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Historia

Si el agua es buena conductora, ¿cómo puede explicarse que en una sopa muy
espesa la parte superior esté fría y en el fondo del plato esté quemando?

Eso es precisamente lo que le sucedió a Benjamin Thomson, más conocido como


Conde Rumford, que tenía sus dudas sobre que el agua fuera buena conductora
cuando un día, comiendo una espesa sopa de arroz tomó una cucharada de la
superficie y la encontró fría, tomó una cucharada con sopa del fondo y se quemó la
lengua. Si el agua era buena conductora, ¿cómo es posible esa diferencia de
temperaturas tan alta en un plato de sopa?

Observó hervir alcohol, y se dio cuenta que (en sus propias palabras) “la corriente
ascendente ocupaba el eje (central) del tubo y que descendía por los lados del
mismo”. En otras palabras, se establecía una circulación. A esa circulación la llamó
convección. Para comprobarlo, paró la convección en dos recipientes con agua
caliente disolviendo fécula en uno y poniendo un edredón en el otro y se dio cuenta
que se mantenían mucho más tiempo calientes que un tercero al que no se le había
puesto nada.

La convección es mucho más eficaz que la conducción como medio de transporte del
calor. Se pensaba que el agua era una buena conductora del calor porque no se
conocía la convección.

La explicación de la deriva continental está basada en las corrientes de convección


de los materiales bajo la superficie de la Tierra. Ascienden hasta la superficie donde
están las zonas de abducción y descienden por las zonas de subducción.
La convección se da incluso en las estrellas, como nuestro Sol. Cuando la diferencia
(gradiente) de temperaturas es demasiado grande se generan los movimientos
convectivos, similares a los movimientos del agua hirviendo dentro de una olla. Estos
movimientos giratorios dentro del Sol son los responsables del patrón granulado que
se observa en su superficie.

Tipos de convección

Convección natural

La convección natural sucede en el seno de un fluido que originalmente se encuentra


estático, pero que empieza a moverse como mera consecuencia de la aparición de
diferencias de temperatura. Este movimiento se debe a cambios en las propiedades
locales del fluido como función de la temperatura, cambios que modifican las fuerzas
a las que está sometido. Puede suceder, por ejemplo, que el fluido se vuelva menos
denso al aumentar la temperatura; cuando el calentamiento no es uniforme, la
densidad tampoco lo es y se rompe el equilibrio bajo la acción gravitatoria, con lo
que el fluido empieza a circular.

La convección natural está limitada por las diferencias de temperaturas: el


movimiento se hace más enérgico conforme crecen las diferencias térmicas. Esta
fuerte dependencia puede limitar notablemente la utilidad de la ley del enfriamiento
de Newton como modelo predictivo, puesto que la «constante» de proporcionalidad
que va multiplicada con la diferencia de temperatura para dar la potencia calorífica
transferida puede depender tan fuertemente de la propia diferencia de temperatura
en sí que la división en dos factores puede ser algo inútil. Podemos dejar el problema
en evidencia con una notación semi-formal. Asumamos que tenemos un cuerpo en
el seno de un fluido. Hay una ΔT entre una temperatura característica del cuerpo y
una temperatura característica del fluido. La potencia transferida del fluido al cuerpo
es:

P ≡ −h(ΔT) ⋅ ΔT

De acuerdo con el modelo de la ley de Newton. Hemos dejado escrita de forma


explícita la dependencia funcional que tiene la «constante» de
proporcionalidad h con la diferencia de temperaturas. En cuanta esta dependencia
es medianamente importante relativa al factor lineal, la forma de la ley de Newton
deja de tener interés práctico.

Un ejemplo de la convección natural es lo que sucede en el interior de un cazo donde


se cuece algo de comida. El agua caliente de la parte inferior del cazo, mientras que
el agua relativamente más fría de la superficie desciende. Este movimiento
circulante permite un calentamiento más eficaz que el que habría si no se produjera
y hubiera que contar solamente con la conducción.

