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LIBRO: EL PENSAMIENTO EUROPEO EN EL SIGLO 18.

CAPITULO 4. Lo natural, racional y social y sus variantes.

Cap 1 la crítica universal

El periodo de crítica había llegado

El siglo XVII había acabado en la irrespetuosidad; el XVIII, empezó con la ironía. La vieja sátira no
cesó; Horacio y Juvenal resucitaron; pero el género estaba desbordado; las novelas se hacían
satíricas, y las comedias, epigramas, panfletos, libelos, vejámenes, pululaban; no había más que
agudezas, pullas, flechas o vayas: se hartaban de ellas. Y cuando los .escritores no daban abasto,
los caricaturistas venían en su ayuda. Signo de los tiempos: había en Londres un hombre sabio,
médico, filólogo, político también, que se llamaba John Arbussinot; reunió a su alrededor
algunos de los más elevados representantes del pensamiento inglés; todos juntos, alegremente,
fundaron un club sin igual, el Scriblerus Club, cuya tazón de ser consistía en vengar al sentido
común con la burla: como para anunciar a Europa, el año 1713, que la época de la crítica
universal había llegadoc

Cap 2 la felicidad

Recetas prosaicas. La del marqués de Argens: «La verdadera felicidad consiste en tres cosas:
1.a, no tener nada criminal que reprocharse; 2.ª, saber hacerse dichoso en el estado en que el
cielo nos ha situado y en el que estamos obligados a permanecer; 3.a, gozar de una salud
perfecta.»

En primer lugar, la apetencia de lo absoluto era cosa acabada. Y además se quería que esta
renuncia fuera apacible. Se simulaba creer, se creía casi que el cáliz no está lleno de hiel, y que
la hiel misma no era amarga. Se ponía «el sistema moral del mundo muy por debajo de la
perfección ideal (pues somos incapaces de concebir lo que nos es imposible alcanzar); pero, sin
embargo, en un grado suficiente para instituirnos un estado feliz, tranquilo o, al menos,
soportable.

Naturaleza y felicidad

La filosofía debía ser dirigida por la práctica; no debía ser ya otra cosa que la busca de los
medios de la felicidad. «Hay un principio en la naturaleza, más universal aún que lo que se
llama la luz natural, más uniforme todavía para todos los hombres, tan presente al más
estúpido como al más sutil: es el deseo de ser feliz. En lugar de: «¿Soy justo?», esta otra
pregunta: «¿Soy feliz?»

Cap 3. La razón. Las luces

La razón es como una soberana que, al llegar al poder, toma la resolución de ignorar las
provincias donde sabe, que no reinará nunca con firmeza; así dominará mejor las que conserva

La verdad es una relación de conveniencia o de inconveniencia que afirmamos acerca de las


ideas

Tal es el papel de la razón: en presencia de lo oscuro y de lo dudoso se pone a la obra, juzga,


compara, emplea una medida común, descubre, pronuncia. No hay función más elevada que
la suya, puesto que está encargada de revelar la verdad, de denunciar el error. De la razón
dependen toda la ciencia y toda la filosofía.
La razón se basta a sí misma; el que la posee y la ejercita sin prejuicios no se engaña nunca:
neque decipitur ratio, neque decipit unquam; sigue infaliblemente el camino de la verdad. No
necesita ni de la autoridad, de la que es, bastante exactamente, lo contrario, y que sólo ha
resultado una maestra del error, ni de la tradición, ni de los antiguos, ni de los modernos

Universalidad de la razón

posee un signo de reconocimiento: el carácter universal de la razón. Esta, en efecto, es


idéntica en todos los hombres. No tiene excepciones posibles; los viajeros que pretenden
haber advertido

Kant sapere aude

Pero se había recobrado, había empezado a pensar por sí mismo: Sapere aude. Capacidad de
pensar por cuenta propia.

