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Guerra de las Dos Rosas

La rosa roja de la Casa de Lancaster.

White Rose Badge of York.svg

La rosa blanca de la Casa de York.

Fecha 1455-1485

Lugar Inglaterra, Gales y Calais

Resultado

Victoria inicial de los York, que gobernaron durante veinte años

Victoria definitiva de los Lancaster

Establecimiento de la Tudor Rose.svg dinastía Tudor

Beligerantes

White Rose Badge of York.svg Casa de York Red Rose Badge of Lancaster.svg Casa de Lancaster

Comandantes

Arms of Richard of York, 3rd Duke of York.svg Ricardo, duque de York †

Arms of Mortimer-de Burgh.svg Eduardo IV de Inglaterra

Arms of Thomas of Lancaster, 1st Duke of Clarence.svg Ricardo III de Inglaterra † Royal Arms
of England (1470-1471).svg Enrique VI de Inglaterra

Arms of Margaret of Anjou.svg Margarita de Anjou

Arms of the Prince of Wales (Modern).svg Eduardo de Westminster †

Arms of Edmund Tudor, Earl of Richmond.svg Enrique VII de Inglaterra

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Guerra de las Dos Rosas

1455-1487

La guerra de las Dos Rosas fue una guerra civil que enfrentó intermitentemente a los miembros y
partidarios de la Casa de Lancaster contra los de la Casa de York entre 1455 y 1487. Ambas familias
pretendían el trono de Inglaterra, por origen común en la Casa de Plantagenet, como
descendientes del rey Eduardo III. El nombre «guerra de las dos Rosas» o «guerra de las Rosas», en
alusión a los emblemas de ambas casas, la rosa blanca de York y la roja de Lancaster, fue producto
del Romanticismo.

La guerra se dio principalmente entre los miembros de la aristocracia terrateniente y ejércitos de


los señores feudales. El apoyo a cada uno de los bandos dependió en gran medida de los
matrimonios dinásticos entre la nobleza. El patriarca de la casa de Lancaster, Juan de Gante, tuvo
como primer título el de conde de Richmond, el mismo que detentaría Enrique VII al final de la
guerra. El líder de la casa de York fue Edmundo de Langley, que ostentaba el Señorío de
Cambridge. Más tarde, durante los reinados de los Tudor y de los Estuardo, Richmondshire y
Cambridgeshire se transformarían en focos principales de recusantes y puritanos,
respectivamente. Cabe destacar que la pelea entre las facciones se prolongó más allá de la época
de Enrique, ya que los monarcas que le siguieron impulsaron la continuidad de los
enfrentamientos.

La guerra de las Dos Rosas provocó la extinción de los Plantagenet y debilitó enormemente las filas
de la nobleza, además de generar gran descontento social. Este período marcó el declive de la
influencia inglesa en el continente europeo, el debilitamiento de los poderes feudales de los
nobles. En contrapartida, el crecimiento en influencia de los comerciantes y de la monarquía
centralizada bajo los Tudor. Esta guerra señala el fin de la Edad Media inglesa y el comienzo del
Renacimiento.

Índice

1 Antecedentes

1.1 Enrique VI

2 Fase inicial (1455-1460)

2.1 Acta de Acuerdo

2.2 Contraataque de la Casa de Lancaster

2.3 Batalla de Townton

3 Reinicio de las hostilidades (1469–1471)

3.1 Ricardo III

3.2 Enrique Tudor


4 En la ficción

5 Figuras clave

6 Véase también

7 Referencias

7.1 Notas

7.2 Bibliografía

8 Enlaces externos

Antecedentes

El antagonismo entre ambas casas comenzó con el derrocamiento y asesinato del rey Ricardo II, en
1399, a manos de su primo Enrique Bolingbroke, duque de Lancaster. Enrique era el cuarto hijo de
Juan de Gante, quien a su vez era el tercer hijo de Eduardo III: sus expectativas de llegar al trono
eran escasas. De acuerdo a la ley de sucesión inglesa y a los precedentes sentados por la tradición,
la corona debía recaer en los descendientes masculinos de Leonel de Amberes, segundo hijo
superviviente de Eduardo III. De hecho, Ricardo II había designado heredero presunto de la corona
al nieto de Leonel, Roger Mortimer. Sin embargo, se toleró la situación exclusivamente porque el
gobierno de Ricardo II había sido extremadamente impopular. Por esta causa, el Parlamento lo
declaró rey de Inglaterra y asumió la corona con el nombre de Enrique IV.

