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Índice
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1Organización política
o 1.1La diarquía
o 1.2La jerarquía imperial
2Organización administrativa
o 2.1División territorial: Suyos o regiones
o 2.2La base decimal de la administración
o 2.3El sistema vial y el transporte
2.3.1Qhapaq Ñan o camino real
2.3.2Los puentes
2.3.3Los tambos
2.3.4Los chasquis
3Organización militar
o 3.1Instrucción premilitar
o 3.2El ejército
o 3.3La jerarquía
o 3.4Armas ofensivas y defensivas
o 3.5Fortalezas
o 3.6Métodos de lucha
4Organización social
o 4.1El Ayllu
o 4.2Clases sociales
5Economía
o 5.1El trabajo
o 5.2División de las tierras
o 5.3Agricultura
o 5.4Ganadería
o 5.5Pesca
o 5.6Comercio y navegación
6Artes
o 6.1Arquitectura y urbanismo
o 6.2Escultura
o 6.3Cerámica
o 6.4Pintura
o 6.5Orfebrería y platería
o 6.6Textilería
o 6.7Música y danza
o 6.8Momificación
7Literatura
o 7.1Literatura cortesana
o 7.2Literatura popular
8Ciencia y tecnología
o 8.1Medicina
o 8.2Matemáticas
o 8.3Astronomía
o 8.4Geografía
o 8.5Historia
o 8.6Metalurgia
o 8.7Tecnología agrícola
o 8.8Tecnología de la conservación de alimentos
o 8.9Trabajo de la piedra
o 8.10Los quipus y otras formas de comunicación
9Religión
o 9.1Divinidades
o 9.2Festividades
10Véase también
11Referencias
12Bibliografía
13Enlaces externos
Organización política[editar]
Detalle de una galería de retratos de los soberanos incas que fue publicada en 1744 en la
obra Relación del Viaje a a la América Meridional en la que Jorge Juan y Antonio de Ulloafueron sus
autores.
La organización política incaica fue una de las más avanzadas de América precolombina.
A decir de Luis E. Valcárcel, el propósito del Estado inca era garantizar el bienestar de
todos sus súbditos, a diferencia de otras monarquías históricas que buscaban solo
defender los privilegios de grupos reducidos. El imperio incaico «garantizó a la totalidad de
seres humanos, bajo su jurisdicción, el derecho a la vida mediante la satisfacción plena de
las necesidades físicas primordiales de alimentación, vestido, vivienda, salud y sexo.» Ello
se logró organizando de manera meticulosa a los pobladores, considerados ante todo
como actores del proceso de la producción económica, de modo que pudieran evitar las
hambrunas y estar siempre prevenidos ante los embates destructivos de la naturaleza. El
Estado inca tuvo, pues, un alto sentido de previsión social.1
La diarquía[editar]
Los cronistas españoles, cuyos escritos constituyen la fuente primaria de la historia inca,
interpretaron al sistema político de los incas según su concepción europeísta y occidental.
Es por eso que describieron al gobierno inca como una monarquía absolutista, a la cabeza
del cual se hallaba un solo soberano absoluto, el Inca. Sin embargo, los modernos
estudios nos dejan entrever que existieron dos gobernantes que ostentaron al mismo
tiempo el mando.23 Uno pertenecía a la parcialidad del Hanan Cuzco (Cuzco alto) y el otro
a la del Hurin Cuzco (Cuzco bajo). Esta dualidad del Hanan y del Hurin se daba también
en los curacazgos, y se remonta a la época preincaica; es pues, típica de la cosmovisión
andina.4 Según Waldemar Espinoza Soriano, si bien en el Imperio habían dos
administradores o jefes máximos, ello no significa que existiesen dos monarquías
paralelas, sino que solo había una, debidamente unificada. Los dos gobernantes tenían
sus bienes y posesiones de manera equivalente, aunque era el de Hanan el que reunía
más rango por ser el que manejaba la vida cívica, política, económica, social y militar; por
eso se le llamaba el Sapa Inca. El otro gobernante, el de Hurin, concentraba en su persona
el poder sacerdotal: era el Willaq Umu, y aunque era de menos rango, no por ello dejaba
de tener enorme influencia en las decisiones imperiales.5
La jerarquía imperial[editar]
El Sapa Inca o, simplemente, el Inca era pues, el máximo gobernante, que compartía el
poder con el sumo sacerdote o Willaq Umu. Todos sus súbditos debían acatar con
sumisión sus órdenes. Símbolo de su poder era la mascapaicha, una especie de borla de
lana roja que ceñía en la cabeza. Ejercía las funciones de su gobierno desde el palacio
particular que cada uno se hacía construir en el Cuzco. Allí concedía audiencia todo el día
y administraba justicia. Pero también viajaba con frecuencia por todo el territorio de su
imperio, llevado en andas sobre hombros de cargadores, para atender personalmente las
necesidades de su pueblo.6
Al Inca le seguían en jerarquía:
Organización administrativa[editar]
División territorial: Suyos o regiones[editar]
Artículo principal: Suyos del Imperio incaico
Mapa del imperio incaico: Chinchaysuyo (en rojo), Collasuyo (en azul), Antisuyo (en verde)
y Contisuyo(en amarillo).
