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UNIVERSIDAD PRIVADA SAN JUAN BAUTISTA

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD


ESCUELA PROFESIONAL DE ESTOMATOLOGÍA

TUMOR ODONTOGÉNICO QUERATOQUÍSTICO

PROYECTO DE INVESTIGACION

PRESENTADO POR:

LUIS MANUEL LUQUE GUTIÉRREZ

LIMA - PERÚ

2018
ÍNDICE

1) INTRODUCCIÓN

2) MARCO TEÓRICO

2.1 Antecedentes del estudio


2.2. Bases teóricas
2.3. Definición de conceptos operacionales

3) METODOLOGÍA

3.1. Tipo de investigación

4) DISCUSIÓN

5) CONCLUSIONES

6) BIBLIOGRAFÍA

INTRODUCCIÓN
El tumor odontogénico queratoquístico (TOQ) es una de las patologías más estudiadas en

cirugía oral y maxilofacial, debido a su comportamiento agresivo y su potencialidad de

recidiva.1

El TOQ aun representa un desafío para el cirujano maxilofacial ya que posee una serie de

diagnósticos diferenciales que pueden complicar la determinación de un diagnóstico acertado

y que podría conllevar a un tratamiento errado, por lo que las características clínicas,

radiográficas e histopatológicas, deben de ser pilares para decidir un tratamiento adecuado.2

El tratamiento del TOQ varía en base al alcance y magnitud de la lesión, que van desde

tratamientos más conservadores como la técnica descompresiva y enucleación, hasta

tratamientos más agresivos como la resección marginal o segmentaria. Estos tratamientos han

sido estudiados y evaluados por distintos autores con el cual el cirujano maxilofacial tiene

bases científicas para determinar el tratamiento adecuado.3

El propósito de esta investigación es describir las características clinicopatológicas con el

objetivo de llegar a un adecuado diagnóstico, y los diferentes tipos de tratamientos avaladas

científicamente.4

CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO


2.1. Antecedentes del estudio

En el 2011, Vilcapoma y col.5 Reportaron un paciente de sexo masculino de 46 años de edad,

natural de Ica, procedente de Lima, acude al Departamento de Estomatología del Hospital

Central de la Fuerza Aérea del Perú (HCFAP), por presentar odontalgia en la pieza 12. La

intervención quirúrgica fue bajo anestesia general, se trabajó en conjunto con el servicio de

traumatología del HCFAP quien tomó el injerto de cresta ilíaca anterior del lado izquierdo de

8 x 5 x 2 cm. Se realizó incisión envolvente desde distal de la pieza 43 hasta el borde anterior

de la mandíbula e incisión liberadora a nivel de la pieza 43, decolado a espesor total,

visualización y disección del nervio mentoniano del lado derecho, osteotomía amplia,

extirpación tumoral y exodoncia de las piezas 46, 47 y 48; curetaje y fresado del lecho

quirúrgico. Se evidenció 5 cm del nervio dentario inferior el cual se desplazó para realizar el

fresado quirúrgico por debajo. Se colocó el injerto autógeno de cresta ilíaca y se realizó la

sutura con hilo vicryl 3/0, también se suturó por planos la herida de la cresta ilíaca con vicryl

3/0 y la piel con hilo nylon y se colocó apósito. Se realizaron controles clínicos y

radiográficos. El cuarto control a los 6 meses mostró una evolución favorable del paciente, y

se apreció radiográficamente consolidación ósea adecuada.

En el 2012, Attaguile y col.6 Reportaron un paciente de sexo femenino de 24 años de edad. La

misma relata haber concurrido a su odontólogo quien realizó el tratamiento endodóntico de la

pieza dentaria 4.4 por presentar dolor en sector anterior del maxilar inferior. Al continuar con

molestias, el mismo solicitó radiografías periapicales y panorámica en donde observó la

imagen por la que fue derivada a la Cátedra de Cirugía y Traumatología Buco-maxilofacial

III. Bajo anestesia local se llevó a cabo la enucleación de la lesión junto con las exodoncias

de las piezas 4.2 y 4.3 en íntima relación con la misma. Se topicó el lecho quirúrgico con
solución de Carnoy (Alcohol absoluto 6ml, Cloro-formo 3 ml, ácido glacial-acético 1 ml,

cloruro férrico 1g) con el fin de disminuir la probabilidad de recidiva. El resultado

anatomopatológico de la pieza confirmó la presencia de un Tumor Odontogénico

Queratoquístico. Se realizaron controles postoperatorios a los seis meses, un año, dos y tres

años, sin signos de recidiva.

