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@1. Aparecía primero una polaroid, en cuyo centro una mano masculina,
la de Dominique, reconocible por su gran anillo típico de la época marcado
con una «S», estiraba un sexo, el suyo, blando y en reposo, a lo largo de una
regla graduada. El sexo se veía extraído de una masa de pelo tupido, negro y
visiblemente espeso. Will escribía: «De él se decía que follaba como un dios,
en la época, once centímetros bien estirados en reposo, hay que esperar las
reservas. Por lo demás, es su época Jackson Five. ¿No fue él quien escribió
que una polla peluda es ya una mujer?».
@5. Quinta foto: muy clara. Doum, en pelotas, sostiene como si fuera un
pancarta una gran fotografía que representa el comité de vigilancia de Stand
(unas diez personas). Escrito con rotulador sobre sus rostros, se lee: «polla
pequeña», «folla con tailandeses», «bebe pipí» y otros insultos más o menos
legibles. Doum lleva un sombrero hongo, y presenta la cosa un poco como
una vendedora de lencería. Will escribe: «Tenía muchos amigos. Era muy
sociable, sobre todo en las orgías».
@6. Doumé, una vez más totalmente desnudo, lleva un pañuelo negro en
la cabeza y un aro en la oreja, imitando al moro de la bandera corsa; Willie
está de rodillas, se le ve joven, lleva un gorro frigio, parece maquillado como
Marianne, lleva una falda tricolor y le está chupando la polla a Dominique.
La foto se hizo con disparador automático. Will comenta: «Ultimamente, a
Dominique se le ve muy metido en los pasillos del Ministerio de Sanidad de
la República francesa».
@7. Dominique, en una cama, hace el amor por delante con una mujer
visiblemente rubia. Will añade: «Es un buen representante de la causa marica.
Con las mujeres».
@8. Dominique y Will fruncen los ojos, aparentemente les da el sol, sus
rostros están mal encuadrados, debieron de tomarse ellos mismos la foto
estirando el brazo. Detrás, se adivina la Giudecca, en Venecia. Están
sonriendo. Will tiene un aire juvenil. Doumé lo aprieta contra él, y no tiene ni
una sola arruga en la frente. Se le ven incluso las pecas. Parece que hace buen
tiempo. Will no ha escrito nada.
*
Era una persona muy pura. En contacto con el mundo, eso produce una
persona extremadamente sucia.
Pero hay muchas maneras fieles de ser traidor y maneras muy traidoras de
ser fiel.
Se puede no hacer bien el bien, se puede hacer el amor no amorosamente,
y se puede hacer el mal no malvadamente. Nada de lo que hacemos garantiza
la manera como lo hacemos, ni lo que somos, ya lo han visto.
¿Y qué era él? Él era diferente, y todo el mundo es diferente; pues sí que
estamos bien.
Alguien que, como Willie, entra en el mundo de las ideas y los discursos
sin heredar de nadie tiene la ventaja, durante un breve momento, de parecer
genial, original, y pasado cierto tiempo, cuando las costumbres recuperan su
largo curso, se convierte en un idiota, un intruso, y entonces debe regresar a
su ámbito, al que ya ni siquiera pertenece.
Hay seres humanos cuyo entero valor, cuya vida están en el interior, y
desde luego no hay ninguna manera de verificarlo, calibrarlo, saber si son
potencialmente extraordinarios o mediocres, aparte de vivir en su compañía.
Ausentes, lejanos o muertos, no queda, visto desde fuera, nada de lo mejor
que había en ellos: la posibilidad, la duda incesante de que en realidad sean
mucho más de lo que son.
A los seres humanos cuya importancia entera está exhibida, en forma de
hechos, de realizaciones, de discursos porque hablan, porque actúan y
trabajan, a ellos la muerte no les quita gran cosa; y me parece cada vez más
que todo lo que he podido admirar en el mundo, ideas, obras, actos y vidas,
ha debido de proceder de hombres oportunistas, la clase de hombres que
conozco, la mayoría de los cuales me habrían resultado indiferentes y a los
que las ocasiones, bien aprovechadas, han hecho una suerte de genios de todo
género.
*
El tesoro de un hombre ¿está en lo que deja —sentimientos, certezas,
objetos, imágenes y gestos—, en lo que conserva?
Sin duda los que dejan muchísimo, los que quedan, tienen en ellos
infinitamente poco…
FIN
AGRADECIMIENTOS
Gracias a Jean Le Bitoux por su benevolencia, su ayuda y sus consejos.
TRISTAN GARCIA (Toulouse, 1981) se impuso de inmediato como una
gran revelación de la literatura francesa con La mejor parte de los hombres,
su primera novela, que fue galardonada con el Premio Flore.
Notas
[1]El francés pédé es el equivalente aproximado de «marica» en español. (N.
del T). <<
[2]Título del que tenía que ser el cuarto volumen de la «Historia de la
sexualidad», y que Foucault no llegó a escribir. (N. del T). <<
[3] K-POT, capote, es condón en francés. (N. del T). <<
[4]En francés cabinet evoca a la vez un gabinete ministerial y un retrete. (N.
del T). <<