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Marco de acción de la terapia familiar

Fundamentos teóricos

Bases teóricas desde el campo de la Psicología

Desde un puno de vista personal la PIBE ha sido muy respetuosa con tres
perspectivas teóricas que, si conforme descienden de campos de estudios
numerosos, en la actualidad ocupan un papel muy importante en el ámbito
de la psicología. Se trata de aportaciones teóricas complementarias entre sí
y que se encuentran en la base de gran parte de las intervenciones basadas
en el axioma en lugar del apoyo parental y familiar.

Totalidad: la totalidad se encargaría del problema de un individuo no solo


en su individualidad sino como grupal, ya que está anegado en un contexto
relacional en el que cada persona influye y es influido por los demás ya sea
personas cercanas o lejanas y, a su vez, todos forman una unidad.

Equifinalidad: la Equifinalidad en todo sistema, como en el sistema


familiar, puede llegar a un mismo fin siguiendo distintos, medios y
procesos.

Retroalimentación: la retroalimentación en todo sistema está


constantemente intercambiando información. La retroalimentación recoge
el impacto de los efectos de sus acciones y la búsqueda del equilibrio del
sistema. Este equilibrio logra una tendencia de estabilidad (homeóstasis y /
o retroalimentación negativa) y de tendencia de cambio (morfogénesis y/o
retroalimentación positiva), siendo ambas necesarias para lograr la
estabilidad. Esta constante retroalimentación se desarrolla bajo una
causalidad circular.
Bases teóricas desde el campo de las artes escénicas
En los presupuestos teóricos descritos, en la PIBE se tiene en cuenta el
valor del teatro para la transformación de las personas. Es decir, se basa en
la representación teatral para escenificar acciones, emociones y/o
situaciones que sirvan como elementos promotores de cambio y
aprendizaje por parte de los participantes en la intervención.

En concluyente, el proceso terapéutico de la PIBE se nutre de las artes


escénicas para representar acciones, emociones y/o situaciones que sirvan
como elementos promotores de cambio y aprendizaje por parte de los
participantes en el programa.

Psicodrama

El psicodrama es un método psicoterapéutico dirigido a la mejora de los


problemas personales, con especial énfasis en el adecuado desarrollo de los
roles interpersonales (familiares, sociales, etcétera) a través de una
metodología generalmente grupal y con técnicas específicas del ámbito
teatral. El proceso terapéutico de la PIBE se fundamenta en los
presupuestos de esta corriente psicoterapéutica.

En la PIBE se produce el entrenamiento de diferentes roles interpersonales


donde los participantes revelan los conflictos. A través del entrenamiento
de estos roles se pretende capacitar a los participantes en cada uno de ellos,
especialmente el rol familiar, actuando sobre los componentes bloqueados
o con alta carga emocional de las relaciones familiares y/o sociales.

Debido a la asistencia conjunta de los adolescentes y sus figuras parentales,


la PIBE facilita el trabajo en la simetría y complementariedad de los roles
en el “aquí y ahora”.
En el proceso grupal de la PIBE no solo se considera importante la
liberación emocional adherente a la dramatización, sino el proceso de
integración de dichas emociones donde participa el individuo y los
miembros del grupo.

Fundamentos históricos

Pioneros de enfoque psicoanalítico

En este periodo, la terapia de enfoque psicoanalítico no daba resultados


visibles en el tratamiento de la psicosis, con lo que los especialistas
tuvieron que voltear a ver otros elementos más allá del individuo, y el
primero de ellos fue precisamente la familia.

En este enfoque, uno de los pioneros fue Milton Erickson, quien puso
especial énfasis en el estudio de comunicación más allá del psiquismo. En
el mismo sentido, son representativos Theodore Lidz, Lyman Wynne y
Murray Bowen. Otro de ellos fue Nathan Ackerman, quien comenzó
trabajando con familias a manera de “complemento de terapia infantil”
desde el mismo enfoque psicoanalítico. Este último fundó el primer
servicio de atención familiar, el primer instituto familiar, y la principal
revista de terapia familiar del momento: Family Process.

Son también conocidos Carl Whitaker y el Grupo de Filadelfia dirigido por


Ivan Boszormenyi-Nagy, David Rubinstein, James Framo y Gerald Zuk.
En el desarrollo de este enfoque también fue importante Harold Searles,
quien trabaja con personas con diagnóstico de esquizofrenia y, sin centrarse
únicamente en la familia, describió la importancia de esta última en el
desarrollo de las manifestaciones psiquiátricas individuales.
De la infancia a la familia

Por otro lado, algunos especialistas estaban estudiando las patologías de la


infancia, campo de estudio que permitió atender las experiencias y tensiones
de la familia como una forma de tratamiento auxiliar.

