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GENERALIDADES

1.1 PETROLOGIA Y PETROGRAFIA

Las rocas, que constituyen la parte más extema de nuestro planeta, o litosfera, pueden
ser consideradas como el resultadao final de la evolución de sistemas físico-químicos, más
o menos complejos, desarrollados como consecuencia directa de la actividad geológica exó-
gena y endógena.
El objetivo de la Petrología es determinar la naturaleza de dichos sistemas naturales, la
magnitud de las variables que han determinado su evolución (presión, temperatura, ener¬
gía cinética, etc.) y, finalmente, interpretar el proceso, o procesos, geológicos implicados
(Fig. 1.1).
Para alcanzar este objetivo la Petrología dispone de los datos proporcionados por los
tres grandes campos de conocimiento que constituyen su cuerpo de doctrina;
1) Campo teórico, en el que se estudia el comportamiento teórico de sistemas físico-quí-
micos similares a los que existen en la naturaleza (Petrología teórica).
2) Campo experimental, en el que se estudia el comportamiento de sistemas en el labo¬
ratorio, reproduciendo las variables naturales (Petrología experimental); y finalmente,
3) Estudio petrológico de las rocas naturales, o Petrología clásica.

A pesar de que los tres campos de conocimiento aludidos son a menudo tratados de for¬
ma individual, es preciso considerarlos conjuntamente, siempre que ello sea posible, para
poder elaborar modelos petrogenéticos coherentes.
El estudio de las rocas naturales, que en definitiva son el objeto formal de la Petrología,
se realiza desde la escala cartográfica y regional hasta cristalina y molecular, y es general¬
mente abordado en tres vías diferentes pero íntimamente relacionadas entre sí (Fig. 1.1):

1) Relaciones de campo, coriisideradas a cualquier escala desde cartográfica a mesoscó-


pica. Mediante el estudio de las relaciones de campo se pretende conocer la geome¬
tría de los cuerpos rocosos, relaciones espacio-temporales entre diferentes cuerpos,
mesoestructuras, fábrica, etc.

2) Estudio petrográfico, que permite conocer las relaciones mutuas entre cristales o gra¬
nos (textura y microestructuras), composición modal, clasificación petrográfica, etc.

3) Estudio geoquímico, que permite conocer, además de la composición química de la


roca o de alguna fase mineral en particular, la edad absoluta mediante el análisis de
relaciones isotópicas, las condiciones de presión y temperatura y, en muchos casos,
la situación y naturaleza del área fuente.

Cada uno de estos tres aspectos puede cobrar mayor o menor importancia dependiendo
del tipo de roca considerada; si bien, el segundo (Petrografía), es igualmente importante tan¬ Figura 1. 1.
to en rocas ígneas como sedimentarias y metamórficas, ya que permite conocer la natura¬
leza de los cristales o granos que componen una roca, las relaciones mutuas entre ellos, sus Diagrama esquemático indicando e¡ flujo de investigación en Petrología. Partiendo de las rocas naturales se llega a la
elaboración de modelos petrogenéticos, en base a las observaciones naturales (relaciones de campo, petrografía y geo¬
abundancias relativas, etc., llevando finalmente a la clasificación de la roca y a la asigna¬ química) y apoyados en datos experimentales y teóricos. El diagrama trata da ilustrar la posición de la PETflOGRAFIA
ción de un nombre sistemático. dentro de la Petrología y su importancia dentro de la investigación petrológica en general.

1 B/Petrología y petrografía Petrología y pet�ografía|�9


1 GENERALIDADES
GENERALIDADES

Las técnicas de trabajo utilizadas en Petrografía abarcan desdé la toma de muestras, la


realización de láminas delgadas y secciones pulidas hasta finalmente el estudio de la roca
bajo el microscopio polarizante. La intención de este libro es servir de guía básica para cüal-
quier estudio petrográfico realizado con el microscopio de luz transmitida. Para ello se pre¬
sentan las definiciones y esquemas texturales más usuales, así como los diagramas de cla¬
sificación correspondientes a cada tipo o familia de las rocas más comunes, sin profiindi-
zar en aspectos genéticos de las rocas consideradas.

1.2 DEFINICIONES BASICAS

A menudo algunos términos petrográficos son utilizados con cierta ligereza, a pesar de
las definiciones ya establecidas. Dada, además, la existencia de varias definiciones en los
diferentes tratados de Petrología, es preciso elegir las que se consideran más adecuadas para
ser utilizadas en este libro. Por ejemplo el término textura, ampliamente difiindido en Me¬
talurgia y en Petrografía, es a menudo utilizado con distintos significados entre los geólo¬
gos. Las observaciones texturales son el punto central del estudio petrográfico; es bastante
común la existencia de rocas de igual composición que sólo se distinguen en su textura y
que han sido desarrolladas p.or procesos dispares. Algunos autores distinguen entre tex¬
tura y estructura'dependiendo de la escala de observación; utilizando el término textura
para las observaciones microscópicas. Tal distinción carece de sentido por tratarse de con¬ Figur a 1.2.
ceptos distintos entre sí e independientes de la escala de observación. Por . esta razón se
hace a continuación una definición general de términos de gran utilidad petrográfica tales Ejemplo da las estructuras principales que aparecen en las rocas más comunes.
como textura, estructura, microestructura, fábrica y fábrica cristalográfica. También se pro¬ la) Homogénea o masiva.
(b) Bandeada.
pone uña definición para patrón íextural que es un concepto que aparece de forma intrín¬ (c) Bandeada curva.
seca en las descripciones petrográficas y que será ampliamente utilizado a lo largo del libro.
(d¡ Nodulosa
— Textura. Conjunto de las relaciones inter�anulares de tamaño y forma de los crista¬ íej Brechoide.

les o clastos que forman una roca determinada. Las denominaciones texturales y los independencia de la composición mineralógica. El concepto es mucho más amplio
criterios utilizados varían según el tipo de roca considerada.
que el de textura, y en él pueden estar incluidas características estructurales o mi-
— Estructura. Distribución y orden de los cristales o clastos dentro de un cuerpo rocoso croestructurales, granulométricas, etc., dependiendo del tipo de roca considerada. En
rocas ígneas el patrón textural está definido por tres características principalmente:
(Fig. 1.2).
_ Microestructura. Igual significado que estructura pero a escala microscópica (Fig. 1.2). 1) Grado de cristalinidad.
2) Tamaño de grano.
_ Fábrica. Orientación espacial de los cristales, clastos o agregados policristalinos no
3) Textura general.
equidimensionales dentro de un cuerpo rocoso. Como se puede ver, estructura y fá¬
brica son conceptos independientes. En las figuras 1.3 y 1.4 se presentan las combi¬ En sedimentarias detríticas estaría definido por:
naciones más comunes entre estructura y fábrica para los casos de estructura homo¬
génea y nodulosa. La determinación de la fábrica es esencial para conocer la geome¬ 1) Tamaño y forma de los granos.
tría de los cuerpos rocosos y puede hacerse directamente en el campo. 2) "Sorting", y
— Fábrica cristalográfica. Disposiáón espacial de elementos cristalográficos (ejes, pla¬ 3) Madurez textural.
nos) dentro de una roca. Para su determinación es preciso recurrir a técnicas especia¬ En metamórflcas por:
les (platina universal, Rx, etc.).
1) Textura
_ Patrón textura!. El concepto de patrón textural, implícitamente expuesto en numero-, 2) Microestructuras, y
sos tratados de Petrolera, se toma aquí como parte fundamental del estudio petro¬ 3) Fábrica,
gráfico. Se podría definir como el conjunto de características, no composicionales,
que pueden ser utilizadas para distinguir una roca o grupo de rocas de las demás, con por citar algunos ejemplos significativos, ya que en cada tipo de roca será ampliamen¬
te comentado el patrón textural de las rocas más comunes.

20 �Definiciones básicas Definiciones básicasf2'\


MINERALES PLANARES O TABULARES MINERALES ACICULARES ELIPSOIDES DE REVOLUCION ELIPSOIDES DE TRES EJES

ISOTR
OPA

< a:
> <
CO 2
< <
—1
O.

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22/Definiciones básicas Definiciones básicas/23

LINEAR

PLANO-
LINEAR

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GENERALIDADES GENERALIDADES 1
1.3. LOS CINCO TIPOS TEXTURALES BASICOS (a) SECUENCIAL I (b) SECUENCIAL II

Best (1982) establece cinco tipos texturales básicos para todas las rocas naturales, indi¬
cando que cualquier otra textura es una combinación de dos o más de los cinco tipos bá¬
sicos. Los cinco tipos texturales, que deben ser tomados como términos extremos, son los
siguientes (Fig. 1.5):
Textura secuencial (sequential) (Fig. 1.5a y b).Constituida por cristales que han crecido
a partir de una disolución. El orden de cristalización puede ser determinado por cri¬
terios de inclusión.
Textura vitrea (glassy) (Fig. 1.5c). Constituida por vidrio desarrollado por solidificación
rápida de un fundido.
Textura clástica (clastic) (Fig. 1.5d). Formada por fragmentos (clastos) de rocas o cris¬
tales englobados en algún, material precipitado o diagenético (cemento) o en una ma¬
triz arcillosa (en rocas volcánicas fragméntales la matriz suele ser vitrea).
Textura cristaloblástica (crystalloblastic) (Fig. 1.5e). Los cristales se han desarrollado en (c) VITREA (d) CLASTICA
un medio esencialmente sólido, por transformaciones de minerales preexistentes.
Textura deformada (strained) (Fig. 1.5í). Los cristales o clastos aparecen deformados y
reorientados pudiendo estar borrada la textura original de la roca.
La textura secuencial puede darse en cualquier roca ígnea (plutónicas y volcánicas) así
como en algunas evaporitas; es decir, siempre que las relaciones entre los cristales indi¬
quen una secuencia de cristalización por precipitación a partir de un medio fluido (magma
o disolución acuosa). La textura vitrea es característica de muchas rocas volcánicas lávi¬
cas. La textura clástica es típica de las rocas sedimentarias terrígenas, pero también puede
darse en rocas volcánicas fragméntales. La textura cristaloblástica es característica de las
rocas metamórficas, y la textura deformada es igualmente característica de las tectonitas.
Evidentemente no pueden darse en las rocas naturales otras texturas distintas de estos
cinco-tipos básicos; sin embargo, su definición es excesivamente amplia y poco precisa para
describir texturalmente una roca, por lo que se recomienda utilizar el concepto de "patrón
textural", anteriormente definido, en las descripciones petrográficas. (e) CRISTALOBLASTICA (f) DEFORMADA

1.4 EL CONCEPTO DE MATRIZ

A menudo muchas rocas, tanto ígneas como sedimentarias, metamórficas y algunas tec¬
tonitas, presentan una distribución de tamaño de grano claramente bimodal de forma que
un máximo corresponde a tamaños finos y otro a los tamaños más gruesos. La población
fina es a lo que suele denominarse jnatriz, si bien este concepto tiene diferentes connota¬
ciones dependiendo del tipo de roca de que se trate. En las rocas volcánicas porfídicas, la
matriz es la parte afanítica o vitrea en la que están incluidos los fenocristales (población
giaiesa). En general, en rocas ígneas el concepto de matriz depende de la escala de tamaños
considerada. En rocas sedimentarias terrígenas, el concepto de matriz tiene fuertes conno¬
taciones genéticas o sedimentológicas, pues se trata del material arcilloso de tamaño infe¬
rior a 30 mieras. En rocas metamórficas sólo se habla de matriz cuando existen porfido-
Figura 1 . 5 .
blastos en la roca y es exclusivamente dependiente de la escala de tamaños. Por último,
en tectonitas la matriz sí tiene un significado especial, ya que es la firacción fina que se pro¬ Esquema representando seis tipos texturales en base a los cinco tipos básicos de Best (J982). La textura secuen¬
duce por la reducción de tamaño de grano que tiene lugar durante la deformación. En de¬ cial se subdivide en I y II distinguiendo entre rocas faneríticas (én las que los cristales pueden reconocerse de
terminadas tectonitas el porcentaje de matriz es la base para la clasificación. visu) y afanfticas (en las que los cristales han de reconocerse al microscopio). Esta distinción es útil en rocas
magmáticas pero no en rocas sedimentarias can textura secuenciaL

24/£/ concepto de matriz El concepto de matnz/25


GENERALIDADES GENERALIDADES

TABLA 1.1.
1.5 CONSTRUCCION DE FICHAS PETROGRAFICAS
Términos descriptivos más usados para cristales y clastos.
Cuando se hace un estudio petrográfico de un gran número de muestras de una región
determinada es imprescindible elaborar "fichas petrográficas" en las que se refleja, de la
forma más escueta posible, el conjunto de características petrográficas relevantes, que pue¬ CRISTALES CLASTOS neral "acce
den ser posteriormente utilizadas al elaborar cualquier hipótesis genética.
Las fichas han de hacerse con un criterio unificado, respetando siempre el mismo orden sorio" que
de anotación de los datos extraídos del estudio microscópico. El orden que generalmente lOIOMORFOS REDONDEADOS los propios
se sigue es el mismo con que se obtienen los datos al realizar el estudio de la roca. De for¬
ma general y para cualquier tipo de roca, el orden es el siguiente: minerales
SUBREDONDEADOS
SUBANGULOSOS mayoritario
SUBIDIOMORFOS
1) Patrón textural ANGULOSOS s. Además,
2) Composición en rocas
3) Clasificación FORMA
4) Características de los minerales o granos metamórfic
ESFERICOS
5) Observaciones XENOFORMOS SUBESFERICOS as
(alotriomorfos) habría que
Patrón textural. De acuerdo con la definición anteriormente dada, en este apartado se incluir un
incluyen todas las características texturales, microestructurales, granulométricas, etc. que apartado e
LEUCOGRATOS (claros) Igual, si son clastos special par
defmen a la roca sin considerar su composición mineralógica. COLOR
MELANOCRATOS (oscuros) monominerálicos) a las relaci
Composición. En rocas cristalinas (no clásticas) los mijierales se agrupan según su abun¬ ones blaste
dancia relativa en: sis-deform
ación.
a) Esenciales, cuando entran a formar parte de la roca en más del 5 % en volumen. Los FEMICOS(Fe,Mg...) MONOMINERALICOS Finalme
minerales esenciales han de ser ordenados según su abundancia de mayor a menor e COMPO¬ FELSICGS(Si,AI...) Monocristalinos nte, en roc
indicando el porcentaje aproximado de cada uno. SICION CAFEMICOSICa, Fe,Mg...) Policristalinos as sedimen
b) Accesorios, los que están en proporción inferior al 5 % en volumen. OPACOS (Oxidos, suifuros...) POLIMINERALICOS
tarias, detrí
c) Secundarios, son los productos de alteración (hidrotermal o meteórica), independien¬
temente del porcentaje en que estén dentro de la roca. ticas y de p

En rocas sedimentarias se hace la misma distinción entre esenciales y accesorios pero recipitació
referida a clastos y no a minerales. Se habla entonces de componentes esenciales y com¬ LAMINAR n química,
ponentes accesorios. se realizan
ACICULAR fi¬
Clasificación. Se hace en base a la composición modal según los diagramas apropiados f-
chas petrog
para cada tipo de roca. En algunos casos es preciso recurrir a criterios texturales y/o mi¬ ráficas part
neralógicos adicionales para llegar a la clasificación. En cualquier caso se debe indicar el HABITO
criterio utilizado y el autor de la clasificación. iculares en
EQUIDIMENSIONAL las que se t
iene en cue
Características de los minerales o granos. Se listan los minerales en orden decreciente de
nta, ademá
abundancia, indicando para cada uno las características más relevantes tales como, hábito, TABULAR ;íí-;í.-jíí.V s del patró
inclusiones, agregados, etc. (ver Tabla 1.1). Se procurará realizar dibujos y esquemas tex¬ n textural,
turales para ilustrar las características observadas. la
naturaleza de los granos, matriz, cemento, etc.
Observaciones. En este apartado se indican los aspectos más relevantes del estudio pe¬
trográfico, indicando los posibles procesos implicados en el origen y evolución de la roca.
Construcción de fichas p e t r o g r á f l c a sl l l
Este tipo de ficha es válido para todas las rocas cristalinas, si bien en metamórficas pue¬
de variar en determinados aspectos. Por ejemplo, la abundancia relativa de minerales no
posee excesiva importancia, siendo en muchos casos más relevante la presencia de un mi-

26/Construcción de fichas petrográficas


GENERALIDADES GENERALIDADES í
1.6 DIAGRAMAS DE CXASIFICACION
A (=100) Figura 1.6.

Uno de los objetivos principales de la Petrografía es llegar a la clasificación de lá roca Diagrama de tres componentes con enrejado
y la asignación de un nombre en base a la composición mineralógica y textura. A pesar de triangular. Los tres componentes, AByC
tienen el valor WO%en cada vértice y
que aún existen nombres locales en Petrología actualmente se tiende a asignar nombres cero en los vértices opuestos. Las
composicionales, o bien definir con precisión los límites composicionales de los nombres líneas paralelas a un lado tienen
locales cuando son ampliamente aceptados por la comunidad científica internacional. En igualporcentaje del componente
rocas ígneas el problema está siendo abordado por la Subcomisión para la Sistemática de de! vértice opuesto. El punto
las Rocas Igneas de la lUGS (International Union of Geo-Sciences), que propone o sugiere P tiene por tanto la
clasificaciones de fácil manejo y revisa permanentemente los criterios utilizados (ver p. ej. composición de 40 %de
Streckeisen 1976, 1979). Dichas clasificaciones, al igual que otras propuestas para rocas se¬ A, 40 % de B
dimentarias, se hacen en base a las proporciones relativas de tres o más componentes ma- y20%dBC.
yoritarios proyectados en diagramas triangulares o tetraédricos.

1.6.1. Diagramas triangulares


La mayor parte de las clasificaciones modales que se usan en Petrología se basan en la
proporción relativa de tres componentes mineralógicos (o clásticos). En rocas cristalinas
los tres componentes son silicatos que, en un reducido grupo denominado generalmente
"minerales formadores de rocas", constituyen la práctica totalidad de las rocas naturales.
Los tres componentes considerados se representan en los vértices de un triángulo equi¬ C(=100)
látero con valor 100 %. Para representar una composición cualquiera en el triángulo es pre¬ B(=100)
ciso que los tres componentes sumen IDO. En las figuras 1.6 y 1.7 se reprsentan los dos ti¬
pos más usuales de diagramas triangulares. La mayoría de los diagramas de clasificación
se subdividen en campos por líneas que parten de la base y se unen en el vértice superior, A ( =100)
y por líneas paralelas a la base (Fig. 1.7). Cuando las líneas de división de campos no si¬ Figur a 1.7.
guen una re¿la geométrica, es preciso recurrir a diagramas, como el de la figura 1.6 para
situar una composición determinada. Diagrama de tres componentes sin enrejado triangular.
Las líneas paralelas ai lado BC tienen igualporcen¬
No obstante, cuando se requiere �an precisión en representaciones triangulares, es con¬ taje de A. Las líneas que unen el vértice A con el
veniente utilizar coordenadas cartesianas, en lugar de coordenadas triangulares, expresan¬ lado BC tienen la misma proporción de By C
do la composición en función de dos variables "y" (ordenada) y "x" (abcisa). considerada la suma de éstos 100. Un punto
La transformación de coordenadas triangulares a cartesianas es relativamente simple ya Pcon 30%de A, 42% de By 28% de C debe

que el diagrama triangular es un triángulo equilátero cuyos ángulos miden 60° cada uno. 00 situarse en algún punto a lo largo de la
línea A =30. La posición delpunto
Haciendo coincidir la base del triángulo con el eje x y el vértice B (p.e. Fig. 1.6) con el ori¬ en esta línea ia hayamos recalculan-
gen de coordenadas se tiene que: do a 100 ia suma de B+ C (B=60.
C =40). Elpunto Pio.encon-
y = %A sen 60, tramos en la intersección de
X = 100 - (%B + %A eos 60) ia línea B-C (60) con ia
línea A = 3 0 .
30

C (100)

B (100)

23/Diagramas de clasificación Diagramas de clasificación/29


GENERALIDADES GENERALIDADES n
1.6.2. Diagramas de 4 componentes
<
ü
Los cuatro componentes se representan en los vértices de un tetraedro (Fig. 1.8). Los pla¬ z
nos paralelos al lado opuesto de un vértice tienen en todo el plano la misma composición o (A CO

a
de dicho vértice. Estos planos son diagramas triangulares, de tres componentes, como los 31 <
U
<
u
descritos anteriormente. Para representar un punto, primero se sitúa el plano que tiene la Q. n z Z
w 5 i i-: . <
composición de un vértice, obteniendo un triángulo. A continuación se recalcula a 100 la á S o -S
<
O
suma de los tres componentes restantes y se procede como en cualquiera de los casos an¬ ; o ji _J 10 -J
- § líi O -a o
teriores (Figs. 1.6 y 1.7). Salvo algunas excepciones, los diagramas de cuatro componentes >w.g
wg ¡5: a
no son muy usuales en Petrografía. < O <y o
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Figura 1.8. a .S
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Diagrama de cuatro componentes. El triángulo B'C D' tiene el 30% de A. En éste, B',
C y D' han de ser recalculados a 100 (p. e. B'= (.B/(B "¥0 + D) x 100) para situar
un punto cualquiera en el tetraedro.

1.7 PRIMERA APROXIMACION TEXTURAL


A LA CLASIFICACION <
u
t—
w
Los cinco tipos texturales básicos (Best 1982), que se representan de forma esquemática <
en la figura 1.5, pueden ser utilizados como una primera aproximación a la clasificación —I <
m Q
de las rocas más comunes en base a su textura, como se muestra en el cuadro de la figura O <
1.9. Es preciso subrayar que este esquema de clasificación no es más que una idealización < CC
con la que se trata de mostrar la utilidad de las descripciones texturales, sobre todo cuando H
(rt o
Ll.
no se dispone de otros datos (relaciones de campo, composición química, etc.). Las com¬ LU
plicaciones a tal idealización se irán viendo y discutiendo en los sucesivos capítulos. No uCC O
obstante, es preciso hacer algunas observaciones para mejor comprensión del cuadro.

30jPrimera aproximación textura! a la clasificación Primera aproximación textura! a !a clasificación/3'i


GENERALIDADES

La textura secuencial I se da sobre todo en rocas ígneas plutónicas y subvolcánicas, si


bien puede darse en cualquier roca desarrollada por consolidación de una disolución (acuo¬
sa, hidrotermal, etc.). En general las rocas ígneas se forman por cristalización de fundidos
silicatados, por lo que la composición mineralógica nos permite distiguir entre ígneas y ro¬
cas de otra procedencia (p. ej. evaporitas). En cualquier caso es raro que se presenten du¬
das a este respecto, sobre todo si se conocen otros datos como relaciones de campo, situa¬
ción regional, etc. No obstante, existen magmas de composición carbonatada y sulfurada
qué dan lugar a rocas plutónicas, raras en la naturaleza, que quedan fiiera de esta clasifi¬
cación. Otras rocas que pueden tener textura secuencial, y que no figuran en la clasifica¬
ción, son las rocas hidrotermales y metasomáticas. Dichas rocas no presentan gran interés
sistemático, por lo que iio serán tratadas en el libro.
Por otra parte,, las rocas subvolcánicas pueden presentar tanto texturas propias de rocas
volcánicas como de rocas plutónicas. La mayoría de estas rocas poseen además texturas
especiales como se mostrará en el capítulo correspondiente.
Finalmente, las rocas con textura clástica pueden asignarse al grupo de volcánicas frag¬
méntales, o al de sedimentarias terrígenas, dependiendo de la naturaleza de los clastos. Al¬
gunas tectonitas pueden presentar también textura clástica (brechas de falla). En este caso
existe una matriz característica formada por trituración. La situación de las tectonitas clás¬
ticas, en zonas de falla, impide cualquier confusión con otras rocas de textura clástica.