Los cronistas afirmaron que el imperio incaico estuvo dividido en cuatro grandes distritos
conocidos como suyos (del quechua suyu, que significa
surco): Chinchaysuyo, Antisuyo, Collasuyo y Contisuyo. El centro de esta división era el
propio Cuzco. Debido a ello, el imperio adoptó el nombre de Tahuantinsuyo, es decir, los
cuatro suyos o regiones, concordantes con los cuatro puntos cardinales. El concepto
del suyo era más que nada demarcativo. No equivalía a una denominación política ni
étnica, tan así que nunca los pobladores del imperio se
autodenominaron tahuantinsuyanos. Los suyos se dividían a la vez en huamanis o grandes
provincias, los cuales solían coincidir con las fronteras de los territorios de los pueblos o
etnias sometidas al imperio. Los huamanis se dividían a su vez en sayas o sectores, que
eran dos: Hanansaya o parte alta, y Hurinsaya o parte baja. En cada saya vivía un número
variable de ayllus o grupos familiares.11
Se ha atribuido al inca Pachacútec la creación de este sistema de organización del
territorio; sin embargo sabemos que se trataba de una práctica mucho más antigua.
La base decimal de la administración[editar]
Para la mejor administración del imperio, era necesario asegurar que todos trabajaran y
cumplieran lo que se les imponía. Con esta finalidad, los incas crearon una organización
decimal que consistía en una escuela de funcionarios, cada uno de los cuales controlaba
el trabajo de diez que estaban bajo su inmediata autoridad:1213
Para cruzar ríos, salvar quebradas o desfiladeros, los incas construyeron ingeniosos
puentes. Existieron tres clases de estos:18
Los puentes de piedra o puentes fijos, que se construían en medio de ríos de poco
caudal o quebradas angostas.
Los puentes colgantes, fabricados de resistentes fibras de maguey, que soportaban el
peso de hombres y animales de carga.
Los puentes flotantes o de oroyas, constituidos por grandes cestos o balsas sujetas
con gruesas sogas, que se extendían de una orilla a otra, donde los cabos se
sujetaban a peñascos o pilares. Para cruzar el río el viajante se subía a la balsa y
tiraba de la soga, hasta llegar a la otra orilla.
Los tambos[editar]
Un tambo era una construcción que servía de depósito de alimentos, vestidos,
herramientas y armas, que los incas hicieron construir a lo largo de los caminos que
cruzaban el imperio, a fin de que allí pudiesen descansar y reparar sus fuerzas los
funcionarios, los ejércitos en campaña y aun el mismo Inca con su séquito. Los viajeros
particulares no podían participar de estos beneficios pues estos estaban obligados a llevar
alimentos de su propia tierra. Había tambos aún en los lugares desiertos y cuando estaban
cerca de algún pueblo tenían por objeto evitar que el paso del ejército y los funcionarios no
aumentara la carga tributaria al mismo. Los españoles admiraron este sistema y lo
aprovecharon.1920
Los chasquis[editar]
Para llevar las órdenes y disposiciones del Inca a todos los confines del Imperio en la
menor brevedad posible, existió un sistema de correo de postas denominado de
los chasquis. Estos eran jóvenes corredores apostados en los caminos y que se cobijaban
en chozas. Cada puesto estaba a una distancia prudencial del otro, aproximadamente de
1.5 km, pues decían que aquello era lo que un joven podía correr con ligereza, sin
cansarse. Cuando el encargado de llevar el mensaje llegaba al puesto en donde
terminaba, anunciaba su llegada por medio de un pututo (trompeta hecha de concha
marina), saliendo a su encuentro otro mozo, que escuchaba el mensaje dos y tres veces,
hasta memorizarlo exactamente y, a su turno, salía a la carrera para transmitirlo al próximo
puesto. Por ello el mensaje debía ser corto, concreto y muy simple para evitar que se
olvidasen. Otras noticias se transmitían por quipus o hilos con nudos, sistema
mnemotécnico cuyo significado solo lo podían descifrar las personas entendidas. De ese
modo, se llevaba a cabo una gigantesca carrera de postas que permitía que las órdenes,
noticias, mercaderías, etc., llegara a su destino con bastante rapidez. Se asegura que así
se conocían en Cuzco las noticias de Chile o Quito sólo en el término de 15 días y aún
menos; y que el Inca recibía en su palacio cuzqueño pescado fresco desde la costa.1920
Organización militar[editar]
Véase también: Ejército inca
Manco Inca fue el primer guerrero inca en adoptar la técnica militar de los hispanos (espadas,
corazas de hierro y caballos de guerra).
Los incas formaron un ejército fuerte acorde con las necesidades de su Estado
expansionista. Se dividía en grupos de guerreros profesionales y soldados reclutados
especialmente para cada campaña, y basaba su poder en la cantidad de hombres, la
eficiente logística, la férrea disciplina y moral de combate, y la construcción de fortalezas
militares. Las acciones bélicas guardaban un carácter religioso.
El Estado Incaico planificó tanto las conquistas de pueblos vecinos como la defensa del
territorio propio. Su base fue un ejército bien dotado, una red de caminos que facilitaban su
desplazamiento y la construcción de grandes fortalezas que cumplían como principal
función la disuasión de posibles ataques y su contención, si se producían.
Instrucción premilitar[editar]
Todos los hombres eran preparados para la guerra desde muy jóvenes. Entre los 10 y 18
años eran entrenados en el manejo de las armas y la lucha cuerpo a cuerpo. Todo ello se
complementaba con otras actividades físicas, como trepar cerros y cruzar ríos. Aprendían
también a espiar al enemigo, a imitar el grito de los animales y enviar mensajes con
señales de humo y el sonido de un tambor.21
Toda esta instrucción la recibían los muchachos como parte de su educación tradicional;
en períodos de conflicto, la preparación se realizaba en las fortalezas militares.
El ejército[editar]
Todos los hombres entre los 25 y los 50 años estaban obligados a servir en el ejército.
Cada provincia del imperio debía aportar una cuota de reclutas según su población, los
que servían por riguroso turno e iban comandados por sus respectivos jefes, no siendo
mezclados sino permanecían bajo el mismo comando.
