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R.
Horacio Etchegoyen.
Samuel Zysman.
Resumen
En las primeras décadas del siglo XX Freud era conocido y citado por
una elite de mentes ilustradas de América Latina. En los años cuarenta
convergen en Buenos Aires analistas exiliados de Europa con un grupo
local de pioneros y fundan en 1942 la APA.
A partir de entonces el análisis creció fuertemente, ocupando
espacio en hospitales, universidades y la cultura toda. La situación
socioeconómica de esa época ayudaba considerablemente a este
fenómeno, que siempre llamó la atención a sus observadores.
Este trabajo estudia especialmente la influencia de las ideas
kleinianas en los primeros treinta años de este desarrollo. Los aportes
originales de los pensadores locales constituyen un acervo intelectual de
vigencia perdurable, que justifica referirse a una "escuela psicoanalítica
argentina".
En los años setenta, la sociedad argentina y el psicoanálisis
atraviesan cambios profundos y complejos. Palidece el brillo de Melanie
Klein y toma impulso la enseñanza de Lacan.
En el momento actual los kleinianos de Buenos Aires siguen
trabajando, mientras que su relación con los lacanianos y otros grupos
teóricos se ha hecho más serena. Se hizo posible, así, una discusión más
respetuosa, orientada a las diferencias estrictamente científicas.
A más de cien años de su creación por Freud, el psicoanálisis tiene
hoy el reconocimiento de la comunidad científica y una gran pregnancia
en la cultura. En los primeros años del siglo XX hubo mentes ilustradas
en América Latina, como José Ingenieros, Aníbal Ponce, Gregorio
Bermann, Carlos Alberto Seguín, Honorio Delgado y Germán Greve, que
[1]
estudiaron e incluso utilizaron la obra de Freud ; pero fue en 1938 al
llegar a Buenos Aires Ángel Garma y Celes Ernesto Cárcamo , que el
psicoanálisis empezó a desarrollarse sistemáticamente en nuestro medio.
Estos dos pioneros encontraron un terreno fértil porque Enrique
Pichon Rivière, Arminda Aberastury, Arnaldo Rascovsky, Matilde
Wencelblat, Teodoro Schlossberg, Simón Wencelblat, Luisa Gambier
(después Álvarez de Toledo) y Alberto Tallaferro formaban ya un grupo
entusiasta que estudiaba la obra de Freud (Balán, 1991). También
pertenecieron a este grupo Luis Rascovsky, Flora Scolni y Jorge Weil
(Resnik, 2001).
A fines de 1942, poco después de la llegada de Marie Langer, se
fundó la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), reconocida por
Ernest Jones, entonces Presidente de la Asociación Psicoanalítica
Internacional (API), como Sociedad Provisoria, el 12 de diciembre de ese
año.
En este trabajo nos queremos ocupar de la influencia que tuvo en
Buenos Aires la obra de Melanie Klein, que a mediados del siglo XX era
la fuente principal de inspiración de los psicoanalistas argentinos, y más
ampliamente de toda Latinoamérica. Intentaremos, también, mostrar el
contexto social en que tuvieron lugar los
acontecimientos.
Por considerarlo más pertinente al objeto de este trabajo decidimos
seleccionar los datos relevantes de las revistas especializadas.
Consultamos también las obras de Jorge Balán (1992), Elsa del Valle
Echegaray (1986, 1999), Hugo Vezetti (1989, 1996), Fidias Cesio (2000),
La Revista de Psicoanálisis
Recorriendo la Revista de Psicoanálisis, cuya fecunda trayectoria
comienza en 1943 bajo la dirección de Arnaldo Rascovsky, veremos
aparecer los escritores fundamentales de esa época: Freud, Abraham,
Jones, Ferenczi, Tausk, etcétera. Entre llos se destacan Melanie Klein, y
poco después Fairbairn y Winnicott, lo mismo que
los psicólogos del yo, de Viena y Norteamérica.
En el primer número de la Revista aparece "Primeros estadios del
conflicto de Edipo y de la formación del superyó", que corresponde al
capítulo 8º de El Psicoanálisis de Niños (1932), el libro de Melanie Klein
que para entonces Arminda Aberastury estaba traduciendo. A esa empresa
se sumó poco después Elizabeth Goode, conocida desde su casamiento
como Betty Garma. El libro apareció finalmente en 1948 por la editorial
[2]
El Ateneo, con un prólogo de Arminda Aberastury . Es a propósito de
esta traducción que Arminda Aberastury entra en contacto epistolar con
Melanie Klein hacia 1946. Esta publicación marca un hito para el
psicoanálisis latinoamericano y, en general, para la producción
psicoanalítica en español y portugués. Destaquemos que esta traducción
se basó fundamentalmente en The psychoanalysis of children, publicado
en Londres en 1937, y que Marie Langer cotejó el texto con el original
alemán.
