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El barroco mestizo, según el arquitecto Alberto Barreto

El Barroco Mestizo en el Virreinato del Perú.


El Barroco Mestizo en la Arquitectura en el Virreinato del Perú.

“No me atraen ni los ángulos rectos


ni los trazos rígidos e inflexibles creados por el hombre.
Lo que me seduce son las líneas que discurren libre y sensualmente;
las que veo en las montañas de mi país,
en la sinuosidad de sus ríos,
en las olas del mar…”
Oscar Niemeyer

Definición
Muchos especialistas en la Historia del Arte consideran, dentro de la
Arquitectura, el término de Barroco Mestizo como inadecuado por no coincidir con los
lineamientos del desarrollo del estilo en nuestro medio, sin embargo, el esplendor y
brillo del Barroco en los territorios del Virreinato del Perú se debió finalmente a la
participación del mestizo que fungió de alarife, constructor, aparejador y diseñador de
las obras, luego de apreciar a los artistas españoles que trajeron esta nueva
modalidad de construir. Otros especialistas le llaman Barroco Indígena, pero es muy
posible que la mayoría de estos artistas hayan sido producto del mestizaje producido
desde la primera mitad del S. XVI, habiendo transcurrido más de 150 años hasta el
comienzo del estilo y casi 300 hasta sus finales. Recordemos que el término de
Barroco le fue dado a esta modalidad de diseño mucho después que se extinguiera.

Conveniente hacer notar que una buena cantidad de especialistas en el


estudio del arte en América consideran que el Barroco Mestizo superó largamente a
su originario europeo llegando a expresiones plásticas de insospechada producción
tanto en el esbozo del planteamiento básico como en el desarrollo del pormenorizado
detalle.

Nacimiento y Evolución
Con la llegada de los españoles al Perú desde el inicio de la Conquista, en los
afanes de construir el Nuevo Mundo comenzaron a arribar sucesivamente una serie
de estilos arquitectónicos expandiéndose por todo el territorio del Virreinato, este
traslado de modalidades estéticas o corrientes artísticas se dieron en el territorio
americano casi cien años después de aparecer en Europa, debido en principio a la
lentitud de las comunicaciones entre los dos continentes, plasmándose cada uno de
ellos según la manera en que eran recibidos y aceptados por las sociedades de cada
ciudad de entonces. El primer estilo fue el Gótico. Durante la segunda mitad del S. XVI
se empezaron a trabajar las cubiertas de los templos y conventos con juegos de
lacerías nervadas y techados mudéjares, los que fueron abandonados debido a la
acción de los sismos que no dejó mucho en pie, impidiendo que el estilo comenzara
a tomar una expresión particular muy suya, propia de la región. De ese estilo queda
en Lima como muestra de una producción tardía el artesonado de la Antesacristía de
la Iglesia de San Agustín (Foto 1.-) el artesonado del Principal del Convento de Santo
Domingo. Al Gótico que duró poco más de 50 años le sucedió el Renacimiento a fines
del S. XVI. La expresión regional de este estilo en nuestro medio duró poco menos de
cien años y no llegó a cristalizarse porque a pesar de las precauciones estructurales
los constructores aún no podían protegerse de la acción de los sismos, a lo que se
sumó el arribo de nuevos aires de libertad estilística presentada por el Manierismo
que abría inesperados panoramas de producción arquitectónica, escultórica, musical
y pictórica.

