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1.1 Definición
Los sistemas de aire comprimido están presentes en la mayoría de las industrias, ya que ayudan a
mejorar la productividad, automatizando y acelerando la producción.
El aire comprimido está presente en la mayoría de los procesos industriales debido a sus múltiples
VENTAJAS:
• su precio, que es algo elevado. Como valor indicativo tenemos que cada m3/min de aire
aspirado por el compresor cuesta 1c€/min.
• la fuerza que puede llegar a producir es limitada.
• la velocidad que proporciona no es constante dada la compresibilidad del aire.
• los aparatos que generan aire comprimido y su descarga resultan algo ruidosos.
El rendimiento de los compresores es muy bajo, pues la mayor parte de la energía de compresión se
convierte en calor.
2.1. Compresores
En el momento de seleccionar un compresor se han de considerar una serie de factores que dependen en
gran medida de la instalación a la que ha de servir.
Los factores fundamentales de la instalación a considerar son el caudal del aire y la presión requerida.
En el cuadro siguiente se presentan valores límites superiores para cada tipo de compresor:
Aletas 100 28
Tornillo 6.000 40
2.2. Aspiración
Para un buen rendimiento del compresor, el aire debe aspirarse preferentemente del exterior y debe
estar limpio y frío, ya que:
Es importante realizar un diseño del depósito tal que permita obtener menores consumos de energía,
mediante la instalación de compresores de menor capacidad y menor potencia.
3 COMPONENTES
3.2 Compresores
Un compresor es una máquina destinada a incrementar la presión del aire, o de un gas o mezcla de
gases, a partir de la presión atmosférica, con el fin de proporcionarles energía y utilizarlos en múltiples
aplicaciones.
TIPOS DE COMPRESORES
Los compresores que se fabrican hoy día se dividen en dos grandes grupos, atendiendo a su principio de
funcionamiento: de flujo continuo o aerodinámicos y de desplazamiento positivo.
1. Los compresores de flujo continuo o aerodinámico están basados en la cantidad de movimiento,
donde gracias a la fuerza recibida del motor de arrastre se aumenta la velocidad del fluido, para
posteriormente transformarla en presión.
Los compresores aerodinámicos disponen de un órgano fundamental denominado rodete, que gira sobre
su eje, donde se produce la transformación de la energía mecánica, que recibe del motor de arrastre, en
energía de fluido.
2. Los compresores de desplazamiento positivo o volumétrico aumentan la presión del gas gracias a
la reducción de su volumen, transmitiendo esta presión íntegramente a todo el fluido situado aguas abajo.
Estos compresores disponen de un elemento denominado desplazador, que atrapa el gas mediante la
creación de una succión, reduce su volumen, y lo desplaza hacia la salida donde existe una presión
superior.
Los compresores volumétricos se dividen a su vez en alternativos y rotativos (según el movimiento que
posee su órgano desplazador).
Los compresores alternativos son los más utilizados en la industria por sus notables ventajas y
características, que los convierten en los más económicos tanto en el momento de su adquisición como
en el de su uso.
Constan de un cilindro donde se desplaza alternativamente un émbolo arrastrado desde el exterior por
un vástago, o simplemente por una biela; cuando éste comienza a salir del cilindro se crea una succión
que permite la entrada del aire desde el exterior a través de una válvula, llenándola.
Cuando el pistón regresa se reduce el volumen y se incrementa la presión del aire hasta alcanzar un valor
en el que se abre una válvula que conecta el cilindro con el servicio.
Entre este tipo de compresores cabe citar los de aletas y los de tornillo como los más importantes.
Después de haber producido y tratado convenientemente el aire comprimido, hay que distribuirlo de tal
manera que llegue a todos y cada uno de los puntos de consumo.
Para ello se deberán trazar a partir de la central compresora una serie de tuberías y de acometidas que
constituyen la red de distribución.
Existen tres tipos de red de distribución:
• Red ramificada o abierta: está formada por la tubería que parte de la central
compresora que se desglosa en dos, y éstas a su vez se ramifican en otras dos y así
sucesivamente hasta alcanzar cada uno de los puntos de consumo, constituyendo
una red abierta. Tiene como única ventaja que en principio es más económica al tener
una menor longitud, pero si se produce una anomalía quedarán fuera de servicio
todas las acometidas situadas aguas debajo de ese punto.