En el 2012, López y col.7 Reportaron un paciente de sexo masculino de 15 años que cursaba

con lesión quística en área de cuerpo mandibular inferior derecha de 4 cm de diámetro, bien

delimitada, la cual se descubrió como hallazgo radiológico asociado a un tercer molar. Por

este motivo es enviado a nuestra unidad donde se le realizó biopsia incisional, misma que

reportó un tumor odontogénico quístico queratinizante; posteriormente se realizó bajo

anestesia local la colocación de un catéter rígido de 8 mm de diámetro de 2 cm de largo, el

cual permanece en posición durante doce meses, lavándose la cavidad con clorhexidina, tres

veces al día, con revisiones periódicas cada mes. Cuando el quiste disminuyó en un 70% de

su tamaño, se decidió realizar con anestesia general la enucleación y curetaje para fi nalizar

con la aplicación de nitrógeno líquido en dos ocasiones por un minuto con intervalo de 5

minutos con un aparato Cryogenics y con una punta fina. El seguimiento actual del paciente

ha sido de 48 meses sin presentar recidiva.

En el 2012, Vázquez y col. 8 Reporto un paciente Paciente femenina de 26 años de raza

caucásica, sin antecedentes de interés derivado por su odontólogo por una presunta movilidad

dentaria del primer y segundo molar inferior derecho. El paciente relata que le habían

realizado un tratamiento endodóntico 6 meses atrás en la pieza 4.6. El examen clínico reveló

una leve movilidad en las piezas 4.6 y 4.7. La mucosa de revestimiento de la zona presentaba
características de normalidad. Una vez concluidos los estudios clínicos y radiográficos, se

determinó como conducta realizar la biopsia para poder evidenciar la posible patología. Se

realiza la exéresis de material con una trefina, observando en la cavidad remanente un

contenido semisólido de color blanquecino. Previo a la segunda cirugía se colocan en el

paciente los arcos de Erich en forma preventiva frente a una posible fractura durante y

posterior al acto quirúrgico. En el segundo procedimiento quirúrgico realizado con anestesia

local, se abordó nuevamente la lesión realizando la exodoncia del primer premolar, los tres

molares inferiores y la enucleación quística seguida de un tratamiento óseo afectado con la

solución de Carnoy. Se utilizó un hisopo de gasa embebida en la solución y se sujetó con una

pinza mosquito durante 5 minutos, esta maniobra se repitió varias veces. El coágulo

sanguíneo y el tejido necrótico que cubrió el defecto óseo fueron removidos con una cureta

de hueso y se irrigó con solución fisiológica. Posterior a ello se realizó la sutura para lograr el

cierre primario. Al paciente se le realizó controles periódicos a corto, mediano y largo plazo y

no se constató ninguna recidiva de la lesión.

En el 2013, Torrealba y col. 9 Reportaron un paciente de sexo masculino de 30 años, sin

antecedentes mórbidos relevantes, hace 12 años se realizó biopsia y exéresis in toto de lesión

mandibular cuyo diagnóstico fue TOQ, dicho lecho fue llenado con xenoinjerto Bio-oss.

Actualmente acude por sintomatología dolorosa moderada y salida de líquido. Clínicamente

puede observarse comunicación de lecho cavitario con el medio oral y salida de líquido

amarillento. Bajo anestesia general se realizó la exéresis, curetaje mecánico y químico con

solución de Carnoy de la lesión tumoral, la cual se mantendrá bajo controles periódicos

debido la posibilidad de recidiva. Tradicionalmente 6-12 meses post descompresión es

considerado un periodo en el cual hay suficiente formación, sea para realizar la enucleación

(Tonietto et al.; Zhao et al., 2011). Ya a los 3 meses existe una disminución del volumen de la
lesión en un 55% incrementando la densidad .sea en un 46% (Zhao et al.). Pero debido a la

gran extensión de la lesión se decidió esperar mayor cantidad de tiempo para disminuir la

morbilidad y posibles complicaciones.