Al Renacimiento siguió el Barroco en el último tercio del S. XVII, el que


comenzó muy discretamente como una consecuencia del Manierismo que a su vez
constituía un modo muy particular de trabajar el Renacimiento del que se apartó de
sus cánones rígidos de estilo para otorgar a las obras un toque muy especial de
expresión marcando una indudable evolución plástica como lo evidencian Juan
Bautista Vásquez y Jerónimo Hernández en escultura, Angelino Medoro y Fray
Bernardo Bitti en pintura y muy especialmente Juan Martínez de Arrona y Pedro
Noguera en la arquitectura, autores de la portada de la Catedral de Lima donde
dieron luces hacia la libertad del trazado de los diseños de una manera tal que sirvió
de modelo a las producciones de arquitectura que se difundieron por todo el territorio.
El Barroco comienza así su expansión, dándose muy buenos ejemplos de la
producción del nuevo orden arquitectónico logrando lo que ningún estilo precedente
había conseguido hasta ese momento: adentrarse en la idiosincrasia y sentimiento del
alarife mestizo. El indígena que trabajaba en estas obras, cualquiera que sea su nivel
de participación en ellas, respiraba, comía, vivía y soñaba Barroco. En esa época su
radio de desplazamiento era muy corto, lo que le daba sus pies; no había micros ni
trasporte a distancia, no había televisión ni radio, su comunicación era simplemente
hablada y muy poco leída, sin embargo elaboró grandes maravillas artísticas que le
tomaban todo su tiempo, posiblemente toda su vida, tiempo que le sobraba mientras
produjera obra. Es posible que contribuyera a esta calidad de resultado el carácter
silencioso, introvertido y poco comunicativo del indígena que lo conducía a generar
todo este increíblemente enorme y vasto mundo de creación artística.

Características del Barroco


Es poco adecuado catalogar las características del estilo, pero su
enumeración puede conducir al lector a extender su apreciación en otras obras que
se presenten a sus ojos en los lugares que pueda visitar.

1.- Lo primero que hace el estilo es fracturar el tímpano y cornisa tradicionales


renacentistas y los rompe en diversas fracciones que se reparten por toda la fachada
decorando puertas, hornacinas y ventanas, variando tanto en altura como en
profundidad, pero si uno aprecia con una mirada unificadora podrá seguir la
continuidad de la cornisa por toda la fachada dado que su sección transversal no se
altera.

2.- Otro cambio lo constituye el desaparecer las espadañas que son unos
decorados muros altos que tienen ventanas donde cuelgan las campanas, creando
en su vez dos torres de planta cuadrada con cuatro ventanas en donde se ubican las
campanas.

3.- El Renacimiento tenía columnas planas adosadas a los muros llamadas


pilastras, el Barroco las separa del muro, las redondea, las vuelve exentas
presentadas por una pilastra que queda en el muro y conforme pasa el tiempo en
obras sucesivas las va decorando primero muy tímidamente para después volverlas
salomónicas profusamente recargadas con motivos autóctonos y naturales.
4.- Los espacios vacíos de las portadas se llenan con decoración bastante
diversificada con elementos lineales y motivos que son proporcionados tanto por la
naturaleza de nuestro territorio como por la simbología religiosa secular.

5.- Las fachadas que en el Renacimiento eran básicamente planas con muy
poca profundidad, en el barroco toman mayor desenvolvimiento desdoblándose en
varios planos que se van desplazando en profundidad con gran movimiento hacia
adelante y hacia atrás, manejando de esta manera un volumen considerable de
edificación.

6.- Con gran habilidad se retoma el tema de las balaustradas de madera


manejándolo como una filigrana que adorna con gran acierto las masas edificadas
dándoles gracia y encanto.

7.- Cabe remarcarse que el esplendor del Barroco coincide con un maravilloso
desenvolvimiento del ancestral caudal místico indígena donde sus apus son
mostrados como una fuerte expresión de profunda vivencia religiosa. Esto lo
podemos apreciar por ejemplo en la foto 11 que nos demuestra una vasta y singular
imaginería vernacular.

Las épocas del Barroco.


En este punto es conveniente distinguir las dos épocas que el Barroco produjo
en el Perú. La primera maneja los lineamientos iniciales del estilo que deviene del
Manierismo, mostrando de manera cuidadosa y casi discreta la nueva expresión
artística. Se inicia con la portada exterior de la Catedral de Lima (Foto 2.-) la que
ocasiona un desdoblamiento en múltiples producciones posteriores como se aprecia
en sus similares Catedrales de Cusco ( Foto 3.-) y Ayacucho (Foto 4.-), también en las
iglesias de Los Huérfanos( Foto 5.-), y de San Pedro en Lima( Foto 6.-), en la Iglesia
de la Compañía de Pisco ( Foto 7.- ) y muchas más, todas las cuales se desenvuelven
en el desarrollo del barroco dentro del encuadre inicial del Renacimiento, haciéndolo
despertar a la nueva corriente artística. A esta época no podemos llamarla propia del
Barroco Mestizo, es más bien un Barroco Clásico correspondiente a las nuevas
normas de diseño.

