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Armando Ruíz y

Edgar Castro Zapata, compiladores

COLECCIÓN EDITORIAL EL ZÓCALO


Gobierno del Distrito Federal
Secretaría de Cultura
Xerox Mexicana
Gobierno del Distrito Federal
Marcelo Ebrard Casaubon
Jefe de Gobierno

Secretaría de Cultura
Elena Cepeda de León
Secretaria de Cultura

xerox Mexicana
Aporte cultural

Expresamos nuestro agradecimiento a a las siguientes personalidades que


nos brindaron su apoyo para la edición, autorización de uso de imagen, re-
visión de textos, diseño, consejo o ánimo a: Lic. Marcelo Luis Ebrard Ca-
saubón, Jefe de Gobierno del Distrito Federal; a la Secretaría de Cultura del
Gobierno del Distrito Federal encabezada por su titular Elena Cepeda de
León; Mtro. Eduardo Clavé, Director de Divulgación Cultural; Mtro. Gusta-
vo Martínez, responsable del área de Publicaciones; Lic. Esteban Rodríguez
Flores, asesor; Alejandro Gaspar, corrector; Antrop. José Luis Perea; Arql-
go. Edgar Merino; Lic. Eduardo Mondragón; Lic. Adriana Mondragón, así
como al Sr. Arturo Guevara Escobar.

Primera edición: octubre de 2009.


Edición no venal.
Contenido

Presentación 5

Prefacio 7

I. Cronología del zapatismo en Milpa Alta 13

II. Milpa Alta en el periodo revolucionario 43

III. Reflexión 79

IV. Anexo de documentos 81

V. Bibliografía 115
El Zapatismo en Milpa Alta...

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Armando Ruiz y Edgar Zapata

Presentación
La figura histórica de Emiliano Zapata trasciende generaciones,
en parte debido porque encarna el mito de la voluntad colectiva
que busca romper el estado injusto de la repartición de la riqueza;
una persona que es elegida democráticamente por su pueblo, que
representa a la población por la vía legal, que ante el abuso con-
tumaz de las autoridades alza la voz. Un líder que decide romper
la legalidad para tomar por la fuerza lo que se le ha negado con
injusticia. Una fuerza de voluntad que concita a la ciudadanía a
seguir un arduo camino, pese al sacrificio, la carencia, la perse-
cución, la muerte. Con la esperanza de un mejor futuro siempre
en el horizonte.
Para la Ciudad de México, la región de Milpa Alta fue la en-
trada virtual de la revolución agrarista. Por su situación geográfi-
ca, por la afinidad entre sus pobladores y la masa que se organizó
en los estados de Guerrero, Morelos y Puebla.Este libro ofrece así
una visión local de un fenómeno global: la presencia de Emiliano
Zapata ­en Milpa Alta, registrada por documentos oficiales y pe-
riodísticos, contextualizada por el investigador Armando Ruiz.
Destaca también en este rico material la intervención de Edgar
C. Zapata, bisnieto del General, egresado de la Escuela Nacional
de Antropología e Historia, que ha tomado la pluma para portar
el estandarte de su abuelo. Con otros descendientes de oficiales za-
patistas, ha emprendido la organización de la Fundación Zapata y
los Herederos de la Revolución para pugnar, entre otros objetivos,
por dar un trato digno a quienes, al paso del siglo, sobreviven como
una herencia viva de la lucha zapatista, así como por reflexionar
sobre la actualidad de los principios del agrarismo.
La Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Méxi-
co garantiza así el derecho cultural a la memoria, uno de los prin-
cipios que rigen nuestras políticas culturales.

Elena Cepeda de León

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El Zapatismo en Milpa Alta...

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Armando Ruiz y Edgar Zapata

Prefacio

En este momento de reflexión nacional sobre el significado sim-


bólico y real de doscientos años de Independencia y cien años de
Revolución, en todo el país se ha desencadenado una importante
ola de participación social sobre ambos temas. Por supuesto inte-
lectuales, escritores y especialistas, revisan y generan interpreta-
ciones al respecto, pero es tan importante el asunto, que la clase
media, los trabajadores formales e informales, las amas de casa,
los estudiantes y cada mexicano que resiente los efectos de la cri-
sis económica y social, se preguntan en dónde están los beneficios
de estos dos movimientos sociales que cambiaron la estructura
política de su momento a partir de la búsqueda de mejores condi-
ciones de vida para los mexicanos.
En el contexto de las consideraciones que señalan a la historia
como cíclica y al proceso histórico como dialéctico, es importan-
te revisar la similitud de condiciones socio-políticas existentes en
los tres períodos históricos que en la actualidad nos convocan a la
reflexión y a las conmemoraciones: 1810, 1910 y 2010.
Tanto las Reformas Borbónicas, que fueron el último intento
de la corona española por recuperar el control de la Nueva España,
como cien años después las políticas porfiristas, son procesos de
modernización económica que cambiaron en su momento la es-
tructura social, que modificaron las clases sociales, que formaron
nuevos actores políticos y que generaron importantes transforma-
ciones culturales. En la etapa reciente las políticas neoliberales de
1982, también desencadenaron cambios económicos que reformu-
laron la estructura social, política y cultural de nuestro país.
Otro factor común en los periodos aludidos, es el enorme des-
contento social por los resultados del gobierno, en ellos, amplios
sectores sociales no ven reflejados sus intereses ni sus demandas
ciudadanas. En 1810 la corona española se cerró a ver la situación

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El Zapatismo en Milpa Alta...

social, en 1910 Porfirio Díaz mantuvo una estructura de poder


anquilosada y excluyente, en la actualidad es evidente el fracaso
de las políticas aplicadas por el gobierno Federal y con ello la in-
satisfacción de la gente.
El Porfiriato fue un periodo intenso de expropiaciones y des-
pojo de tierras comunales que tuvo como consecuencia la pérdida
de tierra y de recursos productivos para los campesinos y con
ello una mayor desigualdad social. En la época reciente y desde
la Reforma de 1992, se dio un proceso de despojo de tierras a
los campesinos; una severa crisis de la economía popular, por la
imposición de nuevos impuestos; además del incremento de im-
punidad, principalmente de aquella que busca abatir las formas
de protesta social.
La crisis económica con una contundente reducción del po-
der adquisitivo del salario, la fractura entre las clases dominan-
tes, y los intensos grados de migración poblacional, son algunos
otros elementos comunes en el país, en los inicios de los siglos
xix, xx y xxi.
Con tantas similitudes encontradas, que sólo pretenden ser
mayores elementos de análisis, y cuya conclusión converge en
un descontento popular generalizado, vale la pena acelerar la re-
flexión y la acción social para evitar a toda costa movimientos
armados. La aspiración debe ser la generación de un movimiento
cultural sin precedentes, que modifique conciencias y que apoya-
do en nuestra historia, estructure nuevos modelos y procesos de
participación social; la lucha actual deberá ser dirigida por proce-
sos y programas en donde todos los mexicanos se vean reflejados,
en un marco de Libertad, Justicia y Ley, principios bajo los que
se firmaban los documentos del Ejercito revolucionario del sur,
entre ellos el Plan de Ayala, signado por el general Zapata el 28 de
noviembre de 1911.
Esta aspiración es compartida por la Fundación Zapata y los
Herederos de la Revolución a.c., organización social de carácter
nacional que entre sus propósitos busca replantearse la impor-
tancia del proceso revolucionario y de la figura de Emiliano Za-
pata en la conformación del actual Estado mexicano.
La obra Emiliano Zapata y los zapatistas en Milpa Alta (1911-
1920). Un ejercicio etnohistórico de hechos con presentación do-

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Armando Ruiz y Edgar Zapata

cumental, en coautoría, del historiador Edgar Castro Zapata y


del documentalista Armando Ruiz Aguilar, representa el inicio
editorial del Programa Integral de Recuperación y Actualización
de la Memoria y la Acción Histórica del Zapatismo, denominado
Zapata en el Corazón de México, cuya investigación documental
busca atender necesidades de actualización académica y social
sobre la influencia zapatista en el Distrito Federal, particular-
mente en la región de Milpa Alta.
Este trabajo de divulgación cultural presenta una cronología
histórica que busca ubicar al lector en el tiempo y espacio de los
hechos históricos más relevantes vinculados al zapatismo en la
zona sur del Distrito Federal; además de mostrar novedades de
investigación documental que nos ayudan a entender la condi-
ción humana y la vida cotidiana de aquella época, con informa-
ción sobre el hospital zapatista en Milpa Alta, que formaba parte
de la red hospitalaria prevista por los revolucionarios; un testi-
monio documental del escandaloso comportamiento que alguna
vez tuvo Zapata en Cuautla a causa del vino y el registro de un
personaje, seguramente el primero, en levantarse en armas en
1910 en la comunidad milpaltense.
Zapata es símbolo del agrarismo, es campesino con escasa
instrucción que desde la infancia tuvo oportunidad de conocer
los problemas del campo en Morelos. En septiembre de 1909 fue
electo presidente de la Junta de Defensa de las Tierras, en Anene-
cuilco, cargo que le permitió estudiar los documentos que acre-
ditaban los derechos de su pueblo a las tierras. En desacuerdo con
Madero por el tema agrario, se levantó en armas con el Plan de
Ayala, en noviembre de 1911, bajo la consigna de la recuperación
de la tierra. Al unir fuerzas con Villa contra Carranza, entra a la
ciudad de México en noviembre de 1914 con su Ejército Liberta-
dor del Sur y en el mismo año, la Convención de Aguascalientes
hace suyos los postulados del Plan de Ayala.
Años más tarde, el complot hace presencia en la historia na-
cional nuevamente cuando el general Zapata confía en la buena
fe del coronel Jesús Guajardo, siendo traicionado por éste y asesi-
nado el 10 de abril de 1919 en la entrada de la hacienda de China-
meca. Unos meses después de este fatídico hecho, llegó el triun-
fo con el general Álvaro Obregón y los sonorenses, y se inició la

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El Zapatismo en Milpa Alta...

restitución y dotación de ejidos para los campesinos de Morelos,


cumpliendo con ello parte de los ideales trazados.
Como señala el historiador Salvador Rueda, Zapata se expli-
ca como heredero de una añejísima tradición de posesión, uso y
de lucha por la tierra, por lo que ha encarnado diversas explica-
ciones en la historiografía, la novela y el cine; desde la venganza
ancestral indígena y el movimiento agrario de raíces prehispá-
nicas, hasta la rebeldía autonomista de los zapatistas indígenas
chiapanecos, situación por lo cual su figura tiene la concepción
de hombre-esperanza.
A partir de esta reflexión podemos presumir la vigencia ideo-
lógica del zapatismo como un elemento comparativo con las di-
versas etapas históricas de nuestra nación, en tanto se liguen a la
historia de la lucha, posesión y tenencia de la tierra como un mo-
tor histórico, el cual ha producido una multiplicidad de interpre-
taciones que van desde el sentimiento de desigualdad, de engaño,
de afectación de intereses populares, de manipulación política y
fraude, hasta la posición optimista de un tema tan sensible y po-
lémico para la sociedad mexicana como es la tierra.
Emiliano Zapata, es mito y realidad, actualmente es nombre
de colonias, parques, avenidas, hospitales y escuelas; es sinónimo
de lucha social, es el líder de los pobres, es la búsqueda de justicia,
es la esperanza de un mejor futuro para los desposeídos; es ícono
de origen y nacionalismo, de rebelde con causa, de hombre en
búsqueda de libertad que se enfrenta a los poderosos, que venga
los agravios, que busca un ajuste de cuentas con la historia.
La lucha de Zapata y su Ejército Libertador del Sur duró casi
diez años, de 1911 a 1919, bajo el lema “La tierra es de quien la
trabaja”. Las virtudes de valentía, honestidad y justicia, que tenía
Zapata, lo hacían un símbolo para los campesinos que se unieron a
la causa en Morelos y en Milpa Alta, Distrito Federal, tal como da
cuenta la investigación de Edgar Castro Zapata y Armando Ruiz.
El zapatismo no sólo recogió las aspiraciones de los campesi-
nos de Morelos y de todo el país sino que colocó a la problemática
agraria en el centro de la agenda y el debate nacional en su tiem-
po. Hoy a casi cien años de la promulgación del Plan de Ayala
es claro que los principios de justicia social y la búsqueda de su
materialización, siguen vigentes.

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Armando Ruiz y Edgar Zapata

La libertad actual para pensar, investigar y escribir son de-


rechos conquistados gracias a gestas heroicas como la Indepen-
dencia y la Revolución, y ahora son facultades y atributos de los
autores para recobrar los ideales del zapatismo y llevarlos a las
conciencias de las nuevas generaciones de mexicanos, a través de
esta obra de divulgación histórica que se centra principalmente al
sur del Distrito Federal.
La investigación y publicación de la correspondencia del ge-
neral Zapata en Milpa Alta, sin duda es una aportación impor-
tante a los trabajos académicos y de difusión cultural que buscan
enriquecer la conmemoración del Centenario de la Revolución
Mexicana y seguramente serán una referencia bibliográfica obli-
gada para quienes deseen conocer más sobre la historia del zapa-
tismo en la ciudad de México.

Lic. Esteban Rodríguez Flores


Agosto de 2009

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El Zapatismo en Milpa Alta...

Máscara Mortuoria del General Emiliano Zapata. Colección


Fundación Zapata y Herederos de la Revolución

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Armando Ruiz y Edgar Zapata

I. Cronología del zapatismo en Milpa Alta

1879
8 de agosto. Nace Emiliano Zapata Salazar en Anenecuilco,
Morelos.
1902–1905
Emiliano Zapata participó auxiliando a la comisión del pueblo de
Yautepec que tenía problemas con la hacienda Atlihuayán, propie-
dad de Pablo Escandón y acompañó a los lugareños en sus viajes a
la ciudad de México, donde acudían ante las diferentes instancias
para pedir se les hiciera justicia.
1906
15 de abril. Los habitantes de Anenecuilco le plantearon al gober-
nador del estado, Manuel Alarcón, sus problemas de tierra y éste
los convocó a una reunión ante el jefe político de Cuautla, el ad-
ministrador de la hacienda del Hospital y representantes de Villa
de Ayala y Anenecuilco, entre ellos estuvo Emiliano Zapata.
1908
7 de marzo. El Presidente Porfirio Díaz con más de treinta años
en el poder, en entrevista con el periodista James Creelman, de-
clara que México está preparado para la democracia y que al lle-
gar 1910 se retirará del poder. La entrevista se publica primero en
Estados Unidos y en México hasta marzo.
Diciembre. Francisco I. Madero publica el libro La sucesión pre-
sidencial en 1910.
1909
En las elecciones de gobernador del estado, Emiliano Zapata votó por
el candidato independiente, Patricio Leyva, quien se enfrentó al candi-
dato oficial Pablo Escandón, quien finalmente ganó las elecciones.

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El Zapatismo en Milpa Alta...

21 de mayo. Liderado por Francisco Ignacio Madero se instaura el Centro


Antirreeleccionista de México con el lema “Sufragio efectivo, no reelección”.
12 de septiembre. En esta fecha se eligió en Anenecuilco a Emi-
liano Zapata como jefe de la Junta Defensora de las Tierras del
pueblo de Villa de Ayala, para seguir la lucha por la restitución de
tierra, entregándole los hombres más viejos de la comunidad los
documentos. En esa época Zapata se hallaba en contacto con Pa-
blo Torres Burgos, hombre de cierto estudio, que comerciaba li-
bros, en reunión se acordó precisamente que Torres Burgos fuera
a San Antonio a recibir instrucciones de la junta revolucionaria.
16 de octubre. El Presidente Porfirio Díaz se entrevista en El Paso,
Texas y en Ciudad Juárez, Chihuahua, con el Presidente de los
Estados Unidos de América, William H. Taft.
1910
11 de febrero. Emiliano Zapata fue enrolado por sorteo en el no-
veno regimiento del ejército con sede en Cuernavaca.
18 de marzo. Emiliano Zapata fue dado de baja por influencias del due-
ño de la hacienda de Tenextepango, Ignacio de la Torre y Mier, quién
además se lo llevó como caballerango a la ciudad de México. Emiliano
no duró mucho en este puesto y decidió regresar a su pueblo.
Junio. A mediados de ese año, ante la indiferencia del gobierno por
resolver los problemas de tierras de la comunidad, Zapata repartió las
tierras del llano de Huajar, que los de Villa de Ayala ya iban a sem-
brar con el permiso de la hacienda del Hospital. A fines de año volvió
a repartir tierras en Anenecuilco, Villa de Ayala y Moyotepec.
25 de junio. Se estrena la obra “El pájaro azul” en el Teatro Prin-
cipal de la ciudad de México en donde se observa una sátira en la
que los señores decentes apoyados por el gobierno porfirista despo-
jan de sus tierras a los indígenas de la zona de Xochimilco.
10 de julio. Con Madero en prisión, se realizan las elecciones pre-
sidenciales obteniendo el triunfo Porfirio Díaz con 18 625 votos
contra 196 votos de Madero.
17 de julio. Se inaugura la vía eléctrica entre México y Xochimil-
co con el tranvía Anáhuac.
Septiembre-octubre. El general Porfirio Díaz preside los festejos del
Centenario de la Independencia de México, mientras que Emiliano
Zapata trabaja como caballerango en San Pedro de los Pinos.

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Armando Ruiz y Edgar Zapata

5 de octubre. Francisco I. Madero fue llevado prisionero a San


Luis Potosí por oponerse al dictador Porfirio Díaz, ese mismo día
se escapó del presidio para trasladarse a San Antonio, Texas, don-
de lanzó su Plan de San Luis, en donde desconocía al gobierno de
Díaz e invitaba al pueblo a rebelarse contra él. Junto al principio
fundamental de la no reelección incluía un ofrecimiento sobre
tierras en el Artículo 39 donde proponía, siendo de toda justicia,
restituir a sus antiguos poseedores los terrenos despojados para
ser sujetas a revisión tales disposiciones y fallos, exigiéndose en
su caso la restitución de las mismas a sus primitivos propietarios,
a quienes pagarán también una indemnización por los perjuicios
sufridos; lectura que probablemente interesó a Emiliano Zapata.
20 de noviembre. Inicia la lucha armada contra Díaz de acuerdo
con el Plan de San Luis Potosí. Distintos brotes rebeldes estallan
en el norte del país. Al cruzar la frontera, Madero se encuentra
con un pequeño contingente de hombres y decepcionado regresa
a Estados Unidos creyendo que el movimiento ha fracasado.
25 de noviembre. José Mauricio Conde Barragán, quién sería ex
coronel del Ejército libertador del sur, se levantó en armas con el
primer revolucionario Bernabé Labastida en San Pablo Oztotepec
por límites con el Distrito Federal y rumbo a Milpa Alta.
1911
14 de febrero. El caudillo antirreeleccionista Francisco I. Madero
regreso al país y su vuelta aumentó el ánimo de los revoluciona-
rios, así, en el norte, secundaron su Plan de San Luis, Pascual
Orozco y Francisco Villa, principalmente.
10 de marzo. En Villa de Ayala se proclamó la rebelión suriana je-
faturada por Torres Burgos y Emiliano Zapata, con la formación
de la primera guerrilla con setenta hombres, entre los cuales esta-
ban Rafael Merino, Próculo Capistrán, Catarino Perdomo, Ma-
nuel Rojas, Juan Sánchez, Cristóbal Gutiérrez, Julio Díaz, Zaca-
rías y Refugio Torres, Jesús Becerra, Viviano Cortés, Maurilio Mejía,
Serafín Plascencia y Celestino Benítez. Se aprovechó la distracción
de la gente en la feria de Cuautla el segundo domingo de cuaresma.
29 de marzo. Emiliano Zapata asumió el mando de las fuerzas
maderistas y sus primeros hechos de armas fueron la toma de
Axochiapan y el asalto a la hacienda de Chinameca.

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El Zapatismo en Milpa Alta...

11 de mayo. Es tomada Ciudad Juárez, Chihuahua, y así capitula


el régimen porfirista.
13 de mayo. Se inició el fuego y después de seis días de combates
cayó la ciudad de Cuautla, último reducto porfirista, pues Cuer-
navaca había sido evacuada por sus defensores el 20 de mayo.
19 de mayo. Es tomada por las tropas de Zapata la ciudad de Cuautla.
21 de mayo. Se firman los tratados de paz conocidos como trata-
dos de Ciudad Juárez. Por disposición constitucional, Francisco
León de la Barra asume el poder interinamente. Madero acepta el
licenciamiento de las tropas revolucionarias.
25 de mayo. Porfirio Díaz renuncia a la Presidencia de México
luego de más de treinta años de ocupar el poder. Algunos días
después parte al exilio.
27 de mayo. Emiliano Zapata entró con cinco mil hombres a Cuer-
navaca, donde ya estaba con tropas del general Manuel D. Asúnso-
lo, y ordenó la reorganización de los servicios públicos.
2 de junio. De acuerdo con los Tratados de Ciudad Juárez y el
Gobierno Federal, Juan Nepomuceno Carreón, gerente del Banco
de Morelos, fue designado gobernador provisional del estado sin
que Zapata estuviera de acuerdo.
7 de junio. Entrada apoteótica de Francisco I. Madero a la ciudad
de México precedida de un fuerte temblor.
12 de junio. Madero fue al estado de Morelos a unirse con Zapata
acompañado de su esposa y una nutrida comitiva en la que venía
el ingeniero Tomás Ruiz de Velasco, defensor de los hacendados.
24 de junio. Como en la ciudad de México se le lanzaban acusa-
ciones de haberse levantado nuevamente en armas, en esta fecha
se trasladó a la capital del país en compañía de su hermano Eufe-
mio, de Abraham Martínez, jefe de su estado mayor, y de los her-
manos Magaña, para entrevistarse con Madero y así informarle
del licenciamiento de tropas, y pedirle que ambos fueran a hablar
con el Presidente Francisco León de la Barra.
6 de julio. Zapata se trasladó a la ciudad de México con sus prin-
cipales jefes para entrevistarse con Madero, quien lo recibió en la es-
tación Colonia y posteriormente en su casa de las calles de Berlín.
8 de julio. Francisco Ignacio Madero invito a un desayuno en su
casa al que asistieron Emilio Vázquez Gómez, Venustiano Carran-
za y Emiliano Zapata. Madero y Zapata cambiaron impresiones, el

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Armando Ruiz y Edgar Zapata

primero pidió el desarme de las fuerzas zapatistas y el segundo


la devolución de las tierras; el jefe de la revolución le aseguró que
iría a Morelos tan pronto le fuera posible.
18 de agosto. Madero, con el propósito de solucionar el conflicto,
se trasladó a la ciudad de Cuautla por la mañana, acompañado de
su estado mayor. Zapata lo esperó en la estación y al descender le
dio efusivo abrazo. Se encaminaron a la plaza principal, donde
Madero pronunció un discurso en el que reprobaba la campaña
emprendida contra Zapata, y ofreció que cumpliría las prome-
sas hechas por la Revolución; mencionó que llevaba la calma y la
tranquilidad y que no saldría de Morelos hasta que no estuvieran
tranquilas las conciencias.
21 de agosto. Madero realizó su última visita a Cuautla para li-
cenciar a los zapatistas con la presencia de Zapata; pero como sus
enemigos informaron que Eufemio atacaría la ciudad de Cuerna-
vaca, el Presidente de la Barra envío tropas a Morelos, pero Ma-
dero aclaró que Eufemio estaba en Cuautla sumiso y obediente.
Sin embargo, las tropas de Victoriano Huerta ocuparon Yaute-
pec y avanzaron a Cuautla cuando el licenciamiento; provocando
un conflicto en que se ponía incluso en peligro la vida de Made-
ro. Con gran ecuanimidad Zapata dejó regresar a Madero, pues
en estos momentos el Apóstol de la Democracia parecía estar de
acuerdo e identificado con el caudillo del agrarismo.
27 de agosto. Zapata lanzó un Manifiesto al pueblo de Morelos en
Villa de Ayala exponiendo la gravedad del problema.
29 de agosto. Como respuesta a esa proclama, el Presidente León de
la Barra celebró un Consejo de Ministros donde se acordó que Victo-
riano Huerta activaría la persecución de Zapata hasta darle fin.
1 de septiembre. Emiliano Zapata comía en Chinameca, invita-
do por el administrador, quién le había preparado una celada,
cuando la finca fue atacada por tropa de caballería. Los zapatistas
sorprendidos respondieron al tiroteo, y el jefe pudo escapar entre
los cañaverales.
12 de octubre. El Presidente interino Francisco León de la Barra puso
a Zapata fuera de todo arreglo y además aprovechó para nombrar go-
bernador y comandante militar del estado de Morelos al guerrerense
Ambrosio Figueroa, enemigo declarado de Zapata y de su causa.
La respuesta de los surianos fue briosa y por esta razón Emiliano

17
El Zapatismo en Milpa Alta...

Zapata fortaleció sus tropas cruzando la serranía para invadir el


Distrito Federal, cayendo ese día precisamente sobre Milpa Alta
para amagar así, a la capital de la república. La conmoción en ésta
fue terrible; los citadinos se sintieron como los romanos amena-
zados por Atila. En la Cámara de Diputados, el tribuno José Ma-
ría Lozano llamó a Zapata el Bandolero de Villa de Ayala.
22 de octubre. Zapata tomó una actitud ofensiva y sus fuerzas ocuparon
Topilejo, Tulyehualco, Nativitas y San Mateo en el valle de México.
23 de octubre. Los zapatistas avanzaron sobre Milpa Alta. Estos
ataques causaron alarma en la ciudad de México y la Cámara de
Diputados los consideró de importancia nacional.
24 de octubre. Zapata tomó Milpa Alta. El subsecretario de gue-
rra informó en la Cámara de Diputados que la gran falange de
adeptos que en todos los pueblos se unen a los zapatistas entorpe-
cen las labores para sofocar los desordenes en Morelos.
28 de octubre. Los zapatista fueron desalojados de Milpa Alta por
los federales del brigadier Eduardo Cruz, dirigiéndose posterior-
mente hacia Tláhuac, donde, como ya era costumbre, fueron en-
grosados por la gente de la región.
6 de noviembre. Francisco I. Madero asume la Presidencia de
la República y exigió la rendición de los zapatistas; ante esa res-
puesta ya no había ninguna vía para solucionar los problemas del
grupo zapatista y se determinó que el único camino era la rebe-
lión. La prensa de la capital, los oradores políticos, las autoridades made-
ristas todo el aparato oficial condenaba a los surianos como abominables
forajidos que amenazaban la sociedad a la que no podían pertenecer. Se
hacía necesario un propio plan que les sirviera de bandera.
25 de noviembre. Emiliano Zapata proclama el Plan de Ayala en
el pueblo de Ayoxustla, municipio de Huehuetlán el Chico, Pue-
bla, y se levanta en armas contra Madero, acusándolo de incum-
plir las promesas hechas en el Plan de San Luis.
Con este documento introduce el elemento agrarista al proce-
so revolucionario. El Plan de Ayala fue un gran acicate para que
la revolución fraguara sus demandas agrarias y las codificara en
leyes. No importa que éstas hayan sido consagradas por el grupo
opositor, el de los carrancistas. La revolución y su sentido agrario
fueron impulsados, y salvados en más de un momento, por los
campesinos que siguieron el Plan de Ayala.

