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1.- Introducción.
Aunque este tutorial está destinado para la fotografía de obras de arte en general, se ha
escrito pensando en la fotografía de cuadros y pinturas, con el objetivo de conservarlas en
formato digital y todo lo que ello conlleva, desde la exhibición en internet hasta la venta de
reproducciones.
2.- La cámara
Para este tipo de fotografía no es indispensable un equipo de gama profesional. No son
necesarios teleobjetivos, ni grandes angulares. La mayoría de cámaras digitales, incluso las
que tienen dispositivos de telefonía móvil, nos sirven perfectamente. Es muy recomendable
disponer de trípode o en su defecto de algún soporte o lugar donde depositar la cámara para
no tener que sostenerla a la hora de realizar el disparo. Hay que tener en cuenta que algunos
dispositivos pueden carecer de flash, zoom o algún que otro elemento.
3.- La iluminación
La iluminación es probablemente el punto más importante y difícil de manejar.
Necesitamos un espacio bien iluminado, con luz homogénea, difusa y de una sola tonalidad.
Es necesario evitar lugares con varias fuentes de luz de distintos tonos porque alterarían
el color de la obra a fotografiar. Además, la obra tendrá que situarse delante de un fondo
neutro, sin colores (gris, negro o blanco).
Cuanta más luz mejor, siempre que ésta sea homogénea y difusa. Aunque la luz artificial
es más fácil de controlar, también se puede utilizar luz natural siempre y cuando se realice
la fotografía en un espacio interior muy luminoso y no en el exterior. Si vamos a utilizar luz
artificial es conveniente iluminar la obra desde ambos lados para evitar brillos y reflejos,
procurando que la luz no incida directamente en la obra.
Si la luz fuera escasa, podemos utilizar el flash de la cámara (aunque el flash suele ser
muy fuerte y genera brillos y contrastes muy acusados). Si utilizáramos el flash, un truco
para difuminarlo y suavizarlo sería taparlo con uno varios papeles blancos translucidos (una
servilleta de papel nos podría servir).
Otro truco de estudio sería rebotar la luz contra una superficie blanca (paredes, corchos,
paraguas...) y hacer que la luz llegase en un ángulo de 45 grados a la obra. Si se utiliza el
flash, intentaremos bajar el tiempo de exposición para que el flash sea realmente efectivo al
uniformar la iluminación.
Si tu cámara dispone del indicador en 'mm' te será muy sencillo poner la focal a 50mm. Si
no dispones del indicador, puedes conseguir saber la focal con unos cálculos muy sencillos.
Normalmente todas las cámara especifican su focal mínima que puede ser de 35mm (focal
habitual en los teléfonos móviles). En este caso concreto, si colocáramos el zoom a x1.4
obtendríamos una focal de 49mm (35mm * 1.4 de zoom) que nos serviría al ser una focal
de casi 50mm. (Si un usuario con una cámara reflex digital "normal" coloca la focal de su
cámara a 50mm, estará utilizando realmente una focal de 80mm en formato analógico, en
función del factor de conversión).
Si no consigues saber que focal tienes, te aconsejamos lo siguiente: si tu cámara dispone
de zoom óptico, ajústalo a la mitad de su recorrido, que es donde trabajara mejor. En
cambio si el zoom es digital, déjalo al mínimo.
Si nuestra cámara dispone de disparo con retardo y tenemos un trípode o algún lugar donde
dejarla, usaremos el disparo con retardo, que nos permitirá evitar lo que en fotografía se
denomina trepidación. De esta forma, no moveremos la cámara y la fotografía saldrá más
nítida ya que no intervendremos en el disparo.
Tanto si usamos ajustes automáticos como manuales, hemos de tener en cuenta que estos
ajustes están principalmente destinados a la realización de una fotografía estática y que, por
lo tanto, no necesitamos una fotografía de exposición rápida. Esto significa que podemos
ajustar los valores de apertura del diafragma que más nos interesen e irnos, en este caso, a
una apertura intermedia (apertura de la cámara que usemos), que es con la que mejor se
suele trabajar. Una apertura a F8, por ejemplo, puede ser perfecta para este tipo de
fotografías.