En la segunda época que es mucho más extensa en cantidad de producción


como en el transcurso del tiempo, el trabajador mestizo se vuelca en una desenvuelta
producción para llenar el espacio de las portadas con la información proporcionada
por los grabados sevillanos y también con elementos provenientes de sus vivencias y
formaciones tenidas en su tierra. Ocurre un tremendo despertar estético, así como un
enorme desdoblamiento plástico en el que ya no hay modelos o inspiración europea,
si no una auto-generación de ideas y de formas que hasta ese momento no se había
dado. Se puede hablar de la plástica típica de determinadas regiones de la costa, de
otras producciones diferentes de distintos lugares del territorio del Virreinato
totalmente identificables como características de determinada región. La decoración
barroca se derrama no solo en portadas de templos, también en sus interiores, en los
retablos que hay en cada hornacina, en los recargados marcos de los cuadros con
temas religiosos, en púlpitos y sus escaleras, en relicarios y en todo objeto dedicado
al culto religioso que pudiera haber en templos, conventos y monasterios. Y se
recurre a la madera tallada, entizada y dorada, a la piedra tallada, a las pinturas al
óleo y a la música que por siglos permaneció oculta y desconocida, música
recientemente descubierta y puesta la luz y a nuestros oídos por el músico e
investigador José Quezada, música que hasta ahora no se sabía que existía (“El
Legado Musical del Cusco Barroco”) y ha de haberle sucedido lo que a mí,
encontrarse con fuentes de información no estudiadas escondidas a ojos vista,
esperando por muchos años ser evaluadas y expuestas a la apreciación de quien
desee tomarlas, comprenderlas y aquilatarlas.

El mestizaje de la Arquitectura.
Se dieron varias circunstancias que favorecieron la aproximación del individuo
mestizo a la arquitectura, entre otras artes. Una es que la demanda de la producción
artística (arquitectura, pintura, escultura, libros, grabados, música, etc.) iba en
aumento por el desarrollo de la catequesis y la proliferación de templos, otra razón
del desarrollo del estilo fue la cantidad de órdenes religiosas que habían seguido a las
primeras que se asentaron en Lima y se desperdigaron por cada ciudad y pueblo del
territorio del Virreinato. Además, en un principio los primeros recursos de obras de
arte religioso y suntuario era requeridos directamente de España a través de su única
conexión oficial con las Indias que era la ciudad de Sevilla, de esta manera el arte
sevillano desarrollado dentro del Renacimiento y en especial del Manierismo se hizo
presente en todas partes donde hubiera un edificio público, templo, convento o
monasterio, casas de españoles o mestizos. Además por esta razón de exclusividad y
de abastecimiento al Nuevo Mundo en Sevilla se dio el nacimiento y desarrollo de
talleres de producción artística de todas las artes en un deseo de proveer de estas
obras a casas, Iglesias y Conventos con una gran variedad de pinturas y esculturas
de los más diversos artistas. Sevilla era una inagotable fuente de producción de arte y
de formación de talleres y escuelas.

Existe otra razón para la difusión del estilo: inicialmente los creadores de las
edificaciones eran especialistas venidos de Europa en los Siglos XVI y XVII pero ya en
este siglo la producción requirió de asistentes y ayudantes que no era necesario traer
de Europa por lo que se recurrió a gente de la región, en especial a mestizos que
tuvieran predisposición para el trabajo de la construcción, pintura, escultura y música.
Para esta gente que tenía condiciones para la producción artística constituyó un
suceso muy importante en su vida ahondarse en los nuevos conocimientos que solo
poseían los especialistas venidos de España. Comienzan a aparecer los mestizos,
primero en los trabajos específicos en determinadas partes de las obras, hasta
concluir por hacerse cargo de la totalidad de las obras que se les encomiendan. La
gran cantidad de creaciones que quedan regadas por el extenso territorio del
virreinato dan cabida a los brazos de gente deseosa de expresar su ancestral sentir
de la tierra mostrándonos de manera imperecedera la habilidad creadora y
condiciones de músico, pintor, tallista, alarife, aparejador y picapedrero nunca vistas
antes; esto se puede apreciar por ejemplo, en los capiteles de las columnas del
primer patio de la casa Velarde-Álvarez de Ayacucho donde talladores de la época
prehispánica que anteriormente laboraron en las edificaciones de piedra de la cultura
Inca que vemos en Cusco y otros lugares, se dedicaron a trabajan en estas
construcciones Virreinales por haber decaído su demanda ante la desaparición del
Imperio. La muy alta calidad de la obra producida ofrece un enorme contraste con la
humildad con que fueron realizadas ya que no se guarda registro de los nombres de
sus autores.

