La gramatica y sus conexiones con
la lectura y la escritura
Marla José Bravo
La palabra “gramatica” goza de buena salud. Con fuerza, en la escuela
manticne algtin significado. Hay una serie de contenidos que podrian
evar, en el pizarrén, el titulo; en la planificacién de una clase, el rétulo
o, en las carpetas de los alumnos, la caratula que dijera “gramatica”.
Esos contenidos, se tematicen o no, se traten explicitamente como gra-
matica o no, estan asociados generalmente a la normativa de la lengua
escrita: ortografia: “se escribe 6 luego de m’; tildacién: “se tildan las
palabras agudas terminadas en n, s 0 vocal”; puntuaci6n: “los dos puntos
anteceden una enumeracién”; a cierta correccién de la lengua oral: es
incorrecto “si podria, lo haria” o “dejenl6n tranquilo”; a la clasificacion
de palabras: sustantivos, adjetivos, verbos...; sustantivos abstractos o
comunes; verbos regulares ¢ irregulares...; al andlisis sintactico de ora-
ciones: oracién bimembre o unimembre; sujeto tacito o desinencial; apo-
sicién; objeto directo; proposicion incluida adjetiva; frase nominal, frase
verbal; a la morfologia verbal: amar, temer y partir: amo amas, ama,
amamos, amdis, aman: a los usos de los tiempos verbales; a los conectores;
etc. Podriamos decir que los maestros, los profesores, los alumnos y la
comunidad escolar toda convendran en que, cuando se dice “gramatica”,
se estA en un terreno més 0 menos reconocible de estudio. Podrian dar
una definicién de gramatica o dar un ejemplo de lo que se estudia como
tal o uno de una clase de lengua en la que se trata algo que Hlamarian
“gramatica”.
Sin embargo, el alcance de esta palabra, en tanto designa un campo de
conocimiento, es decir, una 4rea disciplinar,’ no encuentra en la escuela
1. La gramdtica es la disciplina que estudia sistematicamente las clases de palabras, las
combinaciones posibles entre ellas y las relaciones entre esas expresiones y los significados
que puedan atribuirseles (Bosque y Demonte, 1999),
[51]52 Marfa José Bravo
su diddctica. La fortaleza de la palabra “gramdatica” no radica hoy en la
escuela tanto en el hecho de que se la aborde ni en los modos de abordar-
la sino en la constatacién de que existe. Tampoco su fortaleza radica en
que se haya pensado la didactica de la gramatica de modo que pudiera ir
acompafiando los distintos enfoques de la ensefianza de la lengua. Su for-
taleza mayor es, tal vez, que sirve como contrapeso y contraparte de otras
perspectivas, sobre todo las ligadas a la comunicacién, sea porque se le da
escasa importancia al conocimiento gramatical en relacién con la comunica-
cidn, sea por el peso de la costumbre y la tradicién de asociar la gramatica
solamente con la abstraccién.
Algunas preguntas gravitan en torno de la ensefianza de la gramatica
en la clase de Lengua. La primera, que parte de un diagnéstico defici-
tario en las habilidades de uso de los estudiantes (al leer o al escribir),
atribuido a los modos de ensefiar la lengua en los que la gramatica tenia
la hegemonia, es si se debia ensefiar gramatica. Esta pregunta rapida-
mente encuentra respuestas de adhesion muy atendibles: colabora con el
desarrollo del pensamiento abstracto, representa el pilar de uno de los
aspectos que componen la reflexion metalingiiistica, representa un cono-
cimiento que excede, en la practica de la comunicacién, el solo estudio de
la sintaxis o la morfologia.
En su Manual de gramdtica del espafiol, en el apartado “La supuesta
nulidad de la gramética”, Angela Di Tullio (2007) afirma que “resulta
dificil probar que la incidencia del conocimiento gramatical sea nula a la
hora de ejercitar habilidades complejas como las implicadas en la com-
prensién o produccién de un texto” (14). Y, mas adelante, enuncia los
efectos del desplazamiento de la gramatica del curriculum. Enumera
los siguientes: el ejercicio intelectual, como medio de adquisicién de ha-
bilidades metalingiiisticas, como base para el conocimiento de lenguas
extranjeras, como sustento del andlisis transoracional, como conocimien-
to per se.
Por su parte, Violeta Demonte, en “La gramatica ubicua. O cémo se
miran los textos a través de la graméatica”, sostiene:
Para usar y comprender la lengua, para poder comunicarse
con ella y mediante ella y entender aunque sea precariamente sus
ocultos secretos —para producir y entender textos, en suma— no
viene nada mal saber gramética. O, dicho de otro modo, mas allA
de su vocabulario y estructura, los textos —esos trozos de lengua
construidos conforme a criterios lingitisticos, pero sometidos ade-
mis a restricciones de conexién y coherencia, a requisitos de enlace
interoracionales~ son, precisamente por todo ello, relaciones ade-
cuadas entre significados (entre palabras 0 piezas léxicas), recurso
a “construcciones” establecidas, actos de habla felices 0 eficaces,La qramatica y sus conexiones con la tecturay fa escritura 53
modalidades que se entrecruzan (preguntar, insinuar, coaccionar,
exclamar), maneras de construir y distribuir topicos, mezcla de
dialectos y registros diferenciables mediante recursos lingilisticos,
polifonia, conexiones no sélo esperables sino también posibles en-
tre pérrafos. (Demonte, s/f: 179)
Otra pregunta, ya inclusiva de la gramatica en la clase de Lengua y
Literatura, es qué diddctica de la gramatica puede servir como marco para
incluir la gramatica en la diddctica de la lengua y la literatura, y en rela-
cién con las practicas de leer y escribir, es decir, qué gramatica ensehar 0
qué se consideraria gramatica en relacion con las practicas lingitisticas de
un usuario competente.
Uno de los mayores retos es que esa conexién se haga desde la didée-
tica de la lengua y de la literatura (tal y como se concibe hoy la lengua y
tal como se ensefia y aprende), sin que eso implique adoptar un aparato
descriptivo nuevo o tan complejo que obstaculice la relacién entre el cono-
cimiento acerca de la gramatica y su uso en las practicas del lenguaje, y
reservandole a la gramatica un lugar seguro junto a otros conocimientos
acerca de la lengua y el lenguaje.
Hoy la gramatica en/de la escuela esta puesta en duda, o incomoda o se
aisla o se ignora 0 se le reservan sélo algunas funciones. La gramética ha
sido tratada en la escuela en un movimiento de péndulo entre la presencia
mayoritaria y la ausencia 0 disociacién. Nos proponemos aqui explorar
algunas conexiones de la gramatica con el desarrollo de las practicas de la
lectura y la escritura.
Pensar en el lugar de la gramitica en la clase de Lengua y Literatura
supone pensar en dos ejes, intimamente relacionados, aunque no siempre
esta relacion se haga explicita o represente un movimiento coherente.
