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EL MOVIMIENTO EMERGENTE (Parte II)

LA IGLESIA EMERGENTE

Emerging Emergent Missional Post-Evangelical

Church Conversation Chaos

Índice del estudio

Un poco de historia

1. Clasificando lo Emergente

La diferencia entre “emergent” y “emerging”

2. Filosofía emergente

La “des-construcción” Emergente

En busca del misticismo perdido

3. Su tremenda insatisfacción hacia lo tradicional

El yoga, ¿no es malo?

De la queja a la caja…de Pandora

“Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de
ver, ni el oído de oír. 9 ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo
mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol. 10 ¿Hay algo de que se puede decir: He aquí
esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido.11 No hay memoria de lo que precedió,
ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después” (Eclesiastés 1: 8-11)

EL MOVIMIENTO EMERGENTE (Parte II)

Dentro de ese maremagnum espiritual emergente, podemos encontrar en gran medida lo


relacionado con el llamado Movimiento de la Iglesia Emergente.

Escribe el Ps. Steven W. Cornell en su artículo: “The Emergent Church- A new wave of evangelical
identity"
Una posibilidad más preocupante es que los líderes emergentes no estén realmente interesados en
la crítica reflexiva bíblica de la postmodernidad. ¿Está la empresa emergente por la labor de buscar
una mejor comprensión de la transición a la postmodernidad preparándolo como un reto para la
comunicación del Evangelio? ¿O más bien, los líderes emergentes han abrazado los valores de la
postmodernidad, porque realmente los consideran superiores?

El valor más importante de la postmodernidad es la inadmisibilidad de todas las formas de


totalización de ver cualquier dimensión de la vida. La postmodernidad, como una teoría, se niega a
permitir la definición de una única fuente de la verdad y la realidad más allá del individuo. El
evangelio entra en clara contradicción con este valor.

Si el Evangelio es rehén de las restricciones de la posmodernidad, deja de ser una buena noticia.

Como decimos, de unos años a esta parte, de ese caldo de cultivo pluralista y postmodernista
surge el llamado Movimiento Emergente Eclesial, también conocido como Movimiento de la Iglesia
Emergente, o Iglesia Emergente a secas. Es un movimiento fragmentado, con mucha variedad por
lo cual encontrar el definirlo, no es fácil.

Brian McLaren, uno de sus líderes declaró a Christianity Today:

“Por el momento es una conversación, no un movimiento. Nosotros no tenemos un programa. No


tenemos un modelo. Pienso que debemos comenzar como una conversación, luego crecer como
una amistad, y ver si resulta en un movimiento.”

Pero a diferencia de lo que dice McLaren, no es una conversación en este momento, sino un
movimiento, debido a la gran cantidad de adherentes, sitios en Internet, iglesias, etc.

“El emergente (emergent), Brian McLaren”

“El emergente (emergent), Brian McLaren”


Un poco de historia

Este movimiento tuvo sus inicios a mediados de la década de los 90. Nombres como Mark Driscoll,
Doug Pagitt, Donald Miller, Karen Ward, Don Johnson, Brian McLaren, Tony Jones, suenan a la hora
de contemplar este movimiento.

Ya a finales de la década de los 90, Brian McLaren se unió al grupo y fue ahí cuando se inició un
cambio drástico, pues empezó a desarrollarse un profundo cambio en lo teológico en la dirección
contraria al sentido de las Escrituras.

En ese momento, Mark Driscoll se separa del movimiento pues según declara, la conversación pasó
de querer cambiar la forma de llevar el evangelio, a cambiar totalmente el evangelio para poder
contextualizarlo a la cultura.

Ese “acondicionar” el Evangelio a la gente impía, para así buscar el atraerles a (ese evangelio
adulterado), produjo sus consecuencias.