Ejemplos de la primera época.


No se puede en tan corto artículo hacer una relación de los productos de esta
enorme obra, por lo que citaremos unos pocos en la idea de estar dando algunas
muestras del barroco mestizo. Dentro del encuadre clásico de portadas estructuradas
a base de calles y niveles (divisiones verticales y horizontales) tenemos en Lima la
Iglesia de La Merced (Foto 8) y la Iglesia de San Agustín ( Foto 9) en las que la
profusión del decorado se extiende por todas las superficies disponibles en la
portada. Recordemos que en esta época la portada del templo se basaba en el
diseño de su retablo mayor, y en ambos casos estos retablos ya desaparecieron. Los
elementos de origen vegetal abundan tomando con gran soltura cualquier espacio
disponible plano o curvo, adecuándose con gran destreza al esquema básico de
estructuración, de lo que tenemos como muestra la sacristía de la Iglesia de la Santa
Cruz de Juli ( Foto 10). Especial referencia merecen los templos del Colca edificados
inicialmente en el siglo XVI y reconstruidos cien o más años después al destruirse por
acción de los sismos. La reedificación se desarrolló dentro de los conceptos del
Barroco pudiéndose apreciar la sobreposición de estilos en la mayoría de ellos como
Yanque y Maca, mostrando en general combinaciones de Renacimiento, Barroco y
Rococó.

Ejemplos de la segunda época.


Quizá como emblema de la producción indígena se puede presentar el bajo
coro de la Iglesia de San Miguel de Pomata en Puno, posiblemente ya desaparecida (
Foto 11). Si observamos con detenimiento apreciaremos que el creador del conjunto
luego de plantear la repartición de los espacios correspondientes a cada componente
se abocó a diseñar los detalles de manera que cada parte contribuya a la fiesta de
formas y claroscuros del tallado en piedra. La hornacina derecha del soto coro está
flanqueada por sendas sirenas tocando guitarra adornadas por un tocado que nos
recuerda un diseño Chavín y rematada por otro personaje obviamente femenino
decorada con otro adorno atinadamente dispuesto. El fuste de la columna está
totalmente decorado con motivos que también recuerdan diseños Chavín y todo el
espacio está profusamente engalanado en agradable armonía. Ha de ser interesante
descubrir porqué existen diseños Chavín en este trabajo Barroco.

Otra expresión totalmente diferente del barroco es el interior de la Capilla de


Indios de Lambayeque ( Foto 12) donde de manera bastante ingenua pero con
mucho ingenio producen columnas salomónicas de una plástica inigualable; casi
parece arte contemporáneo por su libre expresión y logro estético, a pesar de que la
iglesia es originaria del S: XVI y la decoración que ahora luce es del S: XVIII.

Podemos seguir dando ejemplos maravillosos de esta producción artística


pero sería prácticamente inacabable debido a que cada obra que vemos es
totalmente diferente de otras, a pesar de haber sido producida por el mismo alarife en
la misma época. Sin embargo cada obra de esta época debe ser estudiada con la
profundidad y dedicación que amerita la calidad de cada una de estas producciones.
Después de recorrer cualquier región del territorio como la orilla del Lago Titicaca o el
Cañón del Colca, o la hilera de iglesias de la costa Sur, o las de la Costa Norte, o las
la sierra de Ancash en su lado que mira al Océano Pacífico, el callejón de Huaylas, o
el Callejón de Conchucos, o cualquier parte de nuestro territorio, empezamos a
percibir unas manos creadoras que se han solazado haciendo arquitectura
extraordinaria. Todo eso se está perdiendo con el tiempo que pasa y la desaparición
de la obras no tiene ningún remedio, sencillamente, desaparece y se acabó. Algunas
de las fotos que se van a presentar no se podrá volver a tomar, eso ya no existe.

