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EL REALISMO LITERARIO
El realismo literario es una corriente estética que marcó una ruptura con el romanticismo
tanto en los aspectos ideológicos como en los formales. Frente a los ideales de la
imaginación ilimitada y del genio creador, el realismo va a proponer en contraposición
que el arte se aplique a desarrollar una reproducción lo más exacta, completa y objetiva
posible de la época y el ambiente social. Asimismo, se opone al romanticismo por su
rechazo de lo sentimental y lo trascendental y su alejamiento de los escenarios exóticos.
En cambio, procura reflejar la realidad individual y social burguesa.
Esta reproducción exacta de la realidad que se proponen toma a menudo como modelo
los métodos de observación de las ciencias experimentales. Así 1843 uno de los grandes
exponentes de esta corriente Honore de Balzac se proponía estudiar la sociedad como un
científico estudiaba la naturaleza y Charles Baudelaire, en 1851, recomendaba: "Estudiad
todas las úlceras como el médico que está de servicio en un hospital". Po su parte Gustave
Flaubert al escribir Madame Bovary consultó tratados médicos para describir la muerte
por envenenamiento de su protagonista. En general los novelistas documentan
rigurosamente sobre el terreno tomando minuciosos apuntes sobre el ambiente, las gentes,
su indumentaria, o buscan en los libros los datos necesarios para conseguir la exactitud
ambiental o psicológica.
Al centrarse en la reproducción de la realidad el énfasis de los escritores se corre de lo
individual a lo social. El foco de interés de las obras es la observación y descripción
objetiva de los problemas sociales. Fascinada por los avances de la ciencia, esta estética
intenta hacer de la literatura un documento que pueda servir de testimonio de la sociedad
de su época. A causa de ello se aplica a describir la vida cotidiana y trabaja con personajes
comunes y corrientes basados en individuos reales de los que toma nota a través de
cuadernos de observación (por oposición a los personajes extravagantes o insólitos típicos
del Romanticismo). Un cambio importante es entonces el hecho de que, en tanto lo que
interesa es la reproducción exacta y completa de la realidad social, todos los temas pueden
ser objeto de atención por parte del escritor, desde los más heroicos hasta los más
humildes. Para el realismo la realidad por sí sola (es decir, no sometida a un proceso de
idealización) merece ser objeto de arte.
Los grandes temas con los que trabaja esta estética son: a) los problemas de la existencia
humana (ésa es la consecuencia del sumo interés por la descripción del carácter,
temperamento y conducta de los personajes.) b) la realidad socio-histórica que rodea al
escritor, quien debe dar testimonio de la misma y actuar como un cronista. La clase media
se convirtió en el foco de atención preferente del escritor.
Otro de los rasgos distintivos de esta estética, que se vincula íntimamente con los
anteriores es que la meta del realismo no es ya la belleza, sino la verdad: el conocimiento
de la realidad. De allí se deriva su afán verista o de verosimilitud y correlativamente el
planteo de la necesidad de desarrollar un análisis y un retrato riguroso de la realidad que
el escritor observa. La fotografía de las cosas es el ideal a que debe aspirar el novelista.
En consecuencia, el narrador que emplea este tipo de obras se construye como objetivo
y busca eliminar toda marca subjetiva. Asimismo, en general se presenta como un
narrador omnisciente, es decir, conoce a sus personajes a fondo. Para mostrar los
sentimientos y pensamientos de los personajes se utilizan el monólogo interior y el estilo
indirecto libre. El retrato puede ser un completo análisis psicológico y la descripción de
ambientes suele realizarse también con minuciosidad.
Por otra parte, el escritor se propone en muchas ocasiones formular una crítica social.
Denuncia los defectos y males que afectan a la sociedad y ofrece al lector soluciones para
detenerlos. Cada autor, según sus ideas, muestra lo que para él es un mal de la sociedad.