. La libertad de pensar y de hablar es ilimitada en el hombre cultivado, en el sabio; es limitada


entre los que, ejerciendo una función del cuerpo social,

Una razón y varios autores

Varios hechos, en lo que concierne a la historia de las ideas, han contribuido a establecer su
reinado: la influencia de Bayle, el fracaso de Vico, el éxito de Wolff, el triunfo de Locke

A vico no lo escuchan en Italia

Wolff y la verdad

Esta manía de rigor formal reaparecía cuando Christian Wolff intentaba dar un criterio de
verdad. Es verdadero todo lo que no contiene contradicción en sí; la claridad es el signo de la
verdad; la oscuridad es el signo del error. La inteligencia de las cosas es pura, si su noción no
comprende ni confusión ni oscuridad; es impura si comprende oscuridad y confusión. Para él
no contaba la realidad de un hecho, sino la aplicación del raciocinio a un hecho, su
consecuencia rigurosa, su desarrollo sin defectos;

Wolff y religión

Para él, la moral era racional; la fe era una operación racional que no llegaba hasta creer en el
milagro; y Dios no era, en suma, más que un producto de la razón humana. Este es el sentido
en que Christian Wolff será interpretado por sus sucesores.

Locke

Doctrina fundamental

Suya es la idea de que lo que no nos es útil no nos es necesario;

Suya es la idea de que el conocimiento no es más que la relación entre los datos que
aprehendemos en nosotros, de que la verdad no es sino la coherencia de esa relación. Suya es
la reducción del hombre al hombre. Está en la fuente del empirismo

Cap 5 contra la religión revelada


Esta era la enemiga. Los filósofos no habrían hecho nada mientras no hubiesen probado a los
fieles que no había podido manifestarse de derecho, y que no se había manifestado de hecho;
mientras no hubiesen establecido que lógicamente no soportaba el examen y que,
históricamente, los testimonios en que se apoyaba no merecían ningún crédito.

CAPÍTULO 1. La religión natural

Importancia de la naturaleza.

Una palabra exaltaba a los audaces que se ponían a la tarea, una palabra talismán que se
agregaba a las que ya hemos visto, la razón, las luces; y era la palabra Naturaleza. Le atribuían
una virtud aún más eficaz, puesto que la naturaleza era la fuente de las luces y la garantía de la
razón. Era sabiduría y bondad; que el hombre consintiera en, escuchar a la naturaleza y ya no se
engañaría nunca; le bastaba obedecer a su benéfica ley

Xq una religión natural?

Por tanto, para empezar, la religión debía hacerse natural. Natural, porque ya no sería más
que la emanación de la naturaleza; y, además, porque seguiría el instinto que la naturaleza
pone en nosotros para permitirnos distinguir lo verdadero de lo falso y el bien del mal; y
también porque, en lugar de hacernos considerar nuestra vida mortal como una prueba,
obedecería a la ley natural que quiere, sin prueba, nuestra felicidad.

El deísmo o teísmo no implicaría ya ningún acto de fe, por ser el resultado de una pura
operación intelectual, que conduce a una afirmación elemental y suficiente: la existencia de Dios

Concepto de Dios

El deísmo procedía a una especie de depuración. Si quitamos todo lo que nos parece
supersticioso en la Iglesia romana, luego en la Iglesia reformada, luego en toda Iglesia y en toda
secta, al final de estas sustracciones quedará Dios. Un Dios desconocido, un Dios incognoscible;
por esto sólo se le ha conservado el ser; entre todos los calificativos posibles, sólo se le ha dado
el más vago y más honroso, y se le ha llamado el Ser supremo

Locke y Dios

¿Para qué conservar una dualidad de sustancias? Locke lo ha dicho bien: el alma puede ser
material

Algunos deistas y dios

Y el más ruidoso de todos: La Mettrie. El materialismo es la salvación, clama a grito pelado; el


materialismo es la verdad.

El hombre no se distingue por ningún privilegio del conjunto mecánico de los seres vivos. El
hombre máquina, el hombre planta.
Deistas y ateos

Contra los ateos, los deístas argumentaban profusamente, contradiciendo sus argumentos unos
tras otros; la experiencia prueba, dicen los ateos, que las materias que consideramos inertes y
muertas adquieren acción, inteligencia y vida cuando se combinan de cierta manera; no es
verdad, dicen los deístas. La materia y el movimiento bastan para explicarlo todo; no es verdad.
La materia es eterna y necesaria; no es verdad; «cuando se atreve uno a asegurar que no hay
Dios, que la materia actúa por sí misma, por una necesidad eterna, hay que demostrarlo como
una proposición de Euclides, sin lo cual no apoyáis vuestro sistema más que en un quizá. ¡Qué
fundamento para la cosa que interesa más al género humano!»7.