Por un lado, est el lugar que se le ha otorgado, reservado, asignado,
o del que se la ha desplazado, en relacién con otros contenidos 0 con otros
saberes que se abordan y en relacién con los objetivos de la clase de Len-
gua y Literatura (que podriamos enunciar como la formacién de usuarios
competentes, que puedan servirse de su lengua para comunicarse tanto
oralmente como por escrito).
Por otro lado, esta el momento conereto en que la gramatica aparece en
Ja clase en relacién con las practicas del lenguaje, es decir, en qué lugar
del curso, del manual, del pizarrén, aparece la gramatica en una clase
concreta 0 en una secuencia de clases, y cémo se entabla la relacién entre
el conocimiento sobre la gramética y su puesta en uso al leer y al escribir,
al hablar o al comprender un discurso oral.54 Marfa José Bravo
1. El lugar de la gramatica en la diddetica de Lengua y Literatura:
los enfoques, las perspectivas
El primer eje puede pensarse en relacién con un lugar simbélico, con
un valor de posicién de la gramatica en relacién con otros saberes, con la
importancia, la relevancia, de la gramatica y con la cantidad, el tipo e, in-
cluso, la presencia 0 ausencia de la gramatica en la concepcién de la lengua
que se ensefia. Este primer eje, que supone un enfoque de la ensefianza
de la lengua (en tanto concepeién de lengua y un modo de ensefiarla y de
aprenderla) nos Ieva a hacernos las siguientes preguntas: ,Qué es ense-
far y aprender una lengua? {Qué relacién se entabla entre ese aprendizaje
y lo que se ensefia y aprende como gramatica? ZQué es y ha sido “gramati-
ca” en la ensefianza de lenguas? {Qué tipo de gramdaticas han aparecido y
aparecen en la clase de lengua? {Qué relacién se entabla entre la gramati-
ca y las practicas orales y eseritas de un usuario de la lengua?
Pasaremos revista brevemente a algunos momentos importantes que
sefializaron el lugar de la gramatica en la ensefianza escolar. Durante el
siglo xx, los sucesivos enfoques de la didactica de la lengua y la literatura
han ubicado la gramatica en lugares diversos y, también, han tratado la
graméatica de diferente manera. Podriamos decir que desde el advenimien-
to del enfoque comunicativo, cuyo eco fuerte en la ensefianza de la lengua
se puede verificar desde la titima década del siglo pasado, la gramatica (0,
mejor dicho, el modo en que se venfa ensefiando) result6 la contraparte, el
extremo mds claro para definir aquello que se alejaba de la comunicacién,
la porcién de conocimiento que ayudaba a detectar modos de ensefiar y
aprender alejados de los fines comunicativos. Se podria decir que se zanjé
una brecha entre la gramatica que se venia ensefiando y otras formas de
acceso a los conocimientos sobre el lenguaje, y que la ensefianza de la gra-
matica quedé del lado de lo ideolégicamente mas ligado al silenciamiento
del usuario de la lengua.
Es justo aclarar que esto no se debe a que el enfoque comunicativo aloje
la gramatica en ese lugar sino, quizd, al hecho de que tratando de acercarse
a modos de didactizar los contenidos y los procesos que hacen a un usuario
competente, se traté de tomar una distancia importante de otros métodos o
acercamientos que se definieron como “gramaticales”, antiguos, superados.
Pensemos que, durante el siglo xx y hasta la fecha, se sucedieron distin-
tas perspectivas que fueron sefialando el camino para la ensefianza de la
lengua, que surgen de estudios sobre la lengua y el lenguaje: la gramatica
tradicional, la gramatica estructural, la gramdatica generativa, los estudios
ligados a la lengua en uso y en contexto, la pragmatica, la sociolingiiistica,
Ja etnografia de la comunicacién, los estudios sobre la conversacién, la
teoria de la enunciacion, la lingiifstica del texto, el andlisis del discurso yLa gramatica y sus conexiones con la lectura y ta escritura 55,
sus aplicaciones a la ensefianza. Esta serie puede reducirse, en pos de su
comprensién, a dos maneras de acercarse a la ensefianza de la lengua que
han estado muy presentes en la escuela en este periodo, y que, de modo
esquematico, y siempre pensando en el lugar de la gramatica en relacién
con la ensefianza y el aprendizaje de la lengua, podrian definirse de este
modo: un momento de hegemonia de la gramética (primero de la gramati-
ca tradicional y luego de la gramatica estructuralista y, en menor medida,
de la gramitieca generativa) y un momento de hegemonia de los estudios
sobre la lengua en uso y en contexto discursivo.
1.1. Cuando la gramdatica era el eje
Hasta mediados del siglo xx, la gramética tradicional ocupaba el lugar
del conocimiento sobre la lengua en la escuela y representaba, también, el
modo de ensefiarla. Su premisa era ensefiar a hablar y a escribir correc-
tamente. Se trabajaba hacia la prescripcién de usos correctos, focalizados
en la lengua escrita (sin intervencién de los usos orales, aunque lo que se
trabajaba en la lengua escrita podia servir como aparato de correccién de
emisiones orales), y con fuerte presencia de la literatura como modelo de
buena lengua o buenos ejemplos que debian seguirse, mayoritariamente li-
terarios y de literatura consagrada, apuntando a la correccién gramatical.
