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Laila Qazdar

Asistente Consular y Archivista


(Del 01/12/2004 hasta 03/11/2015)
Embajada de la República Bolivariana de Venezuela
ante el Reino de Marruecos

Rabat, 06 de enero del 2016

Su Excelencia Señora
Delcy Eloina Rodríguez Gómez
Ministra del Poder Popular para Relaciones Exteriores

Su Despacho

Objeto: Explotación, acoso psicológico, sexual y despido injustificado

De mi mayor consideración,

Mi nombre es Qazdar Laila tengo 43 años y soy de nacionalidad marroquí.


Soy licenciada en Biología y técnica de Gestión Informática. Provengo de una
familia modesta en la que el trabajo es uno de los valores esenciales en la vida y
he tenido el honor de trabajar para la Embajada de la República Bolivariana de
Venezuela en el Reino de Marruecos desde diciembre de 2004. A lo largo de
estos 12 años, he tenido la oportunidad de coincidir con diplomáticos con un alto
reconocimiento del valor humano que me han enseñado mucho y me han
transmitido su pasión por este maravilloso país. Siempre supieron crear una
atmósfera de trabajo cordial, erigida entorno al respeto mutuo y la eficacia, hasta
la partida del Encargado de Negocios a.i., el señor Ahmad Abusaid en junio de
2014.

En 2011, recibí a la señora Uma Ananda Dagnino González como a todos


sus predecesores, quienes siempre habían quedado satisfechos con mi trabajo y
con mis competencias profesionales. Gracias a mi buena fe, mi implicación en el
trabajo, mi discreción y mi abnegación, la señora Dagnino pronto quedó muy
contenta con mis esfuerzos. Desde su llegada, además de su trabajo como
diplomática, empezó a ejercer una actividad extra profesional muy bien
remunerada como profesora de danza y de yoga para particulares y en centros
públicos y privados en Marruecos. Para desarrollar esta actividad, hizo uso de su
título de diplomática con el fin de arrogarse competencias de otros, darse a
conocer, pero sobre todo, para beneficiarse de un complemento salarial nada
desdeñable de manera totalmente ilegal.

Laila Qazdar
1828, cité Massira I – Temara - Marruecos
Tel: 002126 650 432 60
Correo electrónico: leilaq8@gmail.com
La señora Dagnino no habla francés (la segunda lengua oficial de
Marruecos), razón por la cual necesitaba de mis servicios. Durante dos años,
estuvo aprovechándose de mí con la única finalidad de difundir su actividad como
bailarina y yogi, haciéndome creer que mis esfuerzos serían recompensados.
Asimismo, me hizo traducir centenares de documentos, me obligó a acompañarla
en calidad de traductora a los diferentes lugares donde realizaba dichas
actividades, que no tenían relación alguna con las de la Embajada, así como
tampoco la tenía la mía. De manera consciente, abusó de su posición jerárquica
mintiéndome y aprovechándose de mi tesón y mi discreción. Mi jornada laboral
se había llenado de tal manera y mis tareas y la amplitud de mi horario de trabajo
habían aumentado tanto, que le reclamé el pago que me había prometido por la
realización de ese trabajo extra, a lo que ella replicó que no me daría nada y que
me despediría si me quejaba. Esta reacción me sorprendió y me chocó. Entonces
comprendí que se trataba de una maquinación sabiamente orquestada con el
único objetivo de explotarme gratuitamente al máximo utilizando mis capacidades
con fin estrictamente personal. So pena de perder mi empleo y explotada de
manera gratuita como una esclava, me resigné y continué trabajando con
abnegación mientras que ella se dedicaba a su carrera como bailarina.

Después de dos años de hacerme realizar tareas que le correspondían a


ella y de pasar el tiempo bailando, la señora Dagnino se encontró en una
situación de incapacidad durante mi ausencia en junio de 2014.

