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Reflexiones interdisciplinarias
sobre los procesos de
construcción identitaria en el
siglo XXI.
2
Charles David Tilley Bilbao
(Coordinador)
Antropología e
Identidad
Reflexiones
interdisciplinarias sobre
los procesos de construcción
identitaria en el siglo XXI
Valladolid, 2015
F.I.F.I.E.D.
Fundación para la Investigación y Formación en Interculturalidad
y Educación para el Desarrollo.
3
Quedan reservados todos los derechos de edición y reproducción,
total o parcial, de la presente publicación.
Impresión digital
I.S.B.N.E.: 978-84-606-5879-5
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ÍNDICE
8. Índice de tablas, esquemas, imágenes y mapas
10. Prólogo. Dra. M. Mercedes Cano Herrera, Dr. Jesús M. Aparicio Gervás y
Charles David Tilley Bilbao.
5
63. Bibliografía
6
105. La educación diferenciada
107. Reflexiones finales
109. Bibliografía
7
ÍNDICE DE TABLAS, ESQUEMAS,
IMÁGENES y MAPAS
Tablas
Esquemas
Imágenes
17. Imagen 1. La comunidad despide a una persona fallecida en una residencia
de ancianos católica. Autoría propia (Luís Usero Liso).
118. Imagen 8. Mujer en pequeño carruaje con sus esclavos, en São Paulo.
(1860 Aprox.) Fuente: Vasquez, P. (2003).
8
121. Imagen 9. Uma família e suas escravas domésticvas no Brasil (1860.
Aprox). Fuente: Corrêa do Lago, B. (2005).
Mapas
Mapa 1. Extensión de Panamá hace 12.000 años A.C. Fuente: Jaén (1981:15).
9
PRÓLOGO
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Así, las investigaciones expuestas en el presente libro abordan la
situación de los pueblos originarios en el contexto de las relaciones sociales y
políticas, la enfermedad y la muerte, determinados procesos históricos o el
patrimonio, entre otros. Todos ellos, temas de gran interés y siempre en
relación con la identidad.
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I. LAS COMUNIDADES DE VIVOS Y
MUERTOS
Luís Manuel Usero Liso
LA IDENTIDAD Y LA MUERTE
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términos de una igualdad, o también de ser, precisamente, el transcurso del
tiempo lo que impide la estabilidad y permanencia de esa identidad, no sólo
porque la construcción de la identidad es, en realidad un proceso, sino porque la
continuidad de toda identidad individual, es muy limitada. Nos referimos al
límite marcado por la muerte biológica de los seres vivos.
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Aunque la configuración comunitaria de la identidad propia de las
sociedades tradicionales, no tiene por qué dar lugar a creencias de tipo
trascendente, sí que suele contener “un concepto fecundo de la muerte”. Según
Abad Márquez (1994), en estas sociedades los seres humanos mantienen
estrechos vínculos con la naturaleza, siendo muchas veces los acontecimientos
de la vida social reflejo de los acontecimientos naturales. Por eso la muerte se
contempla como signo de fecundidad pues, en la naturaleza, la muerte orgánica
es condición necesaria para la reproducción posterior de la vida según ciclos
definidos. Del mismo modo, la muerte de los miembros de un grupo es la que
permite la llegada de otros nuevos, garantizándose así la supervivencia de la
familia, del linaje, del clan y de la sociedad en su conjunto. “La identidad del
grupo permanece a lo largo del tiempo precisamente porque mediante el
nacimiento y la muerte se renuevan los individuos que la integran”. (Ibídem:
29) Además, por esta razón, la muerte no es un asunto individual y privado, sino
colectivo, originando todo un conjunto de tradiciones y rituales que refuerzan y
cohesionan al grupo.
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frecuente la muerte anónima en la soledad de los hospitales. Y si, en general, la
actitud ante la muerte es negativa, cuando se trata de la muerte de ancianos se
convierte en “una historia de marginación escandalosa”, pues “[…] en la
estructura de valores de nuestras sociedades desarrolladas, el abandono del
anciano y la negación de la muerte representan actitudes axiológicas
coherentes entre sí y complementarias”. (Ibídem: 38- 39)
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de tipo 2, el fallecido era honrado o despedido con rituales de tipo comunitario,
religiosos o no, dependiendo del carácter confesional o laico de las entidades.
Esto no quiere decir que en los centros de tipo 1 no se realizaran rituales en
torno a la muerte, pues las maniobras que se llevaban a cabo para el
ocultamiento de los procesos de evacuación de los cadáveres, dada la estructura
de muchos de los edificios de este tipo1, implicaban la realización de toda una
serie de acciones colectivas excepcionales, (que se repetían cada vez que, y
únicamente cuando, se producía un fallecimiento), en las que se empleaban
algunas estructuras y objetos cotidianos de forma inusual (puertas, biombos,
salas, ascensores y pasillos) y en las que intervenían la mayor parte de los
ancianos y los empleados de los centros.
16
la muerte (Allúe, 1998). En general los rituales funerarios preparan al muerto
y/o al cadáver para su destino final, de acuerdo con las diferentes costumbres y
creencias y, simultáneamente, apaciguan la angustia que producen el cadáver y
la idea de la muerte en los supervivientes.
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La presencia de la muerte, por tanto, parecía tener efectos diferentes en
los distintos grupos, de modo que, en las residencias de tipo 1, la muerte de un
miembro parecía producir un cambio sustancial dentro de la comunidad, de ahí
que fueran los supervivientes los protagonistas del rito de pasaje, expresándose
de este modo la necesidad colectiva de afirmar y renovar su identidad como
grupo de personas vivas, mientras que, en las residencias de tipo 2, solo parecía
producirse el cambio de estado de uno de los miembros de la comunidad, cuyo
paso de la vida a la muerte no parecía afectar a la integridad del grupo ni a la
identidad colectiva. En otras palabras, el análisis de los comportamientos
rituales ante la muerte revelaba que algunas residencias se comportaban como
comunidades sólo para vivos, mientras que en las otras la muerte estaba
perfectamente integrada. ¿Querría esto decir, igualmente, que en estas últimas
estaban también perfectamente integrados los muertos?.
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embargo, una tarde, la siguiente oración, correspondiente a la liturgia de las
horas, que escuchamos, casi por casualidad, nos lo hizo pensar más
detenidamente: “Señor, haz que los difuntos descansen en tu paz eterna y que
se afiance nuestra unión con ellos por la Comunión de los Santos”.
¿Unión con los difuntos?, ¿por qué se le pide a Dios, nada menos, que
asegurar la unión con los muertos?, ¿qué es esta Comunión de los Santos?.
Volveremos más adelante sobre este asunto, pero ahora se hace necesario
introducirnos en el culto a los antepasados en África, tan aparentemente
distante y diferente al nuestro, pero que, en definitiva, hemos comprobado que
existen importantes conexiones, que requieren de nuestro estudio, como
veremos en el epígrafe siguiente.
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Dios. A pesar de sus múltiples variantes se puede afirmar que, en general, estas
religiones africanas, son esencialmente comunitarias y “sus valores máximos
son la armonía y la unidad dentro de la familia y el clan, así como en relación
con los vivos-muertos y los espíritus”. (Ibídem: 33)
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prácticas y costumbres tradicionales. En caso contrario pueden ser castigados
con diferente intensidad, dependiendo de la gravedad de la falta.
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estaban organizados en bualas. Así, los iniciados de un buala terrenal podían
comunicarse con difuntos de su buala correspondiente del otro mundo, según
sus intereses, pero debían hacerlo en el lenguaje que el barimo hablaba cuando
estaba vivo, que no siempre coincidía con la lengua del presente, así que,
dependiendo de la antigüedad del antepasado, para llevar a cabo la
comunicación, se debían conocer distintas variantes del idioma.
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antepasados, pero limitándose a los de las tres generaciones anteriores. Los
sidamo, cada cuatro o cinco años, ofrecen sacrificios a los antepasados en señal
de lealtad, según una jerarquía espiritual presidida por Abbo, el antepasado
cuyo espíritu es superior a todos los demás, siguiendo por los espíritus de los
fundadores de los clanes, continuando después con el resto de antepasados y,
finalmente, con los espíritus de los muertos más recientes, que apenas reciben
veneración. Por su parte, entre los sotho, de Sudáfrica, cuando alguien quiere
pedirle algo a Dios, le encomienda la petición a un hermano, esté vivo o muerto;
este hermano se la transmitirá a su padre, éste al suyo y así sucesivamente hasta
llegar a algún difunto que sea digno de acercarse a Dios y encomendarle la
súplica. (Ibídem)
Una parte muy importante del culto a los muertos de todos estos pueblos
es la relativa a los ritos funerarios, así como el cuidado de las sepulturas, que
son objeto de gran veneración. Muchos de estos rituales funerarios resultan
muy interesantes desde el punto de vista simbólico, siendo destacables los
espectaculares enterramientos dogón (Mali) que se realizan en las alturas de la
falla de Bandiagara, utilizando técnicas de escalada; los funerales y las
ceremonias posteriores al entierro denominadas okwabya-olumbe de los ganda;
o los solemnes ritos funerarios de los sidamo.
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profunda de su identidad colectiva, no rinden culto a los antepasados, porque
no creen en la inmortalidad del alma. Entre ellos nunca se hacen referencias a
los muertos y sus ritos funerarios son prácticamente inexistentes pues, hasta
hace poco tiempo, lo más común entre ellos era dejar los cadáveres insepultos
en el campo a merced de los animales salvajes. También hacían lo mismo con
los enfermos incurables, a los que abandonaban lejos del poblado, para evitar
que fallecieran en una casa y ésta quedara contaminada y se transformara en
impura. (Ibidem)
En claro contraste con los casos anteriores se sitúan los antiguos cultos
de los mel (Guinea Conakry) o las prácticas de los actuales merina
(Madagascar). Para los mel, Kanu era la divinidad principal y tenía a sus
órdenes una serie de espíritus que regulaban la vida de los hombres, siendo el
principal de ellos Matiol (que significa “medicina”). De acuerdo con el culto de
los mel, una representación de Matiol en forma de pájaro, era colocada en el
altar familiar de los distintos linajes, para que protegiera, no solo a los
miembros vivos del linaje, sino también a los muertos, pues se consideraba que
cada linaje estaba constituido por la unión de todos aquellos que tuvieran
derecho de pertenencia al mismo, con independencia de si estaban vivos o
muertos.
