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La inclusión, la equidad y el respeto de los grupos indígenas en la Ciudad de

México: Una deuda pendiente

Introducción

A través de la historia la Ciudad de México se ha caracterizado no sólo por ser el


centro político de nuestro país, sino también por ser un espacio dinámico, amplio,
plural y, sobre todo, uno de los destinos que mayor flujo migratorio reporta a nivel
nacional. Sin embargo, la pluralidad que le caracteriza no necesariamente se ha
reflejado en equidad e igualdad, los diversos sectores que la habitan han tenido que
bregar por décadas para lograr ser reconocidos y respetados. Este es el caso de
los migrantes indígenas, los cuales, de acuerdo al Instituto de Estadística y
Geografía (INEGI, 2010), ascienden a 728 mil, es decir, representan el 8.8% de la
población de la Ciudad de México.

Desafortunadamente, pese a que la población indígena en la ciudad es significativa,


aún se encuentra marginada y es considerado un sector vulnerable, discriminado y
con serias carencias. Sin embargo, abordar el tema no es nada fácil, resulta
complejo ya que es un fenómeno multidimensional, relacionado con las condiciones
históricas que han vivido, con la cultura, la globalización, los prejuicios e incluso el
desplazamiento forzado que experimentan.

Es por ello, y con la finalidad de delimitar el tema, que este primer apartado servirá
para conocer a la población, sus principales características, así como algunas de
las carencias más sentidas que experimentan, estos antecedentes son muy
importantes, ya que sin ellos sería imposible comprender la magnitud del problema
y la forma en la que se abordará.

Además, los antecedentes permitirán tener una noción de las investigaciones que
se han hecho al respecto, la forma en la que el problema se ha abordado, las
incógnitas que los estudiosos del tema se han planteado y los métodos que han
utilizado para ello. Dicho de otra manera, estos antecedentes serán el punto de
partida de esta reflexión y desempeñarán el papel de estado de la cuestión.
Antecedentes

La Ciudad de México es una de las ciudades más pobladas del mundo, de hecho,
de acuerdo a la Organización de la Naciones Unidas (Conacyt, 2015) está en el 4to
lugar, después de Tokio, Nueva Delhi y Shangái, y la población que no sólo se ha
incrementado por la reproducción de sus habitantes, sino que responde, en gran
medida, al flujo migratorio.

De acuerdo a Oehmichen (2001) estas migraciones son el resultado del crecimiento


industrial de la ciudad, las recurrentes crisis agrícolas, la centralización de
actividades, la falta de inversión al campo, lo cual sin duda afecto directamente a
las comunidades indígenas.

De acuerdo a los datos proporcionados por el INEGI (2010) los migrantes indígenas
provienen de todo el país, pero no todos son permanentes, hay algunos que se
desplazan solo por temporadas, con la finalidad de laborar. Dado que provienen de
diversas regiones, que hablan diferentes lenguas y que poseen múltiples formas de
organización y expresión cultural, no se les puede pensar como un grupo
homogéneo, incluso la manera en la que se han incorporado a la vida en la ciudad
ha sido polifacética. De hecho, muchos continúan aportando a las comunidades a
las que pertenecen y siguen manteniendo lazos familiares, emocionales, políticos y
religiosos,

Respecto a lo laboral, aunque se han diversificado y poco a poco se han insertado


en más áreas, por lo general tienen trabajos inestables, de ingresos escasos, sin
prestaciones y poco reconocidos. Su situación respecto a la vivienda tampoco
cambia mucho, aunque la población indígena en la ciudad ha sido una constante a
lo largo de la historia, se les ha segregado, y por lo general habitan en zonas de
bajos ingresos, hacinados, sin servicios y en zonas irregulares. Vargas y Flores
(2002) lo expresan así:

Los grupos de población indígena que habitan en las ciudades del país se
encuentran en condiciones que implican la exclusión de los beneficios del
desarrollo y la desigualdad respecto a otros grupos sociales. Ello se
manifiesta en rubros como la educación, el trabajo y los salarios, la vivienda
y la salud. Así, mientras que la escolaridad en los indígenas de 15 años y
más que habitan en zonas urbanas muestran que 18.3 por ciento nunca fue
a la escuela, 22.3 por ciento no terminó la primaria y sólo 18.9 por ciento la
terminó; según el XII Censo General de Población y Vivienda sólo 8.7 por
ciento de los mexicanos se encuentra sin instrucción, 18.3 por ciento tiene
primaria incompleta y 18.8 por ciento terminó la primaria completa

A todas estas condiciones hay que sumar otras, como son el maltrato recibido
cotidianamente, el desprecio, la humillación, las negativas, la reproducción del
estereotipo y los prejuicios, así como la indefensión, ya que está ampliamente
documentadas las faltas que se cometen en su contra.

Marco teórico

A los indígenas se les conoce de muchas formas: indios, indígenas, étnicos,


originarios, etno-lisgüistas, etc. De acuerdo a Guillermo Bonfil, desde una posición que
podríamos llamar indianista, escribió: "La categoría de indio, en efecto, es una categoría supraétnica
que no denota ningún contenido específico de los grupos que abarca, sino una particular relación
entre ellos y otros sectores del sistema social global del que los indios forman parte. La categoría de
indio denota la condición de colonizado y hace referencia necesaria a la relación colonial."48

Lamentablemente, pese a ser una parte importante de México, los indígenas han
sido constantemente explotados y discriminados. Aunado a ello está el olvido en el
que se les ha sumado

http://www.conacytprensa.mx/index.php/diez-mas/1606-ciudades-mas-pobladas-
del-mundo

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