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Psico Del Ciclo Vital PDF
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ELISA DULCEY-RUIZ * 1
ABSTRACT
Psychology of the life span is presented as a wider perspective than developmental psychology.
Coherent with an integral vision of the life span course this psychology emphasizes the irrelevancy
of age, permanent change, multidimensionality, and plasticity, as well as the importance of context
and history. It refers to the aging process, to adulthood, old age, and death, in the frame of life span;
It emphasizes possibilities related to successful aging, subjective well-being and wisdom, according
with the point of view of positive psychology. They can be to obtained through lifelong learning, or
education for the life.
Key words: Life span psychology, aging, adulthood, age old, lifelong learning.
RESUMEN
Se propone que la psicología del ciclo vital es más amplia que la psicología del desarrollo.
Coherente con una visión integral del curso del ciclo vital esta psicología enfatiza la irrelevancia de
la edad, los cambios permanentes, la multidimensionalidad, y la plasticidad, también como la
importancia del contexto y la historia. Se refiere al proceso de envejecimiento, a la adultez, la vejez
y la muerte en el marco del ciclo vital; enfatiza posibilidades relacionadas con el envejecimiento
exitoso, el bienestar subjetivo y la sabiduría, acordes con el punto de vista de la psicología positiva
y posibles de lograr mediante el aprendizaje durante toda la vida o la educación vitalicia.
Palabras clave: psicología del ciclo vital, envejecimiento, adultez, vejez, aprendizaje durante toda
la vida.
*
Correspondencia: ELISA DULCEY-RUIZ, Centro de Psicología Gerontológica (CEPSIGER), Apartado 52366, Bogotá,
Colombia. E-mail: edulcey@cepsiger.org
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Apartes importantes de este artículo se retomaron del documento Aging, adulthood and old age in life-span perspective,
presentado por Elisa Dulcey-Ruiz en el Seminario ARTS 3: Pathways Across Development: Cross-Cultural Perspectives,
en Estocolmo, Suecia (Julio 29-31, 2000).
**
Correspondencia: CECILIA URIBE VALDIVIESO, Universidad Javeriana, Facultad de Psicología, Carrera 7 No. 40-62,
Bogotá, Colombia. E-mail: ceuribe@javeriana.edu.co ó ceurival@lycos.com
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Aludir a una psicología del ciclo vital implica postular una perspectiva más amplia que la
habitualmente considerada por la llamada psicología del desarrollo. Como lo planteara Riegel
(1973), la historia de la psicología del desarrollo hace parte de la historia de la psicología del
el envejecimiento dan luces sobre la totalidad de la vida. Tales estudios longitudinales se remontan
al siglo XVIII, con Tiedeman y sus biografías de bebés, y se inician, de manera más sistemática, a
comienzos del siglo XX. Décadas más tarde surgen los estudios longitudinales centrados en el
envejecimiento –considerando todo el transcurso vital-. Los objetivos de unos y otros han sido
buscar condiciones óptimas para el desarrollo físico, mental y social de los niños, como también
EL CONTEXTO
del desarrollo humano, la cual resulta especialmente valiosa cuando se trata de dar cuenta del
contexto del ciclo vital. En esta perspectiva incluye indicadores de estilos y condiciones de vida en
formas de interacción. Estos tres elementos se presentan en los distintos sistemas por él
considerados: microsistema (el ambiente más cercano a la persona: familia, comunidad, colegio,
forma directa o indirecta, en mayor o menor grado, inciden en el ciclo vital de las personas.
