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La particularidad principal
de esta ofrenda era que
siempre culminaba con una
comida comunal, en la cual
participaban los sacerdotes y
el ofertante y sus familiares.
Expiación Por el pecado Becerro, macho cabrío, Dependiendo de la categoría Expresar la confesión 4:1-5:13
cabra, oveja, 2 tórtolas de la persona que había de un pecado
cometido la infracción, había específico no
6:24-30
o 2 palominos, la
décima parte de un efa que traer un determinado intencional y buscar
de flor de harina. tipo de animal. el perdón de Dios.
Si el sumo sacerdote
pecaba, su ofrenda debía Es obligatorio y no
ser de “un becerro sin hay posibilidad de
defecto para expiación” restitución.
(Lv. 4:3). Lo mismo
acontecía si se trataba de
un pecado cometido por
la congregación (Lv.
4:14).
En el caso de una
persona de
preeminencia (“Cuando
pecare un jefe...” [Lv.
4:23]), debía traer un
macho cabrío.
“Si alguna persona del
pueblo... una cabra...” o
un cordero (Lv. 4:27–28,
32).
Si era demasiado pobre y
“no tuviere lo suficiente
para un cordero”, debía
ofrendar “dos tórtolas o
dos palominos” (Lv. 5:7).
Y si aún no tuviere
recursos para esto,
entonces podía ofrecer
“la décima parte de un
efa de flor de harina”
(Lv. 5:11).
El ofertante ponía sus
manos sobre el animal, lo
que constituía un acto
simbólico para señalar su
identificación con la
ofrenda (“... pondrá su
mano sobre la cabeza del
becerro” [Lv. 4:4]). El
sumo sacerdote, mojando
su dedo en la sangre,
rociaba “siete veces
delante de Jehová, hacia
el santuario” y también la
ponía “sobre los cuernos
del altar” (Lv. 4:6–7). La
sangre no usada para
rociar se echaba “al pie
del altar del holocausto”
(Lv. 4:7). Toda la grasa
del animal, “la que cubre
los intestinos, y la que
está sobre las entrañas,
los dos riñones, la
grosura que está sobre
ellos, y la que está sobre
los ijares... [y] la grosura
de sobre el hígado” se
hacía “arder sobre el
altar” (Lv. 4:8–10).
Si se trataba de un
becerro ofrecido por el
sumo sacerdote o la
congregación, los restos
se sacaban fuera del
campamento y se
quemaban (Lv. 4:10–12).
Cuando los ofertantes
fueren otros, la carne
quedaba como alimento
para los sacerdotes, que
la podían comer “en
lugar santo” (Lv. 6:25–
26).
Por la culpa Carnero sin defecto Este sacrificio se regía por Expresar la confesión 5:14-6:7
los mismos criterios rituales de un pecado en
que el sacrificio por el específico no
7:1-7
pecado (“Como el sacrificio intencional o
por el pecado, así es el intencional, pero
sacrificio por la culpa: una confesado
misma ley tendrán” [Lv. voluntariamente.
7:7]). Es posible la
Este tipo de sacrificio era restitución y es
requerido “cuando alguna obligatorio.
persona cometiere falta, y
pecare por yerro en las
cosas santas de Jehová”
(Lv. 5:15).
La idea era clara de que
un agravio debía ser
reparado.
Si se cometía contra un
prójimo, se estaba
violando los
mandamientos de Dios,
por lo cual a ambos debía
dárseles satisfacción.
Además del sacrificio, el
ofertante tenía que
devolver “lo que hubiere
defraudado de las cosas
santas, y añadirá a ello la
quinta parte” (Lv. 5:16).
El sentido de este
sacrificio estaba
relacionado con la idea
de reparación. El ofensor
tenía que confesar su
pecado y hacer
restitución a la persona
ofendida, con la multa.
Se aplicaba a personas
que pecaren faltando en
el reporte de alguna suma
depositada a su cargo, a
quien “robare o
calumniare a su prójimo,
o habiendo hallado lo
perdido después lo
negare, y jurare en falso;
en alguna de todas
aquellas cosas en que
suele pecar el hombre”
(Lv. 6:1–6).