Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.net/publication/277711475
Pensamiento Estratégico
CITATIONS READS
14 1,507
2 authors, including:
SEE PROFILE
Some of the authors of this publication are also working on these related projects:
All content following this page was uploaded by Francisco Javier Garrido on 12 June 2015.
PENSAMIENTO ESTRATÉGICO
(Editorial Deusto, Barcelona, España, 2007)
Autor
Dr. Francisco Javier Garrido M.
Con la colaboración de
Dr. Henry Mintzberg
Introducción
Una de las primeras razones que impulsado este trabajo y otros que intentan
aportar de modo sistemático sobre los temas propios del pensamiento estratégico,
surgie de una experiencia vivida junto a un grupo de colegas de postgrado en
España. Luego de una amena clase del MBA nos reunimos en un café para
comentar el desarrollo del programa y coordinar temas de clases. Fue uno de ellos
(a quien recuerdo con afecto) quien con un cierto aire de soberbia nos hizo saber
lo que él consideraba que era “la materia central y más importante de un MBA”
(materia en la que el dicta clases por cierto): la planificación estratégica. Esto me
sorprendió, más aun cuando descubrí que aun otros colegas consideraban esa
asignatura como central, preponderante y casi como “el MBA en si misma”. Visto
así parecía como si el curso que busca enseñar a planificar estratégicamente a
nuestros postgraduados, era lo más importante y el resto (todo el programa)
accesorio. Desde tal perspectiva reduccionista el MBA podía ser visto como el
módulo o curso de planificación estratégica. Confieso que cuando pienso en este
episodio, me resulta tan provocador como lo fue en un primer momento.
El capítulo cuarto trabaja sobre los alcances que los procesos analíticos implican
sobre la visión estratégica en la empresa, así como su innegable fuerza en el
diseño y trazado de límites en los diversos escenarios en los que se desarrolla la
supervivencia y la competitividad empresarial.
Para concluir, en el capítulo octavo hemos incluido una selección de ideas que nos
han parecido inspiradoras para el pensar estratégico moderno. Ellas nos llegan a
través de la historia de la mano de pensadores y estrategas que han impregnado
de enseñanzas sus acciones, experiencias y escritos, tanto en oriente como en
occidente. Si alguna de ellas logra estimular al lector en su vida diaria o
profesional, hemos cumplido en buena parte nuestros objetivos.
interés que bordean este trabajo. En tal sentido aparece atrevida la observación
de Coleridge (1985) cuando denomina el pensar como el “proceso mental opuesto
a la inteligencia”, dados los aspectos de “recurrencia y repetición que le subyacen
como énfasis primordial”. No obstante, el concepto de regreso o de dar vuelta
sobre un algo no significa un regreso lineal sobre el mismo punto: creemos que
más bien se ajusta a la idea del espiral concéntrico que, sobre un eje en común,
aumenta y crece hasta el infinito (Hawking, 2001).
Como sabemos, el pensamiento se desarrolla conforme a patrones y
recurrencias que se alojan en nuestra mente, nutriéndose de una sucesión de
instancias e instantes que se adaptan a si mismas en el ejercicio de las
recurrencias (algunas de ellas naturales o contextuales), lo que tiene por función
tornar más estable el universo del sujeto (observador) y va provocando, sumado a
los comportamientos que ya se encuentran alojados en la información de su propia
cadena evolutiva, la ejecución de patrones de pensamientos reactivos, sumados a
los creativos o de adaptación. Las formas reactivas de pensamiento funcionan
bien en contextos y experiencias conocidas, pero cuando ello no ocurre, el sujeto
debe invertir una cierta dosis de energía (que le es connatural y propia) en el
ánimo reflexivo. Esto que ocurre en todos nosotros a nivel de sistema nervioso, es
lo que impulsa la búsqueda de soluciones (o reflexiones adaptativas) al problema
enfrentado.
De tal modo diremos que al enfrentar un problema o al abordar una
cuestión intelectual (la estrategia ciertamente lo es) el sujeto buscará (1)
establecer relaciones entre el objeto de pensamiento y sus patrones de
experiencias previas y conocimientos que han demostrado éxito en condiciones
similares. Se debe tomar en cuenta que estos patrones de memoria no son rígidos
y constantes, pues hablamos de un patrón que goza de códigos enriquecidos
respecto del que existe (o existió) previamente, producto de una situación similar
(los nuevos input’s obtenidos les refuerzan o modifican).