• Red mallada o cerrada: la tubería que parte de la central compresora se divide también
en dos, y éstas a su vez en dos, y así sucesivamente, pero cerrándose todas ellas en
sus extremos, formando anillos cerrados. Los consumos pueden ser atendidos por
caminos diferentes, consiguiéndose un reparto de caudales óptimo, que produce
pérdidas de carga mínimas en las tuberías y por tanto presiones máximas en las
acometidas. Se puede mantener el servicio en caso de avería sin más que aislar el
tramo en que se presente.
• Red mixta: es la más frecuentemente empleada, está formada por circuitos cerrados,
de los que parten algunos ramales que no se cierran en sus extremos.
4 MEDIDAS DE EFICIENCIA
Con una dedicación propia no excesiva pueden detectarse algunas mejoras sin inversión, relacionadas
con la gestión de compresores, la planificación y el mantenimiento (resultados inmediatos).
Con ayuda de expertos de energía se puede profundizar en el análisis, detectando algunas mejoras que
requieran una inversión reducida (resultados a medio plazo).
Otras mejoras exigen un análisis más detallado y una inversión considerable (resultados a largo
plazo).
• Informar al personal de la empresa del elevado coste de producción del aire comprimido, ya
que cada m3/min cuesta 1c€.
• Mantener la presión de generación del aire lo más baja posible. Comprobar la presión mínima
de trabajo de los equipos conectados y las pérdidas de presión de la red, ya que el consumo de
energía se incrementa al aumentar la presión del aire comprimido.
• El aire que se comprime se debe tomar del exterior. Donde sea posible se harán las >tomas de
aire del exterior orientadas al norte, ya que los costes operativos bajan al aspirar aire más frío
(del orden de 3%).
• Comprobar que todas las herramientas neumáticas funcionan a la mínima presión que
asegure una elevada productividad, ya que a mayor presión más coste energético.
• Comprobar que las pistolas de soplado están reguladas a la presión específica. Se obtiene
un ahorro del 60% de energía haciendo que las válvulas reguladoras de las pistolas estén
reguladas a un máximo de 2 bar.
• Debe evitarse el uso de pistolas de rociado para limpieza por motivos de ahorro energético y
por higiene. Usar en su lugar escobas y recogedores o aspiradoras de vacío.
• Se debe localizar e identificar las tuberías de aire o ramales no utilizados en la actualidad,
ya que estas tuberías y ramales pueden ser una fuente potencial de fugas.
• Debe evitarse que los compresores funcionen en vacío durante mucho tiempo, ya que el
funcionamiento de los compresores en vacío es caro. Para ello: Realizar un ajuste correcto de
los temporizadores. Realizar la puesta en marcha sólo cuando hay demanda. Realizar la parada
de los compresores si no hay demanda.
• Debe existir un sistema efectivo para detectar las fugas y repararlas "on-line". Las pruebas
periódicas reglamentarias de los recipientes a presión son un seguro anti fugas.
• Controlar la pérdida de carga en los filtros de aire. Limpiar los filtros reutilizables y sustituir los
desechables, ya que los filtros sucios incrementan el consumo energético y el consumo de aire.
• Inspeccionar y mantener apropiadamente el sistema de tratamiento de aire, para ello
comprobar la frecuencia y/o sustitución de los filtros en la aspiración e impulsión, los secadores
de aire y la limpieza de intercambiadores. El mantenimiento incorrecto de este sistema implica un
incremento del consumo de energía que puede ascender hasta un 30%.
• Comprobar el funcionamiento correcto de los purgadores de agua, comprobando que no
dejan pasar aire en continuo. Si el mantenimiento es inadecuado, la fuga por el purgador puede
ser considerable.
• Considerar alternativas eléctricas a las herramientas neumáticas. En algunos casos las
herramientas eléctricas permiten un ahorro de costes operativos de hasta el 60%.
• Automatizar el drenaje del sistema de aire. La automatización del drenaje de agua mejora la
operación del sistema y reduce el coste por fugas, ya que el drenaje manual de agua es poco
eficiente.
• Recuperar el calor de la refrigeración de los compresores. Analizar las diversas posibilidades
de recuperación de calor en los compresores, ya que la energía asociada con la refrigeración de
los compresores es muy importante.
• Analizar la posibilidad de zonificar el aire comprimido por horarios de demanda, por niveles
de presión diferentes o por grandes demandas puntuales, ya que trabajar a presiones
escalonadas reduce el consumo de energía, aire y fugas.
