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TÉCNICAS Y ESTRATEGIAS PARA FAVORECER EL

APRENDIZAJE DE LA ESCRITURA Y ORTOGRAFÍA


EN EL NIVEL PRIMARIO

Capacitador:
Mg. Marvin Oscar Tapia López
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1. ¿Cómo se relacionan la lectura y la escritura?


Cuando los niños crecen rodeados de libros, avisos, carteles y otros textos, van descubriendo que la
escritura permite que las personas nos comuniquemos unas con otras. Al leer un libro, nos comunicamos
con quien lo escribió, a pesar de que, probablemente, no lo veamos; y, cuando escribimos un aviso,
enviamos un mensaje a todos aquellos que lo vayan a leer, estemos o no presentes. En ese sentido, leer y
escribir son actividades de la vida cotidiana que forman parte del mismo proceso comunicativo: alguien
escribe para transmitir un mensaje, el cual será leído por otra persona.

Como vemos, la lectura y la escritura son actividades íntimamente relacionadas. Sin embargo, estas no solo
se relacionan por ser parte del mismo acto comunicativo, sino también porque la habilidad de escribir
influye en la habilidad de leer, y viceversa.

 ¿Cómo influye la escritura en la lectura?: Cuando los niños empiezan a leer, lo hacen viendo las
palabras como un todo y dándoles un significado (por ejemplo, es común ver cómo los niños pequeños
“leen” la marca de un producto conocido en la tienda). Poco a poco, también intentarán escribir para
expresar mensajes y es, en ese momento, cuando descubrirán la necesidad de usar un sistema que les
permita producir algo que los demás puedan entender. Así, se irán dando cuenta de que las palabras
están compuestas por unidades más pequeñas (letras) que se combinan de alguna manera para
representar sonidos determinados. Esto quiere decir que se van acercando al conocimiento del sistema
alfabético.
Este conocimiento es importante en la lectura, pues les ayuda a reconocer que hay signos (letras) que
se repiten y, gracias a la mediación del adulto, los van asociando progresivamente con sonidos. Más
adelante, cuando el niño ya logre escribir, la escritura servirá para tomar conciencia de que el texto
tiene un autor que decide la organización del texto y cómo progresan las ideas. Ponerse en el lugar del
autor y pensar “¿qué es lo que quiso decir con esto?” es muy importante para el éxito en la lectura.

 Ahora, ¿cómo influye la lectura en la escritura?: Muchas investigaciones demuestran que es muy
probable que los niños que leen constantemente logren escribir textos más eficientes que los que no lo
hacen, es decir, que se puedan entender mejor. La lectura de textos diversos permite a los niños
familiarizarse con tipos de textos distintos y la manera como estos consiguen sus objetivos (por
ejemplo, pueden ir conociendo cómo son los textos argumentativos y qué es lo que hace que sean más
convincentes), y además les permite aplicar estos conocimientos a la escritura.
La lectura también permite familiarizarlos con el uso de conectores, palabras nuevas, signos de
puntuación, normas ortográficas, etc., y cómo estos permiten resolver distintos problemas al redactar
un texto (por ejemplo, la lectura puede permitir saber en qué situaciones usar el conector “porque”
para transmitir la idea de causa).

2. ¿Qué es escribir?
Muchas situaciones de la vida diaria nos demandan escribir. Escribimos un aviso para poner en alquiler una
habitación, un correo electrónico para enviar saludos, un listado de compras para el mercado o el acta de
una asamblea. La escritura nos permite tomar apuntes en una clase, conferencia o reunión de trabajo. Es
tan útil que, incluso, podemos jugar con ella, resolviendo crucigramas, pupiletras, etc.
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Sin embargo, la función más importante que tiene la escritura es comunicar mensajes. A continuación,
veremos por qué escribir es un acto esencialmente comunicativo.

 Escribir es comunicar un mensaje:


Cuando escribimos, buscamos la manera de expresar un conjunto de ideas a personas que, a veces, se
encuentran lejos de nosotros. La escritura sirve para que una persona envíe a otra un mensaje que
pueda ser entendido sin que tenga que explicárselo personalmente. De lo contrario, la escritura no
tendría sentido, pues bastaría con comunicarnos hablando. Como vemos, se trata de colocar por escrito
las ideas que queremos que otra persona lea y que, por supuesto, entienda. Por eso, podemos decir
que escribir es, en esencia, comunicar.
Sin embargo, cuando escribimos, muchas veces, no tenemos en cuenta este objetivo. Veamos el
siguiente ejemplo:

En este caso, Sara escribe a su amigo una carta con una letra muy bonita, con muchos dibujos y colores. Sin
embargo, Mario, el niño que lee la carta, no logra entender bien el contenido. A pesar de estar escrita con buena
letra y de verse ordenada y colorida, la carta no logra lo más importante: transmitir adecuadamente un mensaje.

Este ejemplo nos permite deducir que escribir bien no equivale a tener buena letra. Ni siquiera equivale a usar
correctamente las reglas ortográficas, como por ejemplo, las mayúsculas. Escribir es mucho más que eso. Se trata,
fundamentalmente, de lograr que quien lee lo que escribimos entienda lo que quisimos decirle.

 Escribir es un proceso:
Imaginemos que tenemos invitados a comer y queremos cocinar algo especial. Para preparar nuestra
comida, pensamos en cuántos invitados son, qué les gusta comer, etc. Luego, buscamos una receta
para saber qué ingredientes necesitamos y cómo se prepara esa comida (¡Nadie empezaría a cocinar si
no sabe primero qué preparar!). Este es un momento en el que PLANIFICAMOS lo que vamos a
hacer.
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Luego, si ya tenemos todos los ingredientes en casa,


podemos empezar la preparación. Si se colocan todos los
ingredientes en la olla al mismo tiempo o uno detrás de otro
sin ningún orden y lo calentamos, probablemente, la comida
no quede bien. Por eso, es necesario seguir las indicaciones
que nos da la receta, es decir, ejecutar lo que hemos
planificado. Seguramente, primero, hay que hacer un
aderezo, luego, colocar las presas, tal vez, agregar verduras
cuando las presas se hayan cocido, etc. Este es el momento
en el que ELABORAMOS lo que hemos planificado.

Pero tampoco eso basta. A cada momento, debemos estar


probando y corrigiendo la sazón y la textura, hasta que
lleguemos al punto en el que creamos que está lista la
comida. Este es el momento en el que REVISAMOS lo que
estamos haciendo. Como vemos, la revisión no sirve para
decir si la comida quedó bien o mal, sino para ir mejorando
el plato que estamos preparando.

Recién cuando consideremos que la comida ya está lista, serviremos el plato y, si lo deseamos,
podremos adornarlo un poco. A nadie se le podría ocurrir que es más importante el adorno del plato
que la comida misma. Cualquiera que cocine sabrá que no podría servir y adornar un plato con la
comida cruda o de mal sabor.

Como vemos, cocinar requiere que sigamos una serie de pasos. Lo mismo pasa con la escritura.

Para escribir, no basta con conocer las letras, del mismo modo que para cocinar no basta con tener los
ingredientes. Escribir tampoco consiste en anotar de corrido un conjunto de ideas, tal y como vienen a
nuestra mente. Esto equivale a pensar que para cocinar solo debemos mezclar todos los ingredientes
que tenemos.

La escritura es un proceso en el que pasamos por una serie de etapas que nos permiten, al final, tener
un texto que se pueda entender y que cumpla con el propósito para el que fue escrito. Estas etapas no
necesariamente se dan una tras otra, sino que el escritor avanza y retrocede según vaya sintiendo la
necesidad de resolver un problema. Veamos cuáles son las etapas por las que atraviesa una persona al
momento de escribir. Para ello, imaginemos otro ejemplo:
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Existen numerosos estudios que demuestran que los escritores más eficientes suelen dedicarle tiempo a la
planificación de sus textos.

Planificar un texto es detenerse a pensar en la situación comunicativa que da origen a la necesidad de


escribirlo. En el ejemplo anterior, la situación comunicativa sería la siguiente: Una IE publica un aviso en el
que requiere personal. Para postular se necesita escribir una carta al director. La profesora Carla ha leído el
aviso y está interesada en el puesto.

Cuando planificamos un texto, pensamos para qué vamos a escribir y a quién está dirigido el escrito, es
decir, en las características que tienen los lectores. Esto nos permitirá trazar una ruta que, por un lado,
sirva para atender al propósito para el que escribimos y, por el otro, facilite la comprensión. Como vemos,
al planificar debemos tomar al menos tres decisiones:

 ¿Para qué voy a escribir?


Al momento de escribir un texto, es necesario saber con claridad qué queremos lograr; es
decir, si nuestro propósito es convencer a alguien, dar una explicación, contar algo, etc. Si
tenemos presentes nuestros objetivos durante todo el proceso de escritura, será menos
probable que perdamos de vista lo que queremos lograr con nuestro texto. Además, debemos
pensar en la persona a quien le estamos escribiendo. No es lo mismo escribirle a un familiar
que a una autoridad. Probablemente, el lenguaje que usemos sea diferente.
En el ejemplo que hemos planteado, Carla debe tomar en cuenta que le debe escribir una carta
al director de una escuela para solicitarle un empleo. La carta debe ser formal, porque está
dirigida a la autoridad de la escuela; y deberá tener un tono argumentativo, pues deberá
convencer al director de que ella es la docente que la IE necesita.

 ¿Qué debo escribir?


Ahora es cuando empezamos a buscar ideas
relacionadas con lo que queremos escribir.
Mientras pensamos, las ideas suelen venir a
la mente en desorden. Algunas personas las
anotan en un papel para no olvidarlas. Lo
importante es tener las ideas al alcance para
poder usarlas en el momento en que sea
necesario. Carla, la profesora de nuestro
ejemplo, ha decidido anotar en un papel
todas aquellas palabras y frases que
considera que le pueden ser útiles más
adelante.
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 ¿Cómo organizo todas las ideas que pensé?


Una vez que tenemos algunas ideas de lo que vamos a escribir, debemos decidir cómo
disponer las que son más importantes, en qué parte del texto las pondremos y en qué orden lo
haremos. Como sabemos, cuando las ideas están bien organizadas, el texto se entiende mejor.
Para organizar las ideas podemos usar esquemas, listas, cuadros o mapas en un borrador. Carla
ha decidido organizar su carta de la siguiente manera:

En esta etapa, se escriben las ideas que


hemos elegido, según lo que se había
planificado. Al redactar, debemos tomar
una serie de decisiones para enlazar
unas ideas con otras, de manera que
consigamos un texto articulado, y no un
conjunto de ideas aisladas donde no se
vea claramente algún tipo de relación
entre ellas, o no quede clara la intención
del que escribe.

Asimismo, al redactar el texto, es


necesario elegir las palabras adecuadas
y la forma de las frases, según el tipo de
texto que se ha planificado. No es igual
escribir una carta a un amigo que a
nuestro jefe. En nuestro ejemplo, la
profesora Carla escribió la primera
versión de su carta de la siguiente
manera:
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Cuando escribimos, vamos organizando nuestras ideas según lo que queremos expresar. Sin embargo,
muchas veces, se nos van ocurriendo diferentes maneras de decir lo mismo. También es posible pensar que
una idea es importante y después cambiar esa opinión. Por eso, es necesario que revisemos
permanentemente nuestro texto antes de darlo a conocer, porque así podremos hacer las correcciones que
consideremos necesarias.

