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La constitución del concepto freudiano de psicosis Q9

Los fundamentos
de la clínica
Paul Bercherie

Introducción

Este texto constituía a la vez mi tesis de doctorado que constituye el diagnóstico psiquiátrico y, por
en medicina y el informe final de mis estudios de lo tanto, la clínica y la nosología en el sentido
psiquiatría. Para la publicación, hice algunas co- clásico. Quienes lo intentan, parecen conduci-
rrecciones, sobre todo de forma, en el texto, y dos, infaliblemente, a reconstituir su versión em-
reescribí por completo la introducción y la conclu- pobrecida, envilecida.
sión, un poco esqueléticas en la versión original. Para que un nuevo marco conceptual se es-
Ya no estamos en la época en que intere- sarse tablezca, es necesario, evidentemente, la acumu-
por la psiquiatría clásica constituía una ac- tividad lación de conocimientos nuevos, fundados en de-
curiosa para un analista, sospechosa in- cluso. sarrollos diferentes; en este punto, el desarrollo
Para ello había razones sólidas: la clínica de la práctica y de la teoría psicoanalítica consti-
psiquiátrica es esencialmente la observación tuye, sin duda, el comienzo de una nueva era.
“morfológica” (Charcot), la descripción formal Pero, por una parte, el hecho es que en su
de las perturbaciones psicopatológicas. La Mi- desa- rrollo actual, el psicoanálisis, aunque
rada (aunque otras dimensiones perceptivas son incuestio- nablemente ha asumido el relevo de
allí utilizadas, parece constituir la metáfora que la investiga- ción psicopatológica, está todavía
obsesiona a esta práctica y que transparenta la lejos de poder abarcar el campo inmenso que
relación que la estructura; pues aplicar a otro el dominaba, con sorprendente perfección a su
modo de observación que habitualmente se re- nivel, la clínica clá- sica. Por otra, un gesto de
serva a las cosas, a los objetos de lo real, no deja exorcismo no bastaría para borrar algo tan
de plantear algunos problemas. Estos son, por coherente como la psiquia- tría clásica. Al no
otra parte, los problemas que volvieron sospe- querer conocerla, o al no hacer su análisis
chosa a la clínica –durante un lapso de medio histórico o epistemológico, se corre el riesgo de
siglo y probablemente a justo título– de partici- retomar, sin querer o sin darse cuenta, los
par en la alienación de aquellos cuyas perturba- mismos impasses que determinaron su relati- va
ciones pretendía describir exhaustivamente, ana- declinación. Más aún, si se tiene en cuenta
lizar objetivamente y clasificar racionalmente. que no es fácil acceder a ese saber fascinante al
Ella formó parte, sin duda, de lo que duran- que nos remiten, en forma tan desabrida, los
te mucho tiempo obstaculizó el desarrollo de manuales modernos, más preocupados por un
caminos y sobre todo de mentalidades diferen- eclecticismo a la moda que por transmitir la fine-
tes. Aun cuando el proceso todavía está lejos za de mirada de los clásicos, los conocimientos
de haber alcanzado su fin, ha pasado tiempo que habían acumulado, los problemas con los
suficiente como para que hoy sea posible re- cuales tropezaron y que los dividieron. Más aún
tornar para hacer el inventario de todo lo po- cuando lo que constituye actualmente la clínica y
sitivo que tenía ese saber y sus grandes textos. la nosografía corrientemente utilizadas, y que se
Más aún cuando, al menos por ahora, es impo- presenta como la herencia de la clínica clásica,
sible ignorar esa “Tabla de orientación” (Jaspers) no tiene nada del conjunto arquitectónico homo-
géneo que pretende representar: examinándolo,
se trata más bien de estuvieron en apareció en una fecha en su conjunto
un rompecabezas comunicación y en precisa y con un autor aparece como
hecho de piezas con oposición constante particular, Pinel. animado por una
origen, extensión y durante todo el período Poseemos, entonces, el progresión dialéctica,
conceptualización muy que vamos a estudiar. punto de partida, La efecto de la
a menudo poco Los anglo- sajones no extensión en el espacio interacción de los
compatibles y parecen haber gustado y, como vere- mos, el métodos de
redundantes. Aquí nunca de la clínica, su momento de investigación, de las
como en otros pragmatismo natural y declinación y hipótesis, del saber
dominios, especialmente su desconfian- za por debilitamiento de ese acumulado por un
en el campo de las los conocimientos sin vasto movimiento. lado, del encuentro
ciencias humanas, el consecuencias prác- Cuando se lo considera imprevisible con los
conocimien- to de la ticas inmediatas los hechos, de la
historia y el retorno a alejaron, sin duda, de aparición de medios
los textos son indis- esta disciplina, en la técnicos y
pensables para la justa que siempre tomaron conceptuales por el
aprehensión del de los fran- ceses y otro.
desarrollo pasado así alemanes los Es necesario, sin
como de los problemas rudimentos embargo, precisar
presentes. indispensables. En desde el principio los
Por lo tanto, es a la cambio, existió una límites de este trabajo:
vez por todo lo que escuela italiana muy se dejaron sis-
puede contener de inte- resante, cuyo temáticamente de lado
positivo y de negativo, genio se dedicó más los aspectos técnicos e
que me pareció bien a madu- rar las ins- titucionales,
apasionante e nociones surgidas de incluso jurídicos y
indispensable adquirir las otras dos escue- las sociales, que for- man
una visión de la clínica y a remitírselas así parte del movimiento
que fuese lo más afinadas, que a crear de conjunto de la clíni-
precisa y global real- mente nuevas ca. Para hacer la
posible, tanto en su nociones. Por eso le historia de ese saber,
desarrollo histórico hemos consa- grado y sobre todo de los
como en su extensión poco espacio. recorridos
espacial. En el En segundo lugar en el conceptuales que lo
espacio, por ende, tiempo pues, como ani- maron y de los
primero, dado que la todo saber concreto, la hechos que encontró,
clínica no ha clínica tiene una era preferi- ble
progresado con un historia, un desarrollo limitarse a su
movimiento igual y marcado por rupturas, movimiento, sin
unifica- do, sino que por mutacio- nes, así desconocer que estaba
su movimiento está como por escalones, en lejos de ser
animado por el que son lenta- mente autónomo respecto al
controversias de extendidos, ampliados, resto del campo social.
escuelas. Al respecto, aplicados, los con- Intenté indicar
debe pre- cisarse que ceptos y los métodos brevemente, cada vez
se trata especialmente nuevos. Otro fenómeno que era necesario, los
de un espacio franco- no- table reside en el sistemas conceptuales
alemán, en sentido hecho de que, como se en que se inspiraban
lingüístico al menos, vera, la clínica como los iniciadores de la
dado que las dos método consciente de sí clínica, pues hubiera
grandes escuelas mismo y sis- temático sido difícil
comprender su observación evolución. Pero esos se desea potencial-
recorri- do sin ellos, objetivante, incluso estudios de casos, esas mente, purificada de
pero entrar en detalles vol- ver a relacionar “viñe- tas” clínicas caras todo otro
hubiera sido los resultados así a los anglo-sajones, no procedimiento.
demasiado largo. obtenidos con surgen directamente Veremos con qué rigor
Finalmente y sobre materiales surgidos de de un método de los grandes maestros de
todo, no se trataba de un método de observación: la simple la clínica, y Pinel
hacer un trabajo de observación más necesidad previa del inicialmente, fundan sus
historiador, tanto por basto, similar a la análisis personal bas- ta principios. Esto es lo
falta de capacidad clínica clásica. Se trata para señalar que la que hace el valor
como de motivación; tam- bién aquí de la observación está allí universal de la clínica y,
es necesario entonces fuente de todos los en- cuadrada por otra al mismo tiempo, lo
no buscar en este conocimientos cosa más compleja que que delimita sus
trabajo una erudición transmisibles en gene- ra los hechos estrechos bordes, la
completa, sino el psicoanálisis, así como psicoanalíticos antes mirilla exigua a través
estudio de los gran- de todas las tentativas de que sea posible de la cual mira el
des ejes de de sistematización que coleccionarlos. En mundo de la
cuestionamiento y de salpican su cuanto a la naturale- psicopatología. Se
conceptualiza- ción, za exacta de ese puede entonces hablar
de la dirección general “algo”, digamos que de clínica psicoanalítica
de los problemas y de la con- cepción que con la condición de no
las doctrinas que de él se tiene olvidar que, en esta
atraviesan y determina en gran expresión compuesta, el
estructuran la historia medida la opción adjetivo es más
de la clínica. doctrinaria que define importante que el
y se- para las sustantivo y que los dos
I
diferentes escuelas que términos son
I
dividen el mun- do inseparables.
1º) Antes de entrar analítico, como, por
directamente en el otra parte, la manera 2º) Por otra parte, debo
tema, es conveniente en la cual se practica explicarme
precisar cierto número la cura. detalladamen- te sobre
de puntos de orden En la clínica todo la concepción
general. Y primero, un ocurre de modo muy epistemológica de
pequeño problema dife- conjun- to que guía
que sólo aparenta ser rente: la observación, este trabajo y me
un problema más o menos compleja sorprendió mucho ver
terminológico: ya se en la modalidad de su que se la consideraba
me reprochó el mirada según las empírica o positivista.
reservar el término de etapas y las escuelas, la Me parece, en efecto,
clínica a la psiquiatría define enteramente. Lo encontrar siempre en el
clásica 1; ¿no hay que se mues- tra en su ori- gen de un saber, de
igualmente al menos campo tiene un conjunto
una clínica ciertamente otras sistematizado de
psicoanalítica? En determi- naciones, conocimientos, un
realidad es sociales e recorrido metodológico
perfectamente posible institucionales por parti- cular fundado en
practicar, en el interior ejemplo, está lejos sin un sistema conceptual
del método específico duda de no tener más o menos
que funda la actitud segundas intencio- nes, elaborado, pero
psicoana- lítica, una permanece idealmente, evidentemente que lo
guía. El hecho es que, sistematizadas, progreso de los ¡Cómo no encontrar
en el uso sistemático de termina por conoci- mientos, harto ocioso o más
ese acce- so a lo real acumularse toda una posibilitado por los bien
que abre una dirección masa de observaciones principios raciona- bastante teológico,
particular, pasa- da una fortuitas, de les... termina siempre desde este ángulo, la
fase de extensión en excepciones a la por entrar en conflicto cuestión de saber
todas direcciones, en la regla, de hechos con ellos. Un doble dónde comienza la
que se opera la difíciles de encuadrar movimiento de ciencia en este proce-
primera recolección de en las doctrinas alternancia se re- so! No he empleado
“datos” concretos así surgidas en la fase de produce sin cesar. hasta aquí este término
como las primeras expansión; enton- ces Por una parte, lo que para calificar la clínica
generalizaciones comienza una fase de se fijó en forma de arrastra ya demasiado
gestación en que se hipótesis, teorías, idealismo para no
pre- para una principios, como tener que evitarlo
mutación conceptual aquello que sistemáticamente, inclu-
que, integrando los parece necesario so en el campo de la
hechos irreductibles a para hacer física. Un proceso
las síntesis precedentes comprensible la dialéctico
que una frecuentación experiencia, tiende a
sistemática de la desarrollar sus
realidad en causa consecuencias lógicas
había suministrado, y a suministrar las
abre direcciones nue- cien- cias deductivas
vas y una nueva etapa que se anticipan a la
de ese proceso cíclico experiencia. Por otra
que una espiral parte la experiencia
ilustraría mejor que un así posibilitada ter-
círculo. Así se opera mina por desbordar
un ajuste progresivo, los marcos, dando
asintomático, del co- resulta- dos cada vez
nocimiento con lo menos conciliables
real, marcado por con sus premi- sas
rupturas, mutaciones y teóricas, y los cambios
largas fases de de hipótesis o de teo-
progresos lineales: si la rías que se imponen,
realidad permanece pueden llegar a
allí, constantemente estremecer lo que
inal- canzable en su parecía un principio
esencia, puede también definitivo, necesario o
decirse que ella es allí a priori de la razón.
constantemente Así, los conocimientos
aprehendida, en fun- se- cretan la razón,
ción de los medios y proceden de ella y la
también de las trastocan por turno,
necesidades de una bajo el empuje de la
época. Como lo decía experiencia, en la que
Henri Wallon 2: “des- las influencias
de el surgimiento del tecnológicas y sociales
pensamiento racional son en cada época
y de los logros solidarias del esfuerzo
científicos, el especulativo”.
como el que acaba de describirse inspira en todo Este ángulo particular de consideración de los
caso la historia de la clínica: lo veremos. Que fenómenos brinda su sentido al desarrollo his-
este movimiento esté ahora cerrado no indica más tórico y para cada etapa se debe intentar en-
que una cosa: la mutación conceptual que prepa- contrar lo que parecía logrado y en qué senti-
ra la etapa siguiente está todavía en curso y es do, lo que parecía plantear problemas y exi-
suficientemente profunda y fundamental como gir investigaciones más profundas o nuevas
para demandar una larga gestación. No es difícil, conceptualizaciones, en fin, aquello de lo que
por lo demás, saber de qué lado es necesario se disponía para responder a tal exigencia,
esperarla: desde hace tres cuartos de siglo el medios técnicos y conceptuales nuevos, mo-
desarrollo del movimiento psicoanalítico acumu- delo particular surgido de un descubrimiento
la en desorden sus materiales. reciente o de otra rama de la investigación.
3º) Una vez planteada una concepción ge- Así se despeja progresivamente el sentido
neral, que no tiene por otra parte nada de de esta sorprendente aventura que representa la
original, será más fácil justificar los principios historia de cualquier saber. En lo que
que guiaron esta relectura de los grandes tex- concierne a la clínica psiquiátrica veremos
tos de la psiquiatría clínica. Se trataba ante que se puede obtener de ella toda una
todo de evitar un escollo que sigue siendo la enseñanza. Antes de entrar en lo central del
cruz de toda investigación histórica en psico- tema, debo hacer una recomendación al lector.
logía: esa lectura del pasado en términos del Este trabajo puede ser utilizado ciertamente
presente que, con la búsqueda de precurso- como un manual histórico si se busca en él
res, parece haber desaparecido de los traba- información sobre tal o cual autor o sobre tal
jos modernos de epistemología histórica, pero o cual tema particular. Sin em- bargo, la
que florece todavía en nuestra disciplina. Cier- intricación en el tiempo entre trabajos
tamente, no es fácil dar el sentido real de la sucesivos que son analizados aquí, la deriva pro-
producción de autores ya antiguos sin intro- gresiva de ciertos términos que siempre son uti-
ducir en ella de antemano lo que puede leer lizados con sentidos diferentes, a veces a lo lar-
allí quien otea toda una época histórica: si los go de ciento treinta años (manía, melancolía,
hechos sin duda variaron poco (todavía es éste paranoia, demencia, etc.) hacen necesario, en
un hecho difícil de dejar de lado) los obser- mi opinión, tomar conocimiento del desarrollo
varon y los cuestionaron desde un ángulo es- histórico en su conjunto para poder situarlos
pecífico, imposible de superponer directamen- correctamente. Por lo tanto, insisto en aconsejar
te a aquél desde el cual los abordamos ahora. su lectura como un todo que no logra su senti-
do más que en su globalidad.”

