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1 La Neurologia de La Conducta PDF
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- LA NEUROLOGÍA DE LA CONDUCTA
Autor: Jordi Peña-Casanova
INTRODUCCIÓN
Las relaciones entre el cerebro y las actividades mentales han sido una
cuestión que ha interesado desde los tiempos más remotos. El problema tiene,
de hecho, una raíz profunda y previa a la aparición de los términos neurología,
neuropsicología o neurología del comportamiento (Lecours y Joanette, 1991).
De hecho el objetivo planteado a lo largo de la historia ha sido siempre el
mismo.
"Aunque la neuropsicología nació mucho antes que se creara este término, sus
inicios tras la comunicación de Broca a la Société d'Anthropologie de Paris, en
1861, han estado señalados por el triunfo del método anatomo-clínico" [2, p.
vii]. [Si la Neuropsychologie est née bien avant que le terme fut crée, ses
debuts depuis la communication de Broca à la Société d'Anthropologie de Paris
en 1861, on été marqués par le triomphe de la méthode anatomoclinique].
"...Henry Hécaen fue uno de los nuevos pioneros que reanimaron este campo.
Sus contribuciones han llegado a ser tanta parte de nuestro pensamiento
básico diario que paradójicamente es fácil olvidar su papel" [4, p. v] [...Henry
Hécaen was one of the new pioneers who revivified the field. His contributions
have become so much a part of our basic everyday thinking that is
paradoxically easy to forget his role].
Entre finales de los cuarenta (1949), cuando aparece la primera edición de "Le
cortex cérebral", y mediados de los sesenta (1966) -quince años- descollan una
serie de autores importantes, que van a contribuir decididamente al desarrollo y
la consolidación, directa o indirectamente, de la neurología de la conducta:
Bucy [7], Fulton [8], Critchley [9], Eccles [10], Magoun [11] y Denny Brown [12]
entre otros. Durante estos tres lustros destaca, también, un conjunto de libros
que recogen las aportaciones a reuniones internacionales de alto nivel y que se
suman al proceso de configuración de la neuropsicología. Entre estos libros
cabe destacar los editados por Adrian, Bremer y Jasper [13]; Wolstenholme y
O'Connor [14]; Halpern [15]; De Reuck y O'Connor [16]; y Eccles [17]. Sus
aportaciones ciertamente no eran en absoluto de conocimiento generalizado en
nuestro medio.
Años 70
El inicio de los años setenta está marcado por tres "neuropsicologías". La
Introducción a la Neuropsicología de Benton (1971)[18], la de Hécaen
(1972)[5], y la de Luria (1973, 1974)[19-21], y por la Behavioral neurology de
Pincus y Tucker (1974) [22]. Otras "neuropsicologías" son posteriores: la
"breve" (un abrégé) de Barbizet y Duizabo (1977)[23]; la Human
Neuropsychology de Hécaen y Albert (1978)[6] que se ha de ver como la
continuación de Le cortex cérébral de Ajuriaguerra y Hécaen, la más clínica y
sintética de Walsh (1978)[24]; la americana "de editores" de Heilman y
Valenstein (1979)3[25].
Años 80
En los años ochenta aparecen diversas obras entre las que destacan la
aproximación "de autor" erudita y completa, de Dimond (1980)[26]; o la más
académica o "libro de texto" de Kolb y Wishaw (1980)[27]. La Neuropsicología
editada por J. Peña-Casanova y Ll. Barraquer-Bordas (1983)[28] fue la primera
obra de estas características generales en España. Cabe destacar la
Localization in Neuropsychology editada por Andrew Kertesz (1984)5[29] que
aportó una clara novedad ya que el enfoque se realiza principalmente alrededor
de los problemas de la localización cerebral de la función. La obra Principles of
Behavioral Neurology editada por Marcel Mesulam (1984)[30] constituyó otro
clásico. La Neuropsychologie Clinique et Neurologie du Comportement editada
por Mihai Ioan Botez (1987, segunda edición de 1997)[31] contiene una
especie de vuelta a los orígenes ya que el libro se organiza en bases
generales, en funciones y en síndromes focales (temporal, parietal, frontal, etc.)
al igual que el libro de Ajuriaguerra y Hécaen.
En los años ochenta aparece una obra que iba a tener una gran influencia en el
ulterior desarrollo de la neuropsicología, la Human Cognitive Neuropsychology
de Andrew W. Ellis y Andrew W.Young (1988)[32]6. Esta obra establece
claramente los principios de la "neuropsicología cognitiva", destacando los
conceptos de modularidad y exponiendo las arquitecturas funcionales
(modelos) de las funciones estudiadas. La semiología clínica (las capacidades
afectadas y preservadas) se analizan en relación con un modelo sobre el
procesamiento normal.
Años 90
Los años noventa presentan la novedad del Handbook of Neuropsychology
editado por François Boller y Jordan Grafman (apareciendo volúmenes hasta el
año 1997) [33]. Posteriormente aparecieron la Neuropsychologie humaine de
Xavier Seron y Marc Jannerod (1994) [34], la Behavioral Neurology and
Neuropsychology de Todd E. Feinberg y Martha J. Farah (1997)[35], o la
reciente obra Handbook of Clinical and Experimental Neuropsychology de
Gianfranco Denes y Luigi Pizzamiglio (1999)[36]. En 1994 aparece en
Colombia la Neuropsicología clínica de Alfredo Ardila y Mónica Rosselli [37],
"como texto básico de entrenamiento universitario en neuropsicología"7, dos
años mas tarde, en 1994, le sigue en España otra obra de neuropsicología
dirigida a estudiantes de las facultades de Psicología, es la Neuropsicología de
Junqué y Barroso [38]. En 1995 llega desde Brasil el libro Neuropsicologia, das
bases anatomicas à rehabilitaçao [39], editado por Ricardo Nitrini, Paulo
Caramelly y Letícia L. Mansur. En 1998 Victor Feld y Mario T. Rodríguez editan
en Buenos Aires la primera Neuropsicología infantil [40] en español.