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pretende destacar, de forma simbólica, que lo que queda es sólo un cadáver,
mientras que su espíritu ya ha entrado a formar parte del mundo de los
antepasados. Finalmente, se introducen los restos en la cámara mortuoria, para
que el cuerpo del difunto descanse junto a sus ancestros. (Ibídem)
Del mismo modo, al comparar los rituales de las residencias de tipo 2 con
los funerales de los merina, considerando como unos rodean a sus muertos y los
otros bailan con ellos a hombros, sin que la vista, o incluso el tacto, de la muerte
provoque en ellos temor o rechazo, podemos pensar que se trata de actitudes y
prácticas comunitarias, también, semejantes. Por lo tanto, bien podría ser que el
hecho de compartir posiciones colectivas comunes (de negación o integración)
en torno a temas universales (como la muerte) favoreciera la producción de
respuestas simbólicas semejantes incluso en pueblos con contextos culturales
tan dispares y alejados.
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LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS
“[…] lo que llegamos a saber de los otros, sólo es posible desde lo que ya
conocemos de nosotros mismos. Percibimos a los otros reconociendo lo
que en ellos hay de diverso o semejante respecto a nosotros. La
diversidad sólo existe por contraste”. (Fernández, N. 2004: 15)
26
encontrar llaves perdidas, aprobar exámenes o sanar dolencias, mediante el rezo
del siguiente responsorio:
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santos) es lo que se proclama por el celebrante en la mayoría de las liturgias
orientales antes de la distribución de la comunión.
“947: Como todos los creyentes forman un solo cuerpo, el bien de los
unos se comunica a los otros [...] Es, pues, necesario creer [...] que existe
una comunión de bienes en la Iglesia. Pero el miembro más importante
es Cristo, ya que Él es la cabeza [...] Así, el bien de Cristo es comunicado
[...] a todos los miembros, y esta comunicación se hace por los
sacramentos de la Iglesia".
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unen en una sola Iglesia; y creemos igualmente que en esa comunión
está a nuestra disposición el amor misericordioso de Dios y de sus
santos, que siempre ofrecen oídos atentos a nuestras oraciones" (Pablo
VI, Credo del Pueblo de Dios: 30)
29
BIBLIOGRAFÍA
30
VAN GENNEP, A. (2008) [1909]. Los ritos de paso. Madrid: Alianza Editorial.
31
II. LA IDENTIDAD ÉTNICA
MAPUCHE EN CHILE EN
EL CONTEXTO DE LA
GLOBALIZACIÓN: MÁS ALLÁ DEL
TERRITORIO
José Luis González Llamas
“Nadie puede vivir sin recordar y nadie puede vivir tampoco sin los recuerdos de la
historia […] la historia está allí orientando nuestros juicios a cada instante, formando
nuestra identidad, determinando la fuente y toma de conciencia de nuestros valores.”
(Molano, O. 2008: 77)
INTRODUCCIÓN
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muy heterogénea, por lo que se deben mantener siempre las cautelas necesarias
para no caer en falsas generalizaciones.
A tenor de lo dicho, se podría pensar que los que siguen asentados en las
tierras de sus ancestros mantienen de manera fiel la cultura de sus antepasados
y en consecuencia continúan con las antiguas tradiciones. No es así, la realidad
es que, si bien siguen conservando parte del legado de su cultura, también han
“sucumbido” a las naturales alteraciones culturales que se acrecientan, es
necesario insistir, por los procesos globalizadores.
33
Expresadas las diferencias entre los mapuche de los distintos ámbitos,
con modos de vida tan diferentes y culturalmente tan alejados, puede dar la
impresión de que en nada se parecen, que incluso no hay nada que los una.
Lejos de dar validez a esta consideración, anticipemos que sobre las realidades
diferenciales respecto al lugar donde habitan, existe un elemento unificador
dentro de esa sociedad diversificada, la identidad étnica. Se trata de un
sentimiento de pertenencia a una cultura diferente al resto del que se sienten
copartícipes.
Esto nos permite afirmar que se trata, por un lado, de valorizar su cultura
propia como elemento integrador que se expresa a través del sentido de
pertenencia a una identidad diferenciada frente a las dinámicas
homogeneizadoras de la globalización, y un instrumento contra el poder
hegemónico del Estado. Se trata, pues, de reivindicar-se y ser reconocidos como
una cultura distinta, contra las pretensiones asimiladoras de un poder contario
a políticas a favor de la diversificación de la sociedad. Por lo expuesto
anteriormente, nos movemos en un territorio conceptual (identidad-cultura-
territorio) complejo, que requiere algunas precisiones de carácter general básico
antes de una aproximación analítica de la sociedad mapuche.
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En las sociedades más “tradicionales”, se crean identidades socialmente
definidas de antemano, sin embargo, en las que son más complejas, los procesos
de socialización se convierten en una multiplicidad de trayectorias individuales
(Pujadas, en Molina, F.) que perfilan la construcción de identidades. En
consecuencia, la identidad cultural de una persona queda enmarcada en una
identidad global; según Abou, en “una constelación de identificaciones
particulares en instancias culturales distintas”. (en Molina, F.: 3) La identidad,
que está compuesta por un repertorio cultural, provoca que ambos conceptos
sean indisociables. En palabras de Giménez (2012), está constituida a partir de
materiales culturales, lo que en definitiva, significa que ésta no sea más que la
cultura interiorizada. Si partimos de la premisa de que cultura e identidad
conforman una relación simbiótica, y puesto que la cultura no es estática sino
que se modifica constantemente a lo largo de nuestra vida, estamos en
condiciones de afirmar que la identidad también cambia. Dicho de otro modo
más preciso, lo que ocurre es que la identidad se va configurando a través de la
adquisición de otras identidades, lo que se puede calificar como una
“redefinición adaptativa”, que depende de infinidad de circunstancias
personales y sociales.
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La principal consideración a tener en cuenta a tenor de lo expresado, es el
hecho de que a lo largo de nuestra existencia cambiamos nosotros, como lo hace
la sociedad de la que formamos parte. La identidad, que como hemos señalado
no es inmutable, sino cambiante y dinámica, se configura mediante un proceso
continuo de reconstrucción. En su conformación intervienen dimensiones
diversas, ya sean temporales, donde interactúan pasado, presente y futuro, y
espaciales, que tienen que ver con lugares y contextos (Bartolomé, M. et al.
2000). Según Molano (2008) la identidad no es un concepto fijo, por el
contrario se recrea individual y colectivamente y se va alimentando por
influencias exteriores.
36
TERRITORIO, IDENTIDAD Y CULTURA
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por lo que se puede afirmar que no es otra cosa que un conjunto de signos,
valores, símbolos y actitudes.
38
Profundizando más en las consideraciones de Giménez en cuanto a la
importancia que tienen los territorios como lugares de adscripción, señalamos
algunos aspectos relevantes. Hemos indicado que no debe vincularse identidad
con un territorio perfectamente delimitado, estableciendo con ello una
disociación entre frontera geográfica y cultura, construyendo ésta,
precisamente, los imprecisos límites fronterizos. A pesar de ello, el territorio,
según este autor, no deja de ser por sí mismo un “espacio de inscripción de la
cultura” (Ibídem: 33). Los territorios siguen funcionando como “espacios
estratégicos” (Ibídem: 27) en los que se mantiene el poder simbólico de las
diferencias culturales a pesar de la presión homologante de la globalización. De
este modo, el territorio es utilizado como “un espacio de sedimentación
simbólico-cultural, como objeto de inversiones estético-afectivas o como
soporte de identidades individuales o colectivas”. (Ibídem: 29)
39
sus ancestros y aquellos que se han alejados geográficamente de sus lugares de
origen.
Demos por hecho que los cambios culturales de los mapuche que viven en
territorios rurales han sido y son menos radicales que los de aquellos que se han
establecido en la ciudad, cuya distancia, “objetivamente” es mayor respecto de
la cultura originaria. El modo de vivir del “mapuche urbano” ha sufrido unas
transformaciones más acentuadas, puesto que no vive de acuerdo a las normas o
relaciones sociales existentes en las comunidades. Éstos han adoptado nuevos
modos de vida y por lo tanto han asimilado otras identidades, consecuencia
lógica en un proceso de interrelaciones con “otros”.
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la tierra” se ha resquebrajado, y en cierto modo, no deja de ser una ilusión la
conexión natural entre la cultura y el lugar. (Gupta, A y Ferguson, J. 2008)
41
El mapuche en la urbe: la creación de nuevas identidades
5 Huinca significa “nuevo inca”. Es un término utilizado por los mapuche para nombrar a
los conquistadores españoles y por extensión se utiliza de forma despectiva para
calificar a los no mapuche.
42
dejar de mantener el territorio como punto de referencia, por lo tanto un
desarraigo respecto a su lugar de origen. De hecho, lo más común es que exista
una interacción entre inmigrantes y comunidades, en la que existe una
dependencia mutua (Bello, A. 2002). Para Oemichen (en Bello, A. 2002: 4), la
comunidad es “una colectividad cultural basada en un conjunto de relaciones
sociales primarias significativas que permiten a los que se han ido de ella
mantener su membresía”.
43
IDENTIDAD ÉTNICA MAPUCHE: UN TERRITORIO COMÚN
Aunque en el medio urbano los cambios son más acentuados, todos, unos
más que otros, han sufrido transformaciones culturales, que sirven como
argumento a algunos para aplicar distintos grados de “mapuchidad”, es decir,
considerando que algunos son más mapuche que otros. En contra de
argumentos de este tipo, apoyamos la tesis de Chenard, quien afirma que la
diferencia entre el mapuche rural y el urbano no nace del propio mapuche, sino
del medio en el que vive y al que ha debido adaptarse.
