Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Monografía
INTRODUCCIÒN
El objetivo del presente trabajo es intentar dar una semblanza sobre las contribuciones
de algunos autores pertenecientes al movimiento psicoanalítico europeo,
particularmente al francés. Esto lo afirmo a pesar de sus diferentes nacionalidades de
origen.
Considero que los desarrollos alcanzados por éstos en la segunda mitad del siglo XX
permiten acceder a distintas perspectivas teóricas y técnicas capaces de abrir las puertas
del psicoanálisis y así recibir buenos y nuevos aires.
Realizo esta afirmación ya que según mi modo de ver el obstáculo para las aplicaciones
del psicoanálisis clínico a una población más extendida radica no tanto en las
dificultades de la técnica en sí, como en las dificultades de algunos analistas.
Una caja de herramientas permite desplegar una labor polifacética y generatriz pero, si a
esta caja se la utiliza de manera estereotipada, la creatividad que vio en su origen podría
sucumbir. En este sentido cito a Winnicott en su libro "Realidad y juego": "se me ha
señalado la posibilidad de pensar que mi interpretación en cada una de sus dos partes
podría vincularse con el juego y encontrarse tan alejada como es posible, de la
interpretación autoritaria, que es más próxima al adoctrinamiento".
Las creatividades freudiana, kleiniana, winnicottiana, lacaniana, no siempre han
inspirado creatividad en los analistas de escuela.
¿Acaso se trató durante el siglo XX de ser "más papistas que el papa"?. Sin embargo los
pensadores de quienes me ocuparé no se adoctrinaron e intentaron abrir un camino y
también invitarnos a transitarlo con ellos. Deseo referirme a tres autores: dos extranjeros
y uno argentino. Ellos son: Aulagnier, Green y García Badaracco.
Quisiera aclarar que efectué una selección guiada por mis propios intereses en el
recorrido clínico que ellos realizaron.
En mis 20 años de camino profesional como psiquiatra de adultos, niños y familias, y
psicoanalista, me encontré a menudo identificada con las miradas de estos autores.
Como todo recorte, éste es parcialmente aleatorio y no me ocuparé de otros maestros
que respeto y admiro pero que excederían los objetivos del articulo.
Tomaré en consideración los siguientes ejes:
- Reseña biográfica,
- Contribuciones y pensamientos originales.
Encuentro desarrollos afines en todos ellos puesto que, según creo, fueron influidos por
sus orígenes y su cultura, por la objetología psicoanalítica prevalente en la época y el
*
Dirección: Coronel Dìaz 1775, PB, (1425) Ciudad Autónoma de Buenos Aires, R. Argentina
3
DESARROLLO
1952: El Instituto de Psicoanálisis cambió de sede y Lacan redactó los estatutos que
fueron reglamentados en febrero siguiente.
1953: Se produce una escisión por enfrentamiento entre las posturas de S. Nacht y D.
Lagache, de estirpe más medicalizada y psicologizada, respectivamente.
Se funda la Sociedad Francesa de Psicoanálisis (S.P.F.) por Lagache, Dolto y Favez
Boutonnier. Más tarde se suman Lacan y otros.
1969: creación del así llamado cuarto grupo: Quatrième Groupe, por Aulagnier,
Valabrega, Perrier y Moreigne.
1989: A. Green organiza las Jornadas de la UNESCO "La psychanalyse, questions pour
demain ".
Dice Riccardo Steiner en su ya mencionado libro "De Viena a Londres y Nueva York":
"Forzado por las circunstancias, Jones subrayó en Lucerna, sobre todo, el problema de
la relación entre psicoanálisis y politica, para destacar que eran mutualmente
excluyentes; y aunque no mencionó ningún nombre, hizo una obvia referencia a
W.Reich y en general a los sucesos producidos en Berlín, así como, al mismo tiempo,
una vaga alusión a la interferencia política y el perjuicio racial que obstaculizaban el
trabajo del análisis ". Steiner hace constar que tanto Freud como su hija Anna estaban
de acuerdo en este punto, prueba de ello es una carta de Anna a Jones del 18-08-34.
