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EVALUACION ANTES DE TOMAR UN PRESTAMO

Soy un apasionado de las finanzas en todo momento: en el trabajo, en la maestría


que estoy cursado o dónde sea… Por eso no puedo evitar querer sacarle el velo a los
mitos que giran en torno a lo financiero.

De hecho, desmitificar falsas creencias financieras es casi un hobby para mí, en


especial cuando las personas involucradas y que quiero ayudar son mis amigos.
Efectivamente, hoy quisiera contarte un caso que me presentó uno de ellos y que
puede serte de utilidad: el de los préstamos en pesos a tasa fija.

En cuestión, la semana pasada en un festejo de cumpleaños, Nicolás —uno de mis


amigos—, se acercó con este planteo:

— Nery, quiero cambiar el auto y tengo pensado sacar un préstamo personal en mi


banco. Más o menos necesito $ 100.000.

— Buenísimo, Nico. ¿Qué tasa y costo financiero te piden?

— No me acuerdo el porcentaje, pero sí que es una tasa fija. Me pasaron estos


números (revisó su celular)... Si lo hago en 24 cuotas, pago $ 6.389,30 por mes. Si
elijo 36 cuotas, abono $ 5.050,01. Y si voy por 48 cuotas, el valor es $ 4.412,43.

— ¿Eso incluye todos los gastos, comisiones, seguros, impuestos, etc.? Porque es
muy diferente ver la tasa que mirar el costo financiero total (CFT).

Aclaración: El CFT está compuesto por la tasa de interés nominal anual y por todos
aquellos costos asociados a la operación (gastos de contratación de seguros, de
apertura y mantenimiento de cuentas de depósitos, otros costos y el IVA sobre los
intereses).

— Sí, ésos son los números finales que me pasaron en el banco. ¿Me conviene?

— Ok, no te puedo dar una respuesta ahora (yo estaba con una porción de pizza en la
mano y sin mi computadora), pero en casa hago unas cuentas y te comento.

En ese momento yo no podía determinar la tasa porque tenía que calcularla. Así que
eso mismo hice al día siguiente porque quería darle una mano a mi amigo lo antes
posible.

El préstamo, ¿conviene o no?


Antes de avanzar, quiero destacar que Nicolás puede pagar la cuota, por lo que la
llamada “relación cuota-ingreso” no es relevante para el ejemplo, pero sí es un punto
a considerar siempre. No entres en créditos que no puedas pagar.

Hecha la aclaración, comparto los resultados que obtuve y cómo se lo expliqué vía
email a mi amigo.

Ver cuadro 1

La primera parte de la tabla condensa la información de los 3 planes que conocíamos (24, 36 y 48
cuotas) con sus respectivos valores de cuota y el valor futuro. Éste es un concepto fundamental
que pocos tienen en consideración a la hora de tomar decisiones.

¿Alguna vez hiciste alguna compra financiada basándote únicamente en el valor de la


cuota? A mí sí me pasó y estoy convencido de que a vos también en algún momento.

En esos casos, nos estamos olvidando del valor futuro o final de la operación, es decir, todo
lo que vamos a terminar pagando por todo concepto. Es la cantidad de cuotas multiplicada
por el monto de la cuota. Ya con solamente mirar la diferencia entre el valor futuro y el préstamo
original, podemos inferir que el costo será alto.

¿Cuál es costo financiero total? Para analizar esta variable, veamos la parte de resultados. Con
una simple función de Excel pude calcular el CFT efectivo mensual implícito en las cuotas, la cual
oscila entre 3,6% y 3,7% mensual.

Pero si queremos visualizar mejor esta tasa, lo ideal llevarla a una base de 12 meses y mirarla
como costo financiero total efectivo anual —que está en el último renglón de la tabla—. Los
resultados están entre el 53% y 55,5% anual, dependiendo del plan.

¿Conviene este préstamo? Para responder te hago la misma pregunta con la que le “retruqué” la
consulta a Nico, mi amigo.

“¿Podés hacer crecer tus ingresos a un ritmo de más del 50% anual? Si la respuesta es no,
entonces no te conviene este préstamo”.
Y el argumento es más simple de lo que parece: si la deuda aumenta más rápidamente que el
compás al que se incrementan tus ingresos (sueldo, honorarios, ganancias, etc.), entonces
cada año te costará cada vez más repagar el préstamo. Terminarás trabajando para pagarle
al banco.

Que la tasa fija no te engañe

“Pero es un préstamo a tasa fija… se licúa con la inflación”, respondió Nicolás, no muy
conforme con mi razonamiento una vez que leyó mi email.

Ante este comentario, le mandé un mensaje de voz en WhatsApp para explicarle por qué los
préstamos a tasa fija hoy en día podrían no ser una buena idea.

Todo argentino sabe que los préstamos a tasa fija son “negocio” cuando la inflación es elevada. La
historia y el sentido común nos dicen que la deuda, que ya está prestablecida, se vuelve una
mochila cada vez más liviana porque los ingresos crecen rápido en línea con el nivel de precios.

Sin embargo, esta lógica podría caer en saco roto más pronto de lo que muchos se
imaginan porque ahora tenemos un Banco Central independiente que quiere bajar la
inflación a toda costa.

Si el Banco Central cumple con su objetivo, los ingresos de cada uno de los deudores van a
desacelerarse. Y las personas que estén comprometidas a devolver préstamos con una tasa
inflexible se verán en aprietos.

Esta trayectoria a la baja de inflación no es una expresión de deseo. Es una realidad. De hecho, el
mercado ya está descontando un trabajo eficiente del Banco Central en su cruzada ante la suba de
los precios.

El siguiente gráfico muestra los aumentos de precios esperados que están implícitos en la curva de
bonos en pesos.

No es necesario que entiendas todos los conceptos. Lo más importante que


debés mirar son los puntos que marcan una evolución descendente de la inflación.
Se espera que el año que viene sea de 17% anual y luego descienda
progresivamente hacia el 5%. Si sacamos un promedio (geométrico) con esos
datos, la inflación media esperada es 7,9%.

Ahora, si consideramos conjuntamente el costo del crédito y lo que esperamos


en materia de precios, repito la nueva pregunta que le hice a Nicolás (y con la
que terminaría luego de convencerlo):

¿Te imaginás que vas a poder pagar fácilmente una tasa de interés de más de
50% anual cuando tus ingresos aumenten a un ritmo menor al 8% anual? En
realidad será una tarea casi titánica.

A modo de reflexión, el caso de mi amigo puede servirte de guía. Considerá los


siguientes puntos:

- Antes que nada, que el valor de la cuota no incida mucho en tu ingreso (relación
cuota-ingreso baja). Es decir, tenés que estar seguro/a de que podrás afrontar la
cuota.

- Mirá no sólo el valor de la cuota, sino también el valor final a devolver.

- No confíes en la tasa fija. En un contexto en el que se espera inflación descendiente,


es mejor analizar préstamos en pesos a tasa variable porque se supone que el costo
financiero va a bajar.

- En cualquier caso, lo ideal es que el costo financiero total sea inferior al ritmo de la
inflación, que es el que dicta la velocidad a la que crecen tus ingresos y, por ende, tu
capacidad de pago.

Por una nueva inversión exitosa,

Nery Persichini.

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