Se producia un movimiento estandarizante, a través de un gesto norma-
tivo, ligado a la lengua escrita. Dado que el foco se ponia en la gramética,
se partia y llegaba a la gramatica, como clave de estudio, sistematizacin,
reflexion metalingiifstica y modos de evaluacién de los conocimientos so-
bre la lengua. E] programa de estudios, esquematizado y reducido a sus
extremos, podria ser un listado de contenidos gramaticales (de morfolo-
gia, sintaxis, prosodia), tendientes a la normativizacién y, paralelamente,
aparecian los textos literarios y las propuestas de escritura. Un ejemplo
podria ser el siguiente: lectura y recitacién de clésicos espanoles 0 ame-
ricanos, 0 traducciones de textos de otras lenguas; gramatica: la oracién
y sus elementos; definicion, ejemplos, ejercicios, y, por ultimo, ejercicios
de aplicacién, con fuerte valor normativo o de correccién. La confianza pe-
dagégica de esta gramética en la escuela no se ponfa en duda. Di Tullio
(2007) lo expone de esta maner:
‘Tradicionalmente, se confiaba en la eficacia pedagégica de la
gramética. De hecho, buena parte de las obras cldsicas de nuestra
tradicién gramatical —por ejemplo, las graméticas de Vicente Salva,
‘Andrés Bello, Amado Alonso y Pedro Henrique Urefia, ademas de
la gramitica escolar de la Real Academia— fueron disefiadas precisa-56 Marfa José Brava
mente como instrumentos didacticos. Claro esta que la gramatica se
concebia en funcién del uso correcto de la lengua: el propésito norma-
tivo justificaba la descripcién gramatical al entenderse la gramatica
como un arte, un conjunto de reglas tendientes a un fin, el de escribir
y hablar correctamente. (13)
A principios del siglo xx surge la lingitistica estructural, la lingitfstica
moderna, con Ferdinand de Saussure, lo que supone un cambio importante
de paradigma, dado que se estudia la lengua desde un plano descriptivo;
se estudia la lengua oral y en un corte sincrénico. La lengua, entendida
como un sistema social y abstracto, se estudia en diferentes planos 0 nive-
les (especialmente la fonologia y la morfologia, y en menor medida la sin-
taxis y ia semantica). Su pasaje a la escuela fue contundente, en el sentido
de que tuvo una insereién amplia y extendida en todo el pats, y significé
la introduccién de un nuevo aparato de andlisis y descripcién, con fuerte
apego por la coherencia del sistema que se describia y con una presencia
importante de metalenguaje; se hacia una transposicion diddctica fuerte-
mente ligada a los estudios que sustentaban la descripcién del sistema de
Ja lengua. De los planos que la lingiiistica estructural estudia (fonoldgico,
morfolégico, sintactico y semAntico), en la escuela se focalizé en el estudio
de la sintaxis, que se redujo al “andlisis sintactico” de oraciones y de sus
constituyentes. Se trabajaba en el plano oracional, con oraciones que per-
mitieran a la vez mostrar el funcionamiento del sistema y ser ejemplo y
constatacién de lo que se estaba aprendiendo. Los ejemplos oracionales con
que se trabajaba en ese andlisis sintdctico se extrafan de textos literarios.
Eso constituia la clase de Lengua; paralelamente, se lefan textos literarios
en un espacio destinado al estudio de la literatura.
Para la gramatica tradicional, la gramatica se entendfa como el ini-
co contenido transmisible, porque resultaba algo que se podia ensefar,
aprender y evaluar, y tenia fuerte valor normativo. Durante el imperio
de la gramatica estructural, existia la confianza en que el conocimiento
gramatical, entendido como conocimiento del sistema de la lengua, podria
levar naturalmente a hablar bien y a escribir mejor:
Los partidarios del estructuralismo ganaron la batalla y sus des-
cripeiones de la lengua se impusieron en todos los documentos de
Ja época destinados a la ensefianza secundaria, y lentamente gana-
ron un terreno hasta entonces impensable: los primeros grados de la
escuela primaria. Sin embargo, los afios evidenciaron que por més
modernos y cientificamente aceptables que sean los concepts ense-
jiados, éstos no dardn como resultado natural el desarrollo de las ha-
bilidades en la produccién oral y escrita. (Otafii y Gaspar, 2001: 82)La gramética y sus conexiones con la lectura y la eseritura 87
Luego, a partir de los afios 60, y con una fuerte explosién en los 80, hubo
una serie de cambios que derivaron en consecuencias metodol6gicas a
partir de las cuales se hizo un recorte diferente de lo que se debia ensefiar
y aprender en la clase de Lengua y Literatura. Como deciamos en un
articulo anterior:
Se produce, en la Argentina, un cambio histérico, que responde
también a un cambio en el recorte que se hace del objeto lengua y a
una posicién ideolégica distinta. Se produce un salto asimétrico a la
exploracién de las practicas del lenguaje, tal vez, hasta el momen-
to, desprovistas de didactica. Se parte de un diagnéstico: el conoci-
miento de la gramatica oracional no produce lectores y escritores,
es decir que se considera el saber gramatical como poco conducente
a las prcticas de la lectura y de la escritura, como un saber rigido,
autoritario, alejado de la comunicacién, (Bravo, 2002b: 47)
1.2. La comunieacién es el eje
En los afios 70, Dell Hymes retoma el concepto de competencia (compe-
tence) descripto por Noam Chomsky en Estructuras sintdcticas, de 1957,
y define la “competencia comunicativa” como la capacidad que tiene un
hablante de comunicarse adecuadamente en el plano discursivo, para lo
que no solamente debe dominar las reglas gramaticales de una lengua,
sino también poder producir enunciados adecuados en discurso, por lo
que debe conocer las reglas de funcionamiento de la lengua en uso. En la
década del 80, Michael Canale y Merrill Swain describen las subeompe-
tencias de la competencia comunicativa, que deben entenderse en un pie
de igualdad, on relacién con los conocimientos implicitos que se ponen
en juego en la comunicacién (tanto oral como eserita) de todo hablante
de una lengua: la competencia lingiiistica (o gramatical), la competencia
sociolingiiistica, la competencia discursiva, la competencia estratégica.
Luego, en 1981, Jan van Ek describe la competencia sociocultural.
La competencia lingitistica 0 gramatical es la capacidad de producir
enunciados de acuerdo con las reglas de la gramatica de una lengua;
la competencia sociolingitistica es la capacidad de comprender y produ-
cir mensajes adecuados en diferentes situaciones de comunicacin; la
competencia discursiva es la capacidad de producir y comprender textos
adecuados; la competencia estratégica es la capacidad de sostener la co-
municacién, hacerse entender, pedir aclaracién o suplir falencias en la
comunicacién; la competencia sociocultural es la capacidad de poner en
relacion los conocimientos lingitisticos con otros conocimientos sobre la
comunidad en la que se habla esa lengua.58 Maria José Bravo
Ya en la dimensién de la didactica de la lengua, el enfoque comunica-
tivo se apoya en estas conceptualizaciones; retoma y se nutre de los estu-
dios sobre la lengua en uso y en contexto discursivo, y se instala en la en-
sefianza de las lenguas (muy especialmente de las lenguas extranjeras).?
Desde este enfoque, y ya en relacién con la ensefianza de la lengua, en
la escuela, se pone en foco el desarrollo de la competencia comunicati-
va de un usuario de la lengua, entendida, como dijimos, como el hecho
de que un usuario competente puede valerse del conocimiento explicito
(aprendido, sistematizado, estudiado) e implicito (adquirido mediante el
contacto con la comunidad hablante) sobre el funcionamiento de su len-
gua, sobre su cultura y su sociedad, sobre los modos en que se da una
interaccién, sobre los modos en que se articula el discurso; sobre los dis-
tintos géneros, ete., para poder usarla, tanto oralmente como por escrito,
para comunicarse. Entran de Ieno las refiexiones y propuestas diddc-
ticas tendientes al desarrollo de las practicas del lenguaje (habilidades
0 destrezas lingtiisticas, tanto orales como eseritas) y la ensefianza de
temas, que se convierten en contenidos, provenientes fundamentalmente
de aparatos de andlisis de los géneros y tipos textuales, del anélisis del
discurso y de la pragmatica.
