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En taxonomía, especie (del latín species), o mejor dicho especie biológica, es la unidad

básica de la clasificación biológica. Una especie es el conjunto de organismos o


poblaciones naturales capaces de entrecruzarse y de producir descendencia fértil, pero
no pueden hacerlo (o al menos no lo hacen habitualmente) con los miembros de
poblaciones pertenecientes a otras especies. En muchos casos, los individuos que se
separan de la población original y quedan aislados del resto pueden alcanzar una
diferenciación suficiente como para convertirse en una nueva especie; por lo tanto, el
aislamiento reproductivo respecto de otras poblaciones es crucial. En definitiva, una
especie es un grupo de organismos reproductivamente homogéneo, aunque muy
cambiante a lo largo del tiempo y del espacio.

Mientras que en muchos casos esta definición es adecuada, es a menudo difícil


demostrar si dos poblaciones pueden cruzarse y dar descendientes fértiles (por ejemplo,
muchos organismos no pueden mantenerse en el laboratorio el suficiente tiempo).
Además, es imposible aplicarla a organismos que no se reproducen sexualmente, como
las bacterias, o a los organismos extintos, conocidos solo por sus fósiles. Por ello, en la
actualidad suelen aplicarse técnicas moleculares, como las basadas en la semejanza del
ADN.

Los nombres comunes de plantas y animales se corresponden a veces con la especie


biológica: por ejemplo, «león», «morsa» y «árbol del alcanfor», pero con mucha
frecuencia ello no es así; por ejemplo, la palabra «pato» se refiere a una veintena de
especies de diversos géneros, incluyendo el pato doméstico. Por ello, para la
denominación de las especies se utiliza la nomenclatura binomial, por la cual cada
especie queda inequívocamente definida con dos palabras, por ejemplo, Homo sapiens,
la especie humana. El primer término, de los dos que forman el nombre de la especie,
corresponde al género, el rango taxonómico superior en el que se pueden agrupar las
especies.

Índice
 1 Determinación de los límites
o 1.1 Niveles de clasificación
 2 Historia del concepto de especie
 3 Conceptos de especie
 4 Otras definiciones de especie
 5 Nomenclatura
o 5.1 Abreviaturas
 6 Número estimado de especies conocidas
 7 Véase también
 8 Referencias
 9 Bibliografía
 10 Enlaces externos

Determinación de los límites


La determinación de los límites de una especie es puramente subjetiva y, por tanto,
expuesta a la interpretación personal. Algunos conceptos usuales son antiquísimos, muy
anteriores al establecimiento científico de esta categoría taxonómica. Por el contrario,
existen otros de límites muy vagos, en los cuales los sistemáticos están en completo
desacuerdo. Si las especies fueran inmutables, se podría definir fácilmente cada una de
ellas diciendo que es el conjunto de individuos (que fueron, que son y que serán, de no
extinguirse) de caracteres cualitativamente idénticos. Una entidad así determinada no es
realmente una especie, sino lo que usualmente se llama una línea pura o un clon.

La delimitación de especies afecta directamente a aspectos tan importantes y actuales


como la Biología de la Conservación o en campos aplicados como la modelización de
distribuciones, de las que se puede obtener información muy valiosa.

El número de especies presentes en algún territorio es una forma de estimar la riqueza y


complejidad y cuál es su aportación al patrimonio natural de sus habitantes.1

Niveles de clasificación

Subdividiendo, puede haber las siguientes categorías:

 Species (especie)
o Subspecies (subespecie)
 Varietas (variedad, raza o etnia)
 Subvarietas (subvariedad o subraza)
 Forma
 Subforma

Historia del concepto de especie

John Ray

El término especie alude a tres conceptos distintos aunque relacionados. El rango


especie, que es el nivel más básico de la taxonomía de Linneo; los taxones especie, que
son un grupo de organismos descritos y asignados a la categoría especie, y las especies
biológicas que son entes capaces de evolucionar. Respecto a esto, debemos decir que la
idea de «evolución» ya se encontraba en la antigüedad clásica. Así, Anaximandro
afirma que las primeras criaturas habrían surgido del agua para pasar a tierra, mientras
que Empédocles asegura que eran partes separadas que, en un momento dado, llegaron a
juntarse, lo que nos recuerda la teoría de la simbiogénesis.23. Cicerón escogió el término
latino species, 'aspecto característico, forma', para traducir el término griego ἰδέα, idéa,
'aspecto, apariencia, forma', relacionado con εῖδος, eîdos, ‘vista, visión, aspecto’,
término platónico cargado de connotaciones dialécticas y lógicas.