2.2. Bases Teóricas

Tumor Odontogénico Queratoquístico

El Tumor odontogénico queratoquístico es una neoplasia odontogénica benigna, asintomática,

de larga evolución, única o múltiples que presentan un alto grado de recidiva. Esta lesión fue

descrita por primera vez por Philipsen en 1956 con el nombre de queratoquiste. En el año

2005 por la Organización Mundial de la Salud, basándose en resultados de investigaciones

clínicas, histopatológicas y moleculares ha decidido incluir al Queratoquiste odontogénico

paraqueratinizado dentro del grupo de los tumores odontogénicos como Tumor Odontogénico

Quístico Queratinizante. Sin embargo, en 2017, la nueva clasificación de la OMS de la

patología de cabeza y cuello reclasificó a TOQ nuevamente en la categoría quística

Su formación es a partir del órgano del esmalte previamente a la maduración y calcificación

de los tejidos dentales. Es una lesión de comportamiento clínico agresivo, con un alto

potencial de crecimiento, comprometiendo gran parte de la estructura ósea maxilar antes de

expresar algún signo clínico. Histopatológicamente este tumor exhibe un epitelio delgado

paraqueratinizado, cuyas células de la capa basal se observan en empalizada, con todos sus

núcleos al mismo nivel.10

Etiopatogenia

El tumor odontogénico queratoquístico (TOQ) se origina en restos de la lámina dental

localizados en la mandíbula o en el maxilar superior, sin embargo hay evidencia que sugiere
que también puede derivar del órgano dentario por degeneración del retículo estrellado, antes

que se inicie la aposición del esmalte. Se plantean tres mecanismos relacionados con el

crecimiento quístico en general:

1) Crecimiento por multiplicación de células basales, aunque se desconoce el estímulo que

provoca el crecimiento de las células.

2) Distensión por fluidos: ósmosis.

3) Factores reabsorbentes de hueso: actividad enzimática.

Sin embargo, el TOQ a diferencia de los otros quistes de los maxilares crece rápidamente a

expensas de la médula ósea, en lugar de producir una expansión ósea tiende a crecer en

sentido antero posterior, por lo que la expansión ósea no es una de sus características más

comunes. Por otro lado, los mecanismos de su crecimiento no son bien comprendidos, el

hecho de haber encontrado presencia de antígeno nuclear de proliferación celular (PCNA),

proteína p53 y antígeno Ki67 (marcadores encontrados en neoplasias) sugieren que estos

quistes tienen comportamiento neoplásico.

Se estima que los TOQs representan de un 10 a un 12 % de los quistes de desarrollo. Es una

lesión que afecta con mayor frecuencia el sexo masculino en una proporción de 2:1. Se

presentan entre la segunda y tercera década de la vida, pudiendo tener un segundo pico de

aparición hacia la quinta década. Se cree que este patrón se debe a que una parte de las

lesiones permanecen sin diagnosticar, permitiendo así un crecimiento durante varios años

más.

Aproximadamente el 65 - 85 % de los casos afectan la mandíbula. Con mayor frecuencia

ubicado a nivel del ángulo mandibular (50 - 75 %) de donde progresa hacia la rama y el

cuerpo. Además de presentarse sola, la lesión puede formar parte de un conjunto de


anomalías conocido bajo el nombre de Síndrome de Gorlin – Goltz, o Síndrome de nevos de

células basales, en el que junto a los queratoquistes se presentan diversas anomalías: cutáneas

(carcinomas basocelulares, quiste y tumores benignos, fosetas palmares), óseas y dentales

(costilla bífida, prognatismo moderado, anomalías vertebrales), oftálmica (hipertelorismo,

estrabismo), neurológicas (retardo mental leve, calcificación de la hoz del cerebro,

hidrocéfalo congénito, meduloblastomas en mayor proporción a lo normal), sexuales

(hipogonadismo en el sexo masculino y quistes ováricos).11

Diagnóstico

1 Características Clínicas

El TOQ es una lesión asintomática, de larga evolución, crecimiento lento y expansivo, no

destructiva, la piel y mucosa presentan características normales, crepita a la palpación. El

TOQ no tiene manifestaciones clínicas patognomónicas, en muchos casos su diagnóstico es el

resultado de un hallazgo radiográfico.

Clínicamente se presenta como un aumento de volumen que compromete una tabla ósea

(lingual en la mandíbula y vestibular en el maxilar superior). Puede alcanzar grandes

dimensiones ya que crece más a través de los espacios medulares que transversalmente. En

los casos que la lesión provoca señales y síntomas, los más comunes son dolor, aumento de

volumen de los tejidos blandos adyacentes y expansión ósea con consecuente asimetría facial.