El autor analiza, reproduce y denuncia los males que aquejan a su sociedad y para ello
recurre frecuentemente al género de la novela de tesis.
En lo que respecta a la representación de los personajes, estos se muestran siempre en
una relación inmediata con su entorno económico y social, del cual son exponente. La
trama de las novelas muestra así a los personajes como testimonio de una época, una clase
social, un oficio, etc. A causa de ello el autor realiza previo a la escritura un trabajo de
documentación visitando los ambientes y lugares, conversando con sus tipos y tomando
notas de los mismos que luego usa en sus obras para que den la sensación de realidad que
busca. Lo que se pretende es desarrollar una pintura de caracteres y situaciones. A medida
que va desarrollándose, esta estética comienza a utilizar cada vez más el monólogo
interior y de la descripción física de los ambientes y los actos de los personajes pasa a
ahondar en su psicología. Los distintos personajes son complejos, evolucionan e
interactúan entre sí influyéndose mutuamente.
En relación al lenguaje utilizado, en estas obras al reproducir los diálogos entre los
personajes se intenta abarcar diversos registros ya que procura expresar el habla común
de todas las capas de la sociedad. Incluso reproduce el habla popular, el registro coloquial
y las características propias de las hablas regionales. En los fragmentos narrativos o
descriptivos, sin embargo, el estilo es académico, de largas y complejas estructuras
sintácticas.
El estilo es fundamentalmente sencillo y sobrio. Los recursos más utilizados son: a) la
ejemplificación para mostrar perfiles diversos de los temas, personajes, situaciones e
incluso lugares; b) la descripción minuciosa de las situaciones y de los caracteres.
EL NATURALISMO
Al interior del realismo comienza a desarrollarse el naturalismo como una tendencia que
se impone fundamentalmente en literatura entre 1870 y 80.
Su fundador y principal exponente fue Emile Zolá.
El naturalismo procuró reproducir la realidad con una objetividad documental en todos
sus aspectos, tanto en los más sublimes como los más vulgares. Presenta al ser humano
sin albedrío, determinado por la herencia genética y el medio en que vive.
En el influyen las ideas del positivismo y el evolucionismo. También experimenta el
influjo de las ciencias naturales y, sobre todo, de la medicina y la reciente ciencia de la
genética: el austriaco Gregor Johann Mendel (1822-1884) había formulado las leyes
fisiológicas de la herencia que condicionan al ser humano. En consonancia, adopta
igualmente los postulados de la filosofía determinista.
En suma, los rasgos definitorios del Naturalismo se reducen a los siguientes:
1. La existencia del ser humano está determinada por fuerzas naturales que la
humanidad no puede controlar.
2. Se funda en la filosofía del Determinismo, para la cual el hombre está controlado
por sus instintos, sus pasiones y su entorno social y económico.
3. El objetivo del Naturalismo es reproducir la realidad con total imparcialidad y
verdad de una forma rigurosa, documentada y científica. Se considera a la
literatura un documento social.
4. La ética del Naturalismo, a diferencia de la del Realismo, incorpora una actitud
amoral en la representación objetiva de la vida: prescinde de los valores morales
burgueses para ser más objetivo.
5. Los escritores naturalistas consideran que el instinto, la emoción o las condiciones
sociales u económicas rigen la conducta humana.
6. En el Naturalismo se destaca la dependencia del ser humano a las condiciones
ambientales.
7. La estética del naturalismo es contraria a la tradicional y propone una
revolucionaria indiferencia entre lo “bello” y lo “feo” que no juzga a lo uno por
encima de lo otro si realmente es verdadero.
8. Sus novelas buscan representar capas sociales que había dejado de lado la novela
del realismo burgués: aparecen las clases bajas, la pequeña burguesía y el
proletariado.
9. El lenguaje utilizado se inclina especialmente hacia las jergas y el habla regional
o popular, que aparecen reflejados sin academicismo y con rigor.