La mayor parte de los soldados eran campesinos (solo la guardia del Inca reinante estaba
compuesta por combatientes de oficio, casi todos de origen noble).
El servicio de armas, uniforme y rancho, estaba admirablemente organizado. De trecho en
trecho en los principales caminos que recorrían, se aprovisionaban en los tambos que
hacían las veces de verdaderos cuarteles de abastecimiento y nada tenían que sacar de
los pueblos ni exigir a sus habitantes algo.
La jerarquía[editar]
Las tropas estaban divididos en grupos de 10, 100 y 1000 soldados o aucarunas, cada una
de las cuales estaban mandada por el chuncacamayoc, el pachacacamayoc y
el huarangacamayoc, respectivamente. El jefe supremo del ejército era el Inca, pero el jefe
ejecutivo era un pariente más cercano de su entera confianza, su príncipe heredero o
cualquier otro príncipe; era llamado el Apuquispay, cuyo nombre sugiere el modo de
impartir órdenes mediante una trompeta. También eran altos jefes los hermanos, tíos y
otros parientes cercanos del Inca que tuviesen grandes condiciones guerreras, incluidas la
valentía y la habilidad.22
Armas ofensivas y defensivas[editar]
Organización social[editar]
El Ayllu[editar]
Artículo principal: Ayllu
Nobleza:
La realeza o la corte imperial, conformada por el Inca (el monarca o rey),
la Coya (esposa principal del Inca) y los príncipes legítimos o auquis.28
Nobleza de Sangre, conformada por los descendientes de cada Inca, quienes
integraban los ayllus reales o panacas. Ejercían las más altas funciones, como
funcionarios imperiales, gobernadores, generales, sumos sacerdotes, etc.29
Nobleza de Privilegio, cuyos miembros no pertenecían a la familia real, sino que
eran nacidos del pueblo, pero que por sus grandes servicios prestados al Estado
(en las guerras, en el culto religioso, en las obras públicas, etc.) habían alcanzado
tal jerarquía. Tal era el caso de los jefes militares, los sacerdotes y las acllas o
escogidas.29
Nobleza de las nacionalidades derrotadas, es decir, los curacas y sus
parentelas que conformaban la aristocracia regional y local.30
Pueblo:
Los artesanos, es decir, los que hacían trabajos artesanales: los orfebres,
plateros, tejedores, olleros, chicheros, carpinteros, ojoteros. Los más reputados
eran los orfebres y plateros de la costa (como los chimúes), así como los tejedores
de tejidos finos de la región del Collao (cumbicamayocs).31
Los mercaderes, que era una clase muy especial dentro las poblaciones costeras,
que se ocupaban del trueque y del intercambio. Tal es el caso de los tratantes o
comerciantes chinchanos y los del extremo norte del imperio (costa del actual
Ecuador), donde eran conocidos como mindalás. Fueron los españoles quienes le
dieron el nombre de “mercaderes”, concepto ajeno a la mentalidad indígena, que
desconocía el uso de la moneda.32 Controlaban el comercio del spondylus,
estaban exonerados de los trabajos comunales y públicos, aunque tributaban en
especie tanto a su curaca como al Estado imperial.33
Los hatunrunas, que quiere decir hombres grandes, conformaban la gran masa
del pueblo que se dedicaba a las labores agrícolas y pastoriles, aunque también
prestaban su trabajo en las obras públicas. Vivían agrupados formando parte de
los ayllus. De entre ellos se elegían a los soldados, a los mitmas y a los yanas.
Eran los verdaderos sustentadores del imperio.34
Los pescadores, vivían a lo largo del litoral, en pueblos separados de las aldeas
campesinas y sin poseer tierras de cultivo, formando una clase social distinta. No
solo pescaban, sino que cazaban aves y cosechaban eneas que usaban como
materia prima para sus embarcaciones y chozas. Salaban los pescados y los
intercambiaban con otros productos.35
Los mitmas o mitmaqkunas, llamados también mitimaes, eran aquellos
pobladores quechuas enviados a colonizar los nuevos territorios conquistados y
formar así una barrera contra las poblaciones fronterizas todavía no dominadas
por los Incas. Había otro tipo de mitmas, los de las etnias sometidas, que como
castigo a su rebeldía, eran enviados a zonas distantes de su lugar de origen, para
ser sometidos a vigilancia. Este último tipo de mitimaes aumentó en los años
inmediatamente anteriores a la conquista española.3637
Los yanas, eran prisioneros de guerra o bien solo simples individuos
desarraigados de sus ayllus por capricho del Inca o del curaca para ejercer como
siervos, en tareas domésticas, agrarias y pastoriles. El Inca solía donar yanacunas
a los altos dignatarios, a los jefes guerreros y a los curacas. El estatus del
yanacuna era de por vida y lo transmitía a sus descendientes. De acuerdo a quien
sirviera recibía diversos nombres. Cuando lo hacían en beneficio de personas o
familias, se los llamaba yanas o yanacunas; cuando estaban al servicio del Inca y
del Estados, se los denominaba yanayacos o yanayacocunas.38
Las mamaconas o acllas, mujeres que desde temprana edad eran reclutadas de
todo el imperio para ser internadas en los acllahuasis. Allí se dedicaban a la
fabricación de textiles, la preparación de bebidas para los ritos, y otras labores;
algunas eran seleccionadas para convertirse en las esposas secundarias del Inca
o para ser entregadas como premio a los curacas y jefes principales.39
Las pampayrunas o mitahuarmis eran mujeres que por mandato del Estado
estaban obligadas a ejercer la prostitución, pero fuera de las poblaciones, en el
campo. Se trataba de mujeres prisioneras, capturadas en las guerras. Así se
pretendía evitar que hubieran violaciones u otro tipo de acoso de parte de los
jóvenes solteros hacia las muchachas o las mujeres casadas.40
Los piñas o pinas, eran prisioneros de guerra, que estaban en el último escalón
de la pirámide social del Imperio. De acuerdo a Waldemar Espinoza, estaban
sometidos a la esclavitud, pero solo al servicio del Inca y del Estado imperial; no
habían piñas al servicio de particulares. Se los destinaba a las plantaciones de
coca (cocales) en la ceja de selva, donde el trabajo era muy extenuante.33 Sin
embargo, no se puede considerar esclavista al Estado inca, pues el número de
esos piñas era ínfimo en comparación con el número total de la población.