Para ocultar su incompetencia y eludir sus responsabilidades, se alió en mi


contra con la señora Imane Ben El Hassane, una empleada local, con el fin de
despedirme. Durante los diez días que ejerció como Encargada de Negocios, se
dedicó plenamente a utilizarme hasta el agotamiento, amenazarme, difundir
calumnias sobre mi palabra en el MPPRE, a abusar de su poder y a
desautorizarme con el fin de hacerse valer frente al nuevo Encargado de
Negocios que estaba por llegar. Todo estaba hecho y preparado para que su
sucesor me despreciara desde el primer día sin tan siquiera evaluarme y para
responsabilizarme por adelantado de todos los errores que se hubieran cometido.

Me amenazó con despedirme si no la obedecía “a pies juntillas”, con el


pretexto de conocer a personas situadas en las altas esferas del MPPRE que
podrían expulsarme sin remordimientos y en cualquier momento “como a un
perro” si reproducía sus palabras. Tal y como ella me ordenó, le di una formación
consular completa y detallada. A pesar del ambiente nocivo, de las múltiples y
sucesivas amenazas, los insultos, el período sagrado del Ramadán (período de
ayuno para los musulmanes) y las tediosas horas extraordinarias, cada día volvía
al trabajo, con el miedo en el cuerpo, pero también con la firme determinación de
cumplir con mi obligación.

Laila Qazdar
1828, cité Massira I – Temara - Marruecos
Tel: 002126 650 432 60
Correo electrónico: leilaq8@gmail.com
Este calvario duró 10 días, período que precedió a la llegada del sucesor
al puesto del señor Ahmad Abusaid y durante el cual ella poseía plenos poderes
en la Embajada. Yo esperaba que la llegada de dicho sucesor pusiera fin a mi
sufrimiento, pero me di cuenta que ella lo había dejado todo preparado para mi
expulsión.

El 14 de julio de 2014, el señor Omar Nabil Nasser Solorano, un


diplomático novel de 28 años, tomó posesión de su cargo, que era su primer
destino y por ello no es de extrañar que se dejara manipular por la señora
Dagnino. Tanto fue así que me impuso la tarea de formarla de nuevo, además de
mis tareas habituales, lo que ocasionó que mi horario se ampliara desde las
09:00 h hasta tarde (a menudo más tarde de las 22:00 h). Este trabajo seguía
siendo oficioso y jamás constó en mi contrato ni recibí por él remuneración
alguna. A causa de esta formación cogí la baja de maternidad con una semana
de retraso con respecto a las fechas programadas.

A mi regreso, en septiembre de 2014, el señor Nasser decidió transferirme


a un trastero en la planta baja cuando yo ya disponía de un despacho operativo
previsto a tal efecto. Me pasé tres días limpiando, quitando el polvo fregando y
matando cucarachas en esa habitación. Todo había sido orquestado en una
puesta en escena para aislarme y debilitarme física y psicológicamente. Las
únicas personas que me ayudaron a realizar esta tarea ingrata fueron el señor
Lahcen Bendriouch, el jardinero, y la señora Karima Sadiq, la recepcionista.

En febrero de 2015, la señora Dagnino se fue de viaje durante tres (3)


meses. Fue entonces cuando el señor Nasser cambió de parecer y me impuso
reincorporarme a mi despacho original “para que estés cerca de mí”, tal y como
me dijo en presencia de la señora Nildia Thais Machuca González, Primer
Secretaria. Desconcertada por esta enésima decisión contraproducente, volví a
ocupar mi antiguo despacho, bajo una presión implícita.

Más tarde me convocó a su oficina para informarme de que tenía en sus


manos un informe completo sobre mí y me reveló que las señoras Dagnino y Ben
El Hassane le reclamaban constantemente que me despidiese. Más
concretamente, le dijeron: “si no la despides, caos en la Embajada”. A
continuación, me mostró el informe que se componía de una serie de
memorándums redactados por la señora Uma Dagnino contra mí y de faxes de la
ORH del MPPRE con fecha de agosto de 2014. En uno de ellos figuraba la
aprobación de la decisión de despedirme, que yo ignoraba. El señor Nasser me
informó de que había sido obra de la señora Dagnino, que tenía muchos
contactos en el MPPRE que le facilitaban los trámites, con la ayuda incondicional
de la señora Ben El Hassane. En otro fax de la misma fuente aparecía una tabla
de empleados locales en la que ya no figuraba mi nombre y en la casilla contigua
al titulo de mi puesto, la mención “puesto vacante”.

