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ESPAÑA

Larouche, excéntrico líder de una


extraña secta derechista
FRANCISCO G. BASTERRA

Washington - 26 JUN 1986

Lyndon Larouche es un excéntrico personaje que, después de pasar por el


partido comunista, militar con los trotskistas y con movimientos radicales
estudiantiles en los sesenta, se ha presentado tres veces a la presidencia
de EE UU y afirma ahora que la reina Isabel de Inglaterra y la banca
internacional están implicadas en el tráfico mundial de droga. Aunque
para los observadores es difícil enmarcar a Larouche, que preside un
extraño grupo político llamado Caucus Nacional de Comités Laboristas
(NCLC), la impresión unánime es que se trata del líder de un movimiento
de extrema derecha, que ha sido calificado por la ultraconservadora
Fundación Heritage como "uno de los más extraños cultos de la historia
de EE UU".Su grupo, que es más que un partido, ha sido definido como
una secta por el secretismo de sus actividades y su disciplinada
organización; saltó el pasado mes de marzo a la atención pública cuando
dos candidatos de Larouche consiguieron ser elegidos en unas elecciones
primarias demócratas en el Estado de Illinois. Unos 700 larouchistas, a
menudo escondidos en denominaciones en las que aparecen como
demócratas, para provocar confusión, son candidatos este año en
elecciones estatales y locales. El Partido Demócrata se ha preocupado por
este intento de entrismo, y el senador Daniel Monyhan ha calificado a
Larouche de fascista. La cadena de televisión NBC le llamó pequeño Hitler,
lo que le valió una querella de Larouche.

Las autoridades investigan en ocasiones los manejos económicos de la


organización, que cuenta con
MÁS INFORMACIÓN
abundante dinero, bombardea
La policía obtuvo cooperación de servicios
franceses contra ETA a través Partido con propaganda a los
Laborista de EE UU periodistas (publica
semanalmente una revista
llamada Executive Intelligence
Review y dos veces por semana otra publicación denominada Solidarity).
La enigmática organización se jacta de tener muy buena información de
fuentes del espionaje norteamericano y altos contactos con personajes
importantes en la Administración de Ronald Reagan. Larouche, que es
autoritario y poco carismático, según quienes le conocen, vive en
perpetuo miedo de ser asesinado, protegido por guardas, perros policía y
vallas electrificadas en una suntuosa finca en Leesburg (Virginia).

Hijo de padres cuáqueros, experto en economía, de 63 años, sostiene que


la droga es parte de un plan soviético para conseguir la dominación
mundial. Opina que la epidemia de SIDA es producto de las políticas
discriminatorias del Fondo Monetario Internacional y defiende que toda la
población debe ser chequeada para ver si sufre esta enfermedad, y los
que tengan el síndrome de inmunodeficiencia adquirida deben ser
sometidos a cuarentena. En la lucha anti droga, defienden los
larouchistas, deben usarse los tanques.

En su paranoica visión del mundo, Larouche dice que Henry Kissinger -ex
secretario de Estado norteamericano- es un topo soviético infiltrado en
Occidente, lo mismo que el ex candidato demócrata a la presidencia
Walter Mondale. La actriz Jane Fonda, por su oposición a la energía
nuclear, mereció que Larouche lanzara pegatinas con la leyenda echar a
Jane Fonda a que la coman las ballenas. El pacifista Bertrand Russell es "el
peor demonio del siglo XX". Larouche defiende la Iniciaiva de Defensa
Estratégica (SDI) o guerra de las galaxias, alentada por Reagan, porque
"es mejor un láser en el aire que un misil soviético en el culo".
* Este articulo apareció en la edición impresa del Jueves, 26 de junio de 1986

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