Otras manifestaciones más inusuales son el taponamiento nasal, las parestesias o la erosión de

las raíces dentarias.12

2 Características Imageneológicas
Radiográficamente puede presentarse de múltiples maneras, desde una radiolucidez

unilocular, hasta una imagen multilocular o multilobular. Stoelinga (2001), divide a las

diversas formas de presentación radiográfica en cuatro categorías:

 Unilocular, cuando se presenta de una forma redondeada, con o sin un límite

radiopaco bien definido.

 Festoneado, cuando sus límites asemejan un festón.

 Multilobular, cuando presenta dos o más lóbulos sin un séptum aparente que los

divida.

 Multilocular, cuando presenta dos o más lóbulos con un septum que los divide.

La lesión puede llegar a ser tan agresiva que puede producir resorción de la cortical del hueso

y desplazamiento dentario (es raro la reabsorción radicular). Incluso, hay que considerar que

el TOQ de localización periapical debe ser incluido en el diagnóstico diferencial de lesiones

periapicales refractarias al tratamiento endodóntico.

Por otro lado, es comentado que las lesiones pueden imitar radiográficamente a quistes

dentígeros, lesiones multiloculares similares a ameloblastomas, quistes residuales, quistes

periodontales laterales y hasta quistes radiculares. La lesión a veces se encuentra asociada a

dientes no erupcionados y/o odontomas confundiéndose con quistes dentígeros.13

3 Características Histopatológicas

El epitelio es muy característico, está compuesto de una superficie de paraqueratina (85 – 90

%), la cual está habitualmente arrugada, rizada o corrugada. Tiene uniformidad de grosor, por

lo regular entre 6 y 10 células de profundidad sin formación de invaginaciones

dermoepiteliales.
1. La interfase epitelio – tejido conectivo es plana, no forman un borde epitelial y el grosor

de la cubierta varía de 8 a 10 capas de células.

2. La capa fibrosa de este quiste es generalmente delgada, con poca o ninguna célula

inflamatoria. La capa basal es típica y presenta células pálidas con núcleos prominentes,

polarizados e intensamente teñidos.

3. La luz del quiste puede contener grandes cantidades de restos queratina o líquido claro

similar a un trasudado seroso. También puede haber colesterol así como cuerpos hialinos

en el sitio de la inflamación.

4. Con frecuencia la pared de tejido conectivo muestra pequeños islotes de epitelio

similares a los del epitelio de revestimiento. Estos y los quistes pequeños, “hijas” o

satélites, representan las terminaciones de epitelio de revestimiento de la cavidad quística

principal. Entre un 7 y 26 % de los quistes primordiales presentan islotes aislados de

epitelio o quistes satélites en su tejido conectivo. Este hallazgo es más usual encontrarlo

en pacientes varones y en caso de Síndrome Nevo Baso Celular.

El epitelio de esta lesión puede presentar displasia epitelial la cual se caracteriza por

alteraciones citológicas celulares en el epitelio, tales como: pleomorfismo e hipercromatismo

nuclear, pérdida de la relación núcleo-citoplasma, además de la presencia de mitosis atípicas.

Esta lesión puede clasificarse en leve, moderada y severa, dependiendo hasta qué altura del

epitelio se extiendan estos cambios celulares. Si sólo está afectada la capa basal, se considera

leve, si llega hasta la capa espinosa, moderada, y severa si los cambios se observan abarcando

la capa granulosa.

Hay ocasiones donde la presencia de inflamación marcada puede causar alteraciones

citológicas en las células, sin embargo, en ausencia de cambios inflamatorios la displasia se


considera real. Si estas lesiones displásicas no se tratan a tiempo el resultado final podría ser

la formación de un carcinoma de células escamosas, lesión considerada como la neoplasia

maligna más común en la cabeza y el cuello de los adultos, la cual dependiendo de su

diferenciación, en la mayoría de los casos lleva al paciente a la muerte.

Shear (1960) definió sus características histológicas, lesión que consta de un epitelio delgado

y uniforme escamoso paraqueratinizado, la capa basal empalizada con núcleos de diámetro

uniforme y una capa de paraqueratina en su superficie luminal, por lo cual se clasifica en dos

categorías histológicas:

1. Paraqueratinizado.

2. Ortoqueratinizado.14

4 Diagnóstico Diferencial

El diagnóstico de TOQ se realiza principalmente mediante análisis histopatológico, análisis y

biopsia. Entre las condiciones relevantes para realizar un diagnóstico diferencial con los TOQ

son:

4.1 Quiste Dentígero: Es una lesión osteolítica que por lo general conduce a errores de

diagnóstico debido a las características similares radiográficamente con TOQ, aún más

cuando es sólido y uniquistico. La diferencia radica en la asociación de esta lesión con

dientes (canino o tercer molar) que no es encontrado en TOQ. Un posible retraso en la

erupción de los dientes, aparte de hinchazón y dolor debido a la expansión cortical

puede estar presente.