1. Se trata naturalmente del campo psicopatológico: la clínica es primero y ante todo una acción médica, aplicada en un segundo tiempo
a lo que de entrada fue concebido como una rama de la patología del cuerpo. Ese es el postulado de base de la clínica psiquiátrica,
desde su origen en Pinel; las perturbaciones mentales deben considerarse como una variedad particular de las perturbaciones
somáticas.
2. Les origines de la pensée chez l’enfant, PUF, 1, 1945. p. X-Xl.
3. En lo concerniente a esta última, su pasaje al rango de fetiche, debido tanto a su antigüedad y por consiguiente al notable grado de
formalización que alcanzó, como a su vínculo orgánico con la matemática, objeto de una veneración supersticiosa desde siempre,
solo vuelve más obscura una génesis muy parecida a la de otros saberes menos nobles porque más recientes.
4. Se encontrará al final del libro un índice detallado que restituye el plan del mismo, lo que, espero, facilitará su utilización. Las notas se
ubican al final de cada capítulo.
Fundamentos de la clínica Q 13

Paul Bercherie

Capítulo 1

Pinel

Si se quiere apreciar la importancia que tuvo ídolos de la tribu, antropomorfismo espontáneo


Pinel para sus contemporáneos, el carácter fun- del pensamiento; los ídolos de la caverna, iner-
dante que atribuyeron a su obra y la tradición cia que no cuestiona las nociones inculcadas por
que origina en él la psiquiatría moderna, es ne- la educación, es decir la cultura ambiente; los
cesario considerar no los aspectos positivos de ídolos del foro, seducción de las palabras y de la
su obra, sino el espíritu de su trabajo. retórica, pero también clasificaciones estableci-
En efecto, ni en el plano clínico, donde no das del lenguaje vulgar; los ídolos del teatro,
agrega nada esencial a las descripciones de los pres- tigio de los grandes sistemas filosóficos.
Antiguos o de sus predecesores inmediatos, ni En la cima del edificio, las categorías obteni-
en el plano nosológico, ni en el plano institu- das de la experiencia recibirán finalmente el
cional y terapéutico en el que toda la época nom- bre que les da existencia en la ciencia. Este
instituyó nuevas prácticas (cf. Tuke, Chiaruggi, es el sentido del aforismo de Condillac: “la
o incluso en Francia, Daquin) sólo se encuentra Ciencia no es más que una lengua bien hecha”.
en Pinel un espíritu claro y sintético muy dota- En efecto, una lengua que funcionase
do para la observación y provisto de un dina- correctamente nom- braría a lo real y no a los
mismo poco común. ídolos que son una herramienta sospechosa
En cambio, en el plano del método, vere- para el conocimiento.
mos que funda una tradición: la de la Clínica, Una disciplina sirve de modelo y de ideal a
como camino consciente y sistemático. esta investigación: la historia natural particular-
Pinel se vincula con el grupo de los Ideólo- mente, la obra de Buffon2. En toda la obra de
gos, que representa en Francia la síntesis de las Pinel se encontrará el llamado a un método final-
corrientes de pensamiento renovadoras y radi- mente “histórico” en la consideración de la locu-
calizantes que marcaron el siglo XVIII. Comparte ra, a “el espíritu de orden y de investigación que
con ellos los principios metodológicos que pare- reinan en todas las partes de la historia natural”.
cen estar en la base de todo trabajo verdadera- Se dedicará a la aplicación rigurosa de la doctri-
mente científico. Herederos de la tradición nomi- na en el campo completo de la práctica médica:
nalista, consideraban que el conocimiento es un en el campo clínico, es su obra Medicina clínica
proceso cuya base es la observación empírica de o la medicina hecha más precisa y más exacta
los fenómenos que constituyen la realidad. A esos por la aplicación del Análisis; en la nosología, es
fenómenos, materiales brutos de la percepción, la gran Nosografía Filosófica o el Método del
el sabio debe agruparlos y clasificarlos en función Análisis aplicado a la Medicina; finalmente, en el
de sus analogías y de sus diferencias; constituirá dominio particular de la alienación, es el “Trata-
así clases, géneros, especies, evitando introducir do médico-filosófico de la Alienación Mental’
en ese trabajo de análisis y síntesis su subjetividad La filosofía de la que se trata, el análisis, es
propia bajo la forma de “ídolos”, cuyo origen Ba- el método del cual acabamos de hablar, tal como
con denunció en el linde de la edad clásica: los los ideólogos lo reciben de Locke y de
Condillac. Es interesante saber que es con su
maestro, el
médico Sydenham, con siempre aproximativo lectura, un texto la lengua vulgar,
quien Locke, que tam- y, sin embargo, escrito en la “lengua evocarán
bién se inició en la valedero. No conocerá bien hecha” de inmediatamente los
profesión médica, jamás, empero, Condillac . Al mismo fenómenos que
encuentra los verdaderamente lo real tiempo, la clínica debe engloban. Por el
lineamientos de su (tal como Dios lo crearse un len- guaje, análisis progre- sivo,
teoría. Sydenham es conoce) y es por lo palabras nuevas, de por la frecuentación
uno de los iniciadores tanto inútil que se sentido preciso que, a asidua del campo de
del retorno a consuma en vanos diferencia de las la observación, se
Hipócrates que marca sistemas explicativos. palabras imprecisas y constituirá un saber,
todo el siglo XVIII, es Por el contrario, dema- siado sometidas cada vez más preciso
decir, del retorno, más conocerá al deslizamiento de aunque siempre
aIlá de los dogmas suficientemente lo que sentido de limitado al campo de
explicativos de Galileo se le presenta de lo los fenómenos.
a la observación real, para obtener de él Naturalmente es válido
empírica y clínica. un conocimiento interrogarse sobre esta
Ciertamente, el pragmática- mente epistemología un
galenismo surge de la eficaz y esto es lo poco ingenua, pero
sistematización de las único que importa. queda en pie un
doctrinas de En el plano hecho: Pinel abre la
Hipócrates, pero éstas metodológico entonces exploración sistemáti-
estaban en equilibrio se en- ca de un campo y el
en Hipócrates con un contrará en Pinel un ordenamiento de los
verdadero culto de la llamado a la fenóme- nos que lo
observación clínica, frecuentación lo más constituyen. Este
que desaparece en Ga- extensa posible de lo camino ha sido el
leno detrás del real, es decir, en este fundamento sobre el
sistema. Sydenham caso, de la clínica, a cual se constituyó
transmitirá a Locke esto se debe su con- después el saber
una confianza en la fianza en las opiniones realmente positivo de
observación y una de hombres “sin la psiquiatría, una vez
desconfianza en la saber” como Pussin, el que, como a menudo
teoría que volvemos a inspector de Bicêtre. Al en el nacimiento de las
encon- trar en Pinel, mismo tiempo, cien- cias, un hallazgo
vía Condillac y los recomienda formarse inesperado habrá
Ideólogos, y cuyo mediante el estu- dio suministrado un
último avatar será el de la historia natural y método nuevo para
positivismo de Auguste la práctica de las ma- explorar y clasificar
Comte: el hombre temáticas en el espíritu los fenómenos. El
puede confiar en sus de análisis, pues una postulado sobre el
faculta- des de ob- servación que reposa la doctrina
observación y de simplemente empírica que Pinel, antes que
análisis; los fenómenos sigue siendo in- tuitiva, Comte, retoma de
tal como se le aparecen no adquiere ningún Sydenham, Locke y
no son la esencia de la estatuto en la cien- Condillac, se muestra,
realidad última, pero cia, no es acumulativa: en efec- to,
son suficientemente debe pasar al sistemáticamente
“para- lelos” a ella lenguaje, adquirir una erróneo frente al
como para que pueda estructura enunciable; la avance del
fundar en ellos un clínica debe devenir conocimiento
saber a la vez progresivamente una científico: la
incognoscibilidad de la Nosografía. Allí aisló permanece inaccesible. pudo realizarse la
esencia real de los las grandes clases Menos de diez años “revolución” de la
fenómenos es una sintomáticas en las más tarde, Bichat segunda mitad del siglo
verdad asin- tótica; en cuales la anatomía planteará el principio XIX; por la otra, y esto
cada etapa del patológica no juega de base del método proviene de la
progreso de los más que un papel anátomo-clínico: la especificidad del
conoci- mientos, parte secundario en la lesión local explica el campo psiquiátrico, la
de lo que parecía clasificación: las fleg- cuadro clínico y éste observación pura per-
constituir el pro- masías o las no hace más que manecerá al menos
blema de la esencia en hemorragias son manifes- tarla en el sectorialmente válida:
la etapa precedente cae clasificadas según el exterior. Michel sigue siendo la
en el orden de lo lugar donde se Foucault, que presen- condición necesaria,
conocido y de lo producen en el ta un notable cuadro sino la finalidad última,
explicado. El pos- cuerpo. Pero esto no de la evolución de los del conocimiento.
tulado positivista constituye un co- nocimientos y de Ahora que el
conducirá a Comte a elemento del nivel las doctrinas en pensamiento de Pinel
rechazar, entre otros, el causal, sino uno de los medicina du- rante nos es más familiar,
conocimiento de la síntomas del proceso este período7 opone que hemos captado
constitución físi- co- mórbido, el que demasiado estas dos que el último error
química de los etapas: una surge de la que debe cometerse en
planetas, que la otra; Bichat invoca a relación a su obra es
espectroscopia Pi- nel y la tra-
8
permitirá algunos años organización de la tarla como un sistema
explicativo , podemos
más tarde; pensará lo clínica ha suministra- co-
mis- mo en lo do tan sólo las menzar a estudiar sus
referente a la bases necesarias al ideas positivas, las tesis
constitución física de método anátomo- muy prudentes y
la materia, la clínico que, por otra bastante eclécticas que
matematización y los parte, no hace ca- constituyen su doctrina
estudios microscó- ducar a la primera. El psiquiátrica.
picos en biología, etc. camino empírico sigue Pinel considera la
Igualmente, lo que sien- do una condición alienación mental como
parecía inaccesible a previa necesaria para la una
Pinel, fundará un inves- tigación; debe enfermedad en el
conocimiento con- reconocerse, sin sentido de las
creto en la segunda embargo, que cambia enfermedades
mitad del siglo XIX. de aspecto al volverse orgánicas, una
Desde este punto de orientado (hacia la perturbación de las
vista, la psiquiatría se- investigación de signos funciones inte- lectuales,