18
Armando Ruiz y Edgar Zapata

Existe una controversia al respecto, pues se dice que el documen-


to signado fue uno solo, manuscrito por Montaño, pero que debió
de haber tenido la leyenda siguiente: Ayala, noviembre 25 de 1911.
Ése fue el texto aprobado por Zapata y el ofrecido a la firma de
sus correligionarios el día 28 en Ayoxustla. De él sacó las copias el
señor cura de Huahutla, a quien mandó traer Emiliano con todo
y máquina de escribir; una de esas copias fue enviada al periódico
El Diario del Hogar, que la publicó en la ciudad de México el 15
de diciembre de aquel 1911, con la siguiente certificación final: Es
copia fiel de su original. Campamento de las montañas de Puebla,
diciembre 11 de 1911. El general en jefe, Emiliano Zapata. Rúbrica.
1912
Enero. La simpatía y apoyo inicial de Soto y Gama hacia Madero
se fue transformando en su contrario, y punzado por un sentido
de urgencia, que la revolución abortaría si no se atendía el pro-
blema campesino, elevó el tono de los editoriales de El Diario del
Hogar. En réplica a Madero, alabó la lucha de los campesinos de
Morelos y acusó al Presidente de mantener una costosa campaña
militar contra Zapata, mostrándose insensible ante los problemas
profundos del campo. Con un candor poco ejemplar, Madero
pensó que podía retirar a Soto y Gama de su postura cada vez
más antigubernamental ofreciéndole un puesto en Morelos, que
éste rechazó indignado porque no deseaba convertirse en parte
de la "guerra a muerte" contra los zapatistas.
2 de marzo. Estalla la rebelión de Pascual Orozco contra el régi-
men de Madero.
30 de abril. En cumplimiento con los postulados del Plan de Aya-
la, Emiliano Zapata hizo el primer acto de reivindicación agraria
en el pueblo de Ixcamilpa, Puebla.
23 de septiembre. Madero pronuncia un discurso en una fiesta en
Xochimilco contestando las críticas que se habían hecho, negan-
do la debilidad de su gobierno.
20 de octubre. Emiliano Zapata lanzó otro Manifiesto a la Na-
ción donde justificaba su actitud rebelde y en el que hacía un lla-
mado a todos los mexicanos para que se unieran a la Revolución.
Este llamado fue secundado por grupos como el de Maximiliano
Castillo, en Chihuahua; Calixto Contreras, en Durango; los her-

19
El Zapatismo en Milpa Alta...

manos Saturnino y Cleofas Cedillo, en San Luis Potosí; Eutimio


Figueroa, en Michoacán; Roberto Martínez y Martínez, en Hi-
dalgo; Honorato Teutle y Domingo Arenas, en Tlaxcala; Marcial
E. Hernández y Pancracio Martínez, en Veracruz; Teodimiro
Rey, Miguel Romero, Jerónimo Olarte, Miguel Salas y otros en
Oaxaca. Con anterioridad ya operaban bajo la bandera del Plan
de Ayala, Jesús H. Salgado, Encarnación Díaz, Baltazar Ocampo,
Adrián Castrejón y J. Trinidad Deloya en el estado de Guerrero;
Pedro Saavedra, Francisco V. Pacheco, Everardo González, Anto-
nio Beltrán, Vicente Navarro, Valentín Reyes, Antonio Barona, Ju-
lián Primitivo y José Gallegos en el Estado de México; Eufemio Za-
pata, Francisco Mendoza, Dolores Damián Flores, Gabino Lozano,
Marcelino Alamirra y Agustín Cortés en Puebla; Maurilio Mejía,
Francisco Alarcón, Genovevo de la O, Zacarías y Refugio Torres,
Felipe Neri, Amador Salazar y otros, en la entidad morelense.
1913
El magonista Antonio de P. Araujo, entra en negociaciones con
Zapata y éste propone que Regeneración se publique en More-
los, zona liberada. Los magonistas Barrios, Rangel, Díaz Soto y
Gama entre muchos otros, participan activamente dentro de los
ejércitos zapatistas compuestos fundamentalmente por indígenas
nahuas, mixtecos, amuzgos, otomíes, etc. La presencia de los ma-
gonistas imprimirá su huella al zapatismo.
9–18 de febrero. Estalla una revuelta contra Madero, en la ciudad
de México, encabezada por Bernardo Reyes, Félix Díaz y Manuel
Mondragón, conocida como La Decena Trágica. Reyes muere al
intentar tomar Palacio Nacional, por lo que los rebeldes deciden
atrincherarse en La Ciudadela.
22 de febrero. Madero y Pino Suárez son asesinados atrás de la
penitenciaría de Lecumberri.
26 de marzo. Se firma el Plan de Guadalupe, en donde Venustia-
no Carranza convoca a la rebelión contra el gobierno usurpador
de Huerta y organiza el Ejército constitucionalista para restaurar
el orden roto con el “cuartelazo”.
30 de mayo. Emiliano Zapata modifica el Plan de Ayala descono-
ciendo a Huerta, pero no se suma al Ejército constitucionalista,
sino que hace una lucha paralela.

20
Armando Ruiz y Edgar Zapata

7 de junio. Llegan a la ciudad de México cien prisioneros zapatis-


tas.
21 de julio. Las tropas de Eduardo Ocaranza evacuaron la plaza
de Milpa Alta y se dirigieron rumbo a Tecómitl.
27 de julio. Emiliano Zapata seguía los acontecimientos de la ca-
pital por medio de la prensa o a través de reportes que hicieron
simpatizantes o miembros del Ejército libertador. Esos informes,
por breves que fueran, muestran la atención que ponían los jefes za-
patistas en las contradicciones políticas del régimen, además, por
supuesto de las condiciones militares de la contienda, habiéndose
avanzado en estos días hasta San Bartolo, adelante de Milpa Alta, no
encontrando novedad; hay poco gobierno, pues en Milpa Alta sólo
hay doscientos rurales y no salen a perseguir, decían que había vo-
luntarios, pero no era cierto, los que había salieron para el norte.
Julio y agosto. Las fuerzas de Puebla, al mando del general Eu-
femio Zapata y Fortino Ayaquica empezaron a concentrarse. La
tropa del general Irineo Albarrán que actuaba cerca de Tepoztlán
recibió instrucciones para marchar hacia el rumbo de Chalco y
Xochimilco, procurando que avanzaran sus fuerzas (recomendó
Ángel Barrios) por el Ajusco y Milpa Alta y que tomara empeño
en comunicarse pronto con la fuerzas del teniente coronel Martí-
nez Almaraz y las del general Pacheco, para que de acuerdo con-
tinúen sus operaciones rumbo a Salazar y Cuajimalpa.
17 de septiembre. El general Emiliano Zapata le escribe al coronel
Porfirio Galicia Arroyo, recomendándole que forme una colum-
na para operar por el rumbo de Chalco y Xochimilco y que se
agregue a las tropas del coronel Everardo González, para luego
avanzar hacia Topilejo, Ajusco y Milpa Alta para hacer trabajos
militares en unión de otras columnas, por lo que se tendrá que
comunicar con el ingeniero Ángel Barrios, inspector de las fuer-
zas revolucionarias en el Estado de México y Distrito Federal,
para organizar la campaña que se va a emprender en la capital.
1914
La brigada Gallegos estableció su campamento en San Nicolás
y desplazó avanzadas a la línea de fuego, desde Anzaldo hasta
San jerónimo, zona en la que también participaron los hombres
de Pablo Vértiz. El ataque de la ciudad de México se dio des-

21
El Zapatismo en Milpa Alta...

de San Jerónimo hasta Milpa Alta, donde participaron 6 000


zapatistas al mando de Genovevo de la O, Amador Salazar y
Francisco Pacheco.
15 de febrero. Como una muestra de la vida cotidiana por parte
de la burguesía capitalina, el Club Internacional de Regata orga-
niza un torneo en Xochimilco.
3 de abril. Se efectúa la Toma de Torreón, batalla que marca el
inicio de victorias con las que la División del Norte del Ejército
constitucionalista del general Francisco Villa derrotará al gobier-
no de Huerta.
21 de abril. Marines estadounidenses invaden Veracruz.
2 de junio. Se provocó una nueva alarma en la capital, en movi-
mientos combinados grupos zapatistas se movilizaron en el De-
sierto de los Leones, Cuajimalpa, Santa Fe y Milpa Alta.
14 de julio. Las fuerzas zapatistas se reunieron en San Pablo Ozto-
tepec, tomaron el acuerdo de ratificar el Plan de Ayala, nombraron
a Emiliano Zapata jefe de la revolución, en sustitución del “ex gene-
ral Pascual Orozco”, y pidieron que las peticiones en materia agra-
ria de dicho plan fueran elevadas a preceptos constitucionales.
15 de julio. Victoriano Huerta renuncia a la Presidencia y huye del
país, nombrándose en su lugar a Francisco S. Carvajal.
17 de julio. Los zapatistas atacan y toman Milpa Alta.
19 de julio. Se firma la Ratificación al Plan de Ayala en San Pablo
Oztotepec, en Milpa Alta, desconociendo a Pascual Orozco.
22 de julio. Los zapatistas atacaron y tomaron San Lorenzo Tlaco-
yucan, San Pedro Actopan y Milpa Alta. Derrotaron en duros
combates al general Eduardo Ocaranza, otro de los jefes del Ejér-
cito Federal que fueron movilizados del norte hacia el sur del
país. La entrada a Milpa Alta se festejó con entusiasmo el 22 de
julio. Los cuernos sonaban en distintos rumbos y las campanas
se echaron a vuelo.
23 de julio. Everardo González comunicaba a don Emiliano Za-
pata que se tomó la plaza de San Antonio Tecómitl, en las accio-
nes también se toma Topilejo y Milpa Alta, en donde participaron
los generales Amador Salazar, Ignacio Maya y los coroneles José
Tafoya y Juan Agüero.
Agosto. Soto y Gama envió desde Milpa Alta una declaración en
la que realzaba la superioridad política y moral del zapatismo, y

22
Armando Ruiz y Edgar Zapata

condenaba a los constitucionalistas y a su jefe por su carencia de


vocación revolucionaria e identificación con los pobres. Habló de
los pocos caminos que quedaban a la revolución, con elecciones
o sin ellas, con sufragio efectivo o sin él, con una dictadura por-
firiana o democracia maderista, con una mordaza o una prensa
libertina, el pueblo estaría condenado a ser víctima de la miseria;
y en un fuerte reproche a Madero, señaló que los libertadores de
hoy serían lo mismo que los líderes de ayer, quienes en Ciudad
Juárez abdicaron de su hermoso radicalismo y en el Palacio Na-
cional echaron en olvido sus seductoras promesas.
13 de agosto. El general Álvaro Obregón, representante del Ejérci-
to constitucionalista firma los Tratados de Teoloyucan.
14 de agosto. Venustiano Carranza tenía mil rifles para combatir
a Zapata y ordenó que no se le permitiera su entrada en la capital
por ser bandido sin bandera.
17 de agosto. Zapata le escribe a Carranza y le dice que no debe
temer por ninguna cláusula del Plan de Ayala, sino que con todo
desinterés y patriotismo dejará que la grandiosa obra del pueblo
se realice. Más tarde trató de tener arreglos con el general ca-
rrancista Lucio Blanco, pero conforme al Plan de Ayala, desde
Milpa Alta lanzó un Manifiesto al pueblo mexicano, donde reite-
ró la posición del grupo suriano: “Que la revolución no se había
hecho para satisfacer intereses de una persona, de un grupo o de
un partido, sino para cumplir fines más hondos y nobles; que se
había lanzado a la revuelta no para conquistar ilusorios derechos
políticos que no dan de comer, sino para procurarse un pedazo
de tierra que habría de proporcionarle alimento y libertad, un
hogar y un porvenir independiente; que no se conformaría con la
abolición de la tienda de raya, si la explotación y el fraude conti-
nuaban bajo otras formas; ni con las libertades municipales, si no
había base para la independencia económica y si no se resolvía el
problema agrario”.
20 de agosto. Entrada de Venustiano Carranza a la ciudad de Méxi-
co para ocupar el poder.
30 de agosto. Emiliano Zapata rechaza ante las comisiones cons-
titucionalistas el ofrecimiento de entregar las poblaciones del sur
del Distrito Federal y Xochimilco.
4 de septiembre. En el cuartel general de Puebla, el general Pa-

23
El Zapatismo en Milpa Alta...

blo González le aclara a Emiliano Zapata la posición del Ejército


constitucionalista, señala las diferencias entre el Plan de Guada-
lupe y el Plan de Ayala. Recalca que el fin que se persigue es lu-
char por la patria.
5 de septiembre. Distrito Federal. El licenciado Luis Cabrera y
Antonio I. Villarreal comunican a Emiliano Zapata que envia-
ron el informe de su comisión a Venustiano Carranza. Señalan
que anexan la respuesta de Carranza y avisan que no pueden ir a
Cuernavaca.
17 de septiembre. En México, Distrito Federal. Pablo González, ge-
neral en jefe del Ejército del noreste, le propone a Emiliano Zapata
una conferencia con Venustiano Carranza en Xochimilco; las tro-
pas de ambas facciones estarán a una distancia de ocho kilómetros
del lugar. Ofrece garantías en caso de no llegar a un arreglo.
29 de septiembre. Milpa Alta, Distrito Federal. El presidente mu-
nicipal, Casimiro Alvarado presenta al coronel Astrolabio Guerra
una queja por los atropellos del capitán Brígido Gómez al pueblo
de San Pablo Oztotepec.
1 de octubre. Carranza convocó a sus gobernadores y generales a
una Convención que se llevó a cabo en el recinto de la Cámara de
Diputados de la ciudad de México.
5 de octubre. Milpa Alta, Distrito Federal. Casimiro Alvarado co-
munica al coronel Astrolabio Guerra la queja de Clara Alvarado
contra el coronel Jesús Cazares, quien aprehendió a su esposo por
que éste no pudo prestarle el dinero que pedía.
7 de octubre. Campamento Tecomitl, Distrito Federal. El coronel
Lázaro García Montoya remite a Emiliano Zapata, por conducto
de Francisco Contreras, diez mulas con veinte bultos de maíz.
10 de octubre. Cuartel general en Milpa Alta, Distrito Federal.
El coronel Astrolabio Guerra transcribe a Emiliano Zapata el in-
forme del capitán Jerónimo Rodríguez, en el cual se dice que al
trasladar al reo José Miranda, ex federal, le dispararon y huyó.
Por un acuerdo entre las fuerzas revolucionarias, se reanudan las sesio-
nes de la Convención en la ciudad de Aguascalientes y se busca evitar
el rompimiento entre los distintos grupos revolucionarios.
11 de octubre. Milpa Alta, Distrito Federal. Lázaro García trans-
cribe al coronel Astrolabio Guerra la petición de Herculana Her-
nández, en la que solicita una orden para el traslado de Víctor

24
Armando Ruiz y Edgar Zapata

Amaya al cuartel general, ya que fue aprehendido injustamente


por el capitán Sabás, subalterno del general Jesús Cázares.
13 de octubre. Como Carranza no invitó a los zapatistas, el ge-
neral Felipe Ángeles acordó invitar a Emiliano Zapata a la Con-
vención para que asistiera o enviara representantes a participar
en los trabajos.
15 de octubre. Emiliano Zapata designó una comisión integrada
por los generales Felipe Ángeles, Rafael Buelna y Calixto Contreras;
los coroneles Guillermo Castillo Tapia y Antonio Galván, quienes se
trasladaron a Cuernavaca, a fin de poner en manos del Caudillo del
Sur la invitación dirigida a él, fechada el mismo día 15, y firmada
por el presidente de la Convención.
20 de octubre. Campamento en Tecomitl, Distrito Federal. El coro-
nel Lázaro García Montoya comunica a Emiliano Zapata que con-
sidera injusto su llamado de atención; opina que el presidente de
Tlayacapan, Morelos, es un cacique y es por eso que lo reprendió.
25 de octubre. San Francisco Tlaltenco, Distrito Federal. El coronel
Herminio Chavarría comunica a Emiliano Zapata que tuvo un en-
cuentro en el pueblo con los carrancistas por lo que pide ayuda.
26 de octubre. Distrito Federal. La Casa del Obrero Mundial ex-
presa a Emiliano Zapata sus votos porque realice sus ideales de
“Tierra y Libertad”. Desea éxito a los delegados zapatistas en la
Convención de Aguascalientes.
3 de noviembre. Milpa Alta, Distrito Federal. Trinidad Martínez,
medico provisional del hospital se queja con Emiliano Zapata de
no haber recibido medicamentos ni ayuda del coronel Astrolabio
Guerra. Ha cubiertos gastos con su propio dinero, se recomienda
al jefe de la zona militar que coopere con los gastos del hospital.
5 de noviembre. La Convención solicita a Carranza que a más
tardar el día 10 de noviembre entregue el poder y elige como Pre-
sidente al general Eulalio Gutiérrez.
9 de noviembre. Carranza desconoce a la Convención. Los convencionis-
tas, encabezados por Villa y Zapata, avanzan sobre la ciudad de México.
10 de noviembre. Cuernavaca, Morelos. El juez instructor militar
Flores Parra comunica al coronel Manuel Palafox que recibió a dos
revolucionarios acusados por robo y se los envía al coronel Astrola-
bio F. Guerra; como no hay cargos ni pruebas pregunta si los libera
por ser revolucionarios y se le concede dejarlos en libertad.

25
El Zapatismo en Milpa Alta...

11 de noviembre. Campamento en Oztotepec, Distrito Federal.


El coronel Juan R. Aguirre informa a Emiliano Zapata que con el
consentimiento del coronel Astrolabio Guerra nombró a Silvestre
R. Aguirre teniente coronel. Solicita su ratificación y se acusa de
enterado deseando se recupere de las heridas.
12 de noviembre. Milpa Alta, Distrito Federal. El general Astro-
labio Guerra previene a Emiliano Zapata de un posible atentado
por medio de un señor Reyes que al parecer está en la tropa del
general Amador Salazar. El informe se lo proporcionó una cu-
bana. El coronel Timoteo Sánchez informa al secretario Manuel
Palafox no haber llegado a un arreglo con Juana viuda de Cortés,
madre del soldado Feliciano Cortés. Nota marginal: deberá hacer
lo posible por lograrlo.
16 de noviembre. Cuauhtenco, Distrito Federal. El capitán pri-
mero José Rentería informa al coronel Prudencio R. Casals que
encontraron a los animales, sólo se perdieron cuatro. Se procede
a buscar al culpable.
20 de noviembre. Evacuación carrancista de la ciudad de México
con rumbo a Veracruz.
Santa Ana Tlacotenco, Distrito Federal. El soldado Ángel Huerta
y los compañeros solicitan el nombramiento de capitán para Se-
nobio Meza. Nota marginal: Ya se envió el nombramiento.
22 de noviembre. Cuartel general, San Salvador Cuauhtenco,
Distrito Federal. El general Everardo González informa a Emi-
liano Zapata que desalojó a los carrancistas de San Gregorio, en
unión del general Francisco Pacheco. Acata sus órdenes respecto
a ponerse de acuerdo con los generales Pacheco, Genovevo de la O
y Vicente Rojas. El general Everardo González confirma a Emiliano
Zapata la información que le solicitó sobre Jesús Calvo, quien ven-
día agua del aljibe de Cuijingo, Estado de México, y es considera-
do enemigo de la revolución. Nota marginal: Debe proporcionar
los nombres de los enemigos de la revolución para decomisarles
sus propiedades. El general Everardo González comunica a Emi-
liano Zapata que le llamará la atención a su hermano Bardomia-
no por golpear al teniente coronel Juan Secundino.
23 de noviembre. Manifestación de júbilo en la ciudad de México
por la desocupación yankee de Veracruz mientras que las fuerzas
zapatistas ocupan Xochimilco.

26
Armando Ruiz y Edgar Zapata

24 de noviembre. Se apoderaron de la capital de la república las


fuerzas del Ejército libertador del sur, al mando del general Anto-
nio Barona, obligando al general Obregón a abandonarla.
25 de noviembre. Llega a la ciudad de México el general Eufemio
Zapata y sus tropas.
27 de noviembre. El general Zapata acompañado de su hermano Eufe-
mio, se alojan en un hotel muy cercano a la estación de San Lázaro.
30 de noviembre. Llega el general Francisco Villa a la estación
ferroviaria de Tacuba.
3 de diciembre. Francisco Villa entra a la ciudad de México e ins-
tala a Eulalio Gutiérrez como Presidente provisional de la repú-
blica en Palacio Nacional.
4 de diciembre. Se reunieron por primera vez los generales Emiliano
Zapata y Francisco Villa en Xochimilco, donde suscribieron un pacto
por el cual se comprometieron a luchar juntos en contra de Carranza.
6 de diciembre. Los generales Francisco Villa y Emiliano Zapata
ocupan la ciudad de México y desfilan con cincuenta mil hom-
bres por las principales calles del centro.
9 de diciembre. Emiliano Zapata sale de la ciudad de México.
10 de diciembre. Francisco Villa sale de la ciudad de México.
15 de diciembre. Cuartel general, Distrito Federal. El general
Manuel Palafox comunica al general Astrolabio Guerra que se
prohíbe entregar pertrechos sin orden escrita de la Secretaría de
Guerra y Marina y del cuartel general.
16 de diciembre. Se informa a Emiliano Zapata sobre el telefonema
que transmitió la comandancia militar de Xochimilco, San Pablo
Oztotepec: Se encuentran levantados en armas, actuando como
bandoleros, Fabián Padilla y Faustino Flores, junto con trescientos
hombres. La comandancia militar de Xochimilco pide se le avise al
general Francisco Pacheco; esperan órdenes del cuartel general.
22 de diciembre. Francisco Villa regresa a la ciudad de México por
sospechas de conspiración de Eulalio Gutiérrez.
29 de diciembre. México, Distrito Federal. El general y coman-
dante militar Mateo Almanza transcribe al general Manuel Pa-
lafox la queja de María Mejía viuda de Miranda contra el general
Astrolabio Guerra, quien la despoja de su casa y semillas. Pide
que le sean devueltas, además, otras semillas que se encuentran
depositadas en Milpa Alta.

27
El Zapatismo en Milpa Alta...

31 de diciembre. México, Distrito Federal. El general Manuel Pa-


lafox informa al general Mateo Almanza que ya se ha dirigido un
oficio al general Astrolabio Guerra para que informe de la queja
presentada por María Mejía viuda de Miranda.
31 de diciembre. México, Distrito Federal. El general Astrolabio
F. Guerra informa a Manuel Palafox que recibió las circulares en
las que se ordena a los jefes del Ejército libertador no dar nom-
bramientos ni ascensos; y que el día dos de cada mes las fuerzas
pasen revista en las oficinas del cuartel general.
1914. La brigada gallegos estableció su campamento en San Nicolás
y desplazó avanzadas a la línea de fuego desde Anzaldo hasta San Je-
rónimo, zona en la que también participaron los hombres de Pablo
Vértiz. El ataque de la ciudad de México se dio desde San Jerónimo
hasta Milpa Alta, donde participaron seis mil zapatistas al mando de
Genovevo de la O, Amador Salazar y Francisco Pacheco.
1915
5 de enero. Francisco Villa sale de la ciudad de México con rum-
bo a Guadalajara y a Ciudad Juárez.
8 de enero. Distrito Federal. El general Mateo Almanza, comandan-
te militar, transcribe a Emiliano Zapata el oficio del gobernador del
Distrito Federal en el que se queja de atropellos a los habitantes de
Milpa Alta por las fuerzas zapatistas y pide garantías para ellos. De-
sea se nombre un jefe que imponga el orden en esta prefectura.
16 de enero. Tecomitl, Distrito Federal. El profesor Sebastián Flo-
res ofrece a Emiliano Zapata sus servicios y lo felicita por el éxito
y simpatía del Ejército suriano. El gobierno de Eulalio Gutiérrez
abandona la ciudad de México debido a la insubordinación de
Villa y Zapata en tanto que la Convención elige al general Ro-
que González Garza como Presidente de México en sustitución
de Eulalio Gutiérrez y ratifica a Villa como general en jefe del
Ejército convencionista.
20 de enero. México, Distrito Federal. Palemón Portillo acusa re-
cibo del parque que fue entregado por el general Astrolabio Gue-
rra al cuartel general.
21 de enero. Distrito Federal. El general brigadier Astrolabio F.
Guerra comunica a Emiliano Zapata que el soldado Felipe Flores
fue remitido al hospital: su estado es grave.

28
Armando Ruiz y Edgar Zapata

22 de enero. Distrito Federal. El general Manuel Palafox acusa re-


cibo al general Astrolabio Guerra de su oficio sobre el accidente
que tuvo el soldado Felipe Flores.
26 de enero. Ante el avance de las fuerzas obregonistas sobre la ciudad
de México, el gobierno de la Convención se traslada a Cuernavaca.
27 de enero. San Pablo Oztotepec, Distrito Federal. Prudencio R. Ca-
sals informa al general Manuel Palafox que el portador, capitán pri-
mero Jesús Ramírez, pasa a pedir una decena de haberes. Comunica
que sale en comisión con una escolta; a su regreso entregará cuentas
de los haberes. Nota marginal: Se atenderá a su recomendado.
28 de enero. Álvaro Obregón ocupa la ciudad de México nue-
vamente. El regreso triunfal del Ejército constitucionalista a la
ciudad de México a finales de enero de 1915, suspendió la aplica-
ción de los ordenamientos de la Convención revolucionaria, que
fueron reemplazados por otros en los que el constitucionalismo
reconocía por enésima ocasión la autonomía municipal sin otor-
garles las garantías económicas que tal concesión exigía.
30 de enero. San Pablo Oztotepec, Distrito Federal. Jesús Ramírez
informa al general Manuel Palafox que envía la nómina C con
el teniente Ramón F. Hernández; el coronel Prudencio R. Casals
dejó pagado hasta el 3 de enero.
31 de enero. Milpa Alta, Distrito Federal, el general Astrolabio F.
Guerra comunica a Emiliano Zapata que ha abandonado La Ciu-
dadela y se ha reconcentrado en Xochimilco, Distrito Federal. Nota
marginal: Le ordena dejar un destacamento en Milpa Alta, Distri-
to Federal, y reforzar la plaza de Xochimilco. El general brigadier
Astrolabio F. Guerra pide al general Manuel Palafox haberes para
su tropa. Informa que ya no cuentan con ayuda del pueblo para la
alimentación. Se informa que ya se ha designado a un pagador. El
general Guerra solicita al general Santiago Orozco, jefe del cuar-
tel general de Cuernavaca, ordene al general Maximino Iriarte le
devuelva un automóvil que le quitó.
1 de febrero. Cuartel general de Cuernavaca, Morelos, el general
Santiago Orozco informa al general Astrolabio Guerra que queda
enterado de que dejó un destacamento en Milpa Alta, y de que se
encuentra reforzada la plaza de Xochimilco. Se comunica a los
generales Maximino V. Iriarte y Astrolabio Guerra, y a los coro-
neles Aureliano Azar y José Martínez del Campo, que por orden

29
El Zapatismo en Milpa Alta...

del cuartel general deberán pasar a Xochimilco y agregarse a la columna


del general Juan M. Banderas; se les prohíbe retirarse de esa zona sin una
orden de dicho general o del cuartel general.
Xochimilco, Distrito Federal. Astrolabio F. Guerra informa a Santiago
Orozco de su encuentro con los carrancistas; pide parque y haberes. Nota
marginal: No puede enviársele parque; el pagador les llevará dinero.
2 de febrero. San Antonio Tecómitl. Se agudizaron las diferencias
entre los jefes Astrolabio Guerra y Andrés Campos en el cuar-
tel de San Antonio Tecómitl, el coronel Julián Suárez le rogaba a
Saturnino Acatitla “No molestar a los habitantes de Mixquic, ya
que son pacíficos”. Con los abusos de la tropa los vecinos fueron
molestados en sus hogares, además les decomisaban alimentos
incluyendo el rastrojo para el ganado de la tropa. Lázaro García
Montoya transcribe al general Manuel Palafox el informe de las
tropas del coronel Manuel Acatitla. Comunica que de Iztacalco a
Santa Anita no hubo novedad. Procede a reforzar la plaza de Iztapala-
pa y a distraer a los carrancistas por Churubusco, Distrito Federal. En
Xochimilco, el General Astrolabio Guerra informa al general Manuel
Palafox que se encuentra en allí y marcha a la capital. El teniente co-
ronel Andrés Campos no aceptó movilizar sus fuerzas. Nota margi-
nal: Se ordena al teniente coronel Campos reforzar Xochimilco. No
se deben abandonar las posiciones sin orden del cuartel general o del
general Juan M. Banderas. Se envían haberes.
3 de febrero. Cuernavaca, Morelos. El general Manuel Palafox pide
informes al general Herminio Chavarría sobre los jefes y número de
tropas que se encuentran en: San Gregorio, Mixquic, Tecómitl, Tulye-
hualco, Distrito Federal; Los Reyes y Texcoco, Estado de México.
4 de febrero. Cuartel general de Cuernavaca, Morelos. El gene-
ral Manuel Palafox comunica al general Astrolabio F. Guerra que
no es posible enviarle parque. El pagador entregará los haberes.
El general Manuel Palafox informa al general Astrolabio F. Gue-
rra que se le envía un pagador. Dio órdenes al teniente coronel
Andrés Campos de marchar con su tropa a reforzar Xochimilco,
Distrito Federal, y no abandonar posiciones sin una orden suya o
del general Juan M. Banderas. El general Manuel Palafox comu-
nica al coronel Adalberto Dorantes Pérez que el cuartel general lo
nombró pagador de las fuerzas que operan de Xochimilco a Milpa
Alta, Distrito Federal.