Dice Steiner en ese mismo libro:"En el congreso que organizó la IPA en Marienbad en
1936, a. Jones le resultaría imposible no mencionar explícitamente la suerte que habían
corrido sus colegas judíos en Berlín, obligados a renunciar a la institución ".
5
En la S.P.P., por otra parte, había diferentes corrientes: los partidarios de Nacht que,
para algunos, se vinculaba demasiado a la psicología del Yo, angloamericana,
proveniente de Hartmann, y también estaban los partidarios de Lacan.
Jugaba un rol destacado Bouvet, lamentablemente muerto a los 48 años, el que, tal vez
de no haber fallecido tan tempranamente, habría podido contrapesar a Lacan, aportando
su actitud reflexiva y asi evitar la escisión que aconteciera en el seno de esa sociedad.
6
Nació en Milán, vivió en Egipto durante la segunda Guerra Mundial, hablaba varios
idiomas fluidamente. Perteneció a la tercera generación de analistas.
Ávida y culta lectora, se interesó tempranamente en la literatura y escritura, lo que se
traduce en sus escritos donde, en varias ocasiones intercala citas de novelas
contemporáneas, inclusive literatura de ficción (como el "1984" de George Orwell).
Estudió medicina en Roma y, luego, se instaló en París. Se analizó con Lacan (1955 a
1961) 2 .
.
Durante la llamada "edad de oro" del psicoanálisis en Francia –la que, para E.
Roudinesco, habría comenzado después de 1948 con las enseñanzas de Bouvet- Piera
Aulagnier integraba el grupo de los "juniors" destacados, seguidores de Lacan, junto a
Leclaire, Perrier, Granoff, Widlôcher –hoy presidente de la IPA-, Lavie, Smimoff, Pujol
y Rosolato 3 .
Aulagnier abandonó la EFP en 1969 por diferendos con Lacan, especialmente con
relación al "pase" 5 . El pase había sido un término empleado por Lacan para designar un
procedimiento de pasaje que consistía en que un analizante (pasante) expusiera ante
analistas (pasadores) los que daban cuenta ante un jurado llamado de acuerdo, aquellos
elementos de su historia que el psicoanálisis había llevado a considerarlos capaces de
fundamentar su deseo de convertirse en analistas.
Lacan se había opuesto al concepto de analisis didáctico puesto que, según él, nadie
podía de antemano decidir si un análisis era didáctico. La propuesta del pase había
constituido una forma de darle un viraje institucional a la EFP que muchos no aceptaron
y, en 1978, el mismo Lacan lo dejó de lado.
1
Roudinesco E., Plon, M.: Diccionario de psicoanálisis, Buenos Aires, Paidós, 1998, p.72.
2
Roudinesco E.: La batalla de cien años (1885-1985), Madrid, Fundamentos, 1993, tomo II, p.
274.
3
Roudinesco E. Idem, tomo II, p. 329.
4
Roudinesco E. Idem, tomo III, p. 66.
5
Roudinesco E., Plon, M. Op. Cit. P. 798.
8
Dentro del vasto terreno de los escritos y aportes de Piera Aulagnier, me interesa
referirme a sus contribuciones sobre el psiquismo arcaico del infans (aquel niño que aún
no habla ni accede a la representación de la palabra) y que esa autora reconoce haber
abrevado en el trabajo con pacientes psicóticos. Lo enuncia como una "deuda" con el
discurso psicótico.
6
Macías M.: André Green, un psicoanalista comprometido, Bogotá, Grupo Norma, 1998.
7
Aulagnier P.: Un intérprete en busca de sentido, México DF, Siglo XXI, 1997.
8
Aulagnier P.: El aprendiz de historiador y el maestro brujo, Buenos Aires, Amorrortu, 1997.
9
Sin embargo, las conductas de los pacientes gravemente perturbados parecían decir otra
cosa: "El discurso psicótico nos induce a postular una forma de actividad psíquica
percluida (forclose) de lo cognoscible, en forma definitiva y para todo sujeto y, sin
embargo, siempre en acción, "fondo representativo" que persiste paralelamente a otros
dos tipos de producción psíquica: la que caracteriza al proceso primario y la que
caracteriza al proceso secundario" 10 .