guirá con un retraso focales). es decir, de las
de medio siglo la De la misma manera, funciones superiores del
evolución de la veremos a Falret y su sistema nervioso9 Por
medicina: Pinel fue de descendencia eso las ubica en la
aquellos que constitu- (Lasègue, Falret clase de las neurosis10,
yeron la clínica médica hijo, Morel, es decir, de las
como observación y Kahlbaum) desbordar afecciones del sis-
análi- sis sistemático y conmocionar la tema nervioso “sin
de los fenómenos clínica de Pinel y de inflamación ni lesión
perceptibles de la Esquirol. Sin embargo, de es- tructura”, y que
enfermedad; resultado por una parte, es sobre por lo tanto no entran
de ello es su este fundamento como ni en la clase de las
flegmasías ni en la de junto a alteraciones perturbación no Además, es necesario
las hemorra- gias o de idénticas de la supera la precisar que la aliena-
las lesiones orgánicas: función sin lesión interpretación ción mental no forma
son también afec- perceptible: lo permanente e una clase en la
ciones sin fiebre. importante es que la inquieta de las nosografía, se vuelve
Debe indicarse sin lesión no es constante sensaciones viscerales a encontrar
embargo que, tanto y que por !o tanto que Pinel considera simplemente las
para la alienación representa un como suficientemente cuatro es- pecies que
mental como para las elemento reales, atribuyéndoles la constituyen en las
otras neurosis, cita contingente. En el frecuen- temente un vesanías. Ella no es,
numerosas causas capítulo de las le- fundamento orgánico; en efecto, más que
lesionales siones orgánicas (clase —el sonambulismo: una categoría
5ª de la nosografía), que es una locura empírica,
sólo encontraremos corta, una
un capítulo sobre locura limitada al
“las lesiones del período del sueño;
cerebro y de sus Pinel, por otra parte,
meninges” a partir de incluye en él a la
la quinta edición pesadilla;11
(1813); incluso sólo —la hidrofobia: es
tiene cinco páginas y decir la rabia, que en
un contenido la prime-
puramente crítico (en ra edición había
particular para la incluido dentro de las
doctrina de Gall) que neuro- sis
volvere- mos a espasmódicas a causa
encontrar después del espasmo larín-
en el Tratado de la geo, y que termina
alienación mental. clasificando dentro de
las vesanías, a causa de
La alienación mental
los trastornos psíquicos
forma parte de las
ex- citados y
neu- rosis cerebrales,
depresivos que
siendo el cerebro el
constata en la misma.
asiento de la mente;
Es entonces una
estas neurosis
transición hacia las
cerebrales son de dos
neurosis motrices y
tipos: abolición de la
viscerales, así como la
función (afecciones
hipocondría es una
comatosas),
transición, por sus
perturbación de la
múltiples parestesias,
función (vesanías). Las
hacia las neurosis de
vesaní- as comprenden
los sentidos.
la alienación mental, la
Efectivamen- te, una
locura pro- piamente
clasificación adecuada
dicha y algunas otras
incluye clases de
“enfermedades
transición entre sus
mentales” que no
grandes divisiones,
hacen del sujeto un
siendo la naturaleza un
alienado en sentido
estricto: continuo de formas.12
—la hipocondría: cuya
social, (las permanecen intactas adquirida, y entonces a menudo
enfermedades mentales fuera de ese “núcleo” transitoria.
crónicas jus- tifican la delirante y el Subrayemos enseguida
internación), a eso se comportamiento sigue el error profundo que
debe su disper- sión siendo coherente y constituiría toda
en el seno de una comprensible, si se tentativa de identificar
obra específicamente tienen en cuenta las
estas ca- tegorías,
clasificatoria como la ideas delirantes. El
puramente
nosografía. estado afectivo y el
sintomáticas, con
Ubicado el lugar y el tema del delirio
nuestras entidades
estatuto de la locura13 pueden ser de
actuales. Los términos
veamos su estudio naturaleza triste o de
que sobrevivie- ron
concreto14. En primer naturaleza alegre y
podrían fácilmente
lugar las grandes clases exaltada.
inducir al error, y
en las que se reparten
3) La demencia o todavía se ve a
las ma- nifestaciones
abolición del historiadores según los
mórbidas:
pensamiento, y Pinel cuales Pinel habría
1) la manía precisa que alude descripto la
propiamente dicha, en como tal al pensa- melancolía o la manía,
la que el deli- rio es miento en el sentido pero no habría aislado
general, es decir, que de Condillac, es decir, la paranoia o habría
concierne a to- dos los el juicio. La demencia confundido
objetos, estando es entonces la incohe- esquizofrenia e
lesionadas muchas de rencia en la idiotez. Pinel,
las “funciones del manifestación de las naturalmente, vio
entendimiento” (per- facultades mentales, el todo, pero no con
cepción, memoria, desorden y la nuestra mirada; su
juicio, afectividad, movilidad, la nosología apunta a
imagi- nación, etc.) y existencia crear grandes clases
que se acompaña de “automática”; la fenoménicas, de
una viva agitación. destrucción de la comportamientos
Pinel distingue, no función de síntesis, se persuadido como está
obstante, una habría dicho un poco de que esas grandes
subvariedad que será la más adelante. divi- siones recubren
prenda de importan- algo de la esencia de
4) El idiotismo u
tes batallas futuras: la lo real. No- sotros
obliteración de las
“manía sin delirio” o pensamos con
facultades intelectuales
“manía razonante”, en
y afectivas, es decir, la categorías muy
la que las funciones
supre- sión más o diferentes: son para
del entendimiento están
menos completa de la nosotros los
intactas y en la que no
actividad mental, pequeños signos los
subsisten más que la
quedando el sujeto que importan y los
alteración de la afec-
reducido a una que definen el
tividad y la excitación,
existencia vegetativa, fenómeno. La manía
a menudo furiosa.
con restos esporádi- de Pinel (e inclusive,
2) La melancolía, en la cos de actividad excluyendo la manía
que el delirio está psíquica (ensoñaciones sin de- lirio) incIuye
limita- do a un objeto dul- ces, sonidos los estados de
o a una serie semiarticulados, crisis agitación, ya sea los
particular de objetos, de exci- tación). Puede que consideramos
las facultades mentales ser congénita o actualmente maníacos
o epi- lépticos, allí el delirio un Para el trabajo de pensamiento, memoria,
confusionales, síntoma y no el descripción clínica juicio, emociones y
esquizofrénicos, fenómeno esencial. que emprende y que afecciones morales,
deliran- tes, ansiosos, Por lo tanto, sin que debe proseguirse, a imagi- nación,
histéricos. Por otra el pro- blema esté bien partir de las grandes carácter. La división
parte, estas cate- explicitado, Pinel clases que ha es tomada de los
gorías pueden mismo comien- za el definido, hacia una análisis clásicos de
“complicarse”15: trabajo de separación precisión y una esas facultades en
accesos maníacos en la de las locuras sintomá- firmeza cada vez más aquella época. Incluso
demencia, el idiotismo, ticas y de las locuras grande, Pinel allí, Pinel da pruebas
o la melancolía, idio- idiopáticas o esenciales recomienda de pruden- cia y
tismo terminando la que continuará como continuamente utilizar, eclecticismo y, por
manía o lo contrario, veremos a lo largo de tanto como se pueda, ejemplo, no se privará,
etc. todo el siglo XIX a el trabajo de los a propósito de la
Es la misma través de Georget, psicólogos y en manía sin delirio, de
concepción que hace Baillarger, Magnan y particular el de Locke y criticar a Locke (p.
de la finalmente Kraepelin. Condillac. Para 149, primera edición),
alienación mental una estudiar en su detalle a pesar de su “justa
unidad, pues las perturbaciones de admiración” por haber
empírica y las funcio- nes supuesto siempre una
metodológicamente mentales en la locura, lesión intelectual, es
forma un grupo lo mejor es empa- decir, una idea deliran-
homogé- neo de parse con sus te como fuente de la
fenómenos, observaciones, con el locura. El horror a los
claramente diferente análisis que realizaron siste- mas no se limita
de las otras de las funciones de en él a los de sus
enfermedades y, por la mente normal, lo adversarios: aconseja
ende, detrás de los que facilitará la para evitar las
fenómenos descripción de los divagaciones del
corresponden a algo trastornos de esas ideologismo no pedir
de las esen- cias16. funciones en el prestado a esas
Es el lugar para alienado. ciencias “accesorias”
precisar un punto Así, lo que no constituía ideas sino “con una
que tendrá una cierta más que un peque- suerte de so- briedad,
importancia en lo ño capítulo de la sólo tomar aquéllas
que sigue: la primera edición del que son las menos
Nosografía clasifica tratado (p. cuestionadas” y
las enfermedades 21 a 25) se agregarles la
men- tales en grandes transformará en la observación (pp.
categorías, sirviéndose segunda sección de la 51 y 52 de la
para ello de los segunda edición (p. 55 introducción,
síntomas más notorios; a 128), ancestro de primera edición).
es entonces con las todos los capítulos de El rechazo de todo
fiebres (primera de semiología de los sistema totalizante no
las cinco clases) en tratados posteriores, impi- de a Pinel
parte y sobre todo donde se examinan las profesar una doctrina
con las flegmasías perturbacio- nes de las bastante precisa sobre la
(inflamaciones: se- diversas facultades del alienación mental, que
gunda clase) donde es entendimiento: ahora resumiremos.
clasificado el delirio sensibilidad, Hemos visto que, como
febril agudo, siendo percepción, Cabanis, es partida-
rio de una cerebrales, y pueden ordenar en miedo, la tristeza,
concepción propondrá a ese dos rúbricas, en cons- sobre el estado de las
materialista psico- desarreglo cierto tante interacción por vísceras y de las
fisiologista: la mente número de causas: otra parte: grandes funciones:
es una manifestación circulación y
1) causas físicas — las pasiones
del funcionamiento del
primero: intensas y fuertemente
cerebro y las
contraria- das o
“relaciones de lo físico — directamente
prolongadas;
y de lo moral en el cerebrales: un golpe
— los excesos de
hombre”17 le parecen violento sufrido en la
todo tipo, las
fundamentales y cabeza, una
irregularidades de las
permanentes. La locura, conformación vi-
costumbres y del
la conci- be entonces ciosa del cráneo
modo de vida y la
como un desarreglo de (mantiene en
“institución” (en el
las facultades particular esta causa
sentido de maestro: la
para algunos casos de
edu- cación) viciosa,
idiotismo congé- nito,
ya sea por malicie o
a los que consagra la
por dure- za excesiva,
séptima sección de la
que es factor