4.2 Quiste Periodontal Lateral: Puede confundirse con un TOQ cuando este último está

en el cuerpo mandibular a nivel del premolar. Es de tamaño pequeño con límites claros y

aspecto unilocular.

4.3 Ameloblastoma: Tiene características clínicas y radiográficas similares con TOQ

cuando el ameloblastoma está en etapas tempranas, ya que puede alcanzar grandes

dimensiones que producen deformidades. En el estudio histopatológico, se puede

observar nidos proliferativos rodeados de células con polarización, simulando el órgano

del esmalte.

4.4 Tumor odontogénico adenomatoide (AOT): Se asocia Con dientes impactados y se

encuentra principalmente en la mandíbula anterior y maxilar, a diferencia de TOQ.

4.5 Fibroma ameloblástico: Como el TOQ, puede expandir el hueso cortical. En el examen

radiológico, se presenta como una lesión mixta con imágenes radiolúcidas y radiopacas

contrariamente al TOQ que es una lesión puramente radiolúcida. Histológicamente,

tiene una cápsula fibrosa, diferente del TOQ.

4.6 Granuloma central de células gigantes (GCCG): Puede inducir a error y confusión ya

que ocurre en grupos de edad similares y es clínicamente similar al TOQ. Sin embargo,

tiene diferentes tiempos de evolución, de manera que puede haber expansión o

perforación de cortical y ulceración. La histología también es diferente; ya que hay una

proliferación de fibroblastos en una red de colágeno, además de las células gigantes

multinucleadas.15

Tratamiento
El tratamiento puede comenzar por aspiración del material que contiene el quiste (queratina),

para descartar malformaciones vasculares; posteriormente la toma de una biopsia incisional si

la lesión es grande y seguidamente la enucleación y curetaje de la lesión. Los dientes

asociados a esta lesión se conservan, así como el nervio mentoniano y el dentario inferior.

Según Sándor y Weinberg, las opciones de tratamiento pueden ser:

1. Enucleación: con cierre, compresión, fijación química con Solución Carnoy, criocirugía: se

dice que sin embargo, no mejora la tasa de curación.

2. Marsupialización sola o con la subsiguiente enucleación.

3. Resección: si se trata de grandes tumores o ha habido más de 4 recurrencias, pues puede

estar asociado a Carcinoma de Células Escamosas.

La solución Carnoy fue introducida por Cutter y Zolliger en 1933 como una modalidad de

tratamiento para quistes y fístulas. En la actualidad no se utiliza, se dice que si bien no hace

daño tampoco ningún bien. La solución Carnoy comprende: 6 ml de alcohol absoluto, 3 ml de

Cloroformo, 1 ml de Ácido Acético Glacial y 1 g de Cloruro Férrico. Esta solución tiene la

propiedad de penetración moderada en el hueso con fijación local rápida en la línea de células

y excelente hemostasia. Esta solución reduce el potencial de recurrencia por la destrucción de

células de la pared remanente y células hijas.

Para reducir el índice de recidiva, es esencial que el componente epitelial del tumor sea

removido completamente, sin embargo, el tratamiento radical está asociado con numerosas

complicaciones estéticas y funcionales, incluyendo deformidad facial, pérdida dental,

infecciones y hasta parálisis facial. Para minimizar esas complicaciones, generalmente se

recomienda el uso de la marsupialización combinada con la enucleación secundaria.16


2.3. Definición de conceptos operacionales

Tumores Odontogénicos: Los tumores o neoplasias odontogénicas se forman a partir del

tejido que participa en la odontogénesis, algunos de ellos no llegan hacer verdaderos

neoplasias, sino alteraciones de una de las etapas de la odontogénesis. Es un crecimiento de

tejido anormal que aparece en torno de la cavidad bucal, así como en otras partes del

organismo. Los tumores pueden ser benignos o malignos, se localizan en el interior del hueso

del maxilar o la mandíbula, aunque se han reportado en los tejidos periféricos de estos y en

otros huesos de la economía, sobre todo en los huesos largos.