Muchas veces, se piensa que la revisión solo se debe hacer cuando terminamos de escribir todo nuestro
texto. Esto no es así. La revisión también puede producirse mientras se está redactando. Incluso puede
hacernos volver a la etapa de planificación para corregir algo que descubrimos que no es lo más adecuado.
El proceso de revisión implica dos momentos:

 Leer el texto
Cuando escribimos, es necesario que cada cierto tiempo nos detengamos a leer nuestro texto. Esta
lectura nos permitirá encontrar las cosas que deben ser corregidas. Al momento de leer nuestro texto,
es importante ponernos en el lugar de la persona que lo recibirá. Eso nos ayudará a darnos cuenta de si
el texto es claro y se entiende por sí solo. También es importante evaluar lo que hemos escrito
tomando como referencia el propósito para el cual estamos escribiendo. Si, por ejemplo, estamos
escribiendo un texto para convencer a alguien, debemos leerlo pensando si lo que hemos escrito
realmente podría convencer a la persona que lo va a leer.

 Editar el texto
La mayoría de veces resulta necesario corregir lo que hemos escrito. Por ejemplo, podríamos haber
puesto una idea que no tiene mucho que ver con el tema. En ese caso, tendríamos que retirarla.
También puede ocurrir que, después de leer nuestro texto, notemos que alguna de las ideas que
escribimos no se entiende con claridad. Si así fuera, tendríamos que volverla a escribir. De igual
manera, podría suceder que al texto le hagan falta algunas tildes o signos de puntuación. En ese caso,
tendríamos que corregir los errores.

Como vemos, la lectura y


edición de nuestro texto da
lugar a diferentes versiones del
mismo. Cada una de dichas
versiones se diferencia de la
anterior por los cambios que
hayamos decidido incorporar.
La profesora Carla, después de
leer la primera versión de su
carta, decidió que había que
hacer algunas correcciones.
Veamos los ajustes que hizo al
texto y cómo quedó al final.
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Como vemos, hay algunos cambios entre estas dos versiones del texto de Carla: hay información que ella
no consideró inicialmente, como el saludo, y, después de leer su texto, decidió que era necesario agregarla.
También hizo algunas precisiones, como la cantidad de años de experiencia que tiene como docente. Otras
modificaciones están relacionadas con un lenguaje más formal, acorde con este tipo de documentos,
algunas ideas que decidió eliminar y una corrección ortográfica. Así, la versión final de la carta es más
eficiente que la versión previa.

3. El aprendizaje de la escritura en primaria


En décadas recientes, la pedagogía del lenguaje le ha otorgado énfasis al desarrollo de la competencia
comunicativa de los estudiantes. Esto implica considerar las herramientas que necesitan para comunicarse
en diferentes situaciones sociales, de acuerdo con distintas necesidades. Así, por ejemplo, se enseña a los
estudiantes que no es lo mismo escribir una carta al director para comunicar sus opiniones que escribir otra
para contarle algo a un amigo que está lejos. En estos dos casos, tanto las relaciones sociales como las
necesidades de comunicación son diferentes y, por lo tanto, las herramientas que se requieren para
comunicarse también lo son. Este enfoque de enseñanza surge como reacción frente a las prácticas
docentes que daban excesivo énfasis al análisis de las partes de las oraciones, a la memorización de reglas
ortográficas y a la escritura de composiciones que no parten de situaciones comunicativas. Dichas prácticas,
al momento de la evaluación, se centraban fundamentalmente en los aspectos ortográficos y gramaticales,
mas no en los aspectos profundos de los textos. A diferencia de lo que ocurría (y ocurre) en las prácticas
más tradicionales, el actual enfoque de la enseñanza de la lengua privilegia al texto como la unidad mínima
de comunicación, y que los niños aprendan a comunicarse cada vez mejor a través de la comprensión y de
la producción de textos existentes dentro y fuera de la escuela. Por esta razón, se lo denomina enfoque
comunicativo textual. Los documentos curriculares vigentes en el Perú adoptan este enfoque.

a. El aprendizaje de la escritura en los primeros grados de la primaria:

¿Qué podemos esperar de la producción de textos de los niños de primaria? ¿En qué fase de su
aprendizaje se encuentran? ¿Qué es razonable evaluar a esta edad? Como sabemos, no es lo mismo
encontrarse al inicio del proceso de alfabetización que tener cierto dominio de las convenciones del
código escrito. En cada etapa, los estudiantes tienen retos diferentes y, por ello, tanto la enseñanza
como la evaluación se deben centrar en los aprendizajes más relevantes.

