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penal peruano
POR
MERCEDES HERRERA GUERRERO
-
SEPTIEMBRE 18, 2017
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La prueba trasladada es una figura que surgió en el ámbito del proceso civil y
que, ciertamente, presenta varias particularidades en el proceso penal. Pudiendo
definirse como aquella que se admite y practica en un proceso, pero que se
incorpora a otro en copia certificada, pudiendo tener eficacia si hay identidad
total o parcial de las partes; es decir, si las partes son las mismas o por lo menos
coincide una de ellas, esto en virtud del principio de unidad jurisdiccional dentro
del cual se señala el cumplimiento de ciertos requisitos.
Por regla general, en el proceso penal, es necesario que las partes aporten una
pluralidad de medios probatorios, siendo éstos parte del método por el cual el
juez llega al real conocimiento de los hechos materia de investigación. Así
entendida la prueba, comprende dos hechos distintos: uno principal, cuya
existencia se trata de probar; y un hecho probatorio, el cual sirve para demostrar
la existencia o inexistencia del hecho principal.
De modo que, aun cuando se trate de un delito cometido por un integrante de una
organización criminal, el traslado de la declaración de un testigo de cargo, que no
comparece en el segundo proceso podría en muchos casos considerarse una
prueba prohibida o ilícita, ya que conforme al concepto –que consideramos más
preciso– de esta, un medio o fuente de prueba es ilícito o prohibido cuando
vulnera el contenido esencial de los derechos fundamentales o cuando lesiona
garantías procesales básicas o derechos que determinan el carácter justo o debido
del proceso penal, tales como: el derecho de defensa, el derecho de asistencia
letrada, el derecho a utilizar los medios de prueba pertinentes, el derecho a la no
autoincriminación. Ahora bien, no vamos a dar una respuesta general frente a un
tema tan complejo. Podrían excepcionalmente admitirse tales declaraciones, por
ejemplo, cuando el/la testigo ha fallecido. En tal caso, se debe actuar con sumo
cuidado, ya que en el segundo proceso no ha sido posible ejercer plenamente el
derecho de contradicción, y en esa medida solo podría tener un valor
coadyuvante de los otros medios de prueba de cargo.
La prueba trasladada está sujeta a la valoración por parte del juez que la recibe,
mas no está vinculada a la valoración que hizo el juez anterior; en el ámbito
nacional, se debe siempre en cuenta respetar las garantías procesales reconocidas
en la Constitución, especialmente el derecho de contradicción; en el ámbito
internacional, para el traslado de prueba deberán aplicarse los convenios
internacionales suscritos entre el Perú y el país donde se haya admitido o actuado
la prueba que se pretende trasladar.
La norma es clara en exigir, como requisito mínimo, que la prueba haya sido
admitida o incorporada a otro proceso judicial, por tanto, de lege lata, solo
después del auto de enjuiciamiento podría trasladarse prueba de un proceso penal
a otro.