A la muerte de Bolingbroke, el 20 de marzo de 1413, asumió la corona su hijo Enrique V, cuyos


logros militares contra Francia durante la Guerra de los cien años le habían granjeado enorme
popularidad, permitiendo afianzar el control de los Lancaster sobre el trono. Durante su corto
reinado, Enrique V debió sofocar una revuelta liderada por el nieto de Eduardo III, Ricardo, conde
de Cambridge. Una vez desarticulado el Complot de Southampton (nombre que designa aquella
revuelta), Ricardo fue ejecutado, el 5 de agosto de 1415, al inicio de la campaña que llevaría a la
victoria en la batalla de Azincourt. No obstante, la esposa de Ricardo, Ana Mortimer, adujo tener
también derechos sobre la corona, ya que era hija de Roger Mortimer y, por tanto, descendiente
de Leonel de Amberes. Enrique V murió en 1422, y Ricardo, duque de York, conde de Cambridge e
hijo de Ana Mortimer, se propuso desafiar al nuevo rey, el débil Enrique VI.

Enrique VI

Artículo principal: Enrique VI de Inglaterra


Enrique VI.

El rey Enrique VI de Lancaster estaba rodeado de un cúmulo de regentes y consejeros


impopulares. Los más notables de ellos fueron Edmundo de Beaufort, duque de Somerset, y
Guillermo de la Pole, duque de Suffolk, a quienes se acusó de ser incapaces de manejar el
gobierno y de concluir la guerra contra Francia. Durante el gobierno de Enrique VI se perdieron
virtualmente todas las posesiones inglesas en el continente, incluidas las tierras ganadas por
Enrique V. Enrique VI comenzó a ser percibido como un rey débil e inhábil. Para mayores males,
éste sufrió por entonces una serie de episodios embarazosos causados por una enfermedad
mental emergente. Hacia mediados de la década de 1450, muchos consideraban a Enrique incapaz
de gobernar. La legalidad de la corta línea de reyes Lancaster pasó a estar plagada de dudas, y la
Casa de York fortaleció su pretensión sobre la corona. El creciente descontento civil, sumado a la
multiplicación de nobles con ejércitos privados y a la incapacidad y corrupción de la corte de
Enrique VI, formaron el clima político ideal para la guerra civil.

Cuando, en 1453, el rey padeció un primer episodio grave, producto de su enfermedad mental, se
estableció un Consejo de Regencia encabezado por el Lord Protector, el poderoso y popular
Ricardo Plantagenet, duque de York y líder de su Casa. Ricardo empezó de inmediato a pugnar
audazmente por su pretensión al trono, encarcelando a Somerset, y apoyando a sus aliados
Salisbury y Warwick en conflictos menores contra los adherentes a la causa de Enrique,
especialmente los condes de Northumberland. Sin embargo, la recuperación de Enrique, en 1455,
frustró las ambiciones de Ricardo, quien fue despedido rápidamente de la corte por la esposa del
rey, Margarita de Anjou. La incapacidad manifiesta de liderazgo de Enrique se tradujo en el
fortalecimiento de la cada vez más poderosa reina Margarita, quien se convirtió en la máxima
figura de la Casa de Lancaster. Ella conformó una alianza de varios nobles contra Ricardo, con el fin
de reducir su influencia. La creciente frustración de Ricardo y la agresividad de la reina derivaron
finalmente en acciones armadas, dando lugar a la primera batalla de San Albano.

Fase inicial (1455-1460)

La Torre del Reloj de San Albano (c. 1500).

