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JOEL ARDUENGO HURTADO

SOCIOLOGIA I CIÈNCIES POLÍTIQUES


GEOGRAFIA HUMANA
GRUPO PS

PLANETA DE CIUDADES-MISERIA
MIKE DAVIS

El texto del que vamos a hablar se trata de un trabajo de Mike Davis acerca
de cómo el capitalismo tardío se ha valido de situaciones y factores para aglutinar
a las capas más bajas, desfavorecidas y pauperizadas de la sociedad en áreas
urbanas hiperdegradadas (slums). Estas zonas (se las reconoce como un fenómeno
internacional desde el siglo XIX), aglutinan a una cantidad cada vez más elevada
de personas en áreas, que aunque crecen y se expanden, no son suficientemente
grandes, y cuya salubridad y condiciones suelen suponer una amenaza para sus
residentes.
Además, la indeterminación de los títulos de tierra y/o la laxa propiedad
pública de estas zonas lleva a los ciudadanos que viven en ellas a relaciones de
vasallaje propias del feudalismo; los funcionarios y peces gordos de los partidos
políticos de turno exigen sobornos, sumisión y lealtad, y cuando no se los da,
acaban incluso destruyendo el barrio.
Esto, por suerte o por desgracia, no es así en todo el mundo. En el mundo
Occidental, la mayoría de áreas urbanas no llegan a estas situaciones, aunque esto
que acabo de exponer es un problema creciente y de difícil solución en el Tercer
Mundo (América Latina, África y Asia).
Tampoco se ha llegado a esta situación por arte de magia, la natalidad no
para de aumentar pareja a la esperanza de vida, gracias a la los avances científicos
y tecnológicos. El problema es que el 95% de esta explosión final demográfica de
la humanidad se producirá (y la acapararán) las áreas urbanas de los países en vías
de desarrollo, cuya población se duplicará. Otro problema es que otra gran parte
de este crecimiento, concretamente tres cuartos, recaerá sobre ciudades de segundo
orden y áreas urbanas más pequeñas, con escasa o inexistente planificación para
dar cabida a toda esa gente y ofrecerles servicios públicos.
En mi opinión, esto debe solucionarse, o por lo menos, paliarse de alguna
forma. Los países deben empezar a aplicar políticas de natalidad, o al menos
aquellos que lo necesiten (por ejemplo, es una realidad que como India no aplica
políticas estrictas de este tipo, más pronto que tarde, van a ser tantos que,
literalmente, no van a caber). Además de ello debe incentivarse o dinamizarse el
sector agrario, que sea una ocupación suficientemente atractiva para frenar el
éxodo rural (dado que la población rural ya ha alcanzado su máximo, y a partir de
ahora sólo se prevé su descenso); incluso con subvenciones para que se repoblen
las zonas interiores o más agrícolas de dichas regiones). Veo algo vital dotar al
espacio rural del atractivo, encanto o carisma que tuvo antaño, o por lo menos, el
necesario para que la gente quiera vivir ahí, ya que cada vez son más las aldeas
que se convierten en pueblos, los pueblos que se convierten en ciudades, las
pequeñas ciudades que son ahora capitales de provincia…).
Otro aspecto negativo es que este crecimiento de las ciudades, muchas veces
no se ha visto acompañado de un crecimiento económico o de una incremento de
la demanda de trabajo, de hecho, en muchas regiones en vías de desarrollo la
urbanización se ha desconectado radicalmente de la industrialización e incluso del
desarrollo. En muchas de estas zonas la urbanización-sin-crecimiento constituye
obviamente más el legado de una coyuntura política global que cualquier otra cosa.
Por otra parte, la reducción de los sectores públicos y la movilidad
descendente de sus clases medias (en estas regiones bastante más desfavorecidas
económicamente) empujan a la gente a abandonar el campo, factores promovidos
o consecuencia de las fuerzas globales (la mecanización, las importaciones de
alimentos, guerras civiles, concentración de pequeñas parcelas en grandes
propiedades y la competencia de la agroindustria a gran escala contribuyen a
sostener la urbanización pese a que la atracción de las ciudades se encuentre
drásticamente atenuada por la deuda, la crisis económica, y en el caso de los slums
la falta de seguridad, física y legal (respecto a la propiedad)). Yo opino que no sólo
organizaciones e instituciones internacionales junto a ONGs deberían señalar y
contribuir a la infamia de aquellos Estados y Gobiernos que realicen las prácticas
anteriormente comentadas, sino que debería de poder denunciarse ante Tribunales
Internacionales).
Estas intervenciones nacionales, aunque otras también internacionales (los
Programas de Ajuste Estructural promovidos y gestionados por el FMI),
efectuadas durante los últimos veinte años ha aumentado las áreas urbanas
hiperdegradadas y la pobreza en las ciudades, ha intensificado la exclusión y la
desigualdad y ha debilitado a las elites urbanas en sus esfuerzos por utilizar las
urbes como motores de crecimiento.
Estas áreas hiperdegradas de la periferia urbana no cuentan en absoluto con
servicios públicos ni con instalaciones sanitarias (mucho menos educativas),
además, la contaminación del agua a causa de desechos humanos y animales sigue
siendo la causa de enfermedades diarreicas crónicas. Para solucionar este
problema, aparte de dotar de los servicios e infraestructuras necesarias, de
urbanizar, dichas zonas, se debería además garantizar el suministro de
medicamentos mínimos, capaces de curar muchas enfermedades causantes de
muchas muertes. Los pobres ponen su vida en riesgo también asentándose en zonas
peligrosas, como laderas de montañas o adyacentes a autopistas.
Por otra parte, muchos autores consideren al FMI el causante de gran parte
de los males de dichas regiones, ofreciendo a los países pobres siempre el mismo
cáliz envenenados, hecho de devaluación, privatización, supresión de los controles
a las importaciones y de las subvenciones..., estos Planes de Ajuste Estrucgtural
obligaron a los estados receptores a reducir el gasto y las propiedades del sector
público, además, también arruinaron a los campesinos minifundistas al suprimir
las ayudas y al abandonarlos en los mercados globales de materias primas
dominados por la agroindustria del Primer Mundo; en dicho caso, veo una
solución, o compensación, muy simple; y es una serie de indemnizaciones por
parte del FMI hacia los países que ha contribuido a hundir y destrozar con sus
recetas económicas infalibles que no perseguían nada más que los intereses
globales (los de Washington). En muchos países los efectos de estos planes unido
a sequías prolongadas, precios del petróleo en auge y tipos de interés pujantes
propiciaron consecuencias peores que las de la Gran Depresión.
Otro problema parejo a esta situación es la proliferación de situaciones de
empleo informal, que se han convertido en la única vía de supervivencia para los
habitantes de los slums. Esta tendencia hacia el trabajo informa no acabará en otra
cosa que en la reproducción de la pobreza absoluta, perpetuarse en la miseria,

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