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La celebración de contratos por parte de los poderes adjudicadores requerirá la previa tramitación del
correspondiente expediente, que se iniciará por el órgano de contratación motivando la necesidad del
contrato. A tal efecto, deben ser determinadas con precisión, dejando constancia de ello en la
documentación preparatoria, la naturaleza y extensión de las necesidades que pretenden cubrirse
mediante el contrato proyectado, así como la idoneidad de su objeto y contenido para satisfacerlas
(artículo 22 TRLCSP (LA LEY 21158/2011)). Igualmente, el expediente deberá referirse a la totalidad
del objeto del contrato, sin perjuicio de lo previsto su eventual división en lotes (artículo 86.3 TRLCSP
(LA LEY 21158/2011)).
a) Elaboración, supervisión, en su caso, aprobación y replanteo del correspondiente proyecto, que definirá
con precisión el objeto del contrato.
b) Pliego de cláusulas administrativas particulares informado por el Servicio jurídico respectivo.
c) Certificado de existencia de crédito presupuestario o documento que legalmente le sustituya.
d) Fiscalización previa de la Intervención, en su caso, en los términos previstos en la Ley 47/2003, de 26
de noviembre, o en las normas presupuestarias aplicables a las restantes Administraciones públicas.
Podemos sistematizar las actuaciones en una parte técnica cuyo contenido principal sería el proyecto
de obra, una parte jurídica que estaría constituida por el Pliego de cláusulas administrativas
particulares y una parte financiera integrada por el certificado de existencia de crédito presupuestario y
la fiscalización previa.
Vamos a analizar en primer lugar la parte técnica que como hemos visto se compone de elaboración,
supervisión, en su caso, aprobación y replanteo del correspondiente proyecto
a) Deberán referirse necesariamente a obras completas, entendiéndose por tales las susceptibles de ser
entregadas al uso general o al servicio correspondiente, sin perjuicio de las ulteriores ampliaciones de que
posteriormente puedan ser objeto y comprenderán todos y cada uno de los elementos que sean precisos
para la utilización de la obra.
b) Podrán considerarse elementos comprendidos en los proyectos de obras aquellos bienes de equipo que
deben ser empleados en las mismas mediante instalaciones fijas siempre que constituyan complemento
natural de la obra y su valor suponga un reducido porcentaje en relación con el presupuesto total del
proyecto.
c) Los proyectos relativos a obras de reforma, reparación o conservación y mantenimiento deberán
comprender todas las necesarias para lograr el fin propuesto.
d) Si conforme al artículo 54 LCSP resultase exigible la clasificación, el autor del proyecto acompañará
propuesta de clasificación.
e) Cuando se trata de obras que por su naturaleza o complejidad necesiten de la elaboración de dos o más
proyectos específicos y complementarios, la parte de obra a que se refiera cada uno de ellos será
susceptible de contratación independiente, siempre que el conjunto de los contratos figure un plan de
contratación plurianual.
Las instrucciones para la elaboración de proyectos, así como las modificaciones que se introduzcan en
las mismas, deberán informarse previamente por los servicios técnicos del departamento
correspondiente y, una vez aprobadas, publicarse en el «Boletín Oficial del Estado».
En cuanto al contenido de los proyectos, deberán contener según el artículo 107 LCSP (LA LEY
10868/2007) la siguiente documentación:
a) Una memoria en la que se describa el objeto de las obras, que recogerá los antecedentes y situación
previa a las mismas, las necesidades a satisfacer y la justificación de la solución adoptada, detallándose
los factores de todo orden a tener en cuenta.
