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La terapia familiar es un enfoque de psicoterapia el cual surge entre los

años 1952 a 1962 por factores tanto clínicos como de investigación, en


dónde Jackson, en 1959, funda el Mental Research Institute (MRI),
centrando su atención en las interacciones del sistema familiar
incorporando la cibernética y la teoría general de sistemas.

La psicoterapia familiar, deja la individualidad a un lado y se centra


principalmente en el sistema familiar y en su modo de operar, mediante
una visión holística e integral enfocado hacia la totalidad. Su propósito no
es tan sólo enfocarse en el problema del sistema, sino que también
centrarse en los recursos, motivación y disponibilidad de la familia con la
cual se enfrentan ante la terapia. Su principal objetivo es generar un
cambio a nivel integral, y no de cada miembro por sí solo. Es una terapia
que debe tener una minuciosa y cuidadosa manera de abordar, en donde
se deben evaluar una serie de factores previos antes de ser realizada, y,
posteriormente, según la gravedad de los síntomas, se debe examinar
que tipo de intervención abordar, la cual puede ser una intervención en
crisis; una terapia familiar breve; o terapia familiar a largo plazo, según
el caso, las cuales serán definidas brevemente.
La intervención en crisis es una terapia de duración breve, la cual surge
por una crisis inesperada u de urgencia desarrollada en el sistema
familiar. Su principal objetivo es prevenir la descompensación de los
miembros y brindar apoyo, contención y orientación.
La terapia familiar breve por su parte, es menos urgente que la anterior,
pero también es desencadenada por una crisis. Tiene una duración de 5
meses aproximadamente.
Por último, la terapia familiar a largo plazo, se caracteriza por no tener
límite de tiempo, en dónde las metas de los integrantes son un poco más
complejas en su abordaje.

La aplicación de la terapia familiar sistémica está regida por diversos


manuales realizados por múltiples autores, los cuales son de gran ayuda
y orientación para el terapeuta en su proceso de psicoterapia familiar.
Dentro de los manuales estudiados, se encuentra el “Manual de terapia
familiar sistémica” creado por el Equipo de Psicología Sistémica
Constructivista EPSIC de la Universidad de Chile, el cual presenta un
completo e importante material, abordando temas tales como: principios
guía, modelos de cambio terapéutico, intervenciones del terapeuta,
Setting terapéutico, sesiones iniciales, intermedias y finales, trabajo
indirecto, prácticas prohibidas, los cuales son adjuntados por sus
respectivos anexos, figuras y tablas.
Además, el curso presenta el “Manual de terapia familiar sistémica
estructural” de Ximena Vásquez, el cual aborda una síntesis de los
principales conceptos de la terapia estructural. Entre las principales
enseñanzas de éste manual, es importante destacar que la meta de la
intervención estructural es la reubicación de los miembros, con el fin de
formar alianzas más sanas, lo cual se consigue mediante el
cuestionamiento del síntoma, de la estructura familiar y de la realidad
familiar con el fin de cambiar la percepción anterior y promover hacia un
mejoramiento en la concepción que tiene la familia del mundo.

La familia asiste a terapia -por lo general- por encontrarse atrapados en


un problema que les es imposible abordar y solucionar por sí solos. Uno
de los problemas más comunes son los adolescentes y familias en
conflicto, el cual es un principio presenta diversas dificultades tanto para
la familia como para el terapeuta debido a la falta de interés manifestado
por el adolescente en la participación activa de la psicoterapia. En éstos
casos, es importante la receptividad del terapeuta ante las
preocupaciones de todos los miembros de la familia, lo cual es
fundamental para generar motivación en los participantes y
posteriormente un vínculo terapéutico. El trabajo con adolescentes tiene
dos focos principalmente: La alianza terapéutica, con el fin de crear unión
y fuerza en la terapia; y la investigación sobre la eficacia del tratamiento
ofreciendo así información importante sobre el procedimiento a realizar.
En éstos casos, un apoyo fundamental es el modelo SOATIF, el cual es un
modelo de cuatro dimensiones que configuran la alianza terapéutica,
compuesto por: El enganche en el proceso terapéutico; conexión
emocional con el terapeuta, seguridad dentro del sistema terapéutico, y
sentido de compartir el propósito en la familia, los cuales son
representados en la imagen 1.

Imagen 1.
En éste material se suma además otro modelo de intervención, el cual es
denominado “Cinco estratos”, entendidos como los niveles a intervenir,
enfocándose esencialmente hacia una alianza terapéutica específica,
reflejados a continuación en la imagen 2.

Imagen 2.

Por lo general, es común que en las sesiones con adolescentes se


encuentren algunas contradicciones en los relatos de los participantes, en
dónde es recurrente que adjudiquen el problema los unos a los otros, éste
caso, padres-hijo. Si esto llegase a ocurrir, se describen ciertas directrices
básicas para poder abordar el paradigma, tales como: No reforzar ningún
tipo de planteamiento; conectarse emocionalmente con el adolescente; y
“Crear” un problema en dónde se cubran las necesidades del adolescente
sin caer en una coalición con los padres.

Otro problema con diversas complejidades por los que suelen las familias
acudir a terapia son los trastornos alimenticios en dónde el modelo
sistémico ha desarrollado existen una serie de modelos teóricos para su
explicación, entre los cuales menciona: el modelo estructural, el cual
habla de “familias psicosomatogénicas” las cuales se caracterizan por
tener pautas transaccionales de aglutinamiento, sobreprotección y rigidez
entre otras. El modelo comunicacional, el cual plantea características de
las familias que poseen hijos con tal trastorno de alimentación, refiriendo
que: Tienen problemas de comunicación, rechazan la comunicación del
otro, y los padres no asumen el liderazgo cuando algo es incorrecto. Por
su parte, el modelo transgeneracional relata que éstas familias poseen un
sistema rígido de reglas implícitas que se transmiten entre las
generaciones.
Las funciones que debe ejecutar el terapeuta en éstas situaciones son
acomodarse a la familia respetando sus valores y reconociendo a cada
miembro del sistema, pero a la vez, desafiando al sistema con
intervenciones intensas para así, generar impacto.

Finalmente, dentro de los aprendido en éste curso, se puede concluir que


las esculturas resultan muy eficientes a la hora de comenzar una terapia
de pareja, ya que se convierte en un espacio dramático el cual conecta
intensamente las emociones y vínculos conyugales, en dónde se activan
estímulos los cuales conllevan a recuerdos pasados insertados en el
inconsciente de la pareja. Hay diversos mecanismos para efectos de la
terapia, como la escultura del presente, escultura del pasado, escultura
del futuro y escultura de lo deseado, entre otras, las cuales producen
importantes resultados de intervención.

Pamela Soledad Fornachiari Reveco

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