El ciclo III de la Educación Básica Regular (EBR) (primer y segundo grado de primaria) se orienta a
que los estudiantes desarrollen y consoliden su escritura alfabética; es decir, a que aprendan la
correspondencia convencional entre los sonidos y las letras. Esta tarea le puede parecer trivial a un
adulto, pero no es sencilla para los niños en los primeros grados.

Veamos los tres grandes momentos de este proceso:


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Los que acabamos de ver son conocimientos previos que poseen los niños y las niñas antes de
llegar a la escuela. Si los docentes los reconocemos como válidos, los estudiantes pueden aprender
a leer y escribir de forma convencional, al mismo tiempo que desarrollan capacidades para
comprender y producir textos. Aproximadamente a los 8 años, los niños dominan los aspectos
fundamentales de la escritura alfabética; pero pasarán varios años más hasta que puedan
apropiarse totalmente de las numerosas excepciones del sistema ortográfico del castellano.

b. El aprendizaje de la escritura en los últimos grados de la primaria

A partir del ciclo IV (de tercer grado de primaria en adelante), el énfasis en la escritura alfabética va
dando paso al énfasis en el proceso de composición del texto escrito. A partir de esta etapa, el
desarrollo de la competencia para escribir implica tomar conciencia de las estrategias que son
propias de cada una de las etapas del proceso de escritura y aprender a ponerlas en práctica.

Un aprendizaje importante para los estudiantes de este ciclo es reconocer que el autor de un texto
escrito debe darle al lector toda la información necesaria para conocer el contexto del mensaje:
quién escribe, a quién se dirige, cuándo escribe, con qué finalidad, entre otras; porque el lector
puede desconocerlas. Esto se debe a que, a diferencia de la comunicación oral, los participantes no
se encuentran personalmente y, por lo tanto, no pueden suplir inmediatamente cualquier
información que falte para comprender el texto. La carta es un ejemplo muy claro: el autor informa
el lugar desde el cual escribe, en qué fecha lo hace, a quién se dirige, por qué razón y, además,
firma, dando cuenta de su identidad. De lo contrario, al lector le resultaría imposible conocer esos
datos.

Ahora bien, tomar conciencia de qué información le es necesaria al lector para entender
claramente un texto no es una tarea sencilla para el niño: le exige ponerse en el lugar del
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destinatario, para anticipar sus necesidades de información, y además evaluar si su texto responde
a esas necesidades.

Los niños de primaria no son escritores expertos (ni tienen por qué serlo, pues son niños). Por eso,
tienden a dedicar poco o ningún tiempo a reflexionar sobre cuáles son sus objetivos al escribir o a
ordenar sus ideas antes de empezar a escribir. Por lo general, escriben “de frente” (Villegas, 2013) y
definen el contenido de sus textos mientras escriben (Hayes, 2012; Scardamalia y Bereiter, 1992).
En este contexto, uno de los aprendizajes más importantes para el estudiante de primaria es que la
producción de un texto escrito permite (y en ciertos contextos incluso exige) que el autor se dé
tiempo para reflexionar críticamente sobre el contenido del texto y sobre cómo expresarlo para
que la comunicación sea eficaz. A continuación, se muestra el ejemplo de la planificación que hace
de su texto un estudiante de sexto grado.

