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INTRODUCCIÓN
La República Árabe Siria con una superficie de 185.180 km² se ubica en el costado este del
mar Mediterráneo, comparte fronteras con Turquía, Irak, Israel, Jordania y Líbano,
ocupando una posición geoestratégica muy sensible. Tiene una población de
22’517.750 de habitantes, con una tasa del 19,09 % de desempleo, su PIB es de
$106.4 miles de millones, su economía principalmente gira en torno a la producción
de petróleo, gas natural, actividades de agricultura, ganadería, industria textil,
metalúrgica, madera y cemento. Su sistema de gobierno es democrático socialista,
compuesto por un poder ejecutivo y legislativo, electos cada siete años. Tiene un
sistema de partido político único, conocido como Partido del Renacimiento Árabe
Socialista, Baaz, que se encuentra en el poder desde1963; su presidente es Bashar al
Asad quien está en el poder desde el año 2000.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD, 2013), establece que entre 1980
y 2012 el Índice de Desarrollo Humano, IDH, de Siria, creció en un 1.1% anual, pasando desde
el 0.501 hasta el 0.648, lo que coloca al país en la posición 116 de los 187países. El IDH de
los estados árabes como región ha pasado del 0.443 de 1980 al 0.652 en el 2012,
por lo que Siria se sitúa por debajo de la media regional.
Posibles causas
En palabras de Kofi Annan: "A partir de marzo de 2011 surge en Siria un movimiento
de masas nacido de la demanda de derechos civiles y políticos y de un clamor
por cambios. Sin embargo, a pesar del extraordinario coraje de los manifestantes,
necesario para marchar cada día en medio de una creciente violencia
gubernamental, las posibilidades de superarla se esfumaron en medio de la
violencia”. El fuerte crecimiento demográfico de la población siria (3.26% entre 2005
y 2010) combinando con una economía frágil, un sector de trabajo informal, y un
reparto cada vez más desigual de las riquezas ha desembocado en los últimos años
en una grave precariedad social y en un empobrecimiento gradual de la población.
Paralelamente un importante fenómeno de corrupción, tanto en las altas esferas
como a nivel de los funcionarios de base y en las prácticas cotidianas, se ha
extendido visiblemente durante la presidencia de Bachar al-Assad. Diversas causas
han llevado a la militarización del conflicto: la exorbitante represión de las protestas,
las represalias por parte de los rebeldes, atentados terroristas y masacres
espectaculares, el armamento desde el exterior del país, y la llegada de milicianos
extranjeros y de Unidades Especiales. Dentro de contexto internacional político,
esta crisis en el mundo árabe, resalta la importancia geoestratégica y económica
que tiene la región de Medio Oriente y Norte de África, debido a que se constituye
en la mayor reserva de petróleo y gas natural a nivel mundial a nivel mundial, 64 %
y 60 % respectivamente; también por esta zona se transporta el 40% de crudo,
razones suficientes para que potencias mundiales como EE.UU, Francia y Reino
Unido hayan intervenido de manera directa en las revueltas bajo la aparente
justificación de ayudar a liberar a los pueblos árabes de los dictadores y la
protección de los derechos humanos. Mientras que por su lado Rusia y China no
apoyaron a la intervención en Siria, permitiéndoles afianzar sus posturas
diplomáticas en la región y poder hacer frente de esta manera a EE.UU.
Según el analista geopolítico Fawzi Shueibi, Siria tiene como punto de confluencia
a los corredores energéticos alternativos, en relación con los que pasan por Turquía
y a través de otros trayectos controlados por compañías estadounidenses y
europeas. A pesar de la oposición de Washington, Damasco y Bagdad han puesto
en marcha el proyecto deconstrucción de dos oleoductos y un gasoducto que
conectarán los yacimientos iraquíes con el Mediterráneo, a través de Siria.
Beligerantes
Fuerzas del gobierno
Shabiha:
Es un grupo paramilitar que actúa como defensor del régimen de Bashar Al-Assad, integrado
por miembros de origen alauí.