Como dijimos, la competencia comunicativa se compone de subcompe-
tencias y la competencia lingiiistica es sélo una de ellas. En términos de
descripcién de los elementos que intervienen en el quehacer de un usua-
rio de una lengua, cuando comprende un discurso oral 0 escrito, 0 cuando
produce un discurso oral o escrito, el conocimiento sobre la gramatica y
la posibilidad de usar la gramatica no se piensan disociados de otras sub-
competencias. Sin embargo, en la intencién de perseguir los fines comu-
nicativos en la clase de lengua, y partiendo de un diagnéstico deficitario
del impacto de los enfoques més ligados al saber sobre la gramatica (fuera
ésta tradicional o estructural 0, en menor medida, generativa), se tendié,
de manera reactiva, a interpretar que lo més efectivo seria alejarse de la
gramatica. Poner en juego la gramatica en relacién con la comunicacién
suponia cambiar de signo la gramatica. No podia tratarse (solamente) de
la gramatica entendida como lo que permite, finalmente, indicar qué es
correcto y qué es incorrecto, ni podia tratarse (solamente) de la gramdtica
entendida como descripciones y categorizaciones exhaustivas del sistema
de la lengua. Habfa que pensarla de otro modo. Ese modo no venia resuelto
y la escuela, ademés, tenia una larga tradicién de ensefianza de la gramé-
tica, sustentada en afios de practica didactica.
2. Para un anslisis del lugar de la gramética en el enfoque comunicativo en lenguas extran-
jeras, véase Estela Klett (2004),La gramética y sus conextones con la lectura y la escritura 59
Se produce un salto. Este salto, que se interpreta a veces como supera-
dor y, por tanto, obturador de modos de articulacion con antiguas practicas
didacticas, supone el trabajo con textos, la deteccién de actos de habla, el
estudio de los enunciados y no de las oraciones, poner el ojo en la intencién
comunicativa, Todo esto lleva del plano oracional (gramatical) al plano dis-
cursivo, y lleva de la oracién al enunciado, a la clasificacién de textos (ma-
yoritariamente provenientes de los medios de comunicacién masiva), al
‘estudio de los géneros. El aparato de descripcién cambia y cambia también
el modo de estudiarlo y de evaluar ese estudio. La gramatica, aunque esté
presente, parte del texto y, cuando se sistematiza, vuelve muchas veces
a formas de sistematizacién alejadas del texto del que se partié (a reglas
explicitas de descripeién) y va tomando un espacio aislado, diferenciado.
Habria un momento para los textos y otro para la graméatica, que, muy
probablemente, siga siendo més de indole estructural, cuando se trabaja
de manera pormenorizada.? No debemos olvidar que aparecen en algunas
ocasiones clasificaciones y tematizaciones relativas a la gramatica textual
(que incorpora el texto a los planos de anélisis de la gramética, junto con
Ja morfologia, la sintaxis y la seméntica). Estos temas estdn mas ligados,
en general, a proporcionar elementos que colaboran con las clasificaciones
textuales y se alinean, con igual peso, junto al estudio de la estructura, del
acto de habla, de la funcién comunicativa.
Es iluminadora la lectura que hace Maite Alvarado (2001) sobre el cam-
bio que, en relacién con la escritura, se produjo a partir de la influencia de
la lingitistica del texto:
La influencia de la lingitfstica del texto se ha hecho sentir fuerte-
mente en el terreno de la ensefianza de la escritura. La importancia
que hoy se concede a la planificacién del texto y a la organizacin de
la informacién que éste brinda en una estructura coherente ha des-
plazado del centro de atencién los problemas relacionados con la re-
daccién, que habfan acaparado la escena hasta la década de 1970 por
Jo menos, Coincidentemente con el desprestigio que sufrié la ense-
3. En cuanto a Ie falta de renovacién de la graméatica, en palabras de Di Tullio (2007): “La
asignatura Lengua se ha convertido en una asignatura omnicomprensiva que se hace cargo
de Jos problemas mas arduos de la escuela media al ir incorporando sucesivamente una se-
rie de nuevas perspectivas inexistentes en la ensefianza tradicional: andlisis del discurso,
pragmatica, sociolingtiistica, teoria de la comunicaci6n, téenicas de estudio, entre otras, En
cambio, cuando se la incluye la gramatica por lo general no se ha renovado”. Di Tullio va un
paso mae all al establecer una posible linea de continuidad entre la renovacién necesaria de
la gramatica y la gramética tradicional: “Tal renovacién no esta refiida, sin embargo, con la
gramatica tradicional. Por el contrario, coincide, en gran parte, con los procedimientos de los
gramiticos del espafiol, que no siempre fueron atendidos por la gramatica escolar” (16-17).60 Marfa José Bravo
jianza de la gramatica, y especialmente de la sintaxis, las cuestiones
relativas a la normativa gramatical aplicadas a la redacci6n también
entraron en un cono de sombra [...] Quizé la ausencia mas significa-
tiva en los enfoques para la ensefianza de la escritura de los tltimos
afios sea la experimentacién con la lengua, bajo la forma del juego,
la poesia, el disparate o el humor [...] La preocupacién por trabajar
con una diversidad de clases textuales y por promover un desempefio
competente en distintas situaciones comunicativas ha eclipsado el
. valor que tiene el conocimiento de los niveles inferiores al texto: la
oracién, la frase, la palabra. (49)
1.3. La ensefianza de ia graméatica hoy: sus desaffos
La ensenanza de la gramética hoy esta desprestigiada y genera inse-
guridad; ademés, se aloja en un terreno de falta de libertad para tomar
decisiones por parte del docente, quien se encuentra a medio camino entre
saberes que maneja que provienen también de su experiencia como alumno
de la escuela y de su experiencia alrededor de la gramatica estructural, por
un lado, y, por otro, saberes ligados al estudio de la lengua en uso. Sus sa-
beres sobre la gramatica y sus hébitos didacticos en ese campo no parecen
relevantes para llegar a pensar en un plano discursivo; hacer el camino in-
verso, partir de consideraciones pragméticas o discursivas para pensar en
lo que considera o ha estudiado como gramatica, representaria despojarla
de su especificidad y, también, abandonar aquellos habitos didacticos.
A menudo la cuesti6n de la ensefianza de la gramatica —gramé-
tica si o gramatica no— se plantea como una contraposicién inade-
cuada: gramatica versus andlisis del diseurso, como si se tratara de
dos posturas irreconciliables frente a un mismo objeto. Sin embargo,
lejos de contraponerse, gramatica y andlisis del discurso son comple-
mentarios. [...] Para que la gramatica en sentido amplio contribuya
al logro de los objetivos de la ensefianza de la lengua son necesarias
dos condiciones: que la gramética no se identifique con el andlisis
sintActico [...] [y] ensefie 0 no gramatica, el maestro debe saber gra-
matica. La correccién de errores, las explicaciones sobre una deter-
minada construcci6n, el reconocimiento de los factores que inciden
| en el significado global de un texto, exigen una dosis considerable de
| conocimiento gramatical. (Di Tullio, 2001: 27-28)
| La idea de superacién (en la actualidad representada por el enfoque co-
municativo), ligada a la renovaci6n, el cambio y el destierro de formas ante-
riores de ensefiar es uno de los movimientos recurrentes en el tratamiento
de la gramética en la escuela y es uno de los factores que impide, muchasLa gramatica y sus conexiones con ta lectura y la esoritura 6
veces, que modos distintos de acercamiento a la lengua convivan en el aula.