LECTURAS COMPLEMENTARIAS

Williams, H.; Turner, F.J. & Gilbert Ch. M. Petrography. Freeman and Co. N. York, 1982.
Hutchinson, C.S. Laboratory Handbook ofPetrographic Techniques. John Wiley & Sons. N. York, 1974.

32/Lect uras complementarias


R O C AS IGNEAS

INTRODUCCION

La práctica totalidad de los magmas, producidos por fusión parcial en el manto y cor¬
teza terrestres, son fundidos silicatados complejos que pueden contener cristales en sus¬
pensión y gases disueltos (generalmente H2O). Dichos magmas se movilizan desde su lugar
de origen para finalmente solidificar en superficie, o en el interior de la corteza, dando lu¬
gar a rocas que denominamos ígneas en sentido amplio.
La amplia variedad de rocas ígneas que existen en la naturaleza y las asociaciones geo¬
gráficas observadas, hicieron pensar desde antiguo en la existencia de alguna relación ge¬
nética que explicara la diversidad por procesos llamados de diferenciación o fraccionación,
a partir de un magma común, más que por la existencia de una gran variedad de áreas filan¬
te. Hoy se conocen con cierta precisión los mecanismos de diferenciación por los que a par¬
tir de un magma, llamado parental, se producen las diferentes rocas que se asocian gene¬
ralmente con el calificativo de "serie de rocas ígneas". Al menos tres grandes series (alca¬
lina, toleítica y calcoalcalina) son bien conocidas y aceptadas en la actualidad. Algunas de
estas series presentan características petrográficas diferenciales, pero no de especial rele¬
vancia si se compara con las características geoquímicas. Por esta razón no se hará exce¬
sivo énfasis en la distinción petrográfica entre series, sino en la distinción entre los térmi¬
nos que constituyen cada una de ellas, desde los más básicos (basaltos y gabros) hasta los
más ácidos (riolitas y granitos).
Cuando los magmas alcanzan la superficie pueden hacerlo en forma de lavas, que soli¬
difican bruscamente en contacto con el aire o con el agua del mar, o bien en forma de vio¬
lentas explosiones aéreas con proyección de lava, gases y fragmentos de vidrio y cristales,
que posteriormente se acumulan en forma de depósitos llamados piroclásticos. En general
cualquier tipo de magma puede alcanzar la superficie o cristalizar en profundidad en la cor¬
teza, oripnando en ambos casos rocas con marcadas diferencias texturales entre sí. No obs¬
tante,'existen magmas ácidos, producidos en áreas fuente corticales, que raramente alcan¬
zan la superficie cristalizando generalmente en profundidad. Opuestamente, los magmas
básicos, producidos en áreas fílente mantélicás, sí alcanzan generalmente la superficie for¬
mando la gran mayoría de las rocas ígneas lávicas existentes en la naturaleza.
Figura 2.1.
En la figura 2.1 se presenta esquemáticaíriente el modo de ocurrencia de las rocas ígneas
en la corteza. Las rocas cristalizadas en profundidad, denominadas ígneas plutónicas, for¬ Esquema representando un corte idealizada (sin escala) de ta corteza terrestre con los principales
man intrusiones (plutones) y las que cristalizan en condiciones superficiales forman apa¬ modos de ocurrencia de las rocas ígneas, plutónicas, y volcánicas y subvolcánicas. Las rocas Igneas
ratos volcánicos y coladas de lava (ígneas volcánicas lávicas) o depósitos fragméntales (vol¬ que forman ia corteza oceánica quedan excluidas de este esquema, ya que son las menos accesibles
a ia obsenación directa.
cánicas fra�entales). Entre estos dos términos extremos pueden darse casos intermedios,
de rocas cristalizadas a poca profundidad en la corteza, que pueden presentar característi¬
cas plutónicas y volcánicas a la vez. Estas son las que se denominan rocas subvolcánicas
o hipoabisales. Las formas de intrusión más características son sills, lacolitos, diques, lo- solidificación forman la práctica totalidad de las rocas ígneas naturales. Sólo unos cuantos
politos, etc. (Fig. 2,1). grupos de silicatos forman esencialmente todas las rocas ígneas silicatadas (Tabla 2.1). La
mayor parte de los minerales que forman dichos grupos son series isomorfas con dos tér¬
minos extremos (Fe y Mg, Na y Ca, etc). Generalmente la composición de un mineral den¬
tro de una serie isomorfa, refleja las condiciones de cristalización; la zonación composicio-
2.1 MINERALES FORMADORES DE LAS ROCAS IGNEAS nal de un mineral puede reflejar variaciones en las condiciones durante la cristalización.
Estos aspectos quedan fuera del alcance de este libro y deben ser tratados en un curso de
Con excepción de algunos magmas, extremadamente raros en la naturaleza, como es el Petrología más avanzado, máxime cuando en muchos casos no puede conocerse la com¬
posición exacta de un mineral, que forma parte de una serie isomorfa, por métodos ópti¬
caso de los carbonatíticos y sulfurados, la gran mayoría son fundidos silicatados que por cos sencillos.

3�/Minerales formadores de las rocas ígneas «»• Minerales formadores de las rocas Ígneasl35
ROCAS IGNEAS
R O C AS IGNEAS

Tabla 2.1.
Grupos de minerales formadores de las rocas ígneas. 2.3 CRITERIOS TEXTURALES EN ROCAS
IGNEAS NO CLASTICAS

Olivino Los dos criterios clásicamente utilizados para definir la textura de las rocas ígneas no
clásticas son el grado de cristalinidad y el tamaño de los cristales. Con estos dos criterios
Ortopiroxenos se clasifican las rocas en grandes �pos texturales antes de establecer las relaciones textu¬
Clinopiroxenos rales de tamaño y forma de los cristales que se estudiarán más adelante.
Anfíboles
Micas
Feldespatos 2.3.1 Grado de cristalinidad
Caícosódicos
Muchas rocas ígneas que han sufrido un enfriamiento brusco en condiciones superficia¬
Sódicopotásicos
les, en contacto con el aire o con el agua del mar, solidifican rápidamente sin que dé tiem¬
Feldespato ides
po a la formación de cristales. Se desarrolla entonces un vidrio volcánico al menos en la
Cuarzo zona de la colada de lava que sufre el mayor grado de enfriamiento. Los vidrios volcánicos
aparecen isótropos al microscopio, si bien el color puede ser indicativo de la composición
de la lava. jLos vidrios oscuros corresponden a layas basálticas y_looi-drio&xlaro.s .a
vas de composicion ácida. El índice de refracción también puede ser utilizado como íñdi-
Todos los minerales pertenecientes a los grupos señalados en la Tabla 2.1 son fácilmen¬ cátivo�eTa�omposicióirde la lava, pues éste presenta una correlación negativa con el con¬
tenido en sílice (Fig. 2.2).
te identificables al microscopio óptico de luz transmitida con ayuda de algún manual de
Mineralogía Optica.

2.2 GRUPOS TEXTURALES

De los cinco tipos texturales básicos mencionados en el capítulo anterior, las rocas íg¬
neas pueden presentar texturas clástica, vitrea y secuencial. La primera es exclusiva de las
rocas volcánicas fragméntales. Las rocas plutónicas sólo presentan textura secuencial, y las
volcánicas lávicas pueden presentar tanto textura vitrea como secuencial combinadas o no
en la misma roca. Todo ésto permite establecer dos grandes grupos texturales distinguien¬
do entre rocas con textura clástica y rocas vitreas y cristalinas. Cada grupo presenta una
problemática particular en cuanto al origen, composición y modo de ocurrencia. De estos
dos grupos, el primero posee entidad propia, formando lo que se suele denominar rocas
volcánicas fragméntales. El segundo grupo es más heterogéneo e incluye rocas ígneas cris¬
talizadas en profundidad (plutónicas) y en condiciones superficiales {volcánicas lávicas), así
como en condiciones de poca profundidad (subvalcánicas). A pesar de que en muchos ca¬
sos pueden establecerse diferencias texturales entre cada uno de estos tres subgrupos de las
rocas ígneas no clásticas, existen algunos aspectos texturales de carácter general que serán
tratados a continuación con el fin de no repetirlos en los siguientes capítulos. De estos as¬
pectos texturales generales los más importantes son:

1) Los criterios seguidos para la determinación de la textura.


2) Las texturas especiales que se pueden presentar aisladamente por una o más fases
cristalinas. F igur a 2. 2.
Correlación entre el porcentaj'e de sílice y ei índice de refracción de! vidrio, según Church & Johnson (1980,
3) Los criterios seguidos para establecer el orden de cristalización. in Best 1982ipg. 611). Para un porcentaje de SiO� se tiene una gama de valores de! índice de refracción
dependiendo de iapresencia de otros componentes en ei magma.

361Grupos texturales » Criterios texturales en rocas ígneas no dásticasjZl


ROCAS IGNEAS ROCAS IGNEAS

Existen pocas rocas volcánicas que sean totalmente vitreas, pues las lavas contienen ge¬ En la figura 2.3 se representan esquemáticamente las curvas que relacionan las tasas de
neralmente cristales en suspensión, que se han desarrollado en profundidad, y que final¬ nucleación (N) y crecimiento (C), con la tasa de enfriamiento. Supongamos un magma cuya
mente aparecen incluidos en la matriz vitrea. La proporción de vidrio a cristales es lo qüe temperatura de liquidus es TI. Por debajo de TI empezarán a aparecer los primeros cris¬
indica el grado de cristalinidad de la roca. Según este criterio, las rocas pueden clasificar¬ tales en el magma. Si la temperatura desciende desde Te hasta T'c en un incremento de
se en tres grandes grupos: tiempo pequeño, la cris�ización se produce a la temperatura Te, a la cual corresponde
una tasa de nucleación (N) pequeña y una tasa de crecimiento (C) máxima. Como conse¬
1) Holohialinas. Compüestas por más del 90% en volumen de vidrio. cuencia, se formarán pocos núcleos cristalinos que tienden a desarrollar cristales de gran
tamaño. El resultado Sería una roca holocristalina fanerítica. Las rocas plutónicas cristali¬
2) Hialocristalinas. Compuestas en parte por vidrio y en parte por cristales sin que nin¬ zan eii "profundidad con pequeñas tasas de enfriamiento (bajo A T) y desarrollan texturas
guno de ellos supere el 90% en volumen de la roca. Se debe indicar la proporción de del tipo anteriormente indicado.
vidrio a cristales, aunque sea de forma aproximada.

3) Holocristalinas. Compuestas por más del 90% en volumen de cristales.


Cristales
Típicamente, los dos primeros grupos corresponden a rocas volcánicas lávicas. El ter¬ T = TI - Te
cero puede corresponder tanto a rocas plutónicas como volcánicas, dependiendo del tama¬
'
ño de los cristales. /
/O/
\
V \
/ V
igur a 2. 3.
t \ Relación en
2.3.2 Tamaño de los cristales 1 \ O

\
tre las tasas de n
_o
'5
l / N \
"O ucleación (N) y
Por el tamáño de los cristales, las rocas se agrupan en dos grandes categorías: H / >

1) Faneríticas. Cuando los cristales son reconocibles de visu, o con ayuda de una lupa
_i
/
/
y
y
V \
\\ crecimiento fC¡
y la tasa de enfr
de mano. / iamiento. Basad
Tc/ / o en ¡as curvas
2) Afanüicas. Cuando los cristales no son reconocibles ni con ayuda de una lupa de T'c T"c
obtenida
mano y es preciso recurrir al microscopio. s para cristalizac
ión de nefelina (
TI -
según Sham 1365, in Hughes 1982) (explicación en el texto). > AT (°C)
En la tabla 2.2 se dan los límites de tamaño comúnmente aceptados para establecer sub-
grupos dentro de las rocas faneríticas, así como la división de las rocas afaníticas.
El tamaño de grano de una roca ígnea es función de la velocidad de enfriamiento del Si la temperatura desciende bruscamente desde TI hasta T"c (alto AT), la cristalización
magma. Si la cristalización tiene lugar lentamente, en profundidad en la corteza, se desa- tiene lugaj�a la temperatura T"c, teniéndose la situación inversa a la anterior; es decir, alto
rroñan rocas faneríticas. Opuestamente, si la cristalización'es rápida, se desairollan rocas valor de N y bajo valor de Ü. Se formarían muchos núcleos cristalinos con escaso creci¬
afaníticas e incluso vitreas si la tasa de enfriamiento es extrema. miento. El resultado es una roca afanítica. Este es el caso de la mayoría de las rocas vol¬
cánicas lávicas que han solidificado bruscamente en la superficie con un alto AT entre la
temperatura de liquidus del magma (TI) y la temperatura de cristalización (Te). Finalmen¬
Tabla 2-2 te, en condiciones extremas de enfriamiento rápido, se formarían las rocas vitreas.
División de las rocas cristalinas en función del tamaña del grano. No obstante, la mayoría de los magmas no solidifican a una única temperatura (Te),
sino que la cristalización puede comenzar en profundidad y finalizar en condiciones más
" ' ROCAS AFANITICAS superficiales con mayor tasa de enfrumi�nto. Además, no todos los minerales que se for¬
ROCAS FANERITICAS
33¡Cr¡ter¡os texturale man en un magma tienen la misma N y C para un mismo valor de Te. El resultado es que
(Cristales reconocibles de visu) (Cristales no reconocilbes de visu) no todos los cristales de una misma especie mineral tienen el mismo tamaño, ni tampoco
s en rocas ígneas no c las diferentes
>30 mm
especies cristalinas tienen que tener necesariamente un tamaño uniforme.
grano muy gruesa microcristalinas (cristales reconocibles al
5 • 30 mm
lásticas
grano grueso microscopio)
Criterios texturales en rocas ígneas no c/ási7cas/39
grano medio 2 • 5 mm . criptocristalinas (cristales no reconoci¬
grano fino < 2 mm (pero recono¬ bles al microscopio) O
cibles)
ROCAS IGNEAS ROCAS IGNEAS

Por tanto, la distribución de tamaños de grano dentro de una roca es un dato a tener en
cuenta a la hora de hacer reconstrucciones de la historia de cristalización. En la figura 2.4
2.4 TEXTURAS ESPECIALES
se presentan esquemáticamente cinco situaciones ideales de distribución de tamaños de gra¬
no que se dan fi-ecuentemente en rocas ígneas cristalinas (plutónicas y volcánicas), Aparte de la textura general de la roca, definida en base a los criterios antes menciona¬
dos, existen otras relaciones texturaies entre dos o más fases cristalinas que se referirán
aquí como "texturas especiales" ya que raramente aparecen de modo generalizado en toda
la roca, sino en una fase o grupo de fases minerales. Se han elegido las que se dan más fre¬
cuentemente en las rocas ígneas comunes. Algunas de estas texturas son exclusivas de una
fase mineral determinada o de un grupo concreto de minerales, si bien otras pueden darse
en cualquier mineral. De forma general, dichas texturas pueden definirse como sigue:

1) Textura mirmequítica.
2) Textura gráfica.
diámetro crist. -> Textura esquelética.
UNIMODAL,
3)
4) Textura dendrítica o celular.
5) Textura simplectítica.
6) Textura coronítica.
7) Textura poiquilítica.
8) Textura pertítica.
9) Texturas manteadas en feldespatos.
SERIADA
10) Zonación composicional en plagioclasas.

Textura mirmequítica (Fig. 2.5a). Entrecrecimiento de cuarzo (en forma de "gusanitos")


con plagioclasa ácidá.'Aparece fi-ecuentemente como textura reaccional (postmagmática)
en el contacto entre plagioclasa y feldespato potásico en muchas rocas graníticas.
BIMOOAL Textura gráfica (Fig. 2.5b). Entrecrecimiento de cuarzo (en forma de cristales esquelé¬
ticos que recuerda a la escritura cuneiforme) y feldespato potásico. Se suele interpretar por
cristalización simultánea de los dos minerales, cuarzo y feldespato potásico. Muy frecuen¬
te en las pegmatitas graníticas. .
Textura esquelética (Fig. 2.5c). Puede aparecer en cualquier especie mineral (frecuente
en plagioclasas, olivino, ilmenita, etc.). Los cristales esqueléticos presentan bien desarro¬
llada la parte más extema englobando en el núcleo los minerales de la matriz en la que
PORFIDICA aparecen.
Textura dendrítica o celular {J'vg. 2.5d). Frecuentemente en plagioclasas cuando han su¬
frido un enfriamiento brusco con cristalización rápida. Se forman entonces cristales den-
dríticos con ramificaciones celulares, dejando huecos que son posteriormente rellenos por

A otro mineral, o por plagioclasa de distinta composición (Hibbard 1981).


Textura simplectítica (Fig. 2.5e). Intercrecimiento vermicular de dos fases minerales por
cristalización simultánea de ambas.
Textura coronítica (Fig. 2.5f). desarrollada por reacción de un mineral con la matriz. Los
Figura 2.4. productos de reacción se disponen formando una corona en tomo al cristal primitivo.
Esquema representando cinco casos tipo de distribución de tamaños de grano en rocas Textura poiquilítica (Fig. 2.5g). Definida por cristales de gran tamaño cuando presentan
ígneas crístaiinas independientemente de! tamaño de grano de la roca.
numerosas inclusiones de otros cristales de la matriz.

40/ Criterios texturaies en rocas ígneas no clásticas Tsxturas espec¡ales/4''\


ROCAS IGNEAS ROCAS IGNEAS

Textura pertítica (Fig. 2:6). Se origina por desmezcla en estado sólido de una fase que
deja de ser miscible, con la fase en la que está contenida, al descender la temperatura. Tí¬
pica de los feldespatos alcalinos. Texturas similares se dan en otros minerales como los pi-
roxenos, pero no reciben el nombre de pertitas más que en los feldespatos. La textura per¬
títica está definida por cristales de plagioclasa ácida ordenados geométricamente dentro de
un cristal de feldespato potásico. Cuando la relación es la inversa (Fk exsuelto en Pl) se
denomina textura antipertüica, y cuando la proporción de la fase desmezclada es igual a
la fase residual se denomina mesopertítica. En la figura 2.6 se muestran tres casos de per-
titas que se diferencian en la disposición geométrica de los cristales de plagioclasa dentro
del feldespato potásico.

Figura 2. 6.
Textura pertítica. ¡a) Cordones, (b) Venas, (c) Parches.

Texturas manteadas en feldespatos (Figura 2.7). En muchas rocas graníticas, los feldes¬
patos (Fk y Pl) se presentan con los bordes recrecidos de un feldespato de distinta natu¬
raleza que el que aparece en el núcleo. Tal disposición recibe el nombre genérico de tex¬
tura manteada, y puede presentarse de forma más o menos compleja dependiendo del gra¬
do de evolución del fenómeno que la origina o del tipo de proceso implicado en su génesis.
En la figura 2.7 se presentan los seis casos más comunes de texturas manteadas en feldes¬
patos, basado en las descripciones de Hibbard p981). Cuando es la plagioclasa la que ro¬
dea al feldespato potásico, la textura se denomina rapakivi (Fig. 2.7a, b y c). Y cuando la
relación es la inversa, se denomina antirrapakivi (Fig. 2.7d, e y f)- La mezcla de magmas de
Figur a 2. 5.
diferente composición es uno de los mecanismos propuestos para el origen de las textiu'as
Texturas especiales en rocas ígneas cristalinas. manteadas en feldespatos de las rocas plutónicas (Hibbard 1981).
(a) Mirmequftica. Zonación composicional en plagioclasas. Las plagioclasas constituyen una solución sóli¬
(b) Gráfica.
(c) Esquelética.
da desde el término sódico (albita) hasta el puramente cálcico (anortita). Esto hace que los
(d) Dendrítica o 'celular en plagiad asas. cristales de plagioclasa aparezcan zonados en muchas rocas ígneas. Al existir una relación
(e) Simplectítica. directa entre la composición y el ángulo de extinción, es relativamente fácil determinar el
(f¡ Coronítica. Corona de Opx y Pl en torno a cristal de 01. porcentaje de anortita por métodos ópticos (ver los diferentes métodos existentes en cual¬
(g) Poiquili'tica. quier manual de mineralogía óptica).
[Él estudio del zonado en plagioclasas presenta gran interés petrogenético en cuanto que
refleja las condiciones de cristalización y los cambios ocurridos durante la misma?Al me-
�2! Texturas especiales Texturas especialesjAZ
ROCAS IGNEAS ROCAS IGNEAS

a3) Oscilatorio. Cuando la composición oscila repetidamente en bandas estrechas (Fig.


2.8c). Las bandas más extemas suelen ser más ricas en albita que las internas. Den¬
tro de cada banda suele existir una zonación inversa.
b) Sectorial. Cuando la composición varía de forma preferente en alguna dirección cris¬
talográfica. Raro en la naturaleza, sí es frecuente en otros minerales como los cli-
nopiroxenos.

Figur a 2. 7.
Principales tipos de texturas manteadas en feldespatos según Hibbard (1981). PId: plagioclasa dendrftica
(ver Fig. 2.5d).

nos, los siguientes tipos de zonado pueden distinguirse en las plagioclasas de las rocas íg¬
neas más comunes:
Homogéneo
- continuo
normal
inverso Figur a 2. 8.
- discontinuo
- oscilatorio Los tres tipos de zonado más frecuentes en plagioclasas de rocas ígneas.
(a) continuo, (b)'discontinuo y < (c) oscilatorio.
Sectorial
a) Homogéneo. Cuando la variación de composición se distribuye de forma homogénea 2.5 ORDEN DE CRISTALIZACION
según los elementos cristalográficos (el zonado es generalmente paralelo a las caras del cris¬
tal) pudiendo ser continuo, discontinuo y oscilatorio.
Con excepción de las rocas ígneas clásticas, el resto se forman por solidificación a partir
al) Continuo. La composición varía de forma continua desde el centro al borde del cris¬ de un magma. En el caso más general, la solidificación implica la formación de cristales.
tal. Se dice que el zonado es normal cuando el núcleo es más rico en anortita (Fig. El proceso de' cristalización puede ser más o menos complejo y puede variar a lo largo de
2.8a) e inverso cuando el núcleo es más rico en albita. la solidificación del magma. Generalmente se habla de "historia de cristalización". Usual-
a2) Discontinuo. Cuando existen saltos bruscos de composición o discontinuidades (Fig. mente la historia de cristalización de un magma silicatado está controlada por la precipi¬
2.8b). Cada parte limitada por discontinuidades suele presentar zonado continuo tación de unas pocas (2 ó 3) fases cristalinas esenciales. Los diagramas de fases (binarios
normal. y temarios) constituyen una importante herramienta para interpretar el proceso de crista-

4 AI Texturas especiales Orden de cristalizacióri/A'B


fíOCAS IGNEAS ROCAS IGNEAS

lización en un magma (ver p. ej. Cox et al. 1979).'Sobre un diagrama de fases uno puede
ver fácilmente el orden de formación de cristales dependiendo de la composición original
del fundido a una presión determinada. Además, dicho orden de cristalización y los cam¬
bios ocurridos durante la misma quedan finalmente reflejados en la textura de la roca. Se
trata, por tanto, de conocer el orden de cristalización mediante la aplicación de algunos cri¬
terios texturales simples} Dicha aplicación ha de hacerse con precaución ya que existen al¬
gunas excepciones a las reglas generales que aquí se dan.