Serán factores a considerar en la Memoria, de acuerdo con el artículo 127 RGLCAP (LA LEY
1470/2001), los económicos, sociales, administrativos y estéticos, así como las justificaciones
de la solución adoptada en sus aspectos técnico funcional y económico y de las características
de todas las unidades de obra proyectadas. Se indicarán en ella los antecedentes y situaciones
previas de las obras, métodos de cálculo y ensayos efectuados, cuyos detalles y desarrollo se
incluirán en anexos separados. También figurarán en otros anexos: el estudio de los materiales
a emplear y los ensayos realizados con los mismos, la justificación del cálculo de los precios
adoptados, las bases fijadas para la valoración de las unidades de obra y de las partidas alzadas
propuestas y el presupuesto para conocimiento de la Administración obtenido por la suma de
los gastos correspondientes al estudio y elaboración del proyecto, incluso honorarios
reglamentarios, cuando procedan, del presupuesto de las obras y del importe previsible de las
expropiaciones necesarias y de restablecimiento de servicios, derechos reales y servidumbres
afectados, en su caso.
b) Los planos de conjunto y de detalle necesarios para que la obra quede perfectamente definida, así
como los que delimiten la ocupación de terrenos y la restitución de servidumbres y demás derechos reales,
en su caso, y servicios afectados por su ejecución.
Los planos de conformidad con el artículo 126 RGLCAP (LA LEY 1470/2001) deberán ser lo
suficientemente descriptivos para que puedan deducirse de ellos las mediciones que sirvan de
base para las valoraciones pertinentes y para la exacta realización de la obra.
c) El pliego de prescripciones técnicas particulares donde se hará la descripción de las obras y se regulará
su ejecución, con expresión de la forma en que ésta se llevará a cabo, de la medición de las unidades
ejecutadas y el control de calidad y de las obligaciones de orden técnico que correspondan al contratista.
d) Un presupuesto, integrado o no por varios parciales, con expresión de los precios unitarios y de los
descompuestos, en su caso, estado de mediciones y los detalles precisos para su valoración.
Un vez fijado los precios de las distintas unidades de obra se confeccionará el presupuesto de
ejecución material que es el resultado obtenido por la suma de los productos del número de
cada unidad de obra por su precio unitario y de las partidas alzadas, artículo 131 RGLCAP (LA
LEY 1470/2001):
1. Gastos generales de estructura que inciden sobre el contrato, cifrados en los siguientes
porcentajes aplicados sobre el presupuesto de ejecución material:
a) Del 13 al 17 por 100, a fijar por cada Departamento ministerial, a la vista de las
circunstancias concurrentes, en concepto de gastos generales de la empresa, gastos
financieros, cargas fiscales, Impuesto sobre el Valor Añadido excluido, tasas de la
Administración legalmente establecidas, que inciden sobre el costo de las obras y demás
derivados de las obligaciones del contrato. Se excluirán asimismo los impuestos que graven la
renta de las personas físicas o jurídicas.
Estos porcentajes podrán ser modificados con carácter general por acuerdo de la Comisión
Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos cuando por variación de los supuestos
actuales se considere necesario.
2. El Impuesto sobre el Valor Añadido que grave la ejecución de la obra, cuyo tipo se aplicará
sobre la suma del presupuesto de ejecución material y los gastos generales de estructura
reseñados en el apartado 1».
e) Un programa de desarrollo de los trabajos o plan de obra de carácter indicativo, con previsión, en su
caso, del tiempo y coste.
No obstante, para los proyectos de obras de primer establecimiento, reforma o gran reparación,
inferiores a 350.000 euros y para los restantes proyectos enumerados anteriormente, deberán
contener, como requisitos mínimos, un documento que defina con precisión las obras y sus
características técnicas y un presupuesto con expresión de los precios unitarios y descompuestos
(artículo 126 RGLCAP (LA LEY 1470/2001)).
Cuando la elaboración del proyecto haya sido contratada íntegramente por la Administración, el autor o
autores del mismo incurrirán en responsabilidad en los términos establecidos en los artículos 310 a 312
TRLCSP (LA LEY 21158/2011). En el supuesto de que la prestación se llevara a cabo en colaboración
con la Administración y bajo su supervisión, las responsabilidades se limitarán al ámbito de la
colaboración.
El artículo 97.2 TRLCAP (LA LEY 2206/2000) dispone que: Cuando tales daños y perjuicios hayan sido
ocasionados como consecuencia inmediata y directa de una orden de la Administración, será ésta
responsable dentro de los límites señalados en las leyes. También será la Administración responsable
de los daños que se causen a terceros como consecuencia de los vicios del proyecto elaborado por ella
misma en el contrato de obras o en el de suministro de fabricación.
