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Varias firmas, entre ellas Speedo, han creado bañadores a partir de tejidos que imitan la
variabilidad de la textura hidrofóbica de la piel del tiburón, cuya estructura varía en función del
lugar que ocupa en la piel del animal, lo que aumentaría la capacidad del animal para reducir
su fricción al máximo, aumentando su velocidad y reduciendo la cantidad de ejercicio necesaria
para desplazarse.
Los bañadores Fatskin FSII de Speedo emulan el variable gramaje de la piel hidrofóbica del
tiburón. Fueron usados en competición por primera vez en los Juegos Olímpicos de Pekín y
contribuyeron al extraordinario rendimiento de su portador más ilustre, el estadounidense
Michael Phelps, con ocho medallas de oro en la competición.
No hay que restar méritos al nadador, pero se ha comprobado la extraordinaria eficiencia de los
nuevos tejidos hidrofóbicos de los nuevos bañadores, que reducen la fricción del nadador
mientras se desplaza contra la inercia del agua.
El ventilador, alimentado casi siempre con energía eléctrica y, por tanto, con un impacto no
sólo sobre el diseño de los aparatos, sino sobre su huella ecológica. Se conocen diseños de
ventilador desde el año 100 a.C., pero no se conserva ni un sólo mecanismo que imite la
capacidad de algunos animales para ventilar entornos sin destinar energía ni fricción a partir
del movimiento.
Los ventiladores refrigeran diseños que se recalientan fácilmente, lo que ha llevado a
arquitectos y diseñadores industriales, como William McDonough, a preguntarse si, en lugar de
mejorar los ventiladores para hacerlos más eficientes, lo que deberían hacer los diseñadores
es crear objetos que, simplemente, no se recalienten, lo que evitaría el uso de parches de
refrigeración.
Entendidos como dispositivos rotatorios que refrigeran y a menudo dependen de una fuente
energética externa, los ventiladores persisten en buena parte de los diseños que componen el
entorno humano. La biomimética trata de aprender de la naturaleza para crear refrigeración sin
que sea necesario usar fricción, o aparatos accionados mecánicamente para que, con su
movimiento, garanticen un flujo constante y confiable.
Las buenas noticias acerca de los ventiladores (o diseños que no los requieran) del futuro: el
Biomimicry Institute de Janine Benyus explica que las corrientes de fluidos, gases y calor fluyen
en la naturaleza a partir de un patrón geométrico común. Las malas noticias: los ventiladores
humanos han usado a lo largo de la historia una geometría que difiere del patrón natural.
La naturaleza, explica el Biomimicry Institute, mueve el agua y el aire usando una espiral que
crece logarítmica o exponencialmente, como puede observarse en las caracolas de mar. Nota
personal: ¿explicaría este principio de la refrigeración universal, usado por la vida, la
admiración sentida por el arquitecto catalán Antoni Gaudí por las formas espirales? ¿Había
intuido Gaudí el principio universal que albergaban? Cierro la nota personal.
La firma PAX Scientific Inc. se inspiró en los movimientos del aire y el agua para aplicar
principios geométricos primigenios a dispositivos rotacionales humanos, y los aplica en
ventiladores, turbinas, bombas o propulsores. Dependiendo de la aplicación, los diseños de la
firma reducen el uso energético entre un 10% y un 85% en rotores convencionales, y el ruido
en un 75%.
Los ventiladores incluidos en motores, compresores y bombas de todo tipo, tamaño y usos
representan el 15% de toda la energía consumidaen Estados Unidos.
Cinta adhesiva reusable que imita la adherencia de las patas del camaleón
Muchas especies de lagarto o camaleón de la familia gekkonidae, tales como gecónidos,
gecos, guecos, gembas o salamanquesas, compiten por la inverosímil capacidad prensil de sus
extremidades, que les permiten trepar y sustentarse sobre casi cualquier tipo de superfice lisas
verticales, o transitar sin esfuerzo por techos y otras estructuras.
Los gekkonidae consiguen asirse en cualquier superficie gracias a un gramaje microscópico de
almohadillas adhesivas en sus extremidades, sin por ello usar líquidos, gases ni tensión
superficial, sino por un principio prensil hallado en la naturaleza (además de en gecos, también
en varias especies de hongos, por ejemplo), denominado fuerza de Van der Waals. Se trata de
una fuerza atractiva o repulsiva entre moléculas, o partes de una misma molécula, que tiene
lugar gracias a la interacción electrostática con otras moléculas.
La capacidad de adherencia de las extremidades del geco sobre cualquier superficie interesa
especialmente a científicos y laboratorios de investigación por no requerir líquidos, gases u
otras sustancias, sino una simple organización a escala molecular.
Debido a ello, unas botas, guantes, o traje con un tejido basado en el diseño de las
almohadillas adhesivas de los gecos convertiría a cualquier individuo en un Spiderman en
potencia. La NASA está interesada en equipar a sus astronautas con prendas que incluyan un
tejido similar.