No obstante, para el biólogo Ernst Mayr, fue Platón «el gran antihéroe del
evolucionismo» por causa de su creencia en el mundo de las Ideas.4 Aristóteles, en
cambio, se mantuvo en una posición ambigua: aportó lo que él consideraba «pruebas»
de una generación espontánea pero habló de una «causa final» de toda especie,5 su
entelequia, y rechazó explícitamente la idea de Empédocles que decía que las criaturas
vivientes se habrían originado por casualidad.6 Zenón de Citio, según Cicerón, siguió en
esta línea.

De los datos que nos aporta Lucrecio, extraemos que Epicuro se habría anticipado a la
ley de la selección natural.7 El degradacionista Agustín de Hipona dice, en cambio, que
el Génesis debe interpretarse y que no hemos de suponer que Dios creara las especies
que vemos ahora con sus imperfecciones. Este hecho y el proceso contra Galileo fue
clave, siglos más tarde, en la rápida aceptación por la Iglesia católica de la teoría de la
evolución. Durante la Edad Media, en una época de indeterminación fomentada por la
inestabilidad política, se confundieron frecuentemente los términos «especie» y
«género». Esto podría justificarse en base al texto de la Vulgata:

Creavitque Deus cete grandia, et omnem animam viventem atque motabilem, quam
produxerant aquae in species suas, et omne volatile secundum genus suum [...].
Producat terra animam viventem in genere suo, jumenta, et reptilia, et bestias terrae
secundum species suas [...]. Et fecit Deus bestias terrae juxta species suas, et jumenta, et
omne reptile terrae in genere suo.

Génesis 1:21, 24, 25

Se dejó abierta la posibilidad de que hubiera especies y géneros no creados por Dios o
no descubiertos por el hombre europeo. El nominalismo tuvo sus raíces en el siglo XIV
con Guillermo de Ockham. Esta doctrina señalaba que no existía ninguna entidad entre
el término y los individuos a los que este se refería, es decir, solo existían los individuos.
Según esta doctrina, las especies son fruto de nuestra razón y el concepto de especie se
utiliza solo con el fin de agruparlos por su parecido y darles un nombre. En pocas
palabras, el nominalismo no reconoce a las especies como entidades reales.

Linneo y John Ray, por su parte, afianzaron la idea del carácter discreto y de la posesión
de atributos objetivos de las especies que permitían su delimitación, es decir, la realidad
de las especies. A partir de la publicación de El origen de las especies por Charles
Darwin en 1859, se comenzó a considerar a la especie como un agregado de
poblaciones morfológicamente variables y con capacidad de evolucionar. El concepto
aristotélico-linneano fue gradualmente reemplazado por una concepción evolutiva
basada en la selección natural y en el aislamiento reproductivo.

John Ray definió a la especie como un grupo de individuos semejantes, con antepasados
comunes. Igualmente, expresó que «una especie nunca nace de la semilla de otra
especie», es decir, los conejos no nacen de monos, ni las arvejas dan rosas.
A mediados del siglo XX se plantearon dos posturas respecto a las especies: el realismo
evolutivo y el nominalismo. Los últimos sostuvieron que en la naturaleza solo existen
los organismos individuales y según los taxónomos evolutivos las especies son
entidades reales de la naturaleza y constituyen unidades de evolución. A partir de la
década de 1980 se afianzó la postura realista con respecto a las especies biológicas,
conjuntamente con el enfoque filogenético de la clasificación.8

De acuerdo a Häuser (1987) los atributos generales del concepto especie deben ser:
universalidad, aplicabilidad práctica y criterio decisivo.9 La mayoría de los biólogos que
se ocupan de la sistemática de plantas y animales usan el CBE en conjunto con la
descripción de la morfoespecie (King 1993).