Pese a que los enfrentamientos armados habían estallado ya en el período anterior, entre los
adherentes del rey Enrique y los seguidores de Ricardo, duque de York, fue durante los años 1455
y 1489 cuando se desarrollaron las principales acciones armadas de la guerra de las Dos Rosas.
El 22 de mayo de 1455, mientras el duque de York dirigía una pequeña fuerza hacia Londres, fue
enfrentado por las tropas leales de Enrique en el poblado de San Albano (St. Albans). Este primer
combate abierto de la guerra, pese a ser de escala reducida, se fundó en la intención de Ricardo de
eliminar de la corte a los malos consejeros del rey. El resultado fue la derrota de las fuerzas de
Lancaster, muriendo en acción varios de sus líderes, entre ellos Somerset. York y sus aliados
reconquistaron sus posiciones de influencia. Por un tiempo, ambos bandos se sintieron
impresionados por haber llegado al campo de batalla, y realizaron sus mejores esfuerzos para
alcanzar la reconciliación. Sin embargo, el rey volvió a sufrir un ataque de demencia, designándose
a York como Lord Protector y a la reina Margarita como encargada del cuidado del monarca, una
posición secundaria y al margen del poder.

Después de la primera batalla de San Albano, el compromiso adquirido por las partes en 1455
llegó a alcanzar cierto éxito, con York a la cabeza del Consejo hasta la recuperación de Enrique.
Pese a esto, los problemas generados por el conflicto emergieron de nuevo, en especial el asunto
de si correspondía a Ricardo o a Eduardo de Westminster (hijo de Enrique VI y Margarita) la
sucesión de la corona. La primera alternativa era inaceptable para Margarita, quien rechazó
cualquier solución que significara el desheredamiento de su hijo, dejando en claro que toleraría
esa situación tanto como durara la supremacía militar del duque de York. Enrique se recuperó en
el interior del país en 1456, pero la reina no le permitió regresar a Londres. Por lo menos en el
interior del reino contaban con alta popularidad, no así en la capital, donde los mercaderes
estaban descontentos por la caída en los mercados y el amplio desorden. Por estas razones, la
corte del rey se estableció en la ciudad de Coventry, donde el nuevo duque de Somerset, Enrique
Beaufort, ascendía en popularidad llenando los zapatos vacíos de su padre. La reina consiguió
convencer a su esposo de la importancia de desconocer los nombramientos y arreglos hechos por
York, y le ordenó regresar a su posición en Irlanda. Los disturbios aumentaron y se sucedieron en
la capital y por toda la costa sur, pero el rey se mantuvo en sus cuarteles reforzando sus
posiciones. La reina estableció la conscripción obligatoria por primera vez en Inglaterra, realizando
levas para sus ejércitos. Mientras tanto, la popularidad de Ricardo Neville, conde de Warwick y
aliado de York crecía sin pausa, emergiendo como el campeón de las clases mercantiles.

El Castillo de Ludlow.

Ante tal situación, York decidió regresar a Inglaterra, retomándose las hostilidades el 23 de
septiembre de 1459 en la batalla de Blore Heath en Staffordshire. Esta acción significó el fracaso
del gran ejército de Lancaster en evitar que la fuerza de los York dirigida por lord Salisbury,
proveniente del castillo de Middleham en Yorkshire, se reuniera con las tropas acuarteladas en el
castillo de Ludlow. Sin embargo, la guerra continuó con un triunfo de los Lancaster en la batalla del
Puente de Ludford, que forzó la huida hacia Calais de Eduardo, el hijo mayor de York (y posterior
rey Eduardo IV de Inglaterra), Salisbury y Warwick. Los Lancaster recuperaron el control total,
nombrando a Somerset gobernador de Calais. Sus intentos de derrotar a Warwick fueron
fácilmente truncados. Entre 1459 y 1460, los seguidores de York acosaron, desde Calais, distintos
puntos de la costa inglesa, acrecentando la sensación de caos y desorden.

Para 1460, Warwick y sus seguidores estaban listos para iniciar la invasión de la isla,
estableciéndose en Kent y en Londres, donde encontraron mucho apoyo. Enrique dirigió un
ejército hacia el sur, mientras Margarita se quedó en el norte con el Príncipe Eduardo. El 10 de
julio de 1460, las fuerzas se encontraron en la batalla de Northampton, que probó ser un completo
desastre para los Lancaster. El ejército de York, dirigido por Ricardo Neville, ayudado por la
traición entre los dirigentes Lancaster, logró capturar al rey Enrique VI, llevándolo prisionero a
Londres.