La convección natural solamente puede darse cuando hay algún campo de fuerza
cuyo efecto se ve modificado de alguna manera como consecuencia de los cambios
de temperatura. El caso habitual es el del campo gravitatorio, que atrae con más
intensidad las partes del fluido más densas y con menos intensidad las menos
densas; como la densidad varía con la temperatura, tenemos ahí un mecanismo
desencadenante de la convección natural. La convección natural deja debida a la
gravedad deja de ser efectiva en las condiciones de micro gravedad de un cuerpo en
caída libre; tal es el caso que se da en los experimentos realizados en órbita, por
ejemplo.
Convección forzada

Si en vez de partir de un fluido estacionario que se agita por el mero efecto de las
diferencias de temperatura, forzamos el movimiento relativo con otros medios (con
un ventilador en marcha, por ejemplo), tenemos lo que se conoce como convección
forzada. Si la velocidad relativa de partida es lo bastante grande, la que sería
provocada por los cambios de temperatura se hace irrelevante. La «constante» de
convección del modelo del enfriamiento de Newton se hace muy insensible a la
temperatura. Además de esto, como la velocidad relativa puede ser muy grande, la
eficacia de la convección forzada puede ser mucho mayor que la de la convección
natural. Esto es algo que se tiene en cuenta, por ejemplo, al diseñar sistemas de
refrigeración para dispositivos electrónicos: cuando la refrigeración es por
convección natural refrigeración pasiva, la superficie necesaria para disipar el calor
puede ser muchísimo mayor que la necesaria con un sistema de refrigeración por
convección forzada refrigeración activa.

La refrigeración por convección forzada puede funcionar cuando la convección


natural ni siquiera es una opción, bien por cuestiones geométricas (quizá sería
necesario un disipador enorme), bien por cuestiones físicas (como sucede en las
cargas de pago de la Estación Espacial Internacional, donde la convección natural no
es una opción por el entorno de micro gravedad).

En buena parte de los casos el número de Nusselt para la convección forzada


puede ajustarse por una expresión de la forma:
Nu = cte RemPrn
Donde Re es el número de Reynolds y Pr es el número de Prandtl, dado por:
ν c𝐩. µ
𝑃𝑟 = =
α λ
Figura: La convección natural tiene lugar a consecuencia de las distintas densidades
del aire caliente y frío. El aire frío, más denso, desplaza al aire caliente cuando éste
último está en las capas más bajas Este mismo fenómeno de convección tiene lugar
en la superficie de un muro.
Más denso

Caliente,
Menos denso
Con α la difusividad térmica del fluido. L es una dimensión característica del sistema
y cte, n y m son parámetros función de la geometría y del rango de números de
Reynolds. Para los gases el número de Prandtl Pr apenas depende de la temperatura
y en el caso concreto del aire puede tomarse Pr = 0,7.

Dependiendo del tipo de flujo (laminar o turbulento) y de la geometría de las


superficies se utilizan distintas expresiones para el número de Nusselt. Así, para
superficies plana s en régimen laminar se utiliza una expresión de la forma
Nu = 0,664 Re1/2Pr1/3

Válida en el rango Pr < 0,6 y Re < 5 × 105. Para una superficie plana en régimen
turbulento se utiliza la expresión

Nu = 0,037 Re4/5Pr1/3

Válida en el rango0,6 < Pr < 60 y 5 × 105 < Re < 107. A menudo la lámina es lo
suficientemente grande para que se tenga una combinación de flujo laminar y
turbulento. En este caso,
Una expresión utilizada para convección forzada de una tubería cilíndrica es la
siguiente:
Nu = 0,02 Re8,8.
Convección externa forzada
Es aquel mecanismo de transferencia de calor entre una superficie y un fluido con
movimiento que fluye alrededor de la misma, el cual es forzado a circular a través de
esta por algún equipo donde se hace variar la presión del fluido de trabajo. La
velocidad del fluido en relación con un cuerpo sólido sumergido, suficientemente
lejos de éste (fuera de la capa límite) se llama velocidad del flujo libre. Suele tomarse
como igual a la velocidad corriente arriba, V, también llamada velocidad de
aproximación, la cual es la velocidad del fluido que se aproxima, lejos y adelante del
cuerpo.
La fuerza en la dirección del flujo que ejerce un
fluido cuando se desplaza sobre un cuerpo se llama
arrastre. Un fluido en reposo sólo ejerce fuerzas de
presión perpendiculares a la superficie de un
cuerpo sumergido en él. Un fluido en movimiento
también ejerce fuerzas cortantes tangenciales a la
superficie debido a la condición de no
deslizamiento causada por los efectos viscosos. La
fuerza de resistencia es la ejercida por un fluido
sobre un cuerpo en la dirección del flujo debida a
los efectos combinados de la fuerza cortante y las
fuerzas de presión.

