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can las imágenes de calendarios deshojándose velozmente, las agujas del reloj
moviéndose a gran velocidad o la voz del narrador que nos advierte del salto.
Frente al resto de los recursos rítmicos, la escena implica una duración más o
menos igual del tiempo de la historia y del discurso. Esta igualdad no es total,
ya que una conversación normal, por ejemplo, contiene pausas y variaciones no
registradas por el texto. La escena es la estructura más empleada en la novela,
sobre todo en la moderna. Se ha señalado que La búsqueda del tiempo perdido
se halla íntegramente construida a base de escenas (Genette, 1972, 141).
Darío Villanueva, al hablar de la «reducción temporal» muestra cómo la no-
vela contemporánea tiende a condensar el tiempo de la historia aproximando su
duración al del discurso (Villanueva, 1994, 46).
La escena suele consistir habitualmente en diálogos o también en representa-
ción de actividades físicas de duración corta. Es difícil, sin embargo, la presen-
cia de escenas «en estado puro». De ordinario contienen retrospecciones, antici-
paciones, descripciones y digresiones que desnivelan la balanza de la duración a
favor de la aceleración o deceleración.
Bal manifiesta que con frecuencia la escena consta de un momento central a
partir del cual la acción puede proseguir en cualquier dirección, rompiéndose la
linealidad del relato (Bal, 1985, 82).
Otro recurso rítmico, utilizado igualmente por la novela y por el cine, es la
deceleración, procedimiento inverso al del resumen. En este caso el tiempo del
discurso se alarga en relación al de la historia. Chatman, que la denomina alar-
gamiento, observa que en el cine puede realizarse de diversas maneras, una de
las cuales es el montaje repetitivo o cabalgado. Un buen ejemplo es el de Octu-
bre de Eisenstein, en la que todo el patetismo de las derrotas iniciales de los
bolcheviques en Petrogrado es asociado a la apertura de los puentes que impide
que el proletariado cruce el río y llegue al Palacio de Invierno. Con el montaje
cabalgado, parece que los puentes se abren interminablemente. La misma técni-
ca se usa en la famosa secuencia de la escalinata de Odessa en El Acorazado
Potemkin en la que se alarga de forma considerable el descenso de los soldados
(Chatman, 1990, 76-77).
Las novelas no disponen del recurso del montaje cabalgado o la cámara len-
ta, aunque las palabras pueden ser repetidas o parafraseadas y ciertos sucesos
pueden ser contados muchas veces. En la historia de La Celosía de Robbe-
Grillet quizás A... sólo grita una vez al ver el ciempiés. Pero el relato de este su-
ceso es repetido una y otra vez por el discurso. La expresión verbal puede durar
más (al menos en una medida subjetiva) que los sucesos mismos. El discurso
verbal siempre es más lento cuando comunica lo que ha sucedido en la mente de
un personaje, en especial las percepciones e ideas repentinas. No es raro que los
autores se disculpen por el retraso que ocasionan las palabras. Joseph Conrad,
por ejemplo, hace que su portavoz narrativo diga sobre una escena que acaba de
contar a sus compinches: «Todo esto ocurrió en mucho menos tiempo del que
RITMO NOVELÍSTICO Y RITMO FÍLMICO 361
El tratamiento rítmico inicial en favor del resumen -cuya función era aportar
información sobre los personajes- cede en los dos últimos libros el protagonis-
mo a la escena, para narrar los momentos más dramáticos de la historia.
Los seis libros de la novela se concentran en la versión fílmica de Mario
Camus en cuatro partes denominadas: Quirce, Nieves, Paco el Bajo y Azarías.
El propio Delibes en Pegar la hebra se refiere ya a las elipsis y otros procedi-
mientos utilizados por el adaptador (Delibes, 1990). La película comienza en un
momento cronológico localizado unos años después del la muerte de Iván. Por
lo tanto, desde el punto de vista temporal, el grueso de la acción discurre como
una serie de amplias analepsis o retrospecciones intercaladas dentro de un breví-
simo relato en el presente.
La primera parte, Quirce, al estar integrada por elementos de los tres prime-
ros libros de la novela, presenta un desarrollo rítmico relativamente lento. Las
escenas y resúmenes van espaciándose por medio de un buen número de elipsis.
Pasamos de la comunicación que recibe Paco del traslado de casa al día que lo
realiza efectivamente. El traslado también se expresa por una elipsis y aún hay
otra más desde que llegan a la nueva casa y viene Pedro a darles la lista de nue-
vas tareas. Inmediatamente después se nos muestra ya un resumen de la familia
en sus quehaceres. Azarías comunica a Regula que le han despedido y observa-
mos en la siguiente escena a Paco pidiendo explicaciones por este hecho.
La película va adoptando un ritmo más rápido en las siguientes partes, aun-
que no se trate de un incremento notable. La segunda comienza con una serie de
escenas dialogadas (preparativos para la primera comunión del hijo de Iván, ca-
racterización de diversos personajes...). Muy sugerentes son las escenas pura-
mente visuales en las que se contempla a Pura arreglándose y mirando al campo
por la ventana, donde caza su amante Iván, mientras su marido la observa desde
el exterior; y la delicada situación en que se encuentra Nieves cuando vuelve al
comedor con el café y sorprende a Pura e Iván besándose. Seguidamente va a
producirse un cambio brusco de ritmo, pues casi hasta el final de este período
las escenas van a ir separadas por elipsis de manera que el efecto de aceleración
es bastante intenso. Dichas escenas refieren la visita de la marquesa y de su hija
al cortijo con motivo de la primera comunión del nieto. Al final de esta segunda
parte se retorna al presente. Es la llegada de Quirce a la choza de sus padres,
donde pasará unas horas antes de marcharse a Madrid.
En la tercera parte la caza es el tema central. Las escenas que muestran la
caída de Paco, la sustitución temporal de éste por Quirce, el traslado al médico y
la presión que ejerce Iván sobre el accidentado están separadas por elipsis. Éstas
imprimen una notable velocidad al relato fílmico. Dos escenas separadas por
elipsis nos traen de nuevo al presente. Quirce se asea por la mañana y se despide
de sus padres. Luego aparece en la cárcel entregando a Azarías el paquete que
aquellos le envían. Azarías extrae un rosario y grita como el cárabo. La siguien-
te secuencia —mediante un flash-back- nos permite ver a Azarías haciendo exac-
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS: