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BIOLOGIA
Paralelo 8
La nanotecnología en la biología
El año pasado, el mercado mundial de productos nanotecnológicos tenía un valor de 45 mil millones de
dólares anuales -según estimaciones de la Nano Business Alliance- producidos por más de un centenar de
empresas, entre ellas DuPont, IBM, Hewlett-Packard, Toyota, Mitshubishi, L' Oreal y BASF. Incluye la
fabricación de nanotubos de carbono y nanopartículas de decenas de elementos que son utilizadas en las
industrias de la construcción, la farmacéutica, la cosmética, la alimentación y la agricultura. Además, existe
copiosa investigación en aplicaciones militares y de vigilancia por parte del ejército y la armada de Estados
Unidos.
Hace 40 años el físico Richard Feynman, ganador del Premio Nóbel, fue invitado a pronunciar un discurso en
una institución tecnológica de California.Sus reflexiones generaron un eco que cada vez suena con más
fuerza."Los principios de la física, tal y como yo los entiendo, no niegan la posibilidad de manipular las cosas
átomo por átomo... Los problemas de la química y la biología podrían evitarse si desarrollamos nuestra
habilidad para ver lo que estamos haciendo, y para hacer cosas al nivel atómico", dijo Feynman en 1959. Así,
a secas, esas palabras no son estremecedoras, pero fue la primera vez que se hizo pública la visión de
intervenir en el orden de los átomos. Y esa es la base de una ciencia que tiene un nombre cada vez más
pronunciado: nanotecnología. Muchas de las predicciones nanotecnológicas pueden parecer alucinaciones,
pero se asegura que algunas se harán realidad durante el período de vida de quienes estamos leyendo estas
líneas. Feynman, por cierto, no abundó demasiado en sus reflexiones y de hecho sus palabras no tuvieron
demasiada trascendencia hasta comienzos de los 80, cuando un estudiante de pregrado del Instituto
Tecnológico de Massachusetts (MIT), Eric Drexler, insinuó la posibilidad de crear sistemas de ingeniería a
nivel molecular. En 1986 lo publicó en un libro con el título de "Los motores de la creación", considerado
como un clásico de este nuevo mundo.
Todo tiene que ver, comenzaba diciendo Drexler, con la forma como están ordenados los átomos. "Carbón y
diamantes, arena y procesadores de computadoras, cáncer y tejido sano: a través de la historia, las
variaciones en el orden de los átomos han diferenciado lo barato de lo caro, lo sano de lo enfermo".La tesis
definitiva es que si se toman prestadas ideas de la naturaleza y se cuenta con capacidades generadas por el
avance de la ciencia, sería posible construir máquinas que podrán influir sobre el orden de los átomos, de
manera tan precisa como para emular el proceso de creación. Para comprender cuál es el alcance de esta
cruzada, es necesario aclarar que el mínimo microchip, una maravilla tecnológica utilizada por los
computadores para procesar información, es considerado demasiado grande por los evangelistas de la
nanotecnología, entre otras cosas porque "se puede ver".