9
Aulagnier P.: La violencia de la intepretación, Buenos Aires, Amorrortu, 2001, p. 12.
10
Aulagnier P.: Op. Cit., p. 16.
11
Aulagnier P.: Op. Cit., p. 23.
10
Con esta concepción, Aulagnier nos informa que toda vivencia, todo acto, toda
experiencia pondrán en marcha conjuntamente:
- un pictograma
- una puesta en escena "mise en scène"
- una puesta en sentido "mise en-sens" 12 .
Aquí se despliega el espacio para la tarea del analista esperanzado, el que, al recurrir a
este modelo, podrá tomar conocimiento de la sensorialidad que el sujeto no puede tener
consciente.
12
Aulagnier P., Op. Cit., p. 18.
11
ANDRÉ GREEN
Este médico psicoanalista francés nació en El Cairo y allí vivió hasta completar el
bachillerato en el Liceo Francés.
Miraba a Francia con una visión casi mítica e idealizada de ese país que conoció a los
diecinueve años de edad 13 . Era hijo de un comerciante próspero y de una mujer
proverbialmente sensible –decía Green que le había dado motivo para interesarse por el
afecto- cuyo apellido de soltera era Barcilon (Barcelona). Siguiendo a H. Ey, su
maestro, para quien la frontera franco-española de los Pirineos parecía no existir y
afirmaba que a uno u otro lado de ésos se sentía en su casa, Green tendía a pensar de
una manera que, por cierto, reconocía partidaria: "todo aquello que tuvo que ver con el
alma (...) encuentra sus raíces en el Mediterráneo" 14 .
Estudió medicina en París y, según lo previsto, siguió psiquiatría. Fue admitido a
concurso en 1953 y trabajó como interno en Sainte-Anne desde 1954. En 1957, pasó a
ser asistente en el Hospital Henri-Rousselle (que pertenece al Sainte-Anne). En 1958
fue nombrado Jefe de Clínica de la cátedra de enfermedades mentales de la Facultad de
Medicina de la Universidad de París 15 .
Fue discípulo de Ajuriaguerra y Ey, el que dirigía y organizaba la biblioteca que, hoy,
lleva su nombre (viajaba desde Bonneval una vez por semana para dar clases). Green se
analizó con Bouvet y, al fallecer éste, con Catherine Parat a la que le dedica su capítulo
sobre "La madre muerta".
Había estudiado tempranamente tanto de neurología y anatomía patológica como de
filosofía, psicoanálisis y literatura –en particular, el teatro inglés (en la Sorbona, formó
parte del elenco, como actor, por muchos años).
Pensador creativo, considera que los fenómenos neurobiológicos deben ser leídos en un
nivel diferente del de la metapsicología y que, para él, "aquello de lo cual habla el
psicoanálisis incluye también a la dimensión cognitiva" y "lo que distingue al
cognitivismo del psicoanálisis no es su objeto, lo cognitivo, sino su procedimiento, su
método, su pensamiento, situados frecuentemente en las antípodas del psicoanálisis" 16 .
13
Macías M.: Op. Cit. p. 21.
14
Macías, M.: Op. Cit. p. 17.
15
Macías, M.: Op. Cit. p. 43.
16
Macías, M.: Op. Cit. p. 61.
17
Macías, M.: Op. Cit. p. 62.
12
Dice Green que Winnicott le despertó una simpatía inmediata y que, luego de fallecido
éste, atendió en París a quien fuera una de sus pacientes. Respecto de ella, anota: "Si
creo lo que ella me dijo, el lugar del padre en el Edipo fue por completo descuidado.
Hay que decir, en cambio, que por el lado de la madre, ¡la situación estaba más bien
sobresaturada! 20 .
André Green ha sido original y creativo en torno al tema del narcisismo, en su libro
"Narcisismo de vida, narcisismo de muerte". Si bien reconoce que el capítulo con mayor
repercusión es el de "La madre muerta" , tiene especial aprecio por otro: "El narcisismo
18
Macías M.: Op. Cit. p. 138.
19
Macías M.: Op. Cit. p. 139.
20
Macías M.: Op. Cit. p. 141.
