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Soy partidaria de la idea de la obra de arte total; creo fielmente que el teatro no se debe aislar
del resto de las artes porque puede convivir en gran armonía con ellas y ellas podrían
potenciarlo para hacerlo más poderoso. Y creo que la música es el arte más relacionado por
su similitud con la poesía, como dice Henry Purcell, y su correlación con el alma humana,
como dijeron los griegos con la teoría de Ethos.
Los griegos pensaban que la música podía afectar el ethos (carácter ético) de uno o el modo
de ser y de comportarse, que la música puede transmitir, proteger e incluso generar estados
éticos. La idea se generó a partir de la visión de la música como un sistema de tonos y ritmos
de forma matemática. El alma humana es un compuesto cuyas partes se mantienen en
armonía en virtud de relaciones numéricas, así refleja este sistema ordenado y la música
puede penetrar en el alma y restaurar su armonía interior.
Shakespeare era consciente de esto y lo incluía en sus puestas en escena al igual que otros
dramaturgos de la época isabelina, como lo comprueban algunos textos rescatados de ese
entonces donde se pueden ver más acotaciones y notas que las que traen las traducciones
actuales. A lo largo de la investigación iremos conociendo de qué manera y con qué razones
y objetivos era añadido el acompañamiento musical a las obras del teatro isabelino.
Está de más mencionar mucho acerca de los cambios que hubo en el arte cuando Isabel I
llegó al poder. Por algo se le conoce como la Golden Age del teatro inglés. Los principales
exponentes de la música isabelina fueron William Byrd, Orlando Gibboons, Thomas Morley,
Thomas Weelkes, Jhon Dowland y Henry Purcell (posteriormente). Pero ellos y su música
no son tan reconocidos hoy en día cómo debiera ser.
Unaccompanied motets and madrigals of the latter half of the sixteenth century are so
musicially that the age has been called "the golden age of English music"; but with the
introduction in the last decade of the century of solo-songs (or "Ayres") accompanied
by consorts of instruments, composers began to write definite melodies based on
progressions of chords. In other words, the art of harmony came into being (Cowling,
1913, p.15).
En cuanto a la música teatral, mientras que los italianos desarrollaban las óperas y los
españoles las zarzuelas, los ingleses hacían la mezcla entre poesía y música con las
maravillosas mascaradas organizadas por Ben Johnson y sus colaboradores. Pero tambien
fue llevada a otros formatos (tragedias y comedias) para complementar la dramaturgia, pues
se sabe que el elizabethan drama was a sensuous appeal, not only to the ear with poetry and
music, but to the eye with dress, properties, and painted scenes (Cowling, 1913, p. 2).
Durante este tiempo se empezaron a abrir varios teatros en Inglaterra de dos clases: los
públicos y los privados. Teniendo los últimos un costo de entrada más alto y ubicados dentro
de las ciudades, eran a los que la corte, los nobles y los ricos acudían y, así como en otros
países, ese atractivo del teatro se percibía más en las obras destinadas al teatro privado,
porque es donde había mayor presupuesto. Entonces la música y los instrumentos empleados
en las obras variaban dependiendo de esto.
Los instrumentos más comunes que se podía encontrar son los siguientes. Estaban divididos
en cuatro familias: de percusión, de viento (metal o madera), violas y laudes.
Percussion: Drums, Timbrels, and Bells.
Brass instruments: Sackbuts, Trumpets, and Horns.
Wood instruments: Cornets, Hautboys, Recorders, and Fifes.
Viols: Treble-viols, Viols da gamba, Bass-viols.
Lutes: Treble-lutes, Citterns, Pandores, Bass-lutes. (Cowling, 1913, p.42)
En las representaciones había música al comenzar la obra, al concluirla, entre actos, para
anunciar entradas, batallas, marchas, acompañar poemas, etcétera. Si la intención era darle
fuerza, importancia, hacer notar, emocionar, energética, etcétera, a alguna escena, recurrirían
a las trompetas y los tambores. Que son objetos con mayor resonancia y fuerza. Los tambores
normalmente eran para ambientar las marchas militares o funerales y para anunciar con las
alarmas las batallas. Las trompetas eran para anunciar las entradas de personajes importantes
como reyes.
Shakespeare tiene en sus obras más de 500 referencias musicales cómo acotaciones, diálogos
que hablen de la belleza o importancia de la música. Hay aproximadamente 100 canciones
entre madrigales, baladas, villancicos, etcétera. Esperaba que sus músicos-actores destacaran
sus habilidades artísticas con estas.