30
Armando Ruiz y Edgar Zapata

6 de febrero. México, Distrito Federal. El general Astrolabio F.


Guerra participa al general Manuel Palafox haber rechazado al
enemigo hasta la hacienda de Coapa, Distrito Federal, en unión
de los generales Alamos y Aguilera. El coronel Andrés Campos,
que guarnece Milpa Alta, no da ayuda para avanzar a la ciudad
de México. Pide parque, mismo que le es enviado.
6 de febrero. Xochimilco, Distrito Federal. El general Maximino
V. Iriarte participa al general Manuel Palafox que el general As-
trolabio Guerra no se presentó al combate contra los carrancistas
en la hacienda de Coapa, Distrito Federal. Informa las bajas que
sufrieron y los pertrechos que obtuvieron; abandonaron el punto
por ser menos que el enemigo. Comunica la incorporación del
coronel Próspero García con veinticinco hombres, los cuales per-
tenecen a las fuerzas del general Aurelio Bonilla.
7 de febrero. Tepepan, Distrito Federal. El general Astrolabio Guerra
informa al general Manuel Palafox que el coronel Andrés Campos
comete abusos en Milpa Alta, Distrito Federal, y se niega a ayudar-
lo. Sus tropas sacaron a los carrancistas de la hacienda de San Juan
de Dios. Se le ordena además a Campos salir a batir al enemigo.
12 de febrero. Tecómitl, Distrito Federal. Lázaro García Montoya pide al
general Manuel Palafox envíe con el portador, capitán Timoteo Villanue-
va, los haberes del mes. Urge recibir el pago; los pueblos no pueden ayudar,
pues están sin recursos y saben que las tropas cuentan con sus haberes.
25 de febrero. Cuernavaca, Morelos. El doctor y coronel Aurelio
Briones transcribe el oficio que le remitió el cirujano U. Lauro
Camarillo, jefe de la Brigada Sanitaria en Cuautla, Morelos, in-
formándole que le han enviado a todos los heridos de la periferia
sur del Distrito Federal, y no cuenta con suficiente personal. Se-
ñala el número de heridos y las curaciones realizadas.
Campamento en Huitzilac, Morelos. El general Francisco Pache-
co informa a Emiliano Zapata sobre los combates sostenidos por
diversos coroneles de su fuerza contra los carrancistas en lugares
cercanos al Distrito Federal.
28 de febrero. Otumba y Texcoco, Estado de México. El general
Andrés Campos solicita al general Santiago Orozco se ordene al se-
ñor Guerra desocupar el cuartel de Milpa Alta, Distrito Federal, y
hacer entrega de una máquina de escribir. Nota marginal: Se tomó
nota de su solicitud y se le transcribió a Emiliano Zapata.

31
El Zapatismo en Milpa Alta...

2 de marzo. Milpa Alta, Distrito Federal. F. Varela avisa que no


tienen agua. Transcribe el comunicado del presidente municipal
indicando que no se pidan más forrajes al pueblo ni otro tipo de
ayuda. Comunica el ascenso del general Andrés Campos, quien
salió a Veracruz.
3 de marzo. Campamento en Coyoacán, Distrito Federal. El ge-
neral Astrolabio F. Guerra se queja ante el general Manuel Palafox
del presidente municipal de Milpa Alta porque se niega a brindar
ayuda. Pide permiso para ir al Distrito Federal por su familia.
Cuartel general Cuernavaca, Morelos. El subsecretario general
Santiago Orozco transcribe a Emiliano Zapata el mensaje de
general Andrés Campos en el que pide gire orden a Astrolabio
Guerra de abandonar el cuartel general de Milpa Alta, Distrito
Federal, por causar daños a la población.
6 de marzo. Milpa Alta, Distrito Federal. El general brigadier An-
drés Campos comunica al general Manuel Palafox que rechaza las
acusaciones en su contra de hostilizar a la gente del general Astro-
labio Guerra y utilizar sus caballos.
11 de marzo. Vuelven los convencionistas; el regreso de ellos a la
ciudad de México trajo en cierto modo un respiro a sus habitan-
tes, que salieron a recibirlos ese día y también a los ayuntamien-
tos que se vieron beneficiados nuevamente por las disposiciones
municipales del gobierno convencionista.
27 de marzo. El Presidente Roque González Garza llama a la evacua-
ción de la ciudad de México, medida a la que se oponen los zapatistas.
1 de abril. Distrito Federal. El coronel Lázaro García Montoya cer-
tifica que el licenciado Mauricio L. Chirinos ha protegido y ha dado
garantías a pueblos como Tecómitl, Ixtayopan y Tulyehualco, Distri-
to Federal. Ha militado con él en la División Amador Salazar, en el
Regimiento L. G. Montoya.
21 de abril. Xochimilco, Distrito Federal. El subjefe de la comi-
sión agraria del Distrito Federal, O. W. Régules, expide a solicitud
de Sixto Martínez y Fortino Peña una constancia de que en esta
oficina se encuentra la reclamación que presentaron Jesús y Ata-
nasia Martínez sobre la propiedad de unos predios ubicados en
San Salvador Cuauhtenco, Distrito Federal.
Mayo. Se disuelve la Soberana Convención Revolucionaria en Jo-
jutla, Morelos.

32
Armando Ruiz y Edgar Zapata

7 de mayo. Enfrentamientos entre zapatistas y carrancistas en la


ciudad de México.
21 de mayo. Multitudes hambrientas irrumpen en la Cámara de
Diputados en la ciudad de México.
7 de junio. Emiliano Zapata da órdenes desde Morelos de que se clau-
suren los diarios de la ciudad de México El Monitor y El Radical.
25 de junio. Una multitud hambrienta en la ciudad de México
intenta apoderarse de los mercados de San Cosme, San Juan y La
Merced, siendo duramente reprimidos.
2 de julio. Milpa Alta, Distrito Federal. El general Brigadier An-
drés Campos expone a Emiliano Zapata su queja contra los ve-
cinos del pueblo de Juchitepec, Estado de México, por haberse
apropiado de un monte que pertenece a Milpa Alta además los
presionan a pagarle la leña que cortan.
Julio. Milpa Alta, Distrito Federal. El presidente municipal Fruc-
tuoso Acevedo pide a Emiliano Zapata se ordene al presidente
de Juchitepec, Estado de México, suspender la tala inmoderada
del monte que corresponde a Milpa Alta y evitar la aprehensión
de vecinos de pueblos anexos a quienes se les obliga a pagar una
multa de cinco pesos por orden del general Everardo González.
Nota marginal: Se recomienda el asunto a la Comisión Agraria.
El gobierno de la Soberana Convención se traslada a Toluca.
7 de julio. Tlaltizapan, Morelos. Guadalupe G. de Alvarado de-
nuncia ante Emiliano Zapata, el mal trato que recibe y el despojo
de sus bienes por parte de su esposo Juan Alvarado. Pide protec-
ción. Se recomendó el asunto al juez de Milpa Alta.
9 de julio. Al entrar a la ciudad de México los constitucionalistas
arriban por la municipalidad de Guadalupe Hidalgo.
10 de julio. Continúan entrando a la ciudad de México las tropas consti-
tucionalistas por el rumbo de la municipalidad de Guadalupe Hidalgo.
14 de julio. Chalco, Estado de México. El coronel Antonio Bel-
trán comunica a Emiliano Zapata las noticias que tiene sobre los
carrancistas: marchan desde Texcoco a la ciudad de México, se
posesionaron del Cerro de la Estrella en Iztapalapa, Distrito Fe-
deral. El general Rafael Espinosa y el general Herminio Chava-
rría marchan hacia Río Frío. Fue cortada el agua a la ciudad de
México. Nota marginal: Enterado; ordenó que algunas fuerzas de
Milpa Alta se le unan.

33
El Zapatismo en Milpa Alta...

15 de julio. San Pablo Oztotepec, Distrito Federal. El mayor Pe-


dro Salazar informa a Emiliano Zapata que los carrancistas se
encuentran cerca de Santa Cecilia, Distrito Federal; pregunta si
debe resistir, sus hombres son pocos y están mal armados; su jefe,
el general Antonio Barona, no se encuentra en ese punto.
Campamento San Salvador Cuauhtenco, Distrito Federal. El te-
niente coronel Miguel Pérez solicita parque a Emiliano Zapata
para combatir a los carrancistas.
16 de julio. Venustiano Carranza nombra gobernador interino
del estado del valle de México al sustituir la denominación de
Distrito Federal, en virtud de un decreto que firmó en Veracruz
cuando fue capital del país.
18 de julio. Los zapatistas retoman la ciudad de México.
21 de julio. El gobernador zapatista del Distrito Federal Gildardo
Magaña disuelve el Ayuntamiento de la ciudad de México que fun-
cionaba desde 1911.
30 de julio. Se escenificaron varios combates en el noroeste de
la ciudad de México entre carrancistas y seiscientos hombres al
mando de Zapata.
Agosto. Triunfo definitivo del constitucionalismo; el Ejército cons-
titucionalista volvió a ocupar la ciudad de México, esta vez defi-
nitivamente, a comienzos del mes de agosto.
1 de agosto. El general constitucionalista Pablo González se apo-
dera nuevamente de la ciudad de México.
4 de agosto. Presencia de tropas zapatistas en Tacubaya.
10 de agosto. Desde Veracruz, Venustiano Carranza decreta el
cese de la autonomía de Ayuntamiento de la ciudad de México.
11 de agosto. San Pedro Atocpan, Distrito Federal. Jesús Torres
informa a Emiliano Zapata que jefes y soldados del coronel An-
tonio Rangel, de Tepetlixpa, Estado de México, cometen abusos
en la población; el pueblo ayuda a cuatro coroneles de la División
Barona y del general Everardo González, por lo cual ya no pue-
den atender otras exigencias. Nota marginal: Se dirige una orden
a Rangel para que se abstenga de abusar del pueblo. Se le adjunta
una orden para que los jefes que lleguen al lugar se conformen con
lo que se les dé voluntariamente y no destruyan las sementeras.
21 de agosto. San Pedro Atocpan, Distrito Federal. El teniente
coronel Feliciano Mejía denuncia ante Emiliano Zapata las ca-

34
Armando Ruiz y Edgar Zapata

lumnias e intentos de asesinato en su contra por parte del general


Antonio Barona. Solicita la devolución de sus cosas.
16 de septiembre. Los carrancistas desalojan a los zapatistas de
Xochimilco e Iztapalapa.
23 de septiembre. Cuauhtenco, Distrito Federal. El coronel y co-
mandante militar de Xochimilco Andrés Pérez solicita a Emiliano
Zapata un poco de azúcar para su regimiento porque hay escasez.
Nota marginal: Se le remite una carga, o sea, ocho pilones.
24 de septiembre. Campamento San Salvador Cuauhtenco, Dis-
trito Federal. Andrés Pérez informa a Emiliano Zapata que hay
escasez y carestía de maíz y cereales en Xochimilco, por la ocupa-
ción de los carrancistas. Pide que baje el precio para los soldados
y para el pueblo. Nota marginal: Debe ponerse de acuerdo con el
comandante militar de Milpa Alta.
4 de octubre. Milpa Alta, Distrito Federal. Jerónimo Galván en-
vía a Emiliano Zapata el acta de su comparecencia ante el juez
Enrique Pérez, en contra de Cleto Galindo, quien se opone a en-
tregar el terreno que perteneció a su esposa.
7 de octubre. Amador Salazar y Andrés Campos defendieron
Mixquic, Tecómitl, Milpa Alta, Xochimilco, Santa Cruz Acalpix-
ca y Nativitas. Por aquellos días atraparon a la señora Susana Ar-
zate en el campamento de San Salvador Cuauhtenco por ser espía
carrancista. “Al parecer la señora Arzate andaba buscando a su
esposo entre la tropa zapatista”.
12 de octubre. Los zapatistas baten a los carrancistas en Milpa
Alta y San Gregorio
19 de octubre. Zapata se traslada a la ciudad de Cuernavaca, don-
de reorganizó la Soberana Convención Revolucionaria.
24 de octubre. San Pablo Oztotepec, Distrito Federal. El general
Brigadier Juan R. Aguirre envía a Emiliano Zapata un informe
sobre el combate contra los carrancistas en la periferia del Distri-
to Federal. Nota marginal: Se le conmina a seguir combatiendo
hasta obtener el triunfo.
26 de octubre. El Manifiesto a la Nación del 26 de octubre de 1915
fue redactado por Antonio Díaz Soto y Gama su pluma, así como
la Ley Agraria del Consejo Ejecutivo de la Revolución (por no es-
tar en funciones la Soberana Convención de Aguascalientes), que
reglamentó el Plan de Ayala y legitimó los repartos ya realizados

35
El Zapatismo en Milpa Alta...

en el sur. Destacada fue la labor de las comisiones agrarias ampa-


radas por la Convención, que dieron un significativo avance a las
reivindicaciones campesinas.
8 de diciembre. San Pablo Oztotepec, Distrito Federal. El coronel
Darío Flores y otros siete firmantes comunican a Emiliano Za-
pata que se reconoció a Hilario Salas como sustituto del general
Antonio Barona, piden se les autorice nombrar un pagador, for-
maron la brigada Salazar. Nota marginal: debe nombrarse sólo
un pagador, el cual será designado por el General Salazar; pueden
nombrar una persona para ayudarlo internamente.
1916
5 de enero. Continúan los combates entre zapatistas y carran-
cistas en Xochimilco, San Ángel, Cuajimalpa, Contreras. En las
inmediaciones del cerro El Teutli en Milpa Alta tienen su base de
operaciones militares los zapatistas.
26 de enero. El general zapatista Everardo González derrota a
contingentes carrancistas en Milpa Alta y Xochimilco
3 de febrero. Decreta Carranza que se considerarse a Querétaro
capital del país y que la ciudad de México sea sólo la capital del
Distrito Federal.
18 de febrero. El general carrancista José de la Luz Romero se sos-
tiene en el tradicional cuartel zapatista de San Pablo Oztotepec
en Milpa Alta.
15 de marzo. Se efectúa una gran manifestación en la ciudad de
México en donde muchos capitalinos ofrecen sus servicios en
caso de invasión norteamericana a México por motivo del ataque
de Francisco Villa a Columbus, Nuevo México.
17 de marzo. Se efectúa una gran manifestación de adhesión a
Carranza a iniciativa de varios habitantes de Xochimilco y otros
pueblos cercanos.
1 de julio. El general Zapata lanzó en Quilamula otro Manifiesto
al Pueblo Mexicano, donde hace responsable a Carranza de la
Expedición Punitiva y llama a la unidad nacional para acabar con
los traidores.
12 de agosto. El general Pablo González se presentó en la línea de
fuego en Xochimilco ordenando abatir al zapatismo de la zona.
10 de septiembre. Protestan ante el gobierno del Distrito Federal

36
Armando Ruiz y Edgar Zapata

los presidentes municipales de San Ángel, Mixcoac, Tacuba, Co-


yoacán, Xochimilco, Guadalupe Hidalgo, Tlalpan e Iztapalapa.
28 de septiembre. Acuerdo de la primera jefatura que prohíbe la
explotación de la leña, carbón, madera y otros productos forestales
que provengan de las serranías y bosques cercanos a la capital del
país que no estén bajo el dominio del gobierno constitucionalista.
4 de octubre. Tras cruenta batalla los zapatistas capturan la esta-
ción de bombeo de Xochimilco, que era básica para controlar el
suministro de agua hacia la ciudad de México.
8 de octubre. Los zapatistas son obligados a retirarse del Ajusco, falle-
ciendo en combate el general carrancista Mariano Álvarez Ruazo.
15 de octubre. A temprana hora los carrancistas tomaron en lí-
nea recta rumbo a San Antonio Tecómitl, San Francisco Tecoxpa,
y Milpa Alta. Era un domingo soleado cuando los milpaltenses
fueron formados y fusilados en la calle de chapitel (se localizaba
frente al actual reloj).
1 de diciembre. En esta fecha el gobierno del Distrito Federal de-
pendería directamente de la primera jefatura y no ya del ministe-
rio de gobernación y demás convocado por Venustiano Carranza,
se inician las sesiones el Congreso Constituyente en Querétaro en
que se hará la redacción final de la próxima nueva Constitución.
1917
4 de febrero. El cuartel general del cuerpo del Ejército de oriente
desmoviliza sus efectivos y procede a acantonarse en Xochimilco
y Topilejo.
5 de febrero. Se promulga la nueva Constitución en la ciudad de
Querétaro.
12 de marzo. Venustiano Carranza restablece por decreto que sea
nuevamente capital de la república, la ciudad de México.
17 de abril. Combates entre carrancistas y zapatistas en Milpa
Alta y San Pedro Actopan. En circular oficial número doce desde
Tlaltizapán, Emiliano Zapata giró instrucciones para reactivar la
apertura de las escuelas oficiales.
20 de abril. Zapata publicó una Ley Orgánica Municipal, donde
estableció que los municipios serían administrados por los ayun-
tamientos y los ayudantes electos popularmente; éstos no se mez-
clarían en la política y no serían reelectos.

37
El Zapatismo en Milpa Alta...

20 de abril. Desde Tlaltizapán, Zapata lanzó un Manifiesto al


Pueblo, donde señaló los errores del gobierno carrancista y ex-
hortó a los revolucionarios y a los mexicanos en general a unirse
a su movimiento.
Mayo. El profesor Otilio Montaño, primer ideólogo del zapatis-
mo, fue acusado de traicionar la causa zapatista, por lo que fue
fusilado en Tlatizapán, Morelos. Un consejo de guerra, integrado
por el general Ángel Barrios como presidente y como vocales el
general Palafox y los licenciados Soto y Gama, Gregorio Zúñi-
ga y Arnulfo de los Santos, sentenció a muerte al redactor del
Plan de Ayala, acusado de rebelión contra Zapata, en compañía
del general Francisco V. Pacheco y Lorenzo Vázquez. El aconte-
cimiento, impresionante por el drama que envolvió a la víctima
pero también a los victimarios, fue sintomático del nivel que al-
canzaban en el momento las disensiones internas del zapatismo.
Soto y Gama afirmó toda su vida la culpabilidad de Montaño, lo
largo que fue el proceso para condenarlo y ejecutarlo, pero siem-
pre sostuvo que era el único camino que dejaban las traiciones de
quien fue fusilado.
1 de mayo. Venustiano Carranza asume la Presidencia constitu-
cional del país.
20 de mayo. Zapata lanzó otro Manifiesto donde decía que la caída
del gobierno carrancista era una exigencia; reafirmaba la libe-
ración de la tierra y, la emancipación del campesino, sin capata-
ces ni amos. Calificó a los soldados carrancistas de aventureros sin
escrúpulos ni conciencia, de no hombres sino furiosos adversarios
sin bandera ni principios, que tenían como programa el pillaje y
como ideales el saqueo y el botín.
1 de agosto. Emiliano Zapata firma en Tlaltizapán, Morelos, una
proclama en la que excita a los pueblos a defenderse de los carrancis-
tas, haciendo hincapié en que las poblaciones agredidas están defen-
diéndose; así lo han hecho y varios pueblos en el Distrito Federal.
27 de octubre. El general carrancista Dionisio Carrera se movili-
za con sus tropas desde Tulyehualco.
4 de noviembre. El general Genaro Amezcua declara desde La
Habana, Cuba, que los zapatistas han amagado a tal punto la ciu-
dad de México que incluso colocaron en el panteón de Dolores su
propia bandera revolucionaria.

38
Armando Ruiz y Edgar Zapata

19 de noviembre. Se ejecutan maniobras zapatistas en el campo,


desde Xochimilco hasta Tlaltizapan, al mando del general Dio-
nisio Carrera.
1918
1 de enero. Toma de posesión de los Ayuntamientos de la ciudad
de México.
10 de abril. El general carrancista Estanislao Mendoza se movili-
za por Contreras y Cuajimalpa internándose en el Ajusco rumbo
a Huitzilac, Morelos.
Mayo. Defeccionó Manuel Palafox, hombre clave de la facción re-
volucionaria del sur. Algunos jefes menores como Victoriano Bár-
cenas y sus hombres aceptaron la amnistía que les ofrecía el gobier-
no, e incluso llegaron a enfrentarse a sus ex compañeros de lucha.
19 de junio. Se conmemoró en Tlaltizapan el iv Aniversario de
la Ratificación del Plan de Ayala, hecha en San Pablo Oztotepec,
en junio de 1914. En esa ceremonia habló el general Zapata, re-
cordando a los compañeros caídos en la lucha por las reivindica-
ciones de la tierra y exhortó a los presentes sus esfuerzos hasta
obtener el triunfo de sus ideales.
18 de agosto. Los carrancistas se apoderaron nuevamente de las
plazas principales del estado de Morelos. Las actividades guerri-
lleras zapatistas se redoblaron y gracias a eso los carrancistas no
pudieron expulsar a Zapata, quien trasladó su cuartel general a
las estribaciones del Popocatépetl.
1919.
La efervescencia política en el país era evidente a causa de las elec-
ciones presidenciales.
17 de marzo. Zapata por medio de una carta abierta acusaba pú-
blicamente al Presidente de ser la causa de todos los males que su-
fría el país. El tono agrio y la crítica profunda de este documento
exasperaron a Venustiano Carranza, quien reafirmó su decisión
de aniquilar a Zapata.
10 de abril. Muere en una emboscada en la entrada de la hacienda
de Chinameca, el general Emiliano Zapata.
6 de agosto. Everardo González y los generales de brigada M. Pala-
fox, Antonio Beltrán y Tomás García de Tenango, Chalco; Octavio

39
El Zapatismo en Milpa Alta...

Muñoz y Guillermo Rodríguez de Atlautla, entre otros sobre-


vivientes del zapatismo firmaron el Plan de Ayala reformado en
Milpa Alta; desafortunadamente el llamado de la unidad de Eve-
rardo no tuvo el efecto esperado, la tensión siguió reinando en los
jefes surianos.
1920
29 de marzo. El general Genovevo de la O al frente de sus tro-
pas ataca nuevamente Milpa Alta.

40
Armando Ruiz y Edgar Zapata

41
El Zapatismo en Milpa Alta...

42
Armando Ruiz y Edgar Zapata

II. Milpa Alta en el periodo revolucionario

La búsqueda documental de fuentes primarias nos permite, en


esta ocasión tener la oportunidad de reconstruir, en parte el pa-
sado revolucionario de una de las regiones más interesantes del
Distrito Federal: la actual delegación política de Milpa Alta, que
fue escenario de múltiples combates entre contingentes federales,
maderistas, huertistas y constitucionalistas carrancistas contra
miembros del Ejército Zapatista que siempre contaron con el de-
cidido apoyado de la comunidad indígena mestiza de la región
milpaltense ya que, desde el principio quedaron identificados con
el zapatismo por sus anhelos políticos consignados en el Plan de
Ayala y también por los añejos lazos estrechos ocasionados por el
comercio y por la vecindad de la zona morelense con Milpa Alta.
Tan es así que fue escogida la población de San Pablo Oztotepec
en Milpa Alta para que en dicho lugar se firmase el Acta de Ra-
tificación al Plan de Ayala, con lo que se radicalizaba aún más la
posición política suriana.

Milpa Alta una semblanza. El mapa que no el territorio

La delegación Milpa Alta pertenece al Distrito Federal, y cuenta


con una superficie de 228 41 km. lo que la hace ser la segunda
delegación con mayor superficie; cuenta con una población de
116 000 habitantes. Se encuentra situada a una altitud de 2 500
metros sobre el nivel del mar.
Se concentran en las laderas del valle de Milpa Alta, una pequeña
meseta entre el volcán Teuhtli y la sierra de Ajusco-Chichinauhtzin.
Está situada al sur del Distrito Federal y limita al norte con
las delegaciones Tláhuac y Xochimilco; al oeste con Tlalpan; al
oriente con los municipios mexiquenses de Chalco, Tenango del
Aire y Juchitepec; y al sur con Tlalnepantla y Tepoztlán, munici-
pios del estado de Morelos.
Su cabecera delegacional es Villa Milpa Alta, única población
urbana de la demarcación, su agricultura sigue teniendo un im-
portante peso en la economía regional y es famosa por su vasta
producción de nopal, cerca del ochenta por ciento del nopal que
43
El Zapatismo en Milpa Alta...

se consume en México, pretexto para desarrollar toda una indus-


tria a su alrededor como ejemplo es la sede de la Feria Gastronó-
mica Nacional del Nopal. Milpa Alta es famosa también por ser
sede de la Feria Nacional del Mole, Festival Gastronómico que se
celebra en San Pedro Atocpan.
La toponimia Milpa Alta toma su nombre de la Villa de Nues-
tra Señora de la Asunción de Milpa Alta, una comunidad fundada
por frailes franciscanos en el siglo xvi. Milpa es una palabra del es-
pañol mexicano que designa los campos para el cultivo del maíz.
Cuando los españoles fundaron la Villa de Milpa Alta, lo hi-
cieron sobre un asentamiento indígena cuyo nombre era Mala-
cachtépec-Momoxco, que en náhuatl significa lugar rodeado de
cerros donde hay túmulos funerarios.
Dentro de su orografía cuenta entre sus principales elevacio-
nes con el volcán Tláloc con una altura de 3 690 metros sobre el
nivel del mar (msnm); el volcán Cuauhtzin 3 510 msnm; el volcán
Chichinauhtzin 3 490 msnm; volcán Acopiaxco 3 320; el volcán
Tetzcacóatl 3 310 msnm; pero sin duda el que más destaca es el
volcán Teuhtli con 2 710 msnm.
La superficie de Milpa Alta es de 228 kilómetros cuadrados y
su región más poblada es la región conocida como valle de Milpa
Alta, que se eleva hasta los 2 700 msnm, contando con un clima
más frío que en el resto de la cuenca de México. Este pequeño valle
separa el volcán Teuhtli de la serranía del Ajusco-Chichinautzin.
No posee ninguna corriente permanente de agua por la ca-
racterística porosa de sus suelos pero en temporada de lluvias, de
las laderas de sus cerros escurren pequeños arroyos, destacando
el Cuauhtzin y el Tlatixhuatanca.