Importante

El siglo XVIII, en su conjunto, fue deísta, no ateo. Pero tuvo que dejar lugar, de grado o por
fuerza, a un ateísmo que le reprochó la misma timidez de que los deístas acusaban a los
creyentes

Cap2 ciencias de la naturaleza

La ciencia sería la de la naturaleza; y, en efecto, la historia natural fue puesta en primer lugar; la
geometría, en el segundo. Ciertamente, muchos continuaron deleitándose con las matemáticas,
consideradas como el más hermoso ejercicio de la razón, el más claro, el más sólido y el más
metódico. Europa no se quedó de repente sin matemáticos ilustres: todavía abundaron

Ilusión el querer recrear el mundo con el movimiento y la extensión: había sido la del señor
Descartes, cuyo reinado había pasado. Había llegado el reinado de Newton

Porque no había partido de abstracciones ni de axiomas, sino de hechos, para llegar a otros
hechos debidamente comprobados;

La sociedad se emociona con la ciencia

Los grandes señores dan el ejemplo; y tanto mejor, dice otro, porque, arruinados por arruinados,
más vale que lo sean por un químico que por un hombre de negocios: la ciencia, por lo menos,
saldrá ganando. El contagio alcanza a los reyes: Luis XV quiere poseer colecciones; el Delfín toma
lecciones de física; Jorge III es botánico; Juan V asiste a investigaciones astronómicas, y Víctor
Amadeo II repite con Gerdil las experiencias del abate Nollet. A la puerta del abate Nollet, que
en París, calle del Mouton, cerca de la Gréve, profesa un curso de física experimental, se agolpan
las carrozas de las duquesas, que quieren ser electrizadas. Los burgueses siguen el movimiento;
y los jóvenes, a los que el abate Pluche muestra el Espectáculo de la naturaleza, o las
particularidades más adecuadas para volverlos curiosos y formar su espíritu.

Gracias a la ciencia, la vida se haría buena y bella. Entonces aparecía, rodeado de una nueva
aureola, el que poseía la ciencia, el que corregía a la naturaleza cuando se extraviaba, el que
curaba los males de la vida

Cap 3 el derecho
La enseñanza del derecho natural se multiplica en toda Europa; se fundará una cátedra de
derecho natural en el Colegio real, en 1771. La edad de los inventores está cerrada, ha llegado
la de los profesores

Definición: «El derecho natural es el conjunto de las leyes que Dios ha promulgado al género
humano por medio de la recta razón. Si se lo quiere considerar en tanto que ciencia, la
jurisprudencia natural será la manera práctica de conocer la voluntad del legislador supremo,
tal como se expresa por la recta razón y de aplicarla a todos los casos especiales que puedan
presentarse.

Desde 1732, al comprobar que ni los autores ni los profesores se entendían sobre la definición
de las leyes naturales

¿Qué es el derecho natural?

romanos veían en ellas instrucciones dadas por la naturaleza a todos los animales; la mayoría de
los moralistas las han tomado como normas dictadas por la razón, y las han limitado sólo al
hombre. En realidad, son otra cosa. Todo ente creado no puede haber sido hecho sino para su
conservación; cierta identidad de razón lo obliga también a pensar en la conservación de los
demás. Luego todo hombre debe conservarse a sí mismo, conservar a los demás que están
unidos con él y, en una palabra, hacer durar el género humano. Este es el primero, el único y el
gran principio de las leyes o del derecho natural.

Jean-Jacques Burlamaqui, profesor de derecho natural y civil en Ginebra, define sin descanso:
define el hombre, puesto que la idea del derecho, y más aún la del derecho natural, son relativas
a la naturaleza del hombre; define la felicidad a que el hombre aspira naturalmente, el
entendimiento que es naturalmente justo, que posee en sí mismo la fuerza suficiente para
reconocer la verdad y distinguirla del error;

BUEN RESUMEN. En suma: Dios se reabsorbe en la razón, la razón en la naturaleza y el antiguo


derecho divino se convierte en un derecho natural y racional.