Recordemos que desde el enfoque comunicativo se entiende que, cuando
una persona se comunica, pone en funcionamiento su capacidad de producir
enunciados adecuados socioculturalmente, pragmaticamente, discursiva-
mente y, también, correctos gramaticalmente. Seria tarea de la escuela, por
tanto, desde este enfoque (que tiene por objetivo generar las condiciones de
desarrollo de la competencia comunicativa) que se desarrolle, entre otras, la
competencia lingiiistica 0 gramatical. Sin embargo, si cuando la gramatica
se hace presente en la clase se vuelve a formas anteriores de sistematizacion
y, sobre todo, siguiendo el objetivo que tenian, esto reduce la posibilidad de
impacto sobre la comunicacién. En respuesta a la ineficacia para formar lec-
tores y escritores, es decir, usuarios de la lengua de la propuesta de la gra-
matica estructural Hevada a la escuela, segtin se diagnosticd, se la aleja de
Jas précticas 0 se le reserva solo alguna funcién en relacin con las practicas.
‘Asimismo, no siempre est claro que la renovaci6n didactica se haga en
todos los espacios escolares a Ja vez ni con Ja misma fuerza, por lo que es
posible que la convivencia de distintas didacticas se dé de hecho, con la con-
secuencia de que no encuentren un cauce o queden algunas en una zona
censurada. Pensemos que hoy, bajo la aparentemente incuestionable hege-
monfa del enfoque comunicativo, no parecen tener espacio (0 no parecen en-
contrar su espacio significativo) los listados que consignen exhaustivamente
las reglas de todos los signos de puntuacién tendientes al escribir bien, que
habrian sido incuestionables cuando en la escuela se trabajaba desde la gra-
matica tradicional, ni los interminables y exhaustivos andlisis sintécticos de
oraciones tan incuestionables durante el periodo de aplicacién del estructu-
ralismo en la escuela. Pero se puede imaginar que estas costumbres y habi-
tos, arraigados en la escuela, entren en momentos de las clases del modo en
que lo hubieran hecho en épocas anteriores 0 que se excluyan, por no encon-
trar el modo de ponerse en juego al servicio de las practicas de leer 0 escribir.
‘También, sabemos que en la conjuncién de las tradiciones e innovaciones
diddcticas hay formas de conexién entre la gramatica y el desarrollo de las
practicas de la lectura y la escritura, y que esas conexiones tienen 0 pueden
tener su espacio en una clase, sobre lo que nos detendremos de aqui en mas.
2. Momentos en que la gramatica aparece en una clase:
sus conexiones con la lectura y la escritura
Dijimos que pensar en el lugar de la gramatica en la clase de Lengua y
Literatura, y en relacién con las practicas del lenguaje, especialmente la
lectura y escritura, podia Ilevarnos a pensar en dos ejes. El primero, en el
que ya nos detuvimos brevemente, atafie al valor de la gramética en dis-62 Marfa Jose Bravo
tintos enfoques de la ensefianza de la lengua. El segundo, que se deriva del
primero (porque supone un enfoque), puede pensarse como un momento
concreto, de intervencién didactica, de toma de decisiones, en una clase.
Nos referimos aqui al momento en que la gramética aparece en el aula:
en propuestas didacticas mas 0 menos organicas y que podrian verificarse
a lo largo del tiempo en textos escolares, en carpetas de alumnos, en pla-
nificaciones de profesores, en los pizarrones, es decir, en todo aquello que
construye los usos y las costumbres de la didéctica de la gramatica a lo lar-
go del tiempo. Las preguntas que surgen son: ZEn qué momento aparece la
gramética en una clase? zAparece aislada, en un momento y espacio dife-
renciados? {Se trabaja como herramienta para la lectura? {Cémo, cuando
y qué de la gramética? {Se trabaja como herramienta para la escritura?
zComo, cuando y qué de la gramatica? {La gramatica aparece como instru-
mento de correccién? En qué sentido como autocorreccién?
2.1, Recorridos de lectura
‘A continuacién nos proponemos pensar en las posibles conexiones de la
graméatica y la lectura en una clase.
Puede pensarse en un manual o una clase en la que se dan las reglas de
puntuacién, por un lado, y en que se lee por otro; o uno en que se sistemati-
zan las proposiciones incluidas adjetivas, por un lado, y se lee, por otro. En
esos casos, la gramatica apareceria en una zona diferenciada de la carpeta
o dei manual o del pizarrén: la gramética no apareceria en la lectura ni
para leer sino de manera aislada, independiente. Si pudiéramos visualizar
los pizarrones que quedarian escritos luego de una clase de Lengua de este
tipo, tendriamos dos pizarrones distintos, en dos momentos distintos de la
clase (0 incluso en dos clases distintas).
El pizarron de la gramética podria ser el siguiente:
Pizarrén 1
‘Titulo: Proposiciones incluidas adjetivas
Descripcién, categorizacion, andlisis sintactico y ejemplos
El pizarrén de lectura, independiente, podria ser el siguiente:
Pizarron 2 -
Titulo: el texto teatral. Las de Barranco.
Comprobacién de lectura. Comedia, tragedia. Tema. Personajes.
Conflicto.La gramética y sus conexiones
con fa lectura y la eseritura 8
Cada uno de estos pizarrones podria borrarse sin que eso afectara la
posibilidad de aparicién del siguiente. El objetivo de esta clase parece ser
ensefiar gramatica, por un lado, y leer un texto, por otro. Esta clase es
incuestionable si ése es su objetivo; pero no si nos proponemos posibles
intentos de integracién de los conocimientos gramaticales en y durante
la lectura; para desarrollar la comprensién lectora, entendida como una
interaccion entre el lector y el texto, se deberian poder poner en juego al
leer (e incluso antes de empezar a leer y luego de haber lefdo) los conoci-
mientos implicitos y explicitos sobre la lengua, sobre la sociedad, sobre la
cultura, sobre el tema, sobre el tipo de texto, sobre la intencién comunica-
tiva de ese texto, sobre el modo, en suma, en que se comunica por escrito
la cultura en la que el texto se inscribe.
La lectura puede ser un camino hacia la recuperacién de saberes gra-
maticales que apuntalan la lectura y, también y muy especialmente, hacia
ol desarrollo de estrategias lectoras que supongan acostumbrarse a “leer
Ja lengua” como via de acceso a la lectura. E] desarrollo de la comprensién
Jectora involucra poner al servicio de la lectura un repertorio de saberes.
