Está en la página 1de 2

El papel de los padres en la educación sexual de sus hijos

Podemos decir que en la adolescencia inicia la etapa en donde el


“despertar de la sexualidad” es latente.

La razón por la que se observa diversos cambios bruscos, aparte del factor
hormonal y del contexto sociocultural, que el adolescente podría buscar de
figuras de apego fuera del nexo familiar, “rompiendo” en parte los apegos
de dentro (es la llamada “rebeldía”). La mayoría de padres, podrían
encontrarse en una situación así o similar.

Es por eso, que los estilos de apego, la manera de relacionarse y de


respetar a los demás, así como de saber dar y recibir afecto, de vivir una
sexualidad responsable y saludable, se empieza a adquirir en la infancia.
Por lo que una buena educación sexual es importante no sólo en la
adolescencia sino mucho antes, entendiendo la educación sexual como
una educación en valores saludables y justos para ambos sexos.

El adolescente podría necesitar fisiológicamente buscar otros afectos, y es


aquí, donde se abre el debate ético de “cómo debo actuar como padre o
madre ante ciertas situaciones, ahora nuevas para mí”, debido a que “los
tiempos han cambiado”

Las preocupaciones de estos padres están motivadas por la inseguridad


que genera el creer que sus hijos no están preparados para gestionar su
vida educación sexual. ¿Realmente están preparados? ¿Estamos
preparados como padres para prepararlos? ¿Se dejarían ellos
preparar por sus propios padres?

Para contestar a estas preguntas, tenemos que admitir la gran influencia


del cine, de la TV, de la publicidad, de internet, de la pornografía y del
grupo de iguales; en la transmisión de una educación sexual
reduccionista, coitocentrista, genitalizadora, heterosexualizada,
gimnástica, frívola y cruel; instaurando “modelos estéticos corporales” a
perseguir, difícilmente alcanzables por la mayoría; transmitiendo unos
delimitados roles sexuales; acelerando los procesos naturales de
sexuación y, también, contribuyendo a aumentar el número de mitos
sexuales (falsas creencias acerca de la sexualidad), que atentan en la
mayoría de las ocasiones contra la salud sexual y mental.

Con todo lo que las redes sociales o las distintas influencias externas
podrían proporcionarles a los adolescentes, tus hijos. Como padre o
madre, que crees deberías hacer, recuerda:

Fija tus ojos hacia adelante en lo que puedes hacer, no


hacia atrás en lo que no puedes cambiar.

Eres el gran progenitor de la vida tu hijo.

También podría gustarte