Cabe así considerar algunas tendencias prevalentes en el siglo XXI, relacionadas con el
interconectado virtualmente: “la aldea electrónica”), así como los cambios demográficos. Estos
En concordancia con lo anterior, Dychtwald (1995) postula que las perspectivas venideras
vida al nacer, cambios en la percepción de la vejez, incremento en el poder (social y político) de las
generaciones más viejas, reemplazo de la seguridad social por programas de seguridad financiera a
cargo del propio individuo; integración, a lo largo de toda la vida, del trabajo, el aprendizaje y el
cuales generarán grandes cuestionamientos éticos. De esta forma, en todos los sistemas implicados
envejecimiento resaltan el logro de una cada vez mayor autonomía funcional y decisoria, gracias a
y económica. De acuerdo con Lehr (1993, 1994) el acelerado envejecimiento poblacional conlleva
nuevas miradas sobre estilos y condiciones de vida, de modo que el mantenerse con bienestar se
convierte en un objetivo y en una tarea individual y social de primer orden. Por su parte, Moragas
(1999) señala que “el envejecimiento de la población con independencia, autonomía y alta calidad
de vida, puede ser una de las innovaciones del tercer milenio” (p. 13). Sobre el particular agrega
Birren (2000) que “el envejecimiento surge como uno de los temas más complejos que enfrenta la
En relación con la familia, Dychtwald (1995) se refiere al paso de los grupos de padres e
hijos (familia nuclear) a grupos en los cuales se integran personas de varias familias (familias
multigeneracionales), las que serán cada vez más comunes debido al divorcio y la separación, la
viudez y las nuevas uniones. Aunque los niños seguirán siendo la alegría de las familias, los adultos
de dos o tres generaciones predominarán en las familias del año 2020. Las demandas del cuidado
por parte de las generaciones más jóvenes y más viejas serán una fuente de estrés para mujeres y
hombres de mediana edad. Con el incremento de la movilidad y la mayor diversidad de los estilos
de vida, los lazos de sangre serán menos importantes, prevaleciendo las “familias por elección” en
forma de clubes, las parejas del mismo sexo, los grupos de afinidad y de vecindad, así como el
ciclo vital se convierte en un marco de referencia (más que en una teoría) de tipo contextual y
dialéctico, que considera la totalidad de la vida como una continuidad con cambios, destacando
prevalentes sobre cualquier clasificación etárea, o en la que predomine la edad como criterio. La
perspectiva del ciclo vital representa un intento para superar la dicotomía crecimiento - declinación,
y termina con la muerte, es una realidad característica de todas las formas de vida multicelular y,
por supuesto, de la vida de todos los seres humanos. No obstante, su complejidad difiere en las
distintas especies, individuos y épocas de la vida; y las formas de envejecer son tantas como
(2000) afirmando que “las personas se vuelven más diferentes con la edad, debido a razones
(véanse también: Neugarten, 1968; Thomae 1974/1976; Lehr, 1993, 1994; Neugarten y Datan,
culturales que, en todo caso, superan concepciones unidimensionales, estáticas y limitantes, Más
bien, en concordancia con el modelo contextual dialéctico que busca superar las perspectivas
simultáneos y permanentes durante la vida, en los cuales se conjugan ganancias y pérdidas, así
(constructo demográfico, más que funcional) es relativa, debido a que la edad por sí misma no es un
factor causal, explicativo o descriptivo, ni una variable organizadora de la vida humana. Es menos
importante el tiempo que pasa, que lo que ocurre durante ese tiempo. Así tiende a perder
importancia cualquier clasificación de la vida por etapas, dado que los hitos culturales y biológicos
son cada vez más inexactos e inesperados (véase: importancia del contexto y de la historia).