Driscoll aseguró que su decisión de salir del grupo se debió a que McLaren y Pagitt querían cambiar
la teología hasta puntos insostenibles. Driscoll dice acerca de este grupo,

“refiriéndose a Dios como mujer, cuestionando la soberanía de Dios, negando la doctrina de la


expiación de Cristo en la cruz, y negando el infierno” (http://sujetosalaroca.org/)

Por lo que podemos ver, este movimiento emergente no es monolítico, sino que tiende en
diferentes direcciones. En este estudio nos estaremos centrando en más en las ramas extremas y
alejadas de la ortodoxia cristiana.

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1. Clasificando lo Emergente
“…siempre están aprendiendo, y nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad” (2 Timoteo 3:
7)

No todo lo que se denomina “emergent” (o “emerging”, en este caso) es malo de por sí. Veremos
que hay posicionamientos que buscan una manera diferente de hacer las cosas, pero no
necesariamente buscando el deshacer (o deconstruir) lo esencial de lo evangélico. Siempre
deberemos discernir bien.

Darrin Patrick, es el pastor principal de la iglesia The Journey in Saint Louis, Missouri. El ha
realizado el intento de clasificar en tres ramas el movimiento emergente de la siguiente manera:

A. Emergente Conversacional: Su enfoque se concreta en la revisión teológica, basando su interés


en supuesta misiología. Su deseo es cambiar la teología evangélica y reconstruirla. Se encuentran
en la izquierda teológica. Ahí se encuentran hombres como Brian McLaren, Scott McKnight, Nancy
Murphy, Doug Pagitt, Tim Keel, Karen Ward, Rob Bell, etc. Muchos teólogos han dicho, leyendo el
libro de Brian McLaren “Everything Must Change”, que se ha salido de una vez por todas de lo
evangélico con su nueva y corrupta teología.

B. Emergente Atraccional: Son los defensores de la teología reformada. Podríamos decir que están
en la derecha teológica. Dentro de estos se encuentran hombres como Mark Driscoll, John Piper,
Tim Keller, Matt Chandler, Wayne Grudem, Daniel Montgomery, quienes siguen las ideas de
Calvino, Lutero, Zwingly, y el resto de los reformistas (Christianity Today. September 2006.)

C. Emergente Encarnacional: Se enfocan en cambiar la estructura de la iglesia, abogando por las


iglesias que se congregan en los hogares. No desean tener grandes iglesias, a diferencia de los
emergentes atraccionales. Teológicamente se encuentran en el centro. Se encuentran hombres
como Bob Hyatt y Jonathan S. Campbell.

Otra clasificación:

Quizás la siguiente clasificación es más clara. Es la que aporta Ed Stetzer, Director de Lifeway
Research y Lifeway's Missiologist in Residence.
Stetzer divide el movimiento en tres categorías: los relevantes; los reconstruccionistas; y los
revisionistas.

a) Relevantes:

Son los que toman el mismo evangelio en su forma histórica pero buscan hacerlo comprensible a la
cultura postmoderna. Utilizan diferentes métodos de alabanza, predicación, estructura, etc.

b) Reconstruccionistas:

Toman el mismo evangelio pero reconstruyen la forma de la iglesia. Un ejemplo son los que
promueven las ‘house churches’ (iglesias hogareñas).

c) Revisionistas:

Estos cuestionan y revisan no solo la iglesia, pero también lo que la mayoría de evangélicos
entienden del evangelio. Estos serían los “conversacionalistas” de Darrin Patrick, el extremo de lo
emergente.

La diferencia entre “emergent” y “emerging”

Mark Driscoll, divide al movimiento en dos: “Emerging” y “Emergent”. Con esto quiere distinguir a
aquellos que desean buscar diferentes formas de atraer a más personas a la iglesia sin cambiar la
teología (emerging) y aquellos que para atraer a más personas han iniciado a cambiar el evangelio
para satisfacer al resto de las culturas, adoptando creencias de estas otras religiones (emergent)
(Criswell Theological Review–Spring 2006; 87-93).