Acta de Acuerdo

Artículo principal: Acta de Acuerdo

Después de sus logros militares, York, basándose en la ilegitimidad de la línea sucesora de los
Lancaster, se decidió a reclamar el trono. Desembarcó en el norte de Gales, desde donde se dirigió
junto con su esposa Cecilia a Londres, donde ambos fueron recibidos con el ceremonial reservado
a los monarcas. El Parlamento estaba reunido y Ricardo esperaba que se le concediera
directamente la corona, tal como habían hecho en 1399 con Enrique IV. En vez de ello encontró un
silencio sepulcral. Al anunciar su pretensión a la corona, los lores, incluidos Warwick y Salisbury,
estaban asombrados con sus intenciones. No había ánimo entre ellos para destronar al rey
Enrique, sino que se limitaron a sus esfuerzos originales, expulsando a los malos consejeros.

Al día siguiente, York apoyó su reclamación con detallados esquemas genealógicos, basado en su
descendencia de Leonel de Amberes, siendo comprendido de mejor manera. El Parlamento
accedió a considerar la materia, y finalmente decidió que la reclamación de Ricardo era mejor, al
mismo tiempo que, por una mayoría de cinco, decidía mantener en el trono a Enrique. En octubre
se llegó a un compromiso que se conoció como el Acta de Acuerdo de 1460, que por un lado
reconocía el derecho de los York y por otro lo declaraba sucesor de Enrique, desheredando al
príncipe Eduardo de seis años. York tuvo que aceptar este acuerdo como la mejor oferta que tenía
para elegir, teniendo presente que al mismo tiempo era designado nuevamente Lord Protector, lo
que le permitía gobernar en nombre de Eduardo. En cualquier caso, el acuerdo era inaceptable
para los Lancaster, que se reunieron bajo la égida de la reina Margarita y el Príncipe Eduardo,
formando un gran ejército en el norte del reino.
Contraataque de la Casa de Lancaster

Las ruinas del castillo de Sandal.

El duque de York dejó Londres bajo el mando de lord Salisbury a finales de aquel año, con el fin de
consolidar sus posiciones en el norte contra el ejército de la reina Margarita, que se encontraba
estacionado en los alrededores de la ciudad de York. Ricardo estableció posiciones defensivas
alrededor del Castillo de Sandal, cerca de Wakefield, para la navidad de 1460. Pese a que el
ejército de Lancaster superaba en dos a uno al de Ricardo, el duque de York ordenó a sus fuerzas
entrar en batalla el 30 de diciembre en la batalla de Wakefield. El ejército de York fue
completamente devastado por las fuerzas de la reina en la más desastrosa de las batallas para la
causa de la rosa blanca. Ricardo, duque de York y Lord Protector del Reino, fue muerto en batalla,
mientras que Salisbury y Edmundo, el hijo de 17 años de York, eran tomados prisioneros y
decapitados. Sus cabezas fueron empaladas en la puerta de la ciudad de York.

Margarita de Anjou en un retrato de fantasía.

El Acta de Acuerdo y el desastre de la batalla de Wakefield dejaron a Eduardo, hijo mayor de


Ricardo de 18 años, como duque de York y heredero del trono de Inglaterra. Por otro lado, la
muerte de Salisbury dejaba a Warwick, su heredero, como el más grande terrateniente de las islas
británicas. La reina Margarita viajó por todo el norte de Inglaterra, con el fin de negociar el apoyo
de los escoceses. María de Güeldres, esposa de Jacobo II de Escocia, aceptó proveer a Margarita
de un ejército, con la condición que Inglaterra le cediera la ciudad de Berwick y que su hija se
casara con el príncipe Eduardo. La reina aceptó, teniendo presente que no contaba con fondos
para pagar tamaña empresa. El acuerdo al que llegó permitía a los ejércitos pagarse con el saqueo
de los pueblos del reino que se encontraran al sur del río Trent. Dirigió sus tropas hacia Hull,
reclutando más hombres de pasada.