4.3 Resultados a largo plazo: requieren un análisis más detallado y
una inversión considerable
5 MEJORES EQUIPOS
5.1 Compresión por etapas
La elevación total de la presión del aire en un compresor puede llevarse a cabo de una sola vez, en
un único cilindro, o bien hacerlo en dos o más escalones.
En este caso el compresor dispondrá de tantos cilindros como etapas y el aire pasará por presiones
intermedias, si bien un compresor puede utilizar dos o más cilindros para la compresión de cada etapa.
La ventaja que este tipo de compresores reporta es el aprovechamiento de los escalones intermedios
para refrigerar el aire, consiguiendo de esta manera aminorar la potencia absorbida
Debido a que la presión media de los cilindros se minora, disminuyen las fugas y se aumenta el
rendimiento volumétrico.
Gracias a la limitación de la temperatura del aire que se consigue en el interior de este tipo de
compresores, se obtiene una mayor seguridad de marcha, un mantenimiento más fácil y una prolongación
de la vida de la máquina.
Por contra, el compresor resulta más costoso pues requiere un mayor número de cilindros y por
tanto de válvulas, así como de sistemas de refrigeración intermedios.
Potencia la diversificación del consumo y, por tanto, disminuye el nivel de dependencia de suministros
externos.
Al comprimir el aire, su temperatura aumenta, lo que exige su enfriamiento para mantener dentro de
los límites de diseño la temperatura de trabajo del compresor y mejorar su rendimiento o deshumedecer el
aire comprimido.
• El aire de refrigeración que sale del compresor, con temperaturas de hasta 50-60 °C, puede ser
utilizado de distintas formas con el fin de aprovechar el calor que arrastra.
• La utilización más frecuente de este aire de refrigeración caliente es en sistemas de
calefacción y acondicionamiento ambiental.
• El método más fácil de recuperación de calor en una instalación de aire comprimido refrigerada
por aire consiste en la inclusión de un ventilador, mediante el cual se envía el aire a su área de
utilización.
Ahorro
Caudal airePotencia aEnergía a disiparFuelóleo
Nº / Tipo económico
(m/min) disipar (kW) (kwh/año) ahorrado (t/año)
(€/año)
1/ Tornillo 2,5 20 20.000 1,79 291
2/ Tornillo 3,0 21 24.000 2,15 350
3/ Tornillo 4,5 33 33.000 2,96 480
4/ Tornillo 5,0 38 38.000 3,41 553
5/ Tornillo 6,5 49 49.000 4,40 713
6/ Tornillo 7,5 57 57.000 5,11 830
7/ Tornillo 11,0 74 74.000 6,64 1077
8/ Tornillo 15,0 107 107.000 9,60 1557
9/ Tornillo 18,0 126 126.000 11,30 1834
10/ Tornillo 21,0 155 155.000 13,91 2256
11/
11,0 67 67.000 6,01 975
Alternativo
12/
16,0 96 96.000 8,61 1397
Alternativo
Datos del compresor a 7bar, ahorro para 1.000 h/año de funcionamiento.
1.- Localizar e identificar cada proceso, estación de trabajo, máquina o equipamiento que utiliza aire
comprimido dentro de la nave o recinto industrial sobre el que se proyecta la ejecución de una red de
suministro de aire comprimido. Esta es la carga total que va a soportar la instalación a diseñar. Es
recomendable situarlos en un plano y hacer un listado detallado de los mismos.
2.- Determinar el consumo de aire que se necesita en cada uno de esos elementos.
3.- Determinar el valor de presión necesaria en cada uno de esos puntos de consumo.
4.- Determinar los requisitos de cada elemento con respecto al máximo nivel de humedad, de partículas y
de contenido en aceite que pueden admitir.
5.- Establecer el porcentaje de tiempo que estará operativo cada uno de esos elementos en un periodo de
tiempo específico. Esto se conoce como el tiempo de funcionamiento (duty cycle).
6.- Establecer el máximo número de puntos de consumo que pueden ser empleados de forma simultánea
en cada línea de suministro, en la principal y en todo el proyecto.
Esto se conoce como factor de carga (use factor or load factor).
8.- Incorpore un margen en caso de una ampliación futura de la instalación (cuando sea aplicable).
9.- Realice una distribución en planta preliminar (preliminar piping) y asigne caídas de presión y pérdidas.
10.- Seleccione el tipo de compresor, equipos de acondicionamiento, etc, asegurándose de que se utilizan
unidades consistentes.