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Correo electrónico: leilaq8@gmail.com
De esta forma, el señor Nasser me precisó que, si bien no estaba
convencido de las competencias de la señora Dagnino, sí lo estaba de la
extensión y el poder de su red de contactos de los que hacía uso alegremente.
Además añadió que si seguía en mi puesto a pesar de todo era únicamente
gracias a él. Le pedí una copia del informe y rechazó facilitármela, lo colocó en
un cajón que cerró con llave mientras me decía: “Ahora sabes que tengo este
dosier. No dudaré en utilizarlo si es necesario. Por tu interés será mejor que me
obedezcas”. Es decir, que utilizaría el informe como instrumento de chantaje si
me resistía. Jamás le comenté nada a nadie. Jamás me quejé de todos sus
malos tratos por miedo a represalias.

Así fue como me hizo trabajar casi 24 horas al día, me asignaba tanto
trabajo que para poder entregarlo a tiempo, tenía que realizarlo en casa por la
noche. A pesar de todos mis esfuerzos, se aprovechó de la situación, abusó de
su poder y de mi debilidad sabiendo que mi trabajo era mi única fuente de
ingresos y que lo necesitaba.

En marzo de 2015, para la firma de la petición “Obama deroga el decreto”,


se adueñó sin ningún tipo de escrúpulos de las firmas de todos los empleados y
de las de sus padres. Poco le importó saber quien firmaba la petición o cuál era
la manera de obtener las firmas mientras las obtuviese, ya fuese de forma
legítima o no. Cuando me negué a firmar en nombre de mis padres, quienes no
habían consentido a firmar, les insultó a ellos y a mí de paso y me obligó a firmar
en su nombre.

En abril de 2015 decidió de forma repentina relevar de sus funciones sin


razones concretas a la recepcionista, la señora Karima Sadiq. Dijo alto y claro a
todo el personal que no quería tener nada más que ver con ella y que a partir de
ese momento yo me haría cargo de esa tarea, que se sumaba a todas las que ya
tenía asignadas.

En mayo de 2015 me ordenó encargarme de la página web de la


Embajada: marruecos.embajada.gob.ve, que era poco funcional y carecía de
módulos. En la guía del usuario está estipulado de forma clara que el Jefe de
Misión debe informar oficialmente a la Dirección de Tecnologías de la
Información por medio de un memorándum en el que debe constar de forma
explícita el nombre y el puesto de la persona a la que ha dado autorización para
editar la web para poder crear un nombre de usuario y contraseña para la
ocasión y que serán enviados al correo institucional de la persona encargada. No
se siguió ninguno de los pasos de este procedimiento y yo jamás tuve un correo
institucional. El me insistió y prometió reiteradamente en vano que todo iba a
resolverse porque él así lo había dispuesto. De esta forma, partí de cero para
trabajar y finalizar la página web y darle la consistencia y la forma que tiene
actualmente, hasta el 22 de octubre de 2015, fecha de mi última publicación. A

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día de hoy, es una página funcional y operativa con la que todo el mundo está
satisfecho.

Trabajé en el más absoluto anonimato más allá de las horas previstas en


mi contrato, más allá de mis competencias conocidas hasta ese momento.
Estaba bajo presión constante, ya que el señor Nasser me presionaba para subir
la página a internet tan pronto como fuera posible. Fue un trabajo informático que
realicé durante 6 meses desde mi casa, además de toda la carga de trabajo que
debía realizar. Ese trabajo jamás me fue remunerado. Mientras que él recibía
elogios de sus superiores por, según palabras textuales, “la rapidez con la que se
había hecho operativa la página, porque se ajustaba a las normas exigidas y
estaba alimentada correctamente”, yo trabajaba en negro y jamás se me
recompensó o remuneró el trabajo y ni tan siquiera se reconoció o valoró la gran
cantidad de trabajo realizado y la calidad del mismo. A día de hoy, esta página
web es funcional y operativa gracias únicamente a mi trabajo, mi abnegación y mi
incontestable perseverancia, si tenemos en cuenta las circunstancias en las que
tuve que trabajar.

