Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Para esbozar un poco esta aspiración, podemos usar como ejemplo a los dos
escritores que inspiran “A la vejez industriosa”, el texto que nos ocupa esta noche:
Jorge Luis Borges y Nicanor Parra. Si ambos pueden ser considerados polígrafos por
su variedad de temas y estilos, los dos también se caracterizaron por una curiosidad
omnívora que los llevó a campos ajenos al literario: Borges redactó reseñas sobre
cine, letras para milongas o incluyó fotografías en su libro de viaje “Atlas”. Parra
incursión en el arte mural, en las artes visuales con sus artefactos, la traducción, y
claro, tuvo formación de físico y matemático.
Por último, para citar directamente al texto, la voz narradora de la sátira final
titulada “Autorretrato correctivo” cuenta se ve a así misma como una réplica de un
personaje de Goya y dice “Pronto cedo y, como en un palimpsesto, fantásticamente
me dejo inscribir sobre aquella imagen”. Creo importante destacar la palabra
palimpsesto, la escritura que se sobrepone a otra escritura y usa los vestigios de la
anterior para formar su propio carácter. La voz también declara su propia
inscripción en una imagen, es decir, su rendición ante el poder avasallador de la
ficción que invade la vida misma. Detrás de esta idea acaso también pueda sentirse a
Oscar Wilde cuando decía que la vida imita a la ficción. Y claro, allí tendría un nuevo
palimpsesto.