21
Winnicott D. W., Realidad y juego, Barcelona, Gedisa, 1999, p. 102.
13
Green se había propuesto relacionar la teoría del narcisismo con la teoría definitiva de
las pulsiones 25 . En relación con éstas, dice: "La sexualidad es la constante indestronable
de la teoría íntegra del inventor del psicoanálisis pero su poder es de continuo
cuestionado por una fuerza adversa que, por su parte, experimentó cambios con el paso
de los años" –y esto es el narcisismo.
Green describe dos formas de narcisismo: uno de vida y uno de muerte. El primero,
ligado al cumplimiento de la unidad del Yo y, el segundo, opuesto a la unión; o sea, que
va ligado a la pulsión de muerte. Considera que el narcisismo ha sido un "paréntesis en
el pensamiento freudiano, un antes y un después, y que marcó una inflexión" 26 .
El narcisismo positivo es un factor unificador procedente del Yo, por el cual su líbido,
opuesta a la líbido de objeto, busca alcanzar cohesión yoica. Este es un narcisismo que
tiende a la unidad, aunque sus logros nunca sean completos.
El narcisismo negativo, que brota de pulsiones destructivas, tiene la tendencia a reducir
a cero la investidura del Yo. Así, la líbido objetal es atacada por el narcisismo positivo
que promueve la líbido yoica y por el narcisismo negativo que desinviste la líbido yoica,
sin devolverla al objeto, y se refiere a relaciones entre el narcisismo y la pulsión de
muerte.
Hay casos en los cuales el Yo se desinteresa al igual por el objeto y por sí mismo, lo que
da por resultado una tendencia a desaparecer. La nada sería la expresión auténtica de la
pulsión de muerte, diferente de la agresividad y del masoquismo primario: " El
narcisismo es la borradura de la huella del Otro en el deseo de lo Uno" 27 .
22
Green A.: Narcisismo de vida, narcisismo de muerte, Buenos Aires, Amorrortu, 1999, p. 78..
23
Green A. Op. Cit., p. 38.
24
Green A. Op. Cit.,, p. 15.
25
Green A. Op. Cit., p.11.
26
Green A. Op. Cit., p.12.
27
Green A. Op. Cit, p. 121.
14
sino deseo de lo Uno. Se puede llegar al deseo del no-deseo. En vez de buscar el centro,
ahora se lo suprime.
La búsqueda de satisfacción se resuelve en el abandono de toda búsqueda de
satisfacción.
La vida se hace equivalente a la muerte, como liberación de todo deseo.
Llegados a este punto, tenemos que la actividad psíquica es gobernada por el modelo de
la realización alucinatoria negativa del deseo.
28
Green A.: Op. Cit., p. 120.
29
Green A.: Op. Cit., p. 147.
30
Green A.: Op. Cit., p. 137.
31
Green A.: Op. Cit., p. 133.
15
Cuando la acción específica se vuelve específicamente mala (el objeto deja de cumplir
con su papel de espejo, continente y auxiliar del Yo), aparece otra fuente de conflicto.
El Yo debe defenderse de las pulsiones y sus derivados pero, también, del objeto. La
lucha se libra en dos frentes. Sin saber cuál es el peligro mayor, recurre a las pulsiones
de destrucción que se volcarán sobre el objeto externo, o el interno, o el mismo Yo. La
identificación proyectiva será excesiva. La realidad exterior así como la interior serán
odiadas. "Es ahí donde aparecerán no sólo las angustias narcisistas de la locura privada,
sino las angustias psicóticas de la locura pública: psicosis" 33 .
En su libro "Locuras privadas", Green habla extensamente de estos casos fronterizos
que no transitan necesariamente una psicosis clínica. En la segunda parte de su libro
"Narcisismo de vida, narcisismo de muerte", Green se refiere a formas clínicas
narcisistas:
- El narcisismo moral,
- El género neutro,
- La madre muerta.
Respecto del complejo de la madre muerta, dice que describe lo que ocurre ante el
fracaso de la separación-individuación (Mahler).
32
Green A.: Op. Cit., p. 138.
33
Green A.: Op. Cit., p. 140.