A pesar de mi abnegación y mi dedicación al trabajo y además de las


condiciones nocivas en las que debía trabajar, de las amenazas y del acoso
psicológico que sufrí por parte de la señora Dagnino y el señor Nasser, tuve que
soportar que este último se aprovechara de mi debilidad para acosarme
sexualmente con tocamientos desagradables y proposiciones verbales de índole
sexual. Bajo la sombra de la amenaza, decliné diplomáticamente sus depravadas
insinuaciones, porque le tenía mucho miedo. Un día me retuvo en el despacho
hasta tarde para, según me explicó, terminar un trabajo urgente. Esperó a que
todo el mundo se fuera y me saltó encima con los pantalones bajados e intentó
abusar de mí. Me quedé paralizada, le empujé fuerte y huí. Me siguió y me
suplicó que no dijera nada, a la vez que me prometió que aquello no se iba a
repetir jamás. Así lo hice por discreción y por vergüenza ajena, creyendo de
buena fe que la cosa iba a quedar allí y que ese macabro capítulo iba a quedar
cerrado definitivamente. Pero me equivocaba, ya que el señor Nasser, consciente
de su mala acción, no tenía la consciencia tranquila y se deshizo de mí en una
encerrona urdida con la complicidad de la señora Ben El Hassane.

Así pues, el 20 de octubre de 2015, fui a trabajar como cada día y hacia
las 10:00 h, bajé a la cocina a buscar una botella de agua. La señora Ben El
Hassane estaba allí y no quiso darme la botella profiriendo contra mí insultos
groseros para luego empujarme provocando que me cayera sobre mi coxis. Subí
llorando a la oficina del señor Nasser a pedirle ayuda. Él, sin tan siquiera saber
qué había pasado, corrió a echarme de la Embajada de la que salí llorando
anonadada por la reacción del señor Nasser.

Laila Qazdar
1828, cité Massira I – Temara - Marruecos
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Correo electrónico: leilaq8@gmail.com
Al día siguiente, el señor Nasser me convocó y me explicó que él mismo
había dado instrucciones a la señora Ben El Hassane para que me privara del
agua y para que me agrediera verbal y físicamente y me comunicó que no quería
que trabajara más para esta Embajada. Se levantó de su asiento, me agarró de
la ropa y me echó a empujones fuera de su despacho.

Más tarde, me echó de mi despacho y me destinó a la cocina durante un


día y medio. Me hizo un pseudojuicio rápido con falsos testigos que decían haber
presenciado el altercado, para, a continuación, echarme a la calle.

Estimada Señora Ministra,

Es así como una fiel colaboradora, que pasó 12 años de su vida al servicio
de su Honorable Embajada en el Reino de Marruecos, fue tratada y
recompensada por su labor, su discreción, su abnegación y su devoción. Una
mujer que dijo NO al maltrato y a la explotación sexual. De un día para otro me
encontré en la calle sin trabajo y sin recursos porque el señor Omar Nasser,
abusando de su poder y de mi debilidad, se empeñó, no solamente en privarme
de mi única fuente de ingresos, sino también de la indemnización por despido
que prevé la Ley Laboral de Marruecos, acusándome de una falta grave, según
su decir. Al mismo tiempo, se protegió recurriendo a los servicios de un abogado
pagado por la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela. Esto no
resulta sorprendente si tenemos en cuenta que el señor Omar Nasser no se priva
de vivir en el depósito de los muebles de la Embajada en Rabat para ahorrarse el
tener que pagar alquiler de su bolsillo. Asimismo, tampoco tuvo reparos en
robarme el dinero que le había prestado unos meses antes cuando hizo un viaje,
ya que el señor Omar Nasser viaja mucho y en un año se ha recorrido todo
Marruecos y otros países europeos.