Economía[editar]
La economía incaica estaba basada en la previsión y planificación de todas las etapas del
proceso productivo. En el Tahuantinsuyo, nada estaba fuera del control permanente y
directo del Estado, que, haciendo suyas las experiencias tecnológicas y culturales
desarrolladas por las culturas preincas, organizó un aparato productivo, fundamentalmente
agrícola, que dio solución a los problemas de alimentación, vestido, vivienda y seguridad
social de una población cada vez más numerosa.1
No hay consenso en cuanto al cálculo sobre el número de pobladores que albergaba el
imperio inca a la llegada de los españoles. John Rowe lo calculó en seis millones; por su
parte, Noble David Cook (1981) lo elevó a nueve millones. Otros investigadores dan cifras
menores.41
El trabajo[editar]
Existía una obligación entre la población circundante de dar mantenimiento a la infraestructura vial
del imperio. En la foto, pobladores en el ritual de renovación del Puente Q'eswachaca, ritual que se
mantiene desde la época incaica hasta la actualidad.
El trabajo era considerado como una función social de la que no podía eximirse ningún
individuo; era pues obligatorio. Todos los habitantes del Imperio, hombres y mujeres,
debían trabajar, pero no era igual para todos sino que se asignaba a cada individuo según
sus capacidades. A nadie se le exigía más de lo que podía dar; así, el niño trabajaba
mucho menos que el joven y éste menos que el adulto, edad en la que se exigía el máximo
esfuerzo, descendiendo después la exigencia a medida que iba ascendiendo la edad.42
El trabajo era colectivo, pues siempre lo hacían con la intervención de todos los miembros
de la comunidad o ayllu, los mismos que se ayudaban mutuamente unos a otros.
Modalidades de trabajo comunitario eran la mita, el ayni y la minca.43
El ayni.- Consistía en la ayuda mutua o recíproca que se prestaban las familias que
componían el ayllu, principalmente en las labores del campo. Cuando un miembro del
ayllu no podía labrar su parcela, venía otro a ayudarle en esa labor; luego aquel
devolvía el favor de similar manera.
La minca.- Consistía en el trabajo en masa que realizaban los ayllus para cultivar las
tierras del Inca y del Sol o cuidar sus rebaños. El Inca y los sacerdotes les
proporcionaban todo lo necesario: herramientas, vestidos, bebidas, etc.
La mita.- Era el trabajo obligatorio y por turno que debían prestar por tres meses al
año los varones de 25 a 50 años de edad en las grandes obras públicas: caminos,
puentes, templos, palacios, fortalezas, el laboreo de las minas, el cultivo de la coca, el
servicio militar, y también servicios como el de los chasquis y el de la guardianía de los
puentes.
División de las tierras[editar]
De acuerdo a los cronistas, las tierras del Imperio se dividían en tres sectores:44
Tierras del Sol, destinadas a la obtención del alimento necesario para la ofrenda de
los dioses y para el sustento de la clase sacerdotal encargada del culto.
Tierras del Inca o del Estado, destinadas a proporcionar alimento al Inca, su familia,
la nobleza y los funcionarios. De estas tierras se sacaba también alimento para la
gente que trabajaba al servicio del Inca, para los ejércitos en campaña y para ayudar a
los pueblos que por alguna catástrofe perdían sus cosechas. Estos alimentos se
guardaban en los graneros. Tanto las tierras del Sol como las del Inca eran trabajadas
en comunidad por el pueblo.
Tierras del Pueblo, eran de mayor extensión destinadas a los ayllus para que
obtuvieran su sustento. Cada año se hacía el reparto de estas tierras entre los
hombres y mujeres aptos para realizar las labores agrícolas. Cada hombre casado
recibía un tupu (o topo), otro por cada hijo varón y medio tupu por cada hija mujer. De
acuerdo a las informaciones del Inca Garcilaso, un tupu era igual a una fanegada y
media (2.880 m2) y representaba una extensión de tierra donde se podía sembrar un
quintal de maíz (46 kg).45 En realidad, según la opinión de Baudin, un tupu era el lote
de terreno necesario para cultivar lo suficiente para una familia sin niños. Su extensión
debía variar según la clase de tierra.
Sin embargo, el sistema de propiedad de la tierra era mucho más complejo. Habían
también tierras que eran de propiedad de los ayllus reales y de las panacas; otras que
eran destinadas para sustentar a las huacas en el mantenimiento de su culto; otras que
estaban en posesión de los curacas regionales o locales.4647
Agricultura[editar]
Artículo principal: Agricultura incaica
Fueron más de 200 las variedades de papas cultivadas, que constituyen el mayor aporte de los
pueblos andinos a la alimentación mundial.
Los incas se valieron de varias técnicas para ganar terrenos de cultivo (andenes,
camellones, hoyas, pozas secas), así como usaron y ampliaron los sistemas de riego
heredados de las culturas preincaicas (acueductos y canales). Todo ello se amplía en la
sección de Tecnología agrícola.
