Un hombre tierno

-¿Cómo que estoy haciendo? Trabajo, como todos los días, o de donde

pensás que sale la guita que te mantiene. Estoy tra-ba-jan-do ¿entendiste?

-¿Otra vez arreglaste con tu vieja para ir el domingo? Sabés que la paso

mal. Aguantarme a tu viejo hablar siempre de lo mismo, protestar por todo. Es

insoportable. De puro lleno se queja. Encima mi querida suegrita seguro que

hace empanada gallega. Maldigo el día en que le dije que me gustaba, desde

esa vez la hace siempre. Y el mismo postre de vainillas con flan de caramelo.

Antes por lo menos le ponía crema, pero como ella tiene la vesícula mal y tu

papito colesterol, me jodo yo. Ni vino me deja tomar, agüita mineral.

¿Qué? ¿Al Jonathan le pusieron amonestaciones? ¿Otra vez le pegó al

gordo? Mirá que le digo que no se haga el malo, que las cosas se arreglan

hablando. Ya lo voy a agarrar al mocoso ese y le voy a dejar el culo rojo a

patadas. Te corto porque estoy manejando. Te dije que estoy manejando. Si me

ponen una multa me la hacen pagar a mí.

Bueno chau, después te llamo. Yo también. Te dije que yo también. ¡Ufa!

Bueno sí. Yo también te quiero mucho. Un beso.

¡Qué calor! Está insoportable. Es la última vez que salgo a hacer un

trabajo a esta hora, las tres de la tarde, treinta y ocho grados y a esta

catramina no le anda el aire acondicionado. Por no gastar me hacen trabajar

todo mojado, esto no es vida.

Que tránsito de mierda, media hora parado. ¡Claro! Están arreglando un

bache. ¿Porque no lo hacen a la madrugada? Si lo hacen de noche tienen que

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pagar horas extras, de puros roñosos que son nos joroban a todos. Pero la

cometa seguro que la cobraron y uno se mata laburando para mantenerlos.

Manga de delincuentes.

Otra vez el teléfono. Saben que no puedo atender y llaman igual. Como

me rompen las pelotas.

-Jefe es usted, pensé que era mi mujer que hoy me tiene podrido. No

jefe, no llegué, la calle esta terrible. Cuando tenga entregado el paquete lo

llamo. Le pido un favor, arréglele el aire a este auto, no se puede estar. Sabe

que no soy de los que se quejan, pero así no es vida. Uno anda distraído. A ver

si todavía me pego un palo y queda todo el laburo sin hacer. Sea bueno jefecito

y póngame el aire, es inhumano trabajar así -.

¡Qué haces! ¡Qué haces! ¡Para que tenés el espejo! ¿No ves que me

encerrás? ¿Qué decís? Pero porque no cerrás la boca pedazo de histérica.

¡Andá a lavar los platos cornuda! ¡Te veo de nuevo y te paso por arriba, infeliz!

Salieron todos los idiotas juntos, la calle está terrible. El viento norte los tiene

loquitos, te dan ganas de matarlos. ¡Y encima sin el aire!

Quién me puso en la cabeza que por la circunvalación iba a llegar antes.

¡Que lo parió! Tengo que bajar en el próximo puente. Bolivia tres mil quinientos

cuatro, acá es. ¿Habrán avisado? A ver si no hay nadie y me como el garrón.

-¿Señora Santagata? Le traigo la procesadora que le compró su marido.

¿Le avisaron que venía? Le pregunto porque a veces se olvidan y con esto de

la inseguridad no me quieren recibir las cosas. Es una Phillips, con licuadora y

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todo. Me tiene que firmar acá. Pero no se la puedo dejar si no la prueba

primero, son políticas de la empresa. Es por la garantía ¿Vió?

-¿No anda? ¿Seguro que la probó bien? Déjeme hacer la prueba a mí.

Es muy raro, estas son muy buenas, siempre funcionan.

Ni bien la mujer, que llevaba un bebé en brazos, caminó hacia adentro,

el hombre sacó una pistola con silenciador y le voló la cabeza. Los sesos

desparramados por todos lados y las paredes salpicadas de rojo confirmaron

que la bala punta hueca no falla nunca.

-Listo jefe, entregado el paquete, ni cuenta se dio. Tenía cara de buenita

la mina, pero esas son las peores. Hice algo que a lo mejor no le gusta. Este

trabajo lo arregló el marido. Decía que el chico era de otro y no lo quería ¿Se

acuerda? Yo no podía dejarlo abandonado y que lo tiren en un orfanato, me

partía el alma. Por eso también me cargué al pibe, para que no sufra pobrecito.

Esta mejor así. Que quiere que le diga. No tengo cura, soy un sentimental de

cuarta.

El Cuervo

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