Marsupialización: Es un procedimiento quirúrgico que tiene por objeto abrir una ventana en

la pared externa del quiste retirando una porción de la cortical externa y cápsula quística,

comunicando la cavidad quística con el medio oral. Con este procedimiento se obtiene

básicamente la detención inmediata del crecimiento de la lesión y la neoformación ósea casi

completa, en un período determinado de tiempo, conservando las estructuras vitales que

regresan a su localización y función normal, además la migración de estructuras dentarias

causales a posiciones más favorables dentro del maxilar, así como la reducción del tamaño

del quiste que facilita la lenucleación y la posterior exodoncia del diente.17

CAPÍTULO III: METODOLOGÍA

3.1. Tipo de investigación

El presente trabajo de investigación es de tipo observacional, descriptivo.

CAPÍTULO IV: DISCUSIÓN


El tratamiento del TOQ varía en base al alcance y magnitud de la lesión, y a la decisión del

cirujano. Las opciones de tratamiento comprenden un amplio rango de posibilidades, que van

desde terapéuticas más conservadoras como la técnica descompresiva y enucleación, hasta

terapéuticas más radicales y agresivas como la resección marginal o segmentaria. Cada una

de estas opciones se encuentra sostenida y avalada científicamente y son consideradas

válidas.

La tasa de recidiva/recurrencia está situada dentro de un rango que va desde el 0 al 62 % de

los casos. Esta diferencia se debe tanto a la diversidad en su forma de presentación como a las

alternativas de tratamientos aplicados. La recidiva del TOQ puede deberse a tres motivos:

- Eliminación incompleta de restos epiteliales de la pared quística.

- Microquistes satélites presentes en el conectivo de la pared quística e islotes

epiteliales.

- Microquistes satélites presentes en la mucosa subyacente.

Stoelinga (2005) adjudica a este último motivo el mayor porcentaje de recidivas, por lo que

enfatiza en sus trabajos la importancia de la enucleación de la mucosa subyacente como parte

del tratamiento de este tumor. Los autores coinciden en su mayoría en cuanto a frecuencia y

localización, pero se plantea discusión con respecto al trata-miento. Algunos alegan un

tratamiento conservador de esta patología, realizando terapéuticas menos invasivas como la

marsupialización.

Otros optan por una terapéutica más agresiva como la resección marginal o segmentaria de

los maxilares basándose en la evidencia de elevados porcentajes de recidiva, casos con

recidivas múltiples, y en el potencial comportamiento agresivo. Williams sugiere el

tratamiento de curetaje más topicación de la cavidad con solución de Carnoy en los


queratoquistes primarios, mientras que para los casos de recidiva aconseja tratamientos con

resecciones más allá del límite del quiste primario o de la recidiva.

De esta manera se aseguraría la eliminación de posibles microquistes satélites, restos de la

lámina dental o pared quística. El estándar de oro (“gold standard”) para el tratamiento del

TOQ sigue siendo discutible, principalmente porque no hay resúmenes fiables de las tasas de

recurrencia asociados con los tratamientos disponibles hasta la fecha.18

CAPÍTULO V: CONCLUSIONES

1. El tumor presenta diversas características clínicas, como un notable potencial de

crecimiento, su carácter asintomático en un comienzo, pero que posteriormente se

asocia con dolor, drenaje e hinchazón de tejidos blandos y otras manifestaciones

neurológicas.
2. El Tumor Odontogénico Queratoquístico es una anomalía del desarrollo que surge del

epitelio odontogénico. La mayoría de la evidencia disponible apunta a dos fuentes

principales: la lámina dental o su remanente y las extensiones de las células basales

del epitelio subyacente oral.

3. El diagnóstico diferencial incluye la consideración de varias entidades como: quiste

dentígero, ameloblastoma, quiste odontogénico calcificado con calcificación mínima,

entre otros, y en pacientes jóvenes se incluye los tumores no odontogénicos como

granuloma central de células gigantes, quiste óseo traumático y quiste óseo

aneurismático.

4. Se debe considerar la aplicación de tratamientos conservadores cuando el tumor al

que nos enfrentamos tiene comportamiento quístico, ya que se ha demostrado que

tiene un porcentaje aceptable de éxito.

5. La detección temprana es vital para lograr un tratamiento más efectivo con menor

posibilidad de recurrencia.

6. En relación al tratamiento, cada día son más los autores que defienden una postura

más conservadora en el tratamiento del TOQ.

7. Debemos indicar al paciente que ante la realización de una técnica conservadora cabe

la posibilidad de presentarse episodios de recidiva y que nos podríamos enfrentar a la

necesidad de cambiar el tratamiento por uno más agresivo.


CAPÍTULO VI: BIBLIOGRAFÍA

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