segunda edición del
predisponente19.
tratado);
— simpáticas, es Todavía debe
decir que alcanzan el precisarse cómo
cerebro como comprende Pinel la
consecuencia de sus acción de las causas
lazos con los otros morales que consi-
órganos dcl cuerpo: dera como las más
supresión brusca de numerosas y las más
un exutorio o de una impor- tantes en la
hemorragia18, de una producción de la
afec- ción cutánea o alienación mental: les
de un herpes, gota, atribuye más de la
conse- cuencias de mitad de los casos
diversas fiebres. (segun- da edición,
p. 419). Actúan por
Se relacionan con la acción que ejercen
este orden de causas, sobre los órganos de
las causas fisiológicas la “economía”, es
(partos, edad crítica de decir, sobre el
las mu- jeres) y el organismo
hábito de la ebriedad. considerado como un
todo funcional,
2) la herencia, a la
perturbándolos. Pinel
cual Pinel le otorga
cita aquí
un Iugar destacado, ya
extensamente a
que es el primer
Crichton (o Crighton)20
parágrafo del capítulo
quien ela- bora un
de causas (segunda
catálogo de los
edición).
efectos diversos
3) finalmente, las ejerci- dos por las
famosas causas pasiones tales como la
morales, que se alegría, la có- lera, el
respiración21. Una vez tipo físico: color de ideas: las pur- gas y al tratamiento, a
adquirida esta los cabellos o de los los vomitivos menudo quedaban
perturbación visceral, el ojos, conformación sistemáticos de los dementes e
cerebro se altera por física, sexo; así, los antiguos (eléboro) incurables. De
vía de “simpa- tías”, de hombres ro- bustos de habían sido Hipócrates retomará
modo que las causas cabellos negros tienen suplantados por la la idea de que la
morales son una una mayor pre- sangría y, regularmente, enfermedad tal como
rúbrica de las causas disposición a los Pinel recibía del Hotel- se nos presenta es
físicas simpáticas. La accesos de excitación, Dieu a- lienados esencialmente una
pertur- bación parte de las mu- jeres, sobre exangües y reacción saludable del
la región del estómago todo rubias, estarían moribundos; si orga- nismo contra la
y de los intestinos más inclinadas a la escapaban acción de causas que
desde donde se melancolía (cf. primera perturban su
propaga como por una edición, p. 14-15). La equilibrio, cuya
especie de irradiación alienación aparece terminación natural es
la perturbación del aquí como uno de los la cura. Citemos un
enten- dimiento” tipos de reacción del poco más
(segunda edición p. organismo. extensamente, por una
142) Además de vez, un pasaje que
retomar el viejo tema * resume todo lo que
hipocrático (melancolía * hemos dicho hasta
= bilis negra), las * aquí de la naturaleza
posiciones doctrinales Las mismas ideas de la locura (primera
materialis- tas de los fundarán la concepción edición, p. 38-39):
Ideólogos se expresan ge- neral del “Una afección intensa
aquí. Las per- tratamiento. Por lo o, para hablar más
turbaciones de los menos, al igual que los generalmente, un
sentimientos afectivos dogmas y los sistemas estimulante cualquie- ra
y del carácter que florecían todavía actúa fuertemente
constituyen uno de en aquella época, sobre el centro de las
los síntomas más (humorismo galénico, fuer- zas epigástricas,
importantes de la solidismo de Willis y produce en ellas una
locura (cf. la tesis de Boorhave, conmo- ción
Esqui- rol), que tiene iatroquimismo de profunda que se
frecuentemente los Paracelso, animismo de repite sobre los
rasgos de una Stalh, etc.), Pinel plexos abdominales,
exaltación pasional. condena a los em- provocando
Puede subrayarse que píricos y a su encogimientos espas-
las causas no son en búsqueda de un módicos, una
ningún caso específicas remedio “especí- fico” constipación pertinaz,
para los diferentes por vía del azar, con ardores de las
tipos de locura, toda la charlatanería entrañas.
exceptuando quizá, el que esto puede Inmediatamente
idiotismo congé- nito, implicar. Rechaza el después se excita una
pero éste es tan sólo activismo terapéutico, reacción general más
una parte del idiotismo. el intervencionismo o menos fuerte, de
Pinel tiende más bien a desatado e in- acuerdo con la
atribuir la forma del tempestivo de ambos, sensibilidad
acce- so a la y la práctica de la individual; el rostro
“constitución” del época no podía más se colorea, la
individuo, es decir, al que reforzarle esas circulación se vuelve
más anima- da, el nan por desaparecer”. de la “materia mente alterada puede
centro de las fuerzas Es fácil comprender mórbida”. Pinel ser conducida
epigástricas parece las consecuencias de consagra así un nuevamente a la razón
recibir una impulsión una tal posición: es el parágrafo (primera con ayuda de la
secundaria de una “méto- do edición p. 276) a un institución curativa,
natura- leza expectante” de caso de cura por pues finalmente se
totalmente diferente Hipócrates. El médico erupciones cutáneas pueden relacionar las
de la primitiva, la con- debe abstenerse al “críticas”. Sin em- concep- ciones de
tracción muscular máximo de toda bargo, al médico le Pinel con un concepto
está llena de intervención que queda un papel de ese orden. Aún una
energía; gene- fuera a perturbar el importante: la ayuda vez más la Ideología
ralmente se excita desarrollo del ciclo que pueda brindar a lo funda la teoría, en
una fogosidad ciega natural de la largo del ciclo particular el
y una agitación enfermedad. Cuando mórbido; podrá sensualismo por el cual,
incoercible; el el organismo haya de- utilizar allí los siguiendo a Locke y a
entendimiento mismo sarrollado su reacción medicamentos en el Condillac, explica el
es arrastrado en esa sobrevendrá la “crisis”, momento oportuno origen de las ideas y en
suerte de por la cual la para ayudar al orga- el que funda su
movimientos sa- enfermedad finalizará, nismo en su tarea. confianza en la
ludables y por la eliminación Purgantes, evacuantes, maleabilidad y, por
combinados. Sus vesi- catorios, ende, en la
funciones se alte- antiespasmódicos, perfectibilidad de la
ran, muchas a la vez baños fríos o tibios, e mente hu- mana. Los
o parcialmente, y a incluso sangrías, tienen contenidos de la mente
veces redoblan la de este modo un pa- dependen de las
vivacidad. En medio pel que cumplir, a percepciones y de las
de esta pertur- bación condición de ser sensaciones y modifi-
tumultuosa cesan las “modera- dos” y de ir cando éstas, se
afecciones gástri- cas en la dirección de la modifica, por
o abdominales, luego naturaleza; ya no se intermedio, obvia-
de una duración más trata de tratamientos mente, de las pasiones,
o menos prolongada; empíricos, utilizados de la afectividad, único
la calma llega, y trae sistemáticamente, sino motor humano, todo el
con- sigo en general de indicaciones estado mental. El
una cura que es más terapéu- ticas medio ambiente del
sólida cuanto más limitadas y alienado jugará
violento ha sido el cuidadosamente entonces un papel
acceso, como lo de- regladas en base a la capital en la cura. Es
muestran las observación del caso necesario aislarlo en
observaciones más individual, en la gran una ins- titución
reiteradas. Si el tradición de especial, primero para
acceso está por Hipócrates22. retirarlo de sus
debajo del grado de El tratamiento moral, percepciones habituales,
energía necesaria, la en cambio, cuenta con de aquellas que han en-
misma escena puede todo su apoyo y su gendrado la enfermedad
renovarse en un nombre quedó ligado a o al menos acompañado
orden periódico, pero él. Si se debe dejar el su inicio; para luego
a menudo los accesos cuerpo librado a su poder controlar
así repetidos reacción natu- ral, por completa- mente sus
disminuyen en el contrario, en la condiciones de vida.
intensidad y termi- alienación mental, la Allí será someti- do a
una disciplina severa y ley colectiva de la ejemplo, los furiosos, cierto número de
paternal, en un mundo institución, al “trabajo no serán reco- mendaciones
completamente mecáni- co”24 y a la encadenados, sino institucionales: la
regulado por la ley “policía interior”25 que que se los dejará proscripción de la
médica. Por el juego la reglan. El obje- tivo “divagar” por el violencia y de las
dosificado de las es “subyugar y domar parque del asilo, vejaciones inútiles
amenazas, las recom- al alienado poniéndolo munidos simplemente (cade- nas, visitas de
pensas y los consuelos, en estrecha del chaleco de fuerza, extraños) ciertamente,
por la demostración a dependencia de un o en el peor de los pero tam- bién la
la vez de un gran hombre que, por sus casos, se los encerrará existencia de un
cuidado y de una gran cualidades físicas y en celdas. personal numeroso y
firmeza, se lo someterá morales, sea En ciertos casos, se bien entrenado,
progresivamente a la adecuado para ejercer montan estratagemas: habituado a observar
tutela médica y a la re- y a com- prender a
sobre éI un poder
irresistible y para presentaciones los enfermos, un
cambiar el círculo diversas que “realizan” supervisor jefe que
vicioso de sus ideas” más o me- nos el controle
(primera edición, p. delirio del enfermo perfectamente a sus
58: siguen ejemplos como ese melancólico hombres y que
para ilustrar esta convencido de que
“verdad sensible”). estaba en la lista de
Para obtener este sospecho- sos de la
resultado, es necesario Convención y a quien
conducirse de una tres hombres dis-
manera que susci- te frazados de jueces van
el respeto del a darle un certificado
alienado y su ates- tiguando su
confianza; y para patriotismo26.
obtener esa A veces es el sarcasmo,
“transferencia paterna” el miedo, la confianza,
Pinel no care- ce de un contrato firmado
ideas. Primero, si a con el enfermo, la
menudo es necesario visita ines- perada y
intimidar al alienado, cuidadosamente
por ejemplo con calculada de personas
demostra- ciones de queridas que
fuerza (primera determinan el choque
edición, p. 66: un afectivo busca- do y
“apa- rato imponente que sacan brutalmente
de represión”, es al sujeto de su delirio.
decir, enferme- ros Otras veces, la vida
numerosos y regular del asilo, el
decididos), es aislamiento y el
necesario, sin em- reposo, las
bargo, no emplear ocupaciones que
nunca la violencia ni distraen (trabajo, la
los méto- dos recuperación del
degradantes: la dulzura pasatiempo favorito
y la comprensión bas- después de una larga
tarán a menudo; los interrupción) bastan.
agitados, por Todo esto implica
esté totalmente en el origen de un casos (exceptuados los idea de la curabilidad
consagrado al médico, vasto movimiento de idiotismos congénitos de la locura una base