Cuando el esfuerzo reflexivo no logra resolver el problema o la cuestión
tratada, el sujeto intenta (2) trabajar con una forma ausente de patrones y que
aparentemente no cuenta con cadenas de códigos de memoria que calcen con la
Aun cuando parece de elemental, diremos que esta solución pensada debe
contener en potencia un sentido de acción (más aun en la empresa), pues el
resultado debe propender a que la organización pueda moverse inteligentemente
para alcanzar una situación favorable (a través de la práctica de la maniobra). En
tal sentido podemos considerar al pensar estratégico como un insumo o input para
la estrategia (y a la vez de naturaleza vincular en el sentido hegeliano, dada su
condición de lazo dialéctico entre el sentido y la acción).
En competencia
Un elemento central para la comprensión del pensamiento estratégico y a
nuestro juicio descrito sucintamente en la bibliografía del management3 (el sentido
de lo obvio a veces juega en contra) se refiere a su objeto de conocimiento, cual
se centra fundamentalmente en torno a la competencia: el detonante común del
V. LA ILUSORIA ESTRATEGIA
Por Henry Minzberg
mío. El tema es mi vida laboral. Sin embargo, dado que las dos están obviamente
interrelacionadas, me gustaría hacer un único comentario acerca de aquélla.
Cuando escribí en la solapa del libro Mintzberg on Management: Inside Our
Strange World of Organizations (1989), que “está escrito para aquellos de
nosotros que pasamos nuestra vida pública lidiando con las organizaciones y
escapando de éstas en nuestra vida privada”, lo dije en serio. Esto ha sido la
marca que ha caracterizado mi comportamiento.
Las organizaciones me intrigan; todo mi trabajo se ha centrado en
comprenderlas. Pero cuando me dedico a ellas, trato de alejarme lo mejor que
pueda. Por ejemplo, me encanta andar en bicicleta en las callejas europeas, pero
nunca he querido tomar un tour organizado. Claro que necesito una línea aérea
que me lleve hasta allá, pero una vez que me bajo del avión, generalmente
acompañado de uno o dos amigos, de inmediato montamos nuestras bicicletas y
partimos. Odio que las organizaciones me organicen. Por lo tanto mi fascinación
por ellas funciona mejor a distancia, aunque comprometido eso sí como un
observador o un asesor temporal para comprender su comportamiento. No hablo
de espacio físico, pues me encanta estar en medio.
Para contar la historia de mi carrera, debiera comenzar explicando como
me siento en esta vocación de negocios-academia, y respecto de negocios en sí
mismos, o en el estudio de las organizaciones en general. Así es que debiera
dividir mi carrera en tres fases. Sin embargo, para lograrlo, tendría que presentar
algunos datos claves; rastros de mis patrones de conducta a través del tiempo.
Puedo explicar esto en los términos alusivos al título de este capítulo.
Me pasé el último semestre del año 1990 en London Business School. Un
miembro del strategy gorup me llamó a Montreal durante el verano para
organizar un seminario de la Facultad al cual debía darle un título. Cuando aún
no lo hacía, él me dejó un mensaje que decía que el seminario iba a llamarse “La
Ilusoria Estrategia”. Perfecto, pensé, hablaré de eso. Fue una sugerencia
inspiradora (de Charles Hampden-Turner).
La formación en estrategia ha sido mi objeto de estudio más incesante
(como verán): fue el tema de mi primer artículo, del mayor número de mis artículos
y el objeto más recurrente de mis artículos. La mayor parte de este trabajo gira en
torno a las definiciones de las estrategias realizadas (como patrones de acción),
dirigidas y emergentes (realizado a pesar de las intenciones) además de las
deliberadas (como intenciones realizadas; 1972, 1979, 1985,1987). Aún así, mis
propias estrategias realizadas han tendido -si cabe mencionarlo- a ser más bien
discutidas. Al menos hasta hace poco. En la conferencia en Londres, me gustaría
haber revisado mi trabajo para ese entonces, el cual contenía una colección muy
diversa de escritos y proyectos. Debido a que los patrones entre ellos podían no
haber sido claros, pensé que sería divertido usar la charla para investigarlos e
inferir mis propias estrategias. De aquí la oportunidad del título sugerido ahí, y mi
uso de él aquí.