2.5.1 Criterios de idiomorfismo y tamaño de grano

Independientemente del tamaño, los primeros cristales que se forman por precipitación
a partir de un fundido tienen mayor facilidad para desarrollar caras cristalinas y aparecer
finalmente como idiomorfos. Sin embargo, la tendencia al idiomorfismo depende también
de otros factores tales como energía de cristalización, tasa de crecimiento, etc., por lo que
este criterio ha de ser tomado siempre con cierta precaución. Obviamente, las últimas fa¬
ses en cristalizar no tienen espacio para desarrollar caras, y su forma dependerá del espacio
dejado por los cristales inicialmente formados (Fig. 2.9a). En cualquier caso es preciso co¬
nocer la tendencia natural al idiomorfismo de la fase considerada para poder aplicar este
criterio.
En algunas rocas, los dos criterios, idiomorfismo y tamaño de grano, pueden ser aplica¬
dos simultáneamente. Este es el caso de las rocas porfídicas (volcánicas generalmente), en
las que existen dos generaciones de cristales. La primera formada por cristales idiomorfos
de mayor tamaño (fenocristales) y la segunda de tamaño claramente inferior (matriz) for¬
mada por cristales xenomorfos (Fig. 2.9 b, c y d). Los fenocristales idiomorfos se han for¬
mado antes que los cristales de la matriz;, si bien, en muchas rocas porfídicas los fenocris¬
tales idiomorfos son poiquilíticos presentando inclusiones de cristales de la matriz, por lo
que este criterio ha de ser tomado también con cierta precaución.,

2.5.2 Criterios de inclusión


No siempre los cristales que aparecen incluidos dentro de otro cristal son anteriores al
cristal que los incluye. Las relaciones de los minerales incluidos entre sí, y de éstos con el
cristal hospedador, pueden indicar el orden relativo de cristalización. Pueden presentarse,
en un principio, dos posibilidades según que los minerales incluidos, idiomorfos o xeno¬
morfos, estén o no en continuidad óptica entre sí:
1) Los minerales incluidos sean idiomorfos o xenomorfos no están en continuidad óp¬
tica entre sí (Fig. 2.10). Dentro de este caso pueden darse varias posibilidades;
a) Los minerales incluidos existen también en la matriz. Se trata entonces de cristales
precoces, pero relacionados con el mismo proceso de cristalización a los cristales hos-
pedadores (Fig. 2.10a).
b) Los minerales incluidos no existen en la matriz. Pueden �er cristales relictos no re¬
lacionados con el proceso de cristalización de los cristales hospedadores.
c) Los minerales incluidos están ordenados geométricamente dentro del cristal hospe¬
dador (Fig. 2.10 b y c). Serían anteriores a la parte más extema del cristal y posterio¬
res a la parte interna.
Figur a 2. 9.
d) Los minerales incluidos son productos de alteración; es decir, no son fases magmá- Criterios generales efe idiomorfismo y tamaño de grano para determinare! orden de cristalización en rocas ígneas
ticas (Fig. 2.10 d). En este caso, existan o no en la matriz, son posteriores al cristal cristalinas. Los números indican la secuencia de cristaüzacián. Los criterios de inclusión, aquí utilizados, serán
que los incluye. discutidos e ilustrados en eipróximo apartado.

\
�6/Orden de cristalización Orden de crlstaiizaciónf47
ROCAS IGNEAS ROCAS IGNEAS

2) Los minerales incluidos son xenomorfos y están en continuidad óptica entre sí. Se
pueden dar dos posibilidades:
a) Los cristales incluidos están ordenados geométricamente dentro del cristal hospeda-
dor (Fig. 2.11a). Se trata generalmente de exsoluciones producidas con posterioridad
a la formación del cristal hospedador.
b) Los cristales incluidos se distribuyen irregularmente dentro del cristal hospedador
(Fig. 2.11b). Se trata de restos de un único cristal anterior que por alguna reacción
magmática da lugar al cristal que ahora aparece como hospedador, pudiendo quedar
restos del cristal primitivo si la reacción no se ha completado totalmente.

2.5.3 Otros criterios cronológicos

Aparte de los criterios de inclusión, que son los más fácilmente aplicables y los que me¬
jor información pueden aportar, existen otros criterios tales como moldeado y coronas de
reacción que pueden ser utilizados para conocer el orden relativo de cristalización.
1) Criterios de moldeado. Los cristales idiomorfos o subidiomorfos que están parcial¬
mente incluidos (moldeados) por otro cristal xenomorfo, son anteriores al cristal xe-
nomorfo que los "moldea" (ver p. ej. cristal de P1 moldeado por Fk en la figura 2.5a).
Figur a 2 . 1 0 . Este criterio ha de ser observado en varios puntos de la lámina para ser tomado como
Orden de cristalización por criterios de inclusión cuando ¡os cristales incluidos, sean válido, ya que es frecuente el caso de que un cristal 1, moldeado en parte por otro
idiomorfos o no, no están en continuidad óptica entre si (ver texto). cristal 2, sea en otro punto de la misma lámina el que moldea al cristal 2. En este
caso las dos fases cristalinas serían esencialmente simultáneas.

4 8 / O r d e n de cristalización Orden de cristalización/


ROCAS IGNEAS
ROCAS IGNEAS

2) Coronas de reacción. Cuando existen coronas de reacción como la que se muestra en 2.6.2 Depósitos y rocas piroclástlcas ,
la figura 2.5f), el mineral que está en el centro y los de la matriz (si la reacción es sub-
solidus) son anteriores a los que forman la corona, pues éstos son el producto de la Un depósito piroclástico es un agregado de piroclastos, siempre que éstos entren en más
reacción entre el mineral central y la matriz. del 75% en volumen del total del agregado. El término "depósito piroclástico" se aplica de
forma genérica independientemente de que el agregado esté o no consolidado. Cuando se
trata de depósitos no consolidados, se denominan TEFRAS, y cuando sí lo están, se de¬
2.5.4 Criterios de cristalización simultánea nominan ROCAS PIROCLASTICAS. En la Tabla 2.3 se dan los términos que reciben las
tefras y rocas piroclásticas en función del tarnaño de los piroclastos. Dichos términos se
Existen algunas texturas que resultan por cristalización simultánea de dos (o más) fases aplican cuando el tamaño de grano del depósito o roca es homogéneo. Cuando existe una
minerales. Estas se ilustran en la figura 2.5a, b y e; es decir, texturas mirmequítica, gráfica amplia dispersión de tamaños en el depósito o roca, se utilizan términos compuestos in¬
y simplectítica respectivamente. dicando la mayor o menor proporción de un componente granulométrico 'determinado
(Hg. 2.12).

BLOaUES/BOMBAS
2-6 ROCAS VOLCANICAS FRAGMENTALES
> 64 mm

Como se indicó en la introducción de esta segunda parte, los magmas pueden en mu¬
1: Brecha piroclástíca
chos casos alcanzar la superficie en forma de violentas explosiones con expulsión de gases, 2: Tuff-brecha
tanto de los originalmente disueltos en el magma O'uveniles) como de los atrapados por el 3; Tuff de lapilli
magma durante su ascenso. La explosión, producida por la pérdida brusca de presión con¬ (lapillistone)
finante, da lugar a la fragmentación de la roca (que en parte podía estar ya consolidada en 4: a) LC tuff
b) CLtuff
forma de vidrio y/o cristales) en partículas angulosas y bloques que son proyectados al aire 5: Tuff de ceniza
y depositados finalmente en las inmediaciones del aparato volcánico formando lo que, en
sentido amplio, se denominan depósitos y rocas volcánicas fragméntales. Las partículas
que forman dichos depósitos y rocas se denominan piroclastos. La definición precisa de
este término, y de otros términos descriptivos pará rocas volcánicas fragméntales, ha sido
propuesta por la lUGS (Schmid 1981) como se indica en el apartado siguiente.

2.6.J Definiciones básicas


Piroclastos. Son cristales individuales, fragmentos de cristales, fra�entos de roca y vi¬
drio generados por rotura y disgregación producida como resultado directo de la actividad
volcánica.
Típicamente son clastos angulosos ya que no han sido retrabajados por medio de trans¬
porte alguno. Cuando sí han sido retrabajados se denominan epiclastos, si bien este térmi¬
no se aplica a cualquier clasto si su origen como piroclástico es incierto. En la Tabla 2.3
se presenta la clasificación granulométricá de piroclastos. Las definiciones de los términos
granulométricos son las siguientes:
— Bomba. Piroclasto de diámetro medio mayor de 64 mm. La forma suele ser elipsoi¬ LAPILLI 2-64 mm CENIZA <2 m m

dal o discoidal indicando que cuando se originó estaba aún parcialmente fundido.
— Bloque. Piroclasto de igual tamaño que las bombas pero de forma más irregular y an¬ Figura 2 . 1 2 .
Términos para depósitos y rocas piroclásticas con mala granoclasifícación. Según Fisher & Scfimincice
gulosa, indicando que cuando se originó estaba ya sólido.
(1984) Irtiodificado).
— Lapilli. Piroclastos, de cualquier forma, de diámetro medio comprendido entre 2 y
64 mm.
Utilizando las iniciales de los términos granulométricos siguientes:
— Ceniza. Piroclasto de diámetro medio entre 2 y 1/16 mm.
C = ceniza
— Ceniza fina o polvo. Piroclasto de diámetro medio menor de 1/16 mm.
L = lapilü

50/fíocas volcánicas fragméntales Rocas


i/o/cán/ca���Megft/es/SI
ROCAS IGNEAS ROCAS IGNEAS

y combinándolos con los términos tuff y brecha (ver Tabla 2.3) se pueden dar los siguien¬
2.6.3 Tipos de piroclastos
tes nombres para depósitos y rocas piroclásticas siguiendo las recomendaciones de la lUGS
(Schmid 1981): Tres tipos principales de piroclastos pueden ser distinguidos con relativa facilidad en de¬
— CL tuff (más ceniza que lapilli) pósitos y rocas piroclásticas:
1) Vidrio y material pumítico.
— LC tuff (más lapilli que ceniza)
2) Cristales y fragmentos de cristales.
— L tuff-brecha (bloques/bombas = lapilli) 3) Fragmentos de roca.
Los dos primeros son típicamente "juveniles" (Fisher & Schmincke 1984, pág. 90), en
— C tuff-brecha (bloques/bombas = ceniza) el sentido de que proceden de materiales relacionados directamente con la actividad vol¬
cánica que origina el depósito. El tercero, fragmentos de roca, puede corresponder a frag¬
— LC tuff-brecha (lapilli = ceniza = bloques) mentos de lava consolidada del propio aparato volcánico o a fragmentos de roca no rela¬
cionados con la actividad volcáiúca. En la figura 2.13 se da la clasificación de tuffs según
el tipo de piroclasto de los tres anteriormente mencionados.

VIDRIO
TABLA 2
Clasificación granulométrica de depósitos, rocas piroclásticas, tufitas y rocas
epiclásticas. Basado en Schmid (1981).

Tamaño TEFRAS ROCAS TUFITAS ROCAS 52/Rocas volcánicas fragménta


de grano Piioclasto (dep. no cons.) PIROCLASTICAS (Pir.7B-25%) EPICLASTICAS las
(Pir.>75�) (PIr. < 25%)

Aglomerado Aglomerado
Bloques Capa de bloques (redondeados)
(ang.)
Bombas TEFRAde Brecha piro'
(rcdond.) bloques/bombas clástica (ang.) Conglomerado Conglomerado
tufáceo

Brecha
Brecha
tufácea
Lámina o capa TÜFFde
Lapilli de lapilli lapilli
TEFRAdelapilli (lapillistone)
2 mm
Ceniza Ceniza TUFF de Arenisca Arenisca
gruesa gruesa ceniza tufácea
gruesa
1/16 mm-�-
CRISTALES Y
Limolita Limolita
tufácea .FRAGMENTOS DE CRISTALES FRAÍSMENTOS DE ROCA
1/256 mm Ceniza Ceniza TUFF de
fina ; fina ceniza fina
(polvo) (polvo) (Tuff da polvo) Arcillita Arcillita
tufácea Figura. 2.13.
Clasificación de tuffs según el tipo de piroclasta.

Rocas volcánicas fragmenta/es/53


ROCAS IGNEAS ROCAS IGNEAS

2.6.4 Épiclastos ración concéntrica del vidrio, y textura vacuolar (Fig. 2.14b). Las vacuolas', originalmente
rellenas de gasea, aparecen ahora huecas con las paredes tapizadas por algún mineral se¬
Según la clasificación de la lUGS (Schmid 1981), se llama épiclastos a los cristales, frag¬ cundario, o totalmente rellenas de minerales secundarios. Ambas texturas, conjuntamente
mentos de cristales, fragmentos de vidrio y de roca, procedentes de cualquier roca preexis¬ o por separado, son comunes en rocas vitreas. Los tres patrones texturales resultantes en
tente (volcánica o no) por alteración física o química, que han sido transportados en algún rocas holohialinas serían
medio por gravedad, aire, agua, hielo, etc. Los clastos de naturaleza piroclástica pero que
se presentan redondeados o cuyo origen es dudoso como relacionado con actividad volcᬠHolohialina perlítica (Fig. 2.14a).
nica directa, son denominados épiclastos. Muchos depósitos epiclásticos proceden de la al¬
teración de antiguos depósitos o rocas piroclásticas. En este caso no es difícil reconocer los Holohialina vacuolar (Fig. 2.14b).
cantos epiclásticos, ya que generalmente están compuestos de piroclastos (ver Fisher &
Schmincke 1984). Holohialina perlítica-vacuolar.

2,6.5 Tufítas y rocas epiclásticas

Una tufita es una roca compuesta por material piroclástico y epiclástico sin que ningu¬
(a) Perlítica (b) Vacuolar
no de los dos supere el 75% en volumen del total de la roca. Cuando existe más del,75%
de material piroclástico, se trata de rocas piroclásticas y cuando existe más del 75% de
épiclastos, son rocas epiclásticas o epiclastitas. Los términos utilizados para tufítas y rocas
epiclásticas se establecen en ftinci'ón del tamaño de grano, al igual que para los depósitos
y rocas piroclásticas, como se indica en la Tabla 2.3.
■mmM » '/■ It • r \
,4 mm, 13 mm,
2.7 ROCAS VOLCANICAS LAVICAS

En este grupo se incluyen todas las rocas ígneas desarrolladas por solidificación de un
magma en condiciones superficiales en contacto con el aire o con el agua del mar. Estas F igur a 2. 14.
condiciones de enfriámient�rápido son las que determinan los rasgos texturales de las ro¬
Texturas más comunes en rocas holohialinas.
cas que forman este grupo, i En general pueden tener textura vitrea o cristalina de grano
muy fino, dependiendo del grado de enfriamiento sufrido. Dentro de una misma colada
de laya suele ocurrir que la parte más extema, al sufrir mayor
�ado de enfiiamieno, es Rocas hialocristalinas (más del 10 % vidrio, más del 10 % cristales). Los cristales pue¬
esencialmente vitrea, y la parte más interna es esencialmente cristalina afanítica, incluso
en algunos casos faneriticaTi den presentarse de cuatro formas distintas: a) como fenocristales, b) microlitos, c) microfe-
nocristales y d) esferulitos. El vidrio aparece formando la matriz que incluye a los cristales.

2.7.1 Patrón textural a) Fenocristales: cristales mayores de 2 mm de longitud máxima. Esta definición sólo
es válida para rocas volcánicas, en las que la matriz es vitrea o afanítica (ver 2.3.2).
Como en el resto de las rocas ígneas no clásticas, el patrón textural está definido por los
criterios anteriormente mencionados (Cap. 2.3): grado de cristaünidad y tamaño de grano. b) Microlitos: cristales menores de 2 mm de longitud máxima y de hábito tabular o la¬
Dado que en el grupo de rocas volcánicas lávicas puede haber rocas vitreas y cristalinas, minar (típicamente son feldespatos).
es preciso mencionar este dato en el patrón textural al hacer la descripción petrográfica. El
criterio de grado de cristaünidad permite distinguir tres grandes grupos texturales (ver 2.3):
c) Microfenocristales: cristales menores de 2 mm de longitud máxima de cualquier for¬
ma que no sea tabular o laminar.
1) Rocas holohialinas.
2) Rocas hialocristalinas. d) Esferulitos: agregados fibroso-radiados de cristales, independientemente del tamaño.
3) Rocas holocristalinas.
Dado que sólo se consideran fenocristales cuando tienen tamaño mayor de 2 mm, se de¬
Rocas holohialinas (más del 90% de vidrio). Pueden tener cristales formados en pro¬ nominará matriz a todo lo demás, vidrio y cristales menores de 2 mm. Según esto se tie¬
fundidad (fenocristales). Pueden además presentar textura perlítica (Fig. 2.14a) por fractu- nen los siguientes tipos de rocas hialocristalinas (Fig. 2.15):

5�1Rocas volcánicas lávicas Rocas volcánicas Iávicasl55


ROCAS IGNEAS ROCAS IGNEAS

a) Hialocristalina vitrofidica (Fig. 2.15 a). Fenocristales en matriz vitrea. La matriz se Rocas holocristalinas. (más del 90 % de cristales). Los cristales aparecen de cualquiera
describe por separado como si se tratara de una roca holohialina (p. ej. Roca hialo¬ de las formas anteriormente indicadas en las rocas hialocristalinas y, además, formando
cristalina vitrofidica con matriz perlítica). un agregado micro o criptocristalino (ver 2.3.2) como soporte de la roca al igual que el vi¬
drio en el grupo anterior.
b) Hialocristalina microlítica (Fig. 2.15b). Microütos en matriz vitrea. Si los microlitos
están orientados se denomina microlítica fluidal.
c) Hialocristalina microporfidica. Microfenocristales en matriz vitrea.

d) Hialocristalina esferulítica (Fig. 2.15c). Esferulitos en matriz vitrea.

, 2 tniTii

(o) Esferulítica

Figur a 2. 1 5.

Texturas más comunes en rocas


hialocristalinas. (Ver texto).

i2 miHi

Cualquiera de los tipos b, c y d puede ser a su vez matriz de rocas porfídicas. Incluso b
y d pueden estar combinados dentro de la misma roca o matriz si existen fenocristales. Al¬
gunos ejemplos de patrón textural, combinando los adjetivos antes indicados, serían:
— Hialocristalina microlítica microporfidica.
— Hialocristalina porfídica con matriz microlítica. '
— Hialocristalina porfídica con matriz microlítica fluidal. Figura 2 . 1 6 .
— etc. Texturas más comunes en rocas holocristalinas (ver texto).

En teoría, cualquier combinación puede darse en rocas volcánicas hiaiocnstalinas. En


cualquier caso los atributos texturales, que definen el patrón textural, han de ser ordena¬ Las texturas más comunes se dan en la figura 2.16, si bien, cualquier combinación pue¬
dos como en los ejemplos antfes indicados. de darse dentro de una misma roca.

ñ6/Rocas volcánicas lávicas Rocas volcánicas Iáv¡casl57


ROCAS IGNEAS
ROCAS IGNEAS

Dichas texturas son:


contenido modal de Q, A, P y F. Entonces es preciso recurrir a clasificaciones basadas en
a) Holocristalina porfídica (Fig. 2.16a). Fenocristales en matriz afam'tica (menor de 2 la composición química. Una aproximación importante es la composición normativa se¬
mm). La matriz debe describirse como una roca afanítica de las que se dan a conti¬ gún Rittmann (1974); según este autor, dicha norma se aproxima bastante a la composi¬
nuación o como cualquier combinación de éllas. La mayoría de las rocas volcánicas ción modal de la roca.rSi sólo se dispone de la lámina delgada pueden utilizarse algunos
lávicas son porfídicas, por lo que las descripciones que se dan a continuación se re¬ criterios texturales y/o mineralógicos adicionales, que pueden aproximarse bastante a la cla¬
fieren generalmente a la matriz. sificación modal de la roc� Dichos criterios se presentan de forma esquemática en la fi¬
gura 2.18 y� basan principalmente en (1) el tipo de fenocristales, (2) en que un mineral
b) Holocristalina microporfidica (Fig. 2.16b). Microfenocristales en matriz micro o aparezca sólo en fenocristales, en matriz, o en los dos a la vez y (3) en las características
criptocristalina. delamatri�
c) Holocristalina microlttica (Fig. 2.16c). Microlitos en matriz micro o criptocristalina. Hay que señalar que los criterios de la figura 2.18 son válidos en la mayoría de los ca¬
sos, por lo queipa de ser tomadaícon precaución, nunca en un sentido riguroso, sino como
d) Holocristalina microlítica fluidal (Fig. 2.16d). Microlitos orientados en matriz micro una aproximación cuando no se dispone del coiitenido modal (QAPF) o bien de la "com¬
o criptocristalina. posición normativa (Norma de Rittmann, 1974)/!

e) Holocristalina traquítica (Fig. 2.16e). Igual que en el caso anterior, pero los microli¬
tos son de feldespato alcalino.
f) Holocristalina felsítica (Fig. 2.16f). Agregado equigranular, micro o criptocristalino, 2.8 ROCAS PLUTONICAS
de minerales félsicos (cuarzo y feldespatos).
En este grupo se incluyen las rocas í�eas que han cristalizado en profundidad en la cor¬
Los patrones texturales, antes mencionados, han de ser tomados como términos extre¬
mos. Cualquier combinación entre dos o más de ellos es posible en rocas volcánicas holo- teza, y por tanto en condiciones de enfnamiento lento. En consecuencia, son siempre rocas
holocristalinas faneríticas (ver 2.3). La descripción del patrón textural de cualquier roca plü-
cristalinas. El orden de los atributos texturales debe hacerse de forma que aparezcan en pri¬ tónica debería comenzar por "roca holocristalina fanerítica...", si bien ambos adjetivos pue¬
mer lugar los que tengan mayor relevancia en el conjunto de ía roca. den ser omitidos para evitar repeticiones. A continuación de estos dos adjetivos debe fi¬
gurar la descripción textural en los términos que se definen a continuación.

2.7.2 Clasificación y nomenclatura


2.8.1 Patrón textural
Siguiendo las recomendaciones de la Subcomisión para la Sistemática de las Rocas Ig¬
neas de la lUGS, recientemente actualizadas (Streckeisen 1979), la base para la clasifica¬ El patrón textural de cualquier roca plutónica está definido en primer lugar por el grado
ción es el porcentaje modal de los cuatro componentes siguientes; de cristalinidad y tamaño de grano (como se indicó anteriormente) y¿n segundo lugar por
Q: Cuarzo la textura, entendida ésta como las relaciones intergranulares de tamaño y forma de los cris¬
A: Feldespato alcalino (Fk y P1 con menos del 5 % de An). tales! En cuanto a la forma, los cristales se dividen en idiomorfos, hipidiomorfos o subi-
dioiíiorfos y xenomorfos o alotriomorfos (Tabla 1.1). Las relaciones de tamaño de grano
P: Plagioclasa (más del 5% de An) se dieron en la Tabla 2.4. Según estos dos criterios (forma y tamaño) se tienen los siguien¬
F: Feldespatoides tes patrones texturales (Fig. 2.19):
En la figura 2.17 se presenta el clásico doble triángulo QAPF con las divisiones de los
campos, y nombres de rocas correspondiente a cada uno, según las recomendaciones de la 1) Panidiomórfica
lUGS (Streckeisen 1979). Las divisiones que la Subcomisión recomienda eliminar, han 2) Hipidiomórñca
sido omitidas en la figura 2.17 (p. ej. antigua división dentro del campo 3 entre dacitas y 3) Alotriomórfica
plagiodacitas).
Esta clasificación sólo debe aplicarse cuando M es menor de 90, siendo: Panidiomórfica. Cuando la gran mayoría de los cristales son idiomorfos (más del 90 %).
M = 100 - (Q + A + P + F) Puede ser equigranular (Fig. 2.19a), o inequigranular (Fig. 2.19b).
Hipidiomórfica. Cuando todos los cristales son súbidiomorfos, o bien que existan cris¬
tales idiomorfos, súbidiomorfos y xenomorfos conjuntamente (caso más general). En la fi¬
gura 2.19c y d se representan los casos de textura hipidiomó�ca equi- e inequigranular
2.7.3 Criterios adicionales para la clasificación respectivamente.
La mayoría de las rocas volcánicas lávicas tienen una matriz afanítica micro o cripto¬ Alotriomórfica. Cuando la gran mayoría de los cristales (más del 90 %) son xenomorfos.
Como en los casos anteriores, puede ser equigranular (Fig. 2.19e) o inequigranular (Fig.
cristalina (incluso vitrea) por lo que en muchos casos es difícil, o imposible, determinar el 2.19f).