locales que permitan asunción y de en los que una teó- rica: el cerebro
aislar las diferentes regulación del espacio malformación cráneo- no está dañado, la
variedades de social, por ejemplo, en encefálica le parece mente sola- mente
alienados entre sí, el dominio de las frecuente), la locura está alterada en su
sustraer a los idiotas prisiones28. está exenta de daño funcionamiento, de
de la mirada, espacio, Para concluir, material del cerebro. donde surge la
posibilidades de comentaremos la Esta toma de posición acción posible del
trabajo para los posición de Pi- nel en tiene una primera tratamiento moral y la
enfermos. En suma, el relación a la anatomía consecuencia, la de curabilidad potencial
asilo debe ser un cen- patológica de la alie- proporcionar a la de la locura en una
tro de reeducación nación mental. Esta proporción que
modelo y “panóptico”27 posición está estima muy elevada
en el que la sumisión determinada por su (cf. se- gunda edición,
es el primer paso hacia desconfianza hacia los p. 444 a 452), al
la cura; como lo sistemas explicativos. menos para la manía
hemos visto Como reacción contra y la melancolía no
anteriormente, una la opinión más complicada. En la de-
educa- ción mal corriente de la época29, mencia y el
hecha predispone a la Pinel rechaza las idiotismo las curas
locura; en el asilo, por teorías que dan cuenta son raras: el
el contrario el sujeto de la locura por un entendimiento está
adquirirá una educa- daño material en el tan disociado que el
ción modelo que se cerebro, o más bien sujeto permanece
prolongará en los rechaza la extensión a inaccesible a las
consejos profilácticos todo caso de locura de percepciones ex-
para evitar una algunas constataciones teriores y, por lo
recaída. aisladas: las autopsias tanto, a las influencias
Vemos nuevamente que practicó no le exterio- res; éstas son
perfilarse aquí las posi- mostraron nada sin embargo,
ciones, éticas esta vez, contrastante ni posibles, especial-
de los Ideólogos: su específico; si existían mente en el idiotismo
mo- vimiento es lesiones, e- llas podían adquirido, mediante el
esencialmente deberse a la uso del tratamiento
filantrópico y social. enfermedad que causó físico estimulante.
En todos los dominios la muerte y no tener Pinel se yer- gue así
apunta a una reforma ninguna relación con la contra el dogma de la
de las costumbres, a locura, le sucedió incurabilidad de la
una sociedad sana y encontrar lesiones en locura, bastante
reglada, lejos de la personas que no habían extendido en esa
decadencia del Ancien presentado época, y es esto lo
Régime o del tumulto manifestaciones que hace que le
revolucionario. delirantes; fi- nalmente, otorgue tanta
Creyeron un instante la mayoría de las veces importan- cia a la
ha- ber encontrado en ninguna lesión era “manía” intermitente
el primer cónsul al perceptible en la que constituye el
hombre que realizaría locura. Concluye tema de su primera
sus grandes proyectos entonces que es memoria psiquiátrica
sociales. De todas probable que en la (1797); aquélla que
maneras, estuvieron inmensa mayoría de los versa sobre el
tratamiento moral, y manía en general. Es
no es una coincidencia, probablemente este
es del año siguiente30; géne- ro de
la intermitencia es, en imperfecciones
efecto, el modelo y la debidas a la
prue- ba de la constitución
curabilidad. heterogénea de la
Precisemos que la primera edición del
“manía” intermitente tratado (cf. más arriba
tiene aquí el sentido y G. Swain) lo que
amplio de alie- nación llevará a su
mental; Pinel no ha reestructuración
separado, todavía, completa en la
sus categorías segunda edición.
nosológicas: cita allí, Pero, esta desconfianza
por ejem- plo, cinco hacia la anatomía pa-
insensatos aquejados tológica tendrá una
de una suerte de consecuencia más
obliteración de las importante
facultades del
entendi- miento o de
lo que se puede
nombrar una “de-
mencia de
imbecilidad” (primera
edición, p. 39). Se
trata del género de
casos que
denominará más
tarde idiotismo
adquirido: ¡aquí lo da
como ejemplo de
manía intermitente!
Entonces, no se
puede comprender
aquí manía más que
en el sentido amplio
de locura, es
lamentable que Pi- nel
mismo, en la memoria
nosológica de 1799,31
remita, en el
parágrafo sobre la
manía (esta vez en el
sentido restringido), a
la memoria sobre la
manía intermitente
para establecer el
carácter tí- pico de un
acceso de manía
periódica para la
a mediano plazo; la de de ser atribuido en
colocar muy gran medida a la
rápidamen- te a Pinel especificidad de los
contra la corriente problemas que
del gran movi- miento plantea el campo
anátomo-patológico que psiquiá- trico y que,
Bichat inauguró. Su como veremos, es el
posición escéptica en factor dinámico de su
relación a la clase de organización en
las fiebres (primera saber.
clase de la nosografía) Por el momento
le val- drá los ataques retengamos sobre
furiosos de Broussais y todo la
finalmente una derrota distancia que Pinel
completa32. En relación introduce entre la
a las neu- rosis y, por obser- vación de los
lo tanto, a la locura, fenómenos y el
será muy rápi- damente ensayo de pre-
atacado por el mismo sentar una teoría
Broussais y aban- explicativa sobre los
donado por una parte mis- mos, que
de sus alumnos (ver oriente el
más adelante el comportamiento del
capítulo 3). Sin prac- ticante. Esa
embargo, por un distancia
tiempo su posición fundamental y la
permanecerá más jerar- quía que se
sólida, pues se introduce así entre
corresponde más con observación y
la realidad objetiva. Ve- explicación es la que
remos cómo Bayle funda la clínica y la
tendrá finalmente que constituye la
razón, con bastantes ruptura que opera,
dificultades, por otra con una cons- ciencia
parte. Pero es im- aguda de su
portante ubicar la suerte originalidad, Philipe
de hiato que se Pinel. Rompe así, en
introduce entre Pinel y efecto, con esa
su escuela psiquiátrica suerte de uni- dad
por un lado y el resto sincrética que hacía
de la medicina de la interpenetrarse sin
época por otro. Pue- límite neto la forma
mórbida y el
concepto que daba
cuenta de ella34.
1. Cf. Lalande: Les Théories de la induction et de l’expérimentation.
2. Cf. M. Foucault, Las palabras y las cosas, primera parte.
3. Traité de l’aliénation mental: último parágrafo de la introducción.
4. Para todo esto, cf. F. Duchesneau: L’empirisme de Locke, y Pinel: Nosographie, 1.
5. Nosographie I, Introducción.
6. Cf. M Foucault, Nacimiento de Ia clínica, cap. 6 y 7.
7. Nacimiento de la clínica.
8. No volveremos aquí sobre la tesis de G. Swain. Cf. Ornicar?, 15.
9. Pinel es, efectivamente, como Cabanis, partidario de un materialismo psico-fisiológico.
10. Nosographie, Ill. 2ª edición y siguientes.
11. Retoma aquí a Cullen, autor del término de neurosis, que él traduce: éste distinguía manía, melancolía, amentia (demencia idiotismo
de Pinel) y Oneirodinia, es decir, sonambulismo y pesadilla.
12. Cf. M. Foucault: Las palabras y las cosas, 1ª parte.
13. O alienación mental o manía para precisar las sinonimias. Manía, en efecto, es sinónimo de locura en esa época: cf. manicomios
(asilo), manígrafo (escritor de psiquiatría), cf. también el doble título de la primera edición del tratado: Sobre la Alienación mental o la
Manía.
14 Cf. Traité, primera y segunda edición.
15. Uno de los grandes principios del análisis pineliano es la distinción de las formas puras y de las formas combinadas. Es, por otra
parte, un principio fundamental en clínica y por ejemplo se lo puede encontrar en Freud: cf. los argumentos que le permiten
distinguir la neurosis de angustia de la neurastenia.
16. No se trata por lo tanto, para nada, de nuestra moderna “unidad de la psicosis” (Swain) que recubriría aquí la idiotez, las confusiones
mentales, las perturbaciones organógenas (epilepsias, demencias) y una parte de las neurosis, en resumen, casi toda la neuro-
psiquiatría.
17. Cabanis, Memorias leídas en el Instituto en 1796 y 1797, publicadas en volumen en 1802.
18. Tema típicamente hipocrático: si un derrame es habitual en un organismo, su supresión brutal acarrean una perturbación de otro
órgano.
19. Esencialmente se trata aquí de las pasiones “artificiales” (orgullo, ambición, gusto por el lujo) del mundo “moderno” y de la
decadencia de costumbres de las ciudades. La ideología retomaba parcialmente temas rousseaunianos prerrománticos y aspiraba a una
reforma de las costumbres.
20. En Ia Introducción de la primera edición, que integrará a la primera sección de la segunda edición, sobre las causas.
21. Aquí se manifiesta una influencia importante: es la de Descartes que consideraba a las pasiones como la gran vía de la interacción del
espíritu y el cuerpo; uno y otro se afectan recíprocamente por su intermedio.
22. Cf. el capítulo sobre la medicina antigua en Mueller, Histoire de la psychologie.
23. Y no a una moderna relación psicoterapéutica dual, como lo plantea G. Swain.
24. “Travail mécanique: loi fondamentale de tout hospice d’aliénés”, Traité, Primera edición, Sección V, § 231. p.224.
25. Título de la Sección V.
26. Curiosamente, 3. Rosen redescubrió esas técnicas recientemente. Cf. “L’analyse directe”.
27. lnstitución descripta por J. Bentham. Cf. Foucault: Vigilar y castigar. Puede señalarse sobre esto el gusto de Pinel por el tratamiento
estadístico de los datos (Sección VI de Ia segunda edición del Tratado). El aislamiento de las especies es a la vez un medio
terapéutico y un medio de observación (primera edición, p. 177), pero la observación es en sí misma un medio para aplicar una
mejor terapéutica: conocer bien el carácter del alienado, es poder atenderlo y por lo tanto tratarlo (primera edición, p. 196).
28. Cf. Castel, El orden psiquiátrico, Foucault: Vigilar y castigar. También Picavet: Les Ideologues.
29. Y que es por otra parte la de Cabanis. Aquí también se ve la independencia de pensamiento de Pinel.
30. Esas memorias forman la base de la primera edición del tratado y están integradas al texto de la segunda edición. Cf. G. Swain: Le
sujet de Ia folie, para todo este tema.
31. “Observaciones sobre los alienados y su división en especies diferentes (Sección IV de la primera edición del Tratado).
32. Cf. M. Foucault, Nacimiento de la clínica, Cap X.
33. Broussais, De l’irritation et de la folie, 1826.
34. Cf. M. Foucault, Historia de la locura, pp. 280 a 296, que muestra el valor estructurante, en la comprehensión pre-pineliana de la
melancolía, de la imaginería biliar.
La constitución del concepto freudiano de psicosis Q 23