La cinta adhesiva geco es un producto todavía en desarrollo que ha sido desarrollado en la
Universidad de Stanford a través del estudio biomimético de la capacidad adherente de la piel
del geco. Una de sus propiedades más prometedoras es la llamada adhesión direccional, un
principio adhesivo que pegaría la cinta aplicándola hacia un lado, y la liberaría cuando la
dirección es revertida intencionalmente.
El adhesivo emula la superficie de las extremidades del geco, con millones de pelos
microscópicos o setae que se aprovechan de la fuerza electrostática: las patas del geco tienen
una carga eléctrica neutra que crea un campo de atracción entre la superficie y las setae.
El mamífero más grande de la Tierra, que puede medir más de 15 metros y superar las 35
toneladas de peso, es conocido por su eficiente método para capturar las grandes cantidades
de krill con que se alimenta creando cortinas de burbujas separadas apenas 1,5 metros entre
sí. Su destreza se debe fundamentalmente al diseño de sus extremidades, que incluyen bultos
o nódulos aparentemente dispuestos al azar y con una regularidad incomprensible a simple
vista.
Estudios de aerodinámica y resistencia realizados en el túnel del viento han corroborado lo que
sospechaban los estudiosos de estos cetáceos: los pequeños forúnculos de las aletas, apenas
una inconveniencia estética en las extremidades del animal, incrementan su aerodinámica y
estabilidad. Gracias a los bultos, puede ascender de repente con un 8% más de eficiencia y
reducir la fricción en un 32%, así como aumentar en un 40% la eficiencia de ataque (para
engullir krill) antes de volver a la posición de reposo.
Consciente de la asombrosa eficiencia en la aerodinámica de un cuerpo tan pesado y extenso
como el de la ballena de un puñado de forúnculos en la punta de las ya de por sí pequeñas
extremidades del animal, la empresa WhalePower ha aplicado los mismos principios al diseño
de turbinas eólicas para aumentar su eficiencia.
Asimismo, se cree que el mismo principio de biomimética tiene un enorme potencial para
aumentar el rendimiento y seguridad en aviones, ventiladores y otras aplicaciones similares
que requieran optimizar la fricción de grandes cuerpos, en el agua o el viento.
Esta ventaja evolutiva permite a la flor de loto servirse del agua de lluvia para mantener su
superficie limpia, ya que las gotas, cuando resbalan repelidas, arrastran las minúsculas
partículas y bacterias que supondrían una amenaza para la supervivencia de la planta y la
especie.
Gracias al diseño biomimético, varios laboratorios y compañías han emulado el carácter
resbaladizo de la superficie de la flor de loto para crear superficies, pinturas y recubrimientos
que se limpian con agua (el agua de lluvia, por ejemplo) sin necesidad de detergente.
Se trata de sustancias aditivas con una estructura molecular rugosa similar a la de la planta,
usadas en productos como GreenShield, un acabado para tejidos creado por la firma G3i que,
gracias al "efecto loto", logra repeler el agua con la misma eficiencia que acabados
convencionales para tejidos, pese a usar 8 veces menos sustancias químicas fluoradas.
Sto Lotusan, una pintura que emplea el mismo efecto para emular a las gotas de agua
recorriendo la superficie de la planta mientras, gracias a ello, consigue mantenerse limpia.
No es descabellado imaginar azoteas y edificios recubiertos con pintura blanca (con mayor
capacidad para reflejar la luz solar y, por tanto, reducir el efecto invernadero) que a la
vez incorpora el "efecto loto" en su ADN, para limpiarse con la única ayuda del agua de lluvia.
¿A qué esperamos?
El escarabajo stenocara, o escarabajo del desierto de Namibia, ha sido estudiado por el MIT y
Andrew Parker, de la Universidad de Oxford, por su capacidad para extraer agua de la
humedad ambiental del desierto, sin más ayuda que la textura de su cuerpo.
La superficie de su caparazón combina un mosaico que alterna con precisión
matemática minúsculos puntos hidrofóbicos (que repelen el agua) e hidrofílicos (que la atraen).
A partir del estudio del escarabajo, investigadores del MIT han creado un material que
recolecta agua del aire con mayor eficiencia que otros materiales usados con anterioridad.
En la actualidad, 22 países emplean redes para recolectar agua del aire. Cualquier mejora
dramática en las tecnologías para obtener agua del ambiente facilitaría la vida de millones de
personas.¡’’’’’
Vehículo que imita la fotosíntesis
El vehículo eléctrico es finalmente una realidad, con modelos híbridos, híbridos enchufables y
modelos íntegramente eléctricos en el mercado, algunos de ellos producidos por grandes
marcas.
El coche propulsado con pilas de hidrógeno sería el siguiente paso, aunque la tecnología no
despegará mientras sea tan caro y contaminante producir hidrógeno, ya que los únicos
procesos industriales viables a gran escala en la actualidad implican el empleo de abundante
energía para separar el hidrógeno de los otros átomos que lo acompañen.