Mark Driscoll, catalogado dentro del movimiento emergente (‘emerging’) se refirió en su libro
“Confessions of a Reformission Rev...”, diciendo:

“Yo fui parte de lo que ahora se conoce como el movimiento de la iglesia emergente en sus
primeros días…Me tuve que distanciar, sin embargo, de una de sus ramas debido a diferencias
teológicas. Desde el final de los 1990’s, esta rama se ha conocido como ‘Emergent’. La iglesia
emergente es la última versión del liberalismo. La única diferencia es que el viejo liberalismo se
acomodaba a la modernidad y el nuevo liberalismo se acomoda a la postmodernidad.”

“El que emerge” (emerging), Mark Driscoll”

“El que emerge” (emerging), Mark Driscoll”

Veamos lo que encontramos en la Wikipedia referente a lo “emergente” (”emergent”):

“Los "cristianos emergentes" deconstruyen y reconstruyen creencias cristianas, ciertas normas


culturales y métodos. Esa contextualización puede apreciarse en la manera como este movimiento
maneja la epistemología (*) post-fundacional y el abordaje pluralista del postmodernismo en
cuanto a la religión y la espiritualidad”

(*) “Parte de la filosofía que trata de los fundamentos y los métodos del conocimiento científico”

En otras palabras, y como se dice en cristiano paladino, “hacen de su capa un sayo”. Hacen lo que
quieren acomodando esto o aquello según sus intereses, según la clara y maquiavélica premisa: “El
fin justifica los medios”.

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2. Filosofía emergente

“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha
sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una
vez dada a los santos” (Judas 3, 4)

La visión del mundo dentro de este movimiento es definitivamente postmodernista. Dentro del
postmodernismo la verdad es tomada siempre bajo sospecha.
La preocupación de la iglesia emergente es presentar un cristianismo que la cultura postmoderna
pueda entender. Pero debido a que el postmodernismo rechaza el concepto de la verdad absoluta,
y a que el cristianismo dice ser la proclamación de la absoluta verdad, el enfrentamiento entre
ambos no se hace esperar, y es inevitable.

Desde un principio, sus postulantes han buscado vivir su fe en la sociedad posmoderna


independientemente de lo que denominan “tradiciones religiosas cristianas”. La iglesia emergente
pretende alcanzar a esta generación postmoderna, pero más bien ha ocurrido justo lo contrario.

Es la iglesia que pretende emerger o surgir del entendimiento tradicional de iglesia hacia una
expresión postmodernista. Sus adherentes lo ven como “una iglesia postmoderna para una cultura
postmoderna”.

Por ello algunos otros títulos asociados a lo Emergente son: post-evangélico; post-conservador;
post-fundamentalista; post-fundacionalista; post-protestante, y jóvenes evangélicos.

Vemos aquí demostrada una tremenda insatisfacción por parte de los proponentes de lo
emergente y sus seguidores, no sólo hacia las formas dentro de lo evangélico, sino también en
cuanto a los contenidos, y ahí más bien radica el problema.

La “des-construcción” Emergente

Los Emergentes tienen un modismo particular llamado “Des-construir” (deconstruct), que


significaría algo así como “desmontar”. Sería lo que un aprendiz de mecánico haría si le
presentaran un motor de un vehículo. Lo desmontaría pieza por pieza para saber que es qué.

Los Emergentes hacen justo esto, pero no sólo con el “marco” (las formas tradicionalistas
evangélicas), lo cual no sería problema, sino con el fondo; con las declaraciones escriturales. Ahí si
tenemos un problema, porque parten de un posicionamiento de no fe.
Además, dado que de partida, por su posición postmoderna, contraria a lo que ellos llaman
“modernismo”, no aceptan absolutos (por tanto, no aceptan declaraciones de fe), por lo tanto, en
sus “conversaciones” y “diálogos”, jamás pueden llegar a ninguna conclusión, excepto esta: “no hay
conclusión”

Ellos dicen que la Biblia dice que examinemos todo y retengamos lo bueno (1 Ts. 5: 21), pero el
sentido de las palabras del apóstol Pablo es en relación a las cosas que oímos, que vemos, etc. no
en cuanto a la inerrante Palabra de Dios, la cual jamás miente:

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia” (2 Ti. 3: 16)

Lo Emergente es absolutamente incompatible con la fe cristiana, ya que esta parte de absolutos, y


lo emergente los niega por principio.