envejecimiento, la vejez y las personas ancianas, Lehr (1994) recuerda cómo las expectativas de
otros influyen en el concepto que cada persona tenga de sí misma. Se refiere a fundamentos
revisión de la imagen que tenemos de la vejez y de las personas ancianas. Señala Lehr, junto con
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Thomae (1993) que los problemas relacionados con la vejez no empiezan en una edad o una época
determinada, sino cuando se comienza a etiquetar a las personas como “de edad madura”, o como
“trabajador retirado”. Al respecto tiene mucho que decir la psicología social, particularmente desde
el estudio de la percepción social, puesto que es la percepción de las situaciones, más que las
condiciones objetivas de las mismas, lo que lleva a las personas a comportarse como lo hacen. Y
vale la pena reiterarlo: nos comportamos en las situaciones y con las personas de acuerdo con la
Quienes comparten la perspectiva del ciclo vital (Thomae, Lehr, Birren, Neugarten, Baltes,
entre otros), en una u otra forma, consideran como rasgos característicos del curso de la existencia
disímiles direcciones, en la construcción de la vida de cada persona. De esta forma, cada vida
mantienen, a la vez que en cualquier tiempo surgen otros nuevos. Con respecto a la plasticidad,
observa Pedersen (2000) que “en términos absolutos el efecto genético es estable, pero en términos
relativos la influencia genética decrece”. ... “Si la varianza del entorno se incrementa y se distribuye
anterior hay que agregar que a partir de los hallazgos derivados del Proyecto Genoma Humano van
quedando atrás muchos supuestos fatalistas (del Latín fatalis: hado, inevitable) (Real Academia
disponibles, sabiéndolos limitados (el tiempo, los recursos de la naturaleza y los recursos
personales: habilidades y capacidades, relaciones, entre otros). De acuerdo con Baltes (2000a) y
Staudinger (2000), y teniendo en cuenta la perspectiva de una psicología positiva (en el sentido
formas activa y pasiva, consciente e inconsciente, individual y colectiva” (Baltes, 2000b, p. 7). Así
recursos), diseñando alternativas centradas en formas de superar dichas pérdidas sin necesidad de
cambiar las metas (Baltes y Freund, en prensa; Baltes, Lindenberger y Staudinger (1998). En todas
las épocas de la vida, incluyendo, por supuesto, la vejez lo anterior es factible porque, como afirman
Baltes, Smith y Staudinger (1992, p. 132): el self [sí mismo] puede continuar siendo un sistema de
Según Degirmencioglu (2000), los modelos contextuales son más apropiados al estudiar las
trayectorias vitales dado que estas son cada vez más atípicas. De ahí la conveniencia de analizar la
influencia que tienen en la vida de distintas generaciones las variables históricas y sociales.
edad reiterada por Neugarten (1968); y Neugarten y Datan (1996/1999), algunos autores plantean
tres conjuntos de factores que inciden en el curso del ciclo vital: expectativas sociales relacionadas
Nesselroade (1979, citados por Baltes, 1983). A los dos primeros tipos de influencias se les
términos de pertenencia a una sociedad. Las últimas (no normativas) son de carácter individual, mas
no general, pero inciden igualmente en el ciclo vital de las personas. Todas estas influencias
interactúan entre sí, tienen efectos acumulativos y pueden variar con el tiempo (Baltes, 1983).
Se refieren a expectativas sociales que toman en cuenta “relojes biológicos” (ejemplo: edad de
caminar, de hablar, edad de la pubertad, edad de la menopausia); así como “relojes sociales”
edad de trabajar y ser independiente económicamente, de conformar una familia, edad de tener
derecho al voto, edad de retirarse del ‘mercado laboral’, entre otras). Toda sociedad controla el
desarrollo individual teniendo en cuenta criterios de edad y de género (Iacub, 2002). Según Horton
y Hunt (1977) “en ninguna sociedad se trata de la misma manera a los niños, los adultos y los
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ancianos” (p.83). En forma análoga, en toda sociedad se resuelven numerosas tareas convirtiéndolas
No obstante, tanto lo biológico, como lo socio-cultural son realidades cada vez más
crecimiento (debido a la aparición más temprana de condiciones físicas como la pubertad, gracias a
En lo que se refiere al plano socio-cultural, el espíritu cada vez más rápidamente cambiante de los
tiempos y las transformaciones aceleradas en todos los ámbitos, sustentan la variación de los
Se trata de hechos históricos que ocurren durante el ciclo de vida de una generación, los
cuales tienen impacto (positivo o negativo, mayor o menor) en quienes la conforman. Estos hechos
pueden ser socioculturales o geográficos. Entre muchos ejemplos se pueden citar: la llegada del
hombre a la luna, los acuerdos de paz, así como las declaraciones de guerra; pero también desastres
a “determinantes fortuitos del curso de la vida”, aludiendo a acontecimientos cotidianos, tales como
posterior, inclusive cambiando su rumbo. Agrega Bandura que el estudio tradicional del desarrollo
competencias cognoscitivas y conductuales, lo cual, según dicho autor, poco dice acerca del curso
que tomará la vida de las personas. Planteamientos análogos hacen Lehr y Thomae (1994) al
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mencionar la importancia de investigar los “eventos críticos de la vida” cotidiana -entendidos como
sucesos que interrumpen el curso habitual de la misma y exigen re-estructuraciones en las vivencias
El proceso de envejecimiento
Mundial de la Salud (1999): “En nuestro mundo, lleno de diversidad y constante cambio, el
envejecimiento es una de las pocas características que nos definen y nos unifican a todos. Estamos
envejeciendo y esto debe celebrarse. Tenga usted 25 o 65 años, 10 o 120, igualmente está
envejeciendo”.