Milpa Alta en la administración geopolítica

Hasta 1859, Milpa Alta era una dependencia del Estado de Méxi-
co. En ese año, pasó a formar parte del territorio del Distrito Fe-
deral, por decisión del Poder Ejecutivo de la Federación.
El 6 de mayo de 1861 se expidió un decreto sobre división po-
lítica del Distrito Federal con la inclusión de los siguientes parti-
dos: Partido de Guadalupe (Guadalupe Hidalgo y Azcapotzalco),

44
Armando Ruiz y Edgar Zapata

Partido de Xochimilco (Xochimilco, Tulyehualco, Tláhuac, San


Pedro Actopan, Milpa Alta y Hastahuacan).1

Municipalidades del Distrito Federal bajo el Porfiriato

Porfirio Díaz mantuvo esta división político territorial del Dis-


trito Federal hasta el 28 de julio de 1899, fecha en que por efec-
to de una nueva ley se agregaron los municipios de Cuajimalpa,
Tlatenco, Míxquic y San Pablo Oztotepec, lo cual llevó también a
agregar, el 14 de diciembre del mismo año, dos nuevas prefectu-
ras: Azcapotzalco y Coyoacán.2
Finalmente por decreto del 16 de diciembre de 1899, el Distri-
to Federal tuvo como sus límites y demarcaciones:

i. Municipalidad de México;
ii. Prefectura de Guadalupe Hidalgo con las municipalida-
des de Guadalupe Hidalgo e Iztacalco;
iii. Prefectura de Azcapotzalco y Tacuba;
iv. Prefectura de Tacubaya con la municipalidad del mis-
mo nombre y las de Mixcoac, Santa Fe y Cuajimalpa;
v. Prefectura de Coyoacán, con las municipalidades de Co-
yoacán y San Ángel;
vi. Prefectura de Tlalpan, con la municipalidades de Tlal-
pan e Iztapalapa; y
vii. Prefectura de Xochimilco, con las municipalidades de
Xochimilco, Hastahuacán, Atenco, Tulyehualco, Mixquic,
Tláhuac, Milpa Alta, Actopan y Oztotepec.

1 Decreto del gobierno de 6 de mayo de 1861, sobre división política del Distrito
Federal, en Manuel Dublán y José María Lozano, Legislación mexicana. Colec-
ción completa de las disposiciones legislativas expedidas desde la Indepen-
dencia de la república, México, Imprenta del Comercio de Dublán y Chávez,
1878, pp. 388-393.
2 Ley de 28 de julio de 1899, que establece las municipalidades que forman
el Distrito Federal”, y “Ley de 14 de diciembre de 1899. División administra-
tiva del Distrito Federal”, en Manuel Dublán y José María Lozano, Legislación
mexicana o colección completa de las disposiciones legislativas expedidas des-
de la Independencia de la república, México, Imprenta del Comercio de Du-
blán y Chávez, 1903, pp. 553-560 y 1158-1159.

45
El Zapatismo en Milpa Alta...

Posteriormente el 26 de marzo de 1903, se decretó que el te-


rritorio del Distrito Federal se dividiría para su administración en
trece municipalidades que serían: México, Guadalupe Hidalgo,
Azcapotzalco, Tacuba, Tacubaya, Mixcoac, Cuajimalpa, San Án-
gel, Coyoacán, Tlalpan, Xochimilco, Milpa Alta e Iztapalapa.

El problema de los límites municipales

Por otro lado, al aplicarse la ley de 1903, el pueblo de San Salvador


Cuauhtenco, que pertenecía a Xochimilco, pasó a formar parte
de Milpa Alta, que lo colocó bajo la jurisdicción de la comisaría
de Oztotepec. Los vecinos de San Salvador Cuauhtenco se queja-
ron entonces por esta decisión y se lo hicieron saber a Francisco
I. Madero diciendo que el pueblo de Oztotepec, con quién man-
tenían un viejo pleito por tierras, aprovechó esta situación para
despojarlos de las tierras que sus antecesores habían comprado
al gobierno del virrey Luis de Velasco, por lo cual pidieron ser
devueltos a la jurisdicción de Xochimilco3.

El problema del funcionamiento y administración de los servi-


cios municipales

“En Xochimilco los servicios que requerían un urgente desarrollo eran los
de saneamiento, policía, alumbrado, aguas y rastro; en Guadalupe Hidal-
go, aguas, alumbrado, obras públicas y policía; en Azcapotzalco, aguas, sa-
neamiento y pavimentación; en Xochimilco, aguas; en Iztapalapa, policía,
obras públicas y alumbrado; en Milpa Alta, aguas y alumbrado…”4
Milpa Alta continúa siendo la delegación de más hablantes de
lenguas indígenas predominando el náhuatl seguido del otomí,
el mixteco y varias otras lenguas cuyas comunidades lingüísticas
no llegan al centenar de hablantes. Es sabido que en Milpa Alta
habitan más de 3 mil hablantes de lenguas indígenas (cuatro por
ciento de la población milpaltense) y por ende, es la delegación
con la mayor presencia indígena en la capital de México.

3 Archivo Histórico del Distrito Federal. Consejo Superior de Gobierno. Ayun-


tamientos, v. 589, exp. 46.
4 Ibidem.

46
Armando Ruiz y Edgar Zapata

Otro legado cultural es que a pesar de “la modernidad” aún


sobreviven muchas tradiciones milpaltenses como las mayordo-
mías en cada pueblo y en cada barrio, así como de cofradías reli-
giosas que ayudan al culto de los santos patronos.
Desde la década de los años ochentas, existen ejercicios de re-
cuperación de la memoria histórica e identidad regional, particu-
larmente sobre la cultura y la lengua náhuatl clásica, que inicia-
ron Miguel León Portilla, José de la Rosa Herrera, Librado Silva
y Carlos López Ávila, reivindicando los esfuerzos institucionales
y barriales especialmente entre los habitantes de los pueblos de
San Lorenzo Tlacoyucan, San Jerónimo Miacatlán y Santa Ana
Tlacotenco, poblaciones en donde se continúa trabajando en la
preservación de dicha herencia cultural.
En Milpa Alta existe actualmente un movimiento cultural
que intenta rescatar la tradición oral de sus pobladores, en la
búsqueda diversos documentos y testimonios relativos a la pro-
piedad comunal milpaltense, de su patrimonio histórico y de la
presencia zapatista en la comunidad milpaltense.
Milpa Alta cuenta con dos museos, uno localizado en Villa
Milpa Alta dedicado a la historia y artes populares de la delega-
ción y el otro que es el conocido como Cuartel Zapatista en San
Pablo Oztotepec, por haber sido ocupado en el pasado como Cen-
tro de Operaciones del Ejército Libertador del Sur, comandado por el
general Emiliano Zapata durante su presencia en tierras milpaltenses.
Las doce localidades de Milpa Alta (una villa y once pueblos)
que suelen reconocerse en el alfa de sus orígenes, en alguna de las
tribus nahuas que poblaron la región en la época prehispánica,
con sus respectivos toponimias, son:

1.- Villa Milpa Alta;


2.- San Jerónimo Miacatlán (“sitio del cañaveral”);
3.- San Pablo Oztotepec;
4.- San Juan Tepenáhuac (“junto al cerro”);
5.- San Francisco Tecoxpa (“sobre piedras amarillas”);
6.- Santa Ana Tlacotenco;
7.- San Lorenzo Tlacoyucan;
8.- San Pedro Atocpan;
9.- San Agustín Ohtenco (“en la orilla del camino”);

47
El Zapatismo en Milpa Alta...

10.- San Bartolomé Xicomulco (“en el cráter”);


11.- San Salvador Cuauhtenco (“en la orilla del bosque); y
12.- San Antonio Tecómitl (“olla de piedra”).

Supervivencia en tiempos de la Revolución

La cuota de sangre fue alta pero en particular la zona sur del Dis-
trito Federal fue la que más sufrió y en medio de las ocupaciones
zapatistas y carrancistas la gente tenía que buscar nuevos me-
dios de vida; así la gente de Milpa Alta dejó sus parcelas y bajo a
la capital para vender leña, tortillas, emplearse como sirviente o
dedicarse al comercio en pequeño. El nuevo escenario político y
militar dio lugar a la aparición de todo un nuevo comercio, el de
las ventas de joyas y otras reliquias familiares.5
Respecto al daño al patrimonio cultural de Milpa Alta en la
época revolucionaria, existe una información de que siguiendo el
ejemplo del veterano anticlerical del Partido Liberal Mexicano,
Antonio Villarreal, que aunque mantuvo excelente orden público
en Monterrey, está registrado, que mandó a destruir varias imáge-
nes sagradas coloniales y quemar en la plaza pública los confesio-
narios, como también ocurrió en “pueblitos como Milpa Alta…”6
Ese fue el panorama geo-político-administrativo del Distri-
to Federal en el periodo revolucionario. Apuntado lo anterior, la
intención es que la presente obra interese al lector y ayude a di-
fundir el pasaje histórico de Milpa Alta y su participación en la
Revolución mexicana.

Periodo de la Revolución

Durante el siglo xix, Milpa Alta formó parte del Estado de México
y en el Porfiriato, el territorio de Milpa Alta se vinculó a las hacien-
das maiceras del valle de Chalco, para proveerles mano de obra.
Varias fueron las circunstancias económicas que permitieron
que los zapatistas gozaran del apoyo y simpatía por parte de los

5 Knight, Alan. La Revolución mexicana. México. Editorial Grijalbo, 1996,


pp.1072
6 Ibid. p 775.

48
Armando Ruiz y Edgar Zapata

milpaltenses ya que los beneficios de la paz porfirista no alcanza-


ban para todos los ciudadanos, mayoritariamente campiranos.
Al inicio de la Revolución mexicana en 1911, el territorio mil-
paltense fue invadido por las tropas de Emiliano Zapata, quién
instaló temporalmente en la comunidad de San Pablo Oztotepec
su cuartel general, donde aún es posible ver gran parte de su es-
tructura. Desde Milpa Alta se reforzaron los zapatistas para ocu-
par Xochimilco e Iztapalapa, entre otras poblaciones del oriente
del valle de México.
Cuando se instaló el gobierno Carrancista en la capital mexi-
cana, Milpa Alta fue nuevamente un bastión importante para los
zapatistas. Desde ahí hostilizaron a varios pueblos de Tláhuac
y Xochimilco, aliados al Ejército constitucionalista comandado
por Carranza. Finalmente, los zapatistas arrojaron a Carranza y
su ejército de la ciudad en 1918, aunque serían derrotados dos
años después por el gobierno de Álvaro Obregón.
En este trabajo se resalta la presencia de Emiliano Zapata en
Milpa Alta y sus pueblos circunvecinos, porque durante los años
de la revolución zapatista se contó con un fuerte componente indí-
gena de apoyo y cooperación hacia los rebeldes morelenses, como
ocurrió con las comunidades mestizas e indígenas que apoyaron a
Zapata en Tlaxcala, Puebla, el Estado de México y partes de Gue-
rrero, Hidalgo y Veracruz.
Adentrarnos a conocer un poco más de la presencia de Emi-
liano Zapata y sus zapatistas en Milpa Alta aportará una idea
más clara sobre el liderazgo y psicología de Zapata, quién inde-
pendientemente de que él mismo hablara o no el idioma náhuatl,
al luchar por los derechos agrarios consideró a toda la gente del
campo, tanto mestiza como indígena. La razón de Zapata no fue
integrar un movimiento puramente indigenista, sino que era un
movimiento para el beneficio tanto de mestizos e indígenas.
¿Cuál es el legado actual en la historia del zapatismo en Milpa Alta
y de la vida actual de los milpaltenses? Podemos aventurar que uno
de ellos es el reconocimiento de sus derechos sobre las propiedades
comunales y de la autogestión para una explotación comercial más
equitativa de la tierra del mole y el nopal aún con todos sus bemoles.
El presente análisis historiográfico tiene como objeto primor-
dial dar a conocer el movimiento zapatista y el problema agrario

49
El Zapatismo en Milpa Alta...

en Milpa Alta entre los años 1910-1919; que la historiografía so-


bre el zapatismo no ha analizado y profundizado en la comuni-
dades del sur de la ciudad de México.
Durante el siglo xix, la presión ejercida por los rancheros y los
efectos del Pacto de Retoventas provocaron que el campesino de
Milpa Alta perdiera sus tierras de cultivo o tuviera que empeñarlas.
En la comunidad de Milpa Alta y sus pueblos no había ha-
ciendas, pero de cierta manera los rancheros tenían los mismos
fines de trabajo que las haciendas. El planteamiento de Katz, so-
bre las haciendas no es aplicable a Milpa Alta: porque en la super-
ficie debe tener quinientas hectáreas. Al menos en la comunidad
milpaltense esto no sucedió así, ya que los rancheros tenían en
posesión cien yuntas o hectáreas. Es de considerar además que,
en efecto: “Milpa Alta sirvió como zona de abasto bélico y fue
paso para el movimiento sureño”.7
Al triunfo de la Revolución, los pueblos milpaltenses recibie-
ron el reconocimiento de sus posesiones por parte del Gobierno
Federal, mismo que fue revocado por Álvaro Obregón en la déca-
da de los veintes. Las tierras les serían restituidas después, pero ya
eran objetivo de la industria papelera y de los talamontes ajenos
a las comunidades.
Aunque incompleta y no lejana de perspicacias en la década
de 1980 el territorio de Milpa Alta se declaró zona de conserva-
ción ecológica del Distrito Federal dado que hubo una gran crisis
la economía agrícola delegacional la superó en parte gracias a la
introducción del cultivo de nopal.
El fenómeno de la Revolución mexicana convulsionó la vida
de todos los mexicanos en la segunda década del presente siglo,
cambiando radicalmente la forma de vida de la nación del pasado
siglo xx.
Desde los tiempos de la “pax porfiriana”, los pueblos comune-
ros de la región de Milpa Alta, en no pocas ocasiones protestaron
contra las vejaciones de las autoridades porfiristas que ejercían
sobre ellos. Famosa fue la presencia del cacique local Brígido Mo-
lina, quien controló en gran medida la vida a la economía regio-

7 Womack, John. Zapata y la Revolución mexicana. México. Siglo XXI. 1997.


Pág. 257.

50
Armando Ruiz y Edgar Zapata

nal desde su hacienda Axayopan localizada en San Pablo Ozto-


tepec, que en tiempos posteriores de la ocupación zapatista, fue
ocupada por la máxima dirigencia suriana para establecer en ella
el cuartel general del Ejército revolucionario del sur y que alcan-
zaría fama y notoriedad por firmarse en ese lugar el Acta de Rati-
ficación al Plan de Ayala en 1914.
Varios cambios se habían suscitado en la administración pú-
blica en el gobierno del dictador Porfirio Díaz y ante dichas me-
didas mucha gente se dirigió al máximo gobernante de México
para solicitar empleos aduciendo la lealtad en los servicios presta-
dos al país y hubo una petición en especial que requiere mención
dado el carácter tan lacónico en donde: “Casimiro a Guerra; hijo
del finado general Ynocencio Guerra, ante usted, con todo res-
peto… Conociendo la bondad de usted, señor Presidente, no he
vacilado en dirigirle mi súplica rogándole se digne concederme,
el nombramiento de jefe político de la prefectura de Milpa Alta,
seguro de que pondré todos mis esfuerzos para el desempeño de
mi cometido…” San Gregorio Atlapulco (Xochimilco), junio 3 de
1903. Casimiro A. Guerra (Rúbrica).8
Una manera de conocer la situación social en el Milpa Alta
prerrevolucionario, está en la consulta de estadísticas de la época
y un buen ejemplo nos lo proporciona la lectura de los informes
de la cárcel municipal del Milpa Alta en el lapso comprendido
entre enero y septiembre de 1905, que nos ilustra sobre el delito
por el que las personas caían en prisión.
Al analizar los datos, nos encontramos que una de las causas
primordiales por las que se encarcelaba a la gente era por embria-
guez según lo muestran los siguientes datos:

Total de personas Causa


que ingresaron en Causa
Mes (embria-
la cárcel (otros)
guez)
Enero 90 27 63
Febrero 88 25 63

8 Archivo General de la Nación (AGN). Serie: Gobernación. Sin sección (s/s)


caja: 764. exp. 5.

51
El Zapatismo en Milpa Alta...

Marzo 84 32 52
Abril 93 37 56
Mayo 89 18 71
Junio 93 41 52
Julio 75 27 58
Agosto 90 19 71
Septiembre 103 19 84

En suma, podemos decir que la principal causa de arrestos fue


la alcoholización, flagela de comunidades agrarias, según se des-
prende de lo anterior.9
Un claro ejemplo de la dictadura porfiriana hacia el pueblo,
fue resentido por el mismo Emiliano Zapata y su María de Jesús
Zapata o Jesús Zapata, como se auto nombra en los documentos
oficiales, fue uno de los familiares de Emiliano más activos den-
tro y fuera del movimientos revolucionario. Ella resolvía asuntos
de carácter familiares como los que se refiere Jesús Sotelo Inclán:
Emiliano le entregó a su hijo Nicolás en el año 1906, para que
fuera educado y protegido por ella durante la lucha armada.
Sin embargo, el papel de Jesús Zapata no se circunscribía al
plano puramente familiar. En un documento que se encuentra en
el Archivo de la Casa de Cultura Judicial de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en Cuernavaca, se describen todos los mo-
vimientos de la hermana de Emiliano Zapata en el año 1910, in-
tentando mediante un amparo en contra del presidente de Cuaut-
la, sacar a su hermano menor de la cárcel y luchar porque él, no
entrara en el servicio de las armas, es decir, que no lo llevaran a la
leva. Por estos motivos Jesús Zapata, dirige al juez del distrito de
Cuernavaca una carta que dice así:

Señor juez del distrito:

Jesús Zapata vecina de Anenecuilco de esta jurisdicción, ante us-


ted con todo respeto paso a manifestar; que el lunes 24 del co-

9 AGN. Serie: Gobernación. Cárceles y Penitenciarias, s/s caja: 783, exp. 1

52
Armando Ruiz y Edgar Zapata

rriente fue encarcelado mi hermano Emiliano Zapata sin saber


causa fundada que lo amerita, por disposición de las autorida-
des políticas de este mismo distrito quien lo tuvo preso tres días
incomunicado y por ultimo lo consignó al servicio de las armas,
habiéndolo sacado de la prisión en esa propia fecha como a las
seis de la mañana.
En el artículo 16 de la constitución Gral., se establece que
nadie puede ser molestado en su persona, familia domicilio, pa-
peles y posesiones sino en virtud de mandamiento escrito de la
autoridad competente que funde y motive la causa legal del pro-
cedimiento. El articulo 20 expresa que el acusado tendrá todas
las garantías de que se haga saber el motivo del procedimiento y
el nombre del acusador si lo hubiera: que se le tome su declara-
ción preparatoria dentro de las cuarentena y ocho horas conta-
das desde que este a disposición de su juez, que se le cree con los
testigos que depongan en su contra: que se le faciliten los datos
que necesite por si o por persona de su confianza o por ambos
según su voluntad. (Fracción I, II, III, IV y V)
En el presente caso no se le hizo saber a mi referido herma-
no la causa de la detención, el nombre del acusador y en fin to-
dos los demás tramites que establecen las fracciones citadas, por
lo que hallando violentadas las garantías consignadas en dicho
artículo, vengo en uso de mi deber a solicitar el amparo necesa-
rio en contra actos del funcionario político, pidiendo desde lue-
go la suspensión del acto reclamado, pues a esta fecha debe de
hallarse mi hermano en Yautepec o en esa ciudad a disposición
de la secretaría de gobierno. Igualmente pido que se tenga por ra-
tificado mi mensaje de esta fecha y se sigan los demás trámites del
juicio conforme a las disposiciones del código de procedimientos
civiles federales. Cuautla enero 28 de 1910.

Jesús Zapata
No se firmar10

10 Archivo Histórico de la Casa de Cultura Judicial “Cuernavaca” (Suprema Corte


de Justicia de la Nación). Juzgado del distrito Morelos, Juicio de Amparo 1910, exp.
2. Juicio de amparo que antepone Jesús Zapata a favor de su hermano Emiliano
Zapata preso por el presunto delito de embriaguez escandalosa, fojas 4-6.

53
El Zapatismo en Milpa Alta...

En el mencionado documento, el presidente de Cuautla, Andrés


Palacios se defiende del amparo interpuesto por Jesús Zapata en su
contra y describe los motivos del arresto en Cuautla la noche del 24
de enero: Emiliano había sido detenido por la policía de la ciudad y
conducido a la cárcel pública por encontrarse vagando por una de
las calles, en estado de embriaguez, escandalizando y queriendo dar
muerte a unas señora que fue su amasia. Se le castigó con quince días
de cárcel, y al estar pagando su pena correccional, el 27 de enero, tres
días después de haberlo ingresado a la cárcel, el ejecutivo del estado
ordenó fuera consignado al servicio de las armas en virtud a “la mala
conducta que ha observado este individuo”.11
Desde ese momento Jesús Zapata desistió de la lucha jurídica, per-
diendo el amparo el 2 de marzo y Emiliano Zapata fue conducido
por un oficial del noveno regimiento al servicio de las armas para
quedar libre al cabo no de quince días, sino de más de dos meses.
Por otra parte, el período del Porfiriato llegaba a su fin, treinta
años de dictadura quedaban atrás y mientras que Madero enarbo-
laba su Plan de San Luis, la antigua oligarquía porfirista intentaba
por todos los medios, que sus intereses no se viesen afectados por
los vaivenes de la revuelta revolucionaria.
En los principios del movimiento armado, dos estados de
la república concentraron la atención nacional e internacional:
Chihuahua y Morelos ya que sus dirigentes principales Francisco
Villa y Emiliano Zapata, respectivamente, se dieron a la tarea de
luchar contra la situación política y económica que privaba en sus
localidades, con el fin de que las clases desposeídas se viesen libe-
radas del yugo que por tantos años habían sufrido por políticos y
caciques porfiristas.
Rápidamente la llama de la Revolución se precipitó en gran parte
del territorio nacional; el movimiento insurgente zapatista no sólo se
circunscribió en el estado de Morelos sino que se extendió a amplias
zonas de los estados de Puebla, Veracruz, Guerrero, Estado de Méxi-
co y por supuesto hacia lo que eran las antiguas municipalidades de
Iztapalapa, Tlalpan, Magdalena Contreras, Cuajimalpa, Mixcoac y
en Milpa Alta, pertenecientes al actual Distrito Federal.

11 Archivo Histórico de la Casa de Cultura Judicial “Cuernavaca” Op. Cit. foja


6-8.

54
Armando Ruiz y Edgar Zapata

Al respecto, se ha considerado que la ciudad de México, rela-


tivamente no sufrió grandes daños materiales por causas de en-
cuentros armados durante todo el periodo de la contienda revolu-
cionaria si acaso y como el hecho más relevante; fue el acontecido
durante los sucesos de la llamada Decena Trágica, ya que no se
efectuaron graves enfrentamientos directos entre las distintas
facciones revolucionarias; ahora bien, si en efecto, la ciudad de
México pudo preservar en gran parte la integridad de sus habi-
tantes y de sus inmuebles, no podemos decir lo mismo que así hu-
biese sido en lo que actualmente es en sí hoy el Distrito Federal,
debido a que, principalmente su actual zona sur fue escenario de
dramáticos combates, destacando la zona de Milpa Alta, que fue
el lugar donde se entablaban diversas batallas entabladas entre
las tropas porfiristas, tropas maderistas, huertistas y carrancistas
que lucharon, respectivamente contra las fuerzas revolucionarias
de Emiliano Zapata, aposentadas en la región.
En un principio, los pueblos comuneros de la región de Milpa
Alta tomaron la decisión de protestar contra las vejaciones de las
autoridades porfiristas que ejercían sobre ellas.
Es necesario anotar que la mayoría de los milpaltenses es-
cucharon el llamado zapatista de rebelarse contra el régimen
titubeante de Francisco I. Madero primero y de los gobiernos
posteriores de Huerta y Carranza, los cuales no ofrecían tam-
poco alternativas reales de mejoramiento para dichos pueblos y
se mostraron leales a la jefatura zapatista, decisión valerosa que
pone a sus habitantes como prototipo del mexicano que se lanzó
a la guerra para buscar la justicia tan largamente negada.
Las ideas y los anhelos revolucionarios inherentes al movimiento
campesino en la región de Milpa Alta se vieron acrecentadas cuan-
do, en las postrimerías del Porfiriato, se elevaron los impuestos in-
justamente, revelándose su moradores ante esta medida y al mismo
tiempo ese descontento se fue expandiendo hacia otras áreas.
Cuando se dio a conocer la proclama del Plan de San Luis en
la ciudad de San Antonio, Texas, donde Francisco I. Madero se
había refugiado, la inquietud y las ansias de libertad prendieron
en todo el país; se tienen noticias de que a finales del año de 1910
varios milpaltenses se reunieron en el paraje boscoso denomi-
nado San Miguel, en las cercanías de la población de Santa Ana

55
El Zapatismo en Milpa Alta...

Tlacotenco, y siendo dirigidos por el Sr. Concepción Gómez, op-


taron por adherirse al movimiento maderista.
El resentimiento popular se acrecentaba peligrosamente cada
vez más en el espíritu de los hombres y mujeres que vivían en la
zona de Milpa Alta y que en el transcurso del periodo revolucio-
nario, participaran activamente.
En la comunidad de Milpa Alta se localiza el poblado de San
Pablo Oztotepec, donde en febrero de 1911 se conformó otro gru-
po guerrillero que se dirigía a San Pedro Tulmiac, lugar cercano
al estado de Morelos, el cual Felipe Neri y Ezequiel Labastida, así
como miembros de la división Oztotepec como Joaquín y Alfon-
so Miranda, Francisco Flores y Fabían Padilla, se integraron en
una célula guerrillera para apoyar a Emiliano Zapata.
Francisco I. Madero candidato a la Presidencia de la repúbli-
ca, una vez exiliado Porfirio Díaz, visitó la ciudad de Cuernavaca
durante el mes de junio de 1911, y en ese lugar se entrevisto con
Emiliano Zapata, quien durante su conversación expuso clara y
objetivamente las necesidades de los hombres del campo, que de
alguna manera eran similares a la de los campesinos de todo el
país; la petición principal era la restitución de las tierras despoja-
das por los hacendados a los pueblos.
A medios del mismo mes el general Zapata ocupo el cerro de
San Miguel, perteneciente al pueblo de Santa Ana Tlacotenco; en
ese sentido el cronista de Milpa Alta, Francisco Chavira, señala: “Los
pueblos de la delegación Milpa Alta fueron arrasados en el torbellino
de la Revolución en las postrimerías del año 1911. Y reunidos en el
paraje San Miguel, nombraron como jefe del movimiento armado
al señor Concepción Gómez, vecino de la comunidad”.12
Conforme pasaba el tiempo, el movimiento maderista y sus
consignas, impresas en el Plan de San Luis, empezaron a ser reba-
sadas, puesto que el gobierno maderista no podía hacer efectivas
diversas reivindicaciones sociales que había prometido durante
su campaña electoral, por tener lazos políticos con el gabinete
porfirista provisional de Francisco León de la Barra y además por
otra serie de medidas que recibieron el repudio popular, como en
el caso de la disolución arbitraria del Partido Nacional Antirre-

12 Chavira, Francisco. Historia de Milpa Alta. 1942. Pág. 5.

56
Armando Ruiz y Edgar Zapata

leccionista, a las nada disimuladas expresiones de apoyo a los je-


fes de tropas federales y a la franca desmovilización de las fuerzas
campesinas que lo venían apoyando en su campaña presidencial;
estas acciones empezaron a causar gran descontento entre sus
propios simpatizantes, lo que a la postre le perjudico.
En los primeros días del mes de agosto de 1911, Madero de-
cidió ir a la ciudad de Cuernavaca; ahí sostuvo una conferencia
telefónica con Emiliano Zapata que se encontraba en Cuautla, al
que hizo una serie de proposiciones para dar por terminada su
rebeldía ya que, cautelosamente había evitado éste entregar sus
armas al Ejército Federal, en tanto que se sustituyese del gobierno
del Estado a Juan N. Carreón por ser del antiguo Partido Científi-
co; que el nuevo gobernador fuese electo de acuerdo a las aspira-
ciones populares y que las tropas federales no se encargasen de la
seguridad pública en el estado, puesto que, obviamente se ejerce-
rían represalias sangrientas: esas eran las exigencias de Zapata.
Ese mismo día, Zapata envió una carta al Presidente interino
Francisco León de la Barra en la que protestaba por los desmanes
públicos que realizaron las tropas federales en el estado de Morelos.
Días posteriores, Madero se trasladó a la población de Cuaut-
la para conferenciar nuevamente con Zapata, y convencerlo de
que abandonase las armas; de que aceptara el licenciamiento de
sus tropas, prometiendo que la situación política cambiaría.
El 19 de agosto, Zapata empezó un tímido licenciamiento de
sus tropas pero, paradójicamente, las tropas del general Victoria-
no Huerta habían ocupado ya la población de Yautepec y amena-
zaban con invadir Cuautla, en el estado de Morelos.
El 21 de agosto de 1911, Madero regreso a Cuautla y se encon-
tró con la noticia de que un disgustado Zapata había suspendido
el licenciamiento por la actitud tomada por Huerta. Sin miramien-
tos Zapata le replicó a Madero con la siguiente frase: Acuérdese
usted señor Madero, de que al pueblo no se le engaña y si usted
no cumple con sus compromisos con estas mismas armas que lo
elevamos, lo derrocaremos.
Aunque Zapata siguió confiando todavía en la intención de Ma-
dero, pronto las cosas cambiarían ya que a fines del mes de agosto,
Huerta ocupó la ciudad de Cuautla: iniciándose así la persecución
de Zapata, quién después de reagrupar sus fuerzas optó por pasar a

57
El Zapatismo en Milpa Alta...

la ofensiva, rompiéndose la última oportunidad de preservar en la


región, la precaria paz, dada la respuesta del Gobierno Federal.
El 22 de octubre de ese año, en busca de pertrechos, de de-
mostración de fuerza militar, de contactos políticos y de adhesión
de simpatizantes para la causa, el movimiento zapatista ocupa una
serie de pueblos del sur de la ciudad de México. Encontramos entre
éstos a Topilejo, Tulyehualco, Nativitas y San Mateo, y no es sino
hasta la noche del 23 de octubre de 1911 en que atacan y ocupan
la población de Milpa Alta, hecho que tuvo resonancia nacional
al considerarse en el debate de la Cámara de Diputados del 25 de
octubre del mimo año, a partir de este incidente no cesaron los ata-
ques a Emiliano Zapata en la prensa reaccionaria, ya que desde ese
día lo calificaron de “moderno Atila” o el “Atila del sur”.
El sorpresivo ataque del 23 y 24 de octubre en Milpa Alta pro-
vocó una crisis político-militar en el gabinete del “…Presidente
De la Barra, puesto que a raíz del suceso renunciaron a sus car-
gos de Secretaría de Gobernación y de Subsecretario de Guerra y
Marina, los señores don Francisco Vázquez Gómez y el general
de Brigada José González Salas…”13
Vale la pena hacer un paréntesis en el relato debido a que sí
bien Emiliano Zapata se sentía muy a gusto en la zona de los anti-
guos pueblos que hoy son colonias y conforman el actual Distrito
Federal como la zona del Ajusco, Magdalena Contreras, Tlalpan,
Mixcoac y sobre todo Xochimilco y Milpa Alta; no fue el mismo
afecto para con la antigua ciudad de México, que en esos días se
circunscribía al área que casi actualmente ocupa el Centro Histó-
rico de la actual ciudad de México.
Zapata vino a la ciudad de México después de haber sido ca-
ballerango del yerno de Porfirio Díaz: Ignacio Martínez de la To-
rre, a tratar con Madero el asunto de la devolución de la tierra en
Morelos al campesinado local.
Es probable que Zapata secundase en un principio el Plan de
San Luis de Madero, básicamente por la inclusión de la cláusula
del artículo tercero del referido Plan, ya que contenía una serie de
puntos afines, tales como: el desconocimiento de Porfirio Díaz;

13 Sánchez Lamego, Miguel. Historia militar de la Revolución mexicana en la


etapa maderista. Tomo II. INEHRM. 1977. Pág. 61-62.