Parhelio al atardecer.

Mientras esto sucedía en el norte, Eduardo se enfrentaba con el ejército de Jasper Tudor, conde
de Pembroke que llegaba de Gales en la batalla del Cruce de Mortimer en Herefordshire. Inspiró a
sus soldados con una supuesta visión de tres soles al atardecer (fenómeno conocido como
“parhelio”) que representaban a los tres supervivientes de la Casa de York: él y sus hermanos
Jorge y Ricardo. La victoria y esta visión provocaron la adopción del sol en su esplendor como
emblema personal.
En esos momentos, la reina Margarita se trasladó hacia el sur de Inglaterra, causando grandes
estragos en aquella rica región por medio del pillaje hecho por sus tropas. Mientras tanto, en
Londres Warwick utilizaba estos hechos como propaganda para reforzar su posición en el sur,
logrando que ciudades como Coventry se cambiaran de bando, uniéndose a los York. Pese a esto
no logró levantar una gran fuerza, lo que le valió ser sorprendido el 17 de febrero de 1461 en los
alrededores de San Albano. Sin el apoyo del ejército de Eduardo, la segunda batalla de San Albano
significó la más decisiva derrota para las fuerzas de York. Sorprendidos y derrotados, dejaron
abandonado al rey Enrique VI, que fue hallado debajo de un árbol. Enrique armó caballeros a
treinta miembros de las fuerzas de Lancaster al atardecer. Producto de la gran victoria, y mientras
las tropas del rey Enrique se dirigían al sur, un gran pánico y temor se apoderó de Londres, al
llegar rumores de la intención de saquear la ciudad. El pueblo decidió cerrar las puertas de la
ciudad y se negó a entregar provisiones al ejército de la reina, que ya se encontraba saqueando los
condados vecinos de Hertfordshire y Middlesex.

Batalla de Townton

Eduardo IV.

Eduardo había avanzado por el oeste hasta los alrededores de Londres, donde reunió sus fuerzas
con las de Warwick. Al coincidir con la retirada de la reina Margarita al norte, hacia la ciudad de
Dunstable, Eduardo y Warwick pudieron entrar a Londres con su ejército, donde fueron aclamados
y recibidos con entusiasmo, dinero y provisiones por parte de la más grande ciudad yorkista. Con
su padre y hermano muertos en batalla, la guerra se había convertido a esas alturas en una pelea
por la mismísima corona, ya que Eduardo de York no podía argumentar que quería separar al rey
de sus malos consejeros. La necesidad de autoridad por Eduardo se vio resuelta cuando el obispo
de Londres le preguntó su parecer al pueblo, que respondió con gritos y hurras al rey Eduardo. El
Parlamentó no hizo sino confirmar la opinión popular, logrando coronarlo en una precipitada
ceremonia en la Abadía de Westminster entre escenas de júbilo.

Así Warwick y York habían capturado la ciudad de Londres, pese a que Eduardo hizo votos de no
tener una coronación formal mientras Enrique y Margarita no hubieran sido ejecutados o
exiliados. También anunció que Enrique había violado el Acta de Acuerdo al permitir que su esposa
levantara ejércitos contra los herederos al trono. Por tanto, el argumento legal pasó a ser que la
victoria de Eduardo no era más que su restauración en sus legítimos derechos, de manera que
Enrique y los Lancaster no habían sino usurpado sus poderes.
Una vez consolidada la situación en la capital, York y Warwick se dirigieron al norte, levantando un
gran ejército. Sus fuerzas se toparon con el también gran ejército de la reina en el pueblo de
Towton. La batalla de Towton se convirtió en la más grande y sangrienta de la guerra de las Dos
Rosas. Ambas partes habían acordado de antemano que todos los problemas se decidirían
finalmente ese día, peleando sin pedir ni dar cuartel. Se estima que entre 40 000 y 80 000
hombres tomaron parte en el enfrentamiento, con una cifra cercana a los 20 000 muertos durante
(y después) del combate: un número extremadamente alto para la época, considerado el máximo
derramamiento de sangre en un solo día en el Reino Unido. El nuevo rey y su ejército ganaron esta
batalla decisiva. Mientras los Lancaster eran diezmados, con la mayoría de sus líderes muertos,
Enrique y Margarita, en compañía de su hijo Eduardo, esperaban en York las noticias de la batalla.
Apenas se enteraron del macabro resultado, decidieron huir al norte. Muchos de los lores que
apoyaban la causa de Lancaster cambiaron de bando ese día, apoyando al rey Eduardo. Los que no
lo hicieron fueron perseguidos hacia el norte, donde se refugiaron en unos pocos castillos, al igual
que en el país de Gales. Eduardo se dirigió hacia la ciudad de York con el fin de conquistarla,
enfrentándose a las cabezas cortadas de su padre, su hermano y Salisbury. Estas fueron
rápidamente remplazadas por las de destacados líderes de la Casa de Lancaster, entre los que se
contaba al famoso lord Clifford de Skimpton-Craven, quien ordenó la ejecución del hermano de
Eduardo, Edmundo, después de la batalla de Wakefield.

