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Fundamentos teóricos
Desde un puno de vista personal la PIBE ha sido muy respetuosa con tres
perspectivas teóricas que, si conforme descienden de campos de estudios
numerosos, en la actualidad ocupan un papel muy importante en el ámbito
de la psicología. Se trata de aportaciones teóricas complementarias entre sí
y que se encuentran en la base de gran parte de las intervenciones basadas
en el axioma en lugar del apoyo parental y familiar.
Psicodrama
Fundamentos históricos
En este enfoque, uno de los pioneros fue Milton Erickson, quien puso
especial énfasis en el estudio de comunicación más allá del psiquismo. En
el mismo sentido, son representativos Theodore Lidz, Lyman Wynne y
Murray Bowen. Otro de ellos fue Nathan Ackerman, quien comenzó
trabajando con familias a manera de “complemento de terapia infantil”
desde el mismo enfoque psicoanalítico. Este último fundó el primer
servicio de atención familiar, el primer instituto familiar, y la principal
revista de terapia familiar del momento: Family Process.
Uno de ellos, John Bell, fue testigo de los trabajos del inglés John
Styherland en esta área y pronto los reprodujo en Estados Unidos, para
finalmente publicar uno de los libros pioneros en norteamérica: Family
Group Therapy. Por su parte, Christian Midelfort publicó otro de los
primeros libros en terapia familiar The family Therapy, en la misma década.
Fundamento práctico
Terapia Familiar
Los problemas que surgen dentro de la familia pueden afectar a todos los
integrantes. Es recomendable acudir a terapia cuando los problemas
familiares son demasiado “grandes” para manejarlos y no mejoran, y además
se han visto afectadas otras áreas de la vida.
La terapia familiar suele servir en los siguientes casos: conflicto entre los
miembros de la familia, problemas en la comunicación, trastornos mentales
de algún miembro de la familia, problemas de conducta en los hijos,
problemas escolares, abuso de sustancias o adicción de algún miembro de la
familia, desacuerdos con respecto al dinero, infidelidades, enfermedad o
fallecimiento de un familiar, problemas con la familia extensa, cuidado de
un familiar con necesidades especiales, separación o divorcio conflictivo y
planificación de las custodias compartidas, etc.
Otros motivos comunes por los que las familias suelen acudir a terapia son:
el nacimiento de un nuevo hij@, nuevas parejas y familias reconstituidas,
rivalidad entre hermanos, dificultades para implementar límites y normas,
procesos de reproducción asistida, menores en acogida y adopciones,
jubilación, abuso o violencia familiar, independencia de los hij@s,
acontecimientos vitales estresantes (fallecimiento de un familiar o
enfermedad grave).
Todos sabemos que las personas no somos perfectas, por tanto, tampoco
existe la familia ideal. Pero si podemos decir que existen familias
funcionales. A continuación vamos a enumerar algunas características que
comparten:
La comunicación es fluida y los miembros de la familia expresan
libremente sus emociones sin temor a ser castigados o rechazados.
Los miembros de la familia saben a qué atenerse y respetan los límites
de los demás
Hay normas y límites claros, pero flexibles.
Se protege a sus miembros sin caer en la sobreprotección.
Se fomenta el desarrollo y crecimiento de cada uno de los miembros y
se respetan sus diferencias.