Conceptos de especie
 Especie biológica (de Dobzhansky, 193510 y Mayr, 194211). Según este
concepto, especie es un grupo (o población) natural de individuos que pueden
cruzarse entre sí, pero que están aislados reproductivamente de otros grupos
afines. Este es el concepto más ampliamente aceptado y de mayor consenso, al
menos entre los zoólogos. El asumir una especie como biológica implica
evolutivamente asumir que es una población reproductivamente aislada, por lo
que constituye un linaje evolutivo separado, y que es reforzado por una serie de
barreras que pueden ser de carácter geográfico o biológico. La especie biológica
es libre de seguir su propio curso en respuesta a los procesos genéticos e
influencias ambientales que causan los cambios evolutivos. La connotación del
concepto lo hace inaplicable a organismos fósiles, aunque lo mejor que se puede
hacer en este caso es determinar si los vacíos morfológicos entre especímenes
son tan grandes o más grandes que aquellos existentes entre especies vivientes
que están reproductivamente aisladas. Este concepto tiene limitaciones respecto
a organismos que se reproducen asexualmente (por apomixia: tipo de
partenogénesis), algunas especies de rotíferos (organismos microscópicos),
moluscos, artrópodos, vertebrados (algunos peces y lagartijas de los géneros
Cnemidophorus y Aspidoscelis, Reeder 2002) y algunas plantas vasculares.
Existen también muchos casos de hibridación en los que se produce
descendencia fértil y que permanecen como unidades genéticas y evolutivas
independientes. Este caso se da fundamentalmente en plantas vasculares en las
que la hibridación es común. Para darnos una idea que pasaría si el concepto de
especie biológica fuese aplicado a estos casos, debemos indicar que cada
individuo debería ser considerado como especie biológica separada.

 Especie evolutiva (de Wiley, 1978).12 Es un linaje (una secuencia


ancestrodescendiente) de poblaciones u organismos que mantienen su identidad
de otros linajes y que poseen sus propias tendencias históricas y evolutivas. Este
concepto difiere del anterior en que el aislamiento genético actual más que el
potencial, es el criterio para el reconocimiento de la misma. Y considera que
ante la existencia de barreras geográficas o biológicas, el flujo genético entre las
mismas será tan bajo que una divergencia genética (cladogénesis) se producirá.
El concepto de especie evolutiva toma en cuenta que la evolución cladogenética
puede ser reticulada. Esto significa que aquellas poblaciones que inicialmente se
separaron y que comenzaron a divergir genéticamente, vuelven a juntarse
truncando de esta manera el aislamiento y produciendo especies híbridas de las
que emerge una nueva población que puede ser reconocida como unidad
independiente. A la concepción evolutiva se le han opuesto también diversas
objeciones:13

1. solo puede aplicarse a especies monotípicas, de modo que todo aislamiento


geográfico debería ser tratado como una especie distinta;
2. no hay criterios empíricos que permitan observar tendencias evolutivas en el
registro fósil;
3. la definición evolutiva no resulta práctica en la demarcación de las
cronoespecies.

 Especie morfológica.14 Según este concepto, cada especie es distinguible de sus


afines por su morfología. El concepto morfológico de especie ha recibido
numerosas críticas.15 En primer lugar, la definición morfológica no tiene en
cuenta propiedades etológicas y ecológicas. En segundo lugar, los caracteres
morfológicos no siempre permiten reconocer a una especie: por un lado, existen
numerosas especies, especialmente entre los protozoos, que, sin embargo, son
morfológicamente muy similares. Son las llamadas especies crípticas o
«especies hermanas» (Mayr, 1948); por otro, existen numerosos tipos
morfológicos dentro de una misma especie, debido a variación genética
individual (especies polimórficas) o al hecho de que pertenecen a distintas
categorías biológicas, como la edad o el sexo.

 Especie filogenética (de Cracraft, 1989).16 Este concepto reconoce como


especie a cualquier grupo de organismos en el cual todos los organismos
comparten un único carácter derivado o apomórfico (no presente en sus
ancestros o afines). Si este concepto fuera utilizado rigurosamente, poblaciones
locales aunque ubicadas cercanamente entre sí serían consideradas especies
diferentes debido a que cada población puede tener variantes genético-
moleculares únicas.