“Lo místico y misterioso es parte de la exposición cúltica de lo Emergente, como el encender velas,
a lo católico”

“Lo místico y misterioso es parte de la exposición cúltica de lo Emergente, como el encender velas,
a lo católico”

En busca del misticismo perdido

En la Edad Media la gente estaba volcada en el misticismo, y además, todos creían que Dios era el
autor de todas las cosas. No obstante, para el modernismo, el hombre era el autor de todas las
cosas. A su vez, en el postmodernismo, se habría creado un misticismo iluminado, un sincretismo o
mezcla de ambos conceptos.

Lo Emergente parte de un posicionamiento histórico-filosófico que lo caracterice: el misticismo.


Vemos que las Escrituras para los emergentes son apreciadas por su misterio y no por su verdad. Es
el misticismo lo que les atrae, la fantasía, lo ilusorio, y el misterio, no la verdad de Dios. No es más
que una forma de escapismo.

En ese misticismo recurrente hacia el catolicismo medieval y monástico, encienden velas, levantan
íconos, imágenes. Crean una atmósfera con diferentes sonidos e impregnada de diferentes aromas,
etc. Toda esa apariencia puede cautivar a aquellos que sólo buscan nuevas sensaciones y
emociones.

“Estos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu” (Judas 19)

El misticismo es parte clave del “cristianismo emergente", debido al rechazo de la verdad objetiva,
la teología sistemática, la hermenéutica, y en última instancia, el rechazo de la creencia de que ha
de ser válido el lenguaje concreto de Dios acerca de Dios.

Con un concepto incierto de Jesús, conocimiento incierto en cuanto a todo, una salvación incierta,
y una esperanza incierta basada en la idea tenue de que el reino de Dios está de alguna manera
“emergiendo” en el proceso de la historia mundial, “lo emergente” ofrece la comodidad de las
experiencias místicas, que no suponen ninguna responsabilidad espiritual, sino sólo la búsqueda
de la felicidad personalista y ególatra.

El postmodernismo – a diferencia del modernismo - asegura que nadie puede estar realmente
seguro de nada. Esta asunción aparentemente cargada de humildad pero carente de sentido
divino, es la base filosófica de lo emergente, y lamentablemente este mismo contraprincipio se
aplica a su teología: lo que importa no es lo que el autor dijo, sino lo que el lector o el espectador
experimenta.

Así, todo queda en aras de la subjetividad.

Para ser consecuente con la filosofía postmodernista, los emergentes deben desechar los dogmas
verdaderos, es decir, las doctrinas. Deben purgar la iglesia de un evangelio exclusivo, una Biblia
“autoritativa” y, entre otras cosas, de las doctrinas molestas como el infierno, el pecado original,
etc. Esto es lo que está sucediendo en este momento. ¿Qué colocan en lugar de esto? De acuerdo
al pensamiento postmodernista: misterio y preguntas. Debido a que las Escrituras han sido de-
construidas, todo lo que queda es el relativismo. (http://sujetosalaroca.org/)

En ese sentido Doug Pagitt, recientemente en una entrevista con Todd Friel de Way of The Master
Radio, negó que el infierno fuera un lugar, y que fuera el propósito de Dios enviar a los pecadores
ahí.

“Primer plano de Doug Pagitt en su “iglesia” “The Solomon´s Porch”, en pleno “culto”

“Primer plano de Doug Pagitt en su “iglesia” “The Solomon´s Porch”, en pleno “culto”

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3. Su tremenda insatisfacción hacia lo tradicional

Brian McLaren escribe así en su famoso libro “Generous Orthodoxy” pp. 255, 256, 257:

“El cristianismo occidental (desde los últimos siglos) ha dicho relativamente poco acerca de la
mente y de las prácticas de meditación, de lo que el budismo Zen ha dicho mucho. Hablar de cosas
diferentes no es contradecirse unos a otros, es, más bien, tener mucho que ofrecer entre sí, de vez
en cuando por lo menos… se nos ofrece una síntesis de las religiones del mundo para el diálogo”

Cuando uno está insatisfecho con su fe cristiana – normalmente, porque esa fe es inexistente para
él – siempre va a la zaga buscando que encontrar para llevarse a su boca espiritual.