5 8 / R o c a s volcánicas lávicas Rocas plutónlcas/59


ROCAS IGNEAS

Nomenclatura de la figura 2-17

1: RIOLITAS DE FELDESPATO ALCALINO


-
2: RIOLITAS
3" DACITAS
4: TRAQUITA DE FELDESPATO ALCALINO

a); Cuarzo-traquita de feldespato alcalino


b): Traquita de feldespato alcalino
c): Traquita de feldespato alcalino con feldespatoides

5: TRAQUITAS

a): Cuarzo-traquita
b): Traquita
c); Traquita con feldespatoides

6: LAGITAS*

a): Cuarzo-lacita
b): Lacita
c): Lacita con feldespatoides

7: ANDESITAS y BASALTOS (M mayor de 35). Generalmente los siguientes tipos de andesitas y


basaltos quedan restringidos a ios campos siguientes (Streci(eisen'1979):

a): Andesitas calcoalcaiinas(principalmente)


d): Basaltos calcoalcalinos y ricos en Al
b) y d): Basaltos toleíticos
f): Basaltos alcalinos y Hawaiitas
c) y e): Mugearitas

8: FONOLITAS
9: FONOLITASTEFRITICAS
10: TEFRITAS FONOLITICAS (Basanita si 01 es mayor de 10�)
11: TEFRITAS (Basanita si 01 es mayor de 10|)
12; FOlDITAS

a): Foidita fonoiftica


b): Foidita tefri'tica
c): Foidita

I Figura 2.17. Si M es mayor de 90: Ultramafita


Dobla triángulo QAPF de clasifícación de las rocas volcánicas lávicas. Según Streckeísen (1979). Ver nomenclatura
en pág. siguiente. * Muchos autores utilizan también al tárlnlno LATITAS por traducción del término inglés LATITES.

60/Rocas plutónicas � Rocasplutónicasi6'\


ROCAS IGNEAS

Figura 2.19
Patrones texturales en rocas plutónicas. Cualquier otra textura puede ser considerada como una combinación
de dos o más de los patrones aquíindicados, los cuales han de ser tomados como términos finales.

QHRocas platónicas «a Rocas plutónicasl63


� R O C A S IGNEAS
R O C AS IGNEAS

En los casos de texturas inequigranulares puede darse cualquiera de los casos indicados acumulados entre los que existe un líquido intersticial (Fig. 2.20a). A partir de aquí pue¬
en la figura 2,4 (unimodal, seriada, etc). Los atributos que determinan el patrón textural den darse al menos tres posibilidades:
han de ser ordenados rigurosamente, comenzando por el grado de cristalinidad y tamaño
de grano y finalizando por la textura. Por ejemplo: Roca holocristalina fanerítica con tex¬ a) Que el líquido intersticial cristalice en un agregado xenoformo de menor tamaño de
tura hipidiomóifica inequigranular. grano. La textura resultante recibe el nombre de ortoacumulado (Fig. 2.20b). Los mi¬
El tamaño de grano también ha de ser determinado,- si bien este adjetivo suele adosarse nerales acumulados se denominan cumulus y los que forman el agregado xenomorfo
al nombre sistemático que se asigna a la roca (p. ej. granito de grano medio; ver Tabla 2.2). intercumulus.
Algunas rocas plutónicas son porfídicas, pero en este caso no existe un tamaño límite b) Que el líquido residual cristalice en grandes cristales poiquilíticos englobando los cris¬
para que la población gruesa sea tomada como fenocristales. Se habla de fenocristales cuan¬ tales cumulus. La textura resultante se denomina heteroadcumulado (Fig. 2.20c).
do la diferencia de, tamaños entre la población gruesa y la fina es claramente apreciable y
siempre que exisla un intervalo de tamaños, entre ambas poblaciones, al que corresponde c) Que los cristales cumulus recrezcan una vez acumulados (Fig. 2.20d), apareciendo zo¬
una frecuencia baja o nula (ver Fig. 2.4). nados si son soluciones sólidas, con un núcleo idiomorfo y un borde recrecido xeno¬
morfo. Si el recrecimiento es total y la porosidad es anulada, la textura resultante se
denomina adcumulado (Fig. 2.20e). Si después del recrecimiento cristaliza el líquido
2.8.2 Texturas especiales ■ residual en un agregado xenomorfo (intercumular) la textura final se denomina me-
soadcumulado (Fig. 2.20f). Un caso especial es cuando una fase cumulus deja de ser
estable, y es parcial o totalmente disuelta en el líquido intersticial, a expensas del cual
Algunas rocas, o grupos de rocas plutónicas, presentan una textura característica que, puede recrecer otra fase cumulus existente (Fig. 2.20g).
aunque puede ser tipificada por los criterios antes aludidos, recibe un nombre especial.
Este es el caso de las texturas denominadas:
1) Aplítica.
2) Granítica. \
3) Gabroica.
4) Agpaitica. ¡
5) Texturas acumuladas.
Textura aplítica. Característica de las aplitas. Se trata de una textura alotriomórfica equi-
granular de grano fino. También se denomina sacaroidea por su parecido en muestra de
mano con el aspecto del azúcar común.
Textura granítica. Característica de las rocas graníticas (granitos, granodioritas y tona-
litas). Sé trata de una textura hipidiomórfica inequigranular de tamaño de grano variable
(de grueso a fino). ;
Textura gabroica. Típica de las rocas básicas y ultrabásicas. Es una textura panidiomór-
fica equi- o inequigranular de tamaño de grano variable.
, ■ M " :
Textura agpazft'ca. Típica de las sienitas y fonolitas. Se trata de una textura hipidiomór¬
fica inequigranular en la que los feldespatos y/o feldespatoides son idiomorfos o subidio-
morfos, dejando huecos en los que aparecen los minerales ferromagnesianos con hábito
xenomorfo. >;
Texturas acumuladas. Muchas rocas plutónicas básicas aparecen en forma de com¬
plejos estratiformes en los que han sido descritas evidencias texturales de diferenciación
gravitatoria. El principio es que los cristales originalmente formados caen al fondo de la
cámara magmática si tienen mayor densidad que el líquido residual, o flotan y suben a la
parte superior si tienen menor densidad. Los cristales acumulados en el fondo de la cáma¬
ra dejan huecos" ocupados por el líquido residual. Este puede ser expulsado o puede cris¬
talizar en un agregado de menor tamaño de grano, o simplemente hacer que los cristales Figura 2. 20.
acumulados sigan creciendo hasta que la porosidad se hace cero. Estas posibilidades se Principales texturas de acumulados en rocas plutónicas. Basado en las descripciones de Bard (1985) y Best
muestran esquemáticamente en la figura 2.20. La situación de partida son unos cristales (1982). Explicaciones en el texto.

GAfRocas plutónicas fe ¿a Rocas plutónlcasl65


ROCAS IGNEAS

Nomenclatura de la Figura 2-21

la: CuarzQÍita (silexita) '


1b: Granitoides ricos en cuarzo

2: GRANITOS DE FELDESPATO ALCALINO


3a: Sienogranito
3b: Monzogranito
4: GRANODIORITAS
5: TONALITAS
6: SIENITAS DE FELDESPATO ALCALINO
6°: Cuarzosienita de feldespato alcaljno
6 : Slenita de feldespato alcalino
6': Sjenita de feldespato alcalina con feldespatoides

7: SIENITAS
7°: Cuarzosienita
7 : Sienita
7': Sienita con feldespatoides

8: MONZONITAS
8°: Cuarzo mbnzonita
8 : Monzonita
8': Monzonita con feldespatoides

9: iVlONZODlORITAS/IVION�OGABROS
9°: Cuarzo-monzodiorita/cuarzo-monzogabro
9 : Monzodiorita/monzogabro
9': Monzodiorita/monzogabro con feldespatoides

10: DIORITAS/GABROS {si tiene más de BO�de An en la Pl)


10°: Cuarzodiorita/cuarzogabro
10 : "Diorita/gabro (ver Figs. 2.24 y 2.25)
10': Diorita/gabro con feldespatoides

SIENITA FELDESPATOIPICA;

MONZOSIENITA FELDESPATOIDICA

MONZODIORITA/MONZOGABRO FELDESPATOIDICA

GABRO/DIORITA FELDESPATOIDICA

Figura 2.21. FOIDITA


Doble triángulo QAPFde Streckeisen (197B¡. Ver nomenclatura en pág. siguienta.

66¡Rocas piutánicas � Rocas plutónicas/67


� ROCAS IGNEAS
ROCAS IGNEAS

2.8.3 Clasificación y nomenclatura

Al igual que en las rocas volcánicas lávicas, la base de la clasificación es el contenido


modal de Q, A, P y F (ver 2.1.2) representados en el clásico doble triángulo de Streckeisen
(1976) (Fig. 2.21). Las divisiones de los campos y la nomenclatura utilizada son las reco¬
mendadas por la lUGS. Los tres componentes QAP o APF son recalculados a sumar 100
y representados directamente en el triángulo. De igual modo que en volcánicas, el diagra¬
ma QAPF sólo se aplica cuando M es menor de 90 (M = 100 - (Q + A + P + F)). Cuando
M es mayor de 90 la clasificación se basa en el contenido modal de minerales ferromag-
nesianós (01, Px, Hb). Dichas rocas se denominan en sentido amplio rocas ultramáficas.
Su clasificación y nomenclatura se representa en los diagramas de las figuras 2.22 y 2.23,
según Streckeisen (1976). De igual modo, las rocas que se proyectan en el campo 10 son
denominadas rocas gabroicas (si él contenido de An en la P1 es mayor del 50%) y se cla¬
sifican según el contenido modal de Pl, Px, OI y Hb como se muestra en los diagramas
triangulares de las figuras 2.'�4 y 2.25 (Streckeisen 1976) con la correspondiente no¬
menclatura.

Nomenclatura

1: Dunita I
2: Harzburguita I
3: Lherzolita PERIDOTITAS
4: Wehrlita I
5: Ortopiroxenita olivfnica
6; Websterita alivfnica
7: Clionopiroxenita olivfnica Nomenclatura
8: Ortopiroxenita PIROXENITAS
9: Websterita
10: Clinopiroxenita

Dunita
Peridotira piroxánica
Peridotita piroxeno-hornbléndica PERIDOTITAS
Peridotita hornbléndica
PIroxenita alivfnica
Piroxenita olivino hornbléndica
Harnblendita.olivina-piroxénica
Homblendita olivfnica
Piroxenita PIROXENITAS
Piroxenita hornbléndica Y
Homblendita piroxénica HORNBLENDITAS
Homblendita

op x opx

F igur a. 2, 22.
Diagrama Ol-Opx-Cpx para rocas ultramáficas (M mayor de 90). Según
, Streckeisen (1976). Figur a 2. 23.

Diagramq Ol-Px-Hb para rocas ultramáfícas (M mayor de 90). Según Streclceisen (1976).

68/flocas plutónicas. � � Rocas piutónicas/6Q


ROCAS IGNEAS ROCAS IGNEAS

Figura 2.24,
p| Figura 2.25.
Diagramas Pl ■ Px • 01 y Pl ■ Opx - Cpx para rocas gabrol- Diagrama P¡ • Px • Hb pata roc¿ gabroiA
cas (campo 10 déla Fig. 2.21). Según Streckeisen (1376).
cas (campo 10 de la FIg. 2 J Í I . Según
Streckeisen (1976)

Nomenclatura

1: Anortosita
opx cpx 2: Leuco-gabronorita
3; Leuco-gabronorita plroxeno-hornhlándica
4: Leucü-gabro hornbléndico
5: Gabronorita
Nomenclatura
6: Gabronorita piroxeno-hornbléndica

1; Anortosita 9; Mela-jabronorita olivCnica 7: Gabro hombléndico


2; Leuco-gabronorita ÍQ; Mela-troctolita 8: Mela-gabronorita
3: Leuco-gabronorita olivi'nica 11; Rocas ultramáficas con plagioclasas S: Mela-gabronorita piroxeno-hornbléndica
4; Leuco-troctolitá (Ver Figs. 2-22 y 23) 10: Mela-gabro hombléndico
5: Gabronorita 12: Norita 11: Piroxenita con plagioclasas
6; Gahronorita olivinica 13: Norita ciinompiroxáníca
12: Piroxenita hornbléndica con plagioclasas Rocas
7: Troctolita 14: Norita ortopiroxénica
13: Mornblendita piroxénica con plagioclasas Ultramáficas
8; Mela-gabronorita 15: Gabro
16: Piroxenitas con plagioclasas 14: Hornblendita con plagioclasas (ver Figs. 2-22 y 2-23)

lOiRo cas plutónicas � Rocas plutónicasfl �


ROCAS IGNEAS

2.9 ROCAS STJBVOLCANICAS O HIPOABISALES

Muchos magmas no alcanzan totalmente la superficie, y solidifican a escasa profiindi-


dad, formando lo que en general se denominan "complejos subvolcánicos". Las rocas que
forman dichos complejos tienen características intermedias entre plutónicas y volcánicas
lávicas, por lo que forman un �po petrográfico especial que denominamos "rocas sub-
volcánicas o hipoabisales". Típicamente, dichas rocas aparecen en forma de diques, sills,
lacolitos, etc. (ver Fig. 2.1) encajados en rocas sedimentarias, metamórficas o ígneas
preexistentes.
Algunos tipos de rocas subvolcánicas tienen equivalentes composicionales en rocas plu¬
tónicas y volcánicas, pero otros (p. ej. lamprófidos) son rocas exclusivamente subvolcáni¬
cas. La textura es un elemento esencial, ya que muchas de estas rocas presentan texturas
específicas, no existentes en otros grupos de rocas ígneas.

2.9.1 Grupos composicionales y textura


Dos grandes grupos de rocas subvolcánicas pueden ser establecidos atendiendo a la com¬
posición de los magmas que las han originado:
1) Rocas subvolcánicas máficas.
Figura 2. 26.
2) Rocas subvolcánicas félsicas. Textura lamprofídica. Fenocristales de anfíbol, piroxeno, biotita y olivino en matriz fémica afanítica en
ia que aparecen también los.ferromagnesianos antes indicados.
Los dos grupos pueden a su vez ser subdivididos atendiendo a criterios estrictamente
texturales. S ¡ . .
TABLA 2.4. zo (o foi
Clasificacián mineralógica:de lamprófidosi Según Streciceisen (1979).
des). For
Rocas subvolcánicas máficas. Presentan composición basáltica y están constituidas esen¬ man la
cialmente por minerales ferromagnesianos con proporciones variables de feldespatos, fel- mayoría
despatoides o cuarzo. Dos grandes grupos pueden distinguirse atendiendo a la textura: IVIinerales félsicos Minerales máficos de las ro
cas subv
a) Lamprófidos: Rocas con textura lamprofídica (Fig. 2.26) definida por la presencia de olcánica
fenocristales de minerales ferromagnesianos que también existen en la matriz afanítica o Feldesp. Foides Bi, Di, Au, Hb,Di, Au, Anf (Bk, Ker) Me!, Bi, (TiAu), s máfica
fanerítica de grano muy fino. Típicamente los lamprófidos aparecen en diques asociados (01) (01) TiAu, 01, Bi (01), (Ce)
generalmente a complejos plutónicos. Según Streckeisen (1979) los lamprófidos pueden de¬ s, y apar
finirse como rocas mesocráticas a melanocráticas, raramente ultramáficas, de textura por¬ ecen tan
fídica, conteniendo biotita y/o anfíbol como fases esenciales además de clinopíroxeno y Or>Pi iVIinette Voguesita to en
olivino. Los feldespatos y/o feldespatoides, si existen, están en la matriz. Según Streckei¬ diques c
sen (1979) se pueden distinguir tres tipos principales de lamprófidos, que a su vez pueden Pl > Or Kersantita Espesartita omo en
ser clasificados según el tipo de minerales máficos existentes y la proporción de ortosa a Or>PI Fd > Foid Sannaíta
sills, lac
plagioclasa como se refleja en la Tabla 2.4. Los tres tipos principales son: olitos, lo
Pl> Or Fd > Foid
poUtos y
al) Lamprófidos calcoalcaUnos. (minette, voguesita, kersantita y espesartita, ver Camptonita complej
� os subvo
Tabla 2.4). Vidrio 0 Moncliiquita Polzenita
lcánicos
a2) Lamprófidos alcalinos, (camptonita, sannaíta y monchiquita, ver Tabla 2.4). Foid máficos
I
■ '

' Alnoíta en gener
a3) Lamprófidos meülíticos. (alnoíta y polzenita, ver Tabla 2.4). al. Se
caracterizan por presentar las siguientes texturas;
b)Diabasas y ofitas: Rocas de composición basáltica, compuestas esencialmente de pi-
roxenos y plagioclasas, con cantidades subordinadas de feldespato potásico, olivino, cuar- «S9 Rocas subvolcánicas o hipoabisales¡73

72lRocas subvolcánicas o hipoabisales &


M ROCAS IGNEAS I'! f
ROCAS IGNEAS

bl) Textura diabásica (Fig. 2.27a); Definida por una disposición entrecruzada de las pla-
Rocas subvolcánicas félsicas. Tienen composición granítica (riolítica) y aparecen típica¬
gioclasas dejando huecos que son ocupados por los minerales ferromagnesianos (pi-
roxenos). También recibe los nombres de dolerítica e intergramlar. Un caso espe¬ mente en diques y zonas de borde de complejos plutónicos ácidos epizonalesi Aunque ra¬
cial es cuando los huecos entre plagioclasas están ocupados por minerales secunda¬ ramente, algunas pueden formar cuerpos intrusivos emplazados en niveles altos de la
rios, procedentes de la alteración de los ferromagnesianos primarios. En este caso corteza.
recibe el nombre de textura intersectal. Las diabasas son rocas básicas con textura
diabásica, independientemente de la edad de la roca. Al igual que en él caso anterior, pueden distinguirse dos grandes grupos atendiendo a la
b2) Textura ofítica (Fig. 2.27b): Definida por cristales poiquilíticos de piroxenos, que textura:
forman el armazón de la roca, incluyendo cristales tabulares desorientados de pla¬
gioclasas. Las ofitas son rocas snbvolcánicas básicas con textura ofítica, indepen¬ a) Pórfidos: Son-rocas leucocráticas con fenocristales de cuapo y feldespatos (á veces mi¬
dientemente de la edad de la roca.
cas) en una matriz felsítica (Fig. 2.16). La matriz suele ser afáñítica, micro- o criptocrista-
b3) Textura subofítica (Fig. 2.27c): Es una textura intermedia entre las dos anteriormen¬ lina, o faneritica de grano muy fino (Fig. 2.28). En muchas ocasiones es difícil distinguir
te descritas. Los piroxenos son poiquilíticos, incluyendo cristales de plagioclasas que los pórfidos subvolcánicos, también llamados felsitas, de las riolitas.
están en contacto formando un entrelazado similar al de la textura diábásica, de la
cud se diferencia en que los piroxenos que ocupan los huecos están en continuidad
óptica entre sí, pues son parte de un único cristal poiquilítico. Puede darse tanto
•§> 1
en ofitas como en diabasas; incluso es frecuente que las tres texturas aparezcan con
transiciones graduales dentro de la misma roca.
Estas texturas no son exclusivas de rocas subvolcánicas. Pueden aparecer también en zo¬
nas de borde de complejos plutónicos y en el interior de coladas basálticas. Son frecuentes
los gabros y basaltos con textura subofítica o diabásica, por lo que en muchos casos es ne¬
cesario disponer de datos de campo para llegar a precisar la clasificación. No obstante, las
diabasas y oñtas se caracterizan, además,, por presentar alteraciones hidrotermales que se
traducen en la aparición de aníiboles secundarios, epidotas, calcita, etc. (y textura intersec¬
tal por tanto), poco frecuentes en gabros y basaltos.

Figura 2.28.
Aspecto textura! de un pórfido. Los fenocristales son de cuarzo, plagioclasa,
feldespato potásico y blotíta. La matriz es cuarzofeldespatlca microcristaiina
(matriz felsítica, ver Fig. 2.16.)

b) Granójidos: Son rocas faneriticas, no porfídicas, de composición granítica con una tex¬
tura especial denominada granofídica (Fig. 2.29). La textura granofídica consiste en una
combinación de las texturas mirmequítica y gráfica (Fig. 2.5) producidas por intercreci-
miento eutéctico de cuarzo y feldespato alcalino. Los granófidos suelen ser muy pobres en
minerales ferromagnesianos. Suelen presentar alteraciones hidrotermales (feldespatos teñi¬
dos de rojo). Los minerales ferromagnesianos, si existen, suelen estar transformados en mi¬
nerales secundarios (clorita, óxidos de Fe, etc.).
74/Rocas subvolcánicas o hipoabisales o Rocas subvolcánicas o hipoabisales/75
R O C A S IGNEAS

Figura 2.29.
Aspecto textura! típico de un granófído. Los cristales de feldespato potásico (punteado)
suelen presentar textura gráfica. En torno a ellos se desarrolla una aureola de cuarzo y
< feldespato alcalino con textura mirmequítica.

LECTURAS COMPLEMENTARIAS

Bard, J.P. Microlexturas de Rocas Magmáticas y Metamórficas. Masson S.A., Barcelona, 1985.
Best, M.G. Igneous and Metamorphic Petrology. Freeman and Co. N. York, 1982.
MacKenzie, W.S.; Donaldson, C.H. & Guilford, C. Atlas o f Igneous Rocks and their Textures. Longman Group
Essex, England, 1982.
Fisher, R.V. & Schmincke, H.U. Pyroclastic Rocks. Springer-Verlag. Berlin-Heidelberg, 1984.

7 Q!Lecturas complementarias �
ROCAS SEDIMENTARIAS

Nomenclatura
INTRODUCCION
1; Rocas detríticas
2: Rocas aloqufmicas
impuras
3: Rocas ortoqufmicas
La mayor parte de los minerales que forman las rocas ígneas y metamórficas son ines¬ impuras
tables en condiciones atmosféricas cuando dichas rocas están en contacto con el aire o el 4: Rocas aloqufmicas
S: Rocas ortoqufmicas
agua. En consecuencia algunos se transforman en minerales estables en las nuevas condi¬
ciones (arcillas generalmente) y otros son disueltos, parcial o totalmente, en el .agua. El re¬
sultado es la disgregación de las rocas cristalinas por procesos llamados de alteración (fí¬
sica y química). Unos minerales son transformados en granos sueltos, otros en arcillas y
cationes en disolución, y todo este conjunto puede ser transportado y depositado finalmen¬
te, dando lugar a sedimentos y rocas sedimentarias.
Tres componentes principales forman la totalidad de las rocas sedimentarias, con ex¬
cepción de las rocas de origen exclusivamente orgánico. Estos tres componentes son:
1) Terrígenos
2) Ortoquímicos, y
3) Aloquímicos".
Terrígenos. Son cristales sueltos, fragmentos de cristales y fragmentos de roca, proceden¬
tes de rocas preexistentes por alteración y disgregación. Los materiales terrígenos se carac¬
terizan, además, por haber sufrido un transporte, más o menos largo y energético, desde
la roca fuente (área madre) hasta la cuenca de depósito, en la que ahora aparecen forman¬
do sedimentos y rocas. Los procesos de transporte y sedimentación son los responsables
de la morfología de los clastos y de otras características texturales que se analizarán en el Figur a 3. 1.
apartado siguiente. Clasificación de las rocas sedimentarias según las proporciones de Te (terrígenos), Al (aloquímicos)
y O (ortoquímicos).
Ortoquímicos. Son los materiales formados por precipitación química directa en la pro¬
pia cuenca de sedimentación, durante o inmediatamente después del depósito.
Aloquímicos. Materiales de origen químico, u organo-químico, formados en la misma
cuenca, pero que han llegado a la zona de depósito como "clastos". A veces estos materia¬ 3.1 ROCAS DETRITICAS
les pueden haber sufrido un corto transporte dentro de la misma cuenca.
La gran mayoría de ortoquímicos y aloquímicos son de composición carbonatada (car¬
bonato calcico principalmente) salvo en las rocas evaporíticas, ferruginosas y fosfatadas, 3.1.1 Textura y patrón textural
que no serán estudiadas en este manual.
Atendiendo a las proporciones relativas de los tres componentes antes indicados, se tie¬ Todas las rocas detríticas presentan textura clástica (ver Fig. 1.5). Los clas�tos pueden es¬
ne la primera clasificación de las rocas sedimentarias (Fig. 3.1). tar, o no, cementados por material ortoquímico y/o diagenético. Al material que rellena
los huecos entre los granos se le llama cemento cuando es de origen diagenético. El cemen¬
Las rocas con más del 50 % de terrígenos son denominadas rocas detríticas, y las que to suele ser carbonatado, ferruginoso o silíceo en el caso más general.
tienen menos del 50 ®/o de terrígenos reciben diversos nombres según la proporción de alo- Los elementos que definen el patrón textural de las rocas detríticas son;
químicos y ortoquímicos; éstas son en su gran mayoría de composición carbonatada {rocas
carbonatadas). De esta clasificación quedan excluidas las rocas carbonatadas de origen es¬ 1) Tamaño de grano.
trictamente orgánico que forman las llamadas biohermitas o biolititas.
2) Distribución de tamaños.
Más del 95 % de las rocas sedimentarias son detríticas y carbonatadas. Las detríticas
constituyen alrededor del 85 % y las carbonatadas abededor del 15 % (Blatt 1982), de aquí 3) Morfología de los clastos.
que estos dos grandes grupos sean los que presenten mayor interés petrográfico y 4) Madurez textural.
sistemático. 5) Empaquetamiento.
Rocas detrft¡casl79
7B¡ Introducción
ROCAS SEDIMENTARIAS ROCAS SEDIMENTARIAS

Tamaño de grano. Tres grandes clases de tamaños de grano son clásicamente aceptadas El sorting, simbolizado generalmente por la letra griega a (sigma) puede ser conocido
en rocas detríticas: de forma aproximada utilizando los patrones de la figura 3.2.
a) Grava (mayor de 2 mm)!
b) Arena (entre 2 mm y 62 mieras).
c) Fango (menor de 62 mieras).

Las subdivisiones de estas tres clases se muestran en la Tabla 3.1, junto con los nom¬
bres de rocas para cada clase de tamaños considerada. Cuando existe una fuerte dispersión
de tamaños de grano en la misma roca, se pueden combinar los nombres antes indicados,
figurando en primer lugar el que corresponde al tamaño de mayor frecuencia (p. ej. lutita
arenosa, arenisca conglomerática, etc.)

TABLA 3.1.
Clases granuiométricas y correspondientes nombres de rocas detríticas.
D es el -iog� del diámetro en mm.

Distribución de
Diámetro Clase roca
tamaños. El hecho
mm mieras D
de que una roca
4.096 -12
< presente o no un
256 >
- -8 < Bloques a gran dispersión
q:
64 -6 rn de tamaños de gr
4 - -2
CONQLOiVIERADOS
ano es un reflejo
Cantos de las condiciones
2 -1
Arena muy gruesa de transporte y s
0 edimentación; por
< Arena gruesa
0.5 500 1 ■z lo que este dato ti
0.25 250 2
cc Arena media ene gran importan
0.125 125 3
Arena fina ARENISCAS cia sedimentológi
Arena muy fina ca. La forma de c
0.062 62 4 uantificar la disper
Limo grueso
0.031 31 5 ¬ Figura 3. 2.
Limo medio
0.016 16 6 sión es mediante Patrones para determinar el sorting en rocas detríticas (principalmente para
o Limo fino < LIMOLITAS la desviación sta
0.008 8 7 u 1- rocas de tamaño de grano arena). Basado en Pettijohn et ai. 1373).
z
< Limo muy fino 1-
=3
ndar (en unidades
0.004 4 8
Arcilla ARCILLITAS 0 ) tomada a 2/
3 de la frecuenci Morfología de los clastos. La forma de los granos o clastos también puede tener impli¬
a caciones sedimentológicas, por lo que es éste un dato importante en la descripción petro¬
máxima. Esta des gráfica de las rocas detríticas. El grado de redondez es el dato morfológico de mayor inte¬
viación se conoce en rocas sedimentarias con el término inglés de "sor¬ rés. Este se representa en cinco grados, de mayor a menor, en los patrones de la Fig. 3.3.
ting". Este término es ampliamente aceptado por los geólogos hispano-hablantes, por lo
que se introduce aquí sin traducir. Madurez textural. Se dice que una roca detrítica es más madura cuanto más largo y/o
energético haya sido el proceso de transporte. Las rocas maduras se caracterizan, por tan¬
BO¡Rocas detríticas to, por tener los granos redondeados, por presentar una distribución homogénea de tama¬
ños de grano y por la ausencia de matriz (matriz = material arcilloso de tamaño inferior a
30 mieras). En la figura 3.4 se dan los pasos a seguir para calcular el grado de madurez tex¬
tural en areniscas, en función del porcentaje de matriz, sorting y redondez de los clastos.
Rocas detríticasIS"]
ROCAS SEDIMENTARIAS
ROCAS SEDIMENTARIAS
■I.

(a) (b)

MUY REDONDEADOS

# REDONDEADOS

SUBREDONDEADOS

t SUBANGULOSOS

# ANGULOSOS

MUY ANGULOSOS

Figura 3.3,
Patrones para determinar e! grado de redondez de los dastos. Figura 3.4.
(a) Formas de alta esfericidad. Diagrama de flu¡o para determinarla madurez textura!en areniscas. Basado en Folie (19S1).
(b) Formas de baja esfericidad. (Basado en Pettijohn et al. 1973). Valores de sorting y redondez según io establecido en ¡os apartados anteriores.

ZljRocas detríticas Rocas detrítlcasfSS


ROCAS SEDIMENTARIAS
ROCAS SEDIMENTARIAS

Empaquetamiento. El espacio intergranular dejado por los clastos puede estar ocupado
ser re¬
por material detrítico fino (matriz) o por cemento. Este espacio intergranular puede Olivino Anortita
ducido durante la diagénesis, e incluso desaparecer, dando lugar a una textura en mosaico
si tienen lugar procesos de disolución y recristalización. .En general se distinguen cinco gra¬ I
dos de empaquetamiento, desde el más bajo en que los granos están libres (flotantes) hasta Piroxenos Bítownita
el más alto en que los granos están suturados e interpenetrados. Los cinco grados se mues¬ I
tran en el patrón de la figura 3.5. Una forma de medir el índice de empaquetamiento (le)
es contando el número de contactos grano-grano (Nc) a lo largo de una recta hipotética de Labrador
longitud 1, aplicando la ecuación: Anfi'boles
I
Andesina
Ie= Í!Íl.xD (D = diámetro medio de clastos)
I
Biotita Oligoclasa

Feldespato I
Albita
potásico
F
igura 3 . 5 . Moscovita
Esquema representand Cuarzo
o los distíntosgrados de empaq
uetamiento y la nomenclatura Figura 3 . 6 .
utilizada para cada uno. Secuencia de ios minerales más comunes en las rocas cristalinas, ordenados según el grado de
alteración química (Según Blatt 1982).

3.1.2 Naturaleza de los


flotante puntual tangents completo suturado 3.1.3 Clasificación y nomenclatura
clastos
En la Fig. 3.1 se presenta la clasificación granulométrica de las rocas detríticas y los lí¬
Los clastos detríticos se producen por disgregación de rocas cristalinas y/o sedimenta¬ mites dé cada famiüa de rocas. De todas, las rocas de tamaño de grano arena, areniscas,
rias preexistentes. Por tanto, pueden ser cristales aislados, fragmentos de cristales y frag¬ son las que presentan mayor interés sistemático y poseen una clasificación propia. La base
mentos de roca sin disgregar. El cuarzo y los feldespatos están presentes en la mayor parte de la clasificación de areniscas es el porcentaje modal de los cuatro componentes siguien¬
de las rocas ígneas y metamóríicas, por lo que son los cristales más abundantes en rocas tes (si no se dispone de análisis modales pueden utilizarse los diagramas de estimación vi¬
detríticas. Otro factor que determina la presencia de un mineral en rocas detríticas es la sual de porcentajes que se dan en el apéndice):
resistencia a la alteración durante el transporte. En la figura 3.6 se ordenan los minerales Q. Clastos de cuarzo. Incluyendo fra�entos de cuarcitas y clastos de cuarzo monomi-
más comunes, de las rocas ígneas y metamórficas, según la resistencia a la alteración. El
neráücos. Se exceptúa el cuarzo microcristalino de tipo "chert".
cuarzo y los feldespatos alcalinos son los minerales más resistentes, lo que unido a su gran
abundancia en rocas cristalinas, determina el que estos minerales (y principalmente el cuar¬ F'. Feldespato potásico, plagioclasas y fragmentos de roca de granitos y gneises.
zo) sean los principales formadores, como clastos, de las rocas detríticas. Los minerales fe- FR. Fragmentos de roca. Cualquier fragmento de roca con excepción de los indicados
rromagnesianos (01, Px, Anf, Bi) se alteran con gran facilidad dando como resultado mi¬ anteriormente. Se incluyen en FR los fragmentos de cuarzo microcristalino tipo
nerales arcillosos que constituyen otro componente esencial de las rocas detríticas, bien sea "chert".
como matriz de areniscas, o bien formando rocas compuestas por materiales de tamaño ar¬ MATIUZ. Material arcilloso de tamaño inferior a 30 mieras. Excluyendo los minerales
cilla (arcülitas). Además, cuando la roca cristalina que se altera es de grano fino, puede frag¬
arcülosos autígenos (precipitados en la cuenca de sedimentación).
mentarse y dar lugar a clastos poliminerálicos que se denominan fragmentos de roca. Los
cuatro componentes, cuarzo, feldespatos, fragmentos de roca y matriz arcillosa, forman- Existen varias clasificaciones de areniscas en función de estos cuatro componentes. La
esencialmente la práctica totalidad de las rocas detríticas y son utilizados como base de la más utilizada es, sin duda, la de Folk (1974) que se muestra en las figuras 3.7 y 3.8. Dos
clasificación en rocas de tamaño arena.
grandes grupos de areniscas se distinguen atendiendo al porcentaje de matriz;
1) Arenitas, y
BA/Rocas detríticas
2) Grauvacas.
Las arenitas tienen menos del 15 % de matriz y se clasifican en el diagrama triangular
de la figura 3.7. Las grauvacas tienen más del 15 % de matriz y se clasifican en el diagrama
de la figura 3.8.

Rocas detríticas/85
ROCAS SEDIMENTARIAS
ROCAS SEDIMENTARIAS

3.2 ROCAS CARBONATADAS

Nomenclatura La gran mayoría de las rocas de origen químico u organoquímico es de composición car¬
Figura 3 . 7 .
1: Cuarzoarenita bonatada. Otras rocas de origen químico son las evaporitas, rocas fosfatadas y ferrugino¬
Clasificación de arsnitas ¡areniscas sas. No serán tratadas en este manual por poseer escaso interés petrográfico en cuanto a
rÉ'mrsm
2: Subarcosa
con menos del 15% de Matriz). Se¬ la clasificación y nomenclatura. Las rocas carbonatadas forman dos grandes grupos:
3; Sublitarenita
gún Folk (1974). 4: Arcosa
5: Arcosa I (tica 1) Cafeas, compuestas por carbonato cálcico; y,
6; Litarenita feldespática
7: Litarenita 2) Dolomías, compuestas por carbonato cálcico-magnésico.
La mayoría de las dolomías se originan por transformación (dolomitización) de calizas.
Es un hecho importante que las dolomías representen una pequeña parte de las rocas car¬
bonatadas actuales y recientes, y sean más abundantes que las calizas en áreas precámbri-
cas. Por esta razón, y por la presencia de texturas postdeposicionales (diagenéticas) las do¬
lomías presentan menor interés petrográfico que las calizas.
Las calizas, aunque son rocas monominerálicas, compuestas casi exclusivamente por car¬
bonato cálcico, presentan gran variedad de texturas y componentes carbonatados de diver¬
so origen (orgánico e inorgánico) que justifican el interés petrológico y sediméntológico que
poseen.

3.2.1 Textura

En el origen de las calizas intervienen factores orgánicos, químicos y físicos. La textura


resultante puede ser bastante compleja y variada considerando el mayor o menor grado de
participación de los tres factores indicados. Algunas calizas tienen textura clástica (clastos
de composición carbonatada y material terrígeno), cementada o no, otras pueden tener tex¬
tura secuencial. Incluso la textura puede estar totalmente definida por la acción de orga¬
nismos. Cualquier combinación, y en cualquier grado, de las tres texturas, clástica, secuen¬
cial y orgámca, es posible en calizas. En muchos casos la textura deposicional original pue¬
Figura 3 . 8 . Nomenclatura de haber sido modificada por procesos diagenéticos, complicando aún más el resultado.
Clasificación de grauvacas (areniscas No obstante la complejidad textural, las calizas están formadas por una sene de com¬
1: Cuarzograuvaca
can más del 15% de matriz). Según
2: Grauvaca feldespática ponentes carbonatados, fácilmente reconocibles al microscopio, que son por tanto utiliza¬
Follí (1374).
3: Grauvaca Iftica dos para la clasificación.

3.2.2 Componentes de calizas

En el triángulo de clasificación que relaciona los tres componentes principales de las ro¬
cas sedimentarias (Fig. 3.1), las rocas carbonatadas contienen menos del 50 % de material
terrígeno. Los componentes principales de las calizas son:
1) Ortoquímioos
2) Aloquímicos.
Ortoquimicos. Material carbonatado formado por precipitación química directa en la
cuenta de sedimentación. Se distinguen dos tipos principales de ortoquimicos:
a) Micriía: Material carbonático de tamaño inferior a 5 mieras. La micrita forma un
agregado en mosaico micro o criptocristalino.
b) Esparita: Material carbonático de tamaño superior a 15 mieras. Las espanta aparece
como un mosaico de cristales de carbonato cálcico rellenando huecos, como cemen-

Rocas carbonatadas/87
8 6 I R o c a s detríticas
ROCAS SEDIMENTARIAS

to, entre los aloquímicos. No obstante, en muchas rocas carbonatadas los granos apa¬
recen "flotando" en una matriz de cristales de calcita de tamaño superior a 5 mieras.
En este caso no puede tratarse de cemento, ya que los clastos debían estar soportados
en algún material sólido durante el depósito. Esta espanta se interpreta como resul¬
tante de recristalización de mienta. Además, esta esparita de recristalización tiene ge¬
neralmente un tamaño crítico comprendido entre 5 y 15 mieras, por lo que se la de¬
nomina microespariía.

Aloquímicos. Son granos carbonatados formados en la misma cuenca en la que se ori¬


gina el depósito. Pueden ser:
a) Fósiles y/o restos orgánicos en general (bioclastos),
b) Agregados orgánicos de origen fecal (pellets),
c) Agregados coiicéñtricos de origen inorgánico (eolitos) y
d) Fragmentos del propio sedimento carbonatado removido del lecho de la misma cuen¬
ca de depósito (intraclastos) (Fig. 3.9).

Fósiles. En calizas es bastante común la presencia de restos de las partes duras de orga¬
nismos recristalizados generalmente. En algunos casos estos restos orgánicos quedan más
o menos conservados y pueden ser identificados como fósiles. Sin embargo, en otros casos
se trata de fragmentos de las partes duras, no identificables, por lo que actualmente se tien¬
de a denominar a todos los restos orgánicos bioclastos en lugar de fósiles. No obstante, en
las clasificaciones figura aún el término "fósiles" por lo que ha sido respetado en este
manual.
Los fósiles, y en general los bioclastos, no presentan grandes problemas para distinguir¬
los de otros aloquímicos. Como ayuda complementaria puede utilizarse el "'Atlas of Sedi¬
mentary Rocks under the Microscope" {Aáams et al. 1984) que contiene excelentes fotogra¬
fías de bioclastos y otros aloqm'micos.
Pellets y peloides. Los pellets son agregados micríticos de forma subesférica o elipsoidal
y tamaño inferior a 1 mm, conteniendo proporciones variables de materia orgánica. La exis¬
tencia de materia orgánica les da un aspecto más oscuro que la matriz micritica en la que
están contenidos. Una característica esencial de los pellets es la ausencia de estructura in¬
terna, lo que los diferencia de otros aloquímicos de geometría siihüar. Sin embargo, el tér¬
mino pellet implica origen orgánico fecal, y no todos los aloquímicos con características
similares a los peUets tienen este origen. Se puede alcanzar una estructura de pellet por
transformación de otros aloquímicos preexistentes (peletización de oolitos, por ejemplo).
Por esta razón, se utiliza el término peloides, que no tiene connotaciones genéticas, para
designar a cualquier partícula subesférica o elipsoidal, compuesta de micrita (con o sin ma¬
teria orgánica) y sin estructura interna.
Oolitos y ooides. Son partículas subesféricas a esféricas, de diámetro inferior a 2 mm,
constituidas de micrita y/o esparita dispuesta en capas concéntricas en tomo a un núcleo
clástico. El núcleo puede ser un clasto tem'geno u otro aloquímico cualquiera. Además de
la estructura concéntrica, pueden tener una estructura radial supuestamente de origen dia-
genético (ver Blatt 1982). Existen otros aloquímicos de forma subesférica y estructura con¬
céntrica como son los oncolitos, de origen orgánico (algas), y los pisolitos (oolitos de más
de 2 mm de diámetro). Cuando no se conoce el origen, orgánico o inorgánico, se denomi¬
nan ooides a todas las partículas aloquímicas de forma subesférica y estructura interna
concéntrica.
Intraclastos. Son clastos de roca carbonatada procedentes de la misma cuenca de depó¬
sito. Para distinguir entre intraclastos y clastos de calizas de íiiera de la cuenca (extraclas-
tos) es preciso conocer la edad de los clastos en cuestión (por asociaciones fósiles) y com-

88/fíocas carbonatadas Rocas carbonatadasl89


ROCAS SEDIMENTARIAS

pararla con la, edad de la roca que los contiene. Los intraclastos han de tener la misma
edad que la roca.
Suelen tener formas irregulares y están compuestos por cualquier tipo de aloquímicos y
ortoquímicos. Se denominan con el nombre correspondiente según la clasificación de
calizas.

3.2.3 Clasifícación y nomenc�tura E "< 5


<0 .í2
La base para la clasificación de calizas es el porcentaje modal de los componentes alo-
químicos y ortoquímicos anteriormente definidos. Cuando no se dispone del porcentaje
modal, los porcentajes relativos pueden ser conocidos de forma aproximada utilizando los □C
diagramas de estimación visual que se dan en el apéndice. Las dos clasificaciones más uti¬ o E
lizadas y aceptadas intemacionalmente son las de Dunham (1962) y Folk (1959, 1962). El
GC
s 2
O Go'e
criterio principal de la clasificación de Dunham es la textura deposicional original y la pro¬ a s.
porción de matriz micrítica a aloquímicos. Esta clasificación se representa en la tabla 3.2 •a
con la nomenclatura original en lengua inglesa, aceptada así por los geólogos de habla
hispana.
La clasificación de Folk contempla, además de la proporción de ortoquímicos o aloquí¬
micos, la proporción relativa entre los cuatro tipos de aloquímicos anteriormente descri¬ o
tos (intraclastos, oolitos, pellets y fósiles). En la figura 3.10 se separan los tres grandes gru¬ o
pos de calizas por la proporción de los componentes aloquímicos. La nomenclatura corres¬ < ¡w
pondiente se especifica en la Tabla 3.3. tt¡
CC
Generalmente, cuando se da la clasificación petrográfica de una caliza, se indica la cla¬
sificación utilizada (Dunham o Folk); si bien suele darse la nomenclatura de las dos clasi¬
ficaciones conjuntamente. >. 2
o
o
TABLA 3.2.
1— UJ
'Clasificación de calizas de Dunham (1962). El término se refiere a aloquímicos cc zd
exclusivamente, no a material terrígeno. CJ CO
=o

Componentes originales no unidos orgánicamente componentes origianles orgánica¬


durante el depósito mente unidos durante el depósito.
o
o
< CO
sin fango
con fango micrítico
micrítico

So
soporte de fango
E tT3
u °<
(granos flotantes)
soporte de granos h" �
(granos en contacto) E
menos de 10� más de lO�de •S § S. •ÍS
E S-S E i- S-'
de aloquímicos aloquímicos

(soo!Uijnbo|B sp (•bo|B ap �01 |3P souauj)


MUDSTONE WACKESTONE PACKSTONE GRAINSTONE BOUNDSTONE svoiifliinDoiv svoóa svüiirtimDOiaosvooa

90/Rocas carbonatadas
ROCAS S E D I M E N TA R I A S

Figura 3.10.
Clasificación d e calizas d e Folk. Vernomenclatura en Tabla 5.J.

LECTURAS COMPLEMENTARIAS
Adams, A.E.; Mackenzie, W.S. & Guilford, C. Alias o f Sedimentary Rocics under the Microscope. Longman Group Ltd.
Essex, England, 1984.
Blatt, H. Sedimentary Petrology. W.E. Freeman & Co. San Francisco, 1982.

22/Rocas carbonatadas
R O C A S METAMORFICAS 'nj

4.1 TEXTURA

INTRODUCCION Las rocas metamórficas tienen exclusivamente textura cristaloblástica. Los minerales,
que se denominan blástos, crecen en un medio esencialmente sólido por transformación
de minerales preexistentes, o como resultado de alguna reacción entre dos o más fases
preexistentes. Dicho proceso se denomina BLASTESIS, y a la textura resultante se la de¬
nomina CRISTALOBLASTICA (cf. Cap. 1). i
Las rocas estudiadas en los anteriores capítulos se originan, por diferentes procesos, en La aparición de una textura cristaloblástica supone la desaparición de cualquier otra tex¬
tura que existiera anteriormente en la roca original 6 protolito. Sin embargo, en áreas me¬
equilibrio con las condiciones de presión y temperatura existentes durante su formación. tamórficas de bajo grado, pueden quedar restos de la textura original de la roca como re¬
Cualquiera de estas rocas, independientemente de su origen y composición, pueden ser so¬ licta. Las texturas cristaloblásticas pueden ser agrupadas en cuatro tipos morfológicos de¬
metidas a unas nuevas condiciones ambientales (P, T) distintas de aquéllas en las que se
originó. Como consecuencia se producen una serie de reacciones entre minerales, cambios pendiendo del hábito de los cristales que la forman. Estos cuatro grupos deben ser toma¬
dos como términos extremos o miembros finales, siendo cualquier otra textura una com¬
de estructura cristalina, etc., que culminan en la formación de un nuevo agregado mineral binación de dos o más de ellos. Las cuatro texturas se representan esquemáticamente en
en equilibrio con las nuevas condiciones ambientales. La transformación implica la apari¬
ción de una roca distinta de la roca original, en la que ha tenido lugar un cambio de "for¬ la figura 4.1 y pueden ser definidas como sigue:
ma" o de distribución de la materia, pero sin cambio de composición química de todo el
sistema. Este proceso se denomina en Petrología METAMORFISMO, y a las rocas resul¬ 4.1.1 Textura granoblástica (Fig. 4.1a)
tantes ROCAS METAMORFICAS
Los cristales forman un mosaico de granos, más o menos equidimensionales, con íueile
Las reacciones minerales, recristalizaciones, inversiones estructurales, etc. que constitu¬ tendencia al empaquetamiento/exagonal. Es característica la presencia de puntos triples
yen el metamorfismo, son procesos que tienen lugar en un estado esencialmente sólido, asis¬ (contacto entre tres granos) a 120° aproximadamente. Esta textura es característica de al¬
tido por fluidos intergranulares. Esta, característica peculiar del metamorfismo implica la
gunas rocas monominerálicas, como cuarcitas y mármoles, de rocas poliminerálicas gra-
aparición de unas texturas propias que permiten distinguir a las rocas metamórficas del res¬ nulíticas, así como de rocas desarrolladas en metamorfismo estático en aureolas de con¬
to de las rocas (plutónicas, sedimentarias, etc.). tacto (comeanas) sea cual sea la composición mineral.
Mediante el estudio petrográfico de las rocas metamórficas se puede conocer, en mu¬
chos casos, la naturaleza del proceso metamórfico y la magnitud de las variables que lo han
condicionado (P, T, PH2O, etc.). Esto es posible gracias a la existencia de asociaciones mi¬ os cuatro tipos
nerales características de un determinado grado o zona (ver p. ej. Winkler 1978). De igual de texturas cri
modo es posible conocer las relaciones existentes entre procesos de deformación y de me¬
staloblásticas.
tamorfismo mediante el análisis de las relaciones microestructurales. No obstante, y a pe¬ a b
sar del inestimable valor de los datos proporcionados por el estudio petrográfico, en mu¬
chos casos es preciso recurrir a técnicas más sofisticadas (microsonda electrónica, Rx, etc.), aj Granoblásti

para conocer la composición exacta de una determinada fase mineral, si se quiere deter¬ ca; (b) LepJdo
minar con precisión la magnitud de las variables implicadas. blástica; (c) Ne
matoblástica; (
En las páginas siguientes se tratarán las rocas metamórficas desde un punto de vista es¬ d) Porfidoblást
trictamente petrográfico, sin entrar en consideraciones teóricas acerca de la naturaleza de ica.
los distintos tipos de metamorfismo. Se tratarán los rasgos petrográficos más significati¬
vos, tales como textura, microestructuras, composición mineral y dosificación y nomencla¬
tura. Finalmente, se hará especial énfasis en el análisis de las relaciones microestructurales e xtu r a/ 9 5
a fin de determinar la relación entre los procesos de blastesis (crecimiento) y deformación. c d
Las rocas metasomáticas, tactitas y greisen, aunque ¡pueden estar relacionadas con pro¬
cesos metamórficos, no serán tratadas en este manual por poseer escaso interés sistemáti¬
co. Estas rocas aparecen ampliamente descritas en los tratados dé Depósitos Minerales
dado el interés económico que presentan. Otras .rocas excluidas en el libro, son las mig- '

matitas, relacionadas con procesos de ultrametamorfismo y anatexia. Las migmatitas tie¬


nen una parte con características de roca metamórfica y otra con características ígneas (por¬ Figura 4. 1.
ción fundida). La nomenclatura utilizada para estas rocas es más mesoscópica que petro¬
gráfica, por lo que no se incluye en el manual.

94 /I n tr o d u c c ió n
/AL
R O C AS METAMORFICAS R O C AS METAMORFICAS

Las rocas más comunes con textura granoblástica son: cuarcitas, mármoles, eclogitas, 4.1.5 Combinaciones más comunes de texturas cristaloblásticas
comeanas y algunos gneises.
En la figura 4.2 se presenta de modo esquemático el desarrollo de un agregado mineral Por lo general, en la mayor parte de las rocas poliminerálicas (excepto granulitas, eclo¬
con textura granoblástica a partir de una roca metamórfica lepidoblástica, pasando por la gitas y comeanas) existen minerales planares, aciculares y equidimensionales. Por tanto, la
situación intermedia de una estructura nodulosa. Este ejemplo, aunque idealizado, se ob¬ textura de la roca es generalmente una combinación de dos o más de los tipos anterior¬
serva comúnmente en aureolas de contacto de intrusiones ígneas. mente descritos.
Tres de las combinaciones texturales más comunes en rocas metamórficas se presentan
en la figura 4.3. Se trata de las texturas granolepidoblástica (granoblástica + lepidoblásti¬
Figura 4. 2.
ca), granonematoblástica y granoporfidoblástica. La primera es típica de los gneises pelíti-
cos y cuarzo-esquistos bandeados. En ambos casos existe una alternancia de bandas ricas
Esquema mostrando el desarrollo de una textura granoblástica, en micas y bandas ricas en cuarzo (esquistos) o un agregado , cuarzo-feldespático (gneises)
a partir de una roca con textura lepidoblástica, y mediante Is con textura típicamente granoblástica. De igual modo, la segunda combinación, granone¬
formación de una micraestructura nodulosa.
matoblástica, es típica de gneises anfibólicos y cuarzoesquistos con aníibol, incluso de al¬
gunas anfibolitas. Finalmente, la última, granoporfidoblástica, aunque puede darse en cual¬
quier roca, es más común en comeanas y rocas de contacto en general.

4.1.2 Textura lepidoblástica (Fig. 4.1b)


Definida por minerales laminares (filosilicatos) intercrecidos y homogéneamente orien¬
tados con los planos basales (001) más o menos paralelos entre sí. No siempre los filosili¬
catos definen una textura lepidoblástica. En muchas comeanas biotíticas, la biotita aparece
formando puntos triples con cuarzo y feldespatos, definiendo una textura típicamente
granoblástica..
Las rocas más comunes con textura lepidoblástica son las micacitas, esquistos micáceos
y algunos gneises.

4.1.3 Textura nematoblástica


Definida por minerales aciculares (inosilicatos, generalmente anfíboles) entrecrecidos y
orientados homogéneamente con sus ejes mayores paralelos entre sí. Similarmente al caso
anterior, rocas ricas en aníibol pueden tener textura granoblástica. �
Las rocas más comunes con textura nematoblástica son las anfibolitas y algunos gneises
anfibólicos.
4.1.6 Texturas especiales
4.1.4 Textura porfídoblástica
Además de las texturas cristaloblásticas, anteriormente descritas, existen otras texturas
Definida por la existencia de cristales de mayor tamaño (porfidoblastos) que la matriz. definidas por una o más fases cristalinas, que raramente aparecen de forma generalizada
Morfológicamente es igual a la textura porfídica en las rocas ígneas. La matriz puede ser en toda la roca, sino de forma aislada. Las más frecuentes en rocas metamórficas son:
afanítica o fanerítica y tener cualquier textura de las descritas anteriormente, o alguna com¬ 1) La textura poiquiloblástica, y
binación de dos o más de ellas.
2) Las texturas llamadas reaccionales en sentido amplio.
96/Textura Te xtu r a¡ 21
i
ROCAS METAMORFICAS
; -d ROCAS METAMÓRFICAS

Textura poiquiloblástica. Se dice que un cristal posee textura poiquiloblástica cuando


presenta gran número de inclusiones de los minerales de la matriz, hasta el punto de apa¬ rición de una textura corom'ííca, del todo similar a las que aparecen en rocas ígneas (ver
recer como un cristal esquelético. En la figura 4.4 se presenta esquemáticamente la forma¬ Fig. 2.5). Un caso especial de textura coronítica es la llamada textura quelifltica, riftfinida
ción de un cristal poiquiloblástico de granate por nucleación preferendal en los límites de por una corona simplectítica de Hb-Pl (o Cpx-Pl) en tomo a un cristal proterógeno de gra¬
grano de un mosaico granoblástico preexistente. El proceso puede detenerse en el paso in¬ nate. En general, los productos de reacción suelen cristalizar simultáneamente dando lugar
termedio (Fig. 4.4b); a la textura resultante se la denomina "en atolón" (ver Bard 1985 pág. a una textura simplectítica, similar a la que se forma por cristalización simultánea (eútéc-
71). tica) de dos, o más, fases en sistemas magmáticos (ver Fig. 2.5). Por esta razón, a la textura
simplectítica en rocas metamórficas se la denomina también "eutectoide".:
Texturas reaccionales. En ocasiones las reacciones metamórficas, que inducen los cam¬
bios de composición mineralógica y textura, no se completan totalmente pudiendo perma¬
necer restos de los minerales reactantes (proterógenos) junto con los productos de reac¬
ción. Ambos minerales, proterógenos y neoformados, se disponen generalmente formando 4.1.7 Texturas relictas
texturas especiales que, en sentido amplio, denominamos reaccionales.
Muchas rocas metamórficas, desarrolladas en condiciones de bajo grado (Winkler, 1978),
Dado que las reacciones metamórficas se producen en un estado esencialmente sólido,
asistidas por fluidos intergranulares, parece lógico que dichas reacciones comiencen en los conservan aun restos de la textura que poseían antes del metamorfismo. En estos casos no
bordes de los cristales proterógenos. Los minerales "producto" (neoformados) se disponen, se puede decir que la textura sea enteramente cristaloblástica. Dicha textura recibe, enton¬
por tanto, formando una corona en tomo a los cristales reactantes. El resultado es la apa- ces, el nombre de la textura original, aún reconocible, anteponiéndole el prefijo "blasto-".
Algunos casos frecuentes son la textura blasto-ofítica de las rocas subvolcánicas básicas con
metamorfismo de bajo grado, la textura blasto-samítica de las arenitas y grauvacas con
bajo metamorfismo, etc. En estos casos las rocas se denominan con el nombre original an¬
teponiéndole el prefijo "meta-" (p. ej. metagrauvaca, metadiabasa, etc.).

4.2 MICROESTRUCTURAS

4.2.1 Microestructuras planares: esquistosidad

La mayor parte de las rocas metamórficas, desarrolladas en metamorfismo regional, pre¬


sentan una, o más, estructuras planares definidas por orientación preferencial de minerales
metamórficos y/o cristales preexistentes. Dicha orientación confiere a la roca una aniso-
tropía aproximadamente plana, que se denomina con el término general de ESQUISTO¬
SIDAD. En castellano este término se utiliza en el mismo sentido que el término inglés clea¬
vage y no es, por tanto, equivalente al de schistosity.
La importancia de la esquistosidad en rocas metamórficas, así como en muchas rocas
ígneas, es sobradamente conocida en Geología Estmctural por las siguientes razones:
1) La esquistosidad tiene una relación clara y precisa con elementos geométricos del elip¬
soide de deformación (plano XY, o de máximo aplastamiento).
2) La existencia de varias esquistosidades superpuestas permite reconstruir la historia
de deformación de un área.
3) En rocas plegadas, la esquistosidad presenta una relación estrecha con la geometría
de los pliegues (ver Ramsay 1975).
En metamorfismo, la esquistosidad también posee gran importancia ya que, general¬
mente, es una microestructura desarrollada durante un proceso de blastesis mineral. El es¬
tudio de las relaciones microestmcturales entre esquistosidades y blastos metamórficos
permite conocer el orden relativo de crecimiento de minerales y agruparlos, según su po¬
sición en el tiempo, con relación a las fases de deformación.
En Geología Estmctural y en Petrología existe cierto confusionismo terminológico para
los diferentes tipos de esquistosidad. Esto es debido fundamentalmente a tratarse de tér-
QSITextura Microestructuras/99
ROCAS METAMORFICAS
fíOCAS METAMORFICAS

minos traducidos de inglés o francés, y aplicados sin un criterio unificado por los geólogos rialmente una nueva esquistosidad. El que esto ocurra o no depende en gran parte de la
intensidad de la deformación.
españoles. La terminología anglosajona, más comúnmente aceptada, es la recopilada por
Powell (1979) ba:sándose en definiciones ya existentes (ver citas en Powell 1979). Un im¬ Bandeado tectónico (Fig. 4.5e). Es un tipo especial de foliación metamórfica que se de¬
portante intento de unificación terminológica ha sido hecho por el Dpto. de Geotectónica
de la U. de Oviedo (p. ej. Bastida et al. 1984). En este trabajo, y en el de Powell (1979), sarrolla mediante crenulación de una esquistosidad anterior, con blastesis de nuevos mi¬
están basadas las definiciones que se dan a continuación. Los términos entre paréntesis nerales en las zonas de flanco de los micropUegues. El resultado final es la aparición de
son los dados por Powell. una alternancia de bandas ricas en cuarzo y bandas ricas en micas. La esquistosidad ori¬
ginal puede ser totalmente borrada.
Esquistosidad milonítica (Fig. 4.5f). Fábrica típicamente anastomosada, aproximada¬
Esquistosidad (Rock cleavage)
mente planar, definida por bandas intensamente deformadas, con fuerte reducción de ta¬
Estructura planar definida por orientación preferencial de minerales (planares, acicula¬ maño de grano, que limitan partes de roca menos deformadas. En estas partes puede apa¬
recer una fábrica sigmoidal oblicua a las superficies anastomosadas. Esta microesthictura
res o tabulares) o granos. En sentido general, este concepto es independiente del espaciado
entre planos adyacentes y del grado de orientación. Los siguientes tipos de esquistosidad es debida exclusivamente a deformación y puede por tanto darse en rocas metamórficas o
ígneas indistintamente. Se analizará con detalle en el capítulo siguiente dedicado a
pueden ser distinguidos en rocas metamórficas, independientemente del grado de meta¬ tectonitas.
morfismo (Fig. 4.5):

1) Esquistosidad grosera (Rough cleavage).


2) Slaty cleavage grosero (Rough cleavage).
3) Slaty cleavage (Smooth cleavage).
4) Foliación metamórfica (Schistosity).
5) Esquistosidad de crenualción (Crenualtion cleavage).
6) Bandeado tectónico.
7) Esquistosidad milonítica.
Esquistosidad grosera (Rough cleavage) (Fig. 4.5a). Fábrica planar definida por acumu¬
lación de óxidos de Fe, y a veces por orientación de filosilicatos de pequeño tamaño, en
superficies anastomosadas más o menos paralelas entre sí, que limitan partes de roca no
orientadas. Generalmente aparece en rocas monominerálicas con poca matriz (cuarcitas y
mármoles), o bien en rocas con matriz (p. ej. grauvacas) poco deformadas y con metamor¬
fismo de bajo grado.
Slaty cleavage grosero (Rough celavage) (Fig. 4.5b). Fábrica planar definida por orien¬
tación de minerales de pequeño tamaño (sólo visibles al microscopio), agrupados preferen¬
temente en bandas paralelas entre sí y finamente espaciadas (menos de 1 mm). General¬
mente aparece en rocas con abundante matriz y con bajo metamorfismo, pero con mayor
grado de deformación que en el caso anterior.
Slaty cleavage (Smooth cleavage) (Fig. 4.5c). Fábrica planar homogénea y continua, de¬
finida por orientación preferencial de filosilicatos de pequeño tamaño (menos de 1 mm).
Típica de pizarras con bajo grado de metamorfismo. * '

Foliación metamórfica {SchistosiXy) (Fig. 4.5d). Fábrica planar definida exclusivamente


por orientación preferencial de blastos metamórficos (generalmente filosilicatos y/o anfí-
boles). Se da en rocas desarrolladas en metamorfismo regional de grado medio y alto, en
las que la textura original, sedimentaria o ígnea, ha sido totalmente borrada.
Figura 4. 5.

Esquistosidad de crenulación (Crenulation cleavage) (Fig. 4.5e). Fábrica planar definida Tipos más comunes de esquistosidad.
por las superficies axiales de micropliegues que se desarrollan sobre una esquistosidad (a) Esquistosidadgrosera. (¡jj Foliación metamórfica.
preexistente. El concepto es independiente de que exista o no blastesis mineral en los flan¬ (b) Slaty cleavage grosero. (e¡ Esquistosidad de crenulación / blandeado tectónico.
cos de los micropliegues, o bien acumulación de minerales insolubles, que definan mate- (c) Slaty cleavage. (fj Esquistosidad milonítica.

Microestructurasll 01
10O/Microestructuras
/Ji A
ni ROCAS METAMORFICAS ROCAS METAMORFICAS �

4.2.2 Otras microestructuras significativas sidad extema), refleja la relación entre los procesos de blastesis y de deformación, como
se verá en el último apartado de este capítulo.
Además de las microestructuras planares, existen otras microestructuras, cuyo recono-'
cimiento y análisis es importante para precisar otros datos como pueden ser las relaciones Arcos poligonales (Fig. 4.6e). Cuando una esquistosidad es microplegada o crenulada
blastesis/deformación, orden de cristalización, asociaciones paragenéticas, etc. Las más re¬ (ver Fig. 4.5e), y aparece finalmente un bandeado tectónico definiendo la segunda esquis¬
levantes se muestran en la figura 4.6 y son las siguientes;
tosidad, pueden permanecer restos de la esquistosidad primera en forma de chamelas de
1) Nodulos. pliegues definidas por micas dispuestas poligonalmente. Tales microestructuras se deno¬
mina arcos poligonales. Su presencia, aunque sea local, indica la existencia de una esquis¬
2) Bandeado composicional. tosidad anterior a la que ahora se observa en la roca.
3) Sombras de presión. Venas minerales (Fig. 4.6f). Son pequeños filoncillos rellenos generalmente por mine¬
4) Sombras de deformación. rales similares a los que aparecen en la roca. La existencia de venas sinmetamórficas, con
5) Esquistosidad interna en porfidoblastos. igual mineralogía que la roca, es importante en cuanto que refleja condiciones de alta con¬
Arcos poligonales. centración de fluidos durante el proceso metamórfico (ver p. ej. Etheridge et al. 1983).
6)
7) Venas minerales.

Nodulos (Fig. 4.6a). Son agregados mono- o poliminerálicos, de forma esférica o elip¬
soidal, con textura típicamente granoblástica. Son comunes en pizarras moteadas, o piza¬
rras nodulosas, desarrolladas por metamorfismo térmico en aureolas de contacto.

Bandeado composicional /(Fig. 4.6b). Alternancia de bandas especialmente enriquecidas


en un determinado mineral. Su origen puede ser heredado de antiguas microestructuras
existentes en la roca sedimentaria o ígnea original. También puede tener origen tectónico,
como es el caso del bandeado tectónico que se origina mediante la crenulación de una es¬
quistosidad preexistente (ver Fig. 4.5e).
Sombras de presión (Fig. 4.6c). Se trata de las zonas prismáticas, simétricas o asimétri¬
cas, que aparecen en los extremos de cristales preexistentes a la deformación de la roca.
Dichas zonas quedan protegidas de la deformación y a eUas migran los elementos más mó¬
viles, los cuales cristalizan en un agregado en mosaico (cuarzo o calcita generalmente).
Sombras de deformación (Fig. 4.6d). Similar al caso anterior en cuanto al mecanismo
que la origina. La diferencia radica en que en este caso las zonas son simplemente prote¬
gidas de la deformación, pero a ellas no migra sustancia mineral alguna. Las sombras de
deformación se dan cuando en la roca existía ya una anisotropía previa a la deformación
que las origina. En las sombras de deformación la anisotropía previa es menos deformada
que en el resto de la roca, donde puede haber sido totalmente borrada. Son los lugares idó¬
neos para detectar la existencia de una esquistosidad anterior (relicta) a la que predomina
en la roca.
Esquistosidad interna en porfidoblastos (Fig. 4.6d). En muchas ocasiones los porfidoblas¬
tos presentan inclusiones de pequeños cristales ordenados linealmente. Estas inclusiones
definen en realidad una esquistosidad interna en el cristal que las contiene. Las inclusiones
han sido atrapadas por el porfidoblasto durante su crecimiento y han permanecido orien¬
tadas de la misma forma que lo estaban originalmente en la matriz.
Figura 4. 6.
En la figura 4.7 se muestra esquemáticamente el mecanismo por el que minerales que
Microestructuras mis signiñcatívas en rocas metamórfícas.
originalmente estaban ordenados en la matriz, paralelos a la esquistosidad, son englobados
en el porfidoblasto sin que se modifique su orientación espacial. Esto ocurre cuando tales (a) Nodulos (d) Esquistosidad interna en porfidoblastos y sombras de deformación.
minerales no intervienen en la reacción que origina el porfidoblasto. La geometría de di¬ (b) Bandeado composicional. (e) Arcos poligonales.
cha esquistosidad interna, y su relación espacial con la esquistosidad de la roca (esquisto- (c) Sombras de presión. (f) Venas minerales.

Microestructuras/'\ 03
102/Microestructuras
lÉ'
R O C A S METAMORFICAS

En la Tabla 4.1 se dan los minerales más comunes para cada serie composicional y para
cada grado de metamorfismo (grados según Winkler 1978).
TABLA 4.1.
Minerales más comunes en rocas metamórficas para cada una de las principales series
composicionáles y los principales grados de metamorfismo (Grados según Winkler 1978)

grado series composicionáles


MAFICA Y PELITICO-GRAUVAQUICA CALCOSILICATADA
ULTRAMAFICA
■ i- Ms ' ■ Cfc.íí,-,
Stp. . í- Cl " Tri'v-iS-i- ""
Figura 4.7. BAJO Bi.::: Ande"--''
Desarrollo de esquistosidad interna en un porfldoblasto de granate. La esquistosidad está de¬ Cl. ■ ■ Ctd Law (PA) . � Ep..-!c.
finida por inclusiones de rutilo, originalmente orientadas en la matriz, antes del crecimiento Ep Gl (PA) GtJad (PA) -
dei porfldoblasto. Ms ,( ■ Pl-.j
.
Pl
4.3 PATRON TEXTURAL Hb-íií jí' .- Gt Dis - í: . Cc r. -: ■
EP Est Ms. •' Di ■
Cpx . •'
Cor Bi c�-iM ■ ' • ■ -■ Fo .
En rocas metamórficas el patrón textural lo definen todos los elementos texturales y mi- MEDIO Bi./ And . FL.-. "
croestructurales observados, ordenados según la importancia con que aparecen en la roca Pl , 1 Sil ■■ Gr.-:,'-
estudiada. La textura puede ser determinada fácilmente con los patrones de las figuras 4.2 Bar (PA) Fk i-. Pl c
Wn '•
y 4.3, así como con los patrones para rocas ígneas y sedimentarias en caso que persista par¬
te de la textura original como relicta. Por otra parte, las observaciones microestructurales Opx . : Opx Aim""
son de especial importancia en rocas metamórficas, ya que revelan la historia de cristali¬ Cpx . Sil Bi - • '
Hb/i . . <• Cor Fk .
zación y su relación con los procesos de deformación, sobre todo en el caso de metamor¬ ALTO Pl- . Dis..:
fismo dinámico. Una vez establecido el patrón textural de la roca, se debe pasar a la des¬ Hb (
cripción de los minerales indicando, en cada caso, la existencia o no de texturas especiales.
En la descripción de los minerales, es importante indicar si están asociados a, o definen, Serie ultxamájica. En ella se incluyen las rocas metamórficas desarrolladas a partir de
alguna dé las microestructuras existentes en la roca. rocas ígneas de composición ultramáfica (peridotitas, piroxenitas, etc.).
Serie máfica. Comprende las rocas metamórficas desarrolladas sobre basaltos, doleritas,
4.4 COMPOSICION MINERALOGICA andesitas, etc. Las rocas resultantes de esta serie en metamorfismo de grado medio (anfi-
bolitas) pueden tener la misma composición que rocas de la serie calcosilicatada, proce¬
dentes de metamorfismo de rocas sedimentarias carbonatadas.
4.4.1 Series composicionáles
Seriepelítico-grauváquica. En ella se incluyen las rocas metamórficas desarrolladas a par¬
A pesar de la gran variedad composicional de las rocas metamórficas, pues se originan tir de rocas sedimentarias terrígenas con material arcilloso abundante (grauvacas) y aqué¬
a partir de rocas preexistentes de cualquier composición, se acepta generalmente la subdi¬ llas compuestas esencialmente de arcillas (arcillitas y lutitas). Se trata de rocas especial¬
visión en cuatro grandes grupos, llamados series composicionáles. Cada grupo presenta ca¬ mente enriquecidas en aluminio y sílice. Los minerales de esta serie son principalmente
racterísticas mineralógicas y texturales comunes, si bien las rocas de cada grupo pueden te¬ minerales alumínicos (ver Tabla 4.1). Esta es, sin duda, la serie mejor estudiada y conoci¬
ner protolitos dispares en cuanto a naturaleza y origen. Por ejemplo, diabasas y rocas se¬ da en áreas metamórficas y en experimentos de laboratorio, debido principalmente a estar
dimentarias carbonatadas, pueden ser�protolitos de rocas metamórficas de la misma serie siempre representada en cinturones metamórficos y a la uniformidad composicional de
composicional. Las cuatro series composicionáles más comunes son las siguientes: Unas áreas a otras.
1) Serie ultramáfica. Serie calcosilicatada. La constituyen rocas desarrolladas a partir de calizas y dolomías
2) Serie máfica. impuras y margas. Los minerales son, por tanto, de composición eminentemente calcosi¬
. 3) Serie pelítico-grauváquica. licatada (ver Tabla 4.1).
4) Serie calcosilicatada. Algunos autores distinguen una quinta serie "cuarzo-feldespática", que no se incluye
aquí de forma específica por presentar una composición mineralógica demasiado simple.
104/Composición mineralógica «a Com posic ión mi�eralógica/� 05
/ál
� ROCAS METAMORFICAS A
ROCAS METAIVIORFICAS %

Las rocas de esta serie pueden incluirse en la serie pelítico-grauváquica (gneises pelíticos)
o en la serie calcosilicatada (gneises anfibólicos). Los principales criterios para reconocer minerales singenéticos y paragenéticos son los
siguientes (la mayoría basados en Spry 1969):

4.4.2 Minerales relictos, histerógenos, singenétícos y paragenétícos. 1) Criterio de reacción.


2) Criterios texturales.
Los minerales que ahora observamos en cualquier roca metamórfica, pueden haber sido
3) Criterios microestructurales.
todos, o parte de ellos, desarrollados en el curso del metamorfismo. Puede ocurrir, por tan¬ 4) Criterio de alteración.
to, que existan minerales pertenecientes a la roca original, o protolito; e incluso pueden exis¬
tir minerales desarrollados con posterioridad al evento metamórfico, por procesos también 5) Criterio de inclusión.
metamórficos o hidrotermales. Esto permite distinguir tres grandes categorías de minerales 6) Criterio de estabilidad.
con relación al proceso metamórfico:
Griterío de reaman. Cuando dos minerales de distinta composición se encuentran en
1) Minerales relictos.
contacto, y no existen texturas reaccionales y/o de alteración entre ellos, se interpreta que
2) Minerales histerógenos. son paragenéticos.
3) Minerales singenéticos y paragenéticos. Criterios texturales. La existencia de textura granoblástica, en la que los minerales apa¬
recen formando un mosaico con puntos-triples a 120° aproximadamente (ver Figs. 4.1 y
Minerales relictos. Son aquéllos que pertenecen a la roca original, protometamórfitó, y 4.2), es un criterio para interpretar como singenéticos a los minerales que aparecen for¬
que no han sido totalmente transformados en el curso del metamorfismo. Ello puede ser mando dicha textura. Serán también paragenéticos si se cumple el criterio anterior, como
debido a que se trate de fases estables en las nuevas condiciones de P y T, o fases metaes- es el caso general.
tables si el proceso no se ha consumado totalmente, o ha sido de poca intensidad (meta¬ Otro criterio textural para reconocer minerales paragenéticos es la existencia de inter-
morfismo de bajo grado). crecimiento mutuo (p. ej. textura simplectítica) entre dos o más fases de distinta
Minerales histerógenos. Son aquéllos que se han desarrollado con posterioridad al me¬ composición.
tamorfismo. Generalmente se trata de productos de alteración hidrotermal, o de minerales
de bajo grado de metamorfismo si se trata de rocas de grado medio o alto (retro- TABLA 4.2.
metamorfismo). Paragénesis minerales más comunes en los cuatro grados de metamorfismo de Winkler, y para
las cuatro series composicionales principales (según Winkler 1978).
Minerales singenéticos y paragenéticos. Estos son los que se han originado durante el pro¬
ceso metamórfico. Hay que señalar que las variables que intervienen en un proceso meta¬
grado , series composicionales
mórfico (P, T, PHjO, etc.) pueden cambiar con el tiempo en el mismo ambiente geológico
y en el mismo área. Se habla, entonces, de metamorfismo plurifacial; es decir, cuando la ULTRAMAFICA MAFICA PELITICO-GRAUVAQUICA CALCOSILICATADA la�Composi
misma roca ha sufrido cambios de composición mineralógica como respuesta a cambios
Ssrp + Q + Ta Preh-Pump (PB) ción mineraló
en las condiciones ambientales. Los minerales formados en los primeros estadios de un pro¬ MUY
ceso metamórfico pueden ser inestables en el curso del metamorfismo y reaccionar para BAJO Uw(PA) gica/�0 7
dar nuevas fases minerales. Los primeros no pueden considerarse relictos (ni los segundos Cl + Act + Ab (PB) Bi +Ms(PB)
BAJO Zo + Gr + An + Cc + Q (PB)
histerógenos) ya que ambos se han desarrollado en un mismo proceso. Han de ser consi¬ Hb 'in'; Bi +Ms;Alm'in'?(PI)
=
An, 7 + Hb In' (PA)
derados, por tanto, singenéticos. De esta forma los minerales singenéticos de un proceso Serp + Bni + Fo (PI, PA)
metamórfico, pueden ser, o no, paragenéticos; pues se consideran paragenéticos los mine¬ Mg + Q + SiAi + PI (PI)
rales que forman un grupo estable en unas condiciones de P y T determinadas y conocidas Hb 'in'; Cor 'in'; Est 'in'
An,,+ Hb 'in' (PB) CI + Ms 'out' (PB) Tr + Cc + Q + Ta + Do (PB)
experimentalmente. Se tiene entonces que pueden existir paragénesis estables en rocas me-
Di + Tr + Cc + Q;
tamórficas, junto con los minerales de otra paragénesis anterior (pero del mismo evento Est+ Ms + Ü 'out' (PB) Fo + Tr + Cc + Do (PB)
metamórfico) que permanece como metaestable. Cuando esto ocurre se puede interpretar Est 'in'; Cor 'in'7; Zo + Gr+ An + Cc + Q;
que las condiciones de P y T, para la roca estudiada, corresponden a una reacción mineral, Serp + Fo + Ta Tr + Cc + Q + Ta + Do;
MEDIO CI + Ms 'out' (PI) Di+Tr + Cc + Q(Pl)
pudiendo ser, por tanto, precisadas con cierta exactitud en un diagrama PT. Est 'in';
Mg + Q + SiAl +PI(PA)
En la Tabla 4.2 se dan algunas paragénesis estables que delimitan zonas de metamor¬ CI + Ms 'out' (PA)
Tr + Cc + Q + Ta + Do (PA)
fismo en las rocas más comunes (según Winkler 1978). Para tener una idea aproximada Ms + Q 'out';
del tipo y �ado de metamorfismo, que condicionó la formación de una roca determinada, Fk + Cor'in' (PB) Fo + Tr + Cc + Do (PI)
es necesario identificar los minerales que forman paragénesis en la roca. Esto se hace prin¬ FK + Sil 'in' (PI, PA) Di + Tr + Cc + Q;
(anatexia) Zo + Gr + An + Cc + Q;
cipalmente atendiendo a criterios microestructurales, y considerando los conocimiento teó¬ ALTO Ta + Fo + Ant Oanf 'out'/Hy 'in' Fo + Tr + Cc + Do (PA)
ricos y experimentales de que se dispone. (PB)

106/Composición mineralógica
M
n/ ROCAS METAMORFIQAS
ROCAS METAMORFICAS 4
Criterios microestrucíurales. Son minerales singeriéticos los que definen una microes-
tructura común en la roca (p. ej. esquistosidad). En este caso pueden o no ser paragenéti- En el primero están incluidas las Jilitas, esquistos, gneises y anfibolitas. En el segundo
cos dependiendo de que se cumplan o no los criterios anteriores. Este criterio no es válido grupo están las cornearías, granulitas, cuarcitas, mármoles y eclogitas. Las características
en rocas que han sufrido un metamorfismo polifásico (acompañado de varias fases de de¬ texturales y microestructurales de estos términos se dan en la Tabla 4.3.
formación), ya que minerales del mismo proceso metamólfico (singenéticos) pueden apa¬
recer definiendo más de una sola microestructura.
Criterio de alteración. La existencia de procesos de alteración similares, en distintas fa¬ TABLA 4.3
ses minerales, puede ser un criterio para interpretar a los minerales alterados como Características principales de las rocas metamórficas más comunes.
singenéticos. .
Criterio de inclusión. Los minerales que aparecen incluidos dentro de otro cristal, no tie¬
nen necesariamente que ser relictos aunque presenten formas redondeadas. Ambos mine¬ ROCA TAMAÑO DE RASGOS ESTRUCTURAS TEXTURA METAMORFISMO
rales, huésped y hospedador, pueden ser singenéticos e, incluso, paragenéticos. Los dos mi¬ Esta
GRANO COMPOSIC. yMICROESTR.
nerales pueden nuclearse y crecer a la vez (paragenéticos). Uno de ellos puede detener su
crecimiento y ser parcial o totalmente englobado por el otro. El mineral incluido tendería nomencl
a adoptar forma esférica para reducir su energía libre interfacial (Vembn 1976). FILITA afani'tica sericita (Q) esquistosidad lepidoblást. regional bajo grado
(01), (Bi)
Criterio de estabilidad. Dos fases minerales (o más) no pueden ser paragenéticas si no atura tie
son estables en las mismas condiciones de P y T conocidas experimentalmente. Pueden ser ESQUISTO fanerítica menos da esquistos, y lepidoblást. regional, bajo y medio
singenéticos si las diferencias en las condiciones ambientales no son muy acusadas. En cual¬ 20% de fk band, compos. granolepid. ne la ve
quier caso, es conveniente, además, considerar los criterios texturales y microestructurales
antes mencionados. ESQUISTO fanerítica = esquistos ntaja de
esquistos, y lepidoblást. contacto bajo grado
Todos estos criterios han de ser tomados con precaución, ya que ambas, textura y mi- NODULOSO + Cord, And nodulos meta. granolepid. poder se
croestructuras, pueden haber sufrido modificaciones con posterioridad al proceso me-
tamórficp. CORNEANA afaníticaa composición masiva o band. granoblást. contacto gr. medio y
fanerítica . variada isótropa alto. r aplicad

4.5 CLASIFICACION Y NOMENCLATURA GNEIS fanerítica más de 20% band, esquist. granolepid. regional gr. medio y a con ci
de fk fol. metam. granonemat. alto.
A diferencia de las rocas ígneas, que poseen una sistemática internacional, las metamór- erta facil
AN Fl BOLITA fanerítica anfíbol band, o masi. nematobiást. regional gr. bajo y
ficas no poseen una clasificación composicional precisa, existiendo en muchos casos cierto esquis. lin. medio.
confusionismo de nomenclatura entre distintos autores y/o escuelas. Es evidente que, a pe¬ idad, inc
sar de la amplia variedad de rocás metamórficas existentes, su sistemática no posee exce¬ G RAN U LITA fanerítica minerales masiva o band. granoblást. regional grado'alto.
sivo interés frente al que tiene la determinación de paragénesis minerales y su variación anhidros isótropa luso en
espacial en áreas metamórficas. De este modo se utilizan sólo algunos nombres, que abar¬ el camp
can grandes grupos de rocas de composición variada, pero con características texturales y CUARCITA fanerítica cuarzo masiva granoblást. regional (contacto) o, y de s
estructurales comunes. Además de esta clasificación estructural/composicional, se puéde (isótropa) er fácil
proponer otra estrictamente composicional basada en los minerales más comunes. En esta mente re
última, se pretende establecer límites composicionales precisos para los términos estructu¬ MARMOL fanéritica calcita mas. 0 band. granoblast. regional (contacto) cordada.
rales de la primera clasificación. dolomita isótropa No obst
ante, est
4.5.1 Clasificación basada en los rasgos estracturales y composicionales ECLOGITA fanerítuca onfacita mas. 0 band. granoblást. regional alto grado a termin
granate isótropa ología p
Tan sólo una decena de nombres es suficiente para designar todas las rocas metamórfi¬ or simpl
cas más comunes existentes en la naturaleza. Estos nombres se basan principalmente en e es cier¬
características texturales, estructurales y composicionales. tamente insuficiente, siendo preciso asignar adjetivos composicionales en determinados ca¬
Atendiendo a las características estructurales, se pueden establecer dos grandes grupos sos. El caso más sobresaliente es el de los esquistos y gneises, que pueden presentar una
de rocas metamórficas: composición muy variada. En este caso, se suele postponer un término mineralógico al tér¬
mino estructural; p. ej. esquisto cuarzo-feldespático, esquisto biotítico, gneis anfibólico, etc.
1) Rocas foliadas o esquistosadas.
2) Rocas no foliadas o masivas. Clasificación y nomenclatura/'} 09

10BIClasificación y nomenclatura
'
ROCAS METAMORFICAS
Éí
ROCAS METAMORFICAS 'H?

4,5.2 Clasífícacíón basada en los minerales más comunes

Los términos de la clasificación estructural/composicional, antes mostrada, pueden ser


definidos estrictamente atendiendo a los porcentajes relativos de los minerales más comu¬ Nomenclatura
nes: Cuarzo (Q), feldespato potásico (Fk), Micas (Mi), anfíbol (Anf), piroxeno (Px), plagio- Figura 4.8. 1: Gneis pelftico
clasa (Pl) y granate (Gt).
. Clasificación composicionalba¬ 2: Cuarcita feldespática
En las figuras 4.8, 4.9 y 4.10 se presentan diagramas triangulares en los que se proyectan sada en las proporciones rela¬ 3; Cuarzo-esquisto feldespático
tres a tres los componentes antes mencionados. Esta clasificación no es más que un inten¬ tivas de Fk, Q y Mi. 4: Mica-esquisto feldespático
to de sistematizar la nomenclatura de la clasificación estructural/composicional. Los lími¬ 5; Micacita feldespática
tes de los campos se basan, en algunos casos, en límites establecidos anteriormente (p. ej. 6: Cuarcita
% de Fk en gneises, ver Winkler 1978). En otros casos son los porcentajes que comúnmen¬ 7: Cuarzo-esquisto
te se observan en rocas estudiadas de varias áreas metamórficas. Hay que señalar que es¬ 8: Mica-esquisto
tos límites no tienen significado genético alguno. La clasificación es independiente del gra¬ 9; Micacita
do o zona de metamorfismo, por lo que, al igual que en el caso anterior, pueden utilizarse
adjetivos mineralógicos para precisar aún más la clasificación.

4.5.3 Los prefijos ORTO y PARA

Como se indicó anteriormente, las rocas metamórficas se originan por transformación


en estado sóHdo de rocas preexistentes de cualquier composición y naturaleza. Existen, por
otra parte, rocas de marcada similitud composicional pero desarrolladas en ambientes geo¬
lógicos dispares. Este es el caso de los granitos, riolitas, arcosas y cineritas ácidas, com¬
puestas todas esencialmente de cuarzo y feldespatos, con escasa proporción de material pe-
Utico (micas, arcillas, etc.). Todas estas rocas, al ser metamorfizadas en ciertas condicio¬
nes, pueden dar como resultado rocas metamórficas gneísicas (gneises cuarzo-feldespáti-
cos) en las que difícilmente puede determinarse la naturaleza ígnea o sedimentaria del pro-
tolito original. Otro ejemplo lo constituyen las anfibolitas. Estas pueden originarse, tanto Nomenclatura
a partir de rocas ígneas básicas, como de rocas calcosilicatadas sedimentarias. Cuando pue¬
de conocerse la naturaleza del protolito original, ígneo o sedimentario, mediante datos geo¬
1: Gneis anfibdlico
químicos y/o de campo, es preciso indicar este dato en la nomenclatura de la roca meta- Figura 4.9. 2: Anfibalita feldespática
mórfica estudiada. Esto se hace anteponiendo el prefijo orto (ortogneis, ortoanfibolita)
gasificación composicional basa¬ Esquisto anfibólico-feldespático
cuando el protolito es de naturaleza ígnea, y el prefijo para (paragneis, paraanfibolita) cuan¬
do se trata de protolitos sedimentarios. Gneises y anfibolitas, son las rocas en que suele da en las proporciones relativas 4: Cuarzo-esquisto feldespática
de Fk, Anf y Q. S: Cuarcita feldespática
darse esta convergencia composicional, y en las que se suelen usar, por tanto, los prefijos
6: Anfiboiita
orto y para. 7: Esquisto anfibóiico
Muchos autores, al utilizar el término gneis en un sentido estrictamente estructural, lla¬ 8; Cuarzo-esquisto con anfíbol
man ortogneises a granitos que han sufrido una deformación, y por tanto, presentan una 9: Cuarcita
estructuración planar (foliación gneísica), pero sin metamorfismo apreciable. Este término
debe ser rechazado para no confondir con ortogneises de las áreas metamórficas de medio
y alto grado. En granitos deformados debe aplicarse la clasificación de tectonitas (Cap. 5).

4.6 RELACIONES BLASTESIS-DEFORMACION

El metamorfismo regional, y en ocasiones el de contacto, es un proceso dinámico acom¬


pañado generalmente de procesos tectónicos que originan microestructuras en las rocas me¬
tamórficas. Las reacciones metamórficas, y el consiguiente desarrollo de blastos, se pueden
reaHzar en cualquier momento del proceso de deformación que acompaña al metamorfis¬ Anf
mo; es decir, antes, durante y después de una fase de deformación determinada. Las fases
•flg, Relaciones blastesis-deformac¡ón/� 11
110/Relaciones blastesis-deformación - �
� ROCAS METAMORFICAS ROCAS METAMORFICAS

de deformación son identificadas por microestructuras (generalmente esquistosidades) y or¬


denadas cronológicamente según su aparición en la roca (Di, D2, etc.). Las esquistosidades
desarrolladas durante cada fase son también ordenadas cronológicamente (S„ S2, etc.). Las
relaciones espacio-temporales entre blastesis, deformaciones y esquistosidades, son de los
datos más importantes que se obtienen del estudio petrográfico de rocas metamórficas.
A modo de introducción, en la figura 4.11 se representan idealizadamente curvas de blas¬
tesis, deformación y desarrollo de esquistosidad. Estas curvas pueden ser deducidas me¬
diante el análisis de relaciones microestructurales, como se verá más adelante. En la figura
4.11 se consideran las relaciones entre la blastesis de los cristales A y B y las deformacio¬
nes D, y D2. Las esquistosidades S, y S2 aparecen al final del proceso de deformación, como
se ilustra en los dibujos situados en la parte inferior del dia�ama para S2. El cristal A co¬
mienza a nuclearse al final de D, y tiene el máximo de crecimiento durante D2. D2 conti¬
núa actuando después de la formación total del cristal A. El cristal B se nuclea después de
D, y S„ tiene su máximo crecimiento durante Dj y continúa creciendo después de que Sj
ha sido desarollada y D2 ha finalizado. Estas relaciones se suelen representar en diagramas
blastesis-deformación como el de la figura 4.12. En éste se ilustran las relaciones de blas¬
tesis de A y B con Dj y D2. Las barras horizontales simbolizan el tiempo durante el cual
se desarrolla un blasto determinado. El espesor de cada barra se hace proporcional a la in¬
tensidad del fenómeno de blastesis mineral; es decir, al volumen de blasto en cada
momento.

Gt+Px

lUomsnclatura
(a) (b)
1: Gneises granuifticos 1: Gneises granulíticos
2: Granulitas 2; Granatitas
3: Granulitas
4: Piroxenitas

Figura 4.10.
Clasifícación campos/dona/ basada en las proporciones raíativas de Fk, ñ y Gt + Px (aj; y de Figura 4.11.
Fk,GtyPx(b¡. Curvas de blastesis y deformación idealizadas para un caso hipotético (explicación en el texto).

�Relación blastesis-deformación/l 13
112/Relación blastesis-deformación w
M
� ROCAS METAMORFICAS
ROCAS METAMORFICAS 'u

El cristal, 0 la parte de un cristal, que por criterios microestructurales se deduce que ha


sido desarrollado antes de un proceso de deformación, se dice que es precinemático con Zwart (1962) propuso nueve tipos fiindamentales de relaciones blastesis-deformación,
relación a dicho proceso (pre-D„ pre-Dj, etc.). No ha de relativizarse la blastesis a una mi- considerando la relación entre las esquistosidades interna (S¡) y extema (SJ, así como otros
croestructura (S,, S2, etc.) ya que ésta puede desarrollarse al final de la etapa de deforma¬ criterios microestracturales (sombras de presión, sombras de deformación, etc.). Estos nue¬
ción, como es el caso de la esquistosidad. De igual modo, los cristales, o la parte de éllos, ve tipos se presentan en la figura 4.13. Como sé puede ver, el carácter rotacional, o no, de
desarrollados durante un proceso de deformación, se dice que son sincinemáticos con re¬ la deformación es clave en el resultado final que se obtiene. Además de esta variable, Zwart
lación a dicho proceso (sin-D,, sin-D2, etc.), y los desarrollados después, postdnemáticos considera el caso de que la esquistosidad de referencia sea una esquistosidad de crenula-
(post-D,, post-Dj, etc.). ción. En la figura 4.13, los minerales precinemáticos presentan sombras de presión simé¬
tricas para deformación no rotacional, y asimétricas para el caso de deformación rotacio¬
nal. En el caso de crenulación, los blastos presentan sombras de deformación. A pesar de
que estos nueve tipos de Zwart son básicos en estudios microestracturales, existen casos
no contemplados en la figura 4.13. Por ejemplo, no se considera el caso de minerales sin¬
cinemáticos con relación a una segunda deformación rotacional.

Figura 4.12.
Diagrama b/astesis-deformación para el caso de la Fig. 4.11.

4.6.1 Criterios microestructuriales Rgura 4.13.

Para determinar el carácter pre-, sin- o postcinemático de un cristal se utilizan criterios Los nueve tipos de relaciones blastesis-deformación de Zwart (1962). Comentarios en ei texto.

microestructurales basados principalmente en la geometría de la esquistosidad interna de


los porfidoblastos y su relación espacial con la esquistosidad extema de referencia. Los pa¬ Es importante saber si la esquistosidad tomada de referencia es la primera (S,) o la se¬
sos a seguir son los siguientes: gunda (S2) que se formó en la roca. La existencia de una anisotropía previa condiciona la
1) Identificar las microestructuras de la roca y ordenarlas temporalmente. geometna de la esquistosidad interna en los po�doblastos y las relaciones microestractu-
ráles en general. En la figura 4.14 se presentan los resultados finales de diez situaciones de
2) Elegir de referencia la microestructura que refleje la etapa principal de deformación blastesis, según que ésta tenga lugar con relación a la primera o a la segunda deformación
de la roca. Suele ser la esquistosidad más relevante que se observa. En caso de existir que afecta a la roca y considerando también el carácter rotacional o no de la deformación.
dos esquistosidades de igual importancia, elegir una de éllas de referencia, o las dos, Es preciso señalar que cuando se habla de deformación rotacional se refiere a una situa¬
ción local a la escala de una lámina delgada. Una deformación rotacional a escala regio¬
para construir el diagrama blastesis-deformación. nal puede localmente manifestarse en un aplastamiento puro (no rotacional); y viceversa,
3) Aplicar los criterios y patrones, que se exponen a continuación, para los casos más una deformación regional por aplastamiento puro puede localmente manifestarse como
relevantes de minerales pre-, sin- y postdnemáticos. una deformación rotacional. Un ejemplo, sería la diferencia de estilo de deformación exis¬
tente entre los flancos y la chamela de un mismo pliegue.

11 A/Relación blastesis-deformación � Relación blastesis-deformación/� 15


ROCAS METAMORFICAS

Los ejemplos de la figura 4.14 son el resultado final de cada proceso de blastesis. No obs¬
tante, el proceso puede interrumpirse en algún paso intermedio y no llegar a la situación
final aquí presentada. Por esta razón se analizan los pasos intermedios en cada caso, o al
menos de los casos más relevantes, con el fin de comparar con cualquier situación encon¬
trada. Además, puede darse alguna combinación de dos o más casos (p. ej. cristales que
presenten un núcleo precinemático y un borde sincinemático).
A continuación se analizan los casos presentados en la figura 4.14.

4.6.2 Cristales precinemáticos

Se pueden dar cuatro posibilidades:

1) Precinemáticos con relación a la primera de¬


formación, siendo ésta rotacional.
2) Igual que el caso anterior, pero siendo la de¬
formación no rotacional.
3) Precinemáticos con relación a la segunda de¬
formación, siendo ésta rotacional.
4) Igual que en el casó anterior, pero siendo la
deformación no rotacional.

El caso de cristales precinemáticos con relación a la primera deformación es relativa¬


mente infrecuente en la naturaleza, sobre todo en rocas metasedimentarias, ya que gene¬
ralmente la primera blastesis mineral va acompañada de algún proceso dé deformación.
No obstante, se han encontrado blastos precinemáticos en pequeñas aureolas de contacto
de intrusiones subvolcánicas (sills), anteriores a la primera deformación regional.
El criterio principal para identificar blastos precinemáticos con relación a la primera de-
formacióri (pre-D,), es la existencia de sombras de presión y la ausencia de esquistosidad
interna (Fig. 4.14/1). Si la deformación es rotacional, las sombras de presión son asimétri¬
cas (Fig. 4.14). Este criterio sólo es válido cuando el blasto es equidimensional. Si la de¬
formación no es rotacional, las sombras de presión son simétricas a ambos lados del por-
fidoblasto (simetría de reflexión, ver figuras ,4.14 y 4.14/1), siempre que éste tenga forma
equidimensional.
En la figura 4.14/2 se presenta el caso de porfidoblastos de cloritoide crecidos, original¬
mente al azar, antes de la primera deformación (Fig. 4,14/2a). Posteriormente se superpo¬
ne una deformación no rotacional (aplastamiento puro) (Fig. 4.14/2b). En el resultádo fi¬
nal (Fig. 4.14/2c), las sombras de presión, desarrolladas en tomo a los blastos, son simé¬
tricas o asimétricas dependiendo de la posición inicial de cada cristal con relación a la di¬
rección íie máximo acortamiento. Los que son perpendiculares al máximo acortamiento
no rotan y presentan sombras de presión simétricas. Los que son oblicuos sufren una ro¬
tación y presentan sombras de presión asimétricas. Finalmente, los que son paralelos al
máximo acortamiento sufi-en un microbudinage, con fracturas normales al eje mayor del
cristal.
Los casos de cristales precinemáticos con relación a la segunda deformación se mues¬
tran en la figura 4.14/3, para deformación rotácional, y en la figura 4.14/4 para deforma¬
ción no rotacional.

116/Rel ación blastesis-deformación Relación blastesis-deformación/'l 17


i
i,
ROCAS METAMORFICAS �

4.6.3 Cristales sincinemáticos

Al igual que en el caso anterior pueden darse cuatro posibilidades:

- Sincinemáticos con relación a la primera deformación:

1) Deformación rotacional (Fig. 4.14/5).


2) Deformación no rotacional (Fig. 4.14/6).

- Sincinemáticos con relación a la segunda deformación:

3) Deformación rotacional (Fig. 4.14/7).


4) Deformación no rotacional (Fig. 4.14/8).

Además, se consideran sincinemáticos los cristales que definen una esquistosidad, siem¬
Figura 4.14/1. pre que no estén deformados, ya que se supone que han cristalizado en un medio anisó-
(a¡ Dos procesos de blastesis con relación a la primera deformación no rotacional.. tropo de esfuerzos. En general, son sincinemáticos con los últimos estadios de la deforma¬
A) precinemático, con sombras de presión simétricas.
ción que origina la esquistosidad (sincinemáticos tardíos). Son también sincinemáticos los
B¡ postcinemático con S¡ continua. minerales que aparecen en las sombras de presión, siempre que no estén deformados, y los
(b) Los mismos cristales cuando la roca es sometida a una segunda deformación rotacional. que rellenan fracturas en cristales precinemáticos microbudinados (ver Fig. 4.14/2c).
A) con sombras de presión asimétricas y deformadas.
B), con sombras de presión asimétricas no deformadas y la esquistosidad interna (Sj) rotada desde la
posiíiión inicial.

4.6.4 Cristales postcinemáticos

Se pueden dar dos posibilidades. Al ser postcinemáticos no importa el mecanismo, ro¬


tacional o no, que originó la esquistosidad.

1) Postcinemáticos con relación a la primera deformación.


2) Postcinemáticos con relación a la segunda deformación.
En el primer caso, los blastos incluyen a la esquistosidad (S,) recta. Sj y S� son conti¬
nuas. Si se trata de cristales no equidimensionales (t�ulares, laminares y aciculares) están
desorientados, sin guardar relación alguna con la esquistosidad (Fig. 4.14).
Cuando se trata de cristales postcinemáticos a una se�nda deformación pueden darse
relaciones como la ilustrada en la Fig. 4.14. La esquistosidad externa microplegada es fo¬
silizada por un blasto, de tal manera que la esquistosidad interna resultante dibuja una for¬
ma que podría semejarse bastante a los casos de cristales sincinemáticos con una segunda
deformación rotacional (Fig. 4.14/7 f ó g). No obstante, la diferencia es clara si se examina
la relación entre Sj y S.. En cristales postcinemáticos S; es continua con S.. Si la segunda
deformación fue lo suficientemente intensa, y la primera esquistosidad ha sido borrada, el
resultado es muy similar al de cristales postcinemáticos con relación a la primera defor¬
mación, ya que S2 aparecerá incluida de forma recta y continua con la matriz del
Figura 4.14/2.
Cristales, no nquidimenslonales, precinemáticos con relación a la primera deformación que afecta a la roca.
porfídoblasto.
(í<) Cristales tabulares de doritoide desorientados.
(li) Resultado final d�pués da la deformación por aplastamiento puro (no rotacional).
(c) y (d) Detalle de cristales microbudinados y rotados respectivamente.
S

118/Relación blastesis-deformación � •«a Relación blastesis-deformación/� 19


ROCAS METAMORFICAS
ROCAS METAMORFICAS 4

� 20/Relación blastesis-deformación Relación blastesis-defocmaciónl�21


¿L
� ROCAS METAMORFICAS
ROCAS METAMORFICAS �

122¡Relación blastesis-deformadón &


ROCAS METAMORFICAS ROCAS METAMORFICAS 4

& Relación blastesis-deformaciónP 25


ROCAS METAMORfíCAS

LECTURAS COMPLEMENTARIAS

Bard, J.P. Microtexturas de Rocas Magmdticas y Metamórficas. Masson S.A. Barcelona, 1985.
Fry, N. The Field Description o f Metamorphic Rocks. Geol. Soc. of London. Handbook series. Open Univ. Press. Mil¬
ton Keynes. U.K., 1984.

Gillen, C. Metamorphic Geology. George Allen & Unwin, London, 1982.

Spry, K. Metamorphic Textures. Pergamon Press. England, 1969.


Metamorphic Processes, Reactions and Microestructure Development. George Allen & Unwin. London,
Vernon�R.H.

Winkler, H.G.F. Petrogénesis de Rocas Metamórficas. H. Blume Ed. Madrid, 1976.

12 6l L ec t ur as complementarias
TECTONITAS

en condiciones de menor profundidad que las rocas de la serie de las milonitas (ver Sibson
1977).
La clasificación de tectonitas que se presenta en la Tabla 5.1 ha sido ligeramente modi¬
INTRODUCCION ficada partiendo de la versión de Sibson (1977). Este autor considera la existencia de bre¬
chas cohesivas en ambas series de tectonitas. La formación de una brecha implica necesa¬
riamente la rotura y fi-agmentación de la roca original en condiciones de baja P y T (régi¬
men elástico-friccional de Sibson 1977). Por esta razón, independientemente del porcenta¬
En este capítulo se incluye un �po especial de rocas originadas exclusivamente por pro¬ je de matriz, las brechas, sean o no cohesivas, han de ser asimiladas a la serie de las cata¬
cesos de deformación. Como se indicó en el capítulo anterior, los procesos metamórficos clastitas exclusivamente (si son cohesivas serían,"brechas de molido"). Para las rocas mi-
van generalmente acompañados de procesos tectónicos. Sólo en condiciones muy especia¬ loníticas con menos del 10% de matriz (brechas en la clasificación original de Sibson 1977)
les ocurre que los procesos tectónicos originan por sí solos rocas sin que tengan lugar cam¬ se propone el término inframilonita.
bios de composición mineralógica (metamorfismo) sino solamente cambios texturales y La pseudoíaquilita es un vidrio oscuro desarrollado como consecuencia de la deforma¬
microestructurales. Estas condiciones especiales se dan en zonas de la corteza y manto don¬ ción en zonas estrechas donde se concentran altas tasas de deformación por cizalla. En di¬
de se localizan altas tasas de deformación por cizalla (tasa de deformación = velocidad de chas zonas la temperatura puede ser localmente elevada, debido a la fricción, y alcanzar
desplazamiento/anchura de la zona deformada) en zonas relativamente estrechas. Se trata valores que permitan la fusión de la roca. La pseudotaquilita no es, por tanto, una roca
generalmente de grandes accidentes con entidad regional, con comportamiento frágil en zo¬ (como propone Sibson), sino un componente más de determinadas tectonitas. Suele apa¬
nas superficiales (fallas) y dúctil en profundidad (zonas de cizalla). En tales zonas de alta recer formando filoncillos de algunos cm de espesor, a veces desvitrificada y esquistosada,
deformación, las rocas son sometidas a procesos mecánicos que conducen a la destrucción en rocas de la serie de las cataclastitas. Es muy rara en rocas miloníticas desarrolladas por
total de la textura original (ígnea, metamórfica o sedimentaria), y a la aparición de textu¬ flujo plástico.
ras y microestructuras nuevas. Estas rocas poseen una clasificación propia y son, por tan¬ Las blastomilonitas (ver Sibson 1977) son milonitas en las que existe blastesis mineral
to, agrupadas en un apartado especial denominado tectonitas o rocas defalla (fault rocks). asociada a la deformación. Se trata de términos transicionales entre rocas metamórficas y
tectonitas. Pueden ser consideradas como metamórficas, con alta tasa de deformación por
cizalla, y denominadas como tales según la nomenclatura utilizada en el capítulo anterior.
5.1 PRINCIPALES TIPOS DE TECTONITAS
TABLA 5.1.
Se pueden distinguir dos grandes grupos de tectonitas atendiendo a las características tex¬ Clasificación de tectonitas modificada a partir de la de Sibson (1977, basada en Spry
turales y fábrica: 1969). (Explicaciones en el texto).
1) Tectonitas isótropas con textura clástica y
2) Tectonitas foliadas con textura deformada. Fábrica isótropa Fábrica anisótropa (planar, linear)
Textura clástica Textura deformada rincipales
En ambos casos la estructura puede ser masiva o bandeada. En general las tectonitas del
tipos de te
primer grupo suelen ser masivas y las del segundo suelen presentar alguna estructura Rocas no ctonitasl'\
bandeada. BRECHA DE FALLA (no viable)
cohesivas 29
Según la clasificación de tectonitas (fault rocks) de Sibson (1977, basada en Spry 1969)
las rocas con fábrica isótropa se agrupan en la denominada "serie de las cataclastitas", y BRECHA DE MOLIDO
las rocas con fábrica anisótropa (planar, linear, etc.) en la denominada "serie de las milo- Fragm.> 5 mm: Brecha sj.
nitas". Actualmente se respeta esta nomenclatura, si bien presenta ciertos problemas de apli¬ 90-1005 entre 1 y 5 mm: Brecha fina INFRAMILONITAS
cación práctica, dada la existencia de procesos cataclásticos (rotura y trituración de crista¬ Porcenta0-9010- menor de 1 mm: Microbrecha
les) en rocas de la serie de las milonitas. Esto es debido a la diferencia de comportamiento jedematr500-10
reológico de las distintas fases cristalinas a iguales condiciones de P, T y tasa de deforma¬ Rocascoiz(volum PROTOMILONITAS
ción. En milonitas cuarzofeldespáticas, el cuarzo sufre deformación plástica intracristalina, PROTOCLASTITAS
hesivasen)
mientras que los feldespatos pueden sufrir procesos cataclásticos. No obstante, se puede de¬
finir a las rocas de la serie de las milonitas como aquéllas en las que predominan los pro¬
cesos de deformación plástica cristalina, y a las rocas de la serie de las cataclastitas como CATACLASTITAS MILONITAS
aquéllas en las que predominan los procesos de deformación frágil o cataclasis. Las dos se¬
ries se subdividen paralelamente según la proporción de matriz (material de grano fino, afa-
nítico, desarrollado como consecuencia de la deformación) (Tabla 5.1). ULTRACLASTITAS
ULTRAMILONITAS
Ambas series se hacen corresponder con dos medios distintos en cuanto a las condicio¬
nes ambientales (P, T, etc.). La serie de las cataclastitas y brechas de falla se desarrollarían

12S/Principales tipos de tectonitas


TECTONITAS
TECTONITAS

5.1.1 Serie de las cataclastitas deformación cataclástica. En la figura 5.1 se muestra esquemáticamente la formación de
una brecha cataclástica (brecha de molido) desarrollada en condiciones de deformación frá¬
A veces es difícil distinguir entre rocas cataclásticas y rocas milom'ticas. Tal distinción
gil (régimen elástico-friccional de Sibson 1977). En los primeros estadios de deformación
requiere observaciones petrográficas finas para conocer los mecanismos de deformación y se forman tres sistemas de fracturas principales (basado en los experimentos de Riedel, en
distinguir entre procesos cataclásticos y procesos de deformación plástica cristalina. Tchalenko 1970) (Fig. 5.1a).:
Algunos criterios para reconocer procesos de cataclasis son:
1) Fracturas R (Riedel shears) a 17° de la dirección principal de cizalla.
1) Existencia de fragmentos, generalmente angulosos de roca sin deformación interna. 2) Fracturas R' (conjugate Riedel shears) a 78° de la dirección principal de cizalla.
2) Microfallas en cristales, pero sin deformación intracristalina. 3) Fracturas extensionales (E) a 45° de la dirección de nVallg
3) Micropliegues angulosos (de tipo kink) en plagioclasas y micas.
Cuando la deformación progresa (Fig. 5.1b) las partes de roca limitadas por los tres sis¬
4) Existencia de una matriz fina (afanítica) formada por un agregado de fragmentos de temas de fi-acturas se individualizan formando la brecha de falla. En estadios más avanza¬
cristales de cualquier naturaleza. dos de deformación (Fig. 5.1c), los bloques son movidos de su posición inicial, aumenta
el porcentaje de matriz de trituración, y pueden aparecer zonas miloníticas en estrechas
bandas donde se concentran altas tasas de deformación.

5.1.2 Serie de las milonitas


Se diferencian de las rocas del grupo anterior por la presencia de procesos de deforma¬
ción plástica intracristalina predominando sobre los procesos cataclásticos. El cuarzo es
uno de los minerales que presenta mayor facilidad para absorber la deformación por pro¬
cesos de flujo plástico.
En la figura 5.2 se representa de modo esquemático la evolución de un cristal único de
cuarzo cuando es sometido a deformación por cizalla. Se pueden distinguir cuatro pasos
principales en el proceso de deformación por flujo plástico intracristalino:
1) Extinción ondulante.
2) Forinación de lamelas o "maclas de deformación", con límites netos y orientación óp¬
tica ligeramente distinta de unas a otras.
3) Individualización de subgranos con bordes suturados.
4) Recristalización y poligonización final.
Todo el cristal de cuarzo ha pasado a ser un agregado microcristalino de hábito poligo¬
nal. La matriz milonítica está generalmente formada por este tipo de cuarzo.
La matriz de la serie de las milonitas es, por tanto, distinta de aquélla de la serie de las
cataclastitas. En el caso de las milonitas la forman agregados microcristalinos desarrolla¬
dos por poligonización, como resultado final de los procesos de flujo plástico cristalino. En
rocas cuarzofeldespáticas la matriz milom'tica está formada esencialmente por cuarzo. Los
feldespatos pueden permanecer como porfidoclastos, si la deformación no es muy intensa,
Figura 5 . 1 . , o como matriz junto con cuarzo si la deformación es muy intensa (ultramilonitas).
Esquema mostrando la formación de una brecha de molido por fragmentación de ¡a roca según Las milonitas se desarrollan típicamente en zonas de cizalla dúctil a cierta profundidad
tres familias principales de planos: R, f í' y E (ver texto). en la corteza y manto superior. Un tipo especial de milonitas son las llamadas SC-miloni-
tas (Lister & Snoke 1984). Se caracterizan por la presencia, en mayor o menor grado, de
Es frecuente encontrar en cataclastitas (granitos cataclásticos, por ejemplo), asociadas a dos familias de superficies oblicuas entre sí:
fallas superficiales, venas miloníticas en las que se concentran altas tasas de deformación,
y donde la deformación tiene carácter dúctil (con flujo plástico cristalino). Tales venas mi¬ 1) Superficies S, y
loníticas aparecen en bandas estrechas, de algunos cm de espesor, limitando bloques con 2) Superficies C (S y C según la nomenclatura de Berthé at al. 1979).

130/Principales tipos de tectonitas � as® Principales, tipos de tectonitas/'\ 31


TECTONITAS TECTONITAS

Las superficies C son los planos de cizalla y las superficies S corresponden a la esquis-
tosidad (máximo aplastamiento) asociada a la deformación por cizalla (Ramsay & Gra¬
ham 1970). Las superficies S tienen típicamente una geometría sigmoidal. En la figura 5.3
se presenta de modo esquemático la formación de una ultramilonita, pasando por el paso
intermedio de una SC-milonita. Las superficies S se desarrollan originalmente a 45° de los
planos de cizalla. Este ángulo decrece en el curso de la deformación hásta hacerse S y C
subparalelos. En este caso (ultramilonitas) pueden aparecer planos de cizalla secundarios
llamados C (Fig. 5.3d).

b_

c _�

�--

Figura 5 . 3 .
Figura 5 . 2 .
Esquema mostrando en cuatro estadios sucesivos la formación de una ultramilonita en una zona
Esquema.mostrando cuatro estadios sucesivos en la deformación de un cristal de cuarzo por flujo plástico intracristalino. de cizalla dúctil.
(a) Extinción ondulante.
(a) Primerincremento de deformación. (c) En condiciones de alta deformación,
(bl Lamelas de deformación.
(b) En el segundo incremento de pueden aparecer lospianos de cizalla.
(c) Individualización de subgranos.
deformación, aparecen las superficies (d) Las superficiesSyCseparalelizan ypueden
(d) Recristalización y poUgonización (ver texto).
S a 45" de la dirección de cizalla. aparecer los planos de cizalla secundarios (C).

132/Principales tipos de tectonitas "a?" Principales tipos de tectonitas/y 33


TECTONITAS
TECTONITAS

5.1.3 Criterios rotacionales en miionitas


a d
La mayor parte de las miionitas están asociadas a zonas de cizalla (simple shear) dúctil.
Una de las principales propiedades de las miionitas es que reflejan las condiciones ambien¬
tales de la deformación (deducidas por los mecanismos de deformación intracristalina) y
que pueden ofrecer información cualitativa y cuantitativa sobre la deformación.
El ángulo entre superficies S y C es indicativo de la cantidad de deformación por t'iyallg
(y) y puede ser utilizado para calcular el desplazamiento relativo (Ramsay & Graham 1970,
Ramsay 1980). La información cualitativa se refiere principalmente al sentido de la nValla
(dextro o senestro) que es deducido por criterios microestructurales. Dichos criterios, lla¬
mados criterios rotacionales, se muestran en la figura 5.4 y son los siguientes:

1) Asimetría de sombras de presión en cristales equidimensionales (Fig. 5.4a)j!


2) Asimetría de las zonas de menor espaciado de la esiquistosidad en tomo a los porfi-
doclastos (zonas 1 en Fig. 5.4 a y b).
3) Micas fusiformes asimétricos (Fig. 5.4c).
4) Asimetría de pliegues intrafoliares (Fig. 5.4d).
5) Disposición de planos C y S (Fig. 5.4e).
6) Disposición de granos elongados de cuarzo (planos S) entre planos de cizalla
adyacentes.

LECTURAS COMPLEMENTARIAS

Bard, J.P. Microtexturas de Rocas Magmáticas y Metamórficas. Masson S.A. Barcelona, 1985.

Nicolas, A. & Poirier, J.P. Crystalline Plasticity and Solid State Flow in Metamorphk Rocks. John Wiley & Sons Ltd.
London, 1976.
Sibson, R.H. Fault Rocks and Fault Mechanisms. Journal o f the Geological Society o f London. Vol. 133 (3): 191-213
(1977).

Figura 5 . 4 .

Principales criterios microestwcturales para determinar ei senido da movimiento o en miionitas.

(a y b) Asimetría de sombras de presión. (d)Piiegues intrafaliares.


Zonas de menor espaciado (II de ia (e) Disposición de pianos Sy C.
esquistosidad. (f) Disposición de granos de cuarzo.
(ci il/lica fusiforme asimétrica.

Todos estos criterios han de ser observados en un corte perpendicular a la foliación y


paralelo a la lineación (plano XZ),

(a) y (b) según Simpson & Schmid (1933); (c) y (f) según Lister & Snoke (1984).

Lecturas complemerttarias/�35
1SA/Principales tipos de tectonitas
APENDICE APENDICE

138/Apéndice ApéndiceP 39

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