Como muestra el ejemplo, el estudiante ha planificado las partes de su cuento (inicio, nudo,
desenlace), y ha escrito oraciones clave para cada una de ellas. De este modo, orienta su propio
proceso de escritura y tiene una idea clara sobre cómo ordenar su texto final y en qué va a
consistir. Sin embargo, los niños no siempre proceden así y, por ello, el docente debe guiarlos para
que lo hagan. La comunicación escrita tiene características específicas que la distinguen de la
comunicación oral. Por ello, la gran tarea del maestro, luego de lograr en el niño un dominio
razonable de la escritura alfabética, es ayudarlo a tomar conciencia de estas diferencias y a
aprender a poner en práctica las estrategias de escritura que le permitirán producir textos escritos
más eficaces. Estas incluyen:

o Estrategias de planificación: ¿De qué manera puedo organizar el contenido de mi texto? ¿


Quiero contar una historia, tratar de convencer, describir un objeto o explicar un proceso?
Además, ¿cuál es exactamente el tema sobre el que debo escribir? ¿Qué tipo de lenguaje
debería usar en esta situación?

o Estrategias de textualización: ¿Cómo empiezo mi texto? ¿Cómo lo desarrollo? ¿Cómo lo


termino? ¿Estoy colocando todo lo que planeé escribir? ¿El lenguaje que estoy usando es el
adecuado?
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o Estrategias de revisión: ¿Qué procedimiento debo seguir para mejorar la forma y el contenido
de mi texto? ¿En qué es más importante fijarme? ¿Es suficientemente claro para el lector?

4. Actividades para desarrollar la escritura y ortografía:


“EL MUSEO DE LA ORTOGRAFÍA”

“Mi caja ortográfica”

Esta dinámica consiste en lo siguiente: la


docente toma de los escritos del alumnado de
las distintas asignaturas impartidas en español,
los errores más frecuentes que ellos cometen,
tanto de su vocabulario habitual como del
específico de las diversas materias. La maestra
lleva en una bolsa 25 cajas pequeñas, una para
cada alumno con su nombre escrita en la parte
de arriba, divididas a la mitad, y entrega una a
cada uno. A un lado de la caja se encuentran las
cartulinas rojas y a otro las verdes. En cada
cartulina roja está escrita una palabra en la que
el alumno suele fallar con frecuencia. Este
vocablo aparece en cursiva escrito
incorrectamente y tachado con una línea fina
(porque es erróneo) para que reconozcan que
es así como ellos lo escriben, y debajo está
escrito adecuadamente y con mayor tamaño de
letra para que llame la atención la palabra
correcta.

La profesora ya ha introducido las cartulinas


rojas en cada caja, procurando que haya más o
menos el mismo número de cartulinas rojas en
cada caja, para que ningún alumno se sienta
aventajado ni atrasado con respecto a los demás
(aproximadamente cinco o seis palabras).
Asimismo, les explica que van a ir haciendo
tareas todos juntos y diferentes dinámicas, en
las que se irá comprobando si consiguen escribir
bien las palabras en las que suelen equivocarse.
Cuando se realice la actividad de demostrar que
han mejorado en la ortografía de estos vocablos,
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podrán tirar a la papelera la cartulina roja de aquella palabra que ya sepan escribir bien, tomando una
cartulina verde y escribiéndola en ella como signo de que ya están mejorando en su ortografía. Lo ideal
sería que todas las palabras de las cartulinas rojas pudiesen pasar a ser verdes y comenzar con nuevo
vocabulario; sería conveniente seguir con esta técnica durante todo el curso si se detecta una mejora
en el alumnado.

Una vez explicada esta dinámica, se les muestra el “El


museo de la ortografía”, formado por las 25 palabras
erróneas seleccionadas de sus escritos. Todo este
vocabulario está pegado en las paredes de la clase
mediante carteles, dividido en cuatro zonas con sus
consiguientes palabras:

 MIS PALABRAS: yo, bueno, colegio, amarillo, hoy,


vacaciones y juguete.
 ZONA MUSICAL: claves, tambor, blanca, violín,
guitarra y bailar.
 EXPERTOS EN EDUCACIÓN FÍSICA: comba,
voltereta, raqueta, columpio, polideportivo y
playeros.
 ESCRIBIMOS EN MATEMÁTICAS: nueve, quince,
veinticinco, noventa y ocho, exterior y hora.

