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Áreas más afectadas por la deforestación en Panamá.

La superficie total del territorio de la República de Panamá es de 7, 551,690


hectáreas, de las cuales en 1992 existían 3, 358,304 con cobertura boscosa, que
representaba el 44.4% de la superficie total del país. Sin embargo, si tomamos en
cuenta la tasa de deforestación para el periodo 1986-1992, se estima que en 1998
la cobertura boscosa es de 3, 052,304 hectáreas y para el año 2010 se ha
proyectado una cifra de 2,440,304 hectáreas.

Actualmente el 60% de los bosques de la cuenca hidrográfica que abastece de


agua al Canal de Panamá se han perdido, por lo que la organización ecologista
ANCON pidió al gobierno que detenga urgentemente la deforestación. Los
ecologistas advierten que si no se revierte esta situación el aumento de la
sedimentación de materiales podría afectar a las operaciones del Canal y el
abastecimiento de agua potable a Panamá y Colón. Del total de hectáreas de la
cuenca, un 36,35% están cubiertos de bosques mientras que el resto son
pastizales con arbustos, rastrojos, cultivos agrícolas, áreas inundadas o zonas
habitadas por nuevas comunidades. Los ricos recursos naturales de la cuenca
hidrográfica del Canal están amenazados por las fuertes presiones demográficas
que generan Panamá y Colón.

En Panamá hay 3 millones de hectáreas de bosques lo que equivale al 43% de las


reservas forestales del país. En el año 2000 existía en el país una cobertura
boscosa de 33 mil 645.91 kilómetros cuadrados de bosques equivalentes a 3
millones 364,591 hectáreas lo que representaba el 45% de la superficie total del
territorio nacional. Para ese entonces las provincias que registraron una mayor
extensión de bosques fueron, Darién, Panamá y Bocas del Toro, así como
también la comarca Emberá, representando todas éstas el 50.2 % de la cobertura
boscosa del territorio nacional. En contraposición entre las regiones que mostraron
bajos porcentajes de bosques figuraban los Santos y Herrera con registros del
0.83 y 0.28 por ciento, según reflejaba el informe de cobertura boscosa y uso de
suelo de Panamá del año 2000.

las zonas más afectadas por la degradación forestal figuran la comarca Ngöbe-
Buglé y las sabanas Veragüenses, así como también las provincias de Herrera,
Los Santos y Coclé, que son estas últimas áreas altamente utilizadas para la
ganadería extensiva y las actividades agropecuarias. Destacó que en la actualidad
se han desarrollado una serie de programas de reforestación con especies nativas
y exóticas en las provincias de Panamá (19,293 ha), Veraguas (13,839 ha), Darién
(11,502 ha), y Chiriquí (9,068 ha).
La ANAM recalca en medio de toda esta reforestación “que la ley 5 de enero de
2005 sobre delito ecológico establece que quien sin autorización de la autoridad
competente o incumplimiento de la normativa existente, tale, destruya o degrade
formaciones vegetales arbóreas o arbustivas constitutivas de bosques primarios o
sujetas a protección especial, en áreas protegidas, en cuencas hidrográficas, en
zonas prohibidas o restringidas, o cuando estas protejan vertientes que provean
de agua potable a la población, será sancionado con pena de 2 a 5 años de
prisión y con 100 a 150 días-multa y multas de hasta 10 mil dólares.”

Elabore un análisis de visión futurista sobre la recolección y utilización de la


basura urbana en el año 2015.

Una visión futurista sobre la recolección de la basura y utilización de la basura


urbana en el año 2015 podría ponerse en práctica el método empleado en
Curitiba, Brasil.

La ciudad de Curitiba, Brasil, hace las cosas de otra manera. Y, al parecer, con
más éxito. Cuando se enfrentó con el grave problema de cómo administrar el
desecho de basura, no hizo lo que otras ciudades probablemente hubieran hecho.
La solución convencional del dilema es pedir un préstamo y comprar una planta
recicladora con costo de $70 millones de dólares.
Curitiba decidió involucrar a sus ciudadanos. Montó una campaña en escuelas y
vecindarios para fomentar la separación de la basura en: basura orgánica, que
puede ser convertida en una composta, por un lado, y basura inorgánica que se
recicla, por otro, y finalmente basura que no entraba en ninguno de estos dos
grupos anteriores.

Después la ciudad mandó una flota de camionetas pintadas con colores brillantes
(izquierda) para recolectar la "basura que no es basura" de todos los vecindarios.
Trabajando con una organización llamada Instituto para la Integración Social, la
ciudad empleó a un gran número de personas desempleadas para separar la
basura de materiales reciclables -- papel, metal, plástico y vidrio-- un trabajo que la
planta recicladora de $70 millones de dólares hubiera hecho a un costo más alto,
con menos empleados.

La ciudad de Curitiba se ahorró millones de dólares. Cientos de desempleados se


convirtieron en trabajadores productivos, asalariados. Los negocios de la
comunidad se beneficiaron al proporcionar de camionetas para recolectar los
materiales reciclables. Todos ayudaron y todos ganaron.

De esta manera se podría manejar de manera más eficiente el tema de la


recolección y utilización de la basura ya que por algunos es considerado el “cáncer
de la civilización moderna
Confeccione mapas de las áreas protegidas de Panamá.

En la Ley General del Ambiente se define área protegida como: "Área geográfica
terrestre, costera, marina o lacustre, declarada legalmente, para satisfacer
objetivos de conservación, recreación, educación o investigación de los recursos
naturales y culturales".

Esta definición encaja con la adoptada por la Unión Mundial para la Naturaleza
(UICN) desde 1994, y la cual engloba al "universo" de las áreas protegidas: "Una
superficie de tierra y/o mar especialmente consagrada a la protección y el
mantenimiento de la diversidad biológica, así como de los recursos naturales y los
recursos culturales asociados, y manejada a través de medios jurídicos u otros
medios eficaces" (UICN, 1994).

En el contexto de ordenamiento territorial las áreas protegidas juegan un papel


fundamental en la generación de bienes y servicios ambientales, que garantizan
una vida económica y socialmente próspera para todos los panameños; no
obstante por ser éstos difíciles de cuantificar debido a su naturaleza y complejidad,
algunas veces pasan desapercibidos.

En Panamá contamos con aproximadamente 65 áreas protegidas, éstas


representan un 34.43% del territorio nacional, lo que equivale a unas 2,
600,018.050 hectáreas. Las áreas protegidas de Panamá son fortalecidas por el
Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP) creado en 1992 mediante la
Resolución JD-022-92 del entonces Instituto Nacional de Recursos Naturales
Renovables (INRENARE), actualmente, la Autoridad Nacional del Ambiente
(ANAM).

De las áreas protegidas declaradas, 19 cuentan con planes de manejo y 36 con


planificación estratégica, planes operativos y planes de control y vigilancia. En
estas 36 áreas se aplica el Programa de Monitoreo de la Efectividad del Manejo de
las Áreas Protegidas de Panamá (PMEMAP).

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