Se estima que los incas cultivaron más de ochenta especies vegetales, entre ellas
especies alimenticias como la papa, el camote, el maíz, el olluco, la oca, la quinua, el ají,
el tomate, el maní, el pallar, la palta, la yuca y el frijol. Es de destacar la papa, cuya
domesticación ha sido el gran aporte de la civilización andina para la alimentación mundial.
Domesticaron más de 200 variedades de papa. Se las consumía sancochadas, con
cáscara y todo, y también se las sometía a procesos de conservación, obteniendo
la papaseca y el chuño.48
El maíz, domesticado en el Antiguo Perú de manera independiente con respecto a México,
fue también la base de la alimentación y era comido en muy variadas formas: tostado
(cancha), sancochado (mote) y en una especie de pan llamado tanta. Sus hojas eran
consumidas como legumbres y de sus granos hacían también la famosa chicha o acja, la
bebida preferida del Imperio.49
Cultivaron también plantas industriales como el algodón y el magüey. Del algodón hicieron
tejidos. Del maguey aprovecharon sus fibras para hacer sogas resistentes y calzados.
Otras plantas cultivadas fueron la tabaco (sairi) y coca (cuca) para uso ritual y medicinal.
Ganadería[editar]
Artículo principal: Ganadería incaica
Los camélidos fueron un recurso esencial del Tahuantinsuyu. El Estado inca se preocupó de
abastecerse tanto de la carne como de la fibra de estos animales.
Entre los incas, y en general en todas las culturas andinas, se empleó el comercio
de trueque y el intercambio, que consiste en el cambio que hace un individuo de los
productos que le sobran por otros que, a su vez, necesita. Así, por ejemplo, los habitantes
de la costa intercambiaban sus productos (pescado seco, conchas, etc.) con el de los
habitantes de la sierra (alimentos, lana, etc.).
Había en la costa una clase dedicada exclusivamente al trueque y el intercambio a larga
distancia, a cuyos miembros los españoles les dieron el nombre de “mercaderes”,
concepto ajeno a la mentalidad indígena, que desconocía el uso de la moneda. Se ha
investigado el caso específico de los “mercaderes” o tratantes de Chincha: sabemos que la
administración inca, al conocer que el valle de Chincha se hallaba tan poblado al punto
que no podía satisfacer la alimentación de todos sus habitantes, decidió dividir a su
población económicamente activa en tres grupos: agricultores, pescadores y
“comerciantes”. Estos últimos ascendían a seis mil. Otros tratantes o “mercaderes” de
importancia eran los de la costa del actual Ecuador. Uno de los productos más preciados
del intercambio comercial era la concha spondylus.53
En sus viajes marítimos, dichos “mercaderes” llegaron a regiones costeras tan alejadas
como Panamá y Costa Rica, y posiblemente hasta las costas del sur de México.54 Para
cubrir esas rutas usaban resistentes balsas de madera impulsadas a vela; se afirma
también que, hacia 1460, el entonces príncipe Túpac Yupanqui organizó una nutrida
expedición de balsas que descubrió unas misteriosas islas
llamadas Auachumbi y Ninachumbi, que se ha querido identificar con las islas Galápagos,
la isla de Pascua e incluso con la lejana Polinesia.55
No existía la moneda; sin embargo, se tiene evidencia de que algunos productos hacían
las veces de moneda, como por ejemplo, el ají, la sal, el maíz, el algodón, la coca, plumas
de aves y conchas marinas. Se mencionan también hachas pequeñas o tumis. El que
vendía recibía en pago cualquiera de estos productos. Cuando compraba, pagaba a su vez
con los referidos productos.
Artes[editar]
Arquitectura y urbanismo[editar]
Artículo principal: Arquitectura incaica
Machu Picchu
En escultura, los incas hicieron muchos trabajos bien elaborados. En su mayoría fueron
hechos en piedra, pero también lo hicieron en metales como el oro y plata, así como en
madera. Representaron figuras antropomorfas (humanas), zoomorfas (animales) y
fitomorfas (vegetales), de diversos tamaños, desde miniaturas hasta representaciones en
tamaño real. Existe también alguna representación monumental, como la del felino
de Qenko.64
Algunas representaciones escultóricas están talladas sobre la roca madre (como en Machu
Picchu) o sobre grandes piedras (Saywite); es decir se hallan asociadas a las grandes
construcciones arquitectónicas. En algunos casos se ven representaciones de cerros,
escalas y acueductos, de posible simbolismo ritual.65
En estatuaria, se mencionan estatuas de los incas de tamaño natural, llamadas guaoquis;
así como una presumible representación del dios Viracocha, hecha en piedra, que se
hallaba en el templo de Cacha, de la cual se conserva su cabeza en un museo de Madrid,
mientras que el resto del cuerpo está en el Cuzco.66 De hecho, no existen más estatuas
conservadas, pues sin duda fueron destruidas por los españoles al considerarlas ligadas a
la idolatría.
Otras piezas escultóricas son de pequeño tamaño, de uso ritual:65
La pintura como arte fue ampliamente practicada por los incas, aunque sin alcanzar los
niveles de las culturas preincaicas, como la nascay la moche.
Esta expresión artística fue realizada principalmente sobre murales y mantos, de los
cuales solo se conservan algunas trazas.