 Especie ecológica (de Van Valen, 1976).17 Según este concepto, especie es un
linaje (o un conjunto de linajes cercanamente relacionados) que ocupa una zona
adaptativa mínimamente diferente en su distribución de aquellas pertenecientes a
otros linajes, y que además se desarrolla independientemente de todos los linajes
establecidos fuera de su área biogeográfica de distribución. En este concepto, la
concepción de nicho y exclusión competitiva son importantes para explicar
cómo las poblaciones pueden ser dirigidas a determinados ambientes y traer
como resultado divergencias genéticas y geográficas fundamentadas en factores
eminentemente ecológicos. Al respecto, ha sido ampliamente demostrado que
las diferencias entre especies tanto en forma como en comportamiento están a
menudo relacionados con diferencias en los recursos ecológicos que la especie
explota. El conjunto de recursos y hábitats explotados por los miembros de una
especie constituye el nicho ecológico de esa especie y no de otra, por lo que
visto de otro modo especie ecológica es un conjunto de individuos que explotan
un solo nicho. Los grados de diferencia, en este sentido, estarán en función del
grado de diferencia del nicho o la discontinuidad en el ambiente. Por ejemplo,
parásitos emparentados entre sí y cuyo nicho se halla dentro del hospedero
(endoparásitos) alcanzarán diferencias entre sí, en función a cuán diferentes son
los hospederos en su morfología, hábitos, recursos, etc.
 Especie nominalista. Se refiere a una concepción mental aplicada a un grupo de
seres vivos; las especies son abstracciones mentales sin realidad objetiva (Mayr,
1969, 1982). Este concepto asume que nuestros hábitos lingüísticos y
mecanismos neurológicos predispongan a nuestra mente para "ver" especies
(Crisci, 1981). Fue bastante popular en el siglo XVIII en Francia, por ejemplo,
en los escritos de Buffon y Lamarck. Sin embargo, los sistemáticos (y los seres
humanos en general) simplemente saben que las especies no son construcciones
humanas (Mayr & Ashlock, 1991).18

Otras definiciones de especie


Existen multitud de definiciones de especie:

Linneo: «Contamos tantas especies cuantas formas distintas fueron creadas en el


principio» (Linneo, Phylosophya botánica, traducida por Palau, p. 83).
Cuvier: «Especie es el conjunto de los individuos descendientes uno de otro o
de padres comunes y de los que se les parecen tanto como aquellos entre sí».
de Candolle: «Especie es la colección de todos los individuos que se parecen
más entre sí que a otros; que por fecundación recíproca pueden dar individuos
fértiles, y que se reproducen por generación, de tal manera que, por analogía, se
les puede suponer a todos procedentes originariamente de un solo individuo».
Le Dantec: «Especie es el conjunto de todos los individuos cualitativamente
idénticos que no presentan entre sí, en sus elementos vivos, más que diferencias
cuantitativas».
Laumonier: «Todos los individuos fecundos entre sí y cuyos descendientes son
también indefinidamente fecundos».

Nomenclatura
Los nombres de las especies son binominales, es decir, formados por dos palabras, que
deben escribirse en un tipo de letra distinto al del texto general (usualmente en cursiva;
de las dos palabras citadas, la primera corresponde al nombre del género al que
pertenece y se escribe siempre con la inicial en mayúscula; la segunda palabra es el
epíteto específico o nombre específico y debe escribirse enteramente en minúscula y
debe concordar gramaticalmente con el nombre genérico). Así, en Mantis religiosa,
Mantis es el nombre genérico, religiosa el nombre específico y el binomio Mantis
religiosa designa esta especie de insecto.

En el nombre científico asignado a las especies, el nombre específico nunca debe ir


aislado del genérico ya que carece de identidad propia y puede coincidir en especies
diferentes. Si se ha citado previamente el nombre completo y no cabe ninguna duda de a
qué género se refiere, el nombre del género puede abreviarse a su inicial (M. religiosa).