¿Qué tendrá el budismo que ofrecer de bueno, sabiendo que es una filosofía diabólica? ¿Cómo es
posible que un líder cristiano (así se presenta él) pueda decir eso que dice, y por escrito?

El yoga, ¿no es malo?


En entrevista para la televisión Doug Pagitt fue preguntado acerca del yoga y si un cristianos
debería practicarlo, el claramente dijo que no veía ningún problema en la práctica del yoga.

Es más citó el pasaje de la Escritura de Filipenses 4: 8 (todo lo que verdadero, todo lo honesto,
justo, puro…en esto pensad) para justificar su tropelía.

El yoga es una de las seis doctrinas tradicionales del hinduismo. La palabra se asocia con prácticas
de meditación en el hinduismo, el budismo y el jainismo. Según sus practicantes, el yoga otorga
como resultado la unión o integración del alma individual con los dioses, o bien el desarrollo de la
conciencia espiritual.

El yoga es una práctica que viene del hinduismo, y tiene mucho que ver con asimilación de
espíritus inmundos. ¡Nada que ver con el cristianismo!

Pagitt o es un ignorante, ¿o qué es?

“La práctica del yoga es contraria al cristianismo y a Su Espíritu”

“La práctica del yoga es contraria al cristianismo y a Su Espíritu”

De la queja a la caja…de Pandora

El movimiento emergente surge de la queja contra el que llamarían el establishment evangélico.


Poco bueno sale de lo malo, aunque siempre hay que estar abiertos a recibir críticas, porque en
algunos casos, nos ayudará a enmendarnos.

Dicho esto, prosigo. Aparentemente, la queja de los proponentes de lo Emergente hacia los
posicionamientos conservacionistas podría ser hasta cierto punto comprensible. Escribe así el Ps.
Steven W. Cornell en su artículo “The Emergent Church- A new wave of evangelical identity”:
“Algunos de los líderes más influyentes en lo Emergente han surgido de los enfoques
conservadores y fundamentalistas del cristianismo. Se desprende de sus escritos que estos líderes
se sienten traicionados por sus enseñadores. Rechazan la simplista, parcial y enjuiciadora manera
como les enseñaron a mirar a las gentes en el mundo - muchas de las cuales parecen más
agradables, humildes y amables que la gente de sus iglesias fundamentalistas”

Sin embargo, el Señor Jesús nos advirtió que juzgásemos con juicio justo:

“No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio” (Juan 7: 24)

Es fácil acomodarse a la carne justificándose con el pecado de terceros, más aún siendo estos
últimos, cristianos profesantes.

Lo que se entreve del movimiento Emergente, es una gran falta de discernimiento, y como dije
antes, un confundir el fondo con la forma.

Es cierto que hay cristianos profesantes que andan en insinceridad, parcialidad, deshonestidad,
etc. pero ese no es motivo para rechazar el cristianismo tal y como la Biblia lo enseña, e ir a formas
y sobretodo – fondos - que contradicen en mayor o menor grado ese cristianismo auténtico.

Pero como dice también el Ps. Steven W. Cornell en su aludido artículo:

“Cuando los creyentes no están firmemente basados en la verdad bíblica, oscilan como niños
susceptibles de cambiar constantemente de opinión acerca de lo que creen porque alguien les ha
dicho algo diferente”

Esto concuerda con las palabras del autor a los Hebreos que les insta a dejar las simplezas y a
alimentarse en serio con la Palabra de Dios:
“Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva
a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales
que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. 13 Y todo aquel que participa de la leche
es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño” (Hebreos 5: 12, 13)

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