La escuela tiene como uno de sus objetivos proporcionar las condiciones
para que ese repertorio de acreciente. Respecto de las estrategias lectoras,
sumar la reflexién gramatical a la comprensién lectora supone instalarla
en un pie de igualdad con otras vias de acceso a la lectura, por ejemplo,
pensar en el tipo textual, en los actos de habla, en la actitud del hablante,
en la planificacién de la lectura, en la anticipaci6n, la prediccién, la formu-
lacion de hipétesis, etestera.
Ficcionalizaremos tres caminos, tres recorridos de una clase que repre-
sentan formas de apropiacién de los conocimientos gramaticales para leer
0 al leer. Estos recorridos no son excluyentes, y algunos son complemen-
tarios. Sin embargo, cada uno de ellos pone cl acento en alguna estrategia
de lectura y también cada uno de ellos refleja, de un modo u otro, una
concepcién distinta de la lectura.
4, Durante 2007, coording con el grupo de profesores de Lengua de las escuelas onr, de Bue-
nos Aires, una propuesta de capacitacién para responder a la pregunta, surgida como nece-
saria en el seno del grupo mismo, de si debfan ensefiar gramatica y cbmo, para que tuviera
un impacto en la lectura y la escritura, y en relacién con estas précticas, pregunta a la que
querian darle una respuesta reflexiva y fundada. El trabajo fue intenso y muy provechoso, y
a elios les debo muchas de las reflexiones que he intentado volear en este capitulo y muchos
de los interrogantes que de ellas surgen, punto de partida para seguir pensando. Asimismo,
dialogan con este capitulo las voces y los enunciados de los docentes de escuela primaria y
media, y sus preocupaciones e interrogantes sobre el modo de abordar la gramatica en una
clase, durante los cursos de capacitacién que, con el nombre “El sentido de la gramatica”,
dicté los tiltimos afios en el cepa (escuela de capacitacién de la ciudad de Buenos Aires).on Maria José Bravo
Recorrido 1: en la lectura se comprueba lo que se sabe sobre
fa gramatica de ta lengua
Imaginemos que este recorrido tiene dos etapas. En la primera, se tra-
pajaria con oraciones sueltas, que permitieran reconocer, analizar, etique-
tar un fenémeno determinado. Pongamos, por caso, las proposiciones in-
cluidas adjetivas. Este trabajo puede, incluso, contar con propuestas que
involucren mucho al usuario (reformulacién de adjetivos por proposiciones
incluidas adjetivas, reescritura de una proposicién incluida adjetiva por
otras construcciones), lo que iria alejando el “contenido a ensefiar” del and-
lisis sintactico y lo iria acercando a la construccién del significado y a la
actuaci6n,-por parte del alumno, en esa construccién. Una vez que esto se
ha comprendido, se pasa a la siguiente etapa: leer un texto, reconocer las
proposiciones adjetivas en un texto.
Las dos etapas suponen un momento de integracién en que los co-
nocimientos gramaticales estarian, una vez comprendido el funciona-
miento de las proposiciones incluidas adjetivas (el contenido que se
ensefia y aprende; etapa 1), puestos en juego en la lectura, a lo que se
suman otros conocimientos sobre el lenguaje (etapa 2). Algunos interro-
gantes acompafian esta integracién: {Qué decisiones se toman respecto
de como describir, clasificar y nombrar las proposiciones incluidas adje-
tivas y sus constituyentes? {Qué textos se leen, de modo que contengan
suficiente material de aquello que se ha sistematizado para que el reco-
rrido, asi hecho, tenga sentido? {Hasta qué punto se da la integracién?
¢Excede la conexién que se ha hecho la deteccién del contenido que se
ha ensefiado, puesto en uso en el texto que se lee? La lectura, en este
caso, da vida a lo que se ha estudiado, en tanto se lo reconozea y se lo
pueda describir:
Los apuntes de los pizarrones que podrfamos ver en esa clase podrian
tener esta forma:
Pizarrén 1
‘Titulo: Proposiciones incluidas adjetivas |
Trabajo de reformulacién de un adjetivo por distintos tipos de propo-
siciones incluidas adjetivas
Oraci6n: “La ensordecedora musica atrajo a la multitud”.
Consigna: reformulen “ensordecedora”
Posibles reformulaciones: La multitud se acercé al escuchar la
miisica, que era ensordecedora.
La mtisica, cuyo volumen era altfsimo,
atrajo ala multitud.La gramdtica y sus conexiones con fa fectura y la escritura 65
| Pizarron 2
‘Al leer un texto, ver las proposiciones adjetivas que en 61 aparecen,
detectarlas, analizarlas, etcétera.
Estos pizarrones tienen una conexién. Probablemente no pueda borrar-
se el primero para trabajar en el segundo, porque resulta un insumo para
encontrar en el texto que se lee aquello que se ha estudiado. La interac-
cidn con el texto que se lee puede verse, sin embargo, obstaculizada por el
objetivo de la lectura, que esta més cerca de mostrar que se ha aprendido
a detectar algtin fenémeno de la lengua que a desarrollar la comprensién
lectora. Es probable que, en este caso, la lectura eslé més cerca de la loca-
lizacion de un contenido en el texto que de su relacién con el significado 0
con el sentido.
Recorrido 2: los géneros discursivos son la via de acceso a los textes,
los temas gramaticales son un elemento a considerar en la lectura
Un segundo recorrido podria ser el siguiente: hacer que prime en la
seleccién de los textos que se lean, sean literarios 0 no, una nocién de gé-
nero, de tipo textual, de funcién lingiistica predominante y que, de ello,
surjan clasificaciones (algunas ligadas al plano discursivo; otras, a cons-
tantes lingtifsticas, gramaticales, en ese texto y que puedan extenderse
a otros del mismo tipo 0, por contraste, a otros tipos de texto). Tomemos
por caso el texto narrativo. Se lee un texto y se lo clasifica. Luego se entra
en el texto, en términos lingitisticos: clases de palabras predominantes.
Se transcriben las palabras. Inductivamente se lleva a pensar en la clase
de palabra que mas interviene en el texto. Se clasifican los tiempos ver-
bales. Asimismo, se trabaja con otros recursos de la narracién. Luego se
focaliza en los adverbios de tiempo y en otras construcciones temporales.
Por ultimo, se proporciona un repertorio de adverbios de tiempo y se
indican unos tiempos verbales con los que se propone la escritura de un
texto narrativo.
Los apuntes de dos de los pizarrones que podrian quedar escritos luego
de esta clase podrian ser los siguientes:
Pizarron 1
Géneros discursivos. La narracién
Lectura de un texto narrativo
‘Anélisis y reconocimiento de los elementos que hacen que se pueda
definir como tal. Entre ellos, la presencia de los tiempos verbales del
pasado, como constantes del tipo textual.66 Maria José Bravo
Pizarrén 2 |
Pretérito perfecto simple. Pretérito imperfecto de indicativo. Preté-
rito pluscuamperfecto de indicativo.
