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Seminario Mayor de Hermosillo

“Juan Navarrete y Guerrero”

Trabajo de valoración sobre la:


“Justificación del discernimiento personal y comunitario en
nuestros días”

Asignatura:
Dirección Espiritual
Profesor:
Pbro. Lic. Adalberto Moreno Haros
Alumno:
Ricardo Noriega Valenzuela

Hermosillo, Sonora. Primavera del 2021


Discernimiento Personal
El Papa Francisco en el 2019, publicó una exhortación apostólica postsinodal llamada
“Christus Vivit”. En el noveno capítulo de ella, reflexiona sobre el discernimiento.

Comenta que hay que discernir si es el vino nuevo que viene de Dios o es una novedad
engañosa del espíritu del mundo o del espíritu del diablo.1

En el discernimiento está en juego la vida misma ya que se toman decisiones que marcan
un rumbo particular de nuestra existencia. Aquí tiene mucho que ver la formación de la
conciencia.

En nuestros días, hay algunos ejemplos de discernimiento personal: la vocación y la vida


laboral.

La vocación: es una tarea que requiere espacios de soledad y silencio, porque se trata de
una decisión muy personal que otros no pueden tomar por uno. Dios nos habla a través de
muchas maneras: por medio de nuestro trabajo, a través de los demás y a través del silencio
de la oración.

El discernimiento en la oración requiere de mucha disposición para poder escuchar ya sea


al Señor, a los demás y a la realidad misma.

El Santo Padre dice que cuando se trata de discernir la propia vocación, es necesario
hacerse varias preguntas: ¿Me conozco a mí mismo, más allá de las apariencias o de mis
sensaciones? ¿Conozco lo que alegra o entristece mi corazón? ¿Cuáles son mis fortalezas y
mis debilidades? ¿Cómo puedo servir mejor y ser más útil al mundo y a la Iglesia? ¿Cuál es
mi lugar en esta tierra? ¿Qué podría ofrecer yo a la sociedad? ¿Tengo las capacidades
necesarias para prestar ese servicio? o ¿Podría adquirirlas y desarrollarlas?2

Es importante saber donde me sitúo mejor para ahí desgastar todas mis fuerzas. Es muy
importante para llevar a cabo un discernimiento personal, la oración y el silencio.

1
Cfr. Francisco, Christus Vivit 279
2
Ibid. 285

2
Discernimiento Comunitario
El mismo Papa Francisco en la exhortación apostólica Gaudete et Exultate, escribe unas
líneas sobre el discernimiento. Lo define como un instrumento de lucha para seguir mejor
al Señor. Al mismo tiempo, el discernimiento nos lleva a reconocer los medios concretos
que el Señor predispone en su misterioso plan de amor, para que no nos quedemos solo en
las buenas intenciones.3

Un ejemplo concreto del discernimiento comunitario pueden ser las elecciones. Ahí los
ciudadanos a través de un ejercicio democrático, buscamos el bien de una sociedad.

Es importante el sentido de pertenencia en un grupo social ya que nos vinculamos a un


orden del tejido social. Aquí debemos caminar mediante propuestas y líneas de acciones
que nos impulsen a dialogar juntos al bien común y de la dignidad de las personas.

Aquí cabe que nos preguntemos: ¿Qué nos duele como grupo social o eclesial? ¿Qué líneas
de acción podemos tomar para una transformación de la realidad?

El discernimiento social-comunitario se refiere a las situaciones sociales e históricas en las


que, como personas y como miembros de una comunidad eclesial o de un grupo cristiano,
estamos llamados a evangelizar. “Incumbe a las comunidades cristianas -nos decía Pablo
VI- analizar con objetividad la situación propia del país, esclarecerla mediante la luz de la
palabra del Evangelio” (OA 4). En el discernimiento comunitario se construye la
comunidad, se fortalecen los lazos en torno a aquel que la envía y que es fuente de las
opciones fundamentales de todo creyente: Jesús. Para ser comunidad de discernimiento
evangélico es indispensable la oración. Ella ayuda a asumir los desafíos sociales y
cumplirlos a la luz de la Palabra de Dios. la oración en medio de la acción explicita la fe,
despierta la esperanza y purifica la caridad.4

También es de mucha relevancia que se busquen herramientas para la construcción de la


paz ya sea en nuestro mundo, en el país, en nuestra ciudad, en las familias y en nuestros
propios corazones. Es, por eso, que ocupamos de un discernimiento comunitario.

3
Cfr Francisco, Gaudete et Exultate 169
4
Cfr. Umberto Mauro Marsich MX, Discernimiento evangélico, IMDOSOC, México, 2015 23

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