Los incas utilizaron los metales preciosos (oro y plata) para labrar bellos objetos de
orfebrería y platería. En realidad, quienes realizaban estas obras artísticas eran los
pueblos sometidos, como los chimúes y los ichmas, cuyos orfebres fueron trasladados al
Cuzco para ejercitar su arte al servicio del Inca. Producían aretes, orejeras, brazaletes,
ajorcas, collares, sortijas, prendedores, tumis rituales, placas, planchas, efigies de plantas,
animales y seres humanos para adornar los templos y palacios del Cuzco y otras ciudades
importantes.75
Los orfebres y plateros formaban una casta especial y tenían ciertos privilegios. El orfebre
era llamado cori camayoc; el platero, collque camayoc.76
Es fama que los conquistadores españoles encontraron cantidades ingentes de objetos
artísticos labrados en oro y plata, como aquellos que fueron ofrecidos para el rescate del
inca Atahualpa y los hallados en el Coricancha; en este último se hizo famoso un
gigantesco disco de oro que era imagen del dios Sol o Inti (punchau). Sin embargo, todos
esos objetos fueron fundidos y transformados en lingotes para ser repartido entre los
captores del Inca y la Corona española.74
Textilería[editar]
Artículo principal: Textilería incaica
La textilería estuvo muy desarrollada, aunque sin llegar a la belleza desplegada por
algunas culturas preincas costeñas, como la nazca y la paracas.
Los incas conocieron los telares verticales y horizontales con los que crearon variados
tejidos de lana y algodón. Los tejidos finos que se han conservado son motivo de
admiración por su colorido y finura en la confección. Este tejido, llamado cumbi o cumpi,
estaba hecho de lana de vicuña, y cuando se le quería dar calidad especial o aspecto
vistoso, se le mezclaba con hilos de oro, pelos de lana y murciélago, o se le recubría con
plumas multicolores, o se adornaban con cuentas. Estaba decorado con hermosos dibujos
geométricos y naturales (tocapus). Los elementos decorativos y el color realzaban la fineza
y suavidad del tejido.
También crearon tejidos decorados con plumas de colores vivos, de los que se conservan
bastantes muestras en el ajuar de sus momias.
Debido a la organización clasista de la sociedad inca, los trajes finísimos estuvieron
destinados al Inca y a la nobleza, mientras que las gentes del pueblo vestían trajes simples
y burdos. Pese a ello, los habitantes del Perú antiguo fueron los mejores vestidos de la
América precolombina.
Música y danza[editar]
Los incas conocieron solo los instrumentos musicales de viento. Usaron flautas en
diversas variedades, como las quenas, antaras y otras, así como los pututos (trompetas
hechas de conchas marinas). También instrumentos de percusión como las tinyas o
tambores. La música incaica era de cinco notas fundamentales, es decir, era pentatónica,
en vez de la música de siete notas que hoy usamos.
Las labores agrícolas se hacían generalmente al son de la música y canto para darles
ritmo y compás. La danza era ejecutada por grandes masas humanas y tenía
preferentemente un carácter religioso. Había danzas totémicas destinadas a dar culto a los
tótems u antepasados epónimos; danzas solemnes como las realizadas en las grandes
fiestas religiosas como el Inti Raymi; danzas dedicadas a los muertos; danzas en
conmemoración de hechos históricos; danzas guerreras y danzas de alegría (Kashua).
Momificación[editar]
Según Del Busto, se considera a la momificación como un arte porque buscó la belleza de
los reyes incas y de los nobles fallecidos, ya que los incas consideraban necesaria la
conservación de sus cuerpos para asegurar la buena fortuna a su linaje.77
Cuando el Inca moría, su cuerpo era embalsamado de acuerdo a determinados ritos. Se
usaba una sustancia llamada isura, que se extraía de una planta de la selva. El cadáver
momificado, llamado mallqui, permanecía sentado en el mismo trono en el que había
gobernado, conservando todos los atributos de su dignidad y recibiendo el homenaje
conmovido de sus súbditos, que los consideraban “vivos”. Cada panaca se encargaba de
cuidar a su momia respectiva, dándole los honores y servicios que habían recibido en vida,
y perpetuando su historia. Los mallquis, trasladados en literas, concurrían a todas las
ceremonias que se celebraban en la plaza del Cuzco y recibían la reverencia del pueblo.78
Cuando llegaron los españoles, todas esas momias reales fueron escondidas. Según el
Inca Garcilaso, Juan Polo de Ondegardo descubrió cinco de ellas, “tres de reyes y dos de
reinas.” Algunas se hallaban en buen estado de conservación.79
Literatura[editar]
Artículo principal: Literatura incaica
El género épico está representada por los poemas que expresaban la cosmología del
mundo andino (mitos de la creación, el diluvio, etc.), así como las que relataban el
origen de los incas (leyendas de los hermanos Ayar, de Manco Cápac y Mama Ocllo,
etc.).
El género didáctico abarcaba fábulas, apólogos, proverbios y cuentos, ejemplares de
los cuales han sido recogidos modernamente por diversos estudiosos.
El género dramático, que a decir del Inca Garcilaso, abarcaba comedias y tragedias,
buscando similes con la cultura occidental.80 En realidad, se trataban de
representaciones teatrales en donde se mezclaban danza, canto y liturgia. Se afirma
que el famoso drama Ollantay, cuya versión escrita data de la época colonial, tendría
un núcleo fundamental de origen incaico y una serie de interpolaciones posteriores
enderezadas a amoldarla al teatro hispano.
Literatura popular[editar]
Es la que surgió espontáneamente en el pueblo y en el campo. Abarca masivamente
el género lírico, es decir, composiciones poéticas que estaban unidas a la música y la
danza, y que por lo general eran entonadas en grandes masas corales, alternándose
hombres y mujeres. Estas manifestaciones formaban parte del quehacer cotidiano.