Los adverbios de tiempo y las construcciones que indican tiempo
Estos dos pizarrones estan intimamente conectados. Bl eje conductor
esta constituido por las caracteristicas de un texto narrativo. La clasifi-
cacién de los tiempos verbales y de los adverbios de tiempo, por ejemplo,
representan, segin esta propuesta hipotética, constantes de ese tipo de
texto, Hay aqui una integracién fuerte. El acceso a la lectura se da a
través del conocimiento del mode de presentarse de un determinado tipo
textual. El desafio es que la gramatica sea una herramienta para el
proceso de comprensién y no solo un indicio para el reconocimiento del
tipo textual. Es decir que la estrategia de lectura de la gramatica pueda
extenderse y proyectarse a la lectura de otros textos, como una de las
preguntas que guian la via de acceso a la lectura. Si el aparato deserip-
tivo del género es el predominante y la aparicién de determinados recur-
sos lingiiisticos se estudia como constante de un género determinado, la
conexién de la gramdtica con la lectura estaria mas ligada a aprender
sobre la narracién, en este caso, que a leer los tiempos verbales en una
narracién concreta
Recorrido 3: la lectura de la gramatica es clave de lectura y recurso para la
comprensién de cualquier texte, siempre que se lee
Este recorrido supone partir de la hipétesis de que, en el acto de leer,
se “lee” siempre la gramatica. Aqui la premisa seria acudir a la gramatica
toda vez que se lea cualquier texto; aprender a detenerse en la lectura,
localizar rasgos de estilo que puedan explicarse desde la gramitica y aden-
trarse en ella para, luego, volver a leer. Representa una puesta en juego de
jos conocimientos sobre la gramatica al leer; no “para” leer, ni para cons-
tatar la comprension de un determinado tema gramatical y, no solamente,
para encontrar constantes en los distintos tipos de textos.
En este caso, se trabajaria hacia la deteccién de los elementos lingtiisti-
cos que resultan claves de lectura de un texto determinado. Estas claves de
jectura se corresponden con repertorios de contenidos gramaticales, junto
con elementos textuales, tematicos y otros.
Tomemos, por ejemplo, “Los ladrones” de Ratil Gonzdlez Tui
Los ladrones usan gorra gris, bufanda oscura y camiseta a rayas.
( Los LADRONES
| Algunos llevan una linterna sorda en el bolsillo. Por otra parte, se ena-La gramética y sus conexiones con fa lectura y ta escritura 87
moran de robustas muchachas, coleccionan tarjetas postales y a veces
lucen un tatuaje en el brazo Izquierdo, una flor, un barco y un nombre:
| Rosita. Todos los ladrones estin enamorados de Rosita y yo también.
Los ladrones saben silbar, bajarse de los coches en movimiento y bailar
el vals. Aman, sobre todo, a la madre anciana y cuando ésta se les muere
cantan un tango, lloran desconsoladamente y de los objetos dejados por
la muerta, a repartirse entre los hermanos, eligen una virgen de plata y
el canario.
En este texto, se presentan como claves de lectura las oraciones de suje-
to y.predicado verbal; la estructura sintactica recurrente (S + V (n) + OD);
el uso del articulo determinado “los” como generalizador, que se opone a
“algunos” y es retomade y reforzado por “todos”; el uso del tiempo presente
de indicativo; la explicitacién del sujeto gramatical en la casi totalidad del
texto y el sujeto elidido hacia el final. No se trata de hacer el andlisis sin-
tactico de las oraciones, se trata més bien de sacar provecho del ritmo que
adquiere la definicién de “los ladrones” por la sintaxis recurrente y con es-
casisima subordinacion, de leer la generalidad y sus restricciones median-
te los premodificadores “todos”, “algunos” y el articulo “los” y de asociarlos
con la definicién que el texto construye, que incluye el “yo también”, que
es, sin dudas, algo que rompe con la lectura generalizadora. La “Lectura”
de estas claves se da en la actividad de leer y puede incorporarse a las
propuestas de comprobacién de lectura (en términos de aquello que puede
consensuarse en la lectura y que resulta transferible, comunicable)*
‘Algunos de los apuntes de esta clase, que podrian quedar escritos en
pizarrones, serian los siguientes:
Pizarrén 1
Lectura de “Los ladrones”
Preguntas que sustentan claves de lectura. Una pregunta podria ser
la siguiente: ,qué hace que leamos que en el texto se habla de carac-
teristicas que definen a los ladrones?
Pizarrén 2
Abstraer y justificar el uso de los y todos.
Volver a leer “Los ladrones”. Leer todos y los en el texto “Los ladro-
nes” en contraste con algunos y pocos. ZEn qué cambia el texto si
>
5. Este breve recorrido de lectura por el toxto “Los ladrones” forma parte de mi articulo “Ma-
ria, la hija del molinero. Personajes, costumbres y enfoques en la ensefianza de la gramatic
(Bravo, 2002).68 Maria José Bravo
sustituimos “los ladrones” y “todos los ladrones” por “algunos ladro-
nes” en todos los casos?
Comparar el sintagma “los ladrones” en el texto con el sintagma “los
lunes” en Los lunes tengo clase de Geografia, y con “los libros” en Ya
compré los libros de Geografia.
Volver a leer el texto.
Estos pizarrones estén en conexién fuerte. En el segundo, se ponen en
juego procedimientos de justificacién y explicitacion de la lectura a través
de la sustitucién, la comparacién, el contraste. Lo que queda como practica
y herramienta de lectura en la clase es la necesidad de preguntarse por
‘esas claves de lectura, de mirarlas con detenimiento; en la suma de textos,
en la frecuentacién, va apareciendo la atencién a la lengua.como una estra-
tegia de lectura, de comprensién del texto (de los textos), de via de acceso
a esa comprension.
En este sentido, el texto literario parece especialmente productivo, por-
que pone la lengua en primer plano y los recursos de la lengua estén en
foco. No se trataria de una seleccién de textos pensada “para” ensefiar a
leer la gramAtica sino que el texto “requiere” que leamos la gramatica para
comprenderlo.
Surgen de ese trabajo de aprender a leer los recursos que son clave
de lectura algunas cuestiones. {C6mo se muestran o ensefian? {Se sis-
tematizan? gC6mo? {Cudnto? ~Cudndo? La lectura supone, entre otras
cosas, mirar esos recursos, prestarles atencién. Parece solidario de la
tarea de leer los recursos lingitisticos trabajar en la objetivacién de esos
recursos hasta el punto en que la abstraccién y la reflexion colaboren con
Ja comprensién. Ahora bien, la objetivacién de esos recursos y su puesta
en sistema, para que sean transferibles a otras lecturas, pueden tener
la consecuencia indeseable de que, a partir de un rasgo, un recurso 0
una clave de lectura, se desencadene una clase de “gramatica” (incluso
extensa y de tratamiento exhaustivo de algtin fenémeno) desde la que no
se vuelva a leer el texto. El riesgo es que el proceso quede detenido en
la tarea de aprender sobre el modo en que funcionan en la lengua esos
recursos y no a ponerlos al servicio de la comprensién del texto que se lee.