44
una pérdida de su identidad étnica, sino que se siguen manteniendo las
“fronteras” en virtud de una expresión y ratificación continuas (1976: 17). Lo
que equivale a decir que los grupos se definen a través del límite étnico, no por
el contenido cultural, a pesar de que es virtualmente imposible entender la
etnicidad sin la cultura. (Bartolomé, M. 2000)
Los atributos culturales del grupo étnico marcan la diferencia con otros
grupos, pero éstos son renegociados en otros planos, lo que le proporciona un
carácter subjetivo. La fragilidad de los rasgos comunes, costumbres, lenguaje,
religión, de un grupo étnico hacen que no sea fácilmente asumible como un todo
estático, sino que hay modificaciones producidas por la interacción y una
subjetiva concepción de sí mismo respecto al grupo. La continuidad
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diferenciadora está basada en un carácter simbólico (Maya, M. 2012), por lo que
la autoidentificación con ciertos contenidos propios está llevada al plano de lo
simbólico. Esto a pesar de que como indica Esteva (en Arias, L. 2006: 5):
46
“ciertos atributos culturales que definen la identidad étnica en términos
objetivos, así como sus aspectos subjetivos y subjetivados, que no
pueden ser comprendidos si se excluyen las relaciones que estos
sostienen con las comunidades de origen.”
CONCLUSIONES
47
usurpado con anterioridad. A las pretensiones de carácter territorial se une la de
reivindicarse por medio de la revitalización de su cultura, no sólo contra el
poder hegemónico sino ante los procesos homogeneizadores de la globalización.
48
de elementos simbólicos que suponen un referente y ayudan a construir el
futuro. Tampoco es posible manifestar una identidad, sino a partir del
patrimonio cultural, que existe de antemano, independientemente de su
valoración o reconocimiento.
BIBLIOGRAFÍA
49
CULTURA-COMO-IDENTIDAD-Y-LA-IDENTIDAD-COMO-CULTURA1.pdf
(Consultado el 8 de noviembre de 2011).
50
III. IDENTIDADES EN
MOVIMIENTO. MBYÁ-GUARANÍES
EN MISIONES
Dr. Eleder Piñeiro Aguiar
INTRODUCCIÓN
51
“La identidad, en tanto construcción ideológica, cambia junto con los
contenidos culturales y los contextos sociales en los que se manifiesta,
ya que no hay identidades inmutables sino procesos sociales de
identificación.” (Bartolomé, A. 2006: 43)
52
identificación diferencial de las parcialidades, se fundamenta en las variaciones
de sus concepciones cosmológicas y mitológicas.
53
Existieron sin duda, diferentes motivaciones para emprender las
migraciones, siendo una de ellas la búsqueda de esta Tierra Sin Mal. Dicha
tierra es una tierra fértil, apacible, donde habría alimentos suficientes y las
flechas irían solas a la caza. Los males, por otro lado son una tierra yerma, verse
entre monocultivos, devenir el territorio en desierto. También es un mal el que
aumenten las enfermedades y la inanición debido a que los alimentos del monte
escasean, así como las desavenencias políticas entre las aldeas e incluso entre
miembros de la misma familia en una misma aldea. Uno de los mayores males
es el verse invadidos y su selva destruida.
54
conformación del “paisaje ideológico” (Appadurai) de los mbyá, el ritual actual
(que actualiza el pasado) también está poblado de referencias al viaje. El
ceremonial más importante, el Ñemongaraí, tiene que ver, además de con
rituales en torno a la cosecha del maíz y la (re)producción de normas
comunales, con la imposición de nombres a los más pequeños de la comunidad.
El alma, íntimamente unida a la palabra, viaja de la morada celestial por medio
del ritual que lleva a cabo el chamán, el opyguá, para asentarse en el nuevo ser.
Por medio de cánticos, sueños y rezos, el chamán, mediador entre mundo
terrenal y cósmico, conoce la palabra-alma que es enviada de uno de los cuatro
puntos del espacio celestial, donde moran cada uno de los cuatro dioses y sus
esposas, uno de los cuales dará nombre al niño. Además estará determinado por
unas funciones dentro de la comunidad relacionadas con esa palabra-alma.
Este ritual es mucho más que un bautismo, pues tiene que ver no sólo con
la imposición de un nombre y con las funciones que el niño va a tener en la
comunidad, sino que se establecen las normas conductuales del grupo. Entre los
consejos que se les da a los padres está que el varón no se ausente por periodos
prolongados y, de tener que hacerlo, vaya dejando marcas (por ejemplo
rompiendo ramitas de los árboles) para que el pequeño pueda saber por dónde
se dirige su progenitor. Es decir, el viaje ha de ser controlado para que el
pequeño no se sienta desvalido. Y para evitar, por ejemplo, que debido a esa
indefensión caiga enfermo. Así, las ausencias prolongadas están mal vistas, pues
éstas pueden afectar incluso a la salud del pequeño.
“El varón guaraní se ausenta por largos períodos del Teyy, la familia
nuclear sufre la ausencia periódica del padre, con el resentimiento y la
desintegración de la funcionalidad familiar y psico-social de los
individuos”. (Vara, A. 1984: 30-31).
Pero estas ausencias son más habituales cada vez. En este sentido,
algunos mbyá van a trabajar a la capital, Posadas, en diferentes organismos
estatales (Ministerio de Educación, Ministerio de Salud, Instituto Nacional de
Ayuda el Indígena, etc.), como funcionarios y a la vez como mediadores entre
sus comunidades y la sociedad argentina. Dichas mediaciones suponen la
aparición de formas nuevas de autoridad y potencialmente pueden producir (y
en algunos casos producen) procesos de fisión de cara a las comunidades.
55
Hay mbyás que viven en su comunidad, trabajan en la capital de
Misiones y con frecuencia visitan otras comunidades, no sólo en Argentina sino
que a veces cruzan a otros Estados. Son agentes de comunicación intercultural y
símbolos de su cultura. El viaje los traspasa y les genera un tipo de subjetividad
diferente a aquellos que se quedan en la aldea. Al respecto, Gupta y Ferguson
(1997) se preguntan a qué lugares pertenecen las culturas ubicadas en el
postcolonialismo, y abogan por no asumir de forma esencialista la existencia e
identidad de “la comunidad primitiva”, sino estudiar cómo se formó en cuanto
comunidad7. Estos procesos de los que hablamos, se suman a las
transformaciones identitarias que actualmente se están dando en las
comunidades.
Desde los años 1960 hasta 1990 prácticamente todo el sur de Mato
Grosso do Sul, en Brasil, fue “desmontado” y esta destrucción masiva se
expandió a Paraguay, donde toda la franja del Río Paraná se convirtió en una
gran área dedicada al cultivo de soja. Para los guaraníes, esto significó la
destrucción de su mundo y llevó a muchos grupos a migrar a Misiones. Ellos
eran habitantes de la selva, todos sus conocimientos, desde niveles muy
prácticos sobre plantas y animales hasta su cosmovisión y espiritualidad,
estaban vinculados al monte. Estos cambios tan rápidos y profundos, causaron
entre los guaraníes desequilibrio y desesperación que se manifiestan de diversos
modos como puede ser el aumento del alcoholismo, el aumento de la violencia
interna, especialmente en las mismas familias, o el incremento de suicidios,
sobre todo desde los años 1990, con una de las tasas más altas del mundo.
56
No hemos de entender a la población indígena actual como
“sobrevivientes” de los guaraníes reducidos por los jesuitas, pues éstos migraron
o fueron exterminados durante los conflictos nacionales e internacionales. Los
guaraníes de Misiones, han sido y continúan siendo denominados kainguá,
término que ha generado confusión, puesto que se trata de un calificativo y no
de una denominación tribal, significando “monteses” y ha sido aplicado a
grupos guaraníes que no pasaron por la evangelización jesuítica. Por extensión
se ha aplicado a otras muchas parcialidades lo cual genera error. Los indígenas
actuales que habitan Misiones se autodenominan mbyá, y su historia en
territorio argentino es bastante reciente. A pesar de la escasez de datos
disponibles, su ingreso es factible de ser diacronizado, según Miguel Bartolomé
(2007), en dos momentos que él denomina “antiguo” y “contemporáneo”.
57
El plano de la organización política es un objeto de conocimiento clave
que nos hace entender esta realidad. La antropóloga Gorosito Kramer (2006),
expone las transformaciones sufridas en la actualidad en cuanto a la
organización política indígena. Dice que cada aldea tiene un tekoaruvichá (jefe
de las casas) o ñande ru (“nuestro padre”). A éste, la sociedad occidental lo
denomina como cacique, que según ella para nada se trata de un término local y
su uso implica una imposición foránea a las comunidades por parte de la
“sociedad blanca”. Además, éste “cacique” es el cabeza de familia y todos ellos
son los integrantes, también, de las asambleas (aty o aty guasú) que incluso
pueden durar varios días, y se resuelven por consenso. En ellas es clave el
protocolo de la cesión de la palabra, asimismo es importante que se cuente con
líderes religiosos en estas asambleas. Pero este contexto es modificado por
contactos interétnicos, por la desaparición de espacios selváticos y por la
creación de organismos (gobiernos y ONGs) de desarrollo de políticas
indigenistas. Todo ello lleva a modificaciones, por ejemplo, en los usos de las
lenguas nacionales y el aumento de la tensión: se incrementa la vigilancia para
mantener el prestigio en las comunidades y algunos miembros se transforman
en interlocutores ante la sociedad envolvente. Por todo ello, debemos observar
la importancia de la división de funciones entre los jefes políticos y los líderes
religiosos. El líder político sería la primera línea de defensa frente a los
extranjeros, mientras que el líder religioso formaría parte de la retaguardia
encargada de velar por el equilibrio espiritual de las comunidades, y de las
relaciones armoniosas entre los hombres y los dioses.
58
Imagen 3. Mbya fumando petynguá (pipa sagrada). Comunidad Marangatú,
Misiones, Argentina. Autoría propia.
