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Índice
1 Determinación de los límites
o 1.1 Niveles de clasificación
2 Historia del concepto de especie
3 Conceptos de especie
4 Otras definiciones de especie
5 Nomenclatura
o 5.1 Abreviaturas
6 Número estimado de especies conocidas
7 Véase también
8 Referencias
9 Bibliografía
10 Enlaces externos
Niveles de clasificación
Species (especie)
o Subspecies (subespecie)
Varietas (variedad, raza o etnia)
Subvarietas (subvariedad o subraza)
Forma
Subforma
John Ray
No obstante, para el biólogo Ernst Mayr, fue Platón «el gran antihéroe del
evolucionismo» por causa de su creencia en el mundo de las Ideas.4 Aristóteles, en
cambio, se mantuvo en una posición ambigua: aportó lo que él consideraba «pruebas»
de una generación espontánea pero habló de una «causa final» de toda especie,5 su
entelequia, y rechazó explícitamente la idea de Empédocles que decía que las criaturas
vivientes se habrían originado por casualidad.6 Zenón de Citio, según Cicerón, siguió en
esta línea.
De los datos que nos aporta Lucrecio, extraemos que Epicuro se habría anticipado a la
ley de la selección natural.7 El degradacionista Agustín de Hipona dice, en cambio, que
el Génesis debe interpretarse y que no hemos de suponer que Dios creara las especies
que vemos ahora con sus imperfecciones. Este hecho y el proceso contra Galileo fue
clave, siglos más tarde, en la rápida aceptación por la Iglesia católica de la teoría de la
evolución. Durante la Edad Media, en una época de indeterminación fomentada por la
inestabilidad política, se confundieron frecuentemente los términos «especie» y
«género». Esto podría justificarse en base al texto de la Vulgata:
Creavitque Deus cete grandia, et omnem animam viventem atque motabilem, quam
produxerant aquae in species suas, et omne volatile secundum genus suum [...].
Producat terra animam viventem in genere suo, jumenta, et reptilia, et bestias terrae
secundum species suas [...]. Et fecit Deus bestias terrae juxta species suas, et jumenta, et
omne reptile terrae in genere suo.
Se dejó abierta la posibilidad de que hubiera especies y géneros no creados por Dios o
no descubiertos por el hombre europeo. El nominalismo tuvo sus raíces en el siglo XIV
con Guillermo de Ockham. Esta doctrina señalaba que no existía ninguna entidad entre
el término y los individuos a los que este se refería, es decir, solo existían los individuos.
Según esta doctrina, las especies son fruto de nuestra razón y el concepto de especie se
utiliza solo con el fin de agruparlos por su parecido y darles un nombre. En pocas
palabras, el nominalismo no reconoce a las especies como entidades reales.
Linneo y John Ray, por su parte, afianzaron la idea del carácter discreto y de la posesión
de atributos objetivos de las especies que permitían su delimitación, es decir, la realidad
de las especies. A partir de la publicación de El origen de las especies por Charles
Darwin en 1859, se comenzó a considerar a la especie como un agregado de
poblaciones morfológicamente variables y con capacidad de evolucionar. El concepto
aristotélico-linneano fue gradualmente reemplazado por una concepción evolutiva
basada en la selección natural y en el aislamiento reproductivo.
John Ray definió a la especie como un grupo de individuos semejantes, con antepasados
comunes. Igualmente, expresó que «una especie nunca nace de la semilla de otra
especie», es decir, los conejos no nacen de monos, ni las arvejas dan rosas.
A mediados del siglo XX se plantearon dos posturas respecto a las especies: el realismo
evolutivo y el nominalismo. Los últimos sostuvieron que en la naturaleza solo existen
los organismos individuales y según los taxónomos evolutivos las especies son
entidades reales de la naturaleza y constituyen unidades de evolución. A partir de la
década de 1980 se afianzó la postura realista con respecto a las especies biológicas,
conjuntamente con el enfoque filogenético de la clasificación.8
De acuerdo a Häuser (1987) los atributos generales del concepto especie deben ser:
universalidad, aplicabilidad práctica y criterio decisivo.9 La mayoría de los biólogos que
se ocupan de la sistemática de plantas y animales usan el CBE en conjunto con la
descripción de la morfoespecie (King 1993).