Con esto se pretende mostrar la ortografía de una manera transversal a todas las áreas. Las palabras
aparecen vinculadas a dibujos para captar una mayor atención de la memoria visual del alumnado.

Por otro lado, las cinco o seis palabras de “Mi caja ortográfica” de cada alumno, son vocablos que
forman parte de este “Museo de la ortografía”. Esto es así, para que a través de la memoria visual
recuerden la ortografía de las palabras y las escriban correctamente. Por tanto, se pretende que sepan
escribir las palabras que forman parte del “museo”, ya que así, no cometerán errores en los vocablos
de su “caja”, que será el instrumento de autoevaluación de los alumnos. Esta técnica se enseña para
que los alumnos sepan el porqué de todos los carteles que hay en el aula, pero se lleva a cabo la “vista
por el museo” en otra sesión.

Dos estrategias más importantes que se van a trabajar en el aula, dando especial interés a la memoria
visual del alumnado, así como a su propia evaluación, siendo ellos los verdaderos protagonistas de su
aprendizaje. Además, son alumnos de seis y siete años con muchas cuestiones y dudas, por ello se ha
considerado necesario que sean conscientes de lo que van a realizar en las dos estrategias más
extensas de explicación y realización, para que se trabaje con soltura en las actividades relacionadas
con ellas.

Material necesario

- 25 cajas divididas a la mitad y cartulinas rojas de cada alumno


- Cartulinas verdes que se dejan en el aula.
- Material del “Museo de la ortografía”
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¡Bienvenidos a nuestro museo!

Las mesas del aula se ponen todas juntas, en el centro de la clase, para no interrumpir la dinámica. Los
alumnos se ponen de pie para comenzar la visita al “Museo de la ortografía” explicado previamente y
mostrado. Bien es cierto que las palabras del “museo” están en el aula constantemente, por lo que
inconscientemente los alumnos las observan en cualquier momento y las retienen en su memoria
visual. Se pretende contextualizar cada vocablo, para que los alumnos lo relacionen con su significado.
Esto se realiza haciendo una parada en cada puesto de palabras, al igual que se hace en un museo real;
la docente, que es la guía, explica cada zona con un juego, canción grabada (desarrollo de la memoria
auditiva del alumno, relacionando sonido-grafía), cuento (leído por ellos también) y escritura de una
carta utilizando las palabras de esa zona, contando a la profesora lo que van a hacer este verano. A
través de todas estas actividades, se desarrolla la memoria visual del alumnado, la percepción auditiva
relacionando sonido-grafía, la capacidad motora (escribiendo las palabras) y la comprensión del
significado de todas ellas, ya que están contextualizadas a través de las diferentes actividades creadas
con ellas. En determinados momentos, se pregunta a los alumnos si detectan alguna regla ortográfica
observando las diferentes palabras, de tal forma que sean ellos los que las vayan induciendo y
aprendiendo.

- Cuentos (para todos).


- Grabación de la canción.
- Juego
- 25 hojas para escribir las cartas.

CARTA DE LOS ALUMNOS MAYORES

A continuación se les lee una carta que han enviado los alumnos mayores del colegio contándoles lo
importante que es la ortografía para sus vidas (carta ficticia creada por la maestra, pero que, al dotarla
de un significado diciendo que “es de los mayores del cole”, los alumnos escuchan con especial
atención).