En este supuesto se atribuye la responsabilidad a la Administración cuando los daños sean ocasionados
por los vicios del proyecto elaborado por ella misma. Para determinar el alcance de este precepto hay
que diferenciar las diferentes modalidades de ejecución de obras por la Administración. Son tres las
formas de redacción de proyectos. Una la redacción del proyecto por la propia Administración. La
administración dispone de personal, bien funcionarios o personal laboral, que pueden redactar los
proyectos. Otro es que mediante un contrato de servicios el técnico adjudicatario redacta el proyecto.
Con carácter general es la misma empresa la que a la vez de redactar el proyecto se encomienda la
dirección de la obra. Esta es la forma mas habitual de actuar de la Administración pública. Finalmente,
otra forma es que se encargue a una empresa la redacción del proyecto y la ejecución de la obras. Esta
suele ser una forma excepcional.
A la hora de determinar las responsabilidades en el primer caso, elaboración del proyecto por la propia
Administración, es evidente que esta es responsable de los daños que se causen a terceros ( artículo
214 TRLCSP (LA LEY 21158/2011)).
Mas problemas plantea determinar quien es el responsable cuando el proyecto se realiza por una
empresa de consultoría y asistencia. En este supuesto de la redacción del proyecto por empresas
ajenas a la Administración, la responsabilidad de daños producida por vicios en el proyecto
corresponde a la empresa redactora del proyecto. Se plantea en estos supuestos si es exigible a la
Administración la responsabilidad por los daños causados a terceros por contratistas.
El artículo 312 TRLCSP (LA LEY 21158/2011) dispone que respecto a la responsabilidad por defectos o
errores del proyecto que:
«1. Con independencia de lo previsto en los artículos anteriores, el contratista responderá de los daños
y perjuicios que durante la ejecución o explotación de las obras se causen tanto a la Administración
como a terceros, por defectos e insuficiencias técnicas del proyecto o por los errores materiales,
omisiones e infracciones de preceptos legales o reglamentarios en que el mismo haya incurrido,
imputables a aquél.
Es contradictorio que el texto del TRLCAP limite la responsabilidad de los redactores del proyecto el
50% del importe de los daños y perjuicios causados, hasta un límite máximo de cinco veces el precio
pactado por el proyecto y será exigible dentro del término de diez años, cuando el artículo 17 (LA LEY
4217/1999) de la Ley 38/1999, de 5 de noviembre, de ordenación de la edificación dispone que:
«5. Cuando el proyecto haya sido contratado conjuntamente con más de un proyectista, los mismos
responderán solidariamente.
Los proyectistas que contraten los cálculos, estudios, dictámenes o informes de otros profesionales,
serán directamente responsables de los daños que puedan derivarse de su insuficiencia, incorrección o
inexactitud, sin perjuicio de la repetición que pudieran ejercer contra sus autores».
Sobre la responsabilidad de los arquitectos y arquitectos técnicos hay que hacer referencia a la STSJ
Navarra 26-9-2003 (LA LEY 149684/2003) (LA LEY 149684/2003) en la que se manifiesta:
A los solos efectos de determinar la responsabilidad de los arquitectos técnicos ahora estudiada, ha de
expresarse que no se rompe la continencia de la causa por la declaración de responsabilidad que,
eventualmente, pueda corresponder a otros partícipes en el proceso constructivo, y ello porque la
posible y eventual responsabilidad de todos -cuestión que se insiste queda imprejuzgada respecto a
otros intervinientes en el proceso constructivo-, no empece a lo que pueda determinarse en los
procedimientos en que se enjuicie la responsabilidad de estos, y ello por el juego de la solidaridad de
todos ellos, que justifica la declaración efectuada respecto a los actores en el acto administrativo
impugnado. En este sentido, en lo relativo a la determinación de la responsabilidad puede aplicarse al
presente supuesto la doctrina jurisprudencial establecida respecto al artículo 1591 del C.C, por vicios
de construcción, y ello por el juego de la supletoriedad de este cuerpo normativo respecto a la
contratación administrativa. Deriva, en síntesis de este precepto una responsabilidad solidaria tanto del
contratista como de los técnicos intervinientes, de no poder expresarse una cuantificación exacta del
porcentaje en que la conducta de cada uno ha influido en el resultado.