Ha de tenerse en cuenta que todas las herramientas neumáticas utilizan el aire bien en sus descarga a
través de un orificio, o bien trabajando sobre un pistón para realizar trabajo. La tabla C15.9 detalla los
consumos de aire de diversas herramientas accionadas mediante aire comprimido. Así mismo, la tabla
C15.10 informa de la cantidad de aire que pasa a través de un orificio en función de la presión de
descarga.
6.4. Purificación del aire comprimido.
El equipo de acondicionamiento incluye secadores, filtros y reguladores de presión. La elección de estos
equipos va acompañada del tipo de herramienta empleada así como de la aplicación a la que se destina
el aire comprimido.
Una vez conocida la longitud equivalente, se procede a determinar la pérdida de carga asociada a esa
longitud. Para ello se emplea la conocida fórmula de Darcy- Weisbach:
Otra forma de calcularla es utilizando tablas que ya incorporan los cálculos que se derivan de la ecuación
de Darcy-Weisbach. La tabla C15.15 calcula la pérdida de carga (en libras por pulgada al cuadrado) para
tuberías de diversos diámetros, siendo éstas de una longitud de 100 pies, para aire suministrado a 100 psi
(690 kPa, o también 6.9 bar) y 16ºC.
Es práctica habitual permitir que el 10% de la presión a la cual trabaje el sistema se emplee en hacer
frente a las pérdidas (el resto es la energía que se descargará en los orificios de trabajo). Así, para un
sistema que trabaje a 7 bar, es normal fijar un valor de pérdidas máximo de 0.7 bar a lo largo de las
conducciones.
Otro criterio que se emplea es el de fijar un máximo de 6 a 10 m/s de velocidad de aire comprimido por las
tuberías.
Para los puntos finales de consumo, se pueden emplear los siguientes valores como característicos:
• Filtros en puntos finales de consumo: 0.5 a 2 psi de pérdidas.
• Conexiones rápidas: 4 psi de pérdidas.
• Tubo de drenaje: 1 a 2 psi de pérdidas.
• Pérdidas en mangueras: ver tabla C15.17
7.2. Dimensionamiento del compresor.
La selección del tipo de compresor y de su capacidad son parámetros críticos en el diseño de una
instalación de aire comprimido. Una acertada elección supone un gran ahorro energético durante el
funcionamiento normal de la instalación.
Para elegir correctamente el tipo de compresor más apropiado para las necesidades de diseño, es preciso
conocer el consumo total de aire comprimido. En general, el consumo total de aire comprimido es aquel
que resulta de sumar el consumo de todos los equipos neumáticos conectados en la planta, trabajando a
pleno rendimiento.
Puesto que todos los elementos neumáticos de una instalación no trabajan generalmente a toda su
capacidad al mismo tiempo durante las 24 horas del día, es habitual definir un factor de carga como:
Este factor de carga trata de tener en cuenta los consumos intermitentes de aire, para optimizar al
máximo los tiempos de arranque del compresor que rellenan de aire comprimido los depósitos.
En general, se establecen cinco pasos básicos para fijar correctamente la capacidad del compresor. A
saber:
1. Estimar el total de consumos de todos los dispositivos que emplean aire.
2. Determinar la presión más elevada que requieran estos elementos.
3. Revisar los ciclos de trabajo y determinar los factores de carga de los elementos.
4. Estimar un valor típico de fugas.
5. Fijar las máximas caídas de presión admitidas tanto para los diversos elementos
como para las conducciones.
6. Otras consideraciones que afecten al diseño: condiciones medioambientales del entorno, altitud, etc…
Una vez determinado el consumo necesario y la presión demandada al compresor, se ha de elegir el tipo
más adecuado para dicha aplicación. En general la figura 11 fija los límites de uso de los diversos
compresores presentados en el apartado correspondiente
Figura 11
donde T es el tiempo en minutos que transcurre desde que el depósito alcanza el máximo de presión
hasta que el consumo baja la presión al mínimo admisible. P1 y P2 son las presiones absolutas máximas
y mínimas que se alcanzan en el tanque. C es el consumo de aire en CN en metros cúbicos por minuto, V
es el volumen del depósito en m3 y Patm es la presión.
(2) Fuente: Instalación de Aire comprimido. Area de mecánica de fluidos. EPS de Gijón. –
Ing. Industriales. Universidad de Oviedo