Como se mencionó antes, Shakespeare era consciente del poder que tenía la música con
respecto a las emociones humanas y por eso la tenía presente en sus creaciones. No podemos
considerar la música del teatro de Shakespeare como música incidental, de fondo o de poca
importancia (Sarabia, 2016). Esta involucraba más al espectador en la situación dramática,
ya que la utilizo en los momentos climáticos de la trama apoyando siempre la lírica e
impresionando y sobrecogiendo a la platea (Ibid.).
Estuvo verdaderamente obsesionado por lograr que sus personajes mostraran todos los
sentimientos posibles, todas las pasiones del alma humana, y todas las ambiciones. Una de
las razones por las cuales su obra ha perdurado a lo largo de todo este tiempo.
Con la música pretendía dibujar el carácter del personaje. Esto era con las canciones que se
le atribuían, las cuales casi siempre eran madrigales o baladas. Aunque las baladas casi
siempre eran para contar la “moraleja” de la historia, ya que algo característico de estas es el
uso del estribillo, lo cual las hace más fáciles de aprender y tambien pegajosas, por eso eras
las indicadas para el mensaje. También buscaba subrayar una situación dramática, generar
un ambiente o atmosfera anímica de la manera que se ha mencionado antes con tambores y
trompetas.
Él trabajaba tanto con música popular adaptada a las escenas de la obra como con piezas
compuestas específicamente para la obra. Cuando utilizaba canciones populares eran para
darle gusto al público, que la reconozcan, la canten y la disfruten, pero casi siempre adaptaba
las letras a la situación de la escena. Popular tunes and freshly composed songs were an
essential part of Elizabethan drama, setting up a "mirror of sound" to reflect changes in
mood and aspects of character (Cowling, 1913, p.40).
Una de las canciones más reconocidas es The willow song o la canción del sauce que
Desdémona canta en Othello. Shakespeare utiliza la canción del sauce como un presagio,
como una manera de preparar al público para la atrocidad del trágico final en el que sabemos
que Othello mata a Desdémona. Cuando ella canta la canción nos damos cuenta de la
premonición que tiene de su destino.
Componen ciertas canciones a modo de "banda sonora" ya que añadía sonidos y notas que
fueran efectos especiales. Como en las escenas sobrenaturales de hadas (ej. Sueño de una
noche de verano), de brujas (ej. Macbeth) o apariciones fantasmales (ej. Hamlet).
Los actores de las compañías debían tener cierta educación musical (no todos, pero si era
algo a lo que aspiraban). A theatre company usually included one or more singers in its
troupe. Both men and boys sang songs on the stage (Cowling, 1913, p.82). Un ejemplo de
esto son dos actores famosos y queridos por William por sus habilidades histriónicas.
William Kempe era un excelente cómico y bailarín. Bailaba muy bien una danza escocesa
llamada giga. Y muchos personajes se le eran atribuidos por sus capacidades, ya que en varias
escenas incluían las danzas, incluso para finalizar la obra. El otro actor era Robert Armin,
que era un muy buen cantante y Shakespeare le atribuía casi siempre los personajes que tenían
canciones.
En todo este acervo terapéutico musical tuvo un especial protagonismo la reina, que se
preocupó como mecenas de los músicos y de los artistas en general, de cuidar el estilo
británico de los madrigales y las baladas, y fue esto lo que le dio a esta época el esplendor
del que estaba lleno, así como popularidad entre su gente o público.
Puedo concluir diciendo que la música le da un toque especial a todo lo que acompaña y creo
que hoy en día sobre todo en el cine con las bandas sonoras, pero no dejando atrás al teatro,
la música en el arte escénico es de suma importancia. Incluso hay veces que ella hace de las
suyas sin siquiera darnos cuenta, que es tan sutil, pero al mismo tiempo tan poderosa, que
cuando vez la misma escena sin el acompañamiento musical, no sientes lo mismo.
BIBLIOGRAFÍA
Fernández, María Luque. (2016) El poder de la música: la teoría del ethos. Recuperado en:
https://es.scribd.com/document/327193107/La-teori-a-del-Ethos
Sarabia Castelló, Luisa María. (20 abr. 2016) La música en la corte isabelina en tiempos de
Shakespeare [archivo de video] Recuperado en:
https://www.youtube.com/watch?v=lTnNzyByBmc
Stewart, Andrew. (1997) “Sound the troumpet” en The Independent sección de Cultura
(Julio 9). Recuperado en: https://www.independent.co.uk/arts-entertainment/sound-the-
trumpet-1249715.html