CAP 5 LA MORAL.

Esta era la gran prueba, francamente aceptada. Como se reconoce el árbol por sus frutos, el
valor de una filosofía se mide por lo benéfico de su acción. Descartada de una vez para toda la
moral cristiana, hacía falta una que fuese más alta y más pura. Si no, la obra total quedaba
frustrada. Se trataba de rehacer una moral que estuviera iluminada por las luces.

La moral, que dirige las pasiones, será el timón, el compás y la carta que permitirán al hombre
seguir la ruta que la naturaleza le indica hacia la felicidad. Más aún, el placer mismo debe ser
rehabilitado

La razón principio de la moral

Por otra parte, la naturaleza, que es razón, ha establecido entre todas las cosas creadas
relaciones racionales. El bien es la conciencia de esas relaciones, la obediencia lógica a esas
relaciones; el mal es la ignorancia de esas relaciones, la desobediencia a esas relaciones; en el
fondo, el crimen es siempre un juicio falso. Los lógicos no vacilan en sacar de este principio
consecuencias extremas; si un hombre roba un caballo es que ha cometido un error acerca de
ese caballo, por no haber comprendido que el caballo era propiedad de otro hombre. Le bastaba
comprender mejor para no robar. La razón es la gran ley del mundo

Algunas consecuencias de esa moralidad

El primero: legitimidad del amor propio. «No hay amor desinteresado.» «Esa fuerte afección
que la pura naturaleza nos inspira hacia nosotros mismos nos dicta nuestros deberes para con
nuestro cuerpo y para con nuestra alma

En este punto aparece la segunda afirmación, que marca el límite de la primera; la busca de
nuestro interés no debe perjudicar al interés del prójimo, y tampoco hay felicidad individual
sin felicidad colectiva.

Virtud, igual a sociabilidad. La sociedad es obra de la naturaleza, puesto que es la naturaleza la


que pone al hombre en la sociedad... El hombre es sociable porque ama el bienestar y se
complace en un estado de seguridad

Apéndice*

B.—¿Qué es la ley natural? A. —El instinto que nos hace sentir la justicia. B, —¿Qué llamáis
justo e injusto? K.—Lo que parece así al universo entero13.(Voltaire)*

Cuarto: la universalidad de la razón. la universalidad de hecho se unía a la universalidad de


razón. En suma; la moral se organizaba como una «ciencia experimental», como una «psicología
natural». Desde este momento, todo resultaba sencillo y claro.

La tolerancia

Pero Locke, en 1698, había dado a la tolerancia sus cartas de nobleza. Ahora se ampliaba, se
enriquecía, se matizaba; era justicia; era inteligencia, puesto que suponía un espíritu capaz de
entrar en las razones del prójimo; era sentimiento de nuestra miseria. Valor social. sin la
tolerancia, los hombres se volverían lobos.

La beneficencia

La beneficencia. —Esa era más nueva todavía: el abate de Saint- Pierre fue el que la bautizó, en
1725; encontraba que se había manoseado la caridad; la palabra ya no servía, quería otra: y la
creó.

La humanidad

La humanidad. —Virtud nueva porque ha adquirido la plenitud de su sentido; virtud por


excelencia para los moralistas del siglo XVIII, puesto que les recordaba esa condición de hombre
de la que pensaban que había que partir siempre, a la cual había siempre que volver y que, por
consiguiente, lo encerraba todo.

Cap5 el gobierno

Pero a medida que el concepto de Naturaleza adquiría más extensión y más fuerza, lo que se
incrementaba hasta convertirse en una de las directrices de la época era el apego a la libertad
política. Puesto que nadie había recibido de la naturaleza el derecho a mandar en los demás, la
libertad era un bien inalienable, un título inscrito en todos los corazones

igualdad

Esta idea era menos poderosa porque encontraba en seguida una limitación: Igualdad política
sí; igualdad social, alto allá. Se explicaba, con gran acopio de argumentos, que esta última no era
realizable en la práctica, y, defecto más grave, que no era lógica.