La fuerza de resistencia al movimiento FD* depende de la densidad r del fluido, la


velocidad corriente arriba, V, y del tamaño, forma y orientación del cuerpo, entre
otras cosas. Las características de resistencia al movimiento de un cuerpo se
representan por el coeficiente de resistencia al movimiento, o de arrastre,
adimensional CD definido como:
𝑭𝑫
Coeficiente de resistencia: 𝑪𝑫 = 𝟏
𝑷𝑽𝟐 𝑨
𝟐

donde A es el área frontal (el área proyectada sobre un plano perpendicular a la


dirección del flujo) para los cuerpos no currentilíneos (cuerpos que tienden a
bloquear el flujo). Por ejemplo, el área frontal de un cilindro de diámetro D y longitud
L es A=LD. Para flujo paralelo sobre placas planas o superficies aerodinámicas
delgadas, A es el área superficial.
La parte de la fuerza de resistencia que se debe directamente a la fuerza cortante en
la pared 𝜏 𝑤 se llama resistencia al movimiento, o arrastre, por la fricción superficial,
ya que es causada por efectos de fricción, y aquella que se debe directamente a la
presión P se llama resistencia al movimiento, o arrastre, por la presión (también
llamada resistencia al movimiento por la forma, debido a su fuerte dependencia de
la forma del cuerpo).
𝐶 𝐷 = 𝐶 𝐷, 𝑓𝑟𝑖𝑐𝑐𝑖ó𝑛 + 𝐶 𝐷, 𝑝𝑟𝑒𝑠𝑖ó𝑛
*depende de la orientación del cuerpo así como de la magnitud del esfuerzo cortante
𝜏 𝑤.
*La resistencia al movimiento por la fricción es cero para una superficie
perpendicular al flujo y es máxima para una superficie paralela a éste. Ya que en este
caso es igual a la fuerza cortante total sobre la superficie.
Para el flujo paralelo sobre una placa plana, el coeficiente de resistencia es igual al
coeficiente de resistencia al movimiento por la fricción o, simplemente, al
coeficiente de fricción.
𝐶 𝐷 = 𝐶 𝐷, 𝑓r𝑖𝑐𝑐𝑖ó𝑛 + 𝐶𝑓
Los fenómenos que afectan la fuerza de resistencia al movimiento también afectan
la transferencia de calor y este efecto aparece en el número de Nusselt. 𝑁𝑢 𝑥 =
𝑓1(𝑥∗ , 𝑅𝑒 𝑥, 𝑃𝑟) y Nu = 𝑓2(𝑅𝑒 𝐿, 𝑃𝑟).
Relación de la ley de las potencias de la forma.
𝑁𝑢 = 𝐶𝑅𝑒 𝐿 𝑚 𝑃𝑟 𝑛
Donde: m y n son exponentes constantes y el valor de la constante C depende de la
configuración geométrica y del flujo.

Flujos paralelos entre placas planas

La transición de flujo laminar hacia turbulento depende de la configuración


geométrica de la superficie, de su aspereza, de la velocidad corriente arriba, de la
temperatura de superficie y del tipo de fluido, entre otras cosas, y se le caracteriza
de la mejor manera por el número de Reynolds.
𝑅𝑒 𝑥 = 𝜌𝑉𝑥 𝜇 = 𝑉𝑥 𝜈 El número de Reynolds varía para una placa plana a lo
largo del flujo, hasta llegar a ReL =VL /v al final de la misma.
Cilindros y esferas
El numero de Re, para superficies de este tipo esta denominado por: Re=VD/v,
donde V es la velocidad uniforme del fluido al aproximarse al cilindro o esfera. El
número de Reynolds crítico para el flujo que pasa a través de un cilindro circular o
una esfera es alrededor.
Recr =2x105
Mecanismo físico de la convección
La conducción y la convección son semejantes pues requieren la presencia de un
medio material, pero difieren en que la convección requiere la presencia del
movimiento de fluidos. La transferencia de calor a través de un sólido siempre es por
conducción, dado que las moléculas de un
sólido de este tipo permanecen en
posiciones relativamente fijas. Sin embargo,
la transferencia de calor a través de un
líquido o gas puede ser por conducción o
convección, dependiendo de la presencia de
algún movimiento masivo del fluido. La
transferencia de calor a través de un fluido
es por convección cuando se tiene un
movimiento masivo de este último y por
conducción cuando no existe dicho
movimiento. Por lo tanto, la conducción en
un fluido se puede concebir como el caso límite de la convección.