Hay que tener en cuenta que si usamos aperturas muy grandes podríamos encontrarnos con
alguna parte de la fotografía desenfocada. Y si usamos aperturas muy pequeñas, el largo
tiempo de exposición podría dar lugar a ruido en la imagen o resaltar diferencias de
iluminación en la obra.
Lo más probable es que la fotografía no salga bien la primera vez debido un conjunto de
factores que analizamos a continuación:
En modo automático la imagen no debería salir ni muy oscura ni muy clara a no ser que
hayamos deshabilitado el flash. En ese caso, deberíamos habilitarlo de nuevo.
Si hemos realizado el disparo con ajustes manuales, la imagen saldrá oscura si el tiempo de
exposición es muy bajo o si la apertura del diafragma es muy pequeña (hay que modificar
uno de los dos parámetros o ambos para solventar el problema). La imagen saldrá muy
clara si el tiempo de exposición o la apertura del diafragma son muy altos.
Si la obra está cubierta de barniz o tapada por un cristal, es muy probable que en la
fotografía se vean reflejados las luces, el flash u otros elementos. Es necesario tapar las
luces con gasas blancas o papeles translucidos o modificar un poco la posición de la
cámara para poder evitar esos brillos.
En el mercado existen filtros polarizados (no excesivamente caros) que pueden eliminar
dichos reflejos pero que sólo podrás utilizar si el objetivo de tu cámara tiene rosca para
ellos.
La imagen puede salir deformada por dos motivos: porque no se está trabajando con la
focal adecuada (para solucionar el problema, prueba a quitar o poner más zoom) o porque
la cámara no está correctamente colocada frente a la obra a fotografiar.
-Se ha realizado una fotografía con luz de bombillas incandescentes: el resultado es que
los blancos salen de color amarillento. Para solucionar este problema es necesario hacer un
“balance de blancos”, procedimiento que trataremos en el punto 6.
Estos cambios de tono se pueden corregir con el "balance de blancos". Muchas cámaras lo
hacen automáticamente y, si no funcionara, siempre es posible hacerlo manualmente. La
mayoría de cámaras permiten un ajuste "semiautomático" que puede ser válido, es
decir, ofrecen la posibilidad de detectar automáticamente el balance o que tú le especifiques
si la fotografía se toma bajo el sol, bajo luz fluorescente, con una lámpara incandescente,
etc, y que, en la mayoría de los casos, nos servirá.
Los usuarios más avanzados pueden manejar directamente la temperatura del color, que les
permitirá ajustar el tono a corregir grado a grado. También existe la opción de disparar en
el formato RAW de la cámara, si lo tuviera, que guarda los datos sin interpretar y permite
aplicar distintos ajustes de blancos posteriormente.
Un truco habitual para poder corregir o ajustar el balance de blancos es el de colocar una
cartulina blanca junto a la obra que se está fotografiando, de modo que dicha cartulina
aparezca en la fotografía. Muchos programas de edición permiten, con esa referencia, sacar
el ajuste de blancos ideal.
La corrección de color y niveles pueden alterar la fidelidad del resultado, pero la mayoría
de programas tienen ajustes automáticos que pueden utilizarse a modo de prueba. En
algunas ocasiones pueden hacer que la imagen sea más fiel al original.
7.3.- Recorte
El formato JPEG permite elegir la calidad. Hay que guardarlo con la máxima calidad
posible.
8.- Glosario
Tiempo de exposición: es el tiempo que transcurre durante la captura de la imagen. Cuanto
mayor es este tiempo, más posibilidades existen de que cualquier movimiento haga más
borrosa la captura de la imagen y menos efecto tiene el flash.