La seguridad, según Filangieri, estaba íntimamente unida a la felicidad; conser- vazione e


tranquillità son las palabras que inscribe conjuntamente en su programa ideal

Libertad

¡Vergüenza al despotismo! A falta de poder atacarlo directamente, se desquitaban con la


antigüedad; Thomas Gordon, el violento, en sus Discursos históricos, críticos y políticos sobre
Tácito (1728

Formas de gobierno

¿Qué forma adoptar en su lugar? ¿La república, la aristocracia, la monarquía? A pesar de las
apariencias, la elección no era muy importante. Cada una tenía sus ventajas, y cada una sus
desventajas; la mejor república era la que, por la estabilidad de las leyes y la uniformidad del
gobierno, se parecía más a una buena monarquía; la meyor monarquía era aquella en que el
poder no era más arbitrario que bajo una república

Lo esencial

Lo esencial era que el gobierno estuviese constituido de tal suerte que ninguno de los elementos
que lo componían pudiera dominar a los demás

El Estado

Un Estado es una persona moral; y así como el individuo encuentra otros individuos, a los que
no sólo debe soportar como dotados de derechos iguales a los suyos, sino considerar como
necesarios para él, del mismo modo el Estado encuentra en torno

«Como las naciones están compuestas de hombres naturalmente libres e independientes, y que
antes del establecimiento de las Sociedades civiles vivían juntos en estado de naturaleza, las
naciones o los Estados soberanos deben considerarse como otras tantas personas libres que
viven entre sí en el estado de naturaleza» 12. La ley natural implica, pues, la existencia de una
Sociedad de naciones más vasta que las sociedades particulares, pero que no difiere de ellas en
cualidad

Algunos cambios

En el interior de los Estados estas mismas ideas cambiaban los datos del problema político. La
relación no era ya de la autoridad del príncipe a autoridades superiores, la Iglesia, el Imperio,
sino de los gobernantes a los gobernados. Cambiaban la noción del súbdito, y, a decir verdad,
ya no había súbditos; había ciudadanos. Cambiaban la noción de soberano. La misma Inglaterra
sentía la necesidad de precisar la naturaleza de los vínculos que sujetaban, no la nación al rey,
sino al rey a la nación.
En Francia Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, votada el mes de agosto
de 1789 y puesta a la cabeza de la Constitución de 1791: «Los hombres nacen libres e iguales en
derechos. Las distinciones sociales no pueden fundarse más que en la utilidad común. El fin de
toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del
hombre; estos derechos son la libertad, la propiedad, y la resistencia a la opresión

CAP 6 LA EDUCACION. APUNTES DE CLASE PARECIDO

La educación tiene tres objetos: cultiva el espíritu de los jó- venes y lo adorna con todos los
conocimientos de que son capaces; se aplica a poner, por decirlo asi, la culminación a su obra,
formando en ellos al cristiano.

Es menester que la educación se haga cívica. Una cosa es la instrucción; otra cosa, la educación;
ésta es con mucho la más importante, porque si está bien dirigida producirá ciudadanos. Esta
idea se expresa también entre tantas ideas efervescentes: la escuela debe adquirir un carácter
nacional. «El arte de formar a los hombres, en todos los países, está tan estrechamente ligado a
la forma del gobierno, que no es posible hacer ningún cambio considerable en la educación
pública sin hacerlo en la constitución misma de los Estados»9

En suma: no hay uno de los modernistas que no haya llamado con sus deseos la educación
progresiva; la cuestión del amamantamiento de los lactantes por las madres, la de saber si había
que fajarlos o no, la de saber si había que preferir un preceptor privado al sistema de la vida en
común en las escuelas, la de saber cómo había que escoger a ése maestro responsable si se
decidía uno en su favor, la de un oficio manual que aprender, la de primacía de la educación
sobre la instrucción, todos estos problemas habían sido abordados y tratados muchas veces. De
igual modo se había tratado de la educación de las muchachas. Ideas que esperaban, invitaban,
provocaban a un genio, a punto de vivificarlas

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