59
Por su parte, un Juez Federal nos comentaba sobre estos
acontecimientos, que según su opinión podían ser leídos como un acto de
resistencia, como un movimiento social. Se hablaba de tierra, de pobreza, de
higiene. Los antecedentes estarían hacia el año 1987, en donde una Ley
derogada por el partido radicalista es contestada por los mbyá. En cuanto a su
propia participación en los acontecimientos de la plaza, el juez comenta que
ayudaron con víveres y que la policía los perseguía. Relata que la plaza estaba
tomada por personas indígenas, lo cual era visto como una insurrección.
Además, a éstos se sumaron figuras políticas y grupos de apoyo e indigenistas
de otras provincias, hasta Abuelas de la Plaza de Mayo.
A MODO DE CONCLUSIÓN
60
“En realidad las identidades tienen que ver con las cuestiones referidas
al uso de los recursos de la historia, la lengua y la cultura en el proceso
de devenir y no de ser; no quiénes somos o `de dónde venimos´ sino en
qué podríamos convertirnos, cómo nos han representado y cómo atañe
ello al modo como podríamos representarnos. Las identidades, en
consecuencia, se constituyen dentro de la representación y no fuera de
ella. Se relacionan tanto con la invención de la tradición como con la
tradición misma, y nos obligan a leerla no como una reiteración
incesante sin como lo mismo que cambia´.” (Hall, S. 2003: 17-18)
Retã no significa sólo una población, un pueblo o ciudad, sino tierra, una
patria, un País, una Nación. Dicha identidad es clave entenderla dentro del
Guaraní Reko, un modo de ser y proceder con características propias. Su
territorio, el suelo que se pisa, es un tekoá, un lugar físico, la tierra y el espacio
geográfico donde los guaraníes son lo que son, donde se mueven y donde
existen. Debemos puntualizar que estamos hablando de la construcción de un
modelo etnonacionalista que a pesar de utilizar términos propiamente
guaraníes e incluso contar con la labor de muchos mbyá, estaríamos en el
campo de una representación de la identidad que no es propiamente guaraní y
que respondería más bien a un proceso de ingeniería nacional. Además, el
hecho de que los guaraníes sean migrantes no significa en absoluto que sean
nómadas ni mucho menos que no conciban una residencia. Quizá el que sean así
categorizados desde posiciones de poder es sólo un discurso político para tratar
de enajenarlos.
61
En muchas comunidades hemos podido comprobar como los mbyá son
buenos horticultores, y muchas veces tienen animales domésticos como gallinas,
pollos, cerdos e incluso cultivan miel o tienen un acuífero para peces, lo que
muestra que hablar de nomadismo, está alejado de la realidad. La migración,
más bien movilidad o simplemente cambio de residencia, se suele dar cuando en
una comunidad un grupo marcha a otro lugar, quedando otro grupo en el lugar
de origen. Esto no nos puede hacer pensar en la descomposición de la unidad
guaraní sino en su reestructuración. Al respecto, Miguel Bartolomé (2009)
asume que ninguna sociedad indígena en la actualidad es igual a la del tiempo
de contacto y se pregunta quiénes son los mbyá actuales:
Defiende que dicho proceso se habría dado hacia los siglos XVIII y XIX y
que esto los estructuró como diferentes a otras parcialidades guaraníes. Su
doctrina salvacionista asentó las bases para organizar al grupo, es decir,
conformó una etnogénesis que se conceptualiza como ogüerojerá (un
desplegarse de algo preexistente), lo que “contribuyó al desarrollo de fronteras
interactivas con los otros grupos guaraníes” (Ibídem: 88) Dicho “despliegue
preexistencial” sería un discurso mítico-político que trataría de naturalizar,
esencializar una identidad. En otras palabras, la existencia no es un artefacto
cultural creado sino que es anterior a toda creación.
62
Cada grupo experimentó un proceso específico, lo que repercutió tanto en
sus rasgos culturales como en su lengua. Estas singularidades los definen hoy en
día como grupos étnicos diferenciados, aunque con una raigambre común y en
cierto sentido “asimilados”. Los mbyá serían también monteses, si bien no todos
los monteses serían mbyá.
BIBLIOGRAFÍA
63
CLASTRES, P. (1993). La Palabra Luminosa. Mitos y Cantos Sagrados de los
Guaraníes. Buenos Aires: Ediciones del Sol.
64
IV. PATRIMONIO E IDENTIDAD:
UNA EXPLORACIÓN DE LAS
MÚLTIPLES CARAS DEL
PATRIMONIO
Silvia Pérez Simón
65
Por último, habría que señalar la importancia y vigencia del uso de
ambos conceptos. Por un lado, lo patrimonial aparece relacionado desde sus
orígenes, y tanto o más en la actualidad, con implicaciones económicas y
políticas a escala internacional. Esto puede provocar un sesgo en su
interpretación debido a cierta tendencia a alabar las virtudes del mismo sin
tener apenas en cuenta sus limitaciones salvo algunas voces críticas que aquí
tendremos en cuenta. El concepto de identidad, que resulta clave en ciencias
sociales para comprender los procesos de interacción social, también se ha visto
cada vez más “manoseado políticamente” en un interés por controlar las
diferencias y exhibirlas de modo que posicionen a grupos étnicos, comunidades
o Estados en los nichos de poder deseados.
Sin embargo, esto no obsta para que un grupo o colectivo posea, al igual
que sucede con las identidades individuales:
Eso sí, debemos tener en cuenta la multiplicidad de casos, como los que
señala Barth (1976), donde la idea de la supuesta homogeneidad cultural-
identitaria se ve comprometida ante el cambio cultural, las minorías étnicas, la
estratificación social o las diferencias interindividuales.
Podría decirse que cada subgrupo dentro de una cultura posee su propia
subcultura. Pero además de que la identidad colectiva se encuentra circunscrita
a varios grupos con diferente nivel de adscripción (familia, barrios, pueblos,
categoría profesional, grupos de edad, nivel educativo, etc.), la identidad
66
individual se construye desde diferentes aspectos como la propia biografía, la
red de relaciones personales o el apego a distintos objetos. Así, podemos
observar que existe una identidad parcial y fragmentada.
IDENTIFICANDO EL PATRIMONIO
67
Originalmente el concepto procede de la República Romana, donde se
gestó en el seno del derecho. Su significado se adquirió por una trasposición de
la costumbre al propio término donde “patri” se refiere a padre y monium
quiere decir “calidad de, acción estado o condición”. En ese sentido, el ser padre
brindaba la oportunidad de transmitir bienes, permitía la “condición” de
transmitir una herencia, así como se entendía que, del matrimonio, derivaba la
condición o el estado (entendido como posibilidad o derecho) de ser madre.
68
Ilustración se consolidó como un punto de no retorno a la hora de considerar el
valor histórico del patrimonio.
69
el año 1968, en la Recomendación de París, se emplea el término de patrimonio
etnológico y en el año 1972 se celebra la Convención para la Salvaguarda del
Patrimonio Cultural y Natural. Posteriormente, se adopta la noción de “paisajes
culturales” para superar la dicotomía entre naturaleza y cultura, y se dictan las
Recomendaciones para la Salvaguarda de la Cultura Tradicional y Popular.
Vemos que progresivamente, a lo largo de medio siglo, se va “dando la vuelta” al
concepto de patrimonio, ampliándolo hasta incluir a la cultura como un bien a
proteger en sí mismo. (Fernández de Paz, E. 2006)
El papel que ejercen los ciudadanos ante este planteamiento suele ser el
de espectadores y consumidores (Llull, J. 2005). De esta manera vemos que el
patrimonio pasa de entenderse como tesoro, a tomarse como elemento que
refleja la historia de un pueblo, posteriormente se toma como cultura y a
continuación, como identidad. De ahí pasa a ser considerado recurso.
70
Patrimonio Patrimonio Patrimonio Patrimonio Patrimonio
como como como como como
tesoro memoria cultura identidad recurso
Esquema 1. Diversas consideraciones sobre la identidad. Elaboración propia.
Hay otro proceso que resulta interesante y es motivo de orgullo entre los
antropólogos, se trata precisamente de esa búsqueda de nuevos elementos que
enriquezcan el concepto y lo llenen de contenido cultural más abarcable y
“protegible”. En ese proceso cabe aclarar que se pasó de considerar patrimonio a
lo antiguo, lo singular, lo monumental, lo obsoleto, lo escaso y lo
pretendidamente auténtico, a incluir todo lo relativo a la cultura y el patrimonio
natural. Aún así, ha seguido teniendo mucho peso la visión historicista de
patrimonio, muestra de ello es la lista de Patrimonio Mundial que la UNESCO
había elaborado hasta el año 1992, en donde se primaba lo monumental, lo
histórico-artístico y de acuerdo con cánones estéticos occidentales, limitados
por tanto, a unos pocos países.
Esquema 2. Apropiación del discurso patrimonial por los antropólogos. Elaboración propia.
71
Esta lucha de los antropólogos por reconocer el valor de la cultura en su
sentido amplio como elemento patrimonial explicaría esa satisfacción para la
disciplina antropológica. En este “salto”, los profesionales de la antropología
viraron el interés patrimonialista del objeto histórico-artístico hacia la cultura,
volviéndola ella misma una cosa, como señalábamos anteriormente. Un objeto
de estudio que, así, queda reificado.
72
del baile y el fuego para cantar a la virgen dentro de la iglesia con talante
recogido. Hay a quienes no les gusta la propuesta puesto que valoran la fiesta tal
y como era y, por tanto, estos añadidos les resultan una falsedad innecesaria. Lo
que destacaríamos es que, a pesar de que el objetivo confeso es conseguir un
reconocimiento institucional (además de turístico e intercomarcal) y la
consiguiente compensación económica, la comunidad participa.
