicidad que los objetos o las cosas que hagas o que
Gabriela Montserrat Jiménez Espinoza

recibes te dan y quiere compartirlo. Pero no todos lo hacen abiertamente, para que
el mundo entero se entere. También creo que el hecho de esperar una herencia,
agarrarse del dinero de sus padres, no tener una verdadera vocación en la vida y
no saber qué es lo que más te llena, que yo pongo como características
importantes en los mirreyes, son características de la sociedad que me rodea.

La presencia de los mirreyes en un país como el nuestro, con más de 55


millones de personas me hace pensar que la desigualdad no va a parar pronto,
que estos niños no van a cambiar pronto. Seguirán aprovechándose más y más de
lo que obtienen del resto del mundo para su propio beneficio y los explotados
seguiremos siendo nosotros, los que vemos como ellos se ahogan en estupideces
mientras que tenemos que ir a trabajar para pagar la electricidad. No logro
comprender como la gente con tanto poder puede ser o hacerse tan ciega a la
realidad del mundo.

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