Paul Bercherie

Capítulo 12

Kraepelin antes de 1900

En 1883 aparece el Compendio de psiquiatría de 4. Psicosis periódica:


Emil Kraepelin; un pequeño manual de alrededor a. manía periódica,
de 380 páginas de formato 16. En 30 años conoce- b. melancolía periódica,
rá ocho ediciones y se transformará, por aumen- c. circular;
tos sucesivos, en un grueso tratado de dos mil 5. Delirio sistematizado (Verrücktheit) primitivo;
quinientas páginas (formato 8) en cuatro volúme- 6. Demencia paralítica;
nes. Nada puede ilustrar mejor el inmenso trabajo 7. Estados de debilidad psíquica:
cumplido por su autor para poner en orden el cam- a. anomalías evolutivas (idiotez, imbecilidad,
po de las enfermedades mentales, en el curso de debilidad, inversión sexual),
una labor cuestionada sin cesar y sin cesar retoca- b. locura moral y delirio de querulancia,
da: ninguna edición deja de tener una modifica- c. estado neurasténico (obsesiones),
ción nosológica, a veces secundaria, cuatro veces d. estados de debilidad psíquica secundaria
al menos, capital. (Verrücktheit y Blödsinn secundarios).
+ + + Se observará inmediatamente que se trata de
Al principio las posiciones de Kraepelin1 son una clasificación puramente sindromática, próxi-
bastante próximas a las que tomará Ziehen en 1894 ma de aquellas que hemos estudiado en
(cf. capítulo 10): su clasificación sigue siendo una nuestra primera parte y en particular –debido a
de las más clásicas, conservando sus distancias en su distin- ción de los estados agudos (tres
relación a las innovaciones de la escuela de Illenau. primeras clases), periódicos (clase 4), crónicos
(clase 5) y deteriora- tivos (clases 6 y 7), y por lo
Distingue: tanto a la utilización del parámetro
1. Estados depresivos: melancolía simple y de- diacrónico– próxima a la de Griesinger. Esto
lirante; es lo que explica:
2. Estados crepusculares:
a. estados de sueño patológico (hipnosis, so- —la clase de los estados de excitación, reunidos
nambulismo, ebriedad comatosa); sobre la base de este único síntoma.
b. estados crepusculares histéricos y epi- —el lugar de la parálisis general entre los delirios
lépticos; sistematizados y los estados de debilitamiento, ya
c. estupor y éxtasis; que se trata de un delirio demencial.
d. demencia aguda;
—la gran clase de los “estados de debilidad
3. Estados de excitación:
psíqui- ca” que subsume formas primitivas,
a. melancolía agitada,
secundarias o involutivas (se recuerda que también
b. manía, Guislain agru- paba idiotez y demencia en la
c. estados de excitación del delirium (febril o misma categoría).
alcohólico);
Es, efectivamente, cierto análisis psicológico lo
que estructura esta nosología. Kraepelin es
un
alumno de Wundt, que D p
le habría sugerido la e a r
re- dacción del l . e
Compendium. Como i s
Pinel, está per- suadido r d i
de que es i e v
l o
indispensable una u
i
investiga- ción m ,
r
psicológica para la : i
comprensión de las o
enfer- medades a b
mentales y que la . a .
psicología “normal” f g e
puede así suministrar e u x
herramientas b d p
conceptuales para el o
r a
análisis clínico2. Por ,
i n
eso, tomando el mo- l s
delo de la psicología b.
, i
de
experimental de v
liri
Wundt, se preocupará b u o
por hacer . m .
experimentaciones de
psicoló- gicas en l
t
psiquiatría (es decir, co
ó c
diversas medidas la
x .
psicométricas en los ps
i o, a
diferentes estados c c. l
mórbidos). o confusión u
Constantemente , (Verwirrtheit) c
volveremos a encontrar
asténica, i
en su obra una c n
preocupación por el . d. demencia
a
análisis psicológico. aguda;
5 t
t
La segunda edición . o
r
(1887) registra grandes a r
modificaciones: n W i
s a o
1. Melancolía: h
i ;
simple, agitada, n
t 6.
con estupor; s
o Locur
2 r i as
. i n perió
o n dica
M ; : y
a 4. circul
n Estados a ar:
í de . a. locura periódica
a agotami (manía, melancolía,
; ento d Wahnsinn),
3 agudo:
. e
b y Verrucktheit 9. Intoxicaciones man una clase aparte
. originaria; crónicas: alcoholismo, en la cual se incluyen
8 morfinis- mo, perversiones sexuales
l . cocainismo; y locura moral;
o 10. Demencia —a nivel del detalle,
c N paralítica; debe notarse
u e igualmente la
11. Estados de
r u debilitamiento: inclusión de las
a r a. demencia senil, obsesiones en la
o
b. lesiones locura neu- rasténica,
c s
i cerebrales, Ia separación de las
i
r s c. estados de psicosis deliran- tes
c debilitamiento agudas (Wahnsinn),
u secundario; de las crónicas
g
l e 12. Retardo del (Verrucktheit), de
a n desarrollo psíquico: acuerdo a las ideas (y
r e a. idiotez, a la terminología) de
; r b. cretinismo, Krafft-Ebing. Como en
7. Delirio a c. debilidad mental éste, el criterio
sistematizado l constitucional (con etiológico y el criterio
(Verrücktheit e locura moral y locura clínico quedan mal
): s impulsiva). delimitados y sirven
: d. inversión sexual. alternativamente para
a a. locura
. neurasténica Debe primero la clasificación (cf. el
(obsesión), señalarse la detalle de los
f b. locura histérica acrecentada pre- delirium, de los
o (incluyendo ocupación por la estados de agotamiento
r Verrücktheit precisión que o de los estados de
m histérica), testimonia esta nueva debilitamiento). Por lo
a tanto el pensamiento
clasificación, pero,
s c de Kraepelin
sobre todo, puede no-
. tarse un neto evolucionará a partir
d de Ia doctri- na clásica
e alineamiento con las
l de Illenau.
p posiciones de Krafft-
o
r c Ebing: La tercera edición
e u —se vuelve a reproduce
s r prácticamente la
encontrar, en las cinco
i a primeras cla- ses, las segunda, con algunas
v
a “psiconeurosis” de modificaciones
e menores: la confusión
s aquél; en las clases
p alucinatoria cambia su
, 6 y 8, sus
i
delirio de persecución “degeneracion lugar con el de- lirio
l
alucinatorio, delirio de es psíquicas”, agudo, la catatonía
é
persecución p —las clases 9 y 11 pasa de la clase de
combinatorio, delirio t representan las psicosis las Verrucktheit a la
hipocondríaco, delirio i orgáni- cas (con los de los Wahnsinn,
de querulencia, c debilitamientos conforme a las ideas
b. formas expansivas: a secundarios); de Schule.
delirio de grandeza alu- ; —finalmente las
+
cinatorio, combinatorio detenciones del +
desarrollo for- +
La cuarta edición (1893) acciones del enfermo. “pálidos, descoloridos”, nuevo grupo lleva
registra algunas mo- Después del desarrollo en los que la fuertemente la
dificaciones de inicial bastante rápido, personalidad se impronta del
detalle (simplificación no se constata ni encuentra fuertemente pensamiento de
de los delirium, de los evolución ni progreso disociada; esto justifica- Kahlbaum que, a
estados de verda- dero en la ba su clasificación partir de ese
agotamiento, de los enfermedad. El estado aparte. Pero la momento, ejercerá
Wahnsinn; mórbido pue- de constitución del una profunda
complicación de las mantenerse casi sin influencia so- bre la
Verrücktheit y de los cambios durante una evolución de
estados de debilidad década o más. La Kraepelin; está
psíquica congénita), y claridad de la efectivamen- te
especialmente una consciencia y el construido sobre la
mutación comportamiento idea de que el estado
fundamental: exterior permanecen ter- minal caracteriza
Kraepelin intercala prácticamente sin un proceso mórbido y
entre las paranoias (él cambios, a pesar de las que pue- de ya
tam- bién adopta este ideas delirantes preverse desde su
término para las completamente origen en base a
Verrücktheit) y las incoherentes acompa- peque- ños signos. La
neurosis generales ñadas de una reunión de la
hebefrenia y de la
una nueva clase: los producción masiva de
catatonía de
procesos psíquicos neologis- mos”. No se
Kahlbaum bajo una
degenerativos. Éstos notan signos
descripción ori- ginal,
com- prenden tres catatónicos en esta
la dementia
formas: forma. El enfermo
paranoide, se hace
aparece subexcitado y
a. Dementia praecox: (lo vere- mos) en
forma ligera y forma el debilitamiento no es
base a la comunidad
grave muy profundo.
de estructura de los
(hebefrenia); Como contrapartida, estados terminales,
b. Catatonía; los debilitamientos físi- pero también a la
c. Dementia paranoides: cos secundarios sinto- matología
“en estos casos, (paranoia y demencia nuclear de esas tres
después de un período secunda- rias) formas.
depresivo inicial, se desaparecen de la Se recordará que Krafft-
instala rápi- damente clasificación, Ebing mantenía como
una floración de ideas absorbidos por entero criterio nosológico
delirantes qui- jotescas, por la constitución del tres parámetros: la
absurdas y nuevo grupo. Ya desde anatomía patológica,
constantemente mucho tiempo antes, la etiología y en último
cambian- tes, primero Kraepelin y otros grado la clíni- ca, pero
construidas alrededor autores habían insistido consideraba esta
de interpre- taciones e sobre la considerable última a la manera de
ilusiones de la di- ferencia existente Pinel o de Griesinger.
memoria. Aparte de entre los delirios Kraepelin, que retoma
ocasionales sistematizados casi término a
explosiones de cólera, primitivos, en los que la término ese
el delirio pierde muy integridad afectiva e razonamiento,
rápidamente toda inte- lectual se modificará
influencia sobre el conservaba, y los esencialmente esta
comportamiento y las concepción de la
estados secundarios,
clínica, apo- yándose l
en Kahlbaum, es col
decir en Falret; para él ap
de allí en más se so
tratará de la entidad ,
clínico-evo- lutiva, y lo b.
veremos rechazar, Amentia
como Kahlbaum, en la (confusi
quinta edición de ón
1896, todo el grupo aguda),
de las “psico- c.
neurosis”, simples demenci
síndromes clínicos a
que pueden aguda,
pertenecer a diversas d. agotamiento
entidades evoluti- vas, nervioso crónico
por ende a diversas (neurastenia e
enfermedades, únicas hipocondría
dig- nas de figurar en adquiridas);
la nosología. Así se 2
completará en .
Alemania la
I
eliminación de los
n
últimos rastros de las
t
concepciones surgidas o
de Pinel y de Esqui- x
rol; la forma i
específica que toma c
esta mutación se a
debe a la persistencia, c
a través de i
Kahlbaum, de la o
influencia de n
Griesinger. e
s
La quinta edición
:
(1896) propone
a. agudas (delirium
entonces un esquema febril y tóxico),
general que servirá b. crónicas
de base a todas las (alcoholismo,
que la siguieron: morfinismo, cocai-
A. nismo);
Enfermedad 3.
es mentales Enferm
adquiridas: edades
1. Estados de de la
agotamiento: nutrició
n3 :
a.
de
liri
o
de
. onal, aquellas que no
a. b . entran en el marco
loc l locura de los estados
ur o obsesion confusionales tóxico-
a c ante, infecciosos o de
mi u c. locura impulsiva, agotamiento (clases 1
xe r d. inversión sexual: y 2), se reparten
de a 4. Detenciones del entre la psicosis
ma desarrollo psíquico. maníaco-depresiva, la
tos e paranoia y los
Diversos puntos procesos demenciales:
a, p merecen comentarios:
i su evolución y su
b. l —señalemos primero estructura clínica
cre é que volvemos adeben permitir el
tini p encontrar las dos diagnósti- co. Sólo la
sm t grandes clases demelancolía de
o, i psicosis adquiridas (o involución, vincula-
c. procesos c exógenas, como se da con los estados
demenciale s ( a dirá diez años más tar- involutivos seniles,
Verblodung processe): , de, y que Baillarger per- manece como
dementia praecox, habría llamado forma depresiva
catatonía, de- mencia sintomáti- cas) y de autónoma y con una
paranoide, psicosis constitucionales sintomatología
b (degenerati- vas oparticular.
d. demencia
. endógenas), que
paralítica; —la locura
4. Locuras de las estructuran todas las no-
l obsesionante, que
lesiones del cerebro; sologías de la época.
vuelve a integrar las
5. Locuras de o —la audaz (y efímera) degeneraciones
involución: c
categoría de las constitucionales y la
a. melancolía, u
enferme- dades de la neu- rastenia, también
b. demencia senil: r
nutrición reagrupa las simple síndrome (es
a
B. Enfermedades psicosis tirói- deas, la con- cepción de
mentales congénitas: parálisis general y Charcot), desaparecen
h
1. Enfermedades i procesos demenciales del campo de las
mentales (término que Kraepelin neurosis. Por el
s
constitucionales: prefirió al de procesos contrario, la neurosis
t
a. locura periódica: é degenerativos) por susto
maníaca, melancólica, r concebidos como (Schreckneurose:
cir- cular, debidos a una auto- neurosis traumáti- ca
i
b. paranoia: formas c intoxicación. de Openheim) hace su
combinatorias
a —las psiconeurosis, ya entrada; los psiquia-
(incluyen- do el delirio
, lo hemos dicho, tras alemanes, en
de querulancia), for- desapa- recen de la efecto, cuestionaban
c. neurosis por susto
mas fantásticas (neurosis traumática); clasificación: simples su asi- milación por
(incluyendo el Delirio síndromes, Charcot a la histeria4.
3. Estados psicopáticos
Crónico de evolución —finalmente, la
(degeneración):
sis- temática); paranoia se encuentra
a.
2. Neurosis generales: dividida en formas
desequili
brio combinatorias
a constituci (interpretativas) y for-
mas fantásticas de Kraepe- lin, que
(alucinatorias); desde sus alumnos no
hacía ya mucho seguirán, la
tiempo (Mendel estudiaremos en
desde 1883) los alie- detalle. Demos
nistas alemanes las primero su esquema
distinguían y general:
Kraepelin las describía
desde 1887, pero para 1. Locuras infecciosas
la división de (delirium febril e
conjunto, había hasta infec- cioso,
aquí seguido a Krafft- debilitamiento
Ebing (formas infeccioso),
depresivas y
expansivas). La di-
visión de la paranoia
en función de la
estruc- tura clínica
prepara la etapa
siguiente: efecti-
vamente, son las
formas fantásticas las
que es- pecialmente
engendran las
“demencias vesá-
nicas” secundarias
(neologismos, autismo,
dis- gregación y
transformación de la
personalidad: cf. el
Delirio Crónico de
Magnan).
+
+
+