La transferencia de calor por convección es complicada por el hecho de que


comprende movimiento del fluido así como conducción del calor. El movimiento del
fluido mejora la transferencia de calor, ya que pone en contacto porciones más
calientes y más frías de ese fluido, iniciando índices más altos de conducción en un
gran número de sitios. Por lo tanto, la velocidad de la transferencia de calor a través
de un fluido es mucho más alta por convección que por conducción. De hecho, entre
más alta es la velocidad del fluido, mayor es la velocidad de la transferencia de calor.
Para aclarar este punto todavía más, considere la transferencia de calor en estado
estable a través de un fluido contenido entre dos placas paralelas que se mantienen
a temperaturas diferentes como en la siguiente figura:
Las temperaturas del fluido y de la placa son las mismas en los puntos de contacto
debido a la continuidad de la temperatura. Si se supone que no hay movimiento del
fluido, la energía de las moléculas más calientes de éste, cercanas a la placa caliente,
se transferirá a las moléculas adyacentes más frías del mismo. Entonces, esta energía
pasa a la siguiente capa de las moléculas más frías del fluido, y así sucesivamente
hasta que, al final, se transfiere a la otra placa. Esto es lo que sucede durante la
conducción a través de un fluido.
A pesar de la complejidad de la convección, se observa que la razón de la
transferencia de calor por este mecanismo es proporcional a la diferencia de
temperatura y se expresa de manera conveniente por la ley de Newton de
enfriamiento como:

Qconv = h(Ts – T ) (W/m2) ]

O bien,

Q ·conv = hAs(Ts – T00) (W)

Donde:
h = coeficiente de transferencia de calor por convección, W/m2 _ °C
As = área superficial de transferencia de calor, m2
Ts = temperatura de la superficie, °C
T00 = temperatura del fluido suficientemente lejos de la superficie, °C

A juzgar por sus unidades, el coeficiente de transferencia de calor por convección h


se puede definir como la razón de la transferencia de calor entre una superficie sólida
y un fluido por unidad de área superficial por unidad de diferencia en la temperatura.

A menudo, el flujo del fluido se confina por medio de superficies sólidas y es


importante entender la manera en que la presencia de esas superficies afecta ese
flujo. Considérese el flujo de un fluido en un tubo estacionario o sobre una superficie
sólida que no es porosa (es decir, que es impermeable al fluido). Todas las
observaciones experimentales indican que un fluido en movimiento llega a
detenerse por completo en la superficie y toma una velocidad cero con respecto a
esta última. Es decir, un fluido en contacto directo con un sólido “se adhiere” a la
superficie debido a los efectos viscosos y no se desliza. Esto se conoce como la
condición de no deslizamiento.
Número de Nusselt

En los estudios sobre convección, es práctica común quitar las dimensiones a las
ecuaciones que rigen y combinar las variables, las cuales se agrupan en números
adimensionales, con el fin de reducir el número de variables totales. También es
práctica común quitar las dimensiones del coeficiente de transferencia de calor h
con el número de Nusselt, que se define como:
𝒉𝑳𝒄
𝑵𝒖 =
𝑲
Donde k es la conductividad térmica del fluido y Lc es la longitud característica. Este
número recibió el nombre en honor de Wilhelm Nusselt, quien realizó
contribuciones significativas a la transferencia de calor por convección durante la
primera mitad del siglo XX, y se concibió como el coeficiente dimensional de
transferencia de calor por convección.

Número de Reynolds
La transición de flujo laminar a turbulento depende de la configuración geométrica
de la superficie, de la aspereza superficial, de la velocidad del flujo, de la temperatura
de la superficie y del tipo de fluido, entre otras cosas. El régimen de flujo depende
principalmente de la razón de las fuerzas de inercia a las fuerzas viscosas en el fluido.
𝑅𝑒 = 𝑓𝑢𝑒𝑟𝑧𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑖𝑛𝑒𝑟𝑐𝑖𝑎 𝑓𝑢𝑒𝑟𝑧𝑎𝑠 𝑣𝑖𝑠𝑐𝑜𝑠𝑎𝑠 = 𝜌𝑉𝐿 𝑐 𝜈 = 𝜌𝑉𝐿 𝑐 𝜇
Dónde: V es la velocidad corriente superior (equivalente a la velocidad de la corriente
libre para una placa plana)
Lc: es la longitud característica de la configuración geométrica v=μ/𝜌 es la viscosidad
cinemática del fluido.
Número de Prandtl
El espesor relativo de la capas límites de velocidad y térmicas de forma adimensional
y está definido como:
𝑃𝑟 = 𝐷𝑖𝑓𝑢𝑠𝑖𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑚𝑜𝑙𝑒𝑐𝑢𝑙𝑎𝑟 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑐𝑎𝑛𝑡𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑑𝑒 𝑚𝑖𝑣𝑖𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜 𝑑𝑖𝑓𝑢𝑠𝑖𝑣𝑖𝑑𝑎𝑑
𝑚𝑜𝑙𝑒𝑐𝑢𝑙𝑎𝑟 𝑑𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑙𝑜𝑟 𝑃𝑟 = 𝜈 ∝ = 𝜇𝐶 𝑝 𝑘
Donde:
*µ = Viscosidad dinámica
*Cp= Calor especifico del fluido
*K = Conductividad térmica del fluido

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