Los que saben lo que hubo, lo recuerdan y nada más (aunque las voces
críticas refuerzan su pertenencia afectiva a la localidad reclamando en el ámbito
privado la autenticidad del ritual pasado), pero las demás personas, no sienten
su autoestima local herida por estas modificaciones formales, se implican con la
renovación considerando que, tal vez, suponga una mejora de las condiciones de
vida locales. Estos casos de autogestión patrimonial, que disocian la idea de lo
auténtico y lo tradicional, ante la identidad y el patrimonio, nos acercan a lo que
plantea Limón Delgado (1999: 15): “Escuela Superior de Sabiduría Popular en
lugar de una Escuela Popular de Sabiduría Superior”. ¿Por qué?. Creemos que
porque nos invitan de nuevo a observar, a escuchar, incluso a plantearnos el
sentido de lo que algunos para estas circunstancias demonizarían: el dejar
hacer. Así las cosas ¿Qué patrimonio es verdaderamente el que le importa a la
gente?
PATRIMONIO SOCIAL
73
encontrar el resto de la partitura también la completó. Incluso la rehizo
totalmente de manera que sólo quedaron algunas notas del original y una
composición prácticamente nueva inspirada en sus raíces musicales. Tras su
exposición, Malikian ríe comentando qué podría pensar su padre si le escuchara
tocar, ya que, seguramente no reconocería la pieza original.
8 Sin embargo, otros países bastantes años antes habían estado reconociendo la labor de
transmisión de los actores sociales, como Japón, que desde 1950 había instaurado la
figura de “Tesoros Nacionales Vivientes”.
74
imaginemos… tal y como se plantea Barth ¿dónde reside la identidad?, ¿qué la
delimita?
BIBLIOGRAFÍA
75
CACLINI, N. (1999). Los usos sociales del patrimonio cultural. En Aguilar, E.
Patrimonio etnológico, nuevas perspectivas de estudio, pp. 16-33. Sevilla:
Consejería de Cultura, Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico.
76
V. ALZHEIMER E IDENTIDAD:
ALGUNAS CLAVES DE TRABAJO
CON PERSONAS QUE AFRONTAN
LA ENFERMEDAD
Carolina Pastoriza Serradilla
INTRODUCCIÓN
77
personas diagnosticadas y familiares cuidadores, suman más de 3,5 millones de
personas afectadas. (Minusval, Mayo 2008).
Para los profesionales que trabajamos con este colectivo, supone un reto
desarrollar herramientas, recursos y formas de trabajo que permitan preservar
el mayor tiempo posible la identidad de las personas que afrontan esta
enfermedad. Apoyando su participación, aprendiendo junto a ellos, haciendo
frente al aislamiento y la desconexión, y evitando las prácticas que favorecen la
des-personalización (infantilización, vegetalización, invisibilización, etc.). En
este contexto, es necesario explorar caminos innovadores, especialmente con los
pacientes más deteriorados cognitivamente, manteniendo la motivación diaria
ante resultados modestos pero significativos, y sin perder de vista que las
personas diagnosticadas son más que su enfermedad, y ante todo, son personas
con una vida por delante para aprender y disfrutar. También consideramos que
es importante recoger las voces de los afectados y plasmar la experiencia de los
profesionales que los atienden en primera línea.
78
De este modo, tenemos en cuenta que el lenguaje e imágenes asociadas
que utilizamos para definir fenómenos, afecta significativamente a nuestras
prácticas y al espectro de emociones y actitudes que desplegamos como
adecuadas. Así, afrontar la enfermedad de Alzheimer puede verse como algo
más, o algo distinto de un conflicto bélico, “vencer la enfermedad”, “luchar
contra ella” o a un eterno duelo “pérdida de la memoria”, “pérdida de los
recuerdos”, “pérdida de la identidad”, y crear así un espacio legítimo para vivirla
también desde la enorme variedad de emociones y sentimientos que acontecen
durante el proceso, como afectado o como cuidador de un ser querido con
demencia: humor, amor, compasión, reconciliación, aceptación, etc.
79
Pueden aparecer también síntomas psicológicos y conductuales como
ideas delirantes, alucinaciones y desinhibición. Suelen aparecer alteraciones en el
estado de ánimo como depresión, ansiedad, irritabilidad, apatía o euforia. A
menudo se destacan las alteraciones de la conducta como agitación, agresividad,
deambulación y alteraciones del ritmo vigilia/sueño (Guisset-Martinez, M. 2011).
Es importante señalar que no todos los trastornos que se van presentando son
debidos a la enfermedad, sino que pueden obedecer a diversas causas:
Pronóstico
Etiología y tratamiento
80
buena calidad de vida tanto para la persona afectada como para los familiares
cuidadores principales.
Incertidumbres y desafíos
Para ello nos es útil repensar qué entendemos por identidad, qué
significa convivir con la enfermedad de Alzheimer y cómo crear espacios de
desarrollo también para este colectivo. Necesitaremos recurrir a diversas
disciplinas: Gerontología, Antropología, Intervención Psicosocial, Educación y
Bioética.
“Soy Sylvia. Era Sylvia antes del diagnóstico y sigo siendo Sylvia
después del diagnóstico. Sigo siendo la misma persona; trátenme,
háblenme de la misma manera” Sylvia, Estados Unidos9
“Soy A. Lo que me gusta cuando vengo aquí es estar con los compañeros
y las compañeras y las profesoras porque son todas muy amables”. A.,
España11
81
El ser humano no es un ser aislado, vive en relación con los otros y
nuestra identidad se construye social e históricamente. Existe una idea en
nuestro imaginario colectivo heredera del positivismo, según la cual no es sino a
partir de nuestra integración en un grupo, cuando interiorizamos sus valores,
actitudes y normas, adoptando una identidad con características que la dotan de
unidad, coherencia, estabilidad y ciertas características individuales
particulares.
82
comprensión más amplia de la EA puede iluminar el hecho de que la identidad
nunca está completamente perdida hasta la muerte.
83
colectiva”, y desde aquí, se torna significativa la apreciación de la psicopedagoga
de AFAVA, Begoña Pérez, de que “Alzheimer somos todos, y todos somos sus
recuerdos”. Así, en las prácticas diarias donde redoblamos esfuerzos por
preservar la identidad de cada persona afectada, estamos también
esforzándonos por preservar nuestra memoria colectiva y nuestra identidad
como comunidad solidaria.
HERRAMIENTAS Y RECURSOS
84
persona a través del reconocimiento de los otros, y en los otros; favorece la
preservación de la identidad de cada usuario a partir de lo que realmente le hace
sintonizar y conectarse con los demás, aludiendo a la experiencia intransferible
que le hace único, y a la vez, a lo que le iguala con los demás, reconociendo y
empatizando también con los demás usuarios. La información, recogida y
actualizada sistemáticamente, puede ser de gran ayuda además en muchas
áreas, talleres diversos y momentos de intervención:
“Me llamo M, soy una señora ya jubilada, tengo 82 años. Soy madre de
6 hijos, he sido maestra, […] lo que más me ha gustado siempre son las
actividades culturales. Vengo al centro para, como dicen mis hijos `no
olvidar lo que sé´ y también para aprender cosas nuevas.”
85
“Nunca antes me había puesto a pintar y ¡quién me iba a decir que iba a
gustarme tanto! Se me da, yo creo que bien, y me lo paso muy bien
pintando”.
Los cuentos son muy valiosos en nuestras vidas. Tienen valor educativo,
explicativo, creativo y recreativo. Como sugiere la filóloga Pascuala Morote
(2002: 160):
86
El modo de trabajar, también varía dependiendo del nivel del grupo. En
el centro, trabajamos con tres grupos según sus capacidades cognoscitivas y
habilidades sociales. Las transformaciones han obedecido tanto a las
dificultades como a las potencialidades que hemos encontrado en el camino,
como si del desarrollo de un cuento se tratase.
87
Nuestros materiales son historias que parten de cuentos populares de
culturas diversas, y también de noticias actuales con narraciones, que de algún
modo, nos impactan.
88
en general, presentan menos inhibiciones a la hora de teatralizar pasajes de la
narración, conservan un menor sentido de la vergüenza, y realmente disfrutan
con ello, si bien también tienen mayores dificultades para prestar atención a lo
largo de todo el recorrido narrativo o para expresarse verbalmente. Creemos
que esto no debe de ser causa de desmotivación a la hora de llevarlo a la
práctica. El hecho de que varias personas del grupo interactúen a la vez viviendo
la trama, o que una persona que apenas se expresa en su vida cotidiana lo haga
en momentos de inspiración, es un objetivo logrado y una gran alegría para los
profesionales y sus compañeros. Compartir esos momentos de conexión,
durante las diversas actividades terapéuticas, llena nuestra jornada de sentido.
89
- En los talleres grupales de orientación a la realidad (TOR), el uso de
ordenador con acceso a Internet unido al proyector, está resultando un
excelente recurso para comentar y debatir noticias diarias. Esto permite
también tener en cuenta las preferencias individuales de los usuarios en cuanto
a los medios de información que quieren consultar, o contrastar la misma
noticia en medios diferentes, ampliar la información por medio de vídeos e
imágenes, favoreciendo el mantenimiento de su atención, o esclarecer las dudas
que surgen utilizando motores de búsqueda, de manera inmediata en tiempo
real.
90
versionada por Miguel Ríos, “Adelita” de Antonio Negrete, “Angelitos negros”
de Antonio Machín, etc.
91
con esta perspectiva podemos analizar cómo la persona influye, y es influida, de
modo significativo, por las interacciones de una serie de sistemas anidados,
desde los más cercanos (como la familia, los amigos, el centro de la asociación) a
los más amplios y envolventes (como los valores y prácticas culturales, la
percepción social de la enfermedad, las políticas sociales sobre dependencia,
etc.). Se denominan microsistema, mesosistema, exosistema y macrosistema.
92
Este aspecto es destacado especialmente por el reconocido
psicogerontólogo Thomas Kitwood (2003), al señalar que el bienestar de las
personas con demencia, depende de la calidad de las relaciones que mantienen
con quienes les rodean. Por todo ello, se hace evidente, que el trabajo en equipo
y el clima organizacional de los centros especializados en el tratamiento de la EA
son claves importantes a la hora de ofrecer un contexto relacional acogedor
dentro de un modelo de atención de calidad.
93
representativa, en cuanto a cómo es el estilo de coordinación y las prácticas que
lo caracterizan:
“Está pendiente de cómo se encuentra cada una, que todas estemos bien:
sabe empatizar con cada una”. (Estudiante en prácticas).