La sexta edición
(1899) es Ia edición
clásica del tratado de
Kraepelin5: las
concepciones gene-
rales que propone
darán la vuelta al
mundo y se
impondrán en todas
partes; la escuela
francesa, sola, resistirá
mucho tiempo y
terminará incluso por
obtener una
reconversión parcial
2. Locuras de esta vez a título de —el segundo interpretaciones
agotamiento (delirio probabilidad depende de supuestas salvajes.
agudo, amen- tia, verosímil. Su posi- lesiones del cerebro Volvemos a encontrar
neurastenia adquirida), ción es simple, ya la (clase 6 a 8). en Kraepelin los dos
3. Intoxicaciones, hemos encontrado en grandes grupos que el
Queda la Dementia
Krafft-Ebing: “ya que conjunto de los
4. Locuras tiróideas. praecox: su
hasta aquí las autores de este
5. Dementia praecox, terminación deficitaria
investiga- ciones, ni período deben a
hace sospechar la
6. Demencia en anatomía Baillarger y Morel. El
existencia de lesio-
paralítica, patológica ni en 7 aspec- to
nes cerebrales, sin
7. Locuras de las etiolo- gía ni en clínica, duda todavía particularmente
están bastante desconocidas, sistemático de su
lesiones del cerebro,
avanzadas como para pero muy verosímiles. pensamiento hace que
8. Locuras de El terreno en general
darnos un fundamento ellos no dejen ningún
involución (melancolía, intac- to en que
seguro para la cla- resto y que recu- bran
delirio de perjuicio aparece, sus formas de
sificación de las el conjunto de la
presenil, demencia inicio (neurasté- nicas,
perturbaciones patología mental.
senil), confuso-alucinatorias)
mentales, de- bemos, Señala- mos que no se
9. Locura maníaco- para llevar nuestra hacen probable un trata tanto de dos
depresiva, obra a término, uti- factor tóxico, sin duda clases opuestas como
10. Paranoia, lizar los recursos que auto-tóxico de una serie donde se
11. Neurosis serán puestos a (metabólico). A eso se pasa progresivamen- te
generales, nuestra disposición debe su situación de la predominancia
desde esos tres intermedia, al lado del de un elemento causal
12. Estados psicopáticos 6
lados” . cretinismo que a la predominancia del
(locura degenerativa),
Opone entonces las también reposa sobre otro: la predisposición
13. Detenciones del una pertur- bación está pre- sente por
enfermedades mentales
desarrollo psíquico. metabólica y tiende a
adquiridas, de origen doquier, incluso en las
Fuera de la primera exógeno, a las producir lesiones tres primeras rú- bricas,
clase, separada del enfermeda- des cerebrales las más exógenas;
mar- co de las mentales congénitas, de irreversibles; al lado todavía más
intoxicaciones y del origen endógeno. El también de la pa- netamente en las
desmembramiento de segundo grupo rálisis general, con rúbricas 4 a 8
las “enfermedades de comprende las psicosis sus delirios (predisposiciones a los
la nutrición”, se trata degene- rativas (clases demenciales ab- acci- dentes vasculares
de hecho de las 9 a 13) que se pueden surdos e incoherentes. cerebrales, por
mismas rúbricas que encontrar en todos los Todo esto era ejemplo, o a la
las de la edición en autores de la época. El efectivamen- te muy demencia senil); por
1896; como veremos, primer grupo se divide racional: en lugar de otra parte: la psicosis
el contenido de tres en dos subgrupos: condenar el pensa- manía- co-depresiva,
de estas rúbricas ha miento de una época, la paranoia se
—el primero es la puede ser interesante
cambiado (demen- cia desencadenan en un
consecuencia de los ensa- yar
precoz, paranoia, momento preciso de
factores tóxico- comprenderlo, es
locura maníaco- la vida; son
infecciosos (clase 1 a decir comprender qué
depresi- va). Pero el degenerativas pero no
3) o auto-tóxicos (clase in- tentaba pensar, y
abandono nominal de originarias; los factores
4); con qué medios;
las audacias de la exógenos entran por
precedente edición no dejaremos en- tonces lo tanto en su
impide a Kraepe- lin a los expertos en producción, como en
conservar la misma “predicción del la de los síntomas de
concepción general, pasado” sus las grandes neurosis
donde el fondo
mórbido es sin
embargo permanente.
+