de la capacidad funcional orgánica, envejecer significa aumentar la edad y volverse más viejo por el
hecho de haber vivido más tiempo. Así, cada año más de vida es también un año menos que vivir.
envejecimiento secundario como relacionado con aspectos psicológicos y sociales. Aunque tal
diferenciación carece de connotaciones dualistas (cuerpo – mente), hay quienes tienden a entenderlo
así, al afirmar, por ejemplo: “aunque tengo 70 años, me siento como de 50”.
A propósito de esto, Villar Posada (1999), realizó un estudio en España, con grupos de
cronológica y la subjetiva. Encontró que el número de personas que consideran que su edad
subjetiva coincide con su edad cronológica, decrece a medida que se incrementa esta última.
principalmente, cuando se estudia el envejecimiento desde el punto de vista psicológico: (1) ¿el
factoriales y de un solo rasgo, las respuestas a las dos preguntas anteriores, pero particularmente a la
Literalmente ser adulto significa haber crecido. Al considerar la adultez desde la perspectiva
del ciclo vital, se entiende como la consecuencia de un proceso de desarrollo durante la vida, en el
En general, se pueden identificar diferentes criterios para señalar la adultez, entre ellos el
pobres se asumen temprano en la vida roles considerados adultos, como los reproductivos y
laborales, en contraste con otros medios en los cuales se da lo que Erikson (1982/1985) denomina
Desde el punto de vista psicológico existen diversos criterios, como los cognoscitivos
-relacionado, entre otras cosas, con la confianza en la intuición y con la posibilidad de entender y
responsabilidad del cuidado, tanto de otros, como de sí mismo); morales (orientados hacia un
Culturalmente, la adultez se relaciona con los “relojes sociales”, así como con múltiples
transiciones. La adultez es, quizá, la época de la vida en que se presentan más transiciones y
cambios en general, en la que se viven más ritos de paso (por ejemplo: salida de los hijos del hogar,
retiro del empleo formal, viudez, entre otros), y en la que pueden surgir las más diversas
de la propia historia y biografía, del contexto y del espíritu cambiante de los tiempos. En un estudio
La vejez (adultez mayor) es la cualidad de ser viejo. A las personas y en general a los animales
que han vivido más tiempo que los demás, se les llama viejos; término que también se aplica a las
cosas que han existido desde hace un tiempo. Por lo tanto, ser viejo significa haber envejecido o
haber vivido más que otras personas, comparativamente hablando. Sin embargo, la definición de
Observaba Marc Fried (1988): “la vejez carece de límites, excepto el de la muerte y, varía no
solamente de un individuo a otro, sino de acuerdo con las expectativas sociales y culturales, con la
En el mismo estudio de Dulcey-Ruiz y cols. (1992) las categorías más empleadas para describir
a las personas viejas fueron “experiencia” y “ser cansadoras”. Casi ninguno de los términos
empleados por otros para describir a las personas viejas (“calma, edad, cansancio, seguridad, poca
inteligencia, religiosidad”) fue utilizado por estas para describirse a sí mismas. En cambio,
utilizaron un amplio espectro de categorías, sin mostrar preferencia por ninguna. La auto-
percepción como persona vieja fue más favorable que las percepciones ajenas acerca de la vejez.