Castillo de Harlech.

Enrique y Margarita se refugiaron en Escocia, donde se quedaron en la corte del rey Jacobo III. Con
la promesa renovada de la entrega de Berwick, intentaron cumplir su juramento de invadir
nuevamente Carlisle ese mismo año. Sin financiamiento y con escaso apoyo, fueron fácilmente
derrotados por las tropas de Eduardo, quien aprovechó la incursión para expulsar a los últimos
miembros de la Casa de Lancaster que se refugiaban en el norte.

La coronación oficial de Eduardo IV tuvo lugar en junio de 1461 en Londres, donde recibió el
clamoroso saludo de sus súbditos como monarca de Inglaterra. Eduardo pudo gobernar en relativa
paz por más de diez años.

Pese a su segura posición en el sur, Eduardo no logró consolidar el control de todo el territorio
hasta 1464; más allá de las rebeliones estacionales, algunos castillos permanecieron en poder de
los Lancaster por varios años. Las localidades de Dunstanburgh, Alnwick (asiento de la familia
Percy) y Bamburgh -todas en Northumberland- fueron de las últimas en ser sometidas. La gran
fortaleza del Castillo de Harlech en Gales se rindió en 1468, después de siete largos años de sitio.
El depuesto rey Enrique fue capturado en 1465 y conducido como prisionero en la Torre de
Londres donde, para la época, fue razonablemente bien tratado.

En 1464 se produjeron dos revueltas por la causa de Lancaster. La primera fue reprimida en la
batalla de Hedgeley Moor el 25 de abril, y la segunda en la batalla de Hexham el 15 de mayo.
Ambas fueron reducidas por John Neville, marqués de Montagu, hermano de Warwick.

Reinicio de las hostilidades (1469–1471)

Castillo de Middleham.

El período que comprenden los años 1467 y 1470 estuvo marcado por el rápido deterioro de la
relación entre el rey Eduardo IV y su antiguo mentor, Ricardo Neville, conde de Warwick el
hacedor de reyes. Aunque fueron varios los motivos que llevaron al quiebre, la primera y principal
razón fue la decisión de Eduardo de casarse en secreto con Isabel Woodville en 1464. El rey
anunció este hecho como un fait accompli, destrozando los planes de Warwick de casarlo con una
princesa francesa, con el fin de mejorar las relaciones con esa nación. Este desaguisado se
convirtió en frustración, una vez que los Woodville remplazaron a los Neville como favoritos de la
corte. De la misma forma, la decisión de apoyarse en Borgoña en vez de Francia, y la reticencia en
aprobar el matrimonio de sus hermanos Jorge, duque de Clarence, y Ricardo, duque de
Gloucester, con las hijas de Warwick contribuyeron al distanciamiento. Fuera de lo anterior, la
popularidad de Eduardo se encontraba en franco retroceso, ya que los aumentos en los impuestos
y los desórdenes y violaciones a la ley continuaban siendo el pan de cada día.

Luis XI de Francia.