La jurisprudencia de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo expresa en tal sentido que, en defecto de
posibilidad de la determinación del cuanto de responsabilidad que cabe a cada uno de los partícipes en
las obras, promotor (no en el presente caso, pues esta ha sido la Administración Municipal),
constructor y técnico director, ha de declararse la responsabilidad solidaria de todos ellos. Como
muestra de tal jurisprudencia y solo de forma ejemplificativa cabe referirse a las sentencias de
17/5/67, 18/11/73, 18/11/75, 4/11/78, 9/10/81, 9/3/88 y 24 de septiembre de 1.996, la cual se
expresa en los siguientes términos:
"muy reiterada y conocida doctrina de esta misma Sala tiene declarado que la acción fundada en el art.
1591 CC, permite condenar solidariamente a todos los demandados que con su conducta han
contribuido a los defectos funcionales o ruina del edificio y a los cuales no se les determine y
cuantifique el grado de contribución al daño".
Ha de traerse también a colación la Sentencia de 4/10/96, para la cual "según reiterada jurisprudencia
de esta Sala (entre otras, SS 29 marzo 1966, 22 noviembre 1971, 24 enero 1971, 21 diciembre 1981,
11 noviembre 1982, 8 junio 1984, 14 diciembre 1984, 10 mayo 1986, 15 julio 1987 y 26 marzo 1988),
el arquitecto responde por los vicios del proyecto y de la dirección".
La doctrina de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo de 13 junio 2000, admite
la aplicación de esta doctrina al ámbito de la contratación administrativa.
En el presente caso, se insiste, los defectos producidos son atribuibles a una deficiente proyección y
dirección de la obra, en lo que corresponde al Arquitecto, sin perjuicio de otras concausas que puedan
haber coadyuvado a la producción de tal resultado.
En consecuencia, podemos concluir que la Administración será en principio de los daños causados a
terceros en la ejecución de contrato de obras por vicios del proyecto, no solo cuando ella misma
elabore los proyectos, sino también en los supuesto que ésta encomiende a un tercero, empresa de
consultoría y asistencia, la redacción del proyecto. Sin perjuicio de repetir contra las empresas
redactoras del proyecto.
Antes de la aprobación del proyecto, cuando su cuantía sea igual o superior a 350.000 euros, los
órganos de contratación deberán solicitar un informe de las correspondientes oficinas o unidades de
supervisión de los proyectos encargadas de verificar que se han tenido en cuenta las disposiciones
generales de carácter legal o reglamentario así como la normativa técnica que resulten de aplicación
para cada tipo de proyecto. La responsabilidad por la aplicación incorrecta de las mismas en los
diferentes estudios y cálculos se exigirá de conformidad con lo dispuesto en el artículo 124.4 (LA LEY
21158/2011). En los proyectos de cuantía inferior a la señalada, el informe tendrá carácter facultativo,
salvo que se trate de obras que afecten a la estabilidad, seguridad o estanqueidad de la obra en cuyo
caso el informe de supervisión será igualmente preceptivo.
Según la Junta Consultiva en el Informe 64/96, de 18-12-1996 (LA LEY 64/1996), en la redacción de
proyectos en los contratos de consultoría y asistencia para elaboración íntegra de proyectos de obras
no es exigible el visado de tales proyectos por el Colegio Profesional correspondiente siendo bastante,
a estos efectos, conforme a la legislación de contratos de las Administraciones Públicas y a la
reguladora de los Colegios Profesionales y normativa de disciplina urbanística, la intervención de la
Oficina de Supervisión de Proyectos o la aprobación técnica de la Entidad correspondiente. Además, en
los mismos contratos no resulta necesario que el precio sea fijado con arreglo a tarifas de honorarios
profesionales.