En el nº 3 del volumen 1 aparece Los dinamismos de la epilepsia,
un fundado artículo de Pichon Rivière donde se menciona en más de una
ocasión a Melanie Klein. Pichon considera que ciertos síntomas
epilépticos son transformaciones de los terrores nocturnos, estudiados
exhaustivamente por ella.
El Congreso de Zurich
A mediados de 1949 se realizó en Zurich el XVI Congreso
Psicoanalítico Internacional, el primero después de la Segunda Guerra
Mundial, donde la APA fue admitida como Sociedad Componente, al que
Betty viajó con Ángel Garma, junto con Arnaldo y Matilde Rascovsky y
Teodoro Schlossberg. Allí se produjo el encuentro de los argentinos con
[5]
Melanie Klein y su grupo . Con ellos supervisó y discutió Betty
durante varias horas el material de uno de sus primeros casos, un varón
de 21 meses (Pedrito), el niño más pequeño en análisis en ese momento
en el mundo entero. Recuerda Betty que Klein quedó gratamente
impresionada por su presentación y le propuso establecerse en Londres
por un tiempo para aprender de manera directa la técnica del análisis
infantil; pero Betty tuvo que declinar ese ofrecimiento. La enseñanza se
materializó poco después, sin embargo, en una serie de supervisiones en
del evento, ya que Melanie Klein había muerto poco antes, y el gran
interés que su obra había despertado en nuestro medio y en toda
Latinoamérica, interés que se hizo manifiesto por la participación de
analistas de Brasil, Uruguay, Chile y Méjico. Cesio hizo una breve
reseña de la intensa colaboración entre los grupos psicoanalíticos
argentino y británico. El Simposio de 1961 muestra la madurez del grupo
analítico rioplatense y la presencia de las ideas kleinianas en trabajos que
marcan el rumbo de una pléyade de analistas que dieron prestigio al
psicoanálisis y dejaron una obra escrita de permanente vigencia.
Cesio presentó La disociación y el letargo en la reacción terapéutica
negativa, un tema que desarrolló en otros trabajos a lo largo de su vida.
El letargo es una singular reacción transferencial y contratransferencial,
que Cesio remite al psiquismo fetal estudiado por Rascovsky y que marca
un particular desarrollo del proceso psicoanalítico.
Merecen citarse, también, el trabajo de Willy Baranger Aspectos
problemáticos de la teoría de los objetos en la obra de Melanie Klein; el
de Mom, Consideraciones sobre el concepto de fobia en relación con
algunos aspectos de la obra de Melanie Klein, una investigación en que
Mom persistirá muchos años; y el de Grinberg, Duelo por el yo y
sentimiento de identidad. Liberman presentó Forma y contenido de las
seis fantasías inconscientes del pecho perseguidor y su repercusión en
los diferentes estadios evolutivos y Bleger Modalidades de la relación
objetal, amén del ya citado trabajo en colaboración con su esposa. Se
encontraban en ciernes la obra de Liberman sobre la reinterpretación de
la psicopatología con la ayuda de las teorías de la libido y la
comunicación, y la de Bleger, que culmina en su idea de la simbiosis y la
posición glischro-cárica (1964), influida por la idea de la enfermedad
única, así como su concepto de parte psicótica de la personalidad, afín a
la de Bion (1957), que se publica en la Revista Uruguaya de 1964 y es el
capítulo cuatro del libro de 1967. También se insinúa el trayecto que
habrá de recorrer Willy Baranger, uno de los mejores exégetas de Klein,
hasta volcarse a una revisión ligada a las ideas de Lacan, que comienza
en los años setenta.
La llegada de Lacan
El final de la década de los sesenta y la siguiente estuvieron también
signados por cambios sociales y políticos de gran magnitud, que se
acompañaron de un estado de violencia y descomposición social cuyos
efectos todavía se sienten y repercutieron en el psicoanálisis de esa
época. El riesgo de perder la vida en los “años de plomo” obligó a los
analistas a un nuevo repliegue, de características muy distintas al anterior.
Gran parte de la inteligencia argentina, incluidos muchos analistas, creyó
conveniente un regreso de Perón al poder. Plataforma y Documento
fueron los nombres de dos diferentes grupos de psicoanalistas que sin
embargo coincidían en presentar propuestas para insertar al psicoanálisis
en proyectos políticos socialistas. Sus miembros terminaron por renunciar
a la APA en 1971, convencidos de su naturaleza reaccionaria y autoritaria
Algunas conclusiones
Este trabajo intenta trazar el panorama del psicoanálisis argentino en la
época donde predominó el pensamiento de Melanie Klein y sus
discípulos. Más allá de nuestras limitaciones personales, este intento es
difícil porque la etapa considerada fue rica en acontecimientos y
protagonistas, no siempre incluidos en nuestro relato. Hemos tratado de
exponer los hechos objetivamente, sin dejar de pensar que la selección es
siempre discutible y que en ella gravitan las predilecciones y conflictos
de cada uno. Tratamos de hacerlo con equilibrio y ponderadamente; pero
sólo el lector podrá decidir si lo logramos.
