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Cuestionario:
a) ¿Cuál es la importancia de saber y afirmar nuestra propia identidad?
b) ¿Cómo responderías a la pregunta “Quién soy”? Hazlo en no menos de 5 líneas.
c) ¿Cómo se relaciona nuestra identidad personal con nuestras metas o fines vitales?
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Filosofía y Psicología.
Formación General. IVº Medio
Profesor Sergio Jerez Ortega.
ACTIVIDAD Nº 2 (20 minutos).
El Siguiente texto está escrito sólo a base de preguntas. Leelo atentamente. Luego, escoge
contesta cinco de aquellas preguntas que más te han hecho pensar o te han llamado la atención,
subráyalas y pon las respuestas en tu cuaderno.
Texto Nº 2:
PREGUNTAS SOBRE EL SENTIDO DE LA VIDA
“¿Para qué vivo, para dónde voy, cuál es mi destino, para qué fui creado, para qué vine a este
mundo, qué quiere decir todo esto? ¿Se vive para algo, por algo, o simplemente se vive? ¿Es
simple vivir? ¿Es complejo vivir, por qué? ¿Complejo quiere decir difícil, extraño,
incomprensible? ¿Complejo quiere decir lleno de cosas, partes, tensiones, momentos, difíciles de
reunir en una comprensión sencilla? ¿Puede entenderse la vida? ¿Debe entenderse? ¿Tiene
razón el poeta alemán Rilke cuando nos dice: “no trates de entender la vida/ entonces ella será
como una fiesta”? ¿Acaso entender no puede ser parte de la fiesta, no es lindo entender, no
ayuda a vivir, no puede ser la comprensión parte de la realización del sentido de la vida? ¿No se
equivoca Rilke al pretender que la comprensión limita la intensidad de los momentos?
¿Tiene sentido la vida, ella, en sí misma, o hay que dárselo? ¿Tiene sentido la vida en general, la
vida de la naturaleza, existe por y/o para algo, o existe simplemente por existir, como un azar del
universo, y es –como dice el pensador francés Georges Bataille- “una aventura ininteligible”?
¿Va para algún lado la vida del universo o lo suyo no es ir sino estar, no ir sino ser, simple y
complejamente ser lo que es, un fenómeno valioso –para los vivos- pero indiferente para ese
gigantesco e inabordable universo del que somos parte?
¿Tiene sentido mi vida, tengo que buscar captar y comprender ese sentido, está ya dado en mi,
aunque no me de cuenta, o se trata de algo que tengo que construir? ¿Por qué a veces siento que
mi vida tiene sentido, que voy para algún lado aunque no sepa para donde, y otras veces en
cambio me siento vacío, perdido, sin sentido, sin dirección, sin nada en lo que apoyarme? ¿Tiene
algo que ver lo que siento, en el problema del sentido, o se trata de algo objetivo, que está más
allá de lo que cada uno de nosotros pueda llegar a sentir y pensar? ¿Se construye, el sentido de
la vida, o viene ya construido? ¿Se trae al nacer o se consigue con el paso del tiempo? ¿Se llega
a tener la respuesta a cierta edad, o no depende tanto de la edad sino de cada uno, de cómo
resuelva las cuestiones que se plantean alrededor de esta pregunta?
¿Qué quiere decir la palabra sentido? ¿Dirección, sentimiento pasado, orden cósmico, forma de
vida que debo seguir para sentirme bien, para cumplir con un plan que me excede? ¿Es el
sentido de la vida el mismo para todos? ¿Es el sentido de la vida de cada uno una forma del
destino individual, un camino propio que uno debe descubrir? ¿Quién puede ayudarme a
descubrir el sentido de la vida, alguien? ¿Un cura, un profesor, un amigo, un amor, mi profesor o
profesora de filosofía, un psicólogo? ¿Es una tarea más bien propia, individual, personalísima,
algo que cada uno tiene que llegar a conocer de manera directa, sin intervención de los demás, o
con una cierta intervención que sin embargo es sólo una ayuda, un estímulo, pero nunca una
verdad que alguien pueda darme desde afuera de mí, sin conocer los detalles concretos y
sensibles de mi forma de ser? ¿Hay sentido en una vida cuando hay acción, cuando uno se pone
las pilas y asume su existencia, cuando se decide a dar las batallas que tenga que dar?
¿Se trata, por ejemplo, de querer; es esa la respuesta, el sentido es lo que uno quiere, la
dirección por la que desea avanzar, aunque no sepa muy bien como ni por qué, pero sintiendo de
todas formas que algo quiere, que algo es importante, porque esa certeza no necesita explicarse
plenamente para ser de todas formas certeza? ¿Se puede llegar a responder la pregunta por el
sentido de la vida? ¿Puedo acaso llegar a decir: “el sentido de mi vida es tal”, esa claridad es
necesaria, dura para siempre, o lo importante es vivir sintiéndose vivo, plenamente real, porque
los problemas que atravieso son mis problemas y tienen sentido para mí, porque incluso los
dolores que siento –y por supuesto también los placeres- son partes de una vida que quiero
porque sé auténtica y necesaria?