58
Armando Ruiz y Edgar Zapata

la devolución de tierras injustamente expropiadas; la promesa de


un licenciamiento al restaurarse los agravios agrarios, situación a
la que Emiliano Zapata en principio aceptó, pero se inconformó
con la designación del gobernador de Morelos.
La sospecha de que Madero lo había traicionado al no cum-
plir los acuerdos provoca que Zapata lance el Plan de Ayala. Así, el
Ejército libertador del sur se alejó de los planteamientos del plan
maderista para seguir otros –bajo el lema: “Reforma, Libertad,
Justicia y Ley”, más cercano a su realidad y a sus necesidades–,
a saber: “La confiscación de todos sus bienes a latifundistas que
se opusieran al Plan de Ayala, de tal manera que las dos terceras
partes restantes de esas propiedades se destinarían a indemni-
zaciones de guerra, es decir, pensiones de viudas y huérfanos de
quienes sucumbieran defendiendo el Plan. Esa actitud tuvo su re-
percusión en la prensa capitalina ya que desde junio de 1911, los
hombres del Porfiriato y la prensa oficial se dieron a la tarea de
descalificar la actitud y las actividades de los morelenses. Zapata
fue comparado con el emperador de los hunos. conocido como El
Azote de los Dioses, por sus procedimientos bárbaros en la guerra.14
Para este periodo se sabe que existió un campesino habitan-
te oriundo de San Jerónimo Miacatlán, Milpa Alta, de nombre
Pánfilo Cabello, conocido popularmente como El General Ayate,
quién durante la Revolución, se batió con heroísmo en las filas del
Ejército zapatista, obteniendo incluso un grado militar. Así mis-
mo, en 1911 desde San Pablo Oztotepec, sede del antiguo cuartel
zapatista, Antonio Beltrán Cortés salió de esa población con un
grupo de voluntarios rumbo al estado de Morelos para unirse al
general Emiliano Zapata.15
En otro capítulo de la historia de Milpa Alta, es sabido que el
27 de abril de 1912, Luis Cabrera, intelectual y persona muy alle-
gada a Venustiano Carranza, lanzó su candidatura independiente

14 Mac Gregor, Josefina. “Luis Cabrera. Una explicación de carácter social so-
bre la lucha zapatista” en Zapatismo origen e historia. Garcíadiego, Javier (ed.)
Colección: Biblioteca INEHRM. México, D.F. Secretaría de Gobernación. Ins-
tituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, pp. 122
a 124.
15 Zamora, Gema Lucía. “Relato de Milpa Alta: Tierra de Tradiciones”. (Mil-
paltenses en la Revolución) en http://gemaluciazamora.spaces.live.com

59
El Zapatismo en Milpa Alta...

como diputado federal por el XI distrito electoral del Distrito Fe-


deral, que comprendía en ese momento a las municipalidades de
San Ángel, Coyoacán, Tlalpan y Milpa Alta, que por cierto fue-
ron los primeros comicios federales llevados a cabo por votación
directa, modificación electoral que muchos han considerado un
logro de la Revolución en lo que a reformas políticas se refería.16
Las primeras tropas federales que llegaron al pueblo de Milpa Alta
fueron las fuerzas de resguardo de negociación de México, al mando
del capitán primero de infantería Drenando Limón, con resultados in-
fructuosos ya que no pudieron capturar a las partidas surianas.
Los zapatistas en su incursión por Milpa Alta liberaron de la
cárcel a presos que reclutaron; incendiaron varias oficinas de la
municipalidad; y saquearon tiendas para abastecerse de víveres.
Cuando los zapatistas llegaron a Milpa Alta, encontraron una
marcada diferencia social en su población: pues existían muchos ri-
cos terratenientes; una reducida clase media integrada por burócra-
tas locales, pequeños comerciantes y medianos agricultores; pero la
inmensa mayoría la constituían masas de campesinos desposeídos
de sus tierras. Con esta presencia rebelde, se sucedieron una serie de
asesinatos, extorsiones y quema de propiedades de la clase pudiente,
así como de edificios públicos de la localidad por considerar, proba-
blemente, que eran símbolos del gobierno opresor.
Aunque, como en toda revolución, se cometieron excesos en
un principio, el grueso de la población dio su apoyo a Zapata para
la puesta en práctica de su ideal campesino, además, integrarse al
movimiento suriano, significaba también evadir la odiosa “leva”
que practicaba el Ejército Federal con los hombres y jóvenes de
las poblaciones que se encontraban a su paso y que les ocasionaba
tan nefastas consecuencias.
Mientras tanto, la Presidencia de la república era oficialmente
por don Francisco I. Madero el 6 de noviembre de 1911 y una
de sus medidas primarias fue procurar que Zapata depusiese las
armas; lo cual fue inútil, ya que éste se había radicalizado de tal
manera que al ver que Madero no cumplía las promesas lanzadas
en su lucha electoral, provocó un divorcio absoluto entre los obje-
tivos políticos de cada uno de estos personajes.

16 Mac Gregor, Josefina. Op. cit. pag. 125.

60
Armando Ruiz y Edgar Zapata

Las nuevas condiciones políticas originan que Zapata firme y


de a conocer su famoso Plan de Ayala, lanzado el 28 de noviembre
de 1911, en el que fundamentalmente se exhortaba al campesino
a tomar las tierras usurpadas por los latifundistas por medio de
las armas y además se extendía una invitación para la constitu-
ción de un régimen político democrático.
El año de 1912, fue un año de radicalización y de búsqueda
de posiciones y de bandos políticos. Milpa Alta no escapaba a la
agitación política y gracias al material documental expuesto en
este capítulo, intentaremos reconstruir una parte de los aconteci-
mientos acaecidos durante la lucha armada en esta región.
La importancia estratégica de Milpa Alta, por su posición
geográfica, para la evolución del zapatismo en el Distrito Fe-
deral, la hacía inexpugnable; pero dadas estas condiciones los ha-
bitantes de Milpa Alta fueron víctimas de las contiendas ocurri-
das entre los zapatistas y los gobiernos que dominaron la ciudad
de México durante este periodo.
Todavía es común encontrar en numerosas familias milpal-
tenses el recuerdo y la veneración de algún familiar o paisano que
participó y se enlistó en las tropas zapatistas y en los cuarteles
generales del Ejército del sur que se establecieron en esta región.
El heroísmo de los milpaltenses que enarbolaron el ideal con-
junto floresmagonista zapatista de ¡Tierra y Libertad!, quedo en-
marcado bajo ríos de sangre, de pesar y de dolor, debido al alto
costo en vidas humanas cobradas en las batallas; los pueblos de
Milpa Alta, en el periodo de lucha, se vieron casi vacíos, debido a
una a la incorporación masiva de jóvenes y hombres maduros que
se afiliaron al movimiento zapatista; y por otro lado, a la evacua-
ción de niños, mujeres y ancianos que tuvieron que refugiarse, ya
fuese en la ciudad de México o en las poblaciones de Chalco y en
diversos pueblos del estado de Morelos. Las familias que perma-
necieron fieles al terruño, proporcionaron gran ayuda logística y
de abasto al ejercito suriano, por lo que pagaron un precio alto
cuando incursiones carrancistas merodeaban la zona causando
gran represión.
Es interesante conocer las noticias de la época para tener una
mejor idea de la manera en que se manejaba la información de la
prensa pro-gobiernista, relacionada con la presencia zapatista en

61
El Zapatismo en Milpa Alta...

la región de Milpa Alta, en especial la que señalan aquellos testi-


monios del mes de agosto y diciembre de 1913:

“Merodea por el Ajusco una partida de zapatistas”


Hace algún tiempo que una partida de zapatistas ha tomado
como puntos de merodeo, el rumbo del Ajusco, presentándose
con frecuencia a los pueblos cercanos como Santa Ana Tlaco-
tenco y por las cercanías de Contreras, para cometer robos o
saquear comercios.
En precisión de estas irrupciones constantes de bandole-
ros la comandancia militar dispuso que se guarnecieran todos
los pueblos para que en caso de que los bandido se acercaban
fueran rechazados y batidos hasta alejarlos del rumbo.17

“El valor del capitán Ojeda”


El capitán Pedro Ojeda, que por disposición de la comandan-
cia militar, se encontraba destacado con una escasa fuerza en
Oztotepec, fue sitiado anteayer por la noche por una gruesa
partida zapatista.
Tan pronto como el oficial mencionado se dio cuenta de
lo que ocurría abrió el fuego sobre los bandoleros, que por su
número muy superior, lograron tener a raya a los soldados.
Entre tanto, se le había enviado al capitán Ojeda 3 000 cartu-
chos para fúsil y desgraciadamente, éste, parece, cayó en poder de
los bandoleros, pues sólo lo custodiaban unos cuantos soldados…
Enterada la comandancia militar de los sucedido al capi-
tán Ojeda, ordenó que el Coronel Torres, que tiene 400 solda-
dos y que se encuentra haciendo una batida por el Ajusco, se
presentaría en San Pablo Oztotepec para resguardar perseguir
a los bandoleros, por completo de los límites del Distrito. 18

“Dos bandidos fueron fusilados ayer en Milpa Alta”


Crescencio Martínez y Regino Vergara, cabecillas zapatistas y
autores de numerosos crímenes perpetuados en pequeños po-
blados y rancherías del Distrito Federal, pagaron ayer con su
vida sus crueles hazañas, al ser fusilados en la vecina munici-
palidad de Milpa Alta.
Este castigo ejemplar, infringido a estos latrofacciosos que
en sus correrías no respetaron vidas ni honras y que a gala

17 El Imparcial. Primera Plana, 8 de agosto de 1913, México, D. F.


18 El Imparcial. Primera Plana, 17 de agosto de 1913, México, D. F.

62
Armando Ruiz y Edgar Zapata

tenían siempre llevar a los indefensos hogares la destrucción


y la ruina, que ha sido muy bien recibida por los vecinos de
Milpa Alta, en esperar que con la ejecución de esos bandoleros,
sus intereses tanto materiales como personales no se veían ya
amenazados por las chusmas incendiarias que merodean por
aquellos lugares.19

“Los zapatistas se acercaron ayer a Milpa Alta”


Ayer por la tarde se recibieron telefonemas en la comandan-
cia militar, anunciando que una partida de zapatistas se había
acercado a la población de Milpa Alta con ánimo de atacar a la
guarnición, que se defendió bravamente durante varias horas,
hasta que rechazó al enemigo, el cual escapó hacia el pueblo de
San Lorenzo, en donde se reconcentro después de incendiar
algunos jacales.
La posición topográfica de Milpa Alta, que es sumamente
ventajosa para el destacamento que allí se halla, permitió a este
defenderse del enemigo. El jefe de dicha guarnición comuni-
có que los bandidos, al retirarse dejaran en el campo varios
muertos y heridos.
Inmediatamente el general Javier de Moure, comandante
militar, ordenó al coronel Juan Manuel Torres, que saliera con
400 hombres del 9º regimiento que está en Tacubaya, con di-
rección a Milpa Alta para batir y perseguir a los vándalos que
como decimos, están en San Lorenzo.
Así mismo, se dieron disposiciones para que el 21º cuerpo ex-
plorador que guarnece a Xochimilco partiera violentamente por
el sitio de los acontecimientos y cooperar con las otras fuerzas.
El total de soldados que se enviaron es de mil y aun cuan-
do hasta las primeras horas de la noche no se había recibido
noticias de las operaciones, se espera fundamente que las chus-
mas hayan sido destrozadas por completo.20

“Regreso del Coronel Fuentes después de batir a los zapatistas


en Milpa Alta”
El Sr. Coronel don Luis Fuentes, que había salido de esta capital
al mando de un fuerza de la gendarmería montada en persecu-

19 El Imparcial. Primera Plana, 11 de diciembre de 1913, México, D. F.


20 El Imparcial. Primera Plana, 16 de diciembre de 1913, México, D. F.

63
El Zapatismo en Milpa Alta...

ción de los bandidos zapatistas que merodeaban cerca de Milpa


Alta, ha regresado en la mañana de ayer a esta capital, después
de haber infringido una seria derrota a tales bandoleros.
Adelante de Milpa Alta, en las estribaciones del Ajusco, sos-
tuvo un reñido encuentro con aquellas hordas el citado coronel
puso en dispersión a los rebeldes y les hizo numerosas bajas.
En la parte que rindió a las autoridades de esta capital el jefe
político de Milpa Alta dice que fue vista a lo lejos, pasando por
los cerros, una gavilla compuesta de más de treinta hombres. 21

“Varias medidas oficiales se encargaban de procurar el apo-


yo popular al gobierno constituido: ….no sin encontrar varios
tropiezos”. 22

La oligarquía reaccionaria no pudo tolerar ni la “intransigen-


cia” ni la determinación de Zapata, y presionaron al presidente
Madero para que actuase con todo el rigor previsible para resta-
blecer sus intereses.
Mientras seguía la crisis política, las acciones bélicas y la gue-
rrilla continuaban, en los meses siguientes grupos zapatistas hos-
tilizaban las guarniciones localizadas por las vías férreas del sur
del Distrito Federal, siendo constante los ataques con pobladores
milpaltenses que los secundaban.
Posteriormente, el Presidente Madero y el vicepresidente José
María Pino Suárez serían víctimas de sus circunstancias, pues
después de los sucesos de la llamada Decena Trágica, fueron sa-
crificados por órdenes del espurio Victoriano Huerta, quien tomó
las riendas del poder, en maniqueísta contubernio con el embaja-
dor de los Estados Unidos, Henry Lane Wilson.
El movimiento zapatista había de emprender ahora sus ataques
contra el sanguinario mandato de Victoriano Huerta y su falso mo-
vimiento de “Revolución Popular”, mismo en el que participó Pas-
cual Orozco, quien el Plan de Ayala había sido referido para ser el
jefe de la nación, y ahora con su nueva actitud traicionaba los ideales
revolucionarios llevados a cabo durante su militancia maderista.

21 El Imparcial. Primera Plana, 19 de diciembre de 1913, México, D. F.


22 AGN. Serie: Alfredo Robles Domínguez, volumen: 18, exp. 11, foja 17.

64
Armando Ruiz y Edgar Zapata

Se puede considerar que el año de 1913 fue para la revolución


zapatista, el de mayor actividad en los campos de batalla, y fue
también el año en que se alcanzó la mayor movilización de adeptos
tanto en lo militar como en lo político, muchas causas contribuye-
ron entre otras, el mencionado asesinato de Madero y de Pino Suá-
rez, la defección de Pascual Orozco, los intereses del imperialismo
extranjero y la actitud tomada por la burguesía nacional.
El 3 de junio renuncia a la Presidencia Victoriano Huerta y
sale exiliado, paradójicamente en el Ypiranga, que también había
trasladado al exilio, al dictador Porfirio Díaz; así el movimiento
político militar regido por Venustiano Carranza, se dio a la tarea
de constituirse como el eje político y militar que gobernaría el país
en los años siguientes, haciendo a un lado tanto al villismo como al
zapatismo, como antiguos aliados tácticos, y romper al fin la frágil
unión que los había conjuntado para derrocar a Huerta.
Mientras tanto, el movimiento zapatista amplio su radio de
acción y en esa época se observó que se prosiguió un cierto orden
en las acciones para llevar ataques sorpresivos, en especial entre
los pueblos del sur de la ciudad de México. Uno de los princi-
pales problemas que tuvo el zapatismo, crónico en multitud de
movimientos guerrilleros, “fue el de la falta de pertrechos bélicos,
pero siempre el carisma y la honestidad de Zapata fueron elemen-
tos fundamentales para animar a los insurgentes surianos, aún
cuando sus condiciones fueran adversas…”23
La lucha del campesino-guerrillero zapatista se mantuvo constante,
gracias a la injusta distribución de la riqueza material y de que el pueblo en
general se encontrase sumido en una vergonzosa e indescriptible miseria.
El 20 de octubre de 1913, Emiliano Zapata lanza su conocido
Manifiesto a la Nación, en donde deja asentado que no se podría
superar la vieja estructura oligárquica restaurando al entonces
gobierno, ni sus leyes constitucionales vigentes.
Reconocemos que efectivamente hubo saqueos por parte de
los huestes zapatistas en la región, situación normal en época de
guerra, pero también es cierto que después de haber asegurado el
abasto de sus víveres necesarios, repartían otros tantos entre la
gente humilde de la localidad.

23 AGN Serie: Genovevo de la O. caja: 17, Exp.: 2, foja 16..

65
El Zapatismo en Milpa Alta...

Los aumentos de impuestos, la disposición absurda de las


“levas”, mecanismo de reclutamiento para obligar a personas en
edad disponible para engrosar las tropas federales, y las denun-
cias de empleados públicos en contra de inocentes campesinos,
influyeron entre la población para seguir tomando partido por el
movimiento zapatista.
Durante febrero de 1914 se dieron combates en las poblacio-
nes de Santa Ana Tlacotenco y San Pablo Oztotepec; días después
se descubre un contrabando de víveres pasando por San Salva-
dor Cuauhtenco y San Pablo Oztotepec, el cual iba destinado al
campamento zapatista. En marzo del mismo año las poblaciones
de San Pablo Oztotepec y Milpa Alta se encontraban fortificadas
con trincheras de piedra.
Los zapatistas penetraron hasta la región de Milpa Alta y
Xochimilco el 22 de junio de 1914, mientras los ejércitos revo-
lucionarios del norte y centro del país, recuperaron las ciudades
de Guadalajara y Zacatecas. En este mismo mes Zapata emitió
un comunicado dirigido a los habitantes de la ciudad de México
invitándoles a tomar las armas para acabar con la tiranía, y hace
público de manera clara su planteamiento para lograrlo.24
El 19 de julio los zapatistas aseguran para sí la población de
San Pablo Oztotepec, en tanto que en los demás poblados de la
hoy delegación de Milpa Alta se daban sangrientos combates.
Es en la población de San Pablo Oztotepec donde se habían re-
unido los principales generales del zapatismo, en donde tomaron la
determinación de modificar el Plan de Ayala, bandera del zapatismo,
para adaptarlo a las reinantes circunstancias políticas del país, espe-
cialmente rechazando toda liga con los “mercenarios de latifundio”,
en alusión directa a Pascual Orozco, cuyo desconocimiento quedo
plasmado en el Acta de Ratificación del Plan de Ayala.25
Ese mismo día Emiliano Zapata avisa sobre la necesidad de
la incorporación del movimiento de uno de sus generales, con el
fin de reforzar su posición militar en el propio cuartel general de
San Pablo Oztotepec.26

24 AGN Serie: Genovevo de la O. caja: 19, exp.: 8, foja 24.


25 AGN Serie: Genovevo de la O. caja: 19, exp.: 1, foja 27
26 AGN Serie: Genovevo de la O. caja: 17, exp.: 3, foja 36

66
Armando Ruiz y Edgar Zapata

En un documento fechado el 23 de julio de 1914 un grupo


de vecinos de Milpa Alta le exponen al general Emiliano Zapata,
abusos y saqueos de algunos de los zapatistas ahí establecidos y
le piden su atención para corregir esas anomalías y estar en con-
diciones de seguir ayudando a la causa. Desafortunadamente en
no pocas ocasiones se cometieron robos, crímenes, violaciones,
raptos y vejaciones contra la población civil indefensa. Eso fue un
síntoma de descomposición moral que afectó la filosofía zapatista
“y que a pesar de los esfuerzos del cuartel general para impedir
o castigar dichos abusos, proliferaron en una magnitud que sor-
prende y que sin duda, fue una de las fuentes de mayor tensión y
rechazo de la población civil ante la revolución zapatista”.27
Las condiciones de la guerra provocaban muerte, hambre y
enfermedades y Zapata procuró auxiliarse de los servicios médi-
cos para aliviar las necesidades de sus tropas y de los habitantes
de las poblaciones afectadas por los combates.28
Conforme se sucedían los combates y la permanencia de las
tropas zapatistas en la zona de Milpa Alta, la población se vio afec-
tada por la carencia de comestibles e incluso se presentaron algu-
nas quejas por desmanes ocasionados por los zapatistas, llegándose
a dar el caso, de que un grupo de vecinos remitieron una carta a
Emiliano Zapata, con el fin de solicitarle que tomase las medidas
pertinentes para solucionar, en lo posible dichas contingencias.
El 23 de julio de 1914, Zapata informa a Manuel Palafox sobre
sus acciones en las poblaciones sureñas del Distrito Federal, con
la pretensión de que se divulgasen lo más ampliamente posible, a
través de un boletín oficial.29
Emiliano Zapata permaneció a fines de julio y principios de
agosto de 1914 en la población de Milpa Alta, donde fue recibido
con gran regocijo: ahí mismo procedió a nombrar ayuntamiento
provisional.30

27 Ávila Espinoza, Felipe Arturo. “El Zapatismo. Una visión dese abajo y desde
dentro” en: Garcíadiego, Javier (ed.) Zapatismo origen e historia. Colección: Bi-
blioteca INEHRM. México, D. F. Secretaría de Gobernación. Instituto Nacional
de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, pp. 256 y 257
28 AGN Serie: Genovevo de la O. caja: 17, exp.: 3, foja 40 y 40 v
29 AGN Serie: Genovevo de la O. caja: 19, exp.: 12, foja 1.
30 Martínez Escamilla, Ramón. Emiliano Zapata. Escritos y Documentos. Edi-

67
El Zapatismo en Milpa Alta...

En ese mismo mes, lanzo su enérgico llamamiento al pueblo


mexicano, en donde impugnaba que se llevasen a cabo las consignas
del Plan de Ayala y además invitaba a la reflexión hacia los constitu-
cionalistas para evitar inútiles derramamientos de sangre.31
Es en esta época cuando, desafiantes, las tropas zapatistas lle-
gan a dominar un extenso territorio que llegó a comprender la
mayor parte de Milpa Alta, pueblos de San Ángel y la parte limí-
trofe entre los estados de México y Morelos; el deseo de apoyar
esta presencia en los pueblos del Distrito Federal amerito que el
alto mando zapatista dispusiese el avance de sus tropas localiza-
das en el vecino estado de Morelos hacia el Distrito Federal.32
Finalmente derrotado y desprestigiado, Victoriano Huerta re-
nunció el 13 de julio de 1914 y huye al exilio en el mismo buque
que se había llevado a don Porfirio escoltado: el Ypiranga. Pero
su gobierno permaneció ya que el ejército no quería abandonar el
poder. Francisco Carvajal ascendió a la Presidencia a manera de
último recurso como Presidente interino.
Carbajal fue un antiguo juez porfiriano de la Suprema Corte, que
había negociado y firmado para su eterno descrédito ante los revolucio-
narios, el Tratado de Juárez a nombre del gobierno de Porfirio Díaz.
Ningún revolucionario mordió el anzuelo, para Zapata era cla-
ro no negociar, pero esa firma a larga fue tenida como moneda
por los constitucionalistas que se acercaban a tomar la capital del
país. Cuando el 17 de julio, agentes revolucionarios de la ciudad
de México le trajeron la noticia de la renuncia de Huerta, así como
del “terrible” miedo que había en la metrópoli de que se tomase por
asalto y saquease la capital, sin vacilaciones no prestó oídos a las
insinuaciones que se le hicieron para que prometiese garantías. Les
dijo a los enviados “que tenía planeado movilizar inmediatamen-
te veinte mil hombres y avanzar con ellos sobre la capital”.33
La posición de Emiliano Zapata era contundente, ya que po-
líticamente no haría concesiones. Es bueno repetir –dijo a sus je-

tores Mexicanos Unido. 1978, Págs. 201-208.


