Con el respeto que merecen cada uno de mis hermanos
cohancianos, les doy a conocer lo que pienso con respecto a mi privilegio como anciano de la congregación:
Tengo 83 años, mi capacidad intelectual va declinando y no me
siento al nivel del resto del cuerpo. Mi aporte a la congragación es mínimo.
Junto a esto, mi visión ocular cada vez es menor.
Por todas estas razones dichas anteriormente, les pido que se me
dé de baja como anciano de la congregación. Esto no significa que no pueda tener otras responsabilidades en la congragación para lo que estimen conveniente.