Conceptos de especie
Especie biológica (de Dobzhansky, 193510 y Mayr, 194211). Según este
concepto, especie es un grupo (o población) natural de individuos que pueden
cruzarse entre sí, pero que están aislados reproductivamente de otros grupos
afines. Este es el concepto más ampliamente aceptado y de mayor consenso, al
menos entre los zoólogos. El asumir una especie como biológica implica
evolutivamente asumir que es una población reproductivamente aislada, por lo
que constituye un linaje evolutivo separado, y que es reforzado por una serie de
barreras que pueden ser de carácter geográfico o biológico. La especie biológica
es libre de seguir su propio curso en respuesta a los procesos genéticos e
influencias ambientales que causan los cambios evolutivos. La connotación del
concepto lo hace inaplicable a organismos fósiles, aunque lo mejor que se puede
hacer en este caso es determinar si los vacíos morfológicos entre especímenes
son tan grandes o más grandes que aquellos existentes entre especies vivientes
que están reproductivamente aisladas. Este concepto tiene limitaciones respecto
a organismos que se reproducen asexualmente (por apomixia: tipo de
partenogénesis), algunas especies de rotíferos (organismos microscópicos),
moluscos, artrópodos, vertebrados (algunos peces y lagartijas de los géneros
Cnemidophorus y Aspidoscelis, Reeder 2002) y algunas plantas vasculares.
Existen también muchos casos de hibridación en los que se produce
descendencia fértil y que permanecen como unidades genéticas y evolutivas
independientes. Este caso se da fundamentalmente en plantas vasculares en las
que la hibridación es común. Para darnos una idea que pasaría si el concepto de
especie biológica fuese aplicado a estos casos, debemos indicar que cada
individuo debería ser considerado como especie biológica separada.
Especie ecológica (de Van Valen, 1976).17 Según este concepto, especie es un
linaje (o un conjunto de linajes cercanamente relacionados) que ocupa una zona
adaptativa mínimamente diferente en su distribución de aquellas pertenecientes a
otros linajes, y que además se desarrolla independientemente de todos los linajes
establecidos fuera de su área biogeográfica de distribución. En este concepto, la
concepción de nicho y exclusión competitiva son importantes para explicar
cómo las poblaciones pueden ser dirigidas a determinados ambientes y traer
como resultado divergencias genéticas y geográficas fundamentadas en factores
eminentemente ecológicos. Al respecto, ha sido ampliamente demostrado que
las diferencias entre especies tanto en forma como en comportamiento están a
menudo relacionados con diferencias en los recursos ecológicos que la especie
explota. El conjunto de recursos y hábitats explotados por los miembros de una
especie constituye el nicho ecológico de esa especie y no de otra, por lo que
visto de otro modo especie ecológica es un conjunto de individuos que explotan
un solo nicho. Los grados de diferencia, en este sentido, estarán en función del
grado de diferencia del nicho o la discontinuidad en el ambiente. Por ejemplo,
parásitos emparentados entre sí y cuyo nicho se halla dentro del hospedero
(endoparásitos) alcanzarán diferencias entre sí, en función a cuán diferentes son
los hospederos en su morfología, hábitos, recursos, etc.
Especie nominalista. Se refiere a una concepción mental aplicada a un grupo de
seres vivos; las especies son abstracciones mentales sin realidad objetiva (Mayr,
1969, 1982). Este concepto asume que nuestros hábitos lingüísticos y
mecanismos neurológicos predispongan a nuestra mente para "ver" especies
(Crisci, 1981). Fue bastante popular en el siglo XVIII en Francia, por ejemplo,
en los escritos de Buffon y Lamarck. Sin embargo, los sistemáticos (y los seres
humanos en general) simplemente saben que las especies no son construcciones
humanas (Mayr & Ashlock, 1991).18
Nomenclatura
Los nombres de las especies son binominales, es decir, formados por dos palabras, que
deben escribirse en un tipo de letra distinto al del texto general (usualmente en cursiva;
de las dos palabras citadas, la primera corresponde al nombre del género al que
pertenece y se escribe siempre con la inicial en mayúscula; la segunda palabra es el
epíteto específico o nombre específico y debe escribirse enteramente en minúscula y
debe concordar gramaticalmente con el nombre genérico). Así, en Mantis religiosa,
Mantis es el nombre genérico, religiosa el nombre específico y el binomio Mantis
religiosa designa esta especie de insecto.
Abreviaturas
El número real de especies es muy impreciso y varía notablemente según las fuentes.
Algunas estimaciones abarcaban un total de entre 1,5 y 2 millones de especies, aunque
un estudio de 2011 aumenta esa cifra hasta una horquilla entre los 7,5 y los 10
millones.19 Las especies colocadas en la siguiente lista son especies conocidas y
existentes actualmente. No se han incluido fósiles (pues se podría añadir gran número,
principalmente de artrópodos, invertebrados menores, peces y reptiles).
Cada año se describen alrededor de 10 000 nuevas especies, de las cuales, solo una
decena son vertebrados, y, estadísticamente, solo 0,4 anuales son mamíferos.