31 Ibid. pp. 177-179.
32 AGN Serie: Genovevo de la O. caja: 17, exp.: 3, foja 81.
33 Womack, John. Zapata y la Revolución mexicana. México. Siglo Veintiuno
Editores, Colección América Nuestra. Caminos de Liberación No. 10. Reedi-
ción No. 13 pp. 184

68
Armando Ruiz y Edgar Zapata

fes– que no transigiremos con ningún gobierno si éste no entrega


los supremos poderes nacionales a la Revolución, sin taxativa de
ninguna especie. A manera de prueba lanzó un ataque al día si-
guiente contra Milpa Alta, que cayó en su poder dos días más tarde.
Fue muy significativo que los constitucionalistas, al mando de
Venustiano Carranza, evitaran que entraran a la ciudad de Méxi-
co las tropas de los generales Francisco Villa y Emiliano Zapata,
toda vez que habían contribuido enormemente a la caída del régi-
men de Victoriano Huerta, situación que propició que al saberse
la exclusión de la facción zapatista, hubo necesidad de hacer lla-
mado a la organización y propaganda para informar al pueblo de
lo posición de Carranza.34
Así, el 19 de julio, Zapata y sus jefes principales definen cui-
dadosamente su posición oficial en un Acta de Ratificación al
Plan de Ayala.35
Es sabido que la no invitación a Zapata y a sus tropas a parti-
cipar en la entrada conjunta del Ejército constitucionalista le hizo
perder su imagen intreguérrima ya que no se involucró posterior-
mente en actos deshonestos del carrancismo.
Como una imagen romántica de esos días se comentó: “Por cier-
to que como cualquier jefe podría verlo, allí estaban los zapatistas,
en torno a la capital y las luces de las hogueras e sus campamentos
en las montañas del sur centelleaban en la noche de agosto”.36
En ese mismo mes de julio de 1914, se apersonó en Milpa
Alta quién sería un gran líder socialista yucateco, Felipe Carrillo
Puerto, quién a partir de esa estancia en en Milpa Alta “Aprendió
el sentido agrarista profundo de su lucha en los campos zapatis-
tas y en donde dejó constancia de su primera identificación con
los postulados del Plan de Ayala”.37
También existe constancia de que a partir de su reunión en Mil-
pa Alta con el general Emiliano Zapata Carrillo Puerto: “Le ma-

34 Martínez Escamilla, Ramón. Op. Cit. pp. 125-127.


35 Womack, John. Op. Cit. pp. 185.
36 Womack, John. Op. cit. 186.
37 Bolio, Francisco J. de Paoli. “Carrillo Puerto y el Zapatismo en Zapatis-
mo origen e historia. Garcíadiego, Javier (ed.) Colección: Biblioteca INEHRM.
México, D.F. Secretaría de Gobernación. Instituto Nacional de Estudios Histó-
ricos de las Revoluciones de México. p. 115.

69
El Zapatismo en Milpa Alta...

nifestó la necesidad de hacer las misma reivindicaciones (agra-


rias) en Yucatán”38
Por otra parte y a pesar de no haber invitado a Zapata a la
Entrada a la Ciudad de México después de la firma del “Tratado
de Teoloyucan” y de seguir en medio de discrepancias políticas
entre Carrancistas y Zapatistas, hubo un tímido intento de enten-
dimiento, siendo los intermediarios el General Lucio Blanco y el
afamado pintor Gerardo Murillo (Doctor Atl); aunque a la postre
resulto infructuoso.39
En los meses finales de 1914 se sucedieron una serie de com-
bates entre las tropas zapatistas y las federales en la región de Mil-
pa Alta que no cedían ni daba “cuartel”, dichos combates eran
reportados desde el cuartel general en Milpa Alta hasta el cuartel
general zapatista en Cuernavaca.40
La importancia de tener bajo control zapatista a los pueblos
surianos del Distrito Federal, fue siempre vital para que siguiera
teniendo fuerza política y militar el movimiento zapatista. Du-
rante la ocupación zapatista surgían varios problemas para el
reconocimiento de autoridades locales y donde salían a relucir
las verdaderas conductas y personalidades de todos aquellos que
intentaban imponer el orden.41
Dentro de los códigos de conducta establecidos por Zapata, fi-
guró siempre el de castigar a todo aquel que, escudándose bajo la
imagen de combatiente zapatista, cometiera desmanes en agravio
de personas inocentes, aunque muchas veces no se llevaran a cabo
medidas al respecto dadas las condiciones mismas de la guerra.42
Loable y solidario fue el apoyo que se proporcionó en los pueblos
de Milpa Alta, para el aprovisionamiento y transporte de abastos par
la manutención a las tropas zapatistas refugiadas en esa zona.43
Independientemente de la comprometedora posición política
de los moradores milpaltenses, al interior de sus propias comuni-
dades, existían problemas civiles tan comunes incluso en épocas

38 Ibid. p. 116.
39 AGN Serie: Genovevo de la O. caja: 16, exp.: 1, fojas 17 a 19.
40 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 1, exp.: 21, fojas 57 – 57 v.
41 AGN Serie: Genovevo de la O. caja: 13, exp.: 10, fojas 58 - 59 v.
42 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 1, exp.: 21, foja 26.
43 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 1, exp.: 21, foja 37.

70
Armando Ruiz y Edgar Zapata

de paz, y por esta circunstancia no es de extrañar que los mora-


dores acudiesen a las autoridades zapatistas para querellarse de
sus problemas, situación que procuraron acatarla lo mejor posi-
ble las autoridades zapatistas. 44
Las condiciones de guerra motivaron además, que de los cam-
pamentos zapatistas en los diversos pueblos de la región de Milpa
Alta, se rindiesen informes a Emiliano Zapata sobre desordenes ahí
ocurridos, muy normales en situaciones de conflictos sociales.45
Otro de los problemas que confrontaron los zapatistas durante
su estancia en Milpa Alta, fue el de varias insubordinaciones presen-
tadas por fracciones zapatistas que el propio Emiliano Zapata tuvo
conocimiento de ellas, propiciándose que en diversas ocasiones, se le
solicitase que evitase desordenes en las zonas que ocupasen.46
Las cuestiones de la asistencia médica y de la necesidad per-
manente de solicitar el acopio de víveres y medicamentos fueron
siempre situaciones apremiantes en la región.47
En el ejército libertador del sur, se procuró que se llevasen a
cabo todas las indicaciones pertinentes en todos los asuntos béli-
cos, poniendo énfasis en que se diesen los diversos nombramientos
que darían oficialidad a la conformación y desarrollo de la fuerzas
zapatistas, de aquí que, en los diversos campamentos revoluciona-
rios, como en San Pablo Oztotepec, mandasen los reportes indica-
dos al cuartel general al mando de Emiliano Zapata.48
Diversos y numerosos fueron los asuntos tratados y remitidos
al cuartel general zapatistas en el que, como hemos dado mues-
tras, se han tocado aspectos de orden público, de necesidad de
acopio de abastos y medicamentos, pero también es menester co-
nocer la correspondencia en la que se trata sobre la necesidad de
un entendimiento para el arreglo pacífico de reclamaciones refe-
ridas a circunstancias sobre producción y tenencia de la tierra, en
donde nuevamente las autoridades zapatistas fueron mediadores
entre las disputas e inconformidades de la población civil.49

44 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 1, exp.: 21, fojas 63 – 63 v.


45 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 1, exp.: 22, foja 23 - 23 v.
46 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 1, exp.: 22, foja 49-49 v.
47 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 2, exp.: 1, foja 16.
48 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 2, exp.: 2, foja 2.
49 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 2, exp.: 2, foja 23.

71
El Zapatismo en Milpa Alta...

Dentro del código de moralidad y observancia de la autoridad


zapatista, se tomó en consideración los casos de abigeato debido
a que dicha práctica era contraria a sus ideales; al mismo tiempo
que las medidas tomadas para evitar supuestos o reales latroci-
nios, servirían además para desmentir a la mayoría de la prensa
controlada por el gobierno que los acusaba de “roba-vacas” y otros
epítetos. La impartición de todo género de justicia fue siempre un
objetivo político del ideal zapatista.50
La comunicación entre Zapata y sus subordinados no implica
la exclusión en su correspondencia de sus propios soldados, si no
que en ocasión especial, estos precisaron en mandarle una misiva
en relación a un nombramiento de su capitán respectivo.51
Otro aspecto de la vida cotidiana es el saber del Hospital Pro-
visional de Milpa Alta, que se suma a la lista de hospitales zapa-
tistas, en donde según un informe del 8 de noviembre de 1914,
nos enteramos de las necesidades materiales y económicas por
las que atravesaba el cuerpo médico. “En los primeros años del
movimiento armado, los documentos zapatistas no contienen un
registro de cómo se atendía los heridos de guerra; al parecer recu-
rrían, en la mayoría de los casos, a la medicina popular tradicio-
nal, la herbolaria, la homeopatía, el huesero…”52
Es sabido que un famoso médico de origen cubano, Casals,
en 1913 “estuvo a cargo del hospital de las fuerzas revolucionarias
del sur en la primera zona ubicada en Huautla, Morelos. Al año
siguiente fue movilizado a San Pablo Oztotepec”.53
A finales de noviembre de 1914, las fuerzas zapatistas se prepa-
raron para la ocupación de la ciudad de México desde sus cuarteles
principales de la zona de Xochimilco y Milpa Alta, para lo cual pre-
viamente se realizó un inventario del armamento que se disponía.54

50 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 2, exp.: 2, foja 42


51 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 2, exp.: 2, foja 56.
52 Espejel López, Laura. ”Las heridas de guerra del ejército libertador del cen-
tro-sur de la república mexicana” en Zapatismo origen e historia. Garcíadiego,
Javier (ed.). Colección: Biblioteca INEHRM. México, D.F. Secretaría de Go-
bernación. Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de
México, p. 273.
53 Ibid. pp. 274.
54 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 2, exp.: 3, foja 5–5 v.

72
Armando Ruiz y Edgar Zapata

El 24 de noviembre de 1914, hacen su entrada triunfal a la ciu-


dad de México contingentes zapatistas y villistas; ocurriendo que,
después de haberse realizado el desfile militar por las calles y estan-
do en el recinto de Palacio Nacional, Francisco Villa ocupó “pro-
visionalmente” la silla presidencial, quedando a su lado izquierdo
el general Emiliano Zapata, acompañándoles innumerables perso-
nas, contándose entre ellos sus principales colaboradores.
Este acontecimiento paradójicamente representó la toma del
poder por parte de los dos hombres que más arraigo popular tu-
vieron entre las desposeídas masas, tanto Villa como Zapata no
tomaron el poder al reconocer las limitantes de sus propias capaci-
dades. Así, no se debe restar ningún mérito a la sinceridad y noble
propósito de Villa y Zapata de pretender un cambio para el mejora-
miento de la situación social y económica de sus partidarios.
Las condiciones políticas fueron siendo más angustiosas con-
forme, Venustiano Carranza se consolidaba en el poder y am-
pliaba su esfera de influencia; sobre todo a partir de 1915. Por
otro lado, los pertrechos de guerra empezaron a escasear para sus
respectivos contingentes y también en parte por el hecho de que
algunas de las reivindicaciones plasmadas en el Plan de Ayala y
en las leyes agrarias villistas, de una manera u otra aparecieron
presentes posteriormente en la redacción y promulgación de la
Constitución Mexicana de 1917.
No nos toca en este trabajo cuestionar la trascendencia que
tuvieron en sus respectivos campos los movimientos zapatistas
y villistas, pero sÍ es menester indicar que, para el caso específi-
co del movimiento suriano, pueblos enteros en su mayoría aún
indígenas, como fue el caso de los pueblos de la zona de Milpa
Alta, dieron todo su apoyo a Zapata, ya que reflejaban en su
figura el crisol de sus anhelos.
Los años de 1915 a 1916 dieron como resultado un ligero des-
censo en la disminución de combates zapatistas, debido en primera
instancia a la consolidación carrancistas, pero es de advertir que
nunca en este periodo, claudicaron ante su compromiso histórico.
Muchas adversidades empezaron a encontrar las tropas zapa-
tistas en los parajes milpaltenses: siendo nuevamente de los princi-
pales problemas la procuración de víveres que se dificultaban por
el asedio del enemigo y en algunos casos por el temor o por la total

73
El Zapatismo en Milpa Alta...

negativa de algunos moradores para surtir sus necesidades.55


La posición militar en la región de Milpa Alta contó de un
gran valor estratégico ya que a partir de las poblaciones en la que
tenían sus bases de operaciones, los contingentes zapatistas par-
tían hacia otras regiones del Distrito Federal para observar los
movimientos del enemigo.56
A fines del mes de enero los zapatistas sólo dominaban en sus
cuarteles de San Pablo Oztotepec y Milpa Alta.
A partir del mes de febrero los carrancistas se posesionan de la
cercana población de San Gregorio Atlapulco, para sus ataques a los
pueblos de Milpa Alta, en los cuales tomaron varios rehenes, mismos
que fueron conducidos y recluidos en la población de Topilejo.
Conforme pasaba el tiempo el apoyo de los pueblos de Milpa Alta
a los zapatistas se hacía más difícil en cuanto a la disposición de los
recursos naturales, económicos y a las constantes amenazas carrancis-
tas, tal y como lo atestiguan algunos documentos que se consignan.57
En 1915 ocurrieron una serie de insubordinaciones que no
servían si no para provocar incomodidad entre la población que
seguía manteniendo vivo su apoyo al zapatismo, dándose el caso
que el propio Emiliano Zapata recibió correspondencia de un
particular en el que se comunicaban tales anomalías.58
La desesperación, el pánico, los asesinatos a mansalva se re-
petían constantemente en la región, quedando así imborrable de
la memoria histórica de Milpa Alta. El recuerdo de la sangre de-
rramada de sus valerosos hijos.59
En septiembre de 1915, le fue enviado al general Emiliano Za-
pata una atenta súplica para que dotase de provisiones a sus tro-
pas, acampadas en particular en localidades de Milpa Alta, dada
la precaria situación que guardaban.60
En el mes de octubre, la posición de los zapatistas alcanzaba si-
tuaciones críticas, pues escaseaba el material bélico y se dificultaba

55 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 4, exp. 2, foja 236.


56 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 4, Exp. 3, foja 86.
57 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 4, Exp. 3, foja 58; caja: 5, Exp. 1, foja 34;
caja: 6, Exp. 3, foja 39; caja: 6, Exp. 4, foja 30; caja: 9, Exp. 1, foja 32-34.
58 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 9, exp.: 5, fojas 2-2 v.
59 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 9, exp.: 5, fojas 56-58.
60 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 10, exp.: 3, foja 12.

74
Armando Ruiz y Edgar Zapata

sus provisionamiento, además de resistir los ataques carrancistas que


materialmente los obligaban a refugiarse en los cercanos bosques.61
El cuartel general zapatista de San Pablo Oztotepec tuvo un gran
significado durante la permanencia zapatista, ya que fue un centro
continuo de emisión de mensajes hacia el jefe de la revolución suria-
na, aún en los periodos de mayor peligro y gracias a su labor, el alto
mando zapatista pudo tomar las providencias necesarias para seguir
actuando en los territorios sureños del Distrito Federal.62
Durante el mes de marzo de 1916, y dado que ni zapatistas
ni carrancistas cesaban en sus intentos militares, se dio el caso
que por segunda ocasión se pretendiese concertar una conferen-
cia entre dos bandos para procurar llegar a un acuerdo político,
dicha propuesta fue tomada con mucha consideración por los di-
rigentes zapatistas porque se pudiese fraguar una traición, por lo
que se deberían tomar las precauciones necesarias al caso.63
A la par que Zapata seguía manejándose con independen-
cia en su zona de influencia, puso particular interés en hacer
reconocimientos públicos a sus hombres más destacados en
los combates, concediendo ascensos militares a todos aquellos
que se distinguieron.64
Los zapatistas volvían a la guerra de guerrillas, distribuyén-
dose en pequeñas unidades de un centenar a dos centenares de
hombres, con base en campamentos transitorios en las monta-
ñas y preferentemente familiarizados con el terreno y con los
lugareños de esas zonas.
Después de las matanzas de Santa Catarina y Tepoztlán, una
fuerza zapatista formada por un “millar de hombres atacó en el
Distrito Federal, a través del Ajusco hasta llegar a Milpa Alta don-
de capturó valiosos pertrechos militares luego se retiró”.65
Casi para finalizar el año de 1916, sucedió que las tropas ca-
rrancistas habían recibido órdenes de presionar a las poblaciones
del sur de la ciudad de México, pretendiendo que las tropas za-

61 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 10, exp.: 6, foja 21–21 v.


62 AGN Serie: Emiliano Zapata, caja: 10, exp.: 10, foja 67–67 v.
63 AGN Serie: Genovevo de la O. caja: 17, exp.: 9, foja 11.
64 AGN Serie: Genovevo de la O. caja: 19, exp.: 6, foja 53.
65 Womack, John. Op. cit. pag. 257.

75
El Zapatismo en Milpa Alta...

patistas abandonaran la región al vérseles cortados sus centros de


acopio y de protección.
La crueldad con que se ejecutaron órdenes dieron como resulta-
do que se efectuasen verdaderas masacres en contra de la población,
muriendo gran parte de los hombres de la zona milpaltense.
En la región de Milpa Alta se experimento una táctica que
consistió en mandar como tropas de asalto a varios contingentes
de indígenas yaquis, altamente adiestrados para la guerra, quie-
nes encabezaron los combates en esta región, pero que sin em-
bargo recibieron varias bajas por parte de los pobladores del área.
Inmediatamente llegaron grupos de individuos sin disciplina y se
dedicaron a cometer toda serie de atropellos contra la población
civil, siendo este el espectáculo más dramático y desolador que
han vivido los milpaltenses en su historia.
El fin de la influencia zapatista en Milpa Alta se escenificó
con el acontecimiento trágico para la población el 15 de octubre
de 1916, al haber perdido 160 hombres que fueron fusilados de-
lante de la Iglesia Mayor de la Asunción por parte de las tropas
constitucionalistas. Tuvieron que pasar más de cuatro años para
que volviese la calma a esta zona.
Durante 1917 y 1918, Milpa Alta dejó de ser escenario de com-
bates debido al repliegue zapatista y a los nuevos puntos de pene-
tración del gobierno carrancista.
Los moradores de Milpa Alta habían pagado en carne propia
por su apoyo otorgado al zapatismo, pero a pesar de haber quedado
controlada por los posteriores gobiernos carrancista y obregonista,
quedo latente el carisma de Emiliano Zapata y sus ideales en su lu-
cha por: ¡Tierra y Libertad! Posteriormente a la muerte de Zapata,
los dirigentes zapatistas que no defeccionaron emitieron una serie
de disposiciones en el conocido Plan de Milpa Alta, en donde los
puntos tratados son un homenaje a Zapata, un llamado a la con-
ciencia de los campesinos y a la búsqueda de soluciones políticas.
Después de la muerte de Zapata se dio una alianza entre Gil-
dardo Magaña y Álvaro Obregón. El 27 de marzo de 1920, des-
pués de que la policía capitalina carrancista encarceló a más de
setenta obregonistas, se le informó a Genovevo de la O que en la
capital se informaba que él se había rendido. Y al día siguiente,
en Tres Marías, voló un tren de pasajeros que iba con destino a

76
Armando Ruiz y Edgar Zapata

Cuernavaca. Entre los supervivientes se encontraba el agregado


militar de la embajada de Estados Unidos, al cual Genovevo de la
O tomó como rehén. Un día más tarde hizo incursiones en el Dis-
trito Federal y saqueó Milpa Alta para obtener suministros”.66

66 Womack, John. Op. cit. pag. 352.

77
El Zapatismo en Milpa Alta...

78
Armando Ruiz y Edgar Zapata

III. Reflexión

Este trabajo intentó aumentar el número de testimonios de archi-


vo recopilados para ilustrar un pasaje de la Revolución mexicana
en el Distrito Federal y ayudar en los análisis sobre las causas y
coyunturas sociales que originaron la presencia y actuación del
general Emiliano Zapata y sus tropas en Milpa Alta.
Los documentos aludidos son testimonios que dan cuenta
de peticiones al cuartel general del Ejército libertador del sur
y centro para reforzar la subsistencia alimentaria, hospitalaria y
de pertrechos bélicos para los combatientes zapatistas en frentes
de la localidad milpaltense.
También analizamos convocatorias dirigidas en general a los
habitantes de la ciudad de México, para levantarse en armas ante
la indiferencia política de Huerta y Carranza.
Un documento de enorme importancia es el Acta de Ratifica-
ción al Plan de Ayala, en donde se vuelven a subrayar los princi-
pios del Plan pero ahora con el desconocimiento político de Pas-
cual Orozco.
Conocimos de las disposiciones del propio general Emiliano
Zapata donde da cuenta de haber tomado las plazas de Topile-
jo, Milpa Alta y San Juan Ixtayopan en julio de 1914 y de otros
informes sobre la importancia de ocupar militarmente la región
sureña del Distrito Federal.
En otro documento conocimos las solicitudes de vecinos de
Milpa Alta para enmendar algunas arbitrariedades de algunos
zapatistas y en donde le piden su atención para corregir esas ano-
malías y estar en condiciones de seguir ayudando a la causa.
La información documental nos dio cuenta de un decreto de
Emiliano Zapata en el que concede amnistía a los jefes y oficiales
federales, así como a la clase de tropa desde su campamento en
Milpa Alta en agosto de 1914.
Por otra parte, conocimos un informante de San Salvador
Cuauhtenco, que da cuenta de la llegada del general Álvaro Obre-
gón a la ciudad de México y revisamos un informe del ingeniero
Ángel Barros, quién le informa al general Emiliano Zapata desde
el cuartel militar zapatista en Milpa Alta, que ante la inminente
79
El Zapatismo en Milpa Alta...

llegada de Carranza a la ciudad de México, no había que tener


ningún tipo de pacto político con él y hay que estar muy organi-
zado sobre todo en lo relativo a la prensa revolucionaria.
Conocimos además un “Manifiesto al Pueblo Mexicano” desde
el campamento revolucionario en Milpa Alta, para hacer cumplir
los preceptos del Plan de Ayala; Plan al que el mismo Zapata co-
menta que está calumniado por la prensa, desconocido por Europa,
comprendido con bastante exactitud por la diplomacia americana y
visto con poco interés por las naciones hermanas de Sudamérica.
También supimos de una parte de novedades del coronel Juan
R. Aguirre informándole a Zapata que tuvo que nombrar como
teniente coronel al ciudadano Silvestre Aguirre, pero considera
indispensable que ese nombramiento sea expedido por Zapata.
Presentamos una petición de soldados de Santa Ana Tlaco-
tenco para que fuese ascendido su capitán Cenobio Meza; supi-
mos de informes al general Zapata por el mayor Pedro Salazar,
en San Pablo Oztotepec, sobre la escasez de parque y espera de
órdenes para combatir al enemigo.
Y por ultimo conocimos del llamado Plan de Milpa Alta, fir-
mado por algunos generales y capitanes zapatistas a la muerte de
Emiliano Zapata. Documentos que dan cuenta de la vida cotidia-
na que se desarrolló durante la época revolucionaria en el sur de
la ciudad de México.

80
Armando Ruiz y Edgar Zapata

iv. Anexo de documentos

DOCUMENTO UNO

Asunto: Sobre el refuerzo al coronel Everardo González en Milpa Alta.


Fecha: 17 de septiembre de 1913
Destinatario: Coronel Porfirio Galicia Arroyo,
Remitente: Emiliano Zapata
Localización: AGN Serie: Genovevo de la O. Caja: 17 Expediente:
2 Foja: 16. Manuscrito.

REPUBLICA MEXICANA
EJERCITO LIBERTADOR DEL SUR Y CENTRO

Al C. General Coronel, Porfirio Galicia Arroyo


Su Campamento

Recomiendo á Ud. que en el acto reciba la presente comunicación


reúna a la gente que tiene á sus órdenes, llamarlo al servicio á to-
dos aquellos que sin causa justificada permanecen con las armas
en aquella zona sin prestar servicios se y procure Ud. organizar
con estos elementos un pequeña columna con la cual marchar
a Ud. á operar por el rumbo de Chalco y Xochimilco, teniendo
que avanzar con la nueva columna que en esos lugares forme
Ud. agregándose para el efecto, la fuerza que manda el Coronel
Everardo González, hasta los lugares de Topilejo, Ajusco y Milpa
Alta; teniendo que advertir á Ud. que en la última plaza de las
ya referidas llevará a Ud á cabo sus trabajos militares en unión
de otras columnas que ya se han movilizado y para lo cual se co-
municará Ud. directamente con el C. General Ing. Ángel Barrios,
Inspector de las fuerzas revolucionarias en el Estado de México
y Distrito Federal, que es el Jefe encargado de la dirección de la
campaña que se va a emprender en el Distrito Federal.
Espero que cumplirá Ud. fielmente con la recomendación
que le hago, de operar directamente bajo las órdenes del expre-
sado General Barrios, mientras tanto dura la campaña antes
referida, á reserva de que ya doy aviso al C. General Neri de
este movimiento.

81
El Zapatismo en Milpa Alta...

Lo que comunico á Ud. para su inteligencia y demás fines


consiguientes.
Reforma, Libertad, Justica y Ley.
Campamento Revolucionario en Morelos en Morelos, sep-
tiembre. 17 de 1913.
El General en Jefe del Ejército Libertador del Sur y Centro

Emiliano Zapata
(Rúbrica)

82
Armando Ruiz y Edgar Zapata

DOCUMENTO DOS

Asunto: Invitacion a que los habitantes de la ciudad de mexico se


levanten en armas.
Fecha: 24 de junio de 1914
Destinatario: Habitantes de la ciudad de México.
Remitente: Emiliano Zapata y sus generales y coroneles.
Localización AGN Serie: Genovevo de la O. Caja: 19 Expediente:
8 Foja: 24. Impreso.

A LOS HABITANTES DE LA CIUDAD DE MEXICO.

El antiguo régimen, humillado y vencido, está dando al país el


grotesco espectáculo de su agonía.
Entre las nubes de polvo de la derrota, se han desvanecido ya
los espejismos engañosos, las leyendas fantásticas de la dictadura
benéfica, de la paz octaviana, del crédito público inagotable de la
prosperida material asegursada para siempre, de aquel gobierno
patriarcal y fuerte, sostenidpor el amor de su pueblo…..

83
El Zapatismo en Milpa Alta...

DOCUMENTO TRES

Asunto: Acta de Ratificacion al Plan de Ayala.