Rozitchner, Alejandro. En:
http://portal.educ.ar/debates/eid/filosofia/guia-de-preguntas-sobre-el-sentido-de-la-vida.php
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Texto Nº 3:
“Sentido y sin sentido” (2001)
“Entre las varias acepciones de “sentido” hay una que claramente se aparta de las demás;
según la el sentido es la dirección de algo, su orientación hacia [...] “El camino tiene un sentido
norte-sur”. “El tráfico de la avenida discurre en dos sentidos“. “Caerse de un balcón es
moverse en sentido vertical”.
Esa aplicación de “sentido” como “hacia donde”, no tiene un “sentido” como su contrario. Lo
que se opone a este uso es, más bien, lo que carece de dirección o de orientación; a veces, es lo
inmóvil literal o metafóricamente. Aunque este significado del término es antiguo y muy
interesante, no lo consideramos aquí, para volver a ocuparnos del par “sentido-sinsentido”.
Las varias acepciones de estos contrarios en el lenguaje ordinario tienen en común que se
mueven en las proximidades de los términos “valor” y “desvalor”, “importante” y “carente de
importancia”.
A menudo se los puede reemplazar por estos últimos términos. Afirmar de una acción que no
tiene sentido muchas veces quiere decir que da lo mismo llevarla a cabo o no, que no cuenta
para [...], o es indiferente. Este uso se conecta con el mencionado antes: “sentido” como
dirección, propósito o meta. Lo que posee una dirección hacia un fin posee el carácter de un
movimiento dirigido hacia un logro o resultado. El valor de la actividad o del proceso depende
de que se cumpla su para qué, de que alcance el propósito que los animaba. Lo que carece de
para qué, en cambio, es pobre no sólo en resultados finales, sino que carece también de
importancia porque no conduce a nada. Es obvio que entre estos varios usos de “sentido” y
“sinsentido” en el lenguaje de todos los días hay varios desplazamientos semánticos y
contaminaciones de unos significados con otros. Observar sus relaciones internas no autoriza a
sostener que en sus acepciones ordinarias “sentido” significa siempre una y la misma cosa”.
(Carla Cordua. “Sentido y sin sentido”. En su Impresiones y Ocurrencias. Ril, Santiago de
Chile, 2001).
Texto Nº 4:
EL SIGNIFICADO DE LA VIDA.
El hombre no solo vive como ser biológico sino que es también un animal simbólico con la
necesidad de trascender su materialidad y darle un sentido a su existencia más allá de los límites
de lo físico.
El hombre crea cultura y significados y así como crece su cuerpo, evoluciona su mente creando
distintos mundos que tratan de diferentes maneras de darle sentido a sus existencias.
Victor Frank, (1905-1997), neurólogo y psiquiatra austriaco sobrevivió como prisionero en un
campo de concentración nazi desde 1942 a 1945.
Esta experiencia de extrema deshumanización y sufrimiento le permitió elaborar una teoría, la
“Logoterapia”, y escribir el libro “El hombre en busca del sentido”.
Luego de haber pasado por situaciones límites pudo comprobar que todo ser humano puede
encontrar una razón para vivir, incluso en condiciones de mucho sufrimiento.
Frankl, fue sometido en el campo de concentración a continuos tormentos y humillaciones y tuvo
que luchar por su existencia también con los prisioneros, por la comida, por la supervivencia y
por las injusticias.
El exterminio nazi comenzaba por los más débiles y enfermos. Las personas eran reducidas a
números sin identidad propia y la mayoría de los sobrevivientes eran los que habían perdido sus
escrúpulos en la lucha por la supervivencia.
Frankl se dio cuenta que frente a una situación desesperada el hombre se aferra a un hilo de
ilusión aunque no exista y a la curiosidad que siente por cual será el desenlace.
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El cuerpo responde de una manera inusitada, se adapta a las carencias, a la falta de sueño, a la
incomodidad, al hacinamiento, a la falta de higiene y se defiende de las infecciones pese a la
suciedad; y en esas circunstancias críticas, se pierde el miedo a la muerte que se vislumbra como
una liberación.
La necesidad de comida no deja pensar en otra cosa, el deseo sexual desaparece y se pierde todo
interés con excepción de la política y la religión.
En su caso particular, fue desprovisto de un manuscrito en el que registraba sus experiencias en el
campo y frente a esta tragedia se dedicó a
memorizar lo que recordaba.
Pudo observar, que las personas que
podían desarrollar una profunda vida
espiritual eran capaces de aislarse
interiormente y lograr la libertad interior,
lo cual parecía fortalecerlos.