Para 1469 Warwick había establecido una alianza con el celoso y traicionero hermano del rey,
Jorge. Ambos levantaron un ejército que derrotó a las fuerzas del rey en la batalla de Edgecote
Moor, logrando capturar a Eduardo, encerrándolo en el castillo de Middleham en Yorkshire.
Warwick jugó sus cartas rápidamente, ordenando la ejecución del suegro del rey, Ricardo
Woodville. Forzó a Eduardo a convocar un parlamento en York, en el que planeaba lograr la
declaración de ilegitimidad de Eduardo, de manera que la corona pasara a su hermano Jorge como
heredero aparente. Sin embargo el reino era un caos, lo que permitió al rey demandar la lealtad
de su hermano Ricardo y de la mayoría de los nobles, de manera que el duque de Gloucester llegó
a la cabeza de un gran ejército, logrando liberar a Eduardo IV.
Los conjurados fueron declarados traidores y forzados a exiliarse en Francia, donde Jorge contrajo
matrimonio en secreto con una de las hijas de Warwick, Isabel Neville, en 1469. Entonces,
Warwick y Clarence provocaron la rebelión del noble Robin de Redesdale en Yorkshire en contra
del rey Eduardo, forzando a éste a acudir a sofocarla, situación que fue aprovechada por Warwick
y Clarence para invadir por el sur Inglaterra. El rey fue hecho prisionero y su suegro (el padre de la
reina consorte Isabel Woodville, Ricardo Woodville, convertido hacía tiempo en tesorero real) y el
hijo de éste, Juan Woodville, fueron ejecutados. Warwick, entonces, liberó al rey Eduardo
creyendo volver a tener influencia sobre él, pero éste aprovechó una rebelión en Lincolnshire para
levantarse en armas, acusando a Warwick de complicidad con dicha rebelión. Warwick huyó con
Clarence de nuevo a Francia.

En 1470, Luis XI se encontraba bajo una gran presión por parte de la exiliada reina Margarita de
Anjou, para que lo ayudara a invadir Inglaterra y reconquistar y liberar a su cautivo esposo. Fue el
rey Luis quien sugirió la posibilidad de una alianza entre Warwick y Margarita, una idea que a
ninguno de los antiguos enemigos le gustaba. Pese a sus reticencias, ambos llegaron a darse
cuenta del potencial de tal alianza, pese a los fines que perseguían cada uno. Margarita quería
reclamar su reino y asegurar la sucesión de su hijo, mientras que Warwick esperaba poder
mantener como un títere al rey, fuera Enrique, su hijo o Jorge de Clarence. En cualquier caso se
comprometieron por medio de una alianza matrimonial entre el príncipe de Gales Eduardo de
Westminster y la hija de Warwick, Ana Neville. Con el pacto en vigor, Ricardo Neville (1428-1471),
conde de Warwick, invadió Inglaterra en el otoño de 1470 con la ayuda de Jorge de Clarence.

Batalla de Tewkesbury, librada el 4 de mayo de 1471.

Esta invasión significó la derrota de Eduardo, que fue depuesto como rey y exiliado. Retornó la
corona al hasta ese momento preso en la Torre de Londres, Enrique VI, como marioneta de
Warwick, persona que realmente dirigía el poder en Inglaterra. Sin embargo, la restauración de los
Lancaster en el trono no gustó a Jorge de Clarence (puesto que él era York), por lo que intentó
aliarse con su hermano depuesto, Eduardo IV, consiguiéndolo en marzo de 1471, cuando Eduardo
desembarcó con sus tropas en Ravenspur. Estas tropas provenían del ejército levantado por
Eduardo con la ayuda de Carlos el Temerario, duque de Borgoña, al ser obligado éste a hacerlo por
el rey de Francia (traicionando a Warwick, pues Warwick quería invadir Borgoña junto con el rey
francés). La alianza entre Eduardo y Jorge de Clarence derrotó a las tropas de Warwick en la
batalla de Barnet y destruyó a todas las fuerzas de Lancaster en la batalla de Tewkesbury, dando
muerte a Eduardo de Westminster, hijo de Enrique VI y heredero presunto de la corona. El mismo
Enrique fue asesinado el 14 de mayo, con el fin de reforzar el bando de York en el trono.

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