Escribimos una carta a nuestros compañeros mayores (se escribe una carta con intencionalidad real)

JUEGO OÍDO OÍDO

Los alumnos tienen que sentarse también en parejas y en un grupo de tres, para fomentar el trabajo
cooperativo. Sacan una ficha en blanco y la profesora, a través de sonidos que ha buscado por
internet, reproduce uno a uno los diferentes sonidos, relacionados con algunas de las 25 palabras que
hay en el “museo” del aula. Entre sonido y sonido, deja un tiempo para que las parejas y el grupo de
tres escriban en la ficha la palabra que corresponde a ese ruido (ej.: sonido de la trompeta: trompeta).
Al final, se comprueba que los alumnos hayan reconocido la relación entre nombre-sonido, y
principalmente, que hayan escrito correctamente las palabras.
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Material necesario

- “Cajas de palabras”
- Fichas.
- Pizarra digital y ordenador.
- Grabaciones de sonidos.

¡Nos despedimos cantando!

En este vídeo aparecen los instrumentos musicales presentados con su sonido y la escritura de su
nombre. Se sigue fomentando el desarrollo de la memoria visual. Al final del vídeo hay un juego en el
que suena el sonido de un instrumento presentado anteriormente, y los alumnos tienen que adivinar
de cuál se trata y salir a escribirlo a la pizarra.

Material necesario

- “Cajas ortográficas”.
- Cartulinas verdes.
- Vídeo: http://www.youtube.com/watch?v=boCQpqAkuRs

¡Dibujando!

Algunos trucos que podemos llevar a cabo a base de dibujos son aquellos juegos donde las letras que
son más 'conflictivas' o difíciles de recordar: como la V, la B, la J, la G, la Y o la LL, pueden tener formas
divertidas dependiendo de las palabras. La V que forma un vegetal, la LL con forma de gotas de lluvia...
visualmente será mucho más sencillo que los niños recuerden por qué se escriben así cuando no
tengan el dibujo delante.

¡Juegos con palabras!

Además de los propios dibujos, donde por ejemplo también podemos jugar con la G de gafas para que
no se nos olvide por qué se escriben así esa y otras palabras, podemos elaborar otro tipo de tips como
son los juegos que tienen que ver con palabras que empiecen por distintas letras, y de esta manera,
cuantas más mejor, son las que dan más puntos.

¡Manualidades con ortografía!

Así, los niños podrán irse superando si también ponemos a su disposición otros juegos con
manualidades, donde estén escritas las palabras y les falten aquellas letras que puedan causar
controversia, de las que hablábamos en párrafos superiores. Si las letras que podemos colocar las
hacemos con plastilina, con cartulinas y en colores vistosos, recordarán siempre por qué se escriben
así estas palabras, y a la vez que aprenden se divertirán.

¡La lectura!

Pero si hay una verdad universal es que las faltas a la hora de escribir se corrigen con lectura, y si les
inculcamos a nuestros hijos el bonito hábito de leer cada día, la ortografía mejorará notablemente.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 Cassany, D. (1999). Construir la escritura. Barcelona: Paidós.


 Cassany, D., Luna M. y Sanz, G. (2007). Enseñar lengua. Barcelona: Graó.
 Kauffman, A. (2007). Leer y escribir: el día a día en las aulas. Buenos Aires: Aique.
 Lerner, D. (2008). Leer y escribir en la escuela: lo real, lo posible y lo necesario. México D.F.: Fondo de
Cultura Económica.
 Ferreiro, E. (1999). Cultura escrita y educación. México D.F.: Fondo de Cultura Económica.
 Nemirovsky, M. (2000). Sobre la enseñanza del lenguaje escrito…y temas aledaños. México D.F.: Paidós.
 MINISTERIO DE EDUCACIÓN (2015). Rutas de Aprendizaje. ¿Qué y cómo aprenden nuestros estudiantes?
III ciclo. Comunicación.
 MINISTERIO DE EDUCACIÓN (2011). Unidad de Medición de la Calidad. ¿Cómo trabajar la escritura con
nuestros estudiantes? Evaluación Censal de Estudiantes.
 MINISTERIO DE EDUCACIÓN... Informe de evaluación de Escritura en sexto grado – 2013. ¿Qué logros de
aprendizaje en Escritura muestran los estudiantes al finalizar la primaria?

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