“Nos pide a todas nuestra opinión sobre las cuestiones referentes a los
usuarios, pero también sobre nuestras condiciones de trabajo: turno de
tareas, carga de trabajo, material que necesitamos […] demuestra que
nos tiene de verdad en cuenta”. (Auxiliar de geriatría).
Son muchos los ejemplos que encontramos a este respecto. Cada vez más,
se investiga y divulga acerca de la prevención del burning-out, de los horarios
anti-estrés, de la conciliación de la vida laboral y familiar, de la necesidad de
mejorar la calidad de la atención, la formación en bioética, duelo y cuidados
94
paliativos, , etc. De acuerdo con José Carlos Bermejo13, humanizar y gestionar,
lejos de ser actividades que obedecen a intereses contrapuestos, son dos niveles
complementarios de actuación.
BIBLIOGRAFÍA
HURTADO, J. (2003). La identidad. En A Parte Rei, núm. 28, Julio 2003. En:
http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/hurtado28.pdf
(Consultado el 10 de Septiembre de 2012)
95
MOROTE, P. (2002). El cuento de la tradición oral y el cuento literario: de la
narración a la lectura. En Mendoza, A. La seducción de La Lectura en edades
tempranas. Pp: 159-197. Madrid: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
96
VI. COMUNIDAD INDÍGENA
JENIPAPO-KANINDÉ:
EDUCACIÓN E IDENTIDAD
Daniel Valério Martins
JENIPAPO-KANINDÉ
97
fecha como “de Payaku”. Pero a partir del S. XVIII, fueron considerados como
un único grupo indígena, relacionado por los sistemas de parentesco y por la
utilización de una lengua común.
98
Art. 4º Os índios são considerados:
99
En medio de este clima de reivindicación identitaria, los Cabelludos de
Encantada, bajo la dirección de la Cacique Pequeña, pasaron a exigir en el año
1995 su reconocimiento como pueblo indígena. Para ello acudieron a la capital
federal (Brasília) y exigieron la intervención de la FUNAI.15 Finalmente, en el
año 1997, se realizó un estudio en el seno de la comunidad mediante el cual, la
FUNAI reconoció a los Cabelludos de Encantada como una comunidad
indígena.
Pero este hecho, fue apenas el inicio de una gran lucha respecto a la
demarcación y a los derechos territoriales, antes de que la comunidad fuera
expulsada de sus propias tierras debido a los intereses de determinadas
empresas locales. Aunque el área fue delimitada en el año 1997, no fue hasta
febrero del 2011, cuando los procesos de posesión de la tierra fueron tramitados
con éxito, lo que supuso una batalla vencida, y el inicio de otras muchas, como
la búsqueda de mejores condiciones de salud y de educación.
100
Posteriormene, en Enero del año 2004 se crea otro Consejo, con el objeto
de alcanzar mejoras en la salud de los miembros de la comunidad. Por exigencia
del Gobierno Federal se constituyó entonces el Consejo de Salud indígena
Jenipapo-kanindé, basado en la gestión de política nacional de atención a la
salud indígena, (Ley Nº 9.836 de 23 de Septiembre de 1999), correlacionado
con el Sistema Único de Salud (SUS). De esa forma, la institución del Consejo de
Salud se tornó obligatoria al interior de las comunidades indígenas que fuesen
reconocidas legalmente.
101
indígenas brasileños, una historia que habitualmente no viene relatada en los
libros escolares y en general, totalmente ajena a la realidad cotidiana de los
alumnos pertenecientes a la red privada de enseñanza brasileña.
Al poco tiempo, los alumnos fueron comprendieron que aquella era una
historia que no se narraba en sus libros y que esa comunidad, se podría
beneficiar de su ayuda. Así, a través de la realización de varios trabajos por parte
de los alumnos y profesores, especialmente de divulgación de la situación en
que se encontraba la comunidad, esta fue adquiriendo un espacio público donde
mostrar aquellos problemas que padecían, y conjuntamente con el apoyo de
algunos profesores de las Universidades de Fortaleza, la comunidad fue
102
ganando una voz activa en los procesos reivindicativos que se estaban librando,
principalmente en la lucha por el reconocimiento identitario y en la posesión
legal de las tierras.
103
así como una serie de recursos personales que la evidencian como una lider
incotestable.
104
escolares, la construcción de centros de salud, la implementación de una escuela
indígena diferenciada, etcétera, así como la existencia en la actualidad de un
proyecto para la creación de un museo, y la construcción de la “posada del
indígena”, que va a procurar mano de obra especializada formada por la propia
comunidad, y que ansía constituirse como una fuente de renta, dentro del Plan
de Turismo Local.
LA EDUCACIÓN DIFERENCIADA
105
[…] O problema das minorias é, cada vez mais, um problema complexo,
que é preciso abordar social e pedagogicamente.” (Duque, J. y Duque, O.
2005: 26-30)
106
53), la educación en la comunidad Jenipapo-Kanindé pasó a ser ejercida por la
Escuela Diferenciada de Enseñanza Fundamental y Secundaria Jenipapo-
Kanindé.
Reflexiones finales
107
consideran que tal contratación, podría llevar a que los profesores se
abstuvieran de generar orientaciones en sus comunidades, porque de cierta
forma, esto generaría una jerarquización del conocimiento colectivo y el
profesor podría ser visto como una persona ajena al grupo. Por ello, cada
comunidad nombra a sus propios profesores indígenas, el cual se mantiene en
sus funciones, o no, a través de diferentes mecanismos internos. Al respecto,
Grupioni menciona acertadamente que la contratación de profesores indígenas
por parte del Estado:
108
Así, podemos observar que al ser aprobada en el año 1999 la creación de
las Escuelas Indígenas en Brasil, se tenía una visión “un tanto” integradora
alejada de los posicionamientos propios de la interculturalidad. Según Tejerina
(2011), una de las principales diferencias entre el interculturalismo y
multiculturalismo, la podemos observar en el hecho de que,
BIBLIOGRAFÍA
109
APARICIO, J. (2011). Interculturalidad, Educación y Plurilinguismo en
America Latina. Madrid: Pirámide.
110
VII. EL PROCESO DE ABOLICIÓN DE
LA ESCLAVITUD EN BRASIL
Charles David Tilley Bilbao
“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres
dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra
ni el mar encubre.” (Cervantes, M. 1605. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de
la Mancha. Cap. LVIII. Madrid: Juan de la Cuesta [Impr.])
INTRODUCCIÓN
111
CONTEXTO SOCIOHISTÓRICO
112
Pero mientras finalizaba la prosperidad del negocio azucarero en tierras
brasileñas, aproximadamente en la misma época se descubren grandes reservas
auríferas en el sur de Brasil, lo cual provoca un gran proceso migratorio
(mayoritariamente una migración interna), así como una etapa marcada por la
explotación del mineral y de los esclavos. De esta manera, a mediados del siglo
XVIII el oro se configura como la clave del comercio portugués en detrimento
del azúcar. (Ibídem)
18 En http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Slaves_drying_coffee_circa_1870.jpg
113
LA ESCLAVITUD EN BRASIL
114
Periodo 1492 - 1601 - 1701 - 1810- Total
1600 1700 1810 1870
Número
de 50.000 560.000 1.891.400 1.145.400 3.646.800
esclavos
Tabla 1. Estimación del número de esclavos africanos enviados a Brasil por los portugueses.
Fuente: Andrés-Gallego, J. (2005).
115
EL PROCESO DE ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD EN BRASIL
116
vez de retornar a África, por lo general acabaron trabajando en colonias inglesas
del Caribe, donde vivían en condiciones muy similares a las de la esclavitud.
(Ibídem)
Esta Ley, polémica en Gran Bretaña y muy criticada en Brasil por algunos
sectores políticos y por los grandes terratenientes, produjo un paradójico
aumento del tráfico de esclavos, pues las compras de esclavos africanos en las
colonias aumentaron anticipándose a la entrada en vigor de la Ley, y además,
produjo un alza en el precio de los esclavos, aumentando sustancialmente los
beneficios de los tratantes de esclavos. (Ibídem)
117
implementa, entre otras medidas, algunas sanciones para las autoridades que
encubrieran el tráfico de esclavos.
Joaquim Nabuco de Araujo, quien fue Ministro de Justicia entre los años
1853 y 1857, llegó incluso a entrevistarse con el Papa León XIII para informarle
de la deplorable situación en la que se encontraban los esclavos en Brasil y la
lucha que estaba llevando a cabo el movimiento abolicionista. Según este
político:
“La esclavitud, […] es un hecho legal, pero nadie diría que es un hecho
legítimo, porque es un hecho condenado por la ley divina, es un hecho
condenado por la civilización, es un hecho condenado por el mundo
entero.” (Nabuco de Arauco, J. 1979: 44 en Bosi, A. 2005: 209)
19 En: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Senhora_escravos_1860.jpg
118
quienes necesitaban incrementar la mano de obra barata, la cual permitía la
obtención de grandes beneficios, y en definitiva, mantener el status quo.
Entre los años 1864 y 1870 tuvo lugar la Guerra del Paraguay (o “Guerra
de la Triple Alianza”), conflicto militar que enfrentó al Estado paraguayo con la
coalición formada por Brasil, Argentina y Uruguay. Durante la contienda, Brasil
llevó a cabo un reclutamiento forzoso en el que se vieron obligados a participar
miles de esclavos. Después de que estos regresasen victoriosos, pero fuesen
obligados a retomar la condición de esclavos, el movimiento abolicionista
experimentó un enorme auge al interno de la sociedad brasileña, contrario a
esta situación. (Klein, S. 1986)
119
En el año 1880, Joaquim Nabuco, político cofundador de la Academia
Brasileña de Letras y José de Patrocinio, escritor y activista político, crean La
Sociedad Brasileña Contra la Esclavitud, hecho que daría paso al desarrollo de
una fuerte campaña abolicionista a la cual se sumaron varios intelectuales y la
Iglesia Positivista de Brasil, la cual tuvo una actuación destacada
deslegitimando la esclavitud, vista cada vez más frecuentemente como una
forma bárbara y atrasada de organizar el trabajo y de tratar a los seres humanos.