Matías Maestro
Es imposible seguir adelante sin referir la vastísima producción de
retablos producidos en todo nuestro territorio, gran parte de los cuales ya no existen,
donde el mestizo volcó todo su entrañable sentimiento y su deleite por la creación.
Desafortunadamente, en el S. XIX, con la intervención de Matías Maestro en
representación de la Iglesia Católica manifestándose en contra del estilo Barroco por
considerarlo inadecuado a los principios de la Iglesia, se destruyó extraordinarias
obras de arte en Conventos e Iglesias, especialmente en Lima. Donde ahora se
aprecia un retablo Neoclásico hubo uno Barroco que lo superó ampliamente. Esto se
percibe con claridad en las Iglesias de San Francisco y La Merced de Lima donde los
Retablos Mayores barrocos fueron reemplazados por los retablos neoclásicos que
ahora se observan. Los retablos Barrocos, retirados de su ubicación en los altares
fueron quemados en una pira en cada patio o claustro en todos los Conventos y
Monasterios.

Cada época tiene su cristalización y proyección al desarrollo de las


comunidades humanas, el Neoclásico también lo tuvo en su momento, pero ahora,
mirándolo en la distancia del tiempo, no encontramos justificación para tremendo
desastre, fue algo similar a la Inquisición de siglos anteriores.

El final del Barroco


Luego de esta esplendorosa producción de arte, como quien apaga la luz,
todo desaparece con la fuerte y paralizante acción del Neoclásico; no solo
desaparecen destruidas a propósito muchísimas obras del Barroco, también, y lo que
es más lamentable, el artista Barroco indígena desaparece violentamente del mundo
artístico en un fenómeno cultural que hasta ahora nadie se puede explicar. Y solo nos
queda algunas muestras que aún así ni siquiera las cuidamos para impedir su
desaparición.

El barroco desaparece con la feroz y cruel imposición del Neoclásico y no


vuelve a darse nunca más otra expresión tan magnífica de arte popular.

Resulta increíble que habiendo en la actualidad, ya avanzado el S. XXI, no se


haya desarrollado una academia o instituto, privado o estatal especializado en el
estudio, búsqueda, identificación de corrientes y estilos, de regiones típicas, de
autores indígenas, alarifes, maestros, talladores o aparejadores que permita apreciar
cabalmente la evolución, desarrollo, variedades regionales y difusión del Barroco en
el Virreinato del Perú. El Padre Rubén Vargas Ugarte, como producto de sus
investigaciones bibliogáficas, publicó en 1933 un "Diccionario de Artífices Coloniales"
que reunía los nombres de los realizadores de las obras registradas en los
documento de la época a los que tuvo acceso en sus búsquedas de información de la
época, obra que puede ser un inicio para profundización de esta atractiva gestión de
encontrar un derrotero en el proceso evolutivo del estilo.

A continuación se presentan algunas fotos de los monumentos nacionales


referidos en el texto, acompañados por una sucinta explicación de su contenido. Las
fotos son propiedad del autor y pueden ser reproducidas citando su origen, como
corresponde.
Foto 1.- Antesacristía de la Iglesia de San Agustín.- Artesonado del arte mudéjar como
éste, decoraron muchos edificios religiosos desde el comienzo del Virreinato. Casi
todos se han perdido por sismos y descuido. Esto es una muestra del producto
artístico que precedió al Barroco. La venera que decora la parte alta de la puerta es
netamente barroca.

Foto 2.- Imafronte de la Catedral de Lima. Marca el comienzo del Barroco en el


Virreinato y fue modelo e inspiración para la creación de otras portadas semejantes.
Foto 3.- Portada de la Catedral del Cusco.- El barroco comienza a decorar los fustes
bajos de las columnas y a fracturar cornisas y entablamentos verticalmente y en
profundidad. El diseño adquiere mayor soltura. Obsérvese cómo las molduras que se
inician a ambos lados de la portada van proyectándose adelante y a atrás, y hacia
arriba y hacia abajo según pasen delante de una hornacina o puerta. La norma es que
la sección transversal de la cornisa se mantiene en todo su discurrir.