Fecha: 19 de julio de 1914
Destinatario: Al Pueblo de México.
Remitente Eufemio Zapata y generales y coroneles zapatistas
Localización AGN Serie: Genovevo de la O. Caja: 19 Expediente:
1 Foja:27. Impreso

ACTA DE RATIFICACION AL PLAN DE AYALA

Los suscritos, jefes y oficiales del Ejército Libertador que lucha por
el cumplimiento del Plan de Ayala, adicionado al de San Luis.
CONSIDERANDO: que en estos momentos en que el triun-
fo de la causa del pueblo es ya un hecho próximo e inevitable,
precisa ratificar los principios que forman el alma de la Revolu-
ción y proclamarlos una vez más ante la nación, para que todos
los mexicanos conozcan los propósitos de nuestros hermanos
levantados en armas.
CONSIDERANDO: que si bien esos propósitos están clara-
mente consignados en el Plan de Ayala, estandarte y guía de
la Revolución, hace falta aplicar aquellos principios a la nueva
situación creada por el derrocamiento del maderismo y la im-
plantación de la dictadura huertista, toda vez que el Plan de
Ayala, por razones de la época en que fue expedido, no pudo
referirse sino al régimen creado por el General Díaz y a su in-
mediata continuación, el gobierno maderista, que sólo fue la
parodia de la burda falsificación de aquél.
CONSIDERANDO: que si los revolucionarios no estuvimos
ni pudimos estar conformes con los procedimientos dictatoriales
del maderismo y con las torpes tendencias de éste, que sin es-
crúpulos abrazó el partido de los poderosos y engañó cruelmen-
te a la gran multitud de los campesinos, a cuyo esfuerzo debió
el triunfo, tampoco hemos podido tolerar, y con mayor razón
hemos rechazado, la imposición de un régimen exclusivamente
militar basado en la traición y el asesinato, cuya única razón ha
sido el furioso deseo de reacción que anima a las clases conser-
vadoras, las cuales, no satisfechas con las tímidas concesiones

84
Armando Ruiz y Edgar Zapata

y vergonzosas componendas del maderismo, derrocaron a éste


con el propósito bien claro de substituirlo por un orden de cosas
ya sin compromiso alguno con el pueblo, y sin el pudor que a
todo gobierno revolucionario impone su propio origen, ahogase
para siempre las aspiraciones de los trabajadores y les hiciese
perder toda esperanza de recobrar las tierras y las libertades a
que tienen indiscutible derecho.
CONSIDERANDO: que ante la dolorosa experiencia del
maderismo, que defraudó las mejores esperanzas, es oportuno,
es urgente, hacer constar a la faz de la República que la Revolu-
ción de 1910, sostenida con grandes sacrificios en las montañas
del Sur y en las vastas llanuras del Norte, lucha por nobles y le-
vantados principios, busca, primero que nada, el mejoramien-
to económico de la gran mayoría de los mexicanos, y está muy
lejos de combatir con el objeto de saciar vulgares ambiciones
políticas o determinados apetitos de venganza.
CONSIDERANDO: que la Revolución debe proclamar alta-
mente que sus propósitos son en favor, no de un pequeño grupo
de políticos ansiosos de poder, sino en beneficio de la gran masa
de los oprimidos y que, por tanto, se opone y se opondrá siempre
a la infame pretensión de reducirlo todo a un simple cambio en
el personal de los gobernantes, del que ninguna ventaja sólida,
ninguna mejoría positiva, ningún aumento de bienestar ha resul-
tado ni resultará nunca a la inmensa multitud de los que sufren.
CONSIDERANDO: que la única bandera honrada de la
Revolución ha sido y sigue siendo la del Plan de Ayala, comple-
mento y aclaración indispensable del Plan de San Luis Potosí,
pues sólo aquel Plan consigna principios, condensa con claridad
los anhelos populares y traduce en fórmulas precisas las nece-
sidades económicas y materiales del pueblo mexicano, para lo
cual huye de toda vaguedad engañosa, de toda reticencia culpa-
ble y de esa clase de escarceos propios de los políticos profesiona-
les, hábiles siempre para seducir a las muchedumbres con gran-
des palabras, vacías de todo sentido y de tal modo elásticas, que
jamás comprometen a nada y siempre permiten ser eludidas.
CONSIDERANDO: que el Plan de Ayala no sólo es la expre-
sión genuina de los más vivos deseos del pueblo mexicano, sino que
ha sido aceptado, expresa o tácitamente, por la casi totalidad de

85
El Zapatismo en Milpa Alta...

los revolucionarios de la República, como lo comprueban las car-


tas y documentos que obran en el archivo del Cuartel General de
la Revolución.
CONSIDERANDO: que sería criminal apartarse a última
hora de los principios para ir, una vez más, en pos de las perso-
nalidades y de las mezquinas ambiciones de mando.
CONSIDERANDO: que la reciente renuncia de Victoriano
Huerta no puede modificar en manera alguna la actitud de los
revolucionarios, toda vez que el presidente usurpador, en vez de
entregar a la Revolución los Poderes Públicos, sólo ha pretendido
asegurar la continuación del régimen por él establecido al impo-
ner en la Presidencia, por un acto de su voluntad autócrata, al
licenciado Francisco Carbajal, persona de reconocida filiación
científica y que registra en su obscura vida política el hecho, por
nadie olvidado, de haber sido uno de los principales instigado-
res de los funestos Tratados de Ciudad Juárez, lo que lo acredita
como enemigo de la causa revolucionaria.
CONSIDERANDO que la Revolución no puede reconocer
otro Presidente Provisional que el que se nombre por los jefes re-
volucionarios de las diversas regiones del país en la forma estable-
cida por el artículo 12 del Plan de Ayala, sin que pueda transigir
en forma alguna con un presidente impuesto por el usurpador
Victoriano Huerta ni con las espurias cámaras legislativas nom-
bradas por éste.
CONSIDERANDO: que por razón de la debilidad del Go-
bierno y la completa desmoralización de sus partidarios, así
como por el incontenible empuje de la Revolución, el triunfo de
ésta es únicamente cuestión de días, y precisamente por esto es
hoy más necesario que nunca reafirmar las promesas y exigir
las reivindicaciones, los suscritos cumplen con su deber de leal-
tad hacia la República al hacer las siguientes declaraciones, que
se obligan a sostener con el esfuerzo de su brazo, si es preciso
aun a costa de su sangre y de su vida.
Primera.- La Revolución ratifica todos y cada uno de los
principios consignados en el Plan de Ayala y declara solemne-
mente que no cesará en sus esfuerzos sino hasta conseguir que
aquéllos, en la parte relativa a la cuestión agraria, queden ele-
vados al rango de preceptos constitucionales.

86
Armando Ruiz y Edgar Zapata

Segunda.- De conformidad con el artículo 3o. del Plan de


Ayala, y en vista de que el ex General Pascual Orozco, que allí
se reconocía como Jefe de la Revolución, ha traicionado villa-
namente a ésta, se declara que asume en su lugar la Jefatura de
la Revolución el C. Gral. Emiliano Zapata, a quien el referido
artículo 3o. designa para ese alto cargo, en defecto del citado ex
General Orozco.
Tercera.- La Revolución hace constar que no considerará
concluida su obra sino hasta que, derrocada la administración
actual y eliminados de todo participio en el poder los servidores
del huertismo y las demás personalidades del antiguo régimen,
se establezca un gobierno compuesto de hombres adictos al Plan
de Ayala que lleven desde luego a la práctica las reformas agra-
rias, así como los demás principios y promesas incluidos en el
referido Plan de Ayala, adicionado al de San Luis.
Los suscritos invitan cordialmente a todos aquellos compa-
ñeros revolucionarios que por encontrarse a gran distancia no
se hayan aun expresamente adherido al Plan de Ayala, a que
desde luego firmen su adhesión a él, para que la protesta de su
eficaz cumplimiento sirva de garantía al pueblo luchador y a la
nación entera, que vigilan y juzgan nuestros actos.
Campamento Revolucionario en San Pablo Oxtotepec, 19
de junio de 1914
Reforma, Libertad, Justicia y Ley.

Generales: Eufemio Zapata, Francisco V. Pacheco, Genovevo de


la O, Amador Salazar, Ignacio Maya, Francisco Mendoza, Pedro
Saavedra, Aurelio Bonilla, Jesús H. Salgado, Julián Blanco, Julio A.
Gómez, Otilio E. Montaño, Jesús Capistrán, Francisco M. Castro,
S. Crispín Galeana, Fortino Ayaquica, Francisco A. García, inge-
niero Angel Barrios, Enrique Villa, Heliodoro Castillo, Antonio
Barona, Juan M. Banderas, Bonifacio García, Encarnación Díaz,
licenciado Antonio Díaz Soto y Gama, Reynaldo Lecona. Corone-
les: Santiago Orozco, Jenaro Amezcua, José Hernández, Agustín
Cortés, Trinidad A. Paniagua, Everardo González, Vicente Rojas.

87
El Zapatismo en Milpa Alta...

DOCUMENTO CUATRO

Asunto: El general Emiliano Zapata informa sobre que fueron tomadas


por sus tropas las plazas de Topilejo y Milpa Alta y San Juan Ixtayopan.
Fecha: 23 de julio de 1914
Destinatario: Tropas insurgentes y público en general
Remitente: El jefe supremo de la revolución general Emiliano
Zapata a través del señor coronel secretario Manuel Palafox en
Yautepec, Morelos
Localización AGN Serie: Genovevo de la O. Caja: 19. Expediente:
12 Foja: 1. Impreso.

REPUBLICA MEXICANA
EJERCITO LIBERTADOR
BOLETIN OFICIAL
(Un escudo con el Águila Republicana)

Acabo de recibir del Jefe Supremo de la Revolución, General Emi-


liano Zapata, el siguiente mensaje para darlo a conocer a las tro-
pas insurgentes y al público en general.
Campamento revolucionario en San Pedro Actopan, julio
21 de 1914.

Señor Coronel Secretario Manuel Palafox


Yautepec

El día 19 del presente fue tomado Topilejo, Distrito Federal por


las fuerzas de mi mando, habiendo en dicho pueblo quinientos
hombres en guarnición, entre federales y voluntarios; el mismo
día fue rechazado en el pueblo de San Mateo, el auxilio que dé
Xochimilco venía para Topilejo,
Con fecha de ayer se formalizó el ataque a Milpa Alta , que
fue inicio el mismo día, siendo tomada dicha plaza hoy al amane-
cer. El refuerzo enemigo que se presentó por el pueblo de Tecomitl
fue rechazado con grandes pérdidas. Así mismo, fue tomado por la
fuerzas de mi mando el pueblo de San Juan Ixtayopan.
En las acciones de Topilejo y Milpa Alta, tomaron parte los
Generales Amador Salazar e Ignacio Maya, y Juian M. Bande-

88
Armando Ruiz y Edgar Zapata

ras en esta última plaza, y Coroneles José Tafolla, Juan Agüero


y otros muchos jefes conocidos.
Y lo comunico a Uds., para su inteligencia y demás fines.
Reforma, Libertad, Justicia y Ley,
El General en Jefe del Ejército Libertador de la Repúiblica

Emiliano Zapata.- Rubricado.


Yautepec, Morelos, 23 de julio de 1914
M. Palafox

89
El Zapatismo en Milpa Alta...

DOCUMENTO CINCO

Asunto: Un grupo de vecinos de Milpa Alta le exponen al general


Emiliano Zapata sobre abusos y saqueos de algunos de los zapa-
tistas ahí establecidos y le piden su atención para corregir esas
anomalías y estar en condiciones de seguir ayudando a la causa.
Fecha: 23 de julio de 1914
Destinatario: General Emiliano Zapata.
Remitente: Guadalupe V. Zamora y nueve firmantes más.
Localización AGN Serie: Genovevo de la O. Caja: 1. Expediente:
1 Foja: 132. Manuscrito.

C. General Emiliano Zapata

Los que suscribimos originarios y vecinos de este pueblo: ante


tan respetable Señor, ocurrimos y manifestamos; que la fuerza
que en este mismo se encuentra establecido, se ha anotado y
observado que cometen muchas depredaciones y saqueos, por
consiguiente que se considera que si siguen así no se podrá re-
sistir muchos días, si, estamos dispuestos para darles pero limi-
tadamente; en tal concepto suplicamos á Ud. encarecidamen-
te que dicte sus respetables órdenes a la autoridad que esta ya
nombrada, para que ésta ponga en orden toda gente quede en
conformidad con lo que se le dé, de lo contrario acaban y des-
pués ya no habrá con que sostenerlos más adelante, en las casas
que se encuentran abandonadas estas sin las que están saliendo
en perjuicio.
Por lo expuesto á Ud. acudimos para que desde luego inter-
ponga sus respetables órdenes; esperamos de Ud. recibiremos
merced, gracia y justicia
Protestamos con lo necesario no ser de malicia.

Milpa Alta, Julio 23 1914


Gpe. V. Zamora (Rúbrica)
(Y nueve firmantes más)

90
Armando Ruiz y Edgar Zapata

DOCUMENTO SEIS

Asunto: Informes relativos a la situación que priva en el hospital


provisional de milpa alta
Fecha: 8 de noviembre de 1914
Destinatario: El general Emiliano Zapata
Remitente: El Médico Provisional Trinidad Martínez. Milpa Alta
Manuscrito.
Localización AGN Serie: Emiliano Zapata. Caja: 2 Expediente: 16
Manuscrito.

Al General en Jefe
Emiliano Zapata
Cuernavaca

Yo, Trinidad Martínez médico provisional del hospital estable-


cido en Milpa Alta ante Ud. respetuosamente expongo. Desde
mi venida d hacerme cargo de este Hospital fecha 3 de Agosto
del presente año no he recibido más que quince pesos para el
sostenimiento de dicho establecimiento habiendo proporciona-
do yo de mi peculio medicinas y víveres para los heridos u ha
la presente fecha, sin poder más sostener de mi propio peculio
más tiempo en tal virtud y en vista de que el Coronel Astrola-
bio Guerra Jefe del Cuartel General no me proporciona nada de
víveres ni dinero, me veo precisado a exponer mi queja á esa mi
superioridad donde se será atendida mi queja.
Lo que comunico a Ud. mi subordinación y respeto.
Hospital Provisional de Milpa Alta Noviembre 8 de 1914.

El Médico Provisional
Trinidad Martínez

91
El Zapatismo en Milpa Alta...

DOCUMENTO SIETE

Asunto: Decreto de Emiliano Zapata en que concede Amnistia a


los jefes y oficiales federales, asi como a la clase de tropa. Campa-
mento en Milpa Alta, D. F., 10 de agosto de 1914.
Fecha: 10 de agosto de 1914.
Destinatario: Habitantes de la república.
Remitente: El general Emiliano Zapata.
Fuente: Magaña. Gildardo. Emiliano Zapata y el agrarismo en
México. Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolu-
ción Mexicana. México, 1985. Tomo IV. pp. 209-210

REPÚBLICA MEXICANA
EJÉRCITO LIBERTADOR
Decreto

El general Emiliano Zapata, jefe supremo del Ejército Liberta-


dor, a los habitantes de la República hace saber:
CONSIDERANDO: que si bien el triunfo de la Revolución
está totalmente asegurado, falta vencer el último obstáculo, o
sea, la resistencia que el enemigo opone, para que las fuerzas
revolucionarias tomen posesión de la capital de la República, y
con ello se dé cima a la obra militar, para en seguida acometer
las altas labores de reforma social, que son la aspiración del
movimiento armado.
CONSIDERANDO: que el principal factor de resistencia
en la ciudad de México no es la fuerza intrínseca del gobierno
(que es nula), sino el instinto de conservación de los miembros del
Ejército Federal y especialmente de sus jefes y oficiales, que se ven
amenazados de muerte por la Revolución; que de emplearse en
conducir las cosas hasta el último extremo se tendría que llegar
forzosamente al bombardeo de la capital, lo que ocasionaría las
más serias complicaciones internacionales, fuera de los incal-
culables perjuicios que resentirían las personas y los intereses
allí acumulados; que ante lo crítico de la situación es fuerza
adoptar una medida de serena política que sin llegar a tran-
sacciones que comprometan la suerte futura de la Revolución
permitan evitar la realización de aquellas fatales emergencias.

92
Armando Ruiz y Edgar Zapata

CONSIDERANDO: que aunque es cierto que en la concien-


cia pública está que son culpables todos los militares que han
servido a la dictadura, también lo es que dicha responsabilidad
reviste caracteres y grados bien diversos: desde aquel en que la
falta se reduce a haber militado en las filas del gobierno ilegal,
hasta aquel otro en que los delitos cometidos constituyen ver-
daderos crímenes del orden común, o abominables atentados
contra la civilización y la humanidad.
CONSIDERANDO: que es de sana política poner fin a la
lucha entre hermanos, con una formal invitación que se haga a
los militares menos culpables para que, desde luego, depongan
las armas, y de ese modo, por un acto de cordura y una de-
mostración de patriotismo, reparen la falta cometida y se hagan
acreedores a la inviolabilidad de sus vidas.
Por estas consideraciones he tenido a bien decretar lo siguiente:
1. Se concede amnistía a los jefes y oficiales federales siempre
y cuando no resulten responsables de delitos del orden común al
ser juzgados por un tribunal especial que al efecto se constituya.
2. Se concede amnistía general a la clase de tropa.
3. Para el efecto de los artículos anteriores se presentarán
ante el jefe revolucionario más inmediato, a quien le entregarán
las armas correspondientes.
4. Los jefes, oficiales y soldados insurgentes deberán dar am-
plias garantías a los que se rindan, dando cuenta a la superioridad
con los nombres de las personas que pretendan indultarse, a fin de
que se les expida su pasaporte y puedan volver a sus hogares.
El presente decreto surtirá sus efectos desde luego y caduca-
rá el día dos de septiembre próximo, en el concepto de que des-
pués de esa fecha todo aquel que siga con las armas en la mano,
combatiendo a la Revolución, será considerado como traidor a
la Patria, y como tal, juzgado que sea, será sentenciado a la
pena capital y sus bienes pasarán a poder de la Nación.
REFORMA, LIBERTAD, JUSTICIA Y LEY.
Campamento en Milpa Alta, D. F., agosto 10 de 1914.

El general en jefe,
Emiliano Zapata.

93
El Zapatismo en Milpa Alta...

DOCUMENTO OCHO

Asunto: Un informante de San Salvador Cuauhtenco, Milpa Alta,


Eutimio Campos informa a Emiliano Zapata de la llegada del ge-
neral Alvaro Obregón
Fecha: 16 de agosto 16, 1914.
Destinatario: El general Emiliano Zapata
Remitente: Eutimio Campos, San Salvador Cuauhtenco,
Localización: AGN Serie: Genoveva de la O. Caja: 16. Expediente:
1. Foja: 31. Manuscrito.

República Mexicana
Ejército Libertador de zur y centro
Al C. Gral en jefe de las fuerzas Emiliano Zapata.

Pongo en conocimiento de Ud. en la capital de la República á


llegado el dicho general Albaro Obregón á llegado y á pronun-
ciado muchos discursos a favor de Carranza y las fuerzas de los
federales que ocupabán San Andrés Ahuayuca sé ha retirado
rumbo a Xochimilco y hasta las hultimas horas de la tarde no
pudimos saber si se irán rumbo a México ó se quedarán en di-
cho rumbo y también digo á Ud que miles de carransistas han
llegado en la capital.
Es cuanto comunico á Ud,. y por aora me tiene Ud. á sus
órdenes en S. Salvador cuautenco.
Su fino y atto.

El coronel
Eutiminio Campos (Rúbrica)
(Al margen:) Enterado

94
Armando Ruiz y Edgar Zapata

DOCUMENTO NUEVE

Asunto: El ingeniero Angel Barros le informa al general Emilia-


no Zapata desde el cuartel militar Zapatista en Milpa Alta que
ante la inminente arribo de Carranza a la ciudad de México no
hay que tener ningún tipo de pacto político con él, y que más
bien se debe de estar lo mejor organizado posible, estableciendo
un orden completo en el terreno ocupado reestableciendo todas
las vías de comunicación para una movilización rápida y eficaz,
también le urge a organizar un comité de propaganda para que
por medio de la imprenta y por medio de giras que recorran hasta
los pueblos más pequeños para arraigar las ideas revolucionarias
zapatistas entre muchos pueblos analfabetas para así defender la
tierra conquistada con una activísima propaganda de prensa por
lo que se debe de transportar por ferrocarril el mayor número
de bultos de papel ahora que son zapatistas las Fábricas de papel
de San Rafael y Anexas para concentrarlo en Yautepec, Jojutla,
Iguala y Chilpancingo.
Fecha: 16 de agosto 16, 1914.
Destinatario: El general Emiliano Zapata
Remitente: Ingeniero Ángel Barrios desde el cuartel general en
Milpa Alta.
Localización AGN Serie: Genovevo de la O. Caja 16, Exp. 3, Fs.
47-48

Cuartel General en Milpa Alta, Agosto 16, 1914

EJERCITO LIBERTADOR DE LA REPUBLICA MEXICANA.


Al C. General Emiliano Zapata.
Jefe Supremo de la Revolucion.
Su Campamento.
Agosto 1914.

El hecho de permanecer en las cercanías de la Capital de la Re-


publica, teniendo a cada momento que ponerme en contacto
con diversas personas, cuya variedad de opiniones he podido
analizar detenida y serenamente, desde el punto de vista [de]
nuestros ideales: la circunstancia misma de haber observado

95
El Zapatismo en Milpa Alta...

con tiempo los procedimientos y conducta política de Venus-


tiano Carranza y sus adlateres (todos los maderistas) me han
hecho llegar a esta conclusion por lo que respecta a nuestra acti-
tud del futuro, si hemos de tener en cuenta que el Lic. Carvajal
abandonó ya el poder y que en breves días los carrancistas ocu-
parán la ciudad de Mexico, para lo cual entraron en tratados los
dos bandos, llegando a una solución favorable para sus mezqui-
nos y bastardos intereses: no entraremos ni podemos entrar en
tratados con los carrancistas, sino es sobre la base de reconocer
sin condiciones el PLAN DE AYALA: y aún en este caso, es bien
peligroso aceptar transaciones, porque puede darse el caso de
que nuestras pretenciones sean aceptadas momentaneamente,
teniendo de antemano preparado (de antemano) un desastroso
plan que por lo menos nos desorganice y desoriente, haciéndo-
nos después dificil la continuación de la lucha; tenga Ud. pre-
sente que Carranza es un reconocido burgués y sus mas adictos
partidarios o son los inconcientes alucinados por los falsos bri-
llos de un triunfo muy efímero y dudoso o son los ambiciosos
encanallados, que como tales se distinguieron en los tiempos del
extinto Madero.
Reconocidos pues, como hombres infidentes, intrigantes vul-
gares y luchadores de conveniencia, entrar en tratos con ellos, an-
tes de someterse sin taxativas a nuestros principios e ideales, es
poner en tela de juicio nuestra honradez y dar margen a que se
dude de las declaraciones terminantes que en varias ocasiones
se han hecho, en lo referente a nuestra actitud inconmovible en
tanto que no triunfen las legitimas aspiraciones nacionales y los
ideales del Pueblo.
Tenga Ud. presente señor General que en el Norte de la Repú-
blica y bajo las órdenes de tal o cual jefe, militan muchos hombres
de convicciones, que por ningun motivo pueden aceptar y hacer
suyos los mezquinos ideales del Plan de Guadalupe y que al decla-
rarse Carranza Presidente de la República, no encontrando sa-
tisfechas sus legitimas aspiraciones ni garantizados los intereses
del Pueblo, vendrán a engrosar las filas de la Revolución del Sur,
única capaz de restablecer el “orden humano” en nuestro País
sin más compromiso que el de alcanzar la redención de las ma-
sas únicas sostenedoras y protectoras de la Revolución que han

96
Armando Ruiz y Edgar Zapata

llamado del Sur. Esos hombres, secundarán nuestros esfuerzos y


colaborarán con nosotros hasta la consumación de la obra. As¡ es
que, aún que parezca que vamos a quedar solos en la lucha, no
será as¡ y aun que as¡ fuera, lograríamos demostrar una vez más
que no tenemos ambiciones de mando, que no nos deslumbra el
Poder y el ideal nos mantendrá vivos y fuertes, a travez de todas
las vicicitudes y de todas las tempestades.
Ante estas consideraciones, bien serenas por cierto, no hay
mas que esperar el recrudecimiento de la lucha, teniendo en
consideración que en lo futuro, el enemigo, si no más fuerte
que nosotros, sera superior a los federales y los combates serán
mas terribles, y en general, la situación cambiará para nosotros,
contando con mayores dificultades que las encontradas hasta la
fecha. Por mi parte y teniendo en cuenta lo que llevo dicho ya
me preparo a hacer todo género de provisiones tanto de guerra
como de boca, y conquistar todo el mayor número posible de
partidarios, para lo cual pronto me ocuparé del asunto de las
tierras de Iñigo Noriega y otros terratenientes de Texcoco, a fin
de que si es posible, esa tierras sean cultivadas provisionalmente
por los desheredados de la región quienes se verán obligados a
defender sus labores con las armas en la mano.
Sabemos, por ejemplo, que Carranza entra el proximo do-
mingo a la ciudad de Mexico y que su ejército viene completa-
mente dividido en opiniones; en este caso, nuestro trabajo se
reduce a librar los primeros combates con buena fortuna, que
luego, la desmoralización más completa se apoderará de sus
ánimos y no tendrán más que reconocer a la “revolución del
Sur”. Dicese tambien que ya entraron en Mexico los carrancis-
tas, procediendo desde luego a desarmar a los federales existen-
tes alli y a poner en libertad a los presos y que hasta relevaron
ya el destacamento de Xochimilco.
Sea cual fuere la verdad de lo que ocurre, el hechos es que
tenemos ya un nuevo enemigo enfrente y que debemos aprestar-
nos a combatir nuevamente en defensa de nuestro derecho y de
nuestros ideales.
En mi concepto y sin pérdida de tiempo creo que debemos
proceder a organizarnos lo mejor posible, procurando establecer
un orden completo en el terreno que ocupamos, restableciendo

97
El Zapatismo en Milpa Alta...

en primer termino, todas las vías de comunicacion, base de una


movilización rápida y eficaz. Además, creo de suma urgencia
la organizacion de un comité de propaganda, integrado por los
más activos e inteligentes miembros de la Revolucion, que por
medio de la imprenta y por medio de giras que recorran hasta
los pueblos mas pequeños, traten de arraigar las ideas embrio-
narias de que se hallan poseidos los vecinos de esos pueblos, en
su mayoría analfabetas, y llevar a la lucha el mayor numero
posible de hombres, haciendoles ver que es preciso defender la
tierra conquistada que empieza a fructificar regada con la san-
gre de un sin número de víctimas propiciatorias.
Con objeto de llevar a cabo una activísima propaganda por
medio de la prensa, ahora que las Fábricas de papel de San Ra-
fael y Anexas se hallan en nuestro poder, urge trasportar por el
ferrocarril el mayor número de bultos de papel, reconcentran-
dolo en Yautepec, Jojutla, Iguala y Chilpancingo. Hay que inun-
dar de papel impreso a toda la República.
Son las anteriores, mis observaciones y mis ideas respecto
de la situación actual y así, sinceramente, las trasmito a Ud.
para que aproveche de ellas lo que considere bueno y provecho-
sos para la lucha que en breve continuaremos.
Protesto a Ud. las seguridades de mi atenta consideracion.
Reforma, Libertad, Justicia y Ley.

Cuartel General en Milpa Alta,


16 de agosto de 1914.
Ingeniero Angel Barrios.
(Rúbrica)

Nota: Solo por quedarme tranquilo de haber hecho todo lo que


he podido remito a Ud. estas hojas que encierran mis pensa-
mientos y observaciones: pero dado el poco caso que se ha hecho
de mis trabajos y la forma como han sido interpretados, no es-
pero otra cosa que lo que ha sucedido siempre.

98
Armando Ruiz y Edgar Zapata

DOCUMENTO DIEZ

Asunto: Manifiesto al Pueblo Mexicano Campamento revolucio-


nario en Milpa Alta. Si en verdad los constitucionalistas quieren
satisfacer las exigencias sociales del pueblo mexicano, deben de
rendir homenaje a la voluntad soberana aceptando con sinceri-
dad y sin reticencias los tres grandes principios que consigna el
Plan de Ayala; expropiación de tierras por causa de utilidad pú-
blica, confiscación de bienes a los enemigos del pueblo y restitu-
ción de sus terrenos a los individuos y comunidades despojados,
dando un análisis real de la revolución agraria propuesta en el
Plan de Ayala: donde considera que es calumniada por la prensa,
desconocida por la Europa, comprendida con bastante exactitud
por la diplomacia americana y vista con poco interés por las na-
ciones hermanas de Sudamérica.
Fecha: Agosto, 1914.
Destinatario: El pueblo mexicano
Remitente: El general en jefe del Ejército Libertador, Emiliano Za-
pata.- Generales: Eufemio Zapata. Francisco V. Pacheco. Genove-
vo de la O. Amador Salazar. Francisco Mendoza. Pedro Saavedra.
Aurelio Bonilla. Jesús H. Salgado. Julián Blanco. Julio A. Gómez.
Otilio E. Montaño. Jesús Capistrán. Francisco M. Castro. S. Cris-
pín Galeana. Fortino Ayaquica. Francisco A. García. Mucio Bra-
vo. Lorenzo Vázquez. Abraham García. Encarnación Díaz. Licen-
ciado Antonio Díaz Soto y Gama. Reynaldo Lecona.
Localización: AGN Serie: Alfredo Robles Domínguez, caja 6, tomo
11, exp. 31.