Examinemos ahora las


tres entidades proble-
máticas del sistema
de Kraepelin:
1. La paranoia sólo
comprende los
delirios sis-
tematizados
combinatorios de la
clasificación
precedente. Se trata de significación personal) desapercibidas; La melancolía de
un grupo homogéneo y las ilusiones de la finalmente, la involución debe su
del cual Kraepelin memoria10 (con- dimensión clínica es autono- mía
podrá dar una fabulaciones), que siempre idéntica, ya se (provisoria: en 1913
definición precisa: producen los diferentes trate de locu- ra Kraepelin se decidirá
“desarrollo insidioso, te- mas de persecución, circular, intermitente o a incluirla en la
baja la depen- dencia de celos, de grandeza de accesos aislados. maníaco-depresiva) a
de causas internas y (pro- fetas, inventores, la au- sencia de
según una evolu- ción reformadores, grandes episodios de
continua, de un sistema hom- bres), de excitación en su curso
delirante durade- ro e erotomanía y la forma o su terminación, o
imposible de romper, especial del delirio de de antecedentes
que se instaura con querulancia depresi- vos o
una conservación (perseguidos-persegui- excitativos.
completa de la claridad dores de los franceses).
Pero, en la edición
y del orden en el Se trata siempre de
que estudiamos,
pensamiento, la una enfermedad
crónica. Krae- pelin agrega a
voluntad y Ia acción”8.
la descripción de las
Este último carácter
2. La Locura Maníaco- formas fun-
es el que lo lleva a
Depresiva reagrupa, damentales
“separar de las demás”,
alrede- dor de los unipolares, los
en tanto para- noia en
estados maníacos y estados mixtos. Par-
sentido estricto, las
depresivos, to- dos los te de la idea de que
formas de desa- rrollo
estados agudos los accesos maníaco-
lento que no conducen
(“psiconeurosis”) no depre- sivos están
a estados mani- fiestos
confusionales que no constituidos por tres
de debilitamiento
constituyen estados tipos de pertur-
intelectual. El resto,
sin- drómicos de la baciones
muy abarcativo,
demencia precoz. fundamentales:
representa las
Kraepelin rechaza; en perturbación del hu-
enfermedades
efecto, la existencia de mor (emotividad), de
paranoides9 que, por
manía o de melancolía la ideación, de la
muchas
simples con el volun- tad
particularidades
argumento de que se (psicomotores); por
clínicas, presentaban
observa siempre, tarde ejemplo, depresión
parecidos evidentes
o temprano, recidi- vas del humor,
con la demencia
y que un examen más lentificación ideica,
precoz: hasta mayor
cuidadoso revela la inhibición psicomo-
información, creo
existencia de fases triz (depresión pura)
deber incluirlas como
depresivas o expansivas o exaltación del
formas paranoides de
de débil intensidad a lo humor, fuga de
la demencia precoz”
largo de la vida del ideas, excitación
(ibid., p. 210).
enfer- mo; por otra psicomotriz (manía
La paranoia,
parte, el acceso es pura). Pero, en
enfermedad
siempre bipo- lar a diferentes
constitucional, re- posa
pesar de que las circunstancias, se po-
sobre dos mecanismos
variaciones alternativas dría observar
fundamentales: el
sean a veces diferentes
delirio de referencia
suficientemente ligeras asociaciones de estas
(delirio de
como para pasar perturbaciones
fundamentales: otras combinaciones).
Se tratará esencial-
—en el paso de un
mente de hacerle
polo al otro del acceso
recubrir el resto de
bipo- lar, la inversión
los esta- dos que los
de los síntomas puede
alemanes incluían
no ser sincrónica; se
hasta entonces en las
obtiene entonces
locuras intermitentes y
diferentes mez- clas de
periódicas. En sus
síntomas de las dos
ediciones precedentes,
fases.
Kraepelin describía en
—existen casos en que
ese marco los
todo el acceso es
mixto. Wahnsinn periódicos
Algunos son conocidos (1887) o los
desde hace mucho
tiem- po: melancolía
agitada, manía
confusa, donde el
curso de las ideas
está netamente
perturba- do; manía
colérica, donde un
humor depresi- vo se
une a la excitación
general; Kraepelin
describirá entonces
diversas formas que
son innovaciones
clínicas interesantes
(estupor ma- níaco,
melancolía con fuga
de ideas, manía con
inhibición motriz).
—pero sobre todo,
junto a estas formas
delimita- das, la
noción misma tiene
otra utilidad, deter-
minada por su
flexibilidad (puede
pensarse en
inhibiciones o
exaltaciones parciales,
en la afec- ción de
otras “funciones
mentales”, en las ideas
delirantes,
especialmente, que
pueden suminis- trar
delirium periódicos.
fantásticos) como juguete inerte, a la siempre, así como las
Hemos visto que para segunda forma domina- ción de una ideas de grandeza,
los autores alemanes paranoide, junto a la personalidad extraña. en el marco de las
(Magnan se los
dementia paranoides. Las ideas de perjuicio cosas posibles y
reprochaba por otra La razón de esto es pueden ser naturales; las
parte) la periodicidad que ellas desem- bocan extremadamente ficciones de pura
representa una cate- finalmente en estados noveles- cas e fantasía son
goría en sí,
terminales muy pa- increíbles, pero se excepcionales. La
independiente de la recidos (delimitación mantienen sin embargo personalidad corporal
presentación clínica11. por el estado terminal: o psíquica, si puede
Los estados delirantes cf. Kahlbaum), pero ser afectada o
y alucinato- rios
también que se encuentra crecer, devenir el
agudos que no
en ellas nuevamente objeto del odio o
desembocan en un síntomas fundamentales revestirse de una
delirio crónico o en un idénticos (re- alta dignidad, sigue
estado deficitario y que agrupamiento en base siendo lo que era en
Krae- pelin había, en a un análisis su naturaleza íntima.
1896, incluido en la psicológico). “Creo no El enfermo está
demen- cia precoz, equivocarme al esclarecido sobre su
encontrarán así un considerar que la misión, so- bre las
lugar: el tercer caso del ausen- cia de trampas que se le
capítulo “Estados
perturbación primitiva tienden, sobre las
mixtos” de las Lec- de la voluntad en la promesas que se le
ciones clínicas de
paranoia está en hacen, sobre sus
12
Kraepelin es una estrecha relación con la reivindica- ciones,
bouffée delirante
ausen- cia de delirio pero su personalidad
polimorfa de Magnan de posesión corporal. misma no es so-
totalmente típi- ca (pp. La idea de que fuerzas metida a ninguna
96 a 99). De manera extrañas actúan como transformación, como
característica el criteriolo haría la te- lepatía sucede a menudo en
evolutivo y un análisis sobre el organismo, la demencia precoz.
psicológico cuyo
sobre las sensacio- La psicosis no
carácter atomista se nes, los pensamientos, alcanza por lo tanto y
señalará de pasada los actos voluntarios, no altera el centro de
(wundtien) permitenno es para mí más que la personalidad;
agrupar síndromes la expresión de esa produce solamente
clíni- camente
misma perturbación de una falsifi- cación
heterogéneos en una la voluntad que se mórbida de la
“entidad mórbida”. reconoce en todas las concepción del
manifestaciones mundo”.
3. La Demencia Precoz: exteriores de los de- No retomaremos la
como ya dijimos, a mentes precoces. En notable descripción
partir de esta sexta la verdadera paranoia clíni- ca de las formas
edición Kraepelin ya he observado de la demencia
agrega al grupo de los algunas veces la idea precoz que da
procesos demenciales, de una in- fluencia Kraepelin:
que llama desde que proviene de prácticamente no se le
entonces demencia alimentos envenena- ha agregado nada
precoz13, las paranoias dos, pero jamás, en después y se la
aluci- natorias (delirios cambio, la concepción encuentra entonces en
sistematizados de estar librado, como todos los manuales
actuales14. Se puede vas, perturbaciones del
sin embargo in- sistir curso del
sobre algunos puntos: pensamiento). Son
considerados entonces
—la distinción de los
como brotes mórbi-
síntomas fundamentales
dos resolutivos, que no
(re- pliegue afectivo,
dejan más que un
indiferencia, afección
déficit muy ligero para
del curso del
ser manifiesto, lo que
pensamiento y del
representa más una
razonamiento, “pérdida
manera de ocultar el
de la unidad interior”)
problema que una
y de los síntomas
solución satisfactoria.
accesorios
(alucinaciones, ideas
delirantes, automatismos
ges- tuales excitativos,
impulsiones) está
netamente afirmada:
no proviene de
Bleuler; éste, por el
contrario, intentó
oponer signos
primarios (per-
turbación generadora
fundamental
directamente surgida
de la lesión) y
secundarios (reacción
de la personalidad), lo
cual es mucho más
aleatorio.
—en la demencia
precoz se incluyen los
estados agudos
(psiconeurosis) de los
antiguos autores que
terminan en un estado
disociativo secunda-
rio, pero también
todos aquellos que
parecen curar pero
cuya presentación
clínica es homólo- ga a
las formas cardinales de
la enfermedad (sín-
tomas catatónicos,
síndrome de
influencia, deli- rio de
persecución física,
perturbaciones afecti-
—la naturaleza especial paranoias (Verrücktheit) de notable impor- de cura completa,
de la “demencia” es fantásticas, en base a la tancia en la hebefreno- quince por ciento de
cla- ramente percibida similitud de los estados catatonía (diez por déficit ligero: en esos
por Kraepelin: la terminales (demencia ciento tiempos heroicos las
inteligen- cia, la vesánica: autis- mo, altas eran más
memoria, la neologismos, delirio frecuentes de lo que
orientación, están hermético y estereotipa- se cree). Este rasgo
intactas; la afectividad, do) y de los síntomas las acerca a la paranoia
la voluntad, el iniciales que le en sentido estricto
razonamiento y en parecen manifestar la como, por otra parte,
consecuencia la misma afección de las su edad de aparición,
personalidad, están por funciones psi- cológicas netamente más tardía
el contrario afectadas que están en la base de que para el resto de la
primaria y la integridad de la demencia precoz (lo
profundamente, cada personalidad. Sin que contribuye a
una de esas tres embargo Kraepelin hará desequilibrar el grupo
funciones especialmen- siem- pre, a nivel que ya no tiene nada
te en cada una de las clínico, la diferencia, de una enfermedad
tres grandes formas15. reservando a es- tas juvenil).
—el carácter nuclear formas un lugar aparte +
de la hebefrenia, (es Bleuler quien borra- +
+
donde esta demencia rá toda distinción,
predomina y donde veremos cómo): esta
Hemos entonces
los sínto- mas vasta sín- tesis no será
recobrado en
accesorios son móviles, aceptada fácilmente,
Kraepelin, en el marco
polimorfos y fu- gaces. incluso en Ale- mania,
de una obra capital,
No olvidemos que ella en un primer tiempo al los caracteres gene-
ha llevado pri- mero el menos18, y Krae- pelin rales de la psiquiatría
nombre dado después mismo deberá alemana, la elevación
a todo el gru- po. A renunciar en 1913, de su visión, sus
partir de la séptima conven- cido por las tentaciones a la síntesis
edición (1904) la críticas de los alienistas y a la estrechez.
demencia 16
simple , franceses. Veremos en el
primero descripta por Justamente en el plano capítulo XV que desde
Diem en 1903, de la terminación, los la séptima edición
suministra un modelo delirios fantásticos (1904) se esboza una
todavía más explícito conservan cierta revisión que, en la
de las perturbaciones autonomía: sus formas octava y última edición
fundamentales. terminales más (1909-1913), se
frecuentes se transforma- rá en una
Este análisis se aplica
distinguen netamente verdadera metamorfosis.
perfectamente al pri-
de las de la hebefreno- Insistiremos, para
mer grupo que
catatonía (apro- concluir, en los puntos
Kraepelin constituyó
vechemos para señalar débiles de las
así (hebe- frenia,
la precisión y la riqueza concepcio- nes
catatonía, demencia
de la descripción de kraepelinianas; se trata
paranoide17; pero he-
Kraepelin de estas siempre de cierta pre-
mos visto que a partir
formas termi- nales): su ferencia acordada por
de esta sexta edición
porcentaje de cura y de sobre el parámetro
agre- ga una segunda
mejora impor- tante es clínico – juzgado
“forma paranoide”, las
débil, mientras que es
incierto pues no tendencias de la
desemboca de psiquiatría moderna y,
entrada en un punto por otra parte, sus
de vista sintético– a: dificultades.
—la dimensión
etiológica; lo que
explica la relati- va
debilidad de la
constitución del grupo
endó- geno, los
mismos cuadros
clínicos (confusión
mental, demencia) se
encuentran salpicados
en rúbricas diversas,
en función de su
causa o de su
substrato anatómico.
—la dimensión
evolutiva: es la
importancia acor-
dada a los estados
terminales en la
constitución de los
grupos. Debe
diferenciársele
netamente de las
concepciones de los
Falret, que ponen el
acento sobre la
especificidad de una
secuencia clínica en
todas sus etapas.
—el análisis
psicopatológico,
cuya importan- cia
constituyente para la
demencia precoz
hemos visto.
Kraepelin aparece
desde este ángulo
toda- vía muy
dependiente de las
ideas de la Escuela de
Illenau y de Krafft-
Ebing, aunque
anuncia, a veces (por
el último punto en
particular), las
1. Habiendo logrado, con zonamiento, con contras- te) se sustituyen a
esfuerzo, disponer de todas combinación múltiple de las hipótesis neurológicas tipo
las edi- ciones, nos pareció ideas delirantes cambiantes y Kahlbaum.
interesante hacer el estudio de exageración de la irritabilidad 16. O heboidofrenia: el
su evo- lución. afectiva”. Se trata, entonces, término retomará
2. Se sabe que la psicología de una forma delirante de rápidamente el senti- do más
francesa de la misma época demencia senil. preciso que Kahlbaum le
parte de la idea inversa, 10. Es porque aísla ese había dado; pero los com-
surgida de Claude Bernard, síntoma fundamental que portamientos delictivos,
que lo pato- lógico dilucida lo Kraepelin recha- zará la frecuentes en la forma simple,
normal. A través de Kibot, autonomía del delirio de acer- can las dos
Charcot y sus alumnos (Janet, imaginación de Dupré. descripciones.
Binet) impregnará fuertemente 11. Cf. Schule, Krafft-Ebing, o 17. Este concepto restringido
a Freud. el artículo de Pilez, de Viena en de la Dementia praecox es el
3. Se trata del término el que recobrarán los autores
usual en esa época para Traité international de franceses y al que quedarán
designar al metabolismo. psychologie pathologique de ligados (cf. cap. XII).
4. Está en el origen de un Marie, 18. Binswanger y Siemerling
qui pro quo entre Freud, 1 en su tratado de 1904 se
entonces 9 atienen a la primera
adepto de Charcot, y los 1 concepción de la demencia
psiquiatras de Viena, en el 1 precoz (artículo de Hoche).
momento de su famosa ,
conferencia sobre la histeria
masculina. Cf. Ellenberger, “La I
conférence de Freud sur I
l’hystérie masculine”, Information ,
psychiatrique, 1968, p. 921. Por
otra parte, Freud cambia luego
de opinión ya que a partir de p
1919 la neurosis traumática .
deviene una de las bases de su
conceptualización. 7
5. Por razones bastantes 0
sospechosas, el tratado de 9
Kraepelin (como por otra parte
los trabajos de Bleuler) no tuvo a
nunca traducción francesa. Sm
embargo, el excelente manual
de su alumno Weygandt, que es 7
prácticamente un resumen del 6
mis- mo, tuvo una traducción 6
francesa en 1904, y puede .
felizmen- te servir como texto 12.. E. Kraepelin, Introduction
de referencia. à la psychiatrie clinique,
6. Prefacio del segundo traducción francesa de la
volumen de la séptima edición, segunda edición,1907.
1904. 13. El había preferido hasta
7. Desde 1904, Klippel y ese momento ese término al
Lhermitte creyeron haberlas de Kahl- baum: hebefrenia,
des- cubierto. que retoma aquí para la
8. E. Kraepelin, Manic- forma deficitaria de base.
Depressive insanity and 14. Igualmente es interesante
paranoia, traduc- remitirse a las Leçons cliniques
ción inglesa de ya
la octava citadas,
edición, p. 212- parcialmente
213. reeditadas
9. E. Kraepelin separa por Privat.
también del marco de los 15. Es necesario subrayar
delirios cróni- cos el “delirio de que Kraepelin da de la
perjuicio presenil” catatonía una interpretación
caracterizado por el “de- puramente psicológica, en la
sarrollo lentamente progresivo que el defecto primario de
de una gran debilidad de ra- la iniciativa voluntaria y la
acción simultánea o
alternativa de tendencias
contrarias (asociación por

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