34
Green A.: Op. Cit., p. 233.
16
Por un lado, la rama española de su familia debe haber impreso en su carácter una clara
disposición al trabajo tesonero, consecuente y constructivo. Por el otro, la rama italiana
quizá influyó en el niño y, luego, en el joven, al despertar su afición por la música, el
canto y una temprana vocación en la atención de familias.
Joven inteligente, estudiante destacado, egresó del Colegio Nacional de Buenos Aires y
de la Universidad de Buenos Aires en la cual, andando el tiempo, crearía el
Departamento de Salud Mental.
García Badaracco fue Jefe de Servicio de Internación del Borda y creó el primer
Hospital de Día de América Latina, así como la Comunidad Terapéutica Psicoanalítica
de Estructura Multifamiliar. Trajo al país las primeras terapistas ocupacionales.
También creó la primera residencia para psiquiatras de la Argentina y América Latina
que funcionaba en el Hospital Borda. Posteriormente a su experiencia hospitalaria,
fundó la institución privada de salud mental Ditem.
35
García Badaracco J.E.: Comunidad terapéutica psicoanalítica de estructura multifamiliar,
Madrid, Tecnipublicaciones, 1989.
17
El objeto enloquecedor: García Badaracco usa este concepto para describir una
presencia enloquecedora que se daría en los casos en los cuales el bebé captaría
tempranamente las carencias parentales, identificándose entonces con aspectos
patológicos de dichos objetos que se han estructurado en forma de falso self 37 , y que
han detenido igualmente el crecimiento del self verdadero.
Esta condición sería alimentada por el objeto real externo que impuso inicialmente su
característica de "ser imprescindible para la vida del sujeto" 38 .
Descripciones como éstas pueden corresponder a lo que acontece con las patologías
graves: neurosis graves, personalidades limitrofes y narcisistas, y psicosis no orgánicas.
Jorge E. García Badaracco describe estos vínculos como de naturaleza perversa por
incluir características de sadismo y sexualidad primitivas. También piensa que "las
perversiones sexuales clínicas se estructuran a partir de estos núcleos perversos
primitivos" 39 . Describe este autor al objeto enloquecedor como un modo de
funcionamiento patológico y patógeno de los objetos que "... induce inconscientemente
al sujeto a actuar sádicamente y con maldad, y lo hace sentir malvado y culpable porque
la inadecuación del objeto en lugar de amortiguar las pulsiones primitivas del sujeto, las
incrementa –especialmente la envidia y el sadismo. El objeto suele actuar muy
sádicamente sobre el sujeto por no darse cuenta del estado de indefensión de éste y por
sentir su espontaneidad como amenazante y peligrosa. El deseo, como búsqueda
subyacente de la experiencia de satisfacción, se somete a la necesidad del otro; es decir,
del objeto. Se configurará así la experiencia traumática repetitiva que se constituirá en
fijación al trauma. La situación aterradora y paralizante de depender de, y necesitar
(cada vez más) un objeto que es enloquecedor conduce, como única salida, a una
identificación con el mismo" 40 .
36
Segal H.: Introducción a la obra de Melanie Klein, Buenos Aires, Paidós, 1987 p.19.
37
Winnicott, D.W.: El hogar, nuestro punto de partida, Buenos Aires, Paidós, 2001, p.80.
38
Garcia Badaracco J.E.: Op. Cit. p. 79.
39
García Badaracco J.E.: Op. Cit. p. 177.
40
García Badaracco J.E.: Op. Cit. p.177.
18
considerando a este último no como heredero del complejo de Edipo sino como un
Superyó primitivo kleiniano; o sea, "un objeto intrapsíquico idealizado y
persecutorio" 41 .
Las identificaciones antes mencionadas se vuelven sometedoras del desarrollo del resto
del psiquismo y, por eso mismo, se transforman en alienantes. La presencia invasora
semeja una "posesión demoníaca" 42 que reemplaza al Yo, impidiendo el surgimiento de
la espontaneidad.