Cuando se piensa en estos términos, se plantea la necesidad de pensar en
los modos de distinguir la muy delgada diferencia e interrelacién entre
aplicarle una lupa a un contenido gramatical y comprender ese contenido
como parte de lo que se lee.
one)La gramétia y sus conexiones con la lecturay la esertura 69
Los ires recorrides en la lectura de “Geografias”, de Julio Cortazar
Estos recorridos no son, como dijimos, excluyentes. Aunque muestren
distintos modos de acercamiento a la lectura y distintos modos de pensar
en el desarrollo de la comprensién lectora, pueden convivir en una clase,
dado que la lectura supone desvios e interaccién, Tal vez lo més importan-
te sea, para el docente, poder preguntarse en qué sentido, en qué momento
y qué de la gramatica esta interviniendo en el proceso de la lectura, para
poder anticiparse y “prestar su lectura” y “prestar sus conocimientos”,
cuando sean necesarios, y cuidar que el objetivo de desarrollo de la com-
prensién lectora se cumpla, ensefiando gramAtica, junto con otros saberes.
Geocrarias
Probado que las hormigas son las verdaderas reinas de la creacién
(el lector puede tomarlo como una hipotesis 0 una fantasia; de todas
maneras le hara bien un poco de antropofuguismo), he aqui una pagina
de su geografia:
(Pagina 84 del libro; se sehalan entre paréntesis los posibles equiva-
lentes de ciertas expresiones, segtin la cldsica interpretacion de Gaston
Loeb.)
..mares paralelos (crios?). El agua infinita (un mar?) crece en ciertos
momentos como una hiedra-hiedra-hiedra (gidea de una pared muy alta,
que expresaria la marea?). Si se va-va-va-va (nocién analoga aplicada a
la distancia) se llega a la Gran Sombra Verde (gun campo sembrado, un
soto, un bosque?) donde el Gran Dios alza el granero continuo para sus
Mejores Obreras. En esta regién abundan los Horribles Inmensos Seres
(chombres?) que destrozan nuestros senderos. Al otro lado de la Gran
Sombra Verde empieza el Cielo Duro (guna montafia?), Y todo es nuestro,
pero con amenazas.”
Esta geografia ha sido objeto de otra interpretacién (Dick Fry y Niels Pe-
terson jr.). El pasaje corresponderia topograficamente a un pequefio jardin
de la calle Laprida, 628. Buenos Aires. Los mares paralelos son dos cana-
letas de desagie; el agua infinita, un bafiadero de patos; la Gran Sombra
Verde, un almacigo de lechuga. Los Horribles Inmensos Seres insinuarian
patos 0 gallinas, aunque no debe descartarse la posibilidad de que real-
mente se trate de los hombres. Sobre el Cielo Duro se cierne ya una polé-
mica que no terminara pronto. A la opinién de Fry y Peterson, que ven en él
una medianera de ladrillos, se opone Guillermo Sofovich, que presume un
bidé abandonado entre las lechugas.
Este texto dialoga con otros textos. Es clave de comprensién que poda-
mos “leer” el didlogo con una entrada de enciclopedia, con el texto exposi-
tivo (de las ciencias), la presencia de citas de autoridad en esos textos, la
construccién de los distintos puntos de vista, ete. Son, también, clave de70 Marfa José Bravo
lectura (recursos de la lengua que son ineludibles para comprender este
texto) los usos de los signos de puntuacién como marcas fuertes de cambio
de punto de vista, la imposibilidad de significar con un cédigo tinico (lo que
refleja el desconocimiento del mundo del otro, que se quiere contar), que se
verifican en la composicién de palabras, la repeticién, el uso de los parénte-
sis, las interrogaciones, el uso de las maytisculas, etc. Estos conocimientos,
textuales y lingiifstico-gramaticales, junto con conocimientos sobre el texto
literario y experiencias de lectura de textos ficcionales, gravitan a la hora
de comprender este texto.
Como en el recorrido 1, esos conocimientos pueden alcanzarse (darse,
ensefiarse, explicarse) antes de la lectura, y acercar reglas y ejemplos de,
por ejemplo, uso de paréntesis, de maytisculas, y luego proponer la lectura
para confirmar cudles de esos usos aparecen aqui. Si se hace de ese modo,
puede obturarse la lectura en tanto el texto a leer consistird mas en una
constatacion de que esos contenidos existen y de que tienen una realiza-
cion en “Geografias” que en el desarrollo de la comprensién lectora y, sobre
todo, en el desarrollo de estrategias de lectura que pueden extenderse a
cualquier texto y que suponen preguntarse, estar atento, poner el ojo, po-
der “leer” esos elementos, constitutivos de este texto, que pueden desarro-
Harse como estrategias lectoras transferibles a otras lecturas.
También, como en el recorrido 2, puede partirse del tipo textual, anali-
zar sus caracteristicas y leer “Geografias” en su didlogo parédico con esos
textos, lo que ampliaria el repertorio de habilidades de comprensién del
funcionamiento de ese tipo textual y tendria un impacto fuerte en la com-
prensién de “Geografias”. Si en el trabajo de lectura que se proponga la
descripcién y el estudio de lo que permite definir el texto como expositivo
(aun tratando especialmente el hecho de que se revierten aqui algunas de
sus caracteristicas) tuviera el mayor peso o fuera el objetivo de la lectura,
se podria estar mas frente a un andlisis de un género y su didlogo con la
literatura, con el texto de ficcién, por ejemplo, que pensando en los modos
de conectar la gramética con la lectura.
Puede proponerse, como en el recorrido 3, el objetivo de aprender a mirar
las claves de lectura; aprender a leer la lengua al leer un texto. Algunos de
los interrogantes cuyas respuestas desembocan en la comprensién de esas
claves de lectura son: {Qué voces, informantes, aparecen? 4Cémo detecta-
mos qué dice o informa quién? {Para qué se usan los paréntesis en el texto?
{Podriamos quitar los paréntesis y seguir leyendo lo mismo? {De quién es
la voz que aparece entre paréntesis? ;Cémo podriamos introducirla con pa-
labras? {Para qué se usan las maytisculas? {Podriamos cambiarlas por mi-
nusculas y seguir leyendo lo mismo? Aparecen palabras repetidas. {Se trata
de conceptos que conocemos? {Podrian aparecer sin repetir? {Qué es lo que
agrega la repeticién? ;Cémo podriamos reponer/parafrasear esa repeticion?