Uno de ellos, John Bell, fue testigo de los trabajos del inglés John
Styherland en esta área y pronto los reprodujo en Estados Unidos, para
finalmente publicar uno de los libros pioneros en norteamérica: Family
Group Therapy. Por su parte, Christian Midelfort publicó otro de los
primeros libros en terapia familiar The family Therapy, en la misma década.

Enfoques del proyecto unificador

Luego del éxito de la terapia familiar, ya también conocida como terapia


sistémica (no sólo en Estados Unidos sino también en Europa), el proyecto
unificador de los enfoques psicoanalítico, antropológico y mixto se basó
especialmente en el análisis de las cuatro dimensiones que componen
cualquier sistema: la génesis, la función, el proceso y la estructura.

Se une al proyecto unificador el enfoque de la Segunda Cibernética, que


problematiza el papel de quien observa el sistema en la modificación del
mismo; cuestión que había permanecido ausente en los antecedentes de la
terapia y que está fuertemente influenciada por las teorías contemporáneas
de la física cuántica.

En la década de los 80’s se une el paradigma del constructivismo, cuya


influencia resultó ser mayor que la de cualquier otro. Retomando tanto la
segunda cibernética como la teoría general de sistemas, la incorporación del
constructivismo propone que la terapia familiar es en realidad una
construcción activa de terapeuta junto con la familia, y es precisamente esto
último lo que permite al profesional “intervenir para modificar”.
Así pues, la terapia familiar es comprendida como un sistema terapéutico en
sí mismo, y es dicho sistema lo que constituye la unidad fundamental del
tratamiento. A partir de esto, y hacia la década de los 90’s, se incluyen
nuevos enfoques terapéuticos como las técnicas narrativas y los abordajes
psicoeducativos, al tiempo que esta disciplina se extendían alrededor del
mundo.

Fundamento práctico

Terapia Familiar

Entendemos por Terapia Familiar por aquella modalidad de terapia que


centra en la familia el objeto de su intervención. Su principal objetivo es
restablecer el equilibrio de la familia cuando surgen conflictos, tensiones o
problemas de comunicación. También resulta muy útil cuando uno de sus
miembros tiene problemas que afectan a la convivencia común.

Es fundamental que tengamos en cuenta que en la terapia de familia, aunque


sea uno de los miembros quien presente la sintomatología, no buscamos
culpables, sino que tratamos a la familia en su conjunto. La familia es un
sistema en el que todos se influyen sobre los otros, por ello todos los
integrantes pueden contribuir a la solución del problema.

Mediante la terapia de familia estudiamos aquellas dinámicas que se


producen en la convivencia, escuchamos las demandas de todos los
miembros de la familia, les enseñamos a cambiar patrones de comunicación
y de conducta disfuncionales. En definitiva, les ayudamos a implementar
cambios positivos en la familia y en la forma que tienen de relacionarse.
Cuándo debemos ir a Terapia de Familia

Los problemas que surgen dentro de la familia pueden afectar a todos los
integrantes. Es recomendable acudir a terapia cuando los problemas
familiares son demasiado “grandes” para manejarlos y no mejoran, y además
se han visto afectadas otras áreas de la vida.

La terapia familiar suele servir en los siguientes casos: conflicto entre los
miembros de la familia, problemas en la comunicación, trastornos mentales
de algún miembro de la familia, problemas de conducta en los hijos,
problemas escolares, abuso de sustancias o adicción de algún miembro de la
familia, desacuerdos con respecto al dinero, infidelidades, enfermedad o
fallecimiento de un familiar, problemas con la familia extensa, cuidado de
un familiar con necesidades especiales, separación o divorcio conflictivo y
planificación de las custodias compartidas, etc.

Otros motivos comunes por los que las familias suelen acudir a terapia son:
el nacimiento de un nuevo hij@, nuevas parejas y familias reconstituidas,
rivalidad entre hermanos, dificultades para implementar límites y normas,
procesos de reproducción asistida, menores en acogida y adopciones,
jubilación, abuso o violencia familiar, independencia de los hij@s,
acontecimientos vitales estresantes (fallecimiento de un familiar o
enfermedad grave).

Cómo es una familia sana

Todos sabemos que las personas no somos perfectas, por tanto, tampoco
existe la familia ideal. Pero si podemos decir que existen familias
funcionales. A continuación vamos a enumerar algunas características que
comparten:
 La comunicación es fluida y los miembros de la familia expresan
libremente sus emociones sin temor a ser castigados o rechazados.
 Los miembros de la familia saben a qué atenerse y respetan los límites
de los demás
 Hay normas y límites claros, pero flexibles.
 Se protege a sus miembros sin caer en la sobreprotección.
 Se fomenta el desarrollo y crecimiento de cada uno de los miembros y
se respetan sus diferencias.

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