(Ibídem)
Sin embargo, esta Ley jamás fue cumplida. Los esclavos que tenían entre
sesenta y sesenta y cinco años, debían prestar servicios por tres años a sus
propietarios y después serían puestos en libertad. No obstante, pocos esclavos
llegaban a esa edad y quienes lo hacían, no podían competir con los inmigrantes
20 Es de señalar que gran parte de los líderes de este movimiento eran masones. Por
ejemplo, el Vizconde de río Branco, José Bonifacio, Eusébio de Queirós, Luis Gama,
Antonio Bento, José do Patrocinio, Joaquim Nabuco, Silva Jardim, Rui Barbosa, etc.,
pertenecían a la masonería. (Mota, C. y López, A. 2009: 276-277)
120
europeos que llegaban en busaca de trabajo por lo que no tenían opciones de
subsistencia. (Ibídem)
21 En: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Family_and_slave_house_servants_
by_Klumb_1860.jpg
121
CONSIDERACIONES FINALES
122
mismo, las diferentes medidas legislativas favorables a la abolición (o a ciertas
restricciones en la esclavitud) fueron consolidando la prohibición de poseer y
explotar a otros seres humanos.
BIBLIOGRAFÍA
123
Otras fuentes consultadas
124
VIII. CONSTRUCCIÓN IDENTITARIA
DE LOS ANTEPASADOS INDÍGENAS
DEL CENTRO-OESTE PANAMEÑO.
PALEOLÍTICO IA-IB
"Lo que yo puedo hacer desde mi lugar único en el mundo nadie puede
realizarlo, pero nada puedo realizar sin la participación y/o presencia del otro: he
aquí la paradoja de la ética dialógica" (Bubnova, 1997: 266 - 67).
INTRODUCCIÓN
125
puntos de salida y de entrada, sino también en las rutas y los motivos de sus
recorridos espaciales. A modo de ejemplo, aun no se aclarado si el movimiento
poblacional se puede calificar de migración masiva o expansión demográfica
por segmentaciones.
126
la tradición oral, recogida en el Popol-Vuh, que aún permanece viva en los
relatos de los herederos actuales de los grupos que poblaron esos espacios, los
Naso Tjërdi, los Ngöbe y los Buglé, los más antiguos pobladores de Panamá.
127
arqueológicas. Los resultados de los primeros estudios de Bird, J. y Cooke, R.
(1977) y de Cooke, R. y Sánchez, L. (2004) coinciden con este primer acceso, al
tener constancia de haber sido el elegido por grupos de cazadores y recolectores
que llegarían, antes del deshielo, hasta la Patagonia. Esta posición está
ampliamente fundamentada por otros investigadores, como Holliday, V. (2000)
o Haynes, G. (2002), que datan los yacimientos de Texas y Canadá entre los
11.500 y 10.600 años A.P., asociados a la tradición de talla de la punta Clovis,
muy similar a la del solutrense europeo (Bradley, B. y Stanford, D. 2006),
atribuida su factura a la primera oleada que pobló el continente, como también
indican Martín, P. (1973) y más tarde Fiedel, S. (1996), precedentes de los
autores citados en adjudicar a esta población la responsabilidad de la extinción
de los grandes animales del pleistoceno final, al considerarlos como su único
recurso alimentario. Sin embargo, esta concreción es actualmente muy
discutida por no haber tenido en cuenta los cambios climáticos que se
produjeron y que afectarían para la supervivencia de este tipo de fauna.
128
pudo darse desde Siberia, según algunos autores como Goebel, F., Powers, W. y
Bigelow, N. (1991), hasta más tarde, desde el 13.000 A.P., cuando descendió,
unos 100 metros, el nivel de las aguas de Bering. Además, habría otro
inconveniente que impediría su paso hacia el sur, la barrera polar intransitable
del Manto Laurentino, unión del casquete de hielo oriental -Lauréntida- y del
occidental -Cordillera- que cubría completamente Canadá, Groenlandia y el
norte de Estados Unidos, y que no desaparece hasta después del 20.000 A.P.,
quedando retenida en Alaska la potencial población que hubiera pasado por
Bering, antes de la cronología señalada.
129
II. RESEÑA GEOGRÁFICA DEL PANAMÁ ORIGINARIO
130
a la placa volcánica del Caribe, y sí a la unidad tectónica “micro-placa” de
Panamá junto con el sur de Costa Rica y la parte occidental de la depresión del
Atrato. También, porque no está en el espacio de contacto de la fosa marina
provocada por el hundimiento de la placa de Coco y la superposición de la placa
del Caribe. Sin embargo, en el territorio límite con Costa Rica, en las provincias
panameñas de Bocas del Toro y Chiriquí, es dónde se registran más
movimientos sísmicos, con una potencial actividad volcánica en la Yeguada y el
Valle de Antón y una actual del volcán Barú, aunque no la haya manifestado.
Así, la vertiente caribeña, en las tierras altas, presenta especies como las
de Méjico y las de las tierras centroamericanas del hemisferio Norte y, en
cambio, la vertiente pacífica, en las tierras bajas, dispone de especies similares
2 La cordillera Talamanca que enlaza con la cordillera Central, encontrándose las zonas
más elevadas en las provincias de Bocas del Toro y Chiriquí, la cadena Occidental, la cordillera
de San Blas, la serranía del Sapo y el Alto Darién.
131
a las del hemisferio Sur. Esta variada tipología de la vegetación expresa esa
fusión entre el Norte y Sur americanos con plantas propias de la zona
amazónica y del área mesoamericana, lo que se deriva en una riquísima fauna,
con una gran variedad de aves, mamíferos -de pequeño, mediano y gran
tamaño-, peces, moluscos y una gran cantidad de insectos.
Su red hidrográfica cuenta con unos 500 ríos, la mayoría de los cuales
desembocan en el Pacífico. Éstos incrementan la variedad de la fauna y la flora
por el alto grado de humedad, unido a la función de pasadizo climático entre los
dos océanos y los dos hemisferios.
"Los movimientos eustáticos, del nivel de las aguas del mar a causa del
último período glacial, son muy fuertes, entre el 9.350 a.c. y el 6.550
a.c., en este período las aguas del mar, situadas a un poco menos de 50
metros bajo el nivel actual, suben al derretirse la calota glaciar, a un
ritmo de aproximadamente 1 cm. por año. Luego, el ascenso es más
lento para alcanzar la altura de hoy alrededor del año 2.250 a.c. De tal
forma, durante gran parte del período que nos interesa, el Istmo de
132
Panamá tenía una superficie mucho mayor que la de hoy, de
aproximadamente 100.000 kilómetros cuadrados, cuando una porción
apreciable del gran Golfo de Panamá (y en particular del Golfo de
Parita) y del Golfo de Chiriquí, apoyados en la plataforma continental,
constituían zonas emersas, con un relieve plano o suavemente
ondulado". (1981:13-14)
Mapa 1 Extensión de Panamá hace 12.000 años A.C. Fuente: Jaén (1981:15)
133
innegable el sorprendente parecido físico de hombres americanos con
ciertos habitantes de Asia nororiental; otros guardan mayor parecido
con el tipo malayo y polinesio. Pruebas de orden lingüístico y
antropológico han permitido establecer parentescos que, con el correr
del tiempo, fueron diluyéndose hasta que la memoria colectiva olvidó los
nexos con aquellos lejanos antecesores; modificando su conducta y sus
patrones culturales para adquirir, dentro de la variedad de ambientes
americanos, una identidad propia y un cierto aire de familia. Futuras
pruebas genéticas aportarán nuevas informaciones al respecto. Lo que
parece ser verdad es que, aunque el hombre no tuvo su origen en
América, su cultura sí es autóctona, porque es indudable que al pasar el
hombre primitivo del Asia al Nuevo Mundo, llegó con muy pocos bienes".
(2006: 85-86)
134
"que necesariamente debe existir una mayor diversidad genética en las
áreas de ocupación más antiguas al mantenerse los asentamientos
durante más tiempo, lo que permitiría más reproducción intragrupos;
2) que la divergencia biológica que se dio entre estos grupos precede a
la divergencia lingüística; 3) la presencia de un gran cuello de botella
que permitió la posterior diferenciación a partir de la población
original, la cual produjo cierta homogeneidad genética que es posible
encontrar ahora en los grupos del Nuevo Mundo." (Barrantes, 1993:30)
135
en uno más concreto, que es la Baja Centroamérica, la mayor parte del El
Salvador y Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
136
Desde el punto de vista del estudio genético, según Barrantes, R. (1993),
para la identificación paleoindio-indígena actual, el mayor problema es la
variabilidad genética que presenta y para explicar su origen y su mantenimiento
es necesario, por un lado, recurrir a la complementariedad de las variables
neodarvinianas y las precisiones de Kimura, M. (1983):
137
istmeña luce mucho más sustentable, que otras que han propuesto vínculos
con los caribes u otros grupos humanos reales o ficticios llegados al istmo
procedentes de Mesoamérica, el Caribe o regiones transandinas" (Cooke, R y
Sánchez, L. 2004:5-6).
138
Parece evidente que si en Europa y en Asia el comportamiento paleolítico
quedó como sustrato en la evolución hacia el neolítico, una vez desarrollado
éste, se mantuvieron determinadas técnicas de utillaje, actitudes organizativas y
de aprovechamiento del medio ligados a aquel.
El optar por la teoría, más apoyada, de que los grupos que entraron en el
continente americano procedían de distintos lugares, pertenecían a etnias
3 Popol Vuh o “Libro del Consejo o Comunidad” es la recopilación de las leyendas del
grupo Quiché perteneciente a la civilización Maya, que ocupó el sur de Guatemala y parte de
Centroamérica. La primera versión escrita fue realizada en piel de venado en lengua Quiché, en
1.701 Fray Francisco Ximénez la transcribe al castellano y en el s.XIX Charles Etienne Brasseur
de Bourbourg la traduce al francés.