Hezbolá:
Es una organización militar del Líbano, que desde los comienzo de la guerra ha
apoyado al régimen del presidente al-Assad; durante el 2011 y 2012 apoyó con
armamento al gobierno sirios y en el 2013 con tropas y fuerzas de Oposición.
Impacto
En el mismo sentido se pronunció la Casa Blanca. El uso del gas sarín está prohibido
desde 2007 por la Convención sobre las armas químicas, que no ha sido ratificada
ni por Israel ni por Siria, por lo cual tanto Siria como Israel podrían fabricar, poseer
e incluso utilizar ese tipo de armas, y a pesar que París, Londres y Washington se
esfuercen confirmando que las tropas regulares sirias usaron gas sarín, el hecho es
muy poco probable ante la realidad de los hechos. “Con las supuestas pruebas de uso de
gas sarín por el ejército regular, la Casa Blanca tiene ahora un pretexto para
legalizar lo que ya venía haciendo desde el inicio del conflicto: entregar armas a los
“rebeldes”, que puede ser útil, pero no decisivo porque lo que necesita ahora el ESL
son hombres, más que armas.” (Meyssan, 2013, p.354)
Khandelwal y Roitman, analistas del Fondo Monetario Internacional, indican que los
episodios de graves disturbios sociales como es el caso de Siria, van acompañados
de un fuerte deterioro de los resultados macroeconómicos. Países experimentando
inestabilidad política, IP, se someten a pérdidas de producción considerables. “La
recuperación es a menudo lenta, y la producción decae durante unos cinco años, lo
que lleva a un aumento del desempleo.” (Khandelwal & Ritman , 2013, p.210).
Impacto en Israel
Es difícil ver cómo el derrocamiento del presidente Asad provocaría que la paz entre
Siria e Israel sea menos probable, durante los 40 años de gobierno de la familia
Asad, los esfuerzos para resolver el conflicto sirio- israelí siempre han llegado al
fracaso.
El escenario más probable si el presidente al Asad se cae o se va, es un continuo
estancamiento en la pista de paz entre Siria e Israel. Sin embargo, un buen caso
puede ser el hecho de que, en el largo plazo, las perspectivas de paz entre Siria e
Israel, puedan ser mejores mejores si el gobierno sirio se apoya sobre una base
sólida de legitimidad interna, por lo tanto, no hay la necesidad de la continuación del
conflicto con Israel para justificar esta regla. El establecimiento de políticas de Israel
se ha opuesto a ser envuelta en el conflicto sirio, con la creencia de que la
participación de cualquier tipo es probable que sea contraproducente; consideran
que la alianza Irán-Siria-Hezbolá presentan la amenaza más grace para Israel. La
posible desaparición del régimen de Assad presenta graves riesgos para Israel en
la forma de la posible transferencia de armas químicas a los actores hostiles, el
desbordamiento de las hostilidades en los Altos del Golán, o la posible
desintegración de Siria.
Impacto en Líbano
El mayor desafío a la estabilidad del Líbano ha sido armado de Hezbolá que a veces
ha utilizado al gobierno libanés para imponer su voluntad. El presidente
al Asad ha hecho evidente su admiración por el líder de Hezbolá, Hasan Nasrallah,
quien ha correspondido con un fuerte apoyo a Siria durante la crisis actual. La
pérdida del respaldo sirio sería gravemente complicado para la situación de las
fuerzas armadas de Hezbolá.John Calabrese conjetura que la situación en Siria
afecta negativamente a Líbano de varias maneras, en primer lugar, se ha
precipitado en una crisis de refugiados que el Estado libanés está mal preparado para
enfrentar, ya que sus servicios sociales carecen de fondos suficientes y
de personal; en segundo lugar, se ha proliferado rasgos sectarios, principalmente
sunitas y chiítas; en tercer lugar, se ha profundizado el impasse político entre los
dos más poderosos actores políticos del país, Hezbolá y el Movimiento Futuro, que
considera a Hezbolá más vulnerable debido a su política de apoyo al régimen sirio.
En los últimos años Hezbolá se enfrenta al escrutinio y presión dentro de Líbano
debido a su posición partidista en Siria y la posibilidad de que pueda perder su
principal conducto de las armas desde Irán.