Funerales, fiestas, nupcias, peleas, guerras, etc. estaban enmarcados en una ritualización
expresada a través del arte. Son dos sus manifestaciones principales:
Ciencia y tecnología[editar]
La etnia inca, al igual que otras culturas andinas contemporáneas, no hicieron grandes
aportes a las ciencias y tecnologías. Lo que hicieron fue recoger y aprovechar todo el
legado cultural de civilización andina, que se remonta a Caral, es decir al 3000 a.C. Al
momento de fundarse el imperio inca, las diversas ramas de las ciencias como la
astronomía, las matemáticas y la medicina, así como las variadas tecnologías aplicadas en
la agricultura, la hidráulica y la arquitectura, ya estaban inventadas, experimentadas y
desarrolladas hasta su máxima perfección. El mérito de los incas fue aprovechar
costumbres, conocimientos y técnicas milenarias, haciendo alguna que otra contribución, y
luego, con ese sustento, crear un Estado imperial cuyo fin era la unificación del mundo
andino, pero cuya consolidación definitiva se vio truncada por la invasión española.82
Hay que señalar además que lo que llamamos conocimientos científicos en el Perú antiguo
corresponden en realidad a una etapa precientífica, por la que también pasaron otras
grandes civilizaciones del mundo. Se trataba de saberes empíricos, que se consolidaron a
través de milenios de experiencia, y que tuvieron un carácter eminentemente práctico. No
hay evidencia que alguna vez el hombre del Perú prehispánico haya hecho reflexiones
teóricas ni formulaciones matemáticas. Es de destacar también que en todos los dominios
de la ciencia y técnica se inmiscuía la magia y la religión. Es solo con la revolución
científica ocurrida en Europa a partir del siglo XVII que se puede hablar con propiedad de
un desarrollo científico en el mundo.83
Medicina[editar]
Cráneos incas con señales evidentes de trepanación. Obsérvese el crecimiento del tejido óseo
alrededor del corte, lo que indica que el paciente sobrevivió a la operación.
La astronomía mereció especial atención porque se relacionaba con las labores agrícolas
y su división se marcaba con una fiesta especial. Observaron pacientemente al Sol y
determinaron los solsticios y los equinoccios. Para tal efecto utilizaron columnas de piedra
levantadas en las partes altas del Cuzco. Al observatorio solar
llamaron Intihuatana (quechua: inti watana, “donde se amarra al Sol”), que consistía en
una columna de piedra levantada sobre un círculo de este material, que se hallaba en
algunos lugares destacados, tales como los patios de los templos o edificios religiosos, y
siempre expuestos a la proyección de la luz solar.
El año estaba dividido en 12 lunas de 30 días cada una, más una serie de días
complementarios. A cada luna o mes le correspondían festividades religiosas
acompañadas de ceremonias específicas. Según Guaman Poma de Ayala,
el calendario de ceremonias y festividades se dividía de la siguiente manera:
Los incas fueron un pueblo esencialmente agrícola; sin embargo, tuvo su asiento en un
territorio falto de tierras cultivables. Para superar tal deficiencia aplicaron
técnicas agrícolas, las principales de las cuales fueron las siguientes:89
Andenes o terrazas, para evitar la erosión y aprovechar las laderas de los cerros.
Estaban constituidos por plataformas con superficies cultivables, reforzadas con muros
de contención de piedras, que iban escalando las laderas, adaptándose a las
sinuosidades del terreno. Viéndolas de lejos simulan enormes escalinatas.90
Acueductos o canales, en los valles costeños, herencia de las culturas preincaicas,
aunque otros fueron ejecutados bajo administración inca. También en la sierra se
construyeron canales.91
Waru waru o camellones, técnica heredada de las poblaciones del altiplano. Se trataba
de montículos artificiales de tierra, hechos para elevar las zonas de cultivo por encima
de la superficie natural del terreno; en torno a ellos circulaban canales de agua. La
idea era permitir un mejor drenaje en lugares donde la tierra era poco permeable y
estaba sujeta a frecuentes inundaciones, como en la región del lago Titicaca. Los
camellones hacían posible aprovechar mejor el agua, evitando su rápida circulación.92
Huachaques u hoyas, realizadas en la costa, que consistían en excavaciones hondas
y muy anchas en zonas totalmente áridas, hasta alcanzar las capas húmedas del
subsuelo, donde se sembraba.93
Cochas o pozas secas que se llenaban en época de lluvias y que luego se usaban en
el riego. Eran muy empleadas en las tierras altas vecinas al lago Titicaca.94
También utilizaron abonos o fertilizantes, que consistían en excrementos de camélidos y
de cuyes, el pescado y, especialmente, el afamado guano de islas. Como instrumentos
agrícolas se usaron la chaquitaclla o arado de pie, y las azadas.93
Se debe resaltar además la técnica de mejoramiento de especies, como al parecer lo
atestigua el sitio de Moray, conformado por una serie de andenes circulares, que simula un
anfiteatro, sitio que posiblemente fue un centro de investigación agrícola, donde se
llevaron a cabo experimentos de cultivos a diferentes alturas. La disposición de sus
andenes produce un gradiente de microclimas teniendo el centro de los andenes circulares
concéntricos una temperatura más alta y reduciéndose gradualmente hacia el exterior a
temperaturas más bajas, pudiendo de esta forma simular hasta 20 diferentes tipos de
microclimas.95
Tecnología de la conservación de alimentos[editar]
Los incas conocieron la técnica de la conservación de alimentos, lo que les permitía evitar
su deterioro durante mucho tiempo. Uno de los alimentos mejor conservados fue la papa,
pero no cualquier papa, sino la amarga, y solo en casos de faltar esta se tomaba la negra
o la blanca. A dichos tubérculos se les sometía a un proceso para que eliminara el agua; al
efecto tendían en el suelo las papas y durante algunos días se las dejaba bajo los rayos
solares y la helada nocturna; luego se le sometía a presión para que expulsara la poca
humedad que aún conservaba, y ya secas, perdían los dos tercios de su peso original.