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1 El término "Neuropsicología" se atribuye a veces a Karl Lashley (1890-1958).
Este autor experimentalista usó el término en el contexto de las lesiones
cerebrales y la conducta en una presentación que realizó en el año 1936 ante
la Boston Society of Psychiatry and Neurology. Su conferencia apareció
publicada en 1937 (Lashley, KA. Functional determinants of cerebral
localization. Archives of Neurology and Psychology, 1937; 38:371-387). A pesar
de esta atribución, Lashley no fue el primero en usar este término. Dado que
Lashley cita el libro de Goldstein de 1934 (cfr. infra), y no usa la palabra antes
de 1936 hace pensar que la toma de Goldstein (ver: Finger S. History of
Neuropsychology. En: DW (ed.) "Neuropsychology". San Diego: Academic
Press, 1994:1-28).
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8 Este comentario tiene que ver con la "pesidential address" de Linas A.
Bieliauskas en la "División 40" de la American Psychological Association. En
esta presentación se destacaba la necesidad de estándares de formación en
neuropsicología. Algunas de las ideas y duras críticas vertidas en su
conferencia sobre los psicólogos serían aplicables a los neurólogos.
9 Un ejemplo fácil sería el siguiente: ¿De qué sirve contratar a un neurólogo
especializado -o a un neuropsicólogo- que se limita a realizar largas
exploraciones para terminar diciendo que el paciente en cuestión tiene una
"afasia de Wernicke", cosa que ya sabe el neurólogo con mínima formación? Si
su aportación es crucial en el manejo del paciente las cosas cambian
radicalmente. Otro ejemplo: ¿De qué sirven largas exploraciones
neuropsicológicas en las demencias si no se van a usar los datos de tales
exploraciones para otros objetivos? ¿Aportan lo mismo los test breves que los
largos para tomar decisiones prácticas?
El desastre de las "Unidades de Demencia" o de "Psicogeriatría" pagadas con
dinero público que incorporan a psicólogos sin formación en neuropsicología
simplemente "para que pasen los test" es otro ejemplo que clama al cielo.
Los diagnósticos inadecuados porque el test señala problemas "subcorticales"
o "frontales", sin que exista una evaluación clínica por un neurólogo
competente son, desgraciadamente, un hecho demasiado frecuente. En estos
casos –como diría Bieliauskas– se ha mirado por el profesional y no por el
paciente. Se ha trivializado la tarea profesional y se ha trivializado a la
profesión. Este mismo desastre se puede observar en la misma estructura de
las "Unidades" que de repente incorporan como responsables a profesionales
que nunca habían trabajado en el ámbito. Estos hechos tienen un coste social
grave. El papel de la SEN en la defensa de la profesionalidad ha de ser un
hecho incuestionable.
BIBLIOGRAFÍA
[6] Hécaen H., Albert, ML. Human neuropsychology. Nueva York: John Wiley &
sons, 1978.
[7] Bucy, PC. (ed.), The Precentral Motor Cortex. Urbana, Ill: The University of
Illinois Press, 1949 (1a. ed. 1944, 2a. ed. 1949).
[8] Fulton, JF. Functional localization in the frontal lobes and cerebellum.
Oxford: University Press, 1949.
[9] Critchley, M. The Parietal Lobes. Londres: Edward Arnold & Co, 1953.
[11] Magoun, HW. The Waking Brain. Springfield Ill: Charles C Thomas
Publisher, 1958.
[13] Adrian, ED., Bremer, F., Jasper, HH. (eds.). Brain Mechanisms and
Consciousness (A symposium organized by "The council for International
Organizations of Medical Sciences"). Oxford: Blackwell Scientific Publications,
1954.
[14] Wolstenholme, GEW., O'Connor, C. (Eds.) Ciba Foundation Symposium on
the Neurological Basis of Behaviour in commemoration of Sir Charles
Sherrington. Londres, J & A Churchill Ltd., 1958.
[17] Eccles, JC. (ed.) Brain and Conscious Experience (Study week September
28 to October 4, 1964, of the Pontificia Academia Scientiarum). Nueva York:
Springer Verlag, 1966.
[37] Ardila, A., Rosselli, M. Neuropsicología clínica (en dos tomos). Medellín:
Prensa Creativa, 1992.
[39] Nitrini, R., Caramelly, P., Mansur LL Neuropsicologia. Sao Paulo: Clinica
Neurológica. Hospital das Cínicas. FMUSP, 1996.
[45] Goldstein, G., Nussbaum, PD., Beers SR. Neuropsychology. Nueva York:
Plenum Press, 1998.
[46] Bieliauskas, LA. Mediocrity is no standard: searching for self-respect in
clinical neuropsychology. The clinical Neuropsychologist, 1999; 13:1-11.
Fuente: http://oaid.uab.es