Foto 4.- Portada de la Catedral de Ayacucho.- Por un lado mantiene todavía algunos
lineamientos del Renacimiento, pero el Barroco se presenta en las columnas exentas,
en las cornisas fracturadas, en el retomar de balaustradas de estilos pasados y el la
elegante de disposición de los elementos que componen el conjunto.
Foto 5.- Iglesia de los Huérfanos.- El primer cuerpo en piedra oscura mantiene un
acierto de diseño Renacentista, pero en el segundo cuerpo producido en piedra clara
muestra la irrupción del Barroco con los modillones y la diversificada fractura del
tímpano, así como el empleo de la fina balaustrada que rodea todo el templo,
acompañada por las torres de planta cuadrada.

Foto 6.- Iglesia de San Pedro de Lima. La presencia del Barroco se nota en la fractura
y diversificación del tímpano de la puerta principal, en las torres de planta cuadrada y
en la fina balaustrada que decora tres niveles del edificio. El manejo de superficies
planas en la edificación y el tímpano superior central todavía son rezagos del
Renacimiento.
Foto 7.- Iglesia y Convento de la Compañía de Pisco.- Una de las mejores expresiones
del Barroco costeño. Frontis trabajado en ladrillo y estuco de yeso, manifiesta con
seguridad la presencia del estilo, que se hace evidente en el óculo ovalado del
segundo cuerpo, en las labradas torres cuadradas, en las columnas exentas y en el
almohadillado típico jesuita. Se destruyó con el reciente terremoto de Pisco. Contenía
los 8 mejores retablos del estilo que se hayan producido para un templo.

Foto 8.- Iglesia de la Merced de Lima.- Corresponde a la segunda época del Barroco
Mestizo donde prolifera la decoración exuberante, manejando el recurso de cubrir
todas las superficies con decoración bien planteada y dispuesta, con las columnas
salomónicas exentas profusamente decoradas con elementos que forman parte de la
vida de los alarifes y con los múltiples requiebres de las cornisas. Flanquean a la
portada guardillas con roleos característicos del estilo. Mucho de lo que se ve no es
auténtico pues fue reconstruido con cemento y arena por el Arquitecto Hart- Terré, al
igual que la Catedral de Lima y otros templos similares.
Foto 9.- Iglesia de San Agustín.- Edificio iniciado en el Renacimiento terminó su
portada con diseño del Barroco. Es una extraordinaria producción del estilo con todos
los atributos de la época ya referidos anteriormente. Presenta la particularidad de que
el tercer cuerpo y remate son apócrifos, siendo evidentes la falta de manejo natural
del estilo. Originalmente tuvo un óculo circular muy grande que fue destruido junto
con el tercer cuerpo y rediseñado desacertadamente a comienzos del S. XX, que es lo
que estamos viendo. Luego, en la segunda mitad del siglo, se restituyó el óculo
circular con el infortunado resultado de una obra mal hecha, en principio porque ya
no vivimos en el barroco y por consiguiente ya no podemos producir en el estilo.

Foto 10.- Sacristía de la Iglesia de la Santa Cruz de Juli.- Bella expresión del Barroco
que se expresa con el tallado en piedra en el interior del templo que fuera iniciado,
como muchos otros, dentro del estilo renacimiento. Columnas adosadas y pilastras
múltiples arman un acertado diseño en el que las lisas superficies de las paredes
contrastan con rico y recargado diseño en los derrames de las ventanas.
Foto 11.- Iglesia de San Miguel de Pomata.- Detalle del coro bajo que muestra una
increíble producción del estilo. Cada parte de la foto puede ser motivo de una
detallada apreciación de inspiraciones, motivaciones, habilidades plásticas, etc. Es
probable que lo que se ve en la foto, ya no exista.

Foto 12.- Capilla de indios de Lambayeque.- Bella expresión barroca del arte mestizo
en la costa norte. Obedece a evidente limitaciones de recursos económicos, ya no era
la Iglesia Católica la que financiaba la obra, era el pueblo que con el deseo de tener
su templo produjo esta edificación con los contados y simples elementos
constructivos que el medio proporcionaba. El resultado fue extraordinario e
impresionante como se puede apreciar en esta vista del interior.

Alberto Barreto Arce


Arquitecto CAP 673

Lima, diciembre de 2012

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