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Asignatura:
Dirección Espiritual
Profesor:
Pbro. Lic. Adalberto Moreno Haros
Alumno:
Ricardo Noriega Valenzuela
Comenta que hay que discernir si es el vino nuevo que viene de Dios o es una novedad
engañosa del espíritu del mundo o del espíritu del diablo.1
En el discernimiento está en juego la vida misma ya que se toman decisiones que marcan
un rumbo particular de nuestra existencia. Aquí tiene mucho que ver la formación de la
conciencia.
La vocación: es una tarea que requiere espacios de soledad y silencio, porque se trata de
una decisión muy personal que otros no pueden tomar por uno. Dios nos habla a través de
muchas maneras: por medio de nuestro trabajo, a través de los demás y a través del silencio
de la oración.
El Santo Padre dice que cuando se trata de discernir la propia vocación, es necesario
hacerse varias preguntas: ¿Me conozco a mí mismo, más allá de las apariencias o de mis
sensaciones? ¿Conozco lo que alegra o entristece mi corazón? ¿Cuáles son mis fortalezas y
mis debilidades? ¿Cómo puedo servir mejor y ser más útil al mundo y a la Iglesia? ¿Cuál es
mi lugar en esta tierra? ¿Qué podría ofrecer yo a la sociedad? ¿Tengo las capacidades
necesarias para prestar ese servicio? o ¿Podría adquirirlas y desarrollarlas?2
Es importante saber donde me sitúo mejor para ahí desgastar todas mis fuerzas. Es muy
importante para llevar a cabo un discernimiento personal, la oración y el silencio.
1
Cfr. Francisco, Christus Vivit 279
2
Ibid. 285
2
Discernimiento Comunitario
El mismo Papa Francisco en la exhortación apostólica Gaudete et Exultate, escribe unas
líneas sobre el discernimiento. Lo define como un instrumento de lucha para seguir mejor
al Señor. Al mismo tiempo, el discernimiento nos lleva a reconocer los medios concretos
que el Señor predispone en su misterioso plan de amor, para que no nos quedemos solo en
las buenas intenciones.3
Un ejemplo concreto del discernimiento comunitario pueden ser las elecciones. Ahí los
ciudadanos a través de un ejercicio democrático, buscamos el bien de una sociedad.
Aquí cabe que nos preguntemos: ¿Qué nos duele como grupo social o eclesial? ¿Qué líneas
de acción podemos tomar para una transformación de la realidad?
3
Cfr Francisco, Gaudete et Exultate 169
4
Cfr. Umberto Mauro Marsich MX, Discernimiento evangélico, IMDOSOC, México, 2015 23