Abreviaturas

En los libros y artículos académicos, a veces intencionalmente, no se identifican las


especies plenamente y se recurre a utilizar la abreviatura «sp.» en singular o «spp.» en
plural, en lugar del epíteto específico, por ejemplo: Canis sp. La abreviatura plural
«spp.» se utiliza generalmente para referirse a todas las especies individuales dentro de
un género. Para una especie concreta cuyo epíteto específico es desconocido o carece de
importancia se utiliza «sp.».

Esto ocurre comúnmente en los siguientes tipos de situaciones:

 Los autores han determinado que el individuo o individuos que están


describiendo o citando pertenecen a un género en particular, pero no están
seguros a qué especie exacta pertenecen. Esto es particularmente común en
paleontología, cuando los restos fósiles disponibles no presentan los caracteres
diagnósticos necesarios para determinar la especie o son insuficientes como para
definir una nueva.
 Los autores utilizan «spp.» como una forma acotada de decir que algo se aplica a
muchas especies dentro de un género, pero no quiere decir que se aplica a todas
las especies dentro de ese género. Si los científicos se refieren a algo que se
aplica a todas las especies dentro de un género, utilizan el nombre del género sin
el epíteto específico.

En los libros y artículos, los nombres de géneros y especies generalmente se imprimen


en letra cursiva. Las abreviaciones como «sp.», «spp.», «subsp.», etc., no deben estar en
cursivas.

Número estimado de especies conocidas


Artículo principal: Número de especies
Véase también: Filo

El número real de especies es muy impreciso y varía notablemente según las fuentes.
Algunas estimaciones abarcaban un total de entre 1,5 y 2 millones de especies, aunque
un estudio de 2011 aumenta esa cifra hasta una horquilla entre los 7,5 y los 10
millones.19 Las especies colocadas en la siguiente lista son especies conocidas y
existentes actualmente. No se han incluido fósiles (pues se podría añadir gran número,
principalmente de artrópodos, invertebrados menores, peces y reptiles).

 Dominio Eukarya 1.980.000


o Reino animal 1.575.000. Por filos:
 Porifera 5.500
 Placozoa 1
 Monoblastozoa 1
 Rhombozoa 70
 Orthonectida 20
 Cnidaria 10.000
 Ctenophora 100
 Platyhelminthes 20.000
 Nemertea 900
 Rotifera 1.800
 Gastrotricha 450
 Kinorhyncha 150
 Nematoda 25.000
 Nematomorpha 320
 Acanthocephala 1.100
 Entoprocta 150
 Gnathostomulida 80
 Priapulida 16
 Loricifera 10
 Cycliophora 1
 Sipuncula 320
 Echiura 135
 Annelida 16.500
 Onychophora 110
 Tardigrada 800
 Mollusca 93.195
 Arthropoda 1.156.000. De los cuales:
 Insectos 1.037.000. Órdenes mayoritarios:
 Coleópteros 360.000
 Himenopteros 200.000
 Quelicerados 76.000
 Crustáceos 40.000
 Miriápodos 2.500
 Phoronida 20
 Ectoprocta 4.500
 Brachiopoda 335
 Echinodermata 7.000
 Chaetognatha 100
 Hemichordata 85
 Chordata 49.693. De los cuales:
 Peces 22.000
 Anfibios 4.000
 Reptiles 6.500
 Aves 9.672
 Mamíferos 4.327
o Reino de las plantas 270.000
 Angiospermas 240.000
 Gimnospermas 2.500
 Pteridófitos 12.500
 Briófitos 15.000
o Reino hongos 54.000
o Reino protistas 81.000
 Algas 33.000
 Protozoos 35.000
 Protohongos 13.000
 Procariontes 4.450
o Dominio bacterias 4.000
o Dominio arqueas 450

Cada año se describen alrededor de 10 000 nuevas especies, de las cuales, solo una
decena son vertebrados, y, estadísticamente, solo 0,4 anuales son mamíferos.

Tamaño relativo de los grandes grupos de animales.


(Fuente de datos animales: Brusca, R. C. & Brusca, G. J. 1990. Invertebrates. Sinauer
Associates, Sunderland.)

Reeder T. et al. 2002. Amer. Mus. Novit.

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