MANIFIESTO AL PUEBLO MEXICANO


Campamento revolucionario en Milpa Alta, Agosto, 1914
AL PUEBLO MEXICANO

El movimiento revolucionario ha llegado a su período culminante y,


por lo mismo, es ya hora de que el país sepa la verdad; toda la verdad.
La actual Revolución no se ha hecho para satisfacer los in-
tereses de una personalidad, de un grupo o de un partido. La
actual Revolución reconoce orígenes más hondos y va en pos de
fines más altos.

99
El Zapatismo en Milpa Alta...

El campesino tenía hambre, padecía miseria, sufría explo-


tación, y si se levantó en armas fue para obtener el pan que la
avidez del rico le negaba; para adueñarse de la tierra que el
hacendado, egoístamente, guardaba para sí; para reivindicar su
libertad, que el negrero atropellaba inicuamente todos los días.
Se lanzó a la revuelta, no para conquistar ilusorios derechos
políticos que no dan de comer, sino para procurarse el pedazo
de tierra que ha de proporcionarle alimento y libertad, un hogar
dichoso y un porvenir de independencia y engrandecimiento.
Se equivocan lastimosamente los que creen que el estableci-
miento de un gobierno militar, es decir, despótico, será lo que ase-
gure la pacificación del país. Esta sólo podrá obtenerse si se rea-
liza la doble operación de reducir a la impotencia a los elementos
del antiguo régimen y de crear intereses nuevos, vinculados estre-
chamente con la Revolución, que les sean solidarios, que peligren
si ella peligra y prosperen si aquélla se establece y consolida.
La segunda labor, o sea, la creación de poderosos intere-
ses afines a la Revolución y solidarios con ella, se llevará a feliz
término si se restituye a los particulares y a las comunidades
indígenas los terrenos de que han sido despojados por los lati-
fundistas, y si este gran acto de justicia se completa, en obsequio
de los que nada poseen ni han poseído, con el reparto proporcio-
nal de las tierras decomisadas a los cómplices de la dictadura o
expropiadas a los propietarios perezosos que no quieren cultivar
sus heredades.
Así se dará satisfacción al hambre de tierras y al rabioso
apetito de libertad que se deja sentir de un confín a otro de la
República, como respuesta formidable al salvajismo de los ha-
cendados, quienes han mantenido en pleno siglo 20 y en el cora-
zón de la libre América, un sistema de explotación que apenas
soportarían los más infelices siervos de la edad media europea.
Es cierto que los ilusos creen que el país va a conformarse
(como no se conformó en 1910) con una pantomima electoral
de la que surjan hombres en apariencia nuevos y en apariencia
blancos, que vayan a ocupar las curules, los escaños de la Corte
y el alto solio de la Presidencia, pero los que así juzgan parecen
ignorar que el país ha cosechado, en las crisis de los últimos
cuatro años, enseñanzas inolvidables que no les permiten ya

100
Armando Ruiz y Edgar Zapata

perder el camino, un profundo conocimiento de las causas de su


malestar y de los medios de combatirlas.
El país no se dará por satisfecho -podemos estar seguros-
con las tímidas reformas candorosamente esbozadas por el
licenciado Isidro Fabela, ministro de Relaciones del gobierno
carrancista, que no tiene de revolucionario más que el nombre,
puesto que ni comprende ni siente los ideales de la Revolución;
no se conformará el país con sólo la abolición de las tiendas de
raya, si la explotación y el fraude han de subsistir bajo otras for-
mas; no se satisfará con las libertades municipales, bien proble-
máticas, cuando falta la base de la independencia económica,
y menos podrá halagarlo un mezquino programa de reformas a
las leyes sobre impuesto a las tierras, cuando lo que urge es la
solución radical del problema relativo al cultivo de éstas.
El país quiere algo más que todas las vaguedades del señor
Fabela, patrocinadas por el silencio del señor Carranza. Quiere
romper de una vez con la época feudal, que es ya un anacronis-
mo, quiere destruir de un tajo las relaciones de señor a siervo y
de capataz a esclavo, que son las únicas que imperan en mate-
ria de cultivos, desde Tamaulipas hasta Chiapas y de Sonora a
Yucatán.
El pueblo de los campos quiere vivir la vida de la civiliza-
ción, trata de respirar el aire de la libertad económica, que has-
ta aquí ha desconocido y la que nunca podrá adquirir si deja
en pie al tradicional señor de horca y cuchillo, disponiendo a su
antojo de las personas de sus jornaleros, extorsionándolos con
la norma de los salarios, aniquilándolos con tareas excesivas,
embruteciéndolos con la miseria y el mal trato, empequeñecien-
do y agotando su raza con la lenta agonía de la servidumbre,
con el forzoso marchitamiento de los seres que tienen hambre,
de los estómagos y de los cerebros que están vacíos.
Por eso, la Revolución Agraria, desconfiando de los caudi-
llos que a sí mismos se disciernen el triunfo, ha adoptado como
precaución y como garantía el precepto justísimo de que sean
todos los jefes revolucionarios del país los que elijan al primer
magistrado, al presidente interino que debe convocar a eleccio-
nes; porque bien sabe que del interinato depende el porvenir de
la Revolución y, con ella, la suerte de la República.

101
El Zapatismo en Milpa Alta...

¿Qué cosa más justa la de que todos los interesados, los je-
fes de los grupos combatientes, los representantes revolucionarios
del pueblo levantado en armas, concurran a la designación del
funcionario en cuyas manos ha de quedar el tabernáculo de las
promesas revolucionarias, el ara santa de los anhelos populares?
¿Por qué la imposición de un hombre a quien nadie ha ele-
gido? ¿Por qué el temor de los que a sí mismos se llaman consti-
tucionalistas para sujetarse al voto de la mayoría, para rendir
tributo al principio democrático de la libre discusión del candi-
dato por parte de los interesados?
El procedimiento, a más de desleal, es peligroso, porque el
pueblo mexicano ha sacudido su indiferencia, ha recobrado su
brío y no será él quien permita que a sus espaldas se fragüe la
erección de su propio gobierno. Y si los constitucionalistas quie-
ren en verdad al pueblo y conocen sus exigencias, que rindan
homenaje a la voluntad soberana aceptando con sinceridad y
sin reticencias los tres grandes principios que consigna el Plan
de Ayala; expropiación de tierras por causa de utilidad pública,
confiscación de bienes a los enemigos del pueblo y restitución de
sus terrenos a los individuos y comunidades despojados.
La Revolución Agraria, calumniada por la prensa, desco-
nocida por la Europa, comprendida con bastante exactitud por
la diplomacia americana y vista con poco interés por las nacio-
nes hermanas de Sudamérica, levanta en alto la bandera de sus
ideales para que la vean los engañados, para que la contemplen
los egoístas y los perversos que no quieren oír los lamentos del
pueblo que sufre, los ayes de las madres que perdieron a sus
hijos, los gritos de rabia de los luchadores que no quieren ver,
que no verán, destruidos sus anhelos de libertad y sus gloriosos
ensueños de redención para los suyos.
Reforma, Libertad, Justicia y Ley.
Campamento Revolucionario en Milpa Alta, Agosto de 1914.

El General en Jefe del Ejército Libertador


Emiliano Zapata.- Generales: Eufemio Zapata. Francisco V.
Pacheco. Genovevo de la O. Amador Salazar. Francisco Mendoza.
Pedro Saavedra. Aurelio Bonilla. Jesús H. Salgado. Julián Blan-

102
Armando Ruiz y Edgar Zapata

co. Julio A. Gómez. Otilio E. Montaño. Jesús Capistrán. Francisco


M. Castro. S. Crispín Galeana. Fortino Ayaquica. Francisco A. Gar-
cía. Mucio Bravo. Lorenzo Vázquez. Abraham García. Encarnación
Díaz. Licenciado Antonio Díaz Soto y Gama. Reynaldo Lecona.

103
El Zapatismo en Milpa Alta...

DOCUMENTO ONCE

Asunto: Parte de novedades del coronel Juan R. Aguirre infor-


mándole a Zapata que tuvo que nombrar como teniente coronel
al ciudadano Silvestre Aguirre por motivo de haber sido herido
en combate, pero que considera indispensable que ese nombra-
miento sea expedido por Zapata.
Fecha: 11 de noviembre de 1914.
Destinatario: El general Emiliano Zapata
Remitente: Coronel Juan R. Aguirre, San Pablo Oztotepec, Milpa Alta.
Localización AGN Serie: Emiliano Zapata. Caja: 2. Exp. 2. Foja:
2. Manuscrito.

República Mexicana Ejército


Libertador del Sur y Centro.
Al C. General supremo de la Rebolucion
Señor: Emiliano Zapata
A su campamento.

Con fecha diez del actual tuve el honor de comunicar a Ud. que
el ataque de San Martín tuvimos que rrecoger al enemigo par-
que armamento anteojos caballos monturas en la fuerza de mi
mando tuve tres bajas y tres heridos pero al fin logramos des-
alojar al enemigo desde esa fecha no ha abido ninguna novedad
lo que se esta complicando las avansadas de mis fuerzas es que
tengo a mi mando en los frentes de mi zona y como en ese com-
bate salí herido me vi en la indispensable necesidad de nombrar
como Teniente Coronel al Ciudadano Silvestre Aguirre que fue
nombrado por el coronel Astrolabio V. Guerra pero teniendo en
consideración que es muy indispensable que ese nombramiento
sea expedido por Ud. si habiendo tuviere.
Protestándole las seguridades de mi atentas consideraciones.
Reforma, Libertad, Justicia y Ley.
Campamento revolucionario en Ostotepec.
Nbre 11 de 1914. Distrito federal
El Coronel
Juan R. Aguirre
(rúbrica)

104
Armando Ruiz y Edgar Zapata

DOCUMENTO DOCE

Asunto: Petición de unos soldados de Santa Ana Tlacotenco para


que sea ascendido su capitán Cenobio Meza
Fecha: 20 de noviembre de 1914.
Destinatario: El general Emiliano Zapata
Remitente: Los soldados Arnaldo Jurado, Modesto Martínez, An-
gel Huerta Marcos Martínez y signatarios.
Localización AGN Serie: Emiliano Zapata. Caja: 2. Expediente: 2.
Foja: 56 0 28 bis. Manuscrito.

República Mexicana
Ejercito Libertador

Al C. General Emiliano Zapata.


Muy señor nuestro

Enterados de su atenta con fecha siete de octubre del próximo


pasado en la cual nos manifiesta ver tomado en consideración
nuestra humilde petición para conceder ascenso a nuestro Ca-
pitán Cenobio Meza.
Y como hasta la fecha no hemos recibido su nombramiento
tal como todos lo deseamos, creímos que tal vez se estraviaría ó
por algún inconveniente no ha llegado a nuestras manos
Esperamos de su bondad de Ud. Señor General nos conteste
sobre el particular.
Nos repetimos de Ud. como siempre sus subordinados.
Reforma, , Libertad, Justicia y Ley

Los Soldados
Arnaldo Jurado, Modesto Martínez, Angel Huerta, Marcos
Martínez y signatarios.
(rúbricas)

105
El Zapatismo en Milpa Alta...

DOCUMENTO TRECE

Asunto: Informes sobre escasez de parque y espera de órdenes


para combatir al enemigo.
Fecha: 15 de julio de 1915.
Destinatario: El general Emiliano Zapata.
Remitente: El mayor Pedro Salazar, San Pablo Oztotepec, Milpa Alta.
Localización: AGN Serie: Emiliano Zapata. Caja: 9. Expediente:
2. Foja: 17. Manuscrito.

San Pablo Ostotepec, julio 15 de 1915

Sr. General
Don Emiliano Zapata
Mi Señor General

Tengo honra de comunicarle la presente es con el Objeto de


manifestarle lo siguiente que con las fuerzas de mi mando me
encuentro en el expresado pero sin ninguna horde, porque el
Enemigo lo tengo al frente y lo manda a molestar que se digne
de darme hordenes porque ni el General que estoy debajo de
las hordenes, que es el General Antonio Barona no sé en qué
punto se encuentra y de manera me encuentro en las trincheras
de Santa Sesilia y el enemigo intenta pazar en el expresado y no
ay mas fuerza por estos puntos y de manera si Ud se digne de
mandarme lo mas posible la horde para saber que si puedo dar-
les Resistencia o no porque comprendo que no esta suficiente ni
de fuerza ni de parque estoy escazo.
Espero su digne disposiciones
Reforma, Libertad, Justicia, Ley

Por el Teniente Coronel


El Mayor
Pedro Salazar

106
Armando Ruiz y Edgar Zapata

DOCUMENTO CATORCE

Asunto: Informes sobre insuficiencia de pertrechos.


Fecha: 15 de julio de 1915.
Destinatario: El general Emiliano Zapata
Remitente: El teniente coronel Miguel Pérez, San Salvador Cuau-
htenco, Milpa Alta.
Localización: AGN Serie: Emiliano Zapata. Caja: 9. Exp. 2. Foja:
19. Manuscrito.

UN SELLO:
COMANDANCIA MILITAR DE XOCHIMILCO.
Columna Zapata.
Regto. “Andrés Pérez”.
Campamento en San Salvador Cuauhtenco,

Tengo el honor de poner en el superior conocimiento de Ud. que


la fuerza .a mis órdenes se encuentra sumamente escasa de par-
que para poder combatir contra el enemigo, circunstancia que
me obliga a suplicar a Ud. se sirva librar sus respetables órdenes,
a fin de que se me proporcione en cantidad siquiera de unos trein-
ta mil cartuchos de carabinas máuser y 30- 30 para cuyo efecto,
el portador lleva instrucciones de traerme dicho parque.
Igualmente tengo el honor de poner en el superior conoci-
miento de Ud. qie páran en mi poder dos cajas de parque de
cañón de 75 milimetros, en tal virtud suplico á Ud. se sirva indi-
carme lo que debo hacer con dicho parque.
Tengo la honra mi General de hcer a Ud. presente mi sub-
ordinación y respeto.
Reforma, Libertad, Justicia y Ley.
P:O D: Coronel Jefe del Regimiento.

El Teniente Coronel
Miguel Pérez
(rúbrica)
Al C. General
Emiliano Zapata. Jefe Supremo del Ejército Libertador de
la República Mexicana

107
El Zapatismo en Milpa Alta...

DOCUMENTO QUINCE

Asunto: Informe sobre haber sido atacados los zapatistas en pue-


blos de Mila Alta para el repliegue para finalmente regresar al
cuartel en San Salvador Cuauhtenco
Fecha: 24 de octubre de 1915.
Destinatario: El general Emiliano Zapata
Remitente: El general Brigadier Juan R. Aguirre en San Pablo Oz-
totepec.
Fuente: AGN Serie: Emiliano Zapata. Caja: 10. Exp. 6. Foja: 21 A
21v. Manuscrito.

DCC. 49
División Barona. Brigada Aguirre.

Octubre 21 de 1915 Enterado

Mi General.

Tengo la honra de comunicar a Ud. que ayer a las cinco y media de la


mañana nos atacó el enemigo en el pueblo de San Pablo Oztotepec
por cuatro puntos que son: camino de Xochimilco, San Salvador, San
Francisco y San Bartolo, quienes nos obligaron a refugiarnos a los ce-
rros inmediatos y tomando nuestros dispositivos con todas nuestras
fuerzas de mi mando atacando al enemigo rigurosamente logrando
volver a San Salvador a sus antiguas posiciones de San Bartolo.
La demás fuerza de mi mando que se encontraba en el pue-
blo de San Francisco derrota al enemigo al principio pero por la
falta de parque volvieron los carrancistas a subir al cerro del
Coatzin en número de 250.
Lo que comunico a Ud. para el posterior conocimiento de Ud.
Reforma, Libertad, Justicia y Ley.
San Pablo Oztotepec 24 de octubre de 1915.
Al General Brigadier.
Juan R. Aguirre. (Rúbrica)
C. General en Jefe
Emiliano Zapata.

108
Armando Ruiz y Edgar Zapata

DOCUMENTO DIECISEIS

Asunto: Plan de Milpa Alta (Plan de Ayala Reformado).


Fecha: 6 de agosto de 1919.
Destinatario: Pueblo de México.
Remitentes: El general de División Everardo González, los gene-
rales de Brigada Manuel Palafox, Antonio Beltrán, Tomás García,
Octaviano Muñoz, Guillermo Rodríguez. Rúbricas.
Fuente: Iglesias González, Román. (Introducción y recopilación).
Planes políticos, proclamas, manifiestos y otros documentos de la
Independencia al México moderno, 1812-1940. Universidad Nacio-
nal Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Jurídicas.
Serie C. Estudios Históricos, Núm. 74. México, 1998. pp. 836-838.

PLAN DE MILPA ALTA


Plan de Ayala. Reformado en Milpa Alta, D.F., el 6 de agosto de 1919.

Los que suscribimos, antiguos revolucionarios del Sur, proclama-


mos al pueblo mexicano el siguiente Plan Revolucionario.
Primero. Se declara en vigor la Constitución Política de 1857,
con las reformas que en su caso se le hará de acuerdo con lo que
en ella misma dispone.
Segundo. Se restituye o se reivindicarán a las personas o co-
munidades civiles las propiedades de que hayan sido despoja-
das durante las administraciones pasadas, en la inteligencia de
que solamente los que posean sus títulos legales deberán entrar
en posesión de sus bienes inmediatamente y los despobladores
estarán en libertad de deducir los derechos que les asisten, ante
los tribunales respectivos.
Tercero. Se declara la expropiación por causa de utilidad
pública mediante su indemnización, siendo ésta en la forma
que acuerde el Gobierno, de todas las tierras en la República,
con excepción de aquellas propiedades que no excedan de cin-
cuenta hectáreas en los Estados que carecen de tierras y de cien
hectáreas en los Estados en que haya abundancia de ellas
Cuarto. Se declara el fraccionamiento de las tierras expro-
piadas, en lote o parcelas que se adjudicarán a los labradores y
a los C que pretendan dedicarse a la agricultura.

109
El Zapatismo en Milpa Alta...

Quinto. La superficie de los lotes o parcelas será tal, que satis-


faga ampliamente las necesidades de una familia.
Sexto. La adjudicación en propiedad de los lotes o parcela de
tierras de hará gratuita a los que tomen las armas para defender
este plan y a las viudas o huérfanos de aquellos que han sucum-
bido en la lucha defendiendo el reparto de tierras y se venderán
los lotes a pagar en treinta años, en forma de contribuciones o
de amortizaciones anuales, a la personas que no queden com-
prendidas en la lucha armada.
Séptimo. Los lotes o parcelas de tierras que se cultiven de-
vengarán al Fisco el tanto al millar al año de contribución pre-
dial que señala el gobierno, y causará un recargo de setenta y
cinco al millar las parcelas que dejen de cultivarse
Octavo. Los lotes o parcelas de tierras que el Gobierno ad-
judique no podrán arrendarse, gravarse o venderse antes de cin-
cuenta años de la fecha de la adjudicación.
Noveno. La colonización extranjera se hará de preferencia
y a base de establecer una colonia, pero formada por colonos de
la raza más adelantada en la agricultura, por cada diez pue-
blos de indígenas, y que la colonia aludida quede comprendida
dentro de la comarca abarcada por los pueblos mencionados, a
efecto de que los labradores indígenas mejoren por este medio el
sistema de cultivo de sus tierras.
Décimo. Se declaran aprovechables aguas utilizadas y utiliza-
bles para la irrigación de las tierras de la República, mediante la
indemnización respectiva por las aguas de propiedad particular.
Decimoprimero. A los lotes o parcelas de propiedad d los
que tomen las armas en defensa del presente Plan, o de las viu-
das o huérfanos de aquellos que han sucumbido en la lucha por
el reparto de tierras, se les dotará de aguas gratuitamente, pero
a las personas que no queden comprendidas en la lucha armada
se les venderá la dotación de aguas para sus lotes de tierra de
manera que paguen en firma de contribuciones, o en amortiza-
ciones anuales en un período de 25, 30 0 40 años, el importe de
las obas de irrigación que lleve a cabo el Gobierno.
Decimosegundo. Que el Gobierno que emane de la Revolución,
por los medios que juzgue más ventajosos para el país, establezca
un Banco Agrícola Nacional para que se ocupe única y exclusiva-

110
Armando Ruiz y Edgar Zapata

mente del crédito a los pequeños propietarios agricultores.


Decimotercero. Que se busque y se lleve a la práctica de una
manera efectiva el mejoramiento del obrero, para lo cual se esta-
blecerán leyes que garanticen al obrero y al patrón y que dichas
leyes resulten equitativas para los dos.
Decimocuarta. Que al triunfo de la Revolución, se reunirán
los principales jefes revolucionarios de la República, para desig-
nar al Presidente Provisional de la Nación y a los Magistrados
Provisionales de la Suprema Corte de Justicia del país.
Decimoquinto. Los Gobernadores de los Estados serán de-
signados por el Presidente Provisional de la República.
Decimosexto. El Presidente Provisional de la República los
Gobernadores Provisionales de los Estados convocarán, dentro
de los tres primeros meses de si gobierno a elecciones a Diputa-
dos y Senadores al Congreso de la Unión y Congresos Locales de
los Estados, respectivamente
Decimoséptimo. Dentro de los tres primeros meses de estar
en ejercicio el Congreso de la Unión, y a iniciativa del C. Pre-
sidente Provisional de la República, aquél hará las reformas a
la Constitución de 1857, para dar cabida en ella a los principios
que reclama la Revolución.
Decimoctavo. A los seis meses de estar en funciones el Presi-
dente Provisional de la República y los Gobernadores Provisio-
nales de los Estados, éstos convocarán inmediatamente a elec-
ciones dentro de los improrrogables cuatro meses de la fecha de
la convocatoria para Presidente Constitucional de la República
y Gobernadores Constitucionales en los Estados
Decimonoveno. Los que suscribimos el presente Plan nos
comprometemos bajo juramento a luchar hasta vencer o morir
por lo ideales del Plan aludido.
Las armas mexicanos, aprestaros para defender el reparto
de tierra que dará “Patria” a cada ciudadano.
Reparto Efectivo de Tierras o Muerte
Milpa Alta. D. F; a 6 de agosto de 1919

El General de División Everardo González, los generales de


Brigada Manuel Palafox, Antonio Beltrán, Tomás García,
Octaviano Muñoz, Guillermo Rodríguez. Rúbricas

111
El Zapatismo en Milpa Alta...

112
Armando Ruiz y Edgar Zapata

DOCUMENTO DIECISIETE

Asunto: Himno Nacional Magonista

Tierra y libertad
Proletarios: al grito de guerra
por ideales luchad con valor,
y expropiad, atrevidos, la tierra
que detenta vuestro explotador.

Proletarios: precisa que unidos


derrumbemos la vil construcción
del sistema burgués que oprimidos
nos sujeta con la explotación.
Que ya es tiempo que libres seamos
y dejemos también de sufrir,
siendo todos iguales y hermanos
con el mismo derecho a vivir.

Proletarios: al grito...

Demostremos que somos conscientes,


y que amamos la idea de verdad,
combatiendo tenaces de frente
al rico, al fraile y a la autoridad.
Pues si libres queremos, hermanos,
encontrarnos algún bello día,
es preciso apretar nuestras manos
en los cuellos de tal trilogía.

Proletarios: al grito...

Al que sufra en los duros presidios


por la causa de la humanidad
demos pruebas de ser sus amigos
y luchemos por su libertad.
Que es deber arrancar de las garras
de los buitres del dios Capital,

113
El Zapatismo en Milpa Alta...

a los buenos que, tras de las barras,


amenaza una pena mortal.

Proletarios: al grito...

Si en la lucha emprendida queremos


conquistar nuestra emancipación,
ningún jefe imponerse dejemos
e impidamos así una traición.
Pues los hombres que adquieren un puesto,
en el cual ejercen un poder,
se transforman en tiranos bien presto
porque el medio los echa a perder

Proletarios...

Proletarios: alzad vuestras frentes,


las cadenas de esclavos romped,
despejaos de prejuicios las mentes
y las nuevas ideas aprended.
Y al llamar del clarín a la guerra,
con arrojo al combate marchad,
¡a tomar para siempre la tierra
y también a ganar libertad!

En 1854 se interpretó oficialmente el Himno Nacional Mexicano en


el Teatro Nacional de la Ciudad de México, y tanto la letra (original
de Francisco González Bocanegra) como la música (compuesta por
Jaime Nunó) se eligieron por concurso. Posteriormente, con la lle-
gada a tierras mexicanas de las ideas emancipadoras del anarquis-
mo, Enrique Flores Magón compuso la versión presentada.

114
Armando Ruiz y Edgar Zapata

V. Bibliografía

Fuentes documentales consultadas

Archivos

1.- Archivo General de la Nación


SERIES:
A) Alfredo Robles Domínguez;
B) Emiliano Zapata;
C) Genovevo de la O;
D) Gobernación. Sin Sección (s/s);
E) Serie: Gobernación. Cárceles y Penitenciarias; y
F) Madero.

2.- Archivo Histórico del Instituto Pro-Veteranos de la Revolu-


ción del Sur. José Mauricio Conde Barragán. Ex coronel del Ejér-
cito Libertador del Sur Expediente. Número 117

3.- Archivo del Poder Judicial en el Estado de Morelos.


Archivo Histórico de la Casa de la Cultura Judicial “Cuernavaca”
(Suprema Corte de Justicias de la Nación). Juzgado del Distrito
Morelos, Juicio de Amparo 1910, exp 2. Juicio de amparo que an-
tepone Jesús Zapata a favor de su hermano Emiliano Zapata pre-
so por el presunto delito de embriaguez escandalosa, fojas 4 a 8.

Fuentes secundarias
Hemerografía

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Periódico El Imparcial. Primera Plana, 17 de agosto de 1913, México, D. F.
Periódico El Imparcial. Primera Plana, 11 de diciembre de 1913, México, D. F.
Periódico El Imparcial Primera Plana, 16 de diciembre de 1913, México, D. F.
Periódico El Imparcial. Primera Plana, 19 de diciembre de 1913, México, D. F.
Diario Oficial de la Federación. Declaratoria de zona de monumen-
tos históricos de Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta. 4 de diciem-
bre de 1986. Decretada por el Presidente de los Estados Unidos
Mexicanos, Miguel de la Madrid Hurtado.
115
El Zapatismo en Milpa Alta...

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208, noviembre 2005, en:
http://www.nodo50.org/tierraylibertad/208.html#articulo5

Cronología Básica de la Revolución Mexicana, en:


http://www.bicentenario.gob.mx/index.php?option=com_conten
t&view=article&id=468&Itemid=83

Edgar Castro Zapata


Historiador egresado de la carrera de Historia de la Escuela Na-
cional de Antropología e Historia, Presidente de la Fundación
“Zapata y los Herederos de la Revolución A. C.” Director del Ar-
chivo de los Veteranos Revolucionarios Zapatistas A.C.

Armando Ruiz Aguilar


Archivista, documentalista, gestor del patrimonio cultural, cro-
nista y expositor de visitas guiadas de turismo cultural.

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Armando Ruiz y Edgar Zapata

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El Zapatismo en Milpa Alta...

Este libro se terminó de imprimir en


un equipo Digital Xerox 4110,
en el marco de la Novena Feria del
Libro en el Zócalo,
en el mes de octubre de 2009. El tiraje
consta de 50 ejemplares.
En su composición se utilizó el
tipo Minion 12/14; se imprimió en
papel bond de 75 gr. para interiores
y cartulina couché de 250 gr para
cubierta. El diseño editorial es de
Alejandro Gaspar y Elvira Wen
Estrada Lemus; el cuidado de la
edición corrió a cargo
de Gustavo Martínez y Laura
Castañeda.

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