139
diferentes y ejercían un desigual aprovechamiento del medio, nos obligó a
realizar un estudio dicótomo y, simultáneo.
140
Fue indispensable para hacer este ejercicio comparativo adaptar las
edades culturales de este mito a las fases de datación establecidas por la
Arqueología.
141
silvestres prototipos de los primeros cultivos americanos, por lo que fue su
centro de domesticación y difusión.
142
IV.1. PERÍODO IA. RECOLECTOR-PESCADOR-CAZADOR
INFERIOR. PRIMERA EDAD
a. Datos arqueológicos
143
Mapa 3. Lugares con restos arqueológicos en Panamá
Fuente: Cooke y Sánchez (2004:10)
b. Datos etnográficos
144
La descendencia es patrilineal sin la práctica simultánea de la patrilocalidad por
el individualismo familiar y el nomadismo.
1.b7. Sus lugares de hábitat son al aire libre, en barrancos, abrigos rocosos y en
el caso de realización de vivienda tienen más la apariencia de para-vientos por
no estar cerradas en su parte inferior por todos los lados. Los materiales que
utilizan son los que les ofrece el ecosistema, hierba para la techumbre y troncos
donde la apoyan.
1.b9. Los adornos corporales son collares, brazaletes y pinturas, líneas, puntos y
círculos.
145
1.b10. Para la denominación de cantidades utilizan el número tres y para un
mayor cómputo dicen mucho o muy mucho. Otros grupos cuentan hasta siete.
El paso del tiempo no es calculado, sólo es observado por los cambios en la
naturaleza. Su lenguaje es básico.
146
recuerdo de la llegada de los agricultores que los desplazaron de los lugares
donde habitaban.
147
No se manifestaba la faz de la tierra. Sólo estaban el mar en calma y el
cielo en toda su extensión.
No había nada que estuviera en pie; sólo el agua en reposo, el mar
apacible, solo y tranquilo. No había nada dotado de existencia.
Solamente había inmovilidad y silencio en la oscuridad, en la noche.
Sólo el Creador, el Formador, Tepeu, Gucumatz, los Progenitores,
estaban en el agua rodeados de claridad. Estaban ocultos bajo plumas
verdes y azules, por eso se les llama Gucumatz. De grandes sabios, de
grandes pensadores en su naturaleza. De esta manera existía el cielo y
también el Corazón del Cielo que este es el nombre de Dios. Así
contaban.
Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos Tepeu y Gucumazt, en
la oscuridad, en la noche, y hablaron entre sí y meditando; se pusieron
de acuerdo, juntaron sus palabras y su pensamiento.
Entonces se manifestó con claridad, mientras meditaban, que cuando
amaneciera debía aparecer el hombre.
Entonces dispusieron la creación y crecimiento de los árboles y los
bejucos y el nacimiento de la vida y la creación del hombre. Se dispuso
así en las tinieblas y en la noche por el Corazón del Cielo, que se llama
Huracán.
El primero se llama Caculhá-Hunrakán (Trueno). El segundo es Chips-
Caculhá (Rayo). El tercero es Raxá Caculhá (Relámpago). Y estos tres
son el Corazón del Cielo" (Recinos, A. 2005: 23-24).
148
Tempestad, el Trueno, el Rayo y el Relámpago son las manifestaciones de su
movimiento, el ternario es el acto de crear, el dinamismo, la actividad , la Lluvia
= Fertilidad.
149
tienen la soberbia, por ser depredadores, de subsistir en un medio tan hostil del
que forman parte en igualdad de fuerzas.
Su esperanza de vida debió ser corta, sobre los 25 años y las causas de su
muerte fueron accidentales (envenenamiento, caída) o por deterioro en la
dentadura o falta de visión que les impedía buscar el alimento. No hay datos de
enterramiento excepto de Cabracán y no tiene ritual, es atado e introducido en
un hoyo, precedente del tipo de enterramiento posterior.
150
no es capaz de organizarse en grupos, no transforma el ecosistema porque imita
el comportamiento animal, por lo que está abocado a ser destruido o
reconvertido en animal capturable.
a. Datos arqueológicos
En el Istmo del 11.500 al 9.500 A.C. podemos hablar, según los datos
actuales, de dos tradiciones líticas coetáneas: la “clovis” y la “cola de pez”.
La segunda, “cola de pez”, presenta una forma ovoidal con una pequeña
prolongación peduncular para el enmangue y es más plana, aunque también es
bifacial. Este tipo de técnica de talla también está presente en Sudamérica. Los
yacimientos asociados a ella en Panamá son la Cueva de los Vampiros (Golfo de
Parita), muy cercano a éste el de Cañazas (Veraguas), y el del Lago Ajuela en el
río Chagres. El primero, en la actualidad, a orillas del Pacífico, en este período
tardiglacial estaría más al interior, por lo que probablemente habría más
asentamientos que ahora están sumergidos en el océano; el segundo en la
vertiente pacífica; y el tercero entre la vertiente atlántica y la pacífica. Se ha
relacionado este tipo de punta, también con grupos cazadores superiores que
perseguirían mastodontes, perezosos gigantes y caballos americanos.
151
Pez se traslapan en lo geográfico con las Clovis aunque los datos actuales no
permitan establecer si aquellas se derivaron de éstas o si ambas clases
representan distintas tradiciones coetáneas, siendo Clovis la norteña y Cola de
pez la sureña."
152
especializados, una vez agotados los recursos animales, les obligaría a generar
algunos ajustes organizativos y de utillaje para el aprovechamiento de los
nuevos recursos alimentarios que empezaban a aparecer con la entrada del
Holoceno. Esta progresión aparece constatada con una mayor densidad de
población en los yacimientos, un aprovechamiento de los recursos más
intensivo y algún cambio en los útiles, como la aparición de las puntas de lanza.
b) Datos etnográficos
2.b2. Su economía se basa en la caza del guanaco que es colectiva. Las piezas de
caza son compartidas por todos y sus útiles son específicos de esta actividad, la
honda, la lanza, el cuchillo de piedra, y el arco y las flechas.
153
2.b3. La relación con otros grupos es belicosa y vengativa. Su actitud es
claramente xenófoba.
2.b4. Cuantifican hasta el número siete, el de sus ancestros, pero para dividir el
tiempo diferencian entre el día y la noche -para la caza salen antes de salir el
sol-, el invierno, 6 plenilunios igual a seis meses, los días de luna llena son los
mejores para cazar por la noche; y el verano. Para el cómputo temporal se
basan en el circuito solar con dos estaciones verano e invierno.
2.b7. Existe la idea de propiedad comunal entre parientes que se transmite por
vía patrilineal, para la caza, esa delimitación de uso y disfrute la aportó Kenos.
2.b8. Les gusta el adorno corporal hecho con los tendones de animales a modo
de pulseras, collares en los que ensartan huesos o conchas. Las coronas de
plumas de avestruz también son usuales, al parecer las usan para pasar
desapercibidos en su captura. Las pinturas les protegen y los colores tienen esta
simbología: el blanco significa paz, el negro tristeza por una desgracia y el rojo
alegría. Se dibujan en la cara círculos rojos con puntos.
154
se la llama Sol de medianoche, también está en esta familia el Arco-iris y el gran
sabio, chamán, ambos conectados por ser el arcoiris preludio de la lluvia y el
chamán, propiciador de la llegada de la fertilidad de la primera.
155
El héroe de la última etapa cultural es Kwanyipe el dueño y protector del
alimento básico de los selknam, el guanaco, mamífero hervívoro. Es el que dió
las normas para la caza y al que los cazadores deben propiciar antes de la
cacería. También aparece dando muerte a un Gigante que se alimenta de seres
humanos y que cazó a sus sobrinos gemelos, éstos ayudados por su tío, le puso
obstáculos al Gigante, lograrán escapar cuando es aplastado por el pie de
Kwanyipe y convertido en montaña.
156
Batalla inmediata perdida para los recolectores por no disponer aún de la
agrupación macrofamiliar, ni de las artes de la batalla, pero potencialmente
ganada por la relación exógamica y prohibida de Hun-Hunahpú con Ixquic, de
los Camé, que, posteriormente, será la artífice del descubrimiento de la
producción del maíz y del inicio de la matrilinealidad, ya en inicios con los
intentos y la valoración de la madre de Hun-Hunahpú, Ixmucané.
V. CONCLUSIONES
157
que fue utilizada, posteriormente, por los braquicéfalos cazadores superiores
que iban siguiendo los desplazamientos de la megafauna.
Estos últimos inmigrantes siguieron las rutas utilizadas por los primeros,
produciéndose el encuentro de ambos en los ecosistemas de mayores recursos.
158
puntuales: cuando la recolección, la caza o la pesca habían sido abundantes y se
aprovechaban para establecer las uniones exogámicas -reguladas a partir del
segundo grado de parentesco-; o para enseñar a los jóvenes las tácticas
autónomas del aprovechamiento del ecosistema y las normas básicas de
relación humana que, en síntesis, se basaban en la “no agresión”.
159
decisiones y el responsable de transmitir las habilidades y capacidades a su
progenie. Él era el depositario de la fertilidad y el que estaba estrechamente
unido a los ancestros.
El reconocimiento del Sol como fuerza natural les hizo recrearlo similar a
su estructura básica familiar patrilineal: Sol padre e hijo y el Sol de medianoche
-la Luna- que representaba a la mujer en su reconocimiento familiar como
sujeto paciente y dependiente del varón -en la noche era fertilizada por el
varón-.
160
En el momento posterior, el sincretismo resultante del encuentro será
inevitable y beneficioso para ambos grupos. Como se relata en el Popol Vuh,
llegarán a un punto común, el recuerdo de sus orígenes, de sus ancestros, cada
grupo de los suyos, pero cada uno de ellos como ejemplo de los avances
logrados.
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no. 5260: 373-384.
164
El presente libro, con título Antropología e Identidad. Reflexiones
interdisciplinarias sobre los procesos de construcción identitaria en
el siglo XXI, finalizó su digitalización en la ciudad de Valladolid,
en enero del año 2015.
165