justamente después de la vejez?.... A propósito de lo cual preguntaba: “¿Acaso los niños y los
jóvenes son inmortales?”. Este interrogante surge con mayor fuerza en un país donde por causa de
la violencia se han perdido generaciones enteras de jóvenes (Franco, 1999) y, en todo caso recuerda
la exclamación que hace más de 21 siglos hiciera Cicerón en su famosa obra Catón el Mayor o
Diálogo sobre la vejez: “¿quién hay tan insensato –aunque sea joven- que esté seguro de que ha de
La conocida psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross titula uno de sus libros La muerte, el estadio
final del crecimiento (Death: the final stage of growth) (1975) y en él afirma que la muerte provee
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la clave para entender el significado de la existencia, al tiempo que considera que la aceptación de
la propia finitud permite el crecimiento personal. En uno de sus libros más recientes (La rueda de la
vida, 1997/2000) –cuando ella misma se considera cerca de la muerte, Kübler-Ross se refiere a la
muerte como “transición final de la vida”, a aprendizajes claves logrados al percibir cercana la
propia muerte, y concluye afirmando que “debemos vivir hasta morir” (p. 387).
A MANERA DE EPÍLOGO
ciclo vital, aquí planteadas. Ellos y otras permitirían asumir de manera responsable el desafío del
rápido envejecimiento demográfico, y la realidad de un mundo en el que por primera vez la cantidad
de población vieja supera y superará cada vez más a la de cualquier otra época.
La posibilidad de dar respuesta a estos desafíos se relaciona con la consideración del curso
total de la vida y su investigación, teniendo en cuenta la búsqueda de mejores condiciones para vivir
cognoscitivo y ajuste personal positivo, en contraste con salud y funcionamiento intelectual pobres,
bajo grado de actividad social y baja moral. Por su parte, Lehr (1993) observa que el bienestar
En relación con los anteriores criterios está el concepto de sabiduría como convergencia de
medios y fines tendientes a la excelencia y acordes con el bienestar personal y el colectivo (Baltes y
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Smith, 1990; Baltes y Freund, en prensa). Similar sentido tiene el modelo ya analizado de
Todo ello coincide con la visión de una psicología positiva defendida por autores como
Seligman y Csikszentmihalyi (2000); Staudinger (2000); Baltes, Glück y Kunzmann (en prensa); y
bienestar o el buen vivir, tales como: (a) experiencias subjetivas de tipo positivo, (b) rasgos
Hacia el mismo fin se encaminan las sugerencias de Smith (1999) relacionadas con la
desarrollo, de los recursos personales y del entorno. Al respecto afirma Smith que según las teorías
una meta, establecer una organización mental para orientarse hacia el logro de la meta, así como
mundial el concepto de aprendizaje durante toda la vida (lifelong learning) como objetivo global
de la educación, por cierto muy relacionado y útil para el logro de metas como las implicadas en el
efectiva de la vida, así como consecuente con la psicología y con la perspectiva del ciclo vital.
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Aunque existe debate en torno al concepto mismo de aprendizaje durante toda la vida, más
que entenderlo como educación instrumental para evitar la obsolescencia en una sociedad ‘basada
en el conocimiento’, aquí preferimos adherir a la concepción del aprendizaje durante toda la vida
En este último sentido, el aprendizaje durante toda la vida coincide con la llamada por el
escritor mexicano Carlos Fuentes (1999) “educación vitalicia”, la cual, según dicho autor,
Fuentes considera “el axioma de la educación para el nuevo milenio: mientras más educada sea una
diversifica los currículos escolares, los hace accesibles a la comunidad, extiende el concepto de
El anhelo, finalmente, es el de instaurar una visión cada vez más comprehensiva de la vida,
del comportamiento, del bienestar individual y colectivo, la cual tenga en cuenta consideraciones
como las implicadas en la psicología del ciclo vital y en la educación durante toda la vida.
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