Estimada Señora Ministra,

Me dirijo a usted como Abogada que es para rogarle que encuentre una
solución conciliatoria a esta injusticia en contra mi persona, puesto que la señora
Uma Ananda Dagnino González y el señor Omar Nabil Nasser Solorzano no me
han dejado alternativa alguna salvo la de atacarles por la vía penal, por un lado
por despido improcedente, estafa, explotación, difamación, abuso de poder y de
debilidad y acoso psicológico y, por otro lado, por acoso sexual, incitación a
realizar actos inmorales y robo flagrante. Si hace falta presentaré una demanda
civil, haré cuanto esté en mis manos y utilizaré todos los mecanismos del
Derecho Marroquí para conseguir justicia, resarcimiento y excusas públicas por
escrito para restituir mi honor y evitar que otros colaboradores presentes o
futuros deban sufrir la forma de proceder de esas personas.

Venezuela es un gran país al que tengo en alta estima y amo por ser un
país con una historia grandiosa, el país de Simón Bolívar, el país del carismático
líder Hugo Chávez. Es para mi un honor poder transmitirles el respeto que siento
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por su país y su pueblo, a la vez que, irónicamente, expreso mi desamparo. Sin
embargo, pienso que nunca es tarde para hacer las cosas bien y que es injusto
que la imagen de Venezuela quede mancillada por funcionarios como la señora
Uma Dagnino y el señor Omar Nasser que no están a la altura de los ideales de
este noble país.

Antes de terminar esta carta, permítame dar las gracias a los diplomáticos
de carrera con los que he tenido el honor y el placer de trabajar. Me han
enseñado mucho en mi trabajo y me han inculcado el respeto por Venezuela, en
este caso, la Embajadora Luisa Rebeca Sánchez Bello, el señor Carlos Roberto
Pestana Macedo, el señor José Abel Clavijo Murzí, la señora María Antonieta
Rojas Figueroa y también quiero dar las gracias al señor Ahmad Abusaid.

Asimismo, quiero agradecer al Viceministro Reinaldo Bolívar el haberme


hecho amar a Venezuela a través de sus poemas como “Todos somos
palestinos”, que tuve el honor de traducir al árabe y de sus libros como
Venezuela y África, las nuevas relaciones. Paradigma de la cooperación Sur-
Sur., libro que es una joya diplomática.

Por lo antes expuesto, mucho le agradeceré, Señora Ministra, solicitar a


quien corresponda la respectiva evaluación e informe del caso.

Señora Ministra, confiando en su firme compromiso con los derechos de


los trabajadores, quedo a la espera de su pronta respuesta y hago propicia la
ocasión para reiterarle los sentimientos de mi consideración y estima.

Laila Qazdar

Asistente Consular y Archivista


(del 01/12/2004 hasta 03/11/2015)
Embajada de la República Bolivariana de Venezuela
ante el Reino de Marruecos

En anexo mi contrato de trabajo por el año 2015:

Laila Qazdar
1828, cité Massira I – Temara - Marruecos
Tel: 002126 650 432 60
Correo electrónico: leilaq8@gmail.com
Copias a:

Prof. Reinaldo José Bolívar


Viceministro para África

Dirección del Despacho

Dirección de Asuntos de Protocolo

Dirección de Archivos, Bibliotecas y Divulgación

Auditoría Interna

Oficina de Servicios Administrativos

Oficina de Planificación y Presupuesto

Oficina de Recursos Humanos

Dirección de Personal Diplomático y Consular

Dirección de Administración de Personal

Oficina de Relaciones Consulares

Instituto de Altos Estudios Diplomáticos “Pedro Gual”

Laila Qazdar
1828, cité Massira I – Temara - Marruecos
Tel: 002126 650 432 60
Correo electrónico: leilaq8@gmail.com
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