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Conclusión

Durante la evolución estructural de la Cuenca de Coloso se han reconocido cuatro estadios


deformativos, los que incluyen estructuras sinsedimentarias y deformación tanto dúctil como
frágil. El primer evento deformativo observado en la Cuenca de Coloso es la “Deformación post-
arco volcánico”, y corresponde a la discordancia angular que pone en contacto a la Fm. La Negra
(Jln) bajo la Fm. Caleta Coloso. Esta discordancia se formó en la parte más baja del Cretácico.

En segundo lugar, se registra la “Deformación sindepositacional”, la cual se expresada con


minidiscordancias, slumping y acuñamiento lateral de facies. La presencia de estas estructuras al
interior de la cuenca señala una actividad tectónica contemporánea a la depositación de ésta.

Las estructuras sinsedimentarias nombradas anteriormente, sumado a las características de la


Cuenca de Coloso, como son sus afloramientos limitados por estructuras, su gran potencia
depositada en un corto periodo de tiempo, rápidos cambios de facies laterales y verticales, y
contemporaneidad con el movimiento sinistral del Sistema de Falla de Atacama en el Cretácico
inferior (Arabasz, 1971; Hervé, 1987a; Thiele y Pincheira, 1987; Scheuber y Andriessen, 1990;
Brown, et al., 1993; González, 1996; Scheuber y González, 1999; Cembrano, et al., 2005), dan a
entender que la Cuenca de Coloso se depositó en un marco tectónico transtensional en un posible
codo extensional formado a lo largo de la Falla Caleta Coloso, el cual habría formado un
hemigraben con basculamiento hacia el oeste (Figura 8). Esta situación sería la causa de la gran
potencia de la cuenca en su borde occidental.

Luego ocurre la denominada “Deformación sinistral post-Barremiano”, en donde la Cuenca de


Coloso es cortada en su totalidad por estructuras subverticales de rumbo NW, en donde destacan
la Falla Lombriz y Falla La Viuda, alcanzando esta última una separación sinistral de hasta siete
kilómetros. Estas estructuras NW estarían jugando un rol importante en la disposición y
arquitectura actual de la cuenca, la cual se repite al menos tres veces a lo largo de la Quebrada El
Way. Estos desplazamientos son sustentados no solo por la presencia de indicadores cinemáticos,
sino también por correlaciones de unidades geológicas a ambos costados de las fallas (Calizas de la
Viuda), pliegues de arrastre y estructuras de “sidewall-ripourt” (Swanson, 1989). Este evento
correspondería al estado IV de deformación descrito por Scheuber y González (1999).

El ultimo evento deformativo corresponde a la “Deformación extensional post-Mioceno”,


caracterizada por una reactivación extensional de algunas de las estructuras preexistentes y la
formación de nuevas. Esta deformación afecta a todas las unidades de la Cuenca de Coloso y a las
Gravas Antiguas (Mga) de edad Mioceno, alcanzando en algunos lugares hasta una separación
mínima vertical de 40m. Estos movimientos verticales post-Mioceno también son observados por
Hervé (1987b) a lo largo de la Falla Puposo, aproximadamente 80km al sur del área estudiada.

Por último, a futuro sería importante estudiar el rol de la Falla El Way en el basculamiento de las
capas hacia el suroeste, la naturaleza del borde norte de la Cuenca de Coloso, efectuar perfiles
geofísicos a través de la Cuenca y realizar un detallado análisis de paleocorrientes. Además, realizar
análisis de trazas de fisión en apatito a los intrusivos al oeste de la Falla Caleta Coloso para
determinar la edad de su exhumación, y así aumentar la información de la historia geológica de la
Cuenca de Coloso.

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