Luego la molían hasta convertirla en harina de chuño, que lo guardaban en los depósitos.
Otro tubérculo empleado para hacer chuño era la oca; más no lo hacían con el olluco, por
ser demasiado pequeño.96
También supieron conservar la carne, deshidratándola y convirtiéndola
en charqui (chalonas o cecinas). Para tal fin, solo bastaba colgar la carne cortada en
pedazos, hasta que perdiese toda su humedad que tuviese, y no le echaban sal ni otro
preservativo. Una vez seca podía durar por mucho tiempo. Las carnes preferidas eran la
de llama, y de vez en cuando, la del venado.97
En el litoral marítimo y en las riberas de los lagos, los pueblos pescadores secaban y
salaban el pescado, tanto para el consumo propio como para el intercambio.
Trabajo de la piedra[editar]
Quipu incaico
Los incas contaron con un ingenioso registro numérico a base de cuerdas y nudos
llamado quipus. Los nudos indicaban los números, del uno al diez, y el color del cordón u
otros detalles indicarían el tipo de bienes registrados, aunque hay que destacar que esto
último no era una regla común sino que tendía a variar. El encargado de elaborar e
interpretar el quipu era el quipucamayoc. El quipu es una herencia cultural milenaria, pues
en Caral se descubrieron quipus de 5000 años de antigüedad.99
Dos probables formas de comunicación ideográfica fueron los tocapus y los quillcas:
Los tocapus o tocapos son recuadros en sucesión, cada uno de los cuales tienen un
diseño particular, a manera de figuras heráldicas. Suelen aparecer pintados en los
vasos o queros y en los tejidos incas. Se ha postulado que se traten de signos de una
escritura fonética, aunque otros consideran que son de la época colonial, y por tanto,
serían solo diseños artísticos influenciados por la cultura occidental.100
Quillca es una palabra quechua que indicaría un diseño pintado. Los españoles lo
tradujeron como escritura, aunque en realidad se tratarían de diseños pictográficos
realizados sobre peñas (petroglifos), pero no de símbolos fonéticos.100
Religión[editar]
Artículos principales: Religión incaica y Mitología incaica.
Los incas adoraban al dios sol al que llamaban Inti, así como a la luna y a los fenómenos
naturales.
La cosmovisión andina fue de carácter politeísta, animista y totémica. En los andes
vivieron gran cantidad de creencias, cada cual con un componente étnico. Se creía en la
existencia de tres mundos: superior (Hanan Pacha), medio (Kay Pacha) e inferior (Uku
Pacha); y en un dios creador Viracocha.
El culto quechua, era presidido por el Inca, considerado hijo del sol y asistido por los
siguientes personajes:
Cabeza inca de piedra con llauto y mascapaicha. Representa probablemente al dios Viracocha.
Wiracocha: fue una divinidad panandina, de origen preinca. Era un dios adorado por la
nobleza cusqueña.
El Sol (Inti): fue el dios oficial en el Tawantinsuyo, difundido por el inca Pachacútec.
La Luna (Mama Killa). Diosa del cielo y las estrellas, protectora de las mujeres (coyas
y acllas) y esposa del dios Inti.
Pachacámac: fue el dios más importante de la costa central.
Illapa: dios del rayo.
Pachamama: madre tierra.
Mama Cocha: madre de los lagos.
Coyllur: diosa de las estrellas.
Apus: dioses de las montañas, los montes tutelares.
Festividades[editar]
Inti Raymi (en quechua, fiesta del Sol), la fiesta más solemne, que se efectuaba
durante el solsticio de invierno, en homenaje al Sol, dios y padre de los fundadores del
imperio. A ella acudían los dignatarios de todo el país, ataviados con el mayor lujo que
le fuera posible. El Inca presidía la ceremonia en una explanada de la plaza del Cuzco,
esperando la aparición del Sol. El inca elevaba dos grandes vasos de oro con chicha,
y mientras invitaba al Sol con el de la mano derecha, del otro vertía pequeñas
cantidades en los vasos de sus parientes.101
Cápac Raymi, la fiesta principal del Sol, que se realizaba en el mes de diciembre. Se
sacaban en procesión las imágenes del Sol guardadas en el Coricancha, así como a
las momias de los incas. Se hacían muchas ofrendas de oro, plata y spondylus, así
como sacrificios de niños y de camélidos. Se realizaba también la ceremonia
del Warachikuy.102
Capac cocha, que podría traducirse como «obligación real», se realizaba entre abril y
julio, en honor al dios Viracocha. La ceremonia incluía fiestas y ofrendas de
reconocimiento y de gratitud. Desde las cuatro direcciones del Tahuantisuyo los
poblados enviaban uno o más niños al Cusco, para, luego de las ceremonias allí
oficiadas, regresar y ser ofrendados a huacas o santuarios locales.
Citua, era la fiesta solemne celebrada el primer día de la luna después del equinoccio.
Era considerada como un sacrificio de expiación general. El pueblo se preparaba con
un ayuno de 24 horas y con una continencia escrupulosa. Hacían una especie de
pasta mezclada con sangre, sacada de entre la nariz y las cejas de los niños con la
que se frotaban el cuerpo, previamente lavado, operación con la cual creían
precaverse de toda clase de enfermedades. Frotaban igualmente con la misma pasta
los umbrales de las casas. El sumo sacerdote hacía la misma operación en el
Coricancha y en los palacios.