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4 - METAFÍSICA.

EL SER Y EL UNIVERSO

1. Naturaleza y objeto de la metafísica

Avicena se ocupa de ella en tratados compuestos por elementos


aristotélicos y neoplatónicos.

El intento de Avicena fue mostrar la compatibilidad entre la


metafísica de lo necesario de origen griego, y la de lo
contingente, de raíz religiosa.

El problema inicial fue fijar el objeto de la metafísica. ¿Puede ser


Dios el objeto de la metafísica?

Una ciencia no puede mostrar la existencia de su objeto propio,


ni de sus principios, por lo que propone una distinción entre
aquello sobre lo que versa una ciencia, que constituye su objeto,
esto es lo presupuesto; y aquellas cuestiones que están
relacionadas con el objeto, lo buscado. Como Dios no se
presupone, porque no es evidente, no puede ser objeto de la
metafísica.

Sólo la metafísica puede tratar de Dios. No como objeto, sino


como objetivo.

Lo único que reúne las tres condiciones de imponerse por sí


mismo, ser común a todo lo que la ciencia abarca, y comprender
bajo sí todos los seres que tengan una esencia realizada y
actualizada; esto sólo lo cumple el ser en tanto que ser.

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