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Narrador: Había una vez una hermosa niña que se llamada Caperucita roja.

Un día,
su madre le dijo

Madre: Caperucita, la abuela está enferma y débil. Sé una buena niña y llévale esta
canasta de comida, para que se recupere pronto
Caperucita: De acuerdo, mami.
Madre: Aquí tienes un pastel, algo de pan y miel
Narrador: Como su abuela vivía al otro lado del bosque, Su madre le recomendó
Madre: por favor ve directo a casa de la Abuela con cuidado, no te apartes de la ruta
y ¡no hables con ningún extraño!, cuando entres a su cuarto no olvides decirle,
“Buenos días”, ve rápido antes de que anochezca
Caperucita: si mami no te preocupes haré bien todo

Narrador: Para ir a casa de su abuela tenía que atravesar el bosque, pero no le


daba miedo porque siempre encontraba amigos, Caperucita se desvía un poco del
camino recogiendo flores para su Abuelita y después se encuentro con un Lobo.

Caperucita: Que lindas flores se ven por el camino del bosque, seguro mi madre, no
se enterara, de que las recolecte y adornaran la casa de mi abuela.
Lobo: Hola ¿Hacia dónde vas, pequeña? no deberías de andar sola por el bosque.

Caperucita: A visitar a mi Abuelita que está enferma y le llevo esta canasta de


comida
Lobo: Deja que te acompañe. Este bosque es muy peligroso

Caperucita: ¡Gracias! Es usted muy amable, Sr. Lobo, pero mi madre me ha dicho
que no hable con extraños. pero ¿usted no es malo, verdad?
Lobo: No claro que no, soy una persona muy buena
Caperucita: Claro, se nota que usted es una linda persona

Lobo: Me adelantare, para ver si no existe peligro, tu sigue por el camino que lleva
a la cabaña de tu abuela y mas tarde te encontrare.
Caperucita: Si, esta bien, nos vemos después
Lobo: Esta bien dulce niña, pero ten cuidado en tu camino.

Narrador: El lobo se aleja entre los árboles y Caperucita continúa recogiendo flores.
para formar un hermoso ramo, el hábil Lobo corrió a la casa de la abuela y golpeó
a su puerta
Abuelita: ¿Quién es?
Lobo: Soy Caperucita, te he traído comida
Abuelita: entra, querida. Estoy acostada
Lobo: Hola Abuelita. ¡Sorpresa!
Abuelita: ¡¡¡¡Socorro!!!! ¡¡¡¡Socorro!

Narrador: Pero el Lobo se devoró a la Abuelita en un instante, se vistió con su ropa


y se metió en la cama. Caperucita Roja golpeó a la puerta…
Lobo: ¿Quién es?
Caperucita: Soy yo, tu nietecita.
Lobo: Entra, querida
Caperucita: abuelita ¡que ojos más grandes tienes!
Lobo: son para verte mejor.
Caperucita: abuelita ¡que orejas más grandes tienes!
Lobo: son para oírte mejor.
Caperucita: abuelita, abuelita ¡que dientes más grandes tienes!
Lobo: son para… ¡comerte mejooooor!

Narrador: Y el Lobo se devoró a Caperucita Roja en un parpadeo. se quedó dormido


y empezó a roncar ruidosamente. Esos sonidos llamaron la atención de un Leñador
que pasaba así que entro a la casa de la abuela y al ver al lobo con la panza
hinchada y dormido sobre la cama de la abuela vistiendo su ropa, le abrió la barriga
con un cuchillo y saco a la abuela y a Caperucita.

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