Al repasar la historia de esos años se nos impuso la notoria
presencia de Melanie Klein en Buenos Aires. Sabemos perfectamente que
otros estudiosos podrán ofrecer versiones distintas, pero creemos que la
nuestra se sostiene suficientemente.
En resumen, creemos que se puede afirmar que Melanie Klein
influyó notablemente en los psicoanalistas argentinos y sus desarrollos
teóricos y técnicos y lo sustentamos en algunos ejemplos significativos,
como los que a continuación se ofrecen:
1) los objetos persecutorios que ocupan un lugar preeminente en las
teorías de Ángel Garma en la dialéctica de un superyó sádico y un yo
masoquista;
10) la teoría del campo de los Baranger, que toma como eje de su
desarrollo no sólo las ideas de Kurt Lewin y Merleau-Ponty, sino también
los conceptos de indentificación introyectiva y proyectiva;
11) los estudios de medicina psicosomática, distintivos de la escuela
argentina (asma, esterilidad, úlcera gástrica, hipotiroidismo, etcétera), que
tienen siempre a Klein como un punto de referencia ineludible;
12) también reflejan la impronta kleiniana los trabajos de
Etchegoyen, Campo y Zac (1973) sobre la psicopatía, que se discutió con
la manía en el Simposio de 1964;
13) los estudios sobre la sexualidad femenina, que parten de Marie
Langer, abrazan decididamente las ideas de Ernest Jones y Melanie
Klein, con una fuerte crítica a la teoría del monismo fálico freudiano.
Bibliografía
[1]
El médico alemán radicado en Chile, Germán Greve (1910), presenta en Buenos Aires un
trabajo basado en las teorías de Freud, quien lo menciona (1914).
[2]
Según el informe de Ana Kaplan, el trabajo material de traducción estuvo a cargo de Hebe
Friedentahl.
[3]
Este artículo de Melanie Klein cierra el libro Psicoanálisis de la melancolía, que compilaron,
dos años después, Ángel Garma y Luis (Lucio) Rascovsky.
[4]
El artículo concluye con una referencia a la enfermedad única (Pichon Rivière), donde el
vínculo entre el objeto y el yo se reconoce en su diversidad.
[5]
Facilitó el encuentro, sin duda, la amistad de Garma con Paula Heimann, de la que fue
condiscípulo en el Instituto de Berlín a fines de los años veinte.
[6]
No hemos podido decidir si el descubrimiento de Melanie Klein corresponde directamente a Arminda o si fue Enrique, hombre de
gran cultura y profunda versación en psiquatría y psicoanálisis, el primero en tomar contacto con el libro, a pesar de que Betty Garma y
Susana Lustig se inclinan por Arminda. Tampoco hemos podido averiguar a qué versión del libro de Anna Freud se refiere Betty
Garma. Einführung in die Technike der Kinderanalyse fue publicado en alemán por la Internationaler psychoanalitischer Verlag en
Viena en 1927 y en inglés en 1928 como Introduction to the technique of child analysis por Nervous and Mental Disease Publishing
Company. Sólo mucho más tarde, en 1964, se publicó en español por Hormé, Psicoanálisis del niño. Aberastury cita la versión alemana
de este libro en su artículo Psicoanálisis de niños (Revista, volumen 6, nº 2), pero todo hace pensar que fue la versión inglesa la que se
utilizó en Buenos Aires.
[7]
En el prólogo a Niños en análisis, Ángel Garma sostiene que el viaje fracasó por la pelea entre Melanie Klein y Paula Heimann.
Alejandro Dagfal (Comunicación personal) sostiene que, a partir de esa situación, Hanna Segal pasó a ocupar el lugar más cercano a
Melanie Klein, quien la propuso para viajar a Buenos Aires.
[8]
Lamentamos mucho su reciente fallecimiento, acaecido mientras este trabajo estaba en plena producción, que
nos deja sin la oportunidad de consultar con ella ciertos datos históricos y recabar su esclarecida opinión sobre
temas teóricos y técnicos.
[9]
Pichon introdujo posteriormente el término oligotimia.
[10]
Plataforma y Documento fueron dos grupos de analistas que asumieron una actitud de compromiso social y político, que los alejó
definitivamente de la APA (y la API). Ellos compartían la preocupación por lograr una adecuada integración de sus posiciones políticas
con el ejercicio de la profesión y, en ciertos casos, ponían al análisis por completo al servicio de la revolución.
[11]
Un caso típico fue la campaña de desprestigio contra el entonces profesor de psiquiatría en la U.N.C., R. Horacio Etchegoyen, al
presentar su trabajo sobre un caso de psicopatía, cuya comprensión teórica se centraba en las ideas kleinianas.