Los departamentos ministeriales que tengan a su cargo la realización de obras deberán establecer
oficinas o unidades de supervisión de proyectos. Cuando por el escaso volumen e importancia de las
obras a realizar no se juzgue necesario el establecimiento de oficinas o unidades de supervisión de
proyectos el titular del departamento podrá acordar que las funciones de supervisión sean ejercidas
por la oficina o unidad del departamento que, por razón de la especialidad de su cometido, resulte más
idónea a la naturaleza de las obras. El anterior RCE atribuía dicha competencia al Gobierno,
pudiéndose recabar el informe de la Junta Consultiva de Contratación administrativa sobre cual es el
Departamento más adecuado.
Respecto a las oficinas de supervisión en la entidades locales la Junta Consultiva Informe 20/01, de 3-
7-2001 (LA LEY 31/2001) entiende que las funciones propias de las oficinas o unidades de supervisión
de proyectos en Entidades Locales deberán ser ejercidos por el órgano a quien corresponda de la
Entidad Local y si no existe, ni se crea oficina de supervisión de proyectos sus funciones podrán
ejercerse por la de otra Administración o Entidad Públicas mediante convenio o por el adjudicatario del
contrato que, al efecto, se convoque por la Entidad Local.
Además, los proyectos de obras que elaboren los Organismos autónomos, Entidades Gestoras y
Servicios comunes de la Seguridad Social y demás entidades públicas estatales deberán ser
supervisados por la oficina o unidad del departamento ministerial del que dependan, salvo que tuvieran
establecida una oficina o unidad propia de supervisión.
Las oficinas o unidades de supervisión de proyectos de acuerdo con el artículo 136 del RGLCAP (LA LEY
1470/2001) tendrán las siguientes funciones:
a) Verificar que se han tenido en cuenta las disposiciones generales de carácter legal o reglamentario, así
como la normativa técnica, que resulten de aplicación para cada tipo de proyecto.
b) Proponer al órgano de contratación criterios y orientaciones de carácter técnico para su inclusión, en su
caso, en la norma o instrucción correspondiente.
c) Examinar que los precios de los materiales y de las unidades de obra son los adecuados para la
ejecución del contrato, es decir que el precio de los contratos sea el adecuado al mercado.
d) Verificar que el proyecto contiene el estudio de seguridad y salud o, en su caso, el estudio básico de
seguridad y salud.
e) Las demás funciones que les encomienden los titulares de los Departamentos ministeriales.
Cuando no estén encomendadas a otros órganos administrativos por los titulares de los Departamentos
ministeriales, las oficinas de supervisión de proyectos examinarán los estudios informativos,
anteproyectos y proyectos de obra de su competencia, así como las modificaciones de los mismos,
recabando las aclaraciones, ampliaciones de datos o estudios, o rectificaciones que crean oportunas y
exigiendo la subsanación o subsanando por sí mismas los defectos observados.
Las oficinas o unidades de supervisión harán declaración expresa en sus informes de que el estudio
informativo, anteproyecto o proyecto, cuya aprobación o modificación propone, reúne cuantos
requisitos son exigidos por la Ley y por el RGLCAP.
Las oficinas o unidades de supervisión harán declaración expresa en sus informes de que el estudio
informativo, anteproyecto o proyecto, cuya aprobación o modificación propone, reúne cuantos
requisitos son exigidos por la Ley y por este Reglamento, declaración que será recogida en la
resolución de aprobación.
El informe que deben emitir las oficinas o unidades de supervisión de proyectos deberá serlo en el
plazo máximo de un mes, salvo que por las características del proyecto se requiera otro mayor,
contado a partir de la recepción del proyecto, una vez subsanados, en su caso, los defectos advertidos,
y habrá de incorporarse al expediente respectivo como documento integrante del mismo.
La resolución de aprobación del proyecto efectuará declaración expresa de que reúne cuantos
requisitos son exigidos por la Ley y por el Real Decreto 1098/2001, de 12 de octubre.
Si conforme al artículo 65 TRLCSP (LA LEY 21158/2011) para contratar con las Administraciones
Públicas la ejecución de contratos de obras de importe igual o superior a 350.000 euros, resultase
exigible la clasificación, el órgano de contratación, al aprobar los proyectos de obras, fijará los grupos y
subgrupos en que deben estar clasificados los contratistas para optar a la adjudicación del contrato.
Se tendrá en cuenta según el artículo 133 RGLCAP (LA LEY 1470/2001), además, las siguientes
normas: