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El Carácter Diferenciador entre el C. I.

A y el Régimen Legal del Mayor en cuanto Respeta la

Comparecencia a Audiencia.

Análisis de Acuerdo con la Sentencia Constitucional No. 126 de 2011

La sentencia ahijada por la Corte Constitucional respecto de la imputada norma refiere

que en la máxima C-055 de 2010 se resolvió una reclamación presentada en contra

de variados efectos de dicho Código, en el interior de los cuales se encontraba la ordenanza en

cuestión.

En la resolución C-055 de 2010, la Corte resolvió entre otras cosas, aceptar exequible el

artículo 158 del Código de la Infancia y la Adolescencia, bajo el entendido de que

su explicación será la expresada en los vocablos de los plintos jurídicos 82 y 83 de esta

providencia. Vistos los apartados 82 y 83, ha de abarraganarse que la Corte Constitucional

declaró el artículo 158 del Código de la Infancia y la Adolescencia constitucional, ‘bajo el

entendido de que la misma no incluye al infractor contumaz o rebelde’.

Consideró que se trataba entonces de dos corporaciones que, ‘en principio’, no

son equivalentes, por cuanto pertenecen a regímenes jurídicos distintos,

regulados adentro del beneficio de configuración reconocido constitucionalmente.

Expresamente dijo la Corte, “en estas obligaciones, como quiera que en sorno resultan tales los

regímenes jurídicos de rango procesal penal determinados para adolescentes,

el reproche por transgresión del inicio de línea usado por el litigante respecto del artículo 158

del C.I.A., no resulta natal, dado que el criterio de figura o tertium comparationis empleado

apela situaciones notoriamente distintas”. Adicionalmente, se consideró que, prima facie, no


era una medida legislativa irregular de complacencia diferencia o de trato, dado

que implicaba limitar temporalmente la defensa de los derechos de los menores de una forma

menos estricta de la ‘regla general’ según la cual el enjuiciamiento penal debe ser delante la

persona, no en su ausencia, a efecto de la voluntad superior de sujetos

de peculiar investimento constitucional.

Por ello decidió la Sala que «la configuración del parlamento es constitucional en la

medida en que la medida que tenga excusa y no obedezca, simplemente, a

la reticencia a presentarse o a la contumacia como faceta de escamotear las tasas que ante sí

mismo, las heridas del yerro, la asociación y el Estado, contrajo con nadería del delito.» A su

parecer, lo irrazonable y desproporcionado sería circunscribir la trinchera de los derechos de

las heridas en comparables ubicaciones.

En término, decidió por ejemplo que ‘los adolescentes sujetos a recursos judiciales

por aceptación penal no serán supremos en su falta, bajo el entendido de que la misma no

incluye al infractor contumaz o rebelde’, e impartió advertencias en sus consideraciones, para

el acertado motivo por parte de los jueces de la sentencia acogida, así como de sus valores y

sus umbrales. A ristra, pasa la Corte

a reflexionar los períodos jurisprudenciales elementales en disertación de cosa juzgada

constitucional, con el efecto de disponer después si en el actual albur se verifica o no.

Reglas jurisprudenciales cardinales sobre cosa juzgada constitucional

La Corte Constitucional carece de efectividad para aprender exigencias en contra

de ordenanzas sobre las cuales existe cosa juzgada formal, esto es, exponentes respecto de las
cuales «existe una voluntad previa del juez constitucional», que ahora han

sido fin de cuidado constitucional.

En voces de la justicia la cosa juzgada tangible es un fenómeno que se presenta

«cuando no se negociación de una red con tomo universitario cabalmente igual, en otras

palabras, formalmente igual, sino de una ejecución cuyos espacios clásicos son idénticos.»

La legislación constitucional ha fabricado cuatro criterios para delimitar si existe o no

cosa juzgada terrenal en un determinado riesgo, los cuales han sido reiterados en

varias oportunidades.

Este periodo es aplicable, asimismo, en empiece, en aquellos eventos en los que la

Corte Constitucional ha asimilado protestas en contra de redes que

fueron patentes posibles condicionalmente, como ocurre en el riesgo de la dependencia.

Problema jurídico de procedibilidad programado por la actividad de inconstitucionalidad

En sor, como lo solicitan algunos de los componentes en el presente cambio, podría

considerarse que existe cosa juzgada constitucional, sobre todo teniendo en nota la audacia de

la Corte Constitucional de pronunciarse sobre todo el artículo 158 del Código de la Infancia y la

Adolescencia y no únicamente sobre las arengas demandadas.

No obstante, la ecuanimidad por la cual la Corte Constitucional

decidió reflexionar la generalidad del artículo, no fue

por sopesar indispensable tratar de suerte completa y absoluta los posibles serretazos en
contra de la dechada legal destacada. No pretendía la Corte sumergirse a interpretar todas las

posibles oposiciones entre la pauta procesada y la Constitución.

Lo que pretendía era obstruir que se produjera un desacierto que generara duda en el

sistema jurídico, al eximir del ordenamiento dos formas legales que dependían de otras,

incluidas en el mismo artículo, que seguirían teniendo moralidad.

Expresamente dijo la Corte, «procede entonces integrar el área norma dado

que el poblador ha pleiteado dos exposiciones jurídicas que no tienen un contenido

deóntico preciso, dado que está claro que, para entenderlas y aplicarlas, es difícil lijar su

contenido clásico con los demás apartes que no fueron querellados. Además,

las propuestas que no han sido objetivo de ofensa no conservan un sentido útil para

la aclaración y aplicación norma, ya que poseen una asociación inescindible de conexidad con

los acusados. Y, viceversa, de no suceder la integración legislatura y de proferirse, pero ello

un levantamiento de fondo parcial y en los decenios reclamados por el litigante, se

generaría vacilación colectiva acerca del contenido armónico e integrado de

la red legal disertación de test.

Por tanto, la protesta no pesquisa cuestionar la constitucionalidad de una forma legal

que comenzó a vivir, en estricto sentido, a partir de la máxima de constitucionalidad que la

estudió y delimitó su diligencia, sino la de una menstruación legal que existía en el periquete en

que la Corte analizó la pauta. Finalmente, incluso ha de decirse que la decisión C-055 de 2010

señala aposta que se consideró si la normativa era o no justificable y acomodada, respecto a la


protección de los derechos de toda cabeza última, que era, de acuerdo a la Corte,

la acreditación de la maña legislativa.

En meta, los reproches de la reclamación presentada contra un segmento del artículo

158 del Código de la Infancia y la Adolescencia ley 1098 de 2006 se dirigieron en contra de

una legislatura legal que ahora había sido ostensible accesible de guisa condicionada por la

Corte Constitucional en un apotegma previo en la cual, dichos grados habían sido bienquistos y

analizados. Se alcahuetería de dos cuestionamientos respecto de los cuales ahora se dio el

fenómeno de la cosa juzgada constitucional y, por ende, la Corte no se

puede vocalizar nuevamente sobre ellos, más allá de permanecer a lo resuelto en

la osadía judicial previa.

En conclusión, y como así lo dijo la corte, “[…] debe decirse que las normas son

diferentes porque el demandante en el caso de la demanda C-055 de 2010 no distinguió entre

la inasistencia injustificada y la justificada, lo que sí ocurre ahora, después de la sentencia

condicionada de la Corte, en donde se exigió que para que procediera la suspensión del

proceso penal la inasistencia debía ser justificada. Esta modificación altera el sentido de la

norma, que en principio en nada dependía de que el adolescente fuera contumaz o persona

ausente y tan sólo buscaba imponer una carga mayor para que las autoridades competentes

del Sistema Penal Adolescente tuvieran que garantizar la comparecencia del adolescente al

proceso penal, y conduce a una desigualdad de trato en beneficio del adolescente renuente o

contumaz, por cuanto la prescripción de la acción penal se mantiene incólume frente al

incremento de la misma para el adolescente contumaz, pero se aumenta para quien justifique

debidamente su inasistencia.”

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