Que el amor, que es una fuerza salvadora,
trasciende a la persona física y encuentra
un significado espiritual más profundo;
que el hombre puede sentirse feliz con
sólo imaginar la contemplación del ser
querido; y que hasta la belleza de la
puesta de sol puede adquirir una
El Significado de la vida es dimensión espiritual y provocar un goce
interior.
diferente según la cosmovisión El humor también puede ayudar a tomar
de la gente. distancia de lo que está pasando, porque
el sufrimiento es relativo y frente a una
situación extrema un mínimo goce puede proporcionar gran felicidad y alegría.
La experiencia en el campo demuestra que el hombre siempre puede elegir conservar su libertad
espiritual y su independencia mental.
El tipo de persona en que se convierte un prisionero es el resultado de su elección y no solamente
sufre la influencia del entorno, porque aún en un campo de concentración un hombre puede
conservar su dignidad humana.
Es precisamente esta libertad espiritual que nadie nos puede quitar, lo que hace que la vida tenga
sentido y propósito.
Si el sufrimiento no tuviera sentido y dependiera de la casualidad, la vida no mercería la pena de
ser vivida porque es el sentido del sufrimiento lo que nos mantiene vivos.
En el campo de concentración era sobrevivir y sobrellevar una enfermedad también lo es.
El hombre que acepta su destino permite que su vida adquiera un sentido más profundo, puede
decidir conservar su valor, su dignidad, su generosidad, su compasión o puede elegir comportarse
como un animal.
Muchas veces la actitud que se adopta frente a una situación difícil es lo único que nos permite
crecer espiritualmente más allá de nosotros mismos.
Toda persona es irremplazable, por lo tanto tiene que asumir la responsabilidad de su existencia y
la esperanza es la que nos mantiene, porque nadie sabe lo que el futuro nos puede deparar.
Publicado por Malena el 21 de Julio de 2008
http://filosofia.laguia2000.com/filosofia-contemporanea/el-significado-de-la-vida
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Formación General. IVº Medio
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Texto Nº 5:
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Logoterapia, forma de terapia influida por el existencialismo que, al contrario del psicoanálisis, se centra en ayudar al paciente
a través del análisis existencial. Desarrollada por Victor Emil Frankl, quien valoró su importancia espiritual La conversación
terapéutica debe incitar al paciente a cuestionar el significado existencial de su vida, basado en la premisa de que cada persona
adapta su forma de hacer y de pensar a sus creencias individuales. Las respuestas deben propiciar un nuevo planteamiento del
sentido de la vida y permitir una nueva valoración de las experiencias dolorosas vividas, sin por ello eliminar el dolor ni su causa.
Entre los objetivos de la logoterapia se encuentran el reforzar en el paciente ‘el valor para hacer frente al dolor’ y el aceptar su
existencia como una tarea personal. La logoterapia ha dado buenos resultados especialmente en el tratamiento de las neurosis del
miedo y de las depresiones neuróticas. Biblioteca de Consulta Microsoft Encarta 2005.
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aunque sea en un grado mínimo." Consideremos a continuación lo que podemos hacer cuando el
paciente pregunta cuál es el sentido de su vida.
El sentido de la vida
Dudo que haya ningún médico que pueda contestar a esta pregunta en términos generales, ya que
el sentido de la vida difiere de un hombre a otro, de un día para otro, de una hora a otra hora. Así
pues, lo que importa no es el sentido de la vida en términos generales, sino el significado
concreto de la vida de cada individuo en un momento dado. Plantear la cuestión en términos
generales puede equipararse a la pregunta que se le hizo a un campeón de ajedrez: "Dígame,
maestro, ¿cuál es la mejor jugada que puede hacerse?" Lo que ocurre es, sencillamente, que no
hay nada que sea la mejor jugada, o una buena jugada, si se la considera fuera de la situación
especial del juego y de la peculiar personalidad del oponente. No deberíamos buscar un sentido
abstracto a la vida, pues cada uno tiene en ella su propia misión que cumplir; cada uno debe
llevar a cabo un cometido concreto.
Por tanto ni puede ser reemplazado en la función, ni su vida puede repetirse; su tarea es única
como única es su oportunidad para instrumentarla.
Como quiera que toda situación vital representa un reto para el hombre y le plantea un problema
que sólo él debe resolver, la cuestión del significado de la vida puede en realidad invertirse. En
última instancia, el hombre no debería inquirir cuál es el sentido de la vida, sino comprender que
es a él a quien se inquiere. En una palabra, a cada hombre se le pregunta por la vida y únicamente
puede responder a la vida respondiendo por su propia vida; sólo siendo responsable puede
contestar a la vida. De modo que la logoterapia considera que la esencia íntima de la existencia
humana está en su capacidad de ser responsable.
(Frankl, Victor. “El hombre en busca de sentido”. Edit. Herder, 12ª edición, Barcelona, 1941.
“¡Dios ha Muerto!
(F. Nietzsche, “Así Habló Zaratustra”).