Puedo afirmar, citando a Carlos Mario Aslan, con relación a la repetición que depende
de las estructuras 43 que "cabe notar una vez más que la repetición no es de un
contenido específico, sino de una modalidad de funcionamiento, de una característica de
este relacionarse". Así, se conforman las estructuras patológicas que tan claramente
expresa Carlos Mario Aslan, y que no pueden menos que expresarse de esta manera
compulsiva, la que el analista deberá saber leer.
41
García Badaracco J.E.: Op. Cit., p. 178.
42
García Badaracco J.E.: Op. Cit. p. 174.
43
Aslan C.M. La repetición que depende de las estructuras, Rev Psicoanal APA, 1993, núm.
especial internacional, p. 11-19
44
García Badaracco J.E.: Op. Cit. p. 209.
45
García Badaracco J.E.: Op. Cit. p 210.
19
El proceso terapéutico
“Compañera Ud.sabe
que puede contar conmigo
no hasta diez, ni hasta cien,
ni hasta quinientos,
sino contar conmigo...”
"Hagamos un trato" 46
1. Definición
Jorge García Badaracco define el proceso terapéutico como un concepto clínico que da
cuenta del “conjunto de transformaciones que puede experimentar un individuo a través
de la psicoterapia” 47 .
Esta ultima definición es la que más se acerca a la idea del autor que toma la salud como
una virtualidad potencial presente en todos los seres humanos y que puede ser
desarrollada.
46
Benedetti, M. , Poemas de otros, Buenos Aires.
47
García Badaracco J.E.: Op. Cit. p. 235.
48
Tomo XIX, pág. 9552.
20
Esta es una concepción eje a lo largo de toda la obra de este brillante autor.
Volviendo a García Badaracco, y respecto de los pacientes graves , dice: “Son pacientes
que no pueden pensar en lo que les pasa. Se sienten movidos por fuerzas irracionales
superiores a su voluntad consciente, se sorprenden desbordados por estados
emocionales internos donde habitualmente domina el sufrimiento y estas situaciones
vivenciales patológicas no son la consecuencia de conflictos no resueltos sino más bien
la persistencia de estados primitivos patológicos de la mente” 51 .
Destaca que estas características se manifiestan más en la convivencia que a través de
las vías regias del inconsciente, sueños, lapsus y actos fallidos. Un ejemplo de esto son
las actuaciones psicóticas y psicopáticas repetidas compulsivamente a la manera de una
puesta en escena de situaciones traumáticas infantiles graves.
49
García Badaracco J.E.: Op. Cit. p.171.
50
Freud S.: Análisis terminable e interminable, Obras completas, tomo 23, p. 223, Buenos
Aires, Amorrortu, 1997.
51
García Badaracco J.E.: Op. Cit. p. 80.
21
En varios pasajes de su obra, el autor habla de los recursos yoicos como capacidades
que todos poseemos y que nos permiten tolerar frustraciones y disfrutar de situaciones
placenteras, aceptando que tendrán un fin.
2. Puesta a prueba
Los pacientes nos ponen a prueba y evidencian inicialmente desconfianza, la que será
directamente proporcional a la inseguridad que sienten en sí mismos y que dará lugar a
un circulo vicioso atrapante de donde, generalmente, no se sale sin ayuda.Tales
inseguridad y desconfianza se irán incrementando cuando comiencen a ceder los
mecanismos de defensa propios de su patología y el paciente necesite de nosotros,
angustiándose al descubrirse vulnerable.
52
Hernández, M., Poesía, México DF, Ed. Mexicanos Unidos, 1996, p 28.
22
Dice García Badaracco:"Donde hay enfermedad por algo es. Donde hay conflicto algo
ocurrió. Donde hay carencia algo faltó" 53 .
Será nuestra función rescatar los primeros esbozos sanos presentes en el discurso
psicótico o psicopático (así como los cambios que se operen en el discurso neurótico
rigidizado por las defensas puestas en juego). Señalarlos pero especialmente saber
acompañarlos y comprender que así como se sintieron mal, ahora se sienten malos y
hasta pueden hacernos vivir la maldad que sienten. Además, debemos saber que, si bien
estarán atentos a nuestros señalamientos, más lo estarán a nuestra comunicación
paraverbal y especialmente a nuestras emociones.
3. Clima
Al mejorar, los pacientes graves, generalmente, pasan del autismo al temor paranoide
porque, con frecuencia, es ésta la única forma de relación que conocen y utilizan la
identificación proyectiva. Así, hay aspectos escindidos que quedan fuera de la relación
para no sentir emociones intolerables.Estos pacientes establecen relaciones parciales de
objeto que, a menudo, enmascaran la fuerte necesidad que siente de un otro.
Esta necesidad imperiosa puede estar enmascarada por otros sentimientos como el
rechazo, la agresividad o la erotización del vínculo con el analista y que son
manifestaciones de necesidades primitivas y que, para García Badaracco, en un
momento, no fueron colmadas.
Así, los pacientes nos harán reclamos compulsivos y reproches vengativos –y nos será
imprescindible comprender que van dirigidos hacia objetos tempranos.
53
Garcia Badaracco J.E.: Op. Cit. p. 241.
23
Otra vez, será necesario que el analista vea la salud tras la aparente enfermedad puesto
que, cuando en el paciente disminuye su omnipotencia, aparece un período depresivo en
54
Winnicott D.W.: Los procesos de maduración y el ambiente facilitador, Buenos Aires, Paidós,
1996.
55
Winnicott D.W.: Op. Cit., p.183.
24
Aquí se ponen de manifiesto las gravísimas carencias que este sufriente psíquico
padeció. A este período, el Dr. Salomon Resnik (comunicación personal) lo llama
depresión narcisista y lo considera sumamente riesgoso para la vida del paciente que,
muchas veces, intenta suicidarse al percibir más claramente su realidad, la que le resulta
intolerable. García Badaracco dice que el paciente descubre aquí su impotencia por falta
de desarrollo de recursos yoicos genuinos. (El crecimiento emocional da lugar a la
desimbiotización y genera individuación). De modo que el paciente deberá elaborar el
duelo por la pérdida de esa relación simbíótica idealizada. Es entonces cuando se
impone la terapia familiar para que el grupo acepte que ya no podrá depositar en el
sufriente todo lo indeseable y persecutorio –vale decir, el objeto enloquecedor.
Es éste otro momento de riesgo en el que la familia puede intentar la ruptura del
tratamiento para volver a la homeostasis anterior.
Es éste un período que, por momentos, puede parecer discordante ya que surgen
emociones intensas, reacciones coléricas o alegría exagerada, emociones que intentan
reproducir la situación familiar, o bien hallar un contexto de seguridad para expresarse.
La familia no supo antes y no puede ahora tolerar la espontaneidad, y el paciente se
asusta de sí mismo. Necesitará descubrir que la violencia de sus fantasías es más
destructiva que la realidad de tal violencia expresada en un contexto de seguridad.
Paulatinamente, descubrirá deseos de ayudar a los demás y capacidad para identificarse
con el sufrimiento ajeno, como forma de ir elaborando lo propio. Verá con asombro que
puede enojarse sin desmoronarse por ello.
Durante el período de desidentificación es posible que critique el análisis o se exprese
con palabras de su analista. Se torna rebelde y acusa a los padres por su padecer pero, si
se comprende la verdadera naturaleza de esta psicopatología, jamás se caerá en la
tentación de culpabilizarlos. Nuevamente, aquí, podría correr riesgo la continuidad del
tratamiento.
compulsiva de situaciones traumáticas; el sentido del humor no se usará para herir sino
para compartir una alegría.
Luego del arduo, laborioso y, a menudo, doloroso trabajo que representa el análisis;
luego de que analista y pacientes fueron haciendo "camino al andar" y abriendo
espacios para pensar, en síntesis han desarrollado una salud potencial, difícil de
visualizar en un comienzo. Entonces, imagino que, juntos, podrían compartir los versos
de Miguel Hernández en "Nanas de la cebolla":
... Tu risa me hace libre,
me pone alas,
soledades me quita,
cárcel me arranca.
Tu boca que vuela,
Corazón que en tus labios
Relampaguea 56
CONCLUSIONES
Deseo agradecer el estimulo constante de las docentes